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TEMA 2.

LA EUROPA DE LA GRAN CRISIS Y SUS CONSECUENCIAS:


"PANEUROPA" Y EL PROYECTP BRIAND (1914-1939)
En 28 de julio de 1914, el archiduque Francisco Fernando, heredero de Austria-Hungría es asesinado en Sarajevo por un
militante de un grupo terrorista que reivindica la creación de la "gran Serbia". Durante las cinco semanas siguientes, las
cancillería europeas, que a pesar de crisis anteriores que han estado a punto de conducir al mundo a la guerra, no
disponen de un mecanismo inmediato para el diálogo al más alto nivel diplomático, comienzan a intercambiar mensajes
cada vez más amenazadores, mientras sus ejércitos, es decir, millones de sus efectivos, se dirigen hacia las fronteras, la
guerra se convierte inevitable.

Cuando el 3 de agosto de 1914 se produce la declaración formal de guerra, enormes multitudes lo celebran en todas las
grandes capitales europeas. En los 4 años siguientes casi 10 millones de europeos perecerán en una guerra en cuyo
transcurso desaparece los tres imperios continentales, el alemán, el ruso y el astro-húngaro, iniciándose la mayor
transformación del mapa político europeo de la historia.

Al finalizar la primera guerra mundial (que es una denominación que se adapta cuando estalla la segunda, antes fue
conocida como la Gran Guerra) existe exclusivamente un plan de los aliados para Europa y por extensión del mundo y es
diseñado por el presidente de los Estado Unidos W. Wilson y que se corresponde con los llamados "Catorce puntos". Las
propuestas de Wilson se pueden agrupar en dos grandes escenarios, el último y más importante comporta la creación de
un organismo internacional responsable de velar por la resolución pacífica de cualquier forma de controversia y que será
la Sociedad de Naciones (SDN). El problema se concentra en el segundo escenario que reconoce el derecho de
autodeterminación de todos los pueblos que se encuentran integrados en la potencias perdedoras y básicamente de
Austria-Hungría, al mismo tiempo que asume las exigencias territoriales de los aliados como por ejemplo la restitución
de Alsacia y Lorena a Francia.

El resultado es la creación de nuevos estados como Checoslovaquia o Yugoslavia (Reino de los serbios, croatas y
eslovenos), que a su ven se convierte en una reproducción a escala del antiguo imperio austrohúngaro. No solo no se
resuelve el problema nacional en Europa central sino que se multiplica y creando nuevas actrices internacionales más
débiles y por lo tanto más expuestas a los afanes expansionistas de las grandes potencias que los rodean, como son
Alemania, la naciente Unión Soviética o Italia. Adicionalmente el derecho a la autodeterminación no se aplica cuando por
ejemplo la recién proclamada república de los alemanes de Austria quiere unirse con Alemania, es decir se trata de un
criterio cuya aplicación se produce siempre en beneficio de los vencedores. El problema de fondo es que por primera vez
en la historia europea, la concertación de los tratados de paz y el debate en torno a la configuración estatal de Europa
pero también sus fronteras se produce sin la presencia de los vencidos. No se trata de un tratado que en realidad van a
ser 7 a partir del tratado de Versalles del comienzo de verano de 1919 sino se lo que los alemanes denominan un "Dik
Tat", un dictado, es decir, la imposición de un nuevo orden sin dialogo previo entre sus protagonistas y que además
añade una cláusula moral la culpabilidad de Alemania y una cláusula económica consiguiente. Como Alemania es
culpable tiene que sufragar las muy costosas indemnizaciones. unos de los delegados de la misión británica en París J.M.
Keynes comienzan a redactar ese mismo año 1919 un libro Las consecuencias Económicas de la paz, en donde vaticina
que Alemania se le planea un sencillo dilema, o aceptar la humillación o ir a la guerra 20 años.

De las propuestas de Wilson resta la que el propio presidente de Estados Unidos había concebido como el cauce para
dar forma al reingreso de Alemania y los vencidos en la comunidad internacional y de esta manera equilibrar el impacto
de los tratados impuestos por los aliados que era la Liga de las Naciones.

De acuerdo con la Constitución Estadounidense, las iniciativas presidenciales en materia de política exterior, deben ser
ratificadas por el Senado. En 1920, año electoral en los Estados Unidos, los republicanos se prestan a recuperar la
presidencia y muchos senadores demócratas, sobre todos los del sur, tienen que renovar su mandato y en una atmósfera
de exacerbado nacionalismo y aislacionismo, el Senado no ratifica la iniciativa del presidente. Los Estados Unidos no
ingresan en la Sociedad de Naciones y por tanto la institución comienza a funcionar sin su mayor valedor.

Wilson había pensado en una institución capaz de recurrir al arbitraje entre los estados establecida en un estado
neutral, como Suiza (Ginebra), e integrada en 4 grandes instancias: Una asamblea de la que formaban parte todos los
estados miembros de la sociedad, un consejo permanente con 4 estados fundadores (Francia, Gran Bretaña, Japón e
Italia) a las que se van a sumar estados observadores, que son los Estados no permanentes, un Secretariado que cuenta
con una amplia plantilla a su servicio y desde 1922 se crea un tribunal internacional de justicia, cuya sede se desplaza a la
Halla. Esta es la estructura institucional que debe garantizar la apertura de un nuevo tiempo en el ámbito de las
relaciones internacionales, sin embargo y desde su nacimiento, la Sociedad de Naciones, carece del soporte de su
fundador y al mismo tiempo es contemplada como una herramienta de las potencias que se impusieron en la Primera
guerra mundial. Cuando la paz europea se vea verdaderamente amenazada, sobre todo a partir de la crisis austriaca de
1934, la sociedad de naciones se mostrará como un organismo inútil.

Ante esta situación dos son las respuestas que aporta la civilización europea; Una en el ámbito del pensamiento es la
propuesta Paneuropea del Conde Coudenhove-Kalergi (C-K), la otra es la iniciativa de los años centrales y finales de la
tercera década del siglo que adopta el primer ministro francés y el ministro de exterior alemán y que desemboca en el
primer plan de integración europeo diseñado y promovido por dos estados del continente y nada menos que por
Alemania y Francia, el plan Briand.

PANEUROPA:
C-K es un aristócrata y diplomático austriaco cuya procedencia abarca buena parte de las culturas del mundo. Cuando el
imperio Austro-húngaro se hunde y se convierte en un casi apátrida y en 1923 lanza un libro Paneuropea, que disfruta de
una casi instantánea difusión entre las élites europeas hasta el punto de que cuando al año siguiente se funda el
movimiento paneuropeo, Austria ofrece como sede el palacio imperial de Viena y cuando en 1926 el movimiento
paneuropeo celebra su primer congreso, el MP, se adhieren los más grandes intelectuales del continente como Froid,
Albert Einstein o por España Miguel de Unamuno y José Ortega y Gasset.

C-K concibe Europa como un espacio mediador imprescindible entre dos grandes proyectos imperiales, por lo tanto
definidos por su voluntad de someter al mundo: El capitalista anglosajón, liderado por Gran Bretaña y los EEUU y el
totalitario comunista, encargado en la URSS. Por lo tanto, el proyecto europeo no solo no puede contar con Gran
Bretaña o la URSS, sino que se levanta como la última esperanza de una humanidad que en caso de que Europa no se
una, no solo asistirá a la irrelevancia primero y desaparición después de Europa, sino a la desaparición también de todo
cuanto Europa representa.

Siguiendo el que C-K considera el mejor modelo de convivencia entre estados que ha deparado la historia y que es el que
ofrecen las repúblicas iberoamericas. Inspirándose en ese modelo y yendo más allá CK propone la creación de una nueva
entidad política, llamada Paneuropa y sostenida sobre tres grandes pilares: En primer lugar el fundamento económico,
una unión aduanera y la adopción de una divisa común; En segundo pilar es el elemento jurídico, diplomático y político
es la aceptación por parte de todos los Estados miembros de Paneuropa, a través de un tratado internacional de arbitraje
de someterse a la acción de un tribunal europeo cuyas sentencias disfrutarán de fuerza vinculante a la hora de resolver
cualquier litigio y muy sustantivamente las disputas territoriales. El tercer elemento es el institucional, en el que CK la
creación de un parlamento integrado por una cámara baja de 300 diputados a razón de un diputado por millón de
habitantes y una Cámara alta de contenido no proporcional sino federal, en donde cada uno de los 28 estados de Europa
dispone de un asiento.

El proyecto tiene un gran impacto en la élites pero desde un principio, esa connotación se convierte en un argumento en
su contra, pero además cuando en 1929 estalla la Gran Crisis económica del Siglo XX los planes del movimiento
paneuropeo quedan definitivamente relegados y salen de la agenda pública, incluso de la agenda intelectual.

EL PROYECTO BRIAND:
Más problemático para Europa es el Estatuto político y la situación interna de Alemania, sumida en el caos tras el final de
la guerra y sometida a unas durísimas indemnizaciones. En Europa occidental existe el temor a que la revolución
soviética se extienda hacia Alemania, como de hecho sucede en Berlín y en Baviera o en sentido contrario existe el temor
a la reacción ultranacionalista como de hecho se produce también en Múnich en 1922 y bajo el liderazgo de Adolfo
Hitler.

Adicionalmente en 1923 se corona la hiperinflación alemana, de manera que se invierten todos los valores cívicos de las
hambrísimas clases medias alemanas (quien ahorraba se arruinó, quien se endeudaba se enriqueció). Frente al caos
tanto el Alemania como en Francia surge la convicción de que el intereses de ambos estados y que por extensión el
interés de Europa exige una revisión de las cláusulas más problemáticas del Tratado de Versalles.

En 1925 Briand se convierte por 4ª vez en primer ministro francés. Ese mismo año, Stresemann empeña la cartera de
asuntos exteriores en Alemania, Brian representa ideológicamente al radical socialismo francés, al no marxista.
Stresemann representa al partido demócrata alemán, una fuerza perteneciente al espectro liberal, y al igual que el
radical socialismo francés, muy nacionalista. Es la primera vez en la historia que se pone en práctica un esquema muy
presente en todos los grandes hitos del proceso de construcción europea, como es el encuentro entre los adversarios
nacionales e ideológicos. Pero ambos entienden que la situación en Europa no ha quedado resuelta por el Tratado de
Versalles, porque Alemania no ha reconocido las fronteras establecidas por los aliados. Además, su tejido industrial en la
cuenca del Ruhr debe permanecer ocupado por las potencias vencedoras hasta el año 1935. Briand y Stresemann
definen entonces a lo largo del mes de octubre de 1925 un plan que intercambia fronteras por indemnizaciones y
recuperación del Ruhr por parte de Alemania. Alemania reconoce las fronteras establecidas en el Tratado de Versalles y a
cambio, las indemnizaciones a abonar se reducen un 80%, recupera el Ruhr en 1930 y se levanta el veto a su ingreso en
la Sociedad de Naciones, los acuerdos se cierran en la localidad suiza de Locarno, pero cobran forma en Londres el 1 de
diciembre de 1925, y al año siguiente (1926), Alemania ingresa en la Sociedad de Naciones, y Briand y Stresemann
obtienen el Premio Nobel de la Paz. Pero en el último momento de la negociación, Alemania consigue que el
reconocimiento de fronteras se circunscriba a las occidentales, quedando por tanto fuera de ese reconocimiento sus
fronteras orientales, es decir, con países como Polonia, Checoslovaquia y Austria. Como Francia y Gran Bretaña son
garantes de la independencia de Polonia y Checoslovaquia, ceden.

En 1926, Europa cree que ha alcanzado finalmente la paz y Briand se lanza a la puesta en acción de dos planes:

 El primero es la concertación de un tratado cuyos suscriptores se comprometen solemnemente y en todo el


mundo a renunciar a la guerra como instrumento para la resolución de conflictos, esta vez su interlocutor es el
secretario de Estado estadounidense F. B. Kellog. El llamado pacto Kellog-Briand no solo es subscrito por F. B.
Kellog, sino que a lo largo de 1928 por otros 70 estados, es decir, por la práctica totalidad de los estados
miembros de la Comunidad Internacionales, exceptuando la Unión Soviética pero con la presencia, no solo de las
potencias aliadas sino de los países que como Alemania, Italia o Japón, romperán el pacto a lo largo de la década
siguiente.

 Al mismo tiempo, Briand y Stresemann comienzan a trabajar en el marco de la Sociedad de Naciones en un


proyecto de integración europeo, que Briand presenta ante la asamblea de la propia Sociedad de Naciones el 5
de septiembre de 1929. A lo largo de su intervención, Briand se refiere en varias ocasiones a la creación de un
ente que se llamaría Unión Europea o Comunidad Europea vertebrado por un “lazo federal”, haciendo especial
énfasis en la creación de un “mercado común” que pasaría en primer lugar por la creación de una gran unión
aduanera y prevé igualmente la dotación de una estructura institucional modesta integrada también dentro del
cuadro de la Sociedad de Naciones que incluye una Asamblea deliberante, una comisión política de carácter
ejecutivo, y un secretariado, es decir, una estructura que se acomoda al modelo de organización de la Sociedad
de Naciones pero dotada de un comité especifico y territorialmente circunscrita, limitada, en su ámbito
territorial de competencia a la Europa continental. Briand no introduce ninguna cláusula democrática de
pertenencia o prevé la adopción de una declaración de derechos o especifica el procedimiento de elección de los
miembros de este aparato institucional, pero si que hace mucho énfasis en la necesidad de que el proyecto
europeo comience en la gestión compartida de los intereses económicos comunes en la certeza de que el interés
compartido es el mejor obstáculo a la fractura política y por lo tanto, la mejor garantía de que el espíritu de los
acuerdos de Locarno y del pacto Kellog-Briand quedará preservado. Se trata de un proyecto que además cuenta
con el respaldo de Alemania, Briand habla en nombre de los dos países. Es la primera vez que dos estados
europeos presentan a la comunidad internacional un plan de integración para la integración política y
económica, y lo hacen nada menos que los dos grandes estados continentales. Eso significa que por la identidad
pero también por la entidad de los actores protagonistas, por los objetivos políticos, por la metodología,
modesta pero eficaz centrada en un primer momento en el ámbito económico, por la arquitectura institucional e
incluso por la propia terminología, nos encontramos ante un riguroso precedente del proyecto comunitario que
casi exactamente dos décadas después el 9 de mayo de 1950, presentará de nuevo un mandatario francés, el
ministro de asuntos exteriores Schumann, y de nuevo involucrando a Alemania. La acogida del proyecto es
entusiasta tanto dentro como fuera de la Sociedad de Naciones y en toda Europa. Sin embargo, el 9 de octubre
siguiente, fallece Stresemann. 15 días después de su muerte, quiebra el mercado de valores de NY arrastrando
los mercados financieros en todo el mundo.

En apenas dos años, la renta disponible en los países del hemisferio norte se reduce un 36%, y el paro se multiplica
por 10, pasando del 3,2% a casi el 30%. En 1930 la Sociedad de Naciones, adopta dos decisiones en torno al proyecto
Briand. La primera es asumirlo, la segunda es someterlo a estudio, es decir, el proyecto queda bloqueado cuando en
1932 fallece Briand definitivamente descartado. Un año después, tras la llegada del nazismo a la cancillería alemana,
comienzan a quebrantare los términos del Tratado de Versalles y sobre todo del Tratado de Londres en una Europa
depauperada materialmente y en la que en 1939 sobrevive únicamente 9 democracias. A lo largo de la década
además, únicamente el totalitarismo nazi despliega un discurso favorable a la construcción europea, en un contexto
de crisis europeo que potencia el repliegue de las clases medias y trabajadoras hacia posiciones cada vez más
nacionalistas, incluso en los estados democráticos europeos más avanzados. Sucesivas crisis además, como la
austriaca en 1934, la española de 1936, la ocupación alemana de Renania de ese mismo año, la nueva crisis austriaca
de 1938, la de los Sudetes de 1938… demuestran la ineficacia y la ausencia de autoridad de la Sociedad de Naciones
de la que son expulsados o se marchan los países agresores pero sin consecuencias políticas o diplomáticas. La
claudicación de las democracias ante Hitler en Múnich en 1938, demuestra también la ausencia de convicción moral
y de sentido de la historia de grandes potencias como Francia, y sobre todo el Reino Unido, que ostenta la soberanía
sobre el 25% de la superficie del planeta y que renuncia a hacer valer esa fuerza o esa capacidad arbitral. Bajo estos
presupuestos, en 1939 la Alemania Nazi se anexiona Bohemia y Moravia. El 1 de septiembre de 1939 invade Polonia.
Por primera vez desde el final de la IWW, Francia y Gran Bretaña hacen valer los tratados de paz para declarar 20
años después de Versalles de nuevo la guerra a Alemania, comenzando la que sí y desde el principio será conocida
como la IIWW.

TEMA 3 EUROPEISMO, LOS DISCURSOS EUROPEISTAS DURANTE LA II


GUERRA MUNDIAL.
La unión Franco-Británica (1940).
La guerra se centra en un principio en Europa Oriental. De la oficina de abastecimientos conjunta de Francia y Gran
Bretaña se ocupa (como en la IWW) Monnet. Esta vez ya Monnet cree que ha llegado el momento para que ambos
países no solo conjuguen sus planes logísticos sino para que también ensañen alguna solución política de integración.
Monnet advierte que la Alemania de 1939 no es la de 1914 que fue a la guerra como si fuera una más de las contiendas
del siglo XIX, la Alemania de 1939 quiere aniquilar la democracia y someter al mundo a un régimen tiránico y totalitario.

Sin embargo, en Gran Bretaña y ya estallada la guerra, son muchos los políticos que como Chamberlain, y su ministro de
exteriores Halifax creen posible un acuerdo con Hitler, y en Francia hay una gran resistencia a reproducir o repetir las
masacres y mutilaciones originadas como consecuencia de la IWW.

Finalmente la ofensiva en el frente occidental comienza a principios de mayo de 1940, cuando Alemania viola la
neutralidad de Bélgica y fuerza esta vez con éxito las líneas de defensa francesas el 10 de mayo, Francia cayó en 37 días.
Comenzando entonces un debate entre los aliados, y dentro de sus propias filas, sobre la estrategia a adoptar ante la
inminente y total victoria de los nazis. En Gran Bretaña, Chamberlain dimite y se convierte en primer ministro Churchill,
que es el partidario de la resistencia y hasta el final frente al nazismo. En Francia sin embargo es mayoritaria la posición
favorable a la rendición o consiguiente acuerdo con los nazis, en medio de un país sumido en el caos con todas las
infraestructuras colapsadas por los refugiados y en donde algunos generales incluso desean el pronto final de la guerra y
la colaboración de los nazis para el mantenimiento del orden.

Pero al lado de la posición derrotista que finalmente prevalecerá, el presidente del Consejo de Ministros, Reynaud y
buena parte de su gobierno y militares como el general De Gaulle secundan la posición de Churchill de resistencia, y si la
resistencia no es posible en la metrópoli, desde el imperio. De esta forma además, Francia preservará ese imperio, y
sobre todo su ejército y su armada al servicio de la causa de los aliados, evitando que imperio, ejército y armada caigan
en poder de los nazis. Surge entonces la idea en Francia por parte de Monnet y en Inglaterra en el ámbito académico y
en concreto en la London School of Economics, de fusionar el Reino Unido y la República francesa con sus imperios, no
solo en cuanto a estados sino también como opciones. A tal fin, se elabora una breve declaración, en donde ambas
partes anuncian la creación de un nuevo Estado, la Unión Franco-Británica que compartirá un poder ejecutivo al 50%,
fusionará los dos parlamentos en uno (50%), concederá automáticamente la doble nacionalidad a los nacionales de
ambos estados y fusionará los imperios y todos los recursos militares igualmente dentro de una misma estructura
funcional y de combate. El 16 de junio de 1940, el Reino Unido anuncia a través de su primer ministro la plena
aceptación del plan. Resta tan solo la aceptación también por el gobierno francés. Después de un gran debate, el
presidente Reynaud, somete el acuerdo a votación entre sus ministros, y por un voto se rechaza. Reynaud dimite y De
Gaulle vuela a Londres en donde el 18 de junio funda la Francia libre y llama a los franceses a la resistencia.

Tras la dimisión de Reynaud, el presidente de Francia llama a la presidencia del gobierno a Pétain, que negocia la
inmediata rendición con Alemania y la creación de un gobierno francés colaboracionista del nazismo que obtiene el
respaldo de la asamblea francesa (parlamento francés) (el único partido que votó en contra fue el PDP de Bidault).

La caída de Francia no solo representa un golpe militar o estratégico para el proyecto de unión franco-británica, para el
europeísmo y para la democracia, representa sobre todo un golpe moral, la primera democracia del continente sucumbe
casi por completo ante el nazismo. Pero el proyecto de unión franco-británica tiene la virtud de vincular al Reino Unido al
proyecto europeo. La generación de políticos que materializa el ingreso del Reino Unido en las comunidades europeas en
los años 70 del siglo XX es la de los jóvenes oficiales que pelean contra el nazismo durante la II GM.

El europeísmo en la resistencia o en las resistencias


En la ocupación nazi en Europa determina la conformación de organizaciones de oposición clandestina que además de
sus acciones armadas, de guerrilla, sabotaje… desarrolla una muy importante producción escrita con un denominador
común, la reconstrucción de la democracia tras la victoria en una Europa integrada políticamente. El primer testimonio
proviene de la resistencia italiana, en la prisión de Ventotene, uno de sus líderes Altiero Spinelli elabora un manifiesto, el
llamado “manifiesto de Ventotene”, en donde aboga por la creación tras la derrota del nazi fascismo una Europa federal.
Spinelli se convertiría después en diputado en el parlamento europeo y defensor de las tesis federalistas hasta su
muerte.

En Alemania se crea en 1942 dos grupos de oposición, uno de carácter aristocrático “el círculo de Kreisau” con un ideario
europeísta pero fundamentalmente un grupo que conspira para ejecutar a Hitler y que se involucrará en el “complot
Stauffenberg”. Más importante es la actividad de “la rosa blanca”, una organización de estudiantes de la universidad de
Múnich que entre 1942 y febrero de 1943 distribuyen una publicación clandestina con esa denominación hasta la
detención el 19 de febrero de ese año de dos de sus integrantes, los hermanos Hans y Sophie Scholl. En el ideario de la
Rosa Blanca era una síntesis de la tradición liberal, romántica e idealista alemana de Schiller y Goethe, y la doctrina social
cristina (tanto a católica como la protestante). Es la primera vez que practicantes de ambos credos convergen dentro de
una misma organización política.

Los panfletos defienden un horizonte federal y democrático para Alemania y para Europa. Pero establecen para Alemania
la obligación de reconocer su responsabilidad, asumir su vergüenza y pedir perdón. En Francia el Consejo Nacional de la
Resistencia agrupa esencialmente a radical socialistas (Moulin) y cristianos demócratas (Bidault). Pero el grupo de la
resistencia más activo en la producción de pensamiento es el que dirige Lyon-Dru. Dru elabora en 1943 el “Manifiesto”,
en donde propone una Europa federal pero que exige previamente en los estados que la integrarán y muy especialmente
en Francia la transformación de las estructuras políticas y sociales que hicieron posible y explican su rendición frente a
los nazis. Si los estados europeos, afirma Dru, no se dotan de verdaderas democracias que hagan posible el pleno
ejercicio de los derechos políticos y sociales por parte de la ciudadanía, no tendrá sentido hablar de Europa.

Finalmente en Francia (también en la clandestinidad como colaborador de revistas como Combat) en 1943, Albert Camus
escribe la primera de sus “Cartas a un amigo alemán”. Lo que sostiene Camus es que la guerra no es entre nosotros (los
franceses) y vosotros (los alemanes), si no entre vosotros los nazis y nosotros los europeos, entre democracia y
totalitarismo. Para Camus no existe una Europa en donde pugnan los valores de Don Quijote y los valores de Sigfrido, o
en donde Moliere se enfrenta a Goethe, si no que Europa es la suma y la conjugación de los valores y la creatividad de
todos ellos. Pero sobre todo, Camus afirma que Europa y su proyecto de civilización se levantan históricamente sobre dos
pilares, la inteligencia y el coraje. Camus afirma también que la inteligencia ha perecido como demuestra el triunfo
circunstancial del nazismo, pero a los pueblos de Europa les resta todavía el coraje, y con ese coraje derrotarán al
nazismo y restaurarán la inteligencia.

El europeísmo o los discursos europeos en el exilio.


La ocupación nazi de Europa determina la salida al exilio fundamentalmente hacia Gran Bretaña y EEUU de gobiernos
pero también de intelectuales. Los gobiernos se establecen en Londres y los intelectuales en EEUU, ya que los gobiernos
tienen recursos y los intelectuales no. En EEUU ya en 1940 se elabora un manifiesto, “la ciudad del hombre”, que aboga
por la restauración de la Europa humanista y de las libertades y en EEUU publica Bernanos en 1942 su “Carta a los
ingleses”. En el exilio gobiernos e intelectuales adoptan dos líneas de trabajo, los gobiernos sobre todo de los estados
más afines entre sí tratan de establecer acuerdos de integración política que en primer lugar, es integración aduanera y
en 1944, los gobiernos en el exilio de Bélgica, Países Bajos y Luxemburgo crean el Benelux, un pacto que se pondrá en
práctica tras la liberación que esencialmente es una unión aduanera.

El trabajo de los intelectuales a su vez, se desdobla en dos ámbitos, el más identificado con el movimiento paneuropeo
cuya sede provisional se ha establecido en NY, y en segundo lugar el que intenta coordinar los esfuerzos de futuro de los
aliados occidentales. En el principio del verano de 1943, tras las batallas del Al-Alamein y Stalingrado y los primeros
desembarco estadounidenses en África y en Sicilia, el Eje tiene perdida la guerra. Sin embargo, Francia, Gran Bretaña y
EEUU no cuentan con un plan para Europa más allá de que los aliados hayan empezado a celebrar conferencias de alto
nivel, como la de Teherán. De hecho Francia no tiene un mando unificado, De Gaulle lidera a la Francia libre pero no
controla a las fuerzas combatientes en el norte de África, es entonces cuando Monnet insta a los EEUU a que lideren una
iniciativa para unificar políticamente a la Francia del exilio bajo la presidencia de De Gaulle.

En los días finales de julio de 1943, Monnet elabora un memorándum a la que denomina “Nota de reflexión de Argel”, en
donde enuncia con claridad y concisión dos principios básicos de actuación en la Europa del día después de la derrota del
nazismo. El primero, la ayuda estadounidense para la reconstrucción del tejido productivo europeo deberá ser masiva
pero la ocupación muy breve, porque la democracia no se restablecerá si las condiciones de vida no mejoran pronta y
radicalmente. Pero también una ocupación larga terminará por generar resentimiento de la población europea frente a
sus libertadores. El segundo principio, es que partiendo de estos mismos presupuestos, Alemania deberá ser invitada y
desde el principio a formar parte del concierto de la Europa unida y democrática, no puede reproducirse el mismo error
que se cometió en 1919. Las dos recomendaciones de Monnet se cumplirán, la primera a través del Plan Marshall más
tardíamente; y la segunda recomendación, de manera inmediata, los primeros procesos electorales en los estados
alemanes se celebran al mismo tiempo que las primeras elecciones francesas desde 1936, que serán las del 21 de
octubre de 1945.

El movimiento paneuropeo por su parte decide en 1943 elaborar una Constitución para Europa la primera de la historia,
y se nombre como ponente a un español, Fernando de los Ríos.

Fernando de los Ríos elabora un proyecto constitucional inspirado en el modelo estadounidense, si bien europeo por la
extensión y el perfil dispone de casi un centenar de artículos agrupados en torno a 15 títulos, el modelo político e
institucional se inspira claramente en el definido por la Constitución Federal Estadounidense en el año 1787. Eso significa
que la nueva Europa dispondrá de un Estado de derecho, es decir, se configurará como una comunidad de derecho con
tres poderes: El legislativo integrado por un Congreso que se desdobla en dos cámaras, la Cámara de los estados y la
Casa de los representantes. Los integrantes de la Cámara de los estados son nombrados por los gobiernos a razón de dos
por los estados más poblados y se suscita un debate y eso significa que deben tener más de 20 o más de 2 millones y
medio de habitantes y los estados menos poblados que nombran un representante. En el caso de la Casa de
representantes sus integrantes son designados por los parlamentos a razón de 10 los estados de más de 20 millones de
habitantes; 8 los estados entre 20 y 40; 6 los estados entre 10 y 20; 4 los estados entre 5 y 10; 10 los estados entre 2,5 y
5 y 1 los estados con menos de 2,5 millones de habitantes. Además todos los estados que cuenten con territorios
coloniales sumarán un representante adicional. Se trata de un sistema que prima la representatividad de los estados del
tamaño mediano y sobre todo pequeño en detrimento de las grandes potencias, una práctica inspirada en el modelo
estadounidense y en todo caso habitual en las democracias parlamentarias que aplican el sistema proporcional.

El Congreso no tiene capacidad legislativa sino solo deliberativa. El poder ejecutivo está representado por un Consejo
elegido por el Congreso para un mandato de 4 años compuesto por 6 integrantes entre los cuales 3 procederán de los
estados con más de 20 millones de habitantes, es decir de nuevo se garantiza una sobrerrepresentación de los estados
medianos y pequeños, pero también la presencia de tres de los cuatro grandes estados continentales. El Congreso
también elige anualmente una presidencia y una vicepresidencia para un mandato único, sin capacidad de reelección y
cuyas funciones son meramente representativas. Se trata de una idea que se incorporará con posterioridad a las
comunidades europeas y a la Unión Europea, solo que como una presidencia rotatoria de los países. De nuevo se
garantiza que no se produzcan concentraciones ni desviaciones de poder, una idea muy presente en el
constitucionalismo de la segunda guerra mundial y sobre todo europeo de posguerra a la vista del fracaso del
funcionamiento de los estados democráticos cuando trataron de hacer frente a la irrupción del totalitarismo. Se trata
también de un mecanismo que favorece la rotación de la magistratura entre los estados.

Finalmente, el poder judicial está integrado por 15 magistrados no vitalícelos y que deberán porvenir de estados
diversos. Al lado de estas previsiones institucionales los estados integrantes de la Unión que así se denomina el nuevo
ente político europeo se obligan a la suscripción de un tratado internacional de arbitraje, es decir, a someter sus
diferencias o reivindicaciones territoriales al dictamen de un tribunal internacional de arbitraje. Se trata de un proyecto
que Fernando de los Ríos redacta en menos de 4 meses entre marzo y julio de 1943, en que es adoptado por el
movimiento paneuropeo, que recoge el ideario de C-K, pero que sobre todo tiene la virtud por primera vez en la historia
de no comprometerse en debates formalistas o nominalistas acerca de qué debe ser Europa, si una federación, una
confederación o una asociación de estados. Fernando de los Ríos habla simplemente de una "Unión", una denominación
que se recuperará medio siglo después, después de haberse utilizado otra denominación tan práctica y poco
comprometedora como la de "Comunidad".

En 1944 en cambio, la declaración de resistencia de las potencias europeas que se adopta en Ginebra sí que apuesta
claramente por la creación de una federación de estados y de pueblos, pero los últimos documentos que produce el
exilio, por ejemplo la declaración de interdependencia europea que adopta el movimiento paneuropeo a principios de
1945 y con la participación además de Fernando de los Ríos, de otros españoles como Alfredo de Mendizábal o Endacari
Jose Antonio Aguirre, no se formula ningún compromiso constitucional, o se requiere la adopción del propio proyecto de
constitución del movimiento, sino que se insta a la edificación de un nuevo orden europeo, democrático, respetuosos
con los derechos y libertades fundamentales y abierto a la participación sin exclusiones de todos los pueblos de Europa.

En un nuevo lenguaje se abre camino entre las ruinas del continente y Albet Camus sintetiza ese lenguaje en un concepto
clásico, que es el de "amistad", no únicamente la amistad cívica de los griegos, sino como dice Camus, la ciencia del
hombre libre, del ser humano libre, entendiendo que la libertad y por lo tanto la amistad precisan de dos requisitos:
inteligencia y comprensión recíprocas y en 1945 en Europa hará mucha falta tanto la inteligencia como la comprensión.

TEMA 4. LA EUROPA DE LAS COMUNIDADES. 1945-1954.


Cuando el 8 de mayo de 1945 se firma el Armisticio Polonia ha perdido el 17% de su población, Francia y la Unión
Soviética el 11 y Grecia, Austria y la naciente Yugoslavia el 7% según las estimaciones, el promedio de la comunidad
historiográfica y solo en el Europa continental han perecido 40 millones de personas, es decir, casi el doble de la
población total española de entonces. Alemania había perdido la práctica totalidad de su estructura productiva y 1/3 de
sus viviendas, pero Gran Bretaña como consecuencia de los bombardeos había perdido un 20% de su capacidad
industrial y un 10% de sus viviendas, y la dieta diaria de un ciudadano europeo apenas llegaba a las mil calorías.

En las dificultades humanitarias y materiales disponen de un correlato fiel en el ámbito político e institucional. Los únicos
estados democráticos de acuerdo con su funcionamiento ordinario, el 8 de mayo de 1945 en Europa son el Reino Unido,
Suecia y el estado libre de Irlanda. En Francia, Italia y los países del Benelux existen gobiernos provisionales de las fuerzas
democráticas y entre el verano y el otoño de 1945 se celebran procesos electorales que en casi todos los países excepto
Italia y con inclusión de algunos estados alemanes comienzan a normalizar la vida política democrática.

Algunos de los protagonistas de la victoria como el presidente estadounidense Roosevelt han fallecido o como el primer
ministro Churchill han perdido las elecciones y desde el principio una nueva generación de políticos sin especial
relevancia antes del estallido de la guerra se hacen cargo de las responsabilidades del gobierno. En el continente esos
líderes responden a perfiles muy coincidentes casi sin excepción, se encuentran todos en una edad avanzada
especialmente para la época tomando como referencia 1945 (Adenauer tenía 69 años, Schuman 59 y De Gásperi 64),
tienen todos experiencia política pero no ejecutiva, es decir no ostentan un pasado vinculado con la Europa que fracasó
en 1939, en todo caso su pasado era un pasado de persecución política, cárcel y resistencia frente al totalitarismo, casi
todos son juristas (la única excepción es Monnet) y por lo tanto su hipótesis central del trabajo tanto en el ámbito estatal
como el supraestatal es la construcción de comunidades de derecho. Todos sin excepción son personalidades periféricas
desde el punto de vista político, social, territorial y cultural, ninguno proviene de las grandes élites políticas del estado
liberal del XIX, ninguno proviene tampoco de los partidos políticos que se alternaron en el gobierno en los grandes
estados, ni de las capitales de esos mismos grandes estados, e incluso su lengua materna no es la dominante en el país
que lideran políticamente, de hecho Adenauer, Schuman y De Gásperi se entienden entre sí en alemán, que es el idioma
natal de más europeos occidentales, pero también la lengua de los agresores primero y vencidos después. Sin excepción
todos provenían de un amplísima clase media tirando a humilde y todos deben su posición en la vida pública
exclusivamente a sus méritos, es decir son la demostración de hasta qué punto el estado de derecho funciona cuando
aplica los principios de igualdad, mérito y capacidad.

Se trata de líderes, igualmente pertenecientes a la misma familia ideológica; la de la democracia cristiana, líderes que
han compartido con su familia ideológica, la resistencia nazi-fascismo con los comunistas en Italia, los radical-socialistas
en Francia y los socialdemócratas en Alemania. Ese hecho generará en la posguerra una enorme complicidad entre todas
las fuerzas democráticas y facilitará el diálogo constitucional. Pero además se trata de líderes que lideran un discurso
democrático basado en la voluntad de ejemplaridad en el estilo y en las aptitudes y que abre una era de la política
democrática denotada por la austeridad, la sencillez, la honestidad y la accesibilidad.

El movimiento europeo se despliega a partir de 1946 cuando Churchill en 5 de marzo en el colegio Fulton de Misuri
cuando en una conferencia lamenta que desde el Báltico hasta el Adriático una cortina de hierro (el telón de acero) se ha
batido sobre Europa y la ha fracturado.

El 19 de septiembre en una nueva conferencia, esta vez en Zúrich realiza un llamamiento a Europa para que se ponga en
pie con iniciativas de integración que respondan a su legado histórico como espacio creador de la cultura y de la
civilización pero además reclama la involucración activa en ese proyecto de Gran Bretaña de los Estados Unidos y dice
Churchill si fuera posible, de la Unión Soviética, es decir vincula el proyecto europeo a los Estados unidos e integra en ese
proyecto al Reino Unido.

El 17 de diciembre de ese mismo año los federalistas dirigidos por Spinelli constituye la unión europeo de federalistas
reclamando la federación de unos Estados Unidos de Europa. 6 años después de constituye en Gran Bretaña y bajo el
liderazgo de Churchill el movimiento por una Europa unida que opone al proyecto federalista la concepción de Europa
como una asociación, como una unión de estados. La fractura entre ambas perspectivas muy notoria hasta el punto de
que se convoca en la Haya un congreso que se celebrará entre el 7 y el 10 de mayo de 1948 para proceder a la
coordinación de ambos movimientos. El congreso se salda con un fracaso, excepto porque señala la necesidad de
encontrar una solución institucional que no se pierda en la rigidez de los debates formalistas, una solución que no puede
ser federal pero que debe aspirar a ir más allá de la mera asociación entre estados. Lo que sí proponen es la creación de
un Consejo de Europa que no tardará en plasmarse pero no con el cometido político que esperaban los integrantes del
congreso.

La iniciativa política e institucional de la construcción europea reside en los estados y en la inmediata posguerra, en las
democracias europeo-occidentales, el problema básico es el de la cotidiana subsistencia, estamos en la Europa de las
cartillas de racionamiento y secundariamente la reconstrucción de un nuevo sistema de seguridad que todavía trabaja
con la hipótesis de que la amenaza a la paz proviene de Alemania, de hecho el tratado de Londres crea una unión
occidental en 1947 integrada por Francia, Gran Bretaña y los 3 países de Benelux.

Es entonces cuando ante la posibilidad de que el debilitamiento extremo de las democracias europeo-occidentales
pueda conducir a su absorción por el bloque estalinista intervienen decisivamente los Estados Unidos. El secretario de
Estado, Marshall, lanza el programa de recuperación europea más conocido como "plan Marshall" , que en cuatro años
transfiere a los países europeos afines 13.500 millones de dólares. Se plantea entonces el problema de cómo administrar
la adjudicación de las ayudas y es entonces cuando se crea el primer organismo europeo dotado de su propio
presupuesto y de competencias ejecutivas, la O.E.C.E que luego se convierte en la O.C.D.E.

El éxito del plan Marshall anima a los Estados Unidos a la creación de un sistema de seguridad más amplio que la unión
occidental, lo que dará lugar al nacimiento de la primavera de 1949 de la OTAN que al igual que la OECE establece su
sede en París e igualmente los estado democráticos europeo-occidentales comienzan a suscribir tratados para la unión
aduanera, el primero que entra en vigor es el Benelux, suscrito ya en Londres en 1944, al que sigue el tratado para la
unión aduanera franco-italiana y la posibilidad de que ambas uniones se fusionen en un nuevo ente que llevaría como
nombre el de Fritalux. Igualmente se materializa el consejo de Europa como institución abierta a la participación de los
estados democráticos europeos, es decir, se introduce la cláusula democrática para la pertenencia, una exigencia que no
se había dado para la extensión del Plan Marshall. Una institución que se dota se una Asamblea parlamentaria, un
comité ejecutivo y un secretariado que en 1950 adopta una convención europea de derechos humanos y de libertades al
tiempo que se pone en marcha el tribunal supremo de derechos humanos.

El golpe estalinista en Checoslovaquia en febrero de 1948 y el bloqueo de Berlín ese mismo invierno reafirman además la
identidad entre los Estado Unidos y sus aliados europeo-occidentales, tanto los aliados de guerra como Gran Bretaña o
Francia, como un nuevo y fundamental gran aliado de los EEUU como es Italia, pero queda pendiente el problema central
para el restablecimiento de la democracia en Europa, la creación de un nuevo sistema colectivo de seguridad y por ende
para el propio avance del proceso de construcción europea que es el problema de Alemania.

Al armisticio de 1945, no ha seguido un tratado de paz. Alemania perdió gran parte de sus territorios orientales y al resto
del territorio se distribuyó a zonas de ocupación entre las 4 grandes potencias, Gran Bretaña, Francia y EEUU en la zona
occidental del sur y a URSS en la oriental, reproduciéndose eso mismo en Berlín, y la misma fórmula con Austria y Viena.
Las zonas bajo administración británica y estadounidense se unen en la llama bizona, en la que se unirá la zona francesa
mientras que se celebran procesos electorales de ámbito regional, donde emergen 3 grandes fuerzas, la CSU en Baviera,
la CDU y el SPD, en el conjunto de la federación. Pero persisten las dudas en torno al estatuto político definitivo de
Alemania. En... pero convertir las zonas de ocupación aliada en un estado equivaldría a que la URSS hiciera lo mismo con
su propia zona, por lo tanto a la definitiva participación de Alemania.

Finalmente, los aliados deciden que su zona adquiera forma estatal de acuerdo con un formato constitucional que
mientras Alemania se encuentre dividida no se llamará constitución sino ley fundamental y tras la celebración de unas
elecciones en donde obtiene una ajustada mayoría como canciller Conrad Adenauer el 3 de octubre de 1949 se proclama
la república federal de Alemania.

Con Alemania incorporada al elenco de los estados europeos democráticos, y aliados de los EEUU. Lo difícil es dotar de
una solución a los estado democráticos europeo-occidentales estable e institucional donde pueda participar Alemania y
tanto en el plano económico como en el político. Es entonces cuando de nuevo entra en escena Monnet para proponer
una fórmula política y jurídica que no comporta, que no representa la transferencia general de soberanía por parte de los
grandes estados pero que sí posibilita la construcción de una comunidad de derecho dotada además de fuerza ejecutiva.
Una fórmula ideada por un profesor de derecho internacional llamado Paul Reuter.

El gran obstáculo al que se enfrenta y siempre a lo largo de su historia el proyecto europeo es el dogma de la soberanía.
En 1576 Juan Bodino (Jean Bodin) define a la soberanía como "el poder de dar o anular las leyes". En sede constitucional
ese poder reside en la nación y lo ejerce a través de sus representantes democráticamente elegidos. Partiendo de este
presupuesto no es posible crear una comunidad de derecho en Europa si los estados de derecho ya existentes no
renuncian a su soberanía, al mandato soberano de sus ciudadanos.

Lo que dice Reuter es que existe una fórmula para crear una comunidad soberana sin que los estados dejen de serlo, y es
que esos estados acuerden transferencias específicas de soberanía para un mandato concreto, el único requisito es que
esa transferencia sea equivalente en todos los estados, es decir que la actuación sea homogénea, se produzca en plena
igualdad y el ente resultante se rija también por las reglas de legitimación del estado de derecho.

Sobre esta base, Francia y Alemania comienzan a trabajar sobre un supuesto concreto y un supuesto estratégico además,
como es la producción de acero y carbón. Ambos estados avanzan en la creación de una entidad encargada de la gestión
de ambos sectores del tejido productivo, cuyas resoluciones dispondrán de fuerza ejecutiva en amos países y con una
estructura institucional que reproducirá el modelo aplicado por cualquier estado de derecho. Un proyecto queda visto el
viernes 28 de abril de 1950 y el ministro de asuntos exteriores francés Schuman, se lo lleva consigo a su casa en Metz
para trabajarlo durante todo el puente del primero de mayo. A su regreso, la mañana del martes 2 de mayo Schuman se
dirige directamente al ministerio de asuntos exteriores y envía el texto íntegro al canciller alemán Adenauer. Por la tarde
Schuman y Adenauer se ponen en comunicación con los primeros ministros de los estados del Benelux y de Italia, por la
noche 6 estados se han sumado al proyecto. Se acuerda que el proyecto tome un forma modesta y se limite a una breve
declaración que liderará Francia y con rango ministerial, porque la gran duda pero también el gran anhelo es la
posibilidad de que Gran Bretaña se una al plan comunitario, en u proyecto que cuenta con el pleno respaldo de los EEUU
con el presidente Truman al frente.

Para el 10 de mayo está prevista una visita del secretario de Estado Acheson a Gran Bretaña, y los 6 y EEUU acuerdan que
la declaración del ministro de exteriores francés se produzca a la víspera, el martes 9 de mayo, con el objeto de que el
secretario de estado de los EEUU pueda intentar persuadir cuando se entreviste con su homólogo británico Bevin. Esa
persuasión no se produce, Gran Bretaña entiende que el proyecto europeo es incompatible con su papel rector en la
comunidad británica de naciones. La creciente descolonización de la India y de Pakistán además excita el sentimiento
nacionalista, sobre todo en Inglaterra y le hace muy poco permeable al discurso europeísta.

El 9 de mayo de 1950 Schuman convoca una sencilla rueda de prensa en donde después de decir que la paz del mundo
requiere esfuerzos creadores proporcionados a los peligros que la aquejan anuncia que Francia y Alemania han decidido
poner su producción de acero y carbón bajo una autoridad conjunta e invitando a los restantes estados democráticos
europeos que así lo consideren a unirse a ese proyecto, que en ese mismo día son 4 adicionales, los tres del Benelux e
Italia. Cuando finaliza la rueda de prensa, un periodista le pregunta a Schuman "Señor ministro, ¿esto es un salto a lo
desconocido, verdad?" y Schuman le responde "Sí, como todas las grandes decisiones en la vida".

La clave de la desde entonces conocida como la declaración de 9 de mayo de 1950 reside en un párrafo que lleva la
autoría personal de Schuman en donde manifiesta que Europa no se hará de golpe a través de una gran construcción,
sino mediante realizaciones concretas creando "solidaridades de hecho" o como dirá siempre Schuman a través de la
estrategia de los "pequeños pasos".

De inmediato comienzan los trabajos para la creación de un ente supranacional que se conviene en denominar
comunidad, para la historia la CECA y en el 18 de abril de 1951 los 6 estados fundadores suscriben el tratado de París, es
decir en menos de un año se ponen de acuerdo en los términos definidores de la nueva institución. Si que se suscita un
debate en torno a la sede de la CECA, que en principio reclaman tres estados, pero finalmente se decide su instalación en
Luxemburgo. La estructura de la CECA está integrada por una alta autoridad, cuyo primer presidente Jean Monnet,
designado junto con su consejo por unanimidad por los 6 estados miembros, un consejo de ministros de los seis, como
órgano de coordinación entre la alta autoridad y los gobiernos de los estados pero en donde en realidad reside toda la
capacidad de iniciativa política la asamblea parlamentaria cuyos integrantes son elegidos por los parlamentos de los
estados miembros a razón de 18 diputados de Italia, Francia y Alemania, diez de Bélgica y los Países Bajos y 4 de
Luxemburgo y finalmente un tribunal de justicia integrado por 7 jueces para un mandato de 6 años y designados los
jueces entre personas de amplia experiencia y competencia.

La CECA representa la consecución y materialización de la primera transferencia reconocida a través de un tratado


internacional de soberanía a un ente de carácter supranacional y por estados soberanos de toda la historia democrática,
de hecho las sentencias del Tribunal de Justicia de la CECA se harán efectivas en el territorio de los 6 estados,
incorporándose su doctrina a su derecho interno. La CECA además crea un gigantesco mercado para el acero y el carbón,
que en menos de 10 años, entre 1953 y 1962 casi duplica la producción en ambos sectores y genera 100.000 puestos de
trabajo. El abastecimiento de carbón por ejemplo, desaparece como problema en la historia de Europa occidental, pero
sobre todo la CECA representa que por primera vez en la historia los estados europeo-occidentales y nada menos que
bajo el liderazgo de los dos más poblados, construyen una entidad política conforme a las reglas del derecho, cuya
vocación es la unidad de Europa dentro de una nueva solución institucional inspirada por los principios y los valores
democráticos, y ello reuniendo a estados enemigos cinco años y un día antes de la declaración del 9 de mayo de 1950 y
enemigos en una guerra de aniquilamiento.

El éxito en la aplicación del método comunitario invita a los 6 a explorar nuevas dimensiones concretas pero también
estratégicas para la construcción europea, y esta vez no únicamente con el respaldo, sino con la presencia constante de
los EEUU. En junio de 1950 estalla la guerra de Corea, en las semanas siguientes, los EEUU se manifiestan a los 6 su
interés en que Europa desarrolle una iniciativa de defensa autónoma con el objetivo de poder hacer frente a sus
necesidades bélica en el extremo oriente. El proyecto cobra forma como comunidad europea de defensa, y apenas unos
meses después de la entrada en vigor del Tratado CECA el 27 de mayo de 1952, "los 6" suscriben también en París un
tratado que instituye una nueva comunidad, que comparte con la CECA la Asamblea Parlamentaria y el Tribunal de
Justicia, si bien en la asamblea parlamentaria se pondera el voto de Francia, Alemania e Italia con 3 diputados más y al
igual que en la CECA, pero como organismos específicos, la Comunidad Europa de Defensa dispondrá de su propio
consejo de ministros y de su propia autoridad común, pero esta vez su escenario material no es el acero y el carbón, sino
la seguridad y la defensa del territorio de "los 6" creando un ejército europeo que integra los efectivos inicialmente de 5
de los 6 estados, exceptuada provisionalmente Alemania, bajo un mando común, que depende de la propia comunidad.

El Tratado queda sujeto a su ratificación por los parlamentos que los estados miembros de la CECA, y esas ratificaciones
se van produciendo en todos excepto en Francia, tanto Schuman como el ministro de defesa Pleven entienden
aconsejable demorar el debate en una asamblea nacional muy enardecida ya por las fuerzas contrarias a la CECA, pero
también por el conflicto de Indochina. En este contexto, las personalidades más europeístas entienden que se presenta
una oportunidad histórica con certeza irrepetible para completar la integración e "los 6", de acuerdo con el método
comunitario. El primer ministro italiano, De Gásperi propone crear un tercer eje institucional para la coordinación,
supervisión y liderazgo político del conjunto de las comunidades que recibirá el también modesto nombre de
Cooperación Política Europea (CPE), que de acuerdo con el planteamiento de De Gásperi pueda convertir en la
comunidades en una unión federal o confederal. La CPE dispondrá de un Parlamento, integrado por una Cámara baja o
de los pueblos, en donde Alemania contará con 70 diputados, Francia e Italia con 63, los Países Bajos y Bélgica con 30 y
Luxemburgo con 12. El Senado por su parte contará con 2 representantes para cada uno de los 3 grandes estados, 10
para los países bajos y Bélgica y 4 para Luxemburgo, y el Senado elegirá un consejo ejecutivo para un mandato como el
de las dos cámaras del Parlamento de 5 años, estando integrado el consejo ejecutivo por 7 miembros que designarán un
presidente. Los miembros del parlamento son inicialmente elegidos por los parlamentos nacionales, pero se prevé que
su elección pueda realizarse por sufragio universal directo. Se trata de una construcción institucional que en efecto
responde a un planteamiento confederal y además muy avanzado, la CPE significa que entre los estados miembros y las
comunidades se interpone una instancia con una estructura política y unas expectativas de representación del mandato
soberano de los pueblos de Europa que comportaría una masiva transferencia de soberanía a la nueva arquitectura
institucional de "los 6", una arquitectura además que contaría en su haber con plenas competencias en el ámbito de la
defensa, el acero y el carbón y ello además en plena Guerra Fría.

La CPE además se lanza apenas semanas después de la llegada del general Eisenhower a la presidencia de los EEUU,
Eisenhower fue el comandante jefe de la invasión aliada de Francia de todas las fuerzas aliadas occidentales hasta el final
de la guerra durante la ocupación y el primer comandante jefe de el mando militar de la OTAN, conoce muy bien Europa,
y es muy europeísta, pero no cree en absoluto en este modo de defensa porque el objetivo de los EEUU es crear las
condiciones para que la Alemania occidental pueda entrar en la OTAN y solidificar estratégicamente el plan de defensa
de Europa occidental frente a una eventual invasión soviética. El plan de la comunidad europea de densa es crear un
ejército común en el que pueda integrarse hasta 10 divisiones alemanas, pero Eisenhower cree que es más operativo que
ese esfuerzo se realice pero dentro de la OTAN.
En 1953 ocurrieron varios acontecimientos que afectaron a la historia de Europa democrática y no democrática. En
enero, dimite Schuman, en marzo muere Stalin, y en agosto dimite De Gásperi. Son acontecimientos que por un lado le
restan energía al proyecto europeísta, pero por otro abre la expectativa de que pueda relajarse la tensión en la Guerra
Fría. En todo caso, al año siguiente el 30 de agosto, la asamblea francesa se reúne para ratificar el proyecto de
comunidades europeas de defensa, y lo que se decide por una escasa mayoría es suspender el debate “sine die” (sin
poner fecha para su reanudación). El fracaso definitivo de la CED representa un golpe no solo para el modelo
comunitario de construcción sino para la propia moral de convicción del proyecto europeísta.
Por otro lado, una gran generación de líderes a casi desaparecido del escenario político, en noviembre de ese mismo año
Monnet anuncia que no se presentara a la elección como presidente de la alta autoridad de la CECA, cuando su mandato
expire el 1 de enero de 1955. Eso significa que entre los padres fundadores de la Europa comunitaria solo Adenauer
permanece al frente de las tareas de gobierno. Eso significa también una nueva generación de líderes procedentes
además de otros aspectos ideológicos, que deben de dar un paso al frente.
Es la hora de P-H Staak es ministro de asuntos exteriores de Bélgica, y líder de los socialista balones. Con una Italia que
debe resolver la sucesión De Gásperi, una Francia derrotada en la Guerra de Indochina, y una Alemania ocupada por los
aliados y todavía sin capacidad para liderar la construcción comunitaria, la iniciativa pasa a los estados del Benelux.
Tiene mucha importancia que además sea Staak un líder que proviene del espacio socialdemócrata. Durante la
ratificación de la CECA, el voto de los partidos socialistas se fracturó, fue favorable en los tres estados del Benelux, se
divido en Francia, pero fue contrario en Alemania y en Italia, y la construcción europea no la puede hacer en solitario
ninguna corriente democrática porque se trata de un proyecto transversal, políticamente, socialmente ideológicamente y
estatalmente.
Staak adopta una estrategia más posibilista que sus predecesores, que es convocar no los jefes de estados sino a los
ministros de asuntos exteriores de los seis. Esa reunión se celebrará entre el 1 y 3 de junio de 1955 en Taormina, aunque
esa reunión será siempre conocida como la cumbre de Messina. Esta vez el objeto de la reunión no es tanto avanzar en el
ámbito político o defensivo como en el ámbito económico y de manera inesperada también en el ámbito del desarrollo
de la energía atómica. En apenas un mes antes, el 5 de mayo de 1955, la Alemania Occidental ha ingresado en la OTTAN.
Staak que además es ministro de un país, cuya colonia el Congo cuenta con la mayor reserva estratégica de uranio del
mundo, no cree deseable para la comunidad enfrentarse con el horizonte de una Alemania que pueda llegar a crear su
propio arsenal nuclear bajo protectorado de los EEUU, y desvinculada de los restantes estados de Europa comunitaria.
Eso significa que los seis pone en marcha en Messina dos comités de estudio para redactar dos Tratados; uno para crear
un mercado común y otro crear un mercado también común de la energía atómica. Ambos tratados, avanzan con
enorme dificultad.
Sin embargo, en el transcurso del año 1956, se producen dos crisis que despejan cualquier interrogante respecto a la
histórica necesidad de que el proceso de integración europea se consolide. Además, ambas crisis estallan de manera
simultánea; la primera en el tiempo es la de Hungría, cuyo primer ministro Nagy anuncia la conversión de Hungría en un
país democrático y convocara elecciones pluripartidistas. Las respuestas del pacto de Varsovia es ocupar Hungría, y
estalla una revolución que se prolonga entre el 23 de octubre y el 10 de noviembre. La otra crisis es la de Suez, 1953 el
coronel Nasser depone al rey de Egipto estableciendo un régimen nacionalista, que tres años después decide estatalizar
la explotación del canal de Suez, que desde 1867 explotaba un consorcio anglo francés. La respuesta de Francia y Gran
Bretaña es enviar una expedición armada con el objeto de recuperar el control del canal, las operaciones se producen
entre el 29 de octubre y el 7 de noviembre y se salda con el fracaso del cuerpo expedicionario. Ambos acontecimientos
demuestran que, en primer lugar a pesar de la muerte de Stalin, la Unión soviética no va a dar pasos hacia su apertura no
digamos su democratización, originando la intervención de Hungría un enorme impacto en los partidos comunistas
occidentales, sobre todo los más poderoso ( Italia y Francia).Y por otro lado, la crisis de Suez demuestra que ni Francia ni
Gran Bretaña son potencias ni si quiera en conjunto, capaces de desempeñar un papel hegemónico en el mundo y que
por tanto su presencia en el mundo está indisolublemente vinculada al éxito del proyecto europeo.
Pero también en ese bienio 1955-19556, se materializa iniciativas que son institucionales pero que impregnan
profundamente la cultura popular y que contribuye decisivamente a publicitar y popularizar la virtualidad del proyecto
europeo. En 1956, la UE de radiodifusión también conocida como eurovisión celebra su primer festival, ese mismo año se
completa la primera edición de la copa de Europa de clubs campeones de la liga de futbol y al año siguiente 1957 se
diseña la primera copa de Europa de selecciones nacionales de futbol, que empieza a disputarse en 1958 y se resuelve en
1960.
A finales de 1956 los dos tratados, el que instituye la Comunidad Europea y el que crea la Comunidad Europea de la
energía atómica, quedan listos para su aprobación y ambos tratados se subscriben en roma, el 25 de marzo de 1957.
Para que estos tratados se sometan a ratificación en el parlamento de los seis, no solo los cristianos democráticos, sino
que también los socialistas votaran a favor completándose el proyecto de Staak de dotar al proceso europeo de un
segundo gran pilar partidario.
Respecto al contenido de ambos tratados, la CE se organiza siguiendo la pauta institucional de la CECA. Por lo tanto,
contaran con una comisión una Tribunal de Justicia y una Asamblea Parlamentaria. Pero se introduce en el Consejo de
Ministros una gran novedad, y es que se establece un voto ponderado en donde los tres grandes disponen de cuatro
votos, Bélgica y los Países bajos dos y Luxemburgo uno, pero la mayoría necesario para poder aprobar acuerdos son 12
votos, es decir, no es preceptiva la aplicación de la regla de unanimidad. Esto significa que los dos grandes estados en
unión de los dos medianos estados pueden alcanzar una mayoría, sin contar con el tercer gran estado.
La Ce persigue sobre todo de los objetivos la creación de un mercado común con libertad circulación para las personas,
los productos y los capitales, pero se adopta como fecha límite para su completa entrada en vigor el 1 de enero de 1973.
De hecho, mercado común es la denominación que prevalecerá en la vida ordinaria sobre su denominación oficial. Como
primer presidente se designa al alemán W. Hallstein, eso significa que una década después de la 2 Guerra Mundial, la
presidencia del primer organismo supranacional europeo recae sobre un alemán, además antiguo cautivo de los aliados.
Hallstein además se ha formado como economista en Washington y es un hombre plenamente alineada con los EEUU
El Euratom se dota de la misma estructura y del mismo procedimiento para la toma de decisiones, pero su cometido es
sectorial y se centra en el control del desarrollo de la energía nuclear en la comunidad sobre la base de su exclusiva
aplicación en el ámbito energético y de investigación.
La adopción de ambos tratados representa que las tres comunidades en cuanto organismo de carácter supranacional,
tiene la facultad de adoptar decisiones ejecutivas de obligada aplicación en el territorio de los seis estados que la
integran sin pasar por el filtro de la unanimidad, un hecho que suscita una enorme controversia y oposición de Francia
en plena crisis de la cuarta República, herida de muerte por el declive de los partidos políticos que la sostienen y por los
efectos traumáticos de la guerra de Argelia. Este diseño institucional sin embargo resulta atractivo para otros estados
como la República de Irlanda, Dinamarca y sobre todo Gran Bretaña, que desde comienzos de ese mismo año 1957
cuenta con un nuevo primer ministro muy europeísta llamado Macmillan. Sin embargo, en 1958 se produce igualmente
un cambio político no menos significativo, y es que la carta República francesa toca a su fin tras el nombramiento de
Charles de Gaulle como su último primer ministro con el mandato de abrir un nuevo proyecto constituyente que
desembocara en la adopción de la constitución vigente de la quinta República francés.
De Gaulle no solo tiene un pensamiento nítido sobre Europa su identidad y el papel de los estados europeos en su
construcción. Además, es un declarado enemigo del método comunitario y acusa a sus predecesores como por ejemplo
Schuman de haber creado “una Malange apátrida”.
El primer problema del que se ocupa De Gaulle es la resolución de la cuestión de Argelia, de cuya permanencia dentro de
Francia, ha sido un firme defensor. Tras ascender la presidencia se organiza un referéndum de autodeterminación en el
que un 75% de los argelinos vota a favor de la independencia, pero el verdadero eje central de la presidencia de De
Gaulle es la corrección (de una manera suave) del proceso de construcción europea de acuerdo con la aplicación del
método comunitario. De Gaulle afirma que existen dos grandes polos políticos en el ámbito de las relaciones
internacionales: el soviético heredero de un imperio ruso, que desde la segunda mitad del siglo XIX fue un firme aliado
de Francia; y el anglosajón, que ha sido enemigo de Francia casi siempre, por tanto De Gaulle estima que Francia debe
liderar un tercer polo, y no diluirse dentro de una organización política como las comunidades europeas o dentro de una
organización defensiva como la OTAN.

El 5 de septiembre de 1960 De Gaulle dirige un mensaje radiotelevisado a la nación done además de convertirse en el
primer líder político europeo que comienza a realizar un uso constante de la televisión, lanza al mundo su visión de qué
es Europa y por tanto a qué modelo de construcción debe obedecer su organización política. En los meses previos, el
Reino unido junto con Portugal, Suiza, Austria, Dinamarca, Noruega y Suecia ha lanzado la EFTA (asociación europea de
libre comercio), en respuesta al mercado común, la EFTA no fija una tarifa aduanera común hacia terceros y además no
aplica la cláusula democrática, pero sobre todo la EFTA refuerza las tesis gaullistas respecto de la relación que las
comunidades deben establecer con el Reino Unido, por eso De Gaulle defiende la refundación de la Europa continental
como una unión de Estados, entendiendo que son los Estados los protagonistas de la historia porque representan una
solución política capaz de interpretar el alma de las naciones, es decir su identidad, sus aspiraciones y su vocación de
contar con presencia singular en el mundo.

La declaración será desde entonces conocida como de la" Europa de las patrias" y representa una enmienda a la
totalidad explícita a la aplicación del método comunitario. en esa declaración se traduce institucionalmente en la
materialización de una propuesta específica de De Gaulle que es la creación de una nueva instancia política europea, la
"cumbre de jefes de estado y de gobierno", que se reúne por primera vez en París entre el 10 y el 11 de febrero de 1961.
Esta cumbre representa la plasmación del ideal de gobernanza europea que propone De Gaulle, es decir, el diálogo
político al más alto nivel entre los estados, a través de su supremo representante, una práctica que queda consolidada
cuando el 18 de julio siguiente se celebra la segunda de las cumbres en Bonn y se encarga a un diplomático francés, C.
Fouché, la elaboración de un plan específico para la institucionalización de las cumbres, pero ese verano sobreviene en
Europa la mayor crisis política y humanitaria desde el final de la Segunda Guerra Mundial. Las autoridades germano-
orientales cierran todos los pasos fronterizos en la ciudad de Berlín y en la república democrática alemana y en Berlín
además comienza a levantar un muro que separa físicamente las dos zonas de ocupación de la ciudad, una práctica que
se reproduce después a lo largo de toda la frontera en modo de alambrada electrificada.

Los sucesos de berlín representan un recrudecimiento de la Guerra fría y tanto los estados miembros de las
comunidades, con la excepción de Francia, como el Reino Unido, deciden estrechar sus vínculos con los Estados Unidos,
dentro del marco de la OTAN. En el caso de Gran Bretaña el gobierno conservador de Macmillan y su muy europeísta
ministro de asuntos exteriores Eduard Heath se enfrenta a un muy problemático dilema. Gran Bretaña quiere ingresar en
las comunidades y de hecho en 1962 presenta su solicitud formal de adhesión, pero por otro lado Gran Bretaña quiere
coordinar el desarrollo operativo de su arsenal nuclear con los Estados Unidos y en concreto el de los misiles Poralis, algo
que la enfrenta con Francia, sin embargo en octubre de ese mismo año, la crisis de los misiles cubanos coloca al mundo
al borde de una guerra nuclear. El presidente Kennedy resuelve la crisis sin retirar ninguna de sus posiciones en Europa,
que era el objetivo de Kruschev. Sin embargo, para De Gaulle la crisis de los misiles revela la ausencia de Europa del
tablero de las grandes decisiones mundiales y por eso cuando en diciembre de ese año Macmillan y Kennedy anuncian el
desarrollo conjunto de sus arsenales nucleares, De Gaulle anuncia el 14 de enero de 1963 que Francia veta el ingreso de
Gran Bretaña en las comunidades europeas. 8 días después De Gaulle escribe con Adenauer el llamado Tratado de París
o del Elíseo, el que Francia y la Alemania federal establecen dentro de las comunidades una relación de especial
asociación e identidad, ofreciendo su respaldo a la institucionalización de las cumbres de jefe de estado y de gobierno
que habrán de celebrarse al menos 3 veces al año, pero adoptando también decisiones que no son objeto del tratado
pero que desde entonces se incorporan a la práctica ordinaria en la vida de las comunidades. En primer lugar el
mecanismo de reparto, del equilibrio en el establecimiento de la sede de las instituciones comunitarias, la capital se
establece en Bruselas excepto el Tribunal de Justicia, que permanecerá en Luxemburgo, pero la Asamblea Parlamentaria
celebrará al menos una sesión mensual en Estrasburgo, ciudad que se convertirá en el símbolo de la reconciliación entre
Francia y Alemania. En segundo lugar, Adenauer y De Gaulle acuerdan que con la independencia de su evolución
demográfica, Francia y Alemania contarán siempre con la misma representatividad en todas las instituciones europeas.

La creación de las cumbres europeas y la definitiva consolidación de la alianza franco-alemana al frente de las
comunidades constituye el gran legado de la presidencia de De Gaulle al proceso de construcción europea, sin embargo
representan también el pretexto para que a partir de 1963 De Gaulle emprenda una acción sistemática de debilitamiento
de las comunidades que se enfrentarán a la mayor crisis de su historia.

TEMA 6. LA CRISIS DE LAS COMUNIDADES EUROPEAS (1963-1970)


1963 es el año en el que una generación entera de líderes, esencialmente europeos cesan en el ejercicio de sus tareas de
gobierno o fallecen. Entre comienzos de septiembre y mediados de noviembre fallece Robert Schuman, abandona la
cancillería Adenauer en Alemania, dimite como primer ministro británico Macmillan y es asesinado el presidente de los
Estados Unidos, Kennedy.

La elección de un nuevo Papa, Pablo VI, en junio, y el nombramiento de un nuevo primer ministro en Italia, Aldo Moro,
nos encontramos con que en apenas unas semanas y con la excepción de Francia, se produce una completa renovación
del panorama político democrático, que deja a De Gaulle como único superviviente entre los grandes líderes de la guerra
y de la posguerra. Con la excepción de Italia, además se trata de líderes que incluido De Gaulle deben hacer frente a
procesos electorales en uno o como máximo dos años.

El clima político europeo adquiere connotaciones muy electoralistas, especialmente crítica esa situación para De Gaulle,
cuando constata la posibilidad de no obtener la reelección primera vuelta. De Gaulle además se ve en solitario, como el
último gran líder que le queda a Europa. Su acción se despliega en dos ámbitos, el ámbito internacional, donde De Gaulle
reactiva la relación con la unión soviética, en segundo lugar reactiva la francofonía con su visita en 1967 a Canadá y muy
especialmente a la provincia de Quebec, pero sobre todo en 1966, De Gaulle decide que Francia abandone la estructura
militar de la OTAN, la OTAN tiene que trasladar apresuradamente su sede a Bruselas (antes estaba en París) con la
consiguiente crisis estratégica del modelo de seguridad y de defensa en Europa Occidental. En el ámbito comunitario De
Gaulle decide lanzar un desafío a la aplicación de la regla de la mayoría cualificada, cuando en 1964 se adopta la política
agraria común, que significa que por primera vez, los fondos aportados por los estados van a ser administrados
aplicando una regla de decisión no unánime. De Gaulle entiende que Francia, como primer país contribuyente junto con
Alemania tiene derecho a que se aplique la regla de la unanimidad. De hecho Francia es parte en 1965 del tratado de
fusión de ejecutivos que posibilita que tanto la Comisión como el Consejo de ministros de las 3 comunidades sean el
mismo. Pero cuando el presidente de la Comisión Hallstein decide seguir adelante con la PAC de acuerdo con la regla de
la mayoría cualificada, Francia anuncia que se retira temporalmente de todas las instituciones comunitarias, practicando
lo que inmediatamente se denomina la política "de la silla vacía" , las comunidades quedan inmediatamente paralizadas
y se abre una larga negociación que se resuelve con la dimisión de Hallstein y el llamado "compromiso de Luxemburgo",
que consiste en la introducción en los tratados de la aplicación del principio de la unanimidad a petición de uno de los
Estados miembros, es decir, el triunfo de las tesis gaullistas, si no se modifican los tratados.

En 1967, camino de los 80 años, De Gaulle es un líder que no goza de un contexto internacional especialmente favorable,
y su relación con sus socios comunitarios es muy problemática, su posición política interna además no es sólida tras
haber obtenido la reelección como presidente en diciembre de 1965 en segunda vuelta, lo que revela una fuerte
contestación interna y tanto por parte de la izquierda como del centro político e incluso de gaullistas con convocación
europeísta, como quien había sido su primer misitro... en este contexto a principios de 1968 se produce un vasto
movimiento de respuesta social con dos grandes pilares, por un lado los sectores trabajadores y sobre todo por su
repercusión internacional los estudiantes, a quienes los procesos de masificación de las instituciones académicas han
recluido en edificios de nueva construcción se levantan en medio de barrizales a las afueras de ciudades como París.

El malestar social conduce al estallido de una revolución, la primer en Francia en casi un siglo, pero también la primera
en Europa occidental también conocida como el mayo francés. El movimiento coincide en el tiempo con el proceso
político desde enero, abierto en la entonces Checoslovaquia con su primer ministro A.Dubcek y cuyo objetivo es el
restablecimiento de las libertades democráticas y la convocatoria de unas elecciones libres que pueda conducir a la
construcción de un nuevo régimen ni liberal ni estalinista sino en otras palabras, un socialismo con rostro humano.
Dubcek que además manifiesta su admiración por líderes en la lucha por los derechos civiles en los Estados Unidos,
como Lutter King o Robert Kennedy.

La sensación de que a ambos lados del muro de Berlín, la lógica interna de los bloques se está resquebrajando para dar
paso a una nueva etapa en la historia de la vida democrática, es efímero. La consecuencia política inmediata del mayo
francés es que en las elecciones legislativas que se celebran el mes de junio siguiente, los candidatos gaullistas, liderados
por Pompidou, obtiene una abultada mayoría absoluta. En Checoslovaquia las fuerzas del Pacto de Varsovia ponen fin al
proyecto de Duncek por medio de una invasión que cuenta con cientos de miles de efectivos y más de 2000 carros de
combate.

En Francia De Gaulle decide reafirmarse en la presidencia, convocando un plebiscito para la reforma administrativa de la
república, que tendrá lugar en abril de 1969. De inmediato se convierte en una consulta sobre su permanencia en la
presidencia de la nación. EL resultado es negativo y De Gaulle renuncia. La dimisión de De Gaulle determina la
convocatoria inmediata de elecciones presidenciales que se resuelven ese mismo mes de junio de 1969 con la elección
de Pompidou. La dimisión de De Gaulle representa además la desaparición del gran obstáculo a la integración británica y
por tanto la ampliación de las comunidades europeas y por consiguiente la aplicación de los mandatos de los tratados de
Roma, pero en términos históricos más amplios, representa el final del ciclo histórico de un cuarto de siglo que sigue al
final de la Segunda guerra mundial y que políticamente todavía estaba protagonizado por la democracia cristiana. Ese
año 1969 el líder social-demócrata Brandt se convierte en el canciller de Alemania, el primer canciller socialdemócrata en
más de 60 años y en el año siguiente Kreisky en canciller de Austria, el primer canciller socialista en casi 70 años, ese
mismo año 1970, el líder conservador Eduard Heath se impone en las elecciones británicas y se convierte en primer
ministro del Reino Unido. En menos de un año Gran Bretaña, Francia y Alemania cambian de gobierno y de orientación
política, pero Pompidou, Brand y Heath comparten el mismo compromiso con el proyecto europeísta.

Pompidou decide tomar la iniciativa del proyecto diseñado ya en los tratados de Roma, convocando a su socios dentro de
las comunidades a la celebración de una cumbre monográfica que albergarán los Países Bajos en La Haya el 1 y el 2 de
diciembre de 1969, en esas apenas 48h la cumbre diseña una estrategia que va a orientar y a inspirar el proceso de
interacción jurídica europea durante más de una década y que se resume en tres infinitivos: Acabar, es decir, poner
término a la creación del mercado común y por consiguiente a la libre circulación de bienes capitales y personas;
profundizar, es decir avanzar en el ámbito de la unión económica y monetaria y en la medida de lo posible, de la unión
política, pero sobre todo ampliar, es decir, levantar el veto a la integración del Reino Unido y acelerar las conversaciones
para la integración de los restantes países candidatos que son Irlanda, Dinamarca y Noruega.

Se abre por tanto una nueva etapa en la historia de la construcción europea después de una muy problemática década,
una etapa que representará la ampliación del espacio de las comunidades más allá del núcleo fundacional y la
incorporación a un proyecto hasta entonces dotado de un sesgo muy continental de la Europa insular y también el
fortalecimiento de su vocación nórdica y mediterránea. Las comunidades europeas superan su matriz carolingia y la
consiguiente afirmación es su virtualidad como un proyecto de ámbito continental y abierto a países siempre
democráticos pero no necesariamente ricos.

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