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Escritoras Excomulgadas

Almas

Almas Reencarnadas
Reencarnadas

Nala Ariella -

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Nala Ariella

Chicas del Club de las Excomulgadas como

pueden ver soy súper nueva en esto, inicie al igual que

ustedes con una afición a la lectura desde que era una

niña pero esa afición se convirtió en adicción si no tengo

un libro a la mano, tengo un ebook, si no lo tengo uso un

audio libro. Desde al año pasado esta adicción se ha

convertido en un deseo por escribir, sobre todo de

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romance erótico ya que son muy pocas las escritoras que lo realizan espero les guste mi

intento de escritora.

Este libro surge a raíz del secuestro de un tío por parte del crimen organizado

en México su cuerpo no ha sido encontrado pero en mi corazón quiero pensar que está

en un lugar mucho mejor, cada uno cree en la vida después de la muerte de manera

diferente esta es mi manera y si alguien piensa igual es bienvenido a creer

Para ser mejor y crecer se necesita tropezar. Los triunfos son recompensas de la

vida por un gran esfuerzo por eso dejo a su disposición mi correo en yahoo para que

me den sus críticas siempre con el afán de crecer, buenas o malas, quien sabe quizás yo

pueda ser un día una escritora jaja lo sé esta cañón pero se vale soñar mi correo es:
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danavazquezruiz@yahoo.com

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Argumento

Rebeca una chica normal vive de manera común y corriente no tiene novio ni

quiere casarse es feliz en su trabajo sin embargo la vida está llena de sorpresas y tiene

una muy especial para ella, despertar en otro siglo con una mente moderna es

peligroso tanto como el guapísimo Edward Lancaster, un hombre seductor que busca

tener a la hermosa mujer llena de fuego que acaba de llegar a su casa, una que no se

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deja seducir tan fácil, convirtiéndolo en un reto fabuloso.

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Cuando Rebeca despertó lo hizo en un cuarto que no conocía, no sabía

cómo había llegado ahí, tampoco recordaba haberse acostado, recordaba que fue al

Starbucks a comprar su cappuccino vainilla y su tarta de moras y chocolate blanco

como todos los fines de semana antes de abrir su negocio “NOVIAS DE FANTASIA” y

luego despertó aquí. Lo más extraño era que no sentía miedo al contrario sentía una

gran paz interior, se sentía mejor que nunca pero no podía estar aquí tenía varias citas

con algunas novias, en febrero muchas chicas se casaban y otras encargaban sus

vestidos meses antes para tener todo listo y ahora que había agregado vestidos de

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quinceañera su negocio era más rentable y ganaba muy bien, su mejor amiga Jennifer

hacia los banquetes y su cuñada Lissette era planificadora de bodas y de alguna

manera este se había convertido en un negocio familiar, era mejor que se levantara y se

fuera si no quería asustar a su familia.

Se levanto despacio y cuando se acercó a la puerta se dio cuenta que no había

ninguna, en su lugar se encontraba una hermosa mujer de piel apiñonada, enormes

ojos azul profundo y el cuerpo de una modelo de Victoria Secrets enfundada en un

vestido estilo impero de color azul que combinaba con sus ojos. Pero antes de que ella

pudiera decir algo la otra mujer le sonrió:


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—Hola Rebeca, veo que ya te levantaste mi nombre es Topacio y soy la

encargada de ayudarte.

— Como sabes mi nombre—pregunto ella, no llevaba identificación ese día y

definitivamente no la conocía una mujer tan espectacular, una mujer que no se le

olvidaría a nadie— ¿puedes decirme en dónde estoy?, porque quiero llamar a mi

familia para que vengan por mí.

— ¿Quieres sentarte por favor?, hay algo que debes saber—movió una mano en

dirección a un sofá que se encontraba en la esquina de la habitación junto a una

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ventana y Rebeca la siguió, cuando se sentaron ella le dijo—Esta mañana cuando salías

de la tienda, una bala perdida te dio en la cabeza, desafortunadamente falleciste, tu

familia ya lo sabe, pasado mañana es el funeral, lo siento mucho este tipo de noticias

nunca son fáciles.

Muerta, muerta, muerta, esa horrible palabra sonaba en su cabeza, ella no

quería creerlo, seguro era una broma o un sueño así que se pellizco pero no sintió

dolor, quiso llorar y no pudo, solo le quedaba resignarse pero no dejaba de dolerle

saber que solo tenía 26 años y no había alcanzado todo lo que quería en la vida.

— ¿Entonces estoy en el cielo o algo parecido?—cuando Topacio asintió no

pudo retener la siguiente pregunta—que pasara ahora conmigo o lo que queda de mí.

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—Estas en una parte del cielo que notros llamamos la segunda oportunidad

porque tienes una segunda oportunidad de vivir en otro cuerpo, yo te ayudare a

adaptarte, claro que es solo si tú quieres vivir otra vez, si decides que no entonces te

llevare más arriba, antes de venir aquí lleve a un joven a la tierra por un cuerpo.

— ¿Una segunda oportunidad?, ¿entonces puedo escoger un cuerpo? —Cuando

Topacio asintió en respuesta Rebeca se sintió esperanzada, había un cuerpo del pasado

que siempre quiso ser—bien, puedo ser Marilyn Monroe.

—Jajaja entonces has fila chica, el 90% de las mujeres que llegan aquí quieren

ser ella y no podemos darles cuerpos que sean relevantes en la historia solo cuerpos
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que no cambien el transcurso de las cosas, también puede ser un cuerpo temporal si no

te adaptas en dos años entonces te traigo de regreso y te buscamos otro, pero si

cumples dos años y eres feliz entonces te quedaras ahí y olvidaras tu vida anterior.

—Sí, quiero vivir otra vez—era mejor que no tener nada, después de todo lo

que hizo en el presente lo podía hacer en cualquier época, por lo menos eso esperaba—

Me gustaría el cuerpo de una mujer joven, si es posible que no está casada, me gusta la

idea del cortejo.

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—Yo vendré por ti en cuanto haya algo como lo que buscas. Me están llamando

en este momento pero regreso lo más rápido que pueda, ¿necesitas algo antes de que

me vaya?

—¿Puedo despedirme de mi familia?, solo quiero verlos y pedirles que no

lloren.

—Es de noche en la tierra, puedes hablarles pero solo en los sueños para que no

los asustes, es todo lo que puedes hacer—Topacio la tomo de la mano y la llevo por un

amplio pasillo de color amarillo rojizo que le recordaba mucho un atardecer y el piso

era azul muy claro. Era hermoso este lugar. —Hola Hope, Rebeca quiere despedirse y

solicito tu permiso.

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—Muy bien pero no te sueltes de mi mano y sigue mis instrucciones,

¿entiendes?

Tomo la mano de Hope, era muy diferente a Topacio su piel era blanca como el

marfil, su pelo negro al igual que sus ojos y su vestido era en estilo imperio pero negro

también.

—Escucho tus pensamientos Rebeca y tienes razón nuestros vestidos son

iguales pero no siempre combinan con nuestros ojos y pelo. Llegamos no me sueltes y

di lo que quieres decirles cada uno. Están soñando contigo pero cada sueño es distinto,

lo que tú les digas se adaptara a su sueño de manera natural.


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—No quiero que lloren por mi yo estoy bien, los amo y quiero que sean felices.

—Eso fue muy dulce. Ahora vayamos con Jennifer ella está más afectada, tu

hermano y tu cuñada se reconfortan mutuamente pero ella está sola y la tristeza es

muy fuerte.

Salieron de la habitación y fueron a la casa de su amiga. En el aire se podía

sentir la tristeza que se desprendía de la casa y sin darse cuenta unas lágrimas brotaron

de su cara.

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—Pensé que no podía llorar, lo intente cuando me dijeron que estaba muerta

pero no pasó nada, ¿porque ahora sí?

—La tristeza de tu amiga es muy grande por eso te afecta — cuando entraron a

su habitación Rebeca vio la cara congestionada de lágrimas de su amiga, era claro que

se quedó dormida de tanto llorar. Quería correr a abrazarla y decirle que todo estaría

perfecto pero sintió el ligero jalón de su brazo cuando dio un paso hacia la cama —lo

siento no se puede. Dile todo lo que quieres decir y te aseguro que estará mejor en la

mañana.

—Jenny por favor no llores, me parte verte así, yo estoy bien y quiero verte

feliz. Sé que somos amigas desde hace más de veinte años pero para mí eres una

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hermana, la mejor de las hermanas, quería decirte esto en persona pero no se pudo, así

que te lo diré de otra forma… Mañana quiero que vayas a mi oficina y abras el closet te

deje tu vestido de novia y también deje los de las damas de honor en tu color favorito,

es mi regalo de bodas, ya sé que Simón no te lo ha propuesto, pero sé que lo usaras

con el hombre adecuado y hazme un favor se feliz por ambas.

—Listo. Ya casi amanece y te están llamando.

Cuando regresaron al cielo Topacio estaba con una sonrisa en los labios y los

brazos extendidos hacia ella, se emocionó tanto de verla que no pudo evitar correr a

sus brazos, cuando la abrazo se sintió en paz y la tristeza se había ido.


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—Quiero ver a Jenny cuando vea su vestido.

—No podemos. Hay un cuerpo para ti y debemos llegar antes de que se den

cuenta de que murió, es una mujer, joven y soltera tal como querías pero es en 1855,

espero que no te importe.

—Importarme, en lo absoluto siempre soñé con bailar en un gran salón algo de

Strauss, Mozart o Beethoven—era el pasado, no podían solo desaparecer ¿o sí?—

¿Cómo llegaremos?

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—Con mis alas por supuesto, no te vayas a soltar de mí. — De su espalda

emergieron unas grandes y hermosas alas color almendra que la envolvieron. Rebeca

estiro su mano y toco las plumas, eran tan suaves y cálidas que le recordaban un rico

abrigo de mink.

Después de solo unos minutos las alas comenzaron a abrirse y así como

vinieron se fueron

—Llegamos. Ella es Kiara Langtry

— ¿Que le paso? —Estaba muy oscuro y no podía distinguirla bien. —Ya sabes

de que murió.

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—Hace unos días se mojó en el campo, se resfrió, le dio neumonía y bueno ya

sabes lo que paso, esta era su última oportunidad por eso no regreso a su cuerpo. Será

mejor que entres en ella antes de la descubran, tócala y su cuerpo te jalara como un

imán no tengas miedo estaré aquí y te iré señalando quienes son las personas que

entren.

Rebeca toco la mano de Kiara y sintió una poderosa fuerza que la llevaba al

interior del cuerpo, se sintió frio al principio pero después de unos minutos se dio

cuenta que ardía en temperatura, Topacio se acercó le toco la frente e inmediatamente

se sintió bien.
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—Gracias me siento mejor — en cuanto saliera el sol se miraría al espejo, quería

ver cómo era y bueno hacer algunos cambios como una depilación, unos arreglos en el

pelo… y de pronto escucho una risita juguetona que la hizo voltear para donde se

había colocado Topacio, la risa provenía de ella. — ¿Que es tan gracioso?

—Olvide decirte que puedo oír tus pensamientos. Te quedaras sorprendida

cuando te veas la persona que ocupo este cuerpo antes que tú, era demasiado femenina

y también se ejercitaba y bañaba todos los días.

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—Qué vergüenza entonces sabrás todo lo que pienso—en ese momento la

puerta se abrió y una mujer asomo la cabeza, cuando la vio despierta salió corriendo —

¿qué le paso es rara o te vio?

—No me vio, no puede a menos que yo quiera, va a decirle a todos que ya

despertaste. Tu mamá está a punto de entrar.

— ¿Cómo estas hija? Estábamos tan asustados —mientras le decía eso la tocaba

por todas partes, la frente las manos, el estómago los brazos, ella es tu mamá Camila

Collinwood y en la puerta está tu papá Henry Langtry —te pusiste tal mal pensé que…

olvídalo voy a pedir que te traigan algo de comer.

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—Princesa, ¿cómo estás?— al cuarto entraron muchas personas y se pusieron en

alrededor de su cama. Topacio continúo de derecha a izquierda: después de tu papá, son

George, tu hermano mayor y su esposa Elizabeth Bennett, Héctor, el segundo en nacer y Aarón,

cuatro años mayor que tú así que eres la bebé — creo que somos muchos en la habitación.

—Estoy bien papá. Me gustaría salir a comer al aire libre, por favor. — Sus

hermanos se parecían mucho y eran bastante guapos, el mayor tenía el pelo color

caramelo y los otros dos lo tenían negro igual que su papá, ¿cómo sería ella?—pero

necesito un baño primero.

Todos la saludaron y le dijeron lo felices que se sentían por verla bien

bromearon un poco y después se retiraron y la dejaron sola.


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—Me están llamando. Vendré después a verte disfruta a tu nueva familia.

Topacio desapareció y entraron dos sirvientas llevándole agua caliente y jabón.

Dios, el agua se sentía como debería sentirse el paraíso. Quería bañarse sola pero no la

dejaron, tenían miedo de que cayera, pero alcanzo a mirarse en el espejo y vio que en

efecto tenía un cuerpo moldeado por el ejercicio y su pelo era también color caramelo,

ojos verdes, nariz finita, boca pequeña y ligeramente llena y dientes blancos, muy

bonitos, le faltaba una pequeña depilación pero lo haría en cuanto la dejaran sola. Se

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puso un vestido sencillo color durazno y unos zapatos de terciopelo en color hueso se

recogió el pelo y salió a conocer su nuevo hogar.

—Entonces, ¿vas a buscar esposa o mamá la buscara para ti? —Preguntaba

Fernando a su hermano mayor solo para hacerlo enojar— porque me entere que salió

de viaje hace unos días y la última vez que lo hizo nuestras hermanas terminaron

casadas.

Edward no necesitaba que le recordaran que Amelia se había casado hace cinco

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años y Victoria cumplió dos recientemente, él era viudo sus padres concertaron un

matrimonio cuando él era muy joven y solo duro un año. Diana había muerto en el

parto junto con él bebé, ahora no quería saber nada de matrimonios pero su madre no

sería fácil de convencer, menos aun cuando su padre había muerto el año pasado y la

responsabilidad familiar recaía en él.

—No pienso buscar esposa y si mamá se empeña en traerme una, hare todo

para espantarla ya pase un infierno no pienso regresar a el.

—Edward eres el mayor y aunque no te guste necesitas un heredero nuestras

hermanas solo han tenido hijas, no podrán heredar y todo se perderá—Fernando


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quedo estéril después de que enfermo gravemente cuando tenía veintidós, él sabía que

no podría ayudar a la familia—ya pasaron siete años de la muerte de Diana, la

medicina ha avanzado deberías pensarlo.

—Me case con Diana sin amor, fue una esposa ejemplar y cuando murió me

sentí mal por mucho tiempo, tú lo sabes, tienes una idea de cómo me sentiré si me

enamoro y ella muere estaré devastado… no puedo negar que tengo miedo.

—Sí que te entiendo lo sabes pero tarde o temprano esto sucederá.

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—Mi lady, la duquesa de Lancaster acaba de llegar, la hice pasar a la salita de

té.

—Dios mío, tiene muchos años que no venía, dile que voy enseguida y tu Kiara

baja inmediatamente de ese caballo y ven a saludar a tu madrina.

— ¡Silvia que alegría verte! Han pasado tantos años ven siéntate, cuéntame,

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¿cómo has estado?

—Camila querida, estoy muy bien pero enviude el año pasado, Charles no

pudo reponerse, Amelia y Victoria ya están casadas y soy abuela de tres niñas, ahora

dime que te ha pasado a ti.

—George está casado y están esperando su primer hijo, Héctor está

comprometido con Noemí Townsend, Aarón huye del matrimonio y Kiara se enfermó

terriblemente la semana pasada, ah mírala ahí viene.

—¡Madrina! Buenos días, hace mucho que no la vemos, —sabia esto por los

recuerdos que tenía, algo que había aprendido en esta semana, la duquesa era muy
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guapa, seguro de joven era toda una belleza con su piel ligeramente sonrosada, ojos

color miel y pelo castaño ondulado, no cabía la menor duda—espero que se quede

algunos días con nosotros.

—Me gustaría mucho eso pero solo tengo unos días antes de que empiecen las

lluvias y crezca el rio cuando eso pasa no se puede cruzar el puente —mientras hablaba

no dejaba de admirar a su ahijada, la última vez que la vio era una niña de once años y

se había convertido en una joven muy hermosa, además era de buena familia justo lo

que necesitaba para Edward— pero me puedo quedar dos días.

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—Pediré que te preparen el cuarto y veré si ya está la comida—Camila estaba

feliz de ver a su amiga, esperaba que Silvia pensara en su hija como una candidata para

casarse con alguno de sus hijos. Todos sabían que Edward era viudo y Fernando no

tenía compromiso alguno— puedes quedarte con tu madrina un momento regreso

enseguida.

—Me dijo tu mamá que estuviste enferma —este era un buen argumento para

llevarla con ella a vivir a la mansión Lancaster unos días, las lluvias empezarían en

pocos días, el rio crecería y para cuando se pudiera cruzar el puente seguro estarían

bastante enamorados, claro que ella ayudaría y mucho— el aire del campo hace

maravillas a la salud.

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—El doctor le dijo lo mismo a mis padres pero no hemos podido viajar aun— le

gustaba la idea de cambiar de aires, alejarse de la constante vigilancia de su madre— él

bebé de mi hermano está por nacer y mi mama quiere estar aquí.

—Podrías venir conmigo pero tendrás que hacer tu equipaje desde hoy, varios

vestidos para salir algunos de baile, ropa de montar y todo lo que una dama necesita—

ella no solía dar bailes pero este año muchas conocidas harían presentaciones en

sociedad —pediremos que nos den noticias del bebé.

—Creo poder convencerlos—esperaba que si o se volvería loca si no salía de

este lugar, solo podía montar el caballo que tenía llamado Lazlos, pero si estaba atado,
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al ver su gesto afirmativo sonrió—empezare ahora mismo.

—Silvia ven vamos al comedor la comida esta lista, Kiara no te vayas, vamos a

comer.

La comida transcurrió con un ambiente muy agradable, descubrió en su

madrina a una mujer muy agradable y alegre, Silvia uso el tema de su mermada salud

para lograr que le dejaran ir a vivir con ella unos meses, para que se recuperara

totalmente, alegando que el clima y el aire del campo la fortalecerían. Su padre le dijo

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que fuera el día siguiente con la modista a conseguir algo de ropa nueva y calzado más

cómodo y todo lo que quisiera comprar. Kiara esta extasiada con la noticia sería la

primera vez que saldría de la casa y estaría en una tienda de esta época, pasara lo que

pasara lo disfrutaría, ella lo sabía.

Casi no había dormido de la emoción, el viaje y las compras nunca le habían

llamado tanto la atención, se sentía como un niño en dulcería, después del desayuno se

dirigieron a la tienda que según su madre era la mejor del lugar y cuando llegaron su

madrina dijo que después de esa tienda irían a visitar su tienda favorita y ella pagaría

todos los vestidos que Kiara escogiera, incluidos zapatos, sombreros, guantes y ropa

interior, lo que originó una alegato entre amigas pero al final gano su madrina

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aludiendo que tenía muchísimo tiempo que no la veía, que no le regalaba nada y

quería compensar de alguna manera todos esos años.

—Muy bien tu ganas esta vez, voy a buscar a madame Lucette para que nos

muestre lo mejor que tiene.

—Yo voy con Kiara para ver que le ha gustado — y sugerirle que comprar, tenía

que admitir el buen gusto en muchas de las prendas, pero con seigneur Marceau los

vestidos eran sublimes y la ropa interior era muy bonita— los sombreros y los guantes

son muy bonitos creo que comprare algunos para mí, son más lindos que en la mode

pero los vestidos no son tan lindos.


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—Estaba viendo esos abanicos, ese negro es precioso y el color marfil también,

pero tiene razón los vestidos no son muy lindos como dijo mamá—la palabra que

estaba en su cabeza para los vestidos era espantosos pero no quería ofender a nadie,

después de todo esta era la moda, no había ropa interior pero no era tan malo — creo

que llevare esos dos abanicos un dorado y un azul con beige, el sombrero del aparador

y unas tres sombrillas de sol, es de lo más bonito que he visto.

—Madame Lucette no se encuentra, ¿quieres esperar a que regrese o quieres

llevar algo de aquí para que nos vayamos a la tienda que dice Silvia?

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Después de comprar los artículos que les gustaron salieron para ir a la siguiente

parada, después de ahí quería ir a comprar unos perfumes y varios jabones esperaba

encontrar unas cremas, su piel pedía a gritos algo de crema pero si no las encontraba

compraría unos aceites corporales, al entrar a la tienda los ojos de Kiara casi se salen de

sus orbitas, eran muy bellos y los que no lo eran tenían fácil arreglo, quien mejor que

ella que era una experta en moda. Se llevaría varios de ellos, algunos hilos, encajes y

listones. Nadie luciría más elegante que ella.

—Mamá es el paraíso, has visto algo como esto y mira los zapatos, — su madre

estaba anonadada y no podía responder, todo era muy bello, se sentía en un cuento de

princesas, con estos vestidos alrededor de ella le recordaban las películas de Disney si

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estuviera más emocionada le daría un infarto— ¿mamá estas bien?, por favor

reacciona.

—Todo es tan bello, mira los trajes de baño, no te olvides de llevar unos

recuerda lo que dijo Silvia de un lago con agua cristalina y templada y como te conozco

muy bien sé que querrás meterte.

—Tu mamá tiene razón debes llevar por lo menos uno. Miren aquí viene

Monsieur Marceau —tanto Kiara como su madre voltearon al unísono y vieron llegar

a un hombre con bigotes al estilo de Salvador Dalí y barba de chivo, casi corriendo al

lado de su madrina, le tomo la mano se la beso y con una reverencia la saludo

afectuosamente—mi querido Marceau tanto tiempo sin verlo.


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—Mi lady dichosos los ojos que la ven, ¿a que debo el honor de su visita?

—Quiero llevar unos vestidos para mí, pero mi prioridad es mi ahijada quiero

que le muestre lo mejor que tenga y que podamos llevarnos ahorita mismo ya que

salimos mañana de viaje.— Cuando se refirió a Kiara extendió su mano hacia ella para

señalarla e inicio las presentaciones.— Ella es mi mejor amiga Camila Collinwood y su

hija, mi ahijada, Kiara Langtry.

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—Es un placer conocerlas, nunca las había visto por aquí —acercándose a Kiara

la tomo de la mano y la hizo dar una vuelta para mirarla detenidamente— alguna vez

ha pensado en modelar querida tiene usted un cuerpo espectacular, si tienes algún

secreto para estar así no se lo diga a nadie, vengan por aquí señoras tengo unos

modelos que no he sacado así que son únicos, si le quedan y vaya que son muchos,

puede llevárselos ahora mismo.

Las condujo a un cuarto privado muy amplio en color lila, solo había un

espacioso sofá color blanco, una mesa larga de centro, unos maseteros grandes, y en

una pared cuatro coquetas de madera con espejo que sobresalían de su cabeza y

llegaban hasta el piso creando una especie de biombo, en medio de los espejos había un

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estrado redondo. Le recordaba mucho su tienda de novias y se puso nostálgica. Le

duro poco el sentimiento por que Monsieur Marceau hizo su aparición y con el venían

cinco chicas cargadas de vestidos y él tenía en sus manos una crinolina y un corsé,

colgaron los vestidos en un vestidor portátil y salieron.

—Esto es lo más nuevo en crinolinas, es más amplio y el corsé ahora es corto a

la cintura pero sigue ayudando a realzar el pecho. Saldré por más vestidos en lo que

usted se cambia con todo esto.

Se probó todos los vestidos y para su sorpresa todos le quedaban perfectos

parecía que la modelo había sido ella, tenían colores que combinaban a la perfección y

unos bordados tan delicados que se quedó asombrada de ver trabajos tan bien hechos
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en una época que carecía de la tecnología que ella tenía. Cuando salieron de la tienda

comenzaba a oscurecer, no sabía cómo había pasado eso. El carruaje se llenó de cosas,

de modo que llamaron a otro y se fueron a la casa de cosmética por los jabones y

perfumes. Kiara iba feliz pero su madrina había gastado una pequeña fortuna en ella y

eso le daba mucha pena.

—Gasto mucho en mí por eso me gustaría pagarle madrina.

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—Llámame Silvia, es más personal y lo del dinero no está a discusión es mi

regalo para ti.

Después de comer comenzó a empacar, nunca imagino que guardar las

crinolinas fuera tan complicado. Cargaron todo en el carruaje por que saldrían muy

temprano a la estación de tren, el viaje seria largo y si dormían una parte del viaje no

llegarían cansadas a la casa de veraneo de los Lancaster que colindaba con Escocia.

Despertó ansiosa por el viaje, se despidió de sus padres y partieron a la estación,

fueron llevadas a sus respectivos camarotes y el movimiento del tren consiguió que

Kiara durmiera profundamente, despertó cuando escucho que tocaban a su puerta,

adormilada como estaba se levantó lentamente y abrió la puerta, un sonriente

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camarero de pie en la puerta le dijo:

—Lamento despertarla señorita Langtry pero en unos veinte minutos

llegaremos a su destino y pensé que querría comer algo antes de bajar.

—Gracias me gustaría comer un poco, ¿sabe en donde se encuentra mi

madrina?

—Está en el comedor si gusta acompañarme la llevare con ella.

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No podía creer lo que sus ojos estaban viendo, era el paisaje más bello que

había visto estaba completamente fascinada, viajar en carruaje era un martirio, con

tanto revote no le sorprendería si sus huesos se desbarataban como una torre de cartas,

lo único que le hacía olvidar su dolor era el paradisiaco paisaje que se extendía por

kilómetros a la redonda, solo había contado nueve casas durante todo el viaje eso solo

quería decir una cosa paz, tranquilidad y privacidad.

—No has dejado de ver el lugar querida, ¿estas arrepentida de venir? —

esperaba que no, realmente quería que se quedara si no lograba casarla con Edward

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esperaba que se casara con Fernando, sea como fuera, la quería en la familia— al

principio yo me asuste y ahora no quiero salir de aquí.

— En lo absoluto esta es la mejor decisión que he hecho, será difícil que me

saque de aquí Silvia, si tengo que casarme con un caballo para poder quedarme

gustosa compartiré el establo.

—Jajá no creo que necesites hacer un sacrificio tan grande, si decides quedarte

podemos compartir mi villa en Cartwright Hall, antes le decían Casa de la Viuda pero

se oye muy feo y me da tristeza así que le cambie el nombre. —Si era capaz de casarse

con tal de quedarse le mostraría los lugares más impactantes del lugar y las lluvias

traerían muchos más— tengo muchos árboles frutales y un puente de madera para

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cruzar el arroyo que es muy ancho.

—Ya quiero verlo —todo parecía de película, si fuera un sueño sería mejor que

no la despertaran, alcanzo a ver una gran mansión de piedra cubierta en partes por una

enredadera trepadora — esa mansión que se ve ahí, ¿de quien es?, no he visto una tan

impresionante en todo el trayecto.

—Déjame ver — movió un poco la cortina y sonrió— es nuestra casa bueno es

de mi hijo el mayor, Edward. Cuando murió su padre, la casa paso a su poder y

también todas las responsabilidades que su título le otorga, bien llegamos, ¿quieres

descansar y comer?
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—No, estoy muy bien prefiero curiosear si no le importa —era temprano eso le

daría la oportunidad de estirar las piernas y relajarse tirándose en la hierba— prometo

no alejarme.

—Es tu casa querida puedes hacer lo que gustes yo pediré que lleven tus cosas a

la habitación. — La puerta del coche se abrió. — ¿John, esta mi hijo por aquí?

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—No se encuentra, mi lady, salió temprano a ver sus propiedades y aún no ha

llegado, lady Amelia dejo hace unas horas a la señorita Catalina y el joven Fernando

está aquí quiere que lo llame .

—Por el momento no, quiero tomar un baño y un descanso. Ella es lady

Langtry, mi ahijada, que suban su equipaje al cuarto color durazno. Yo solo traigo

estas tres y esa caja de allá.

—Si mi lady, ¿desea algo más?—él se volteo a ver a Kiara y la observo—

encantado de conocerla soy John Martin y estoy para servirla señorita.

—Muchas gracias lo veré más tarde, voy a caminar un rato.

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Realmente quería correr pero el corsé la asfixiaría eso era seguro, el lugar era

asombroso no sabía para donde voltear, alrededor de la mansión había muchos árboles

de pino, también muchísimas flores de todo tipo y colores, la entrada al lugar era de

piedra bordeada por pinos que parecían silenciosos centinelas, siguió caminando,

aprendiendo el lugar que se tornaba cada vez más perfecto. Detrás de la casa en la

parte alejada estaba la caballeriza y del lado derecho otro jardín, pero no uno

cualquiera este formaba un laberinto. La emoción la mataría nuevamente, le gustaba

este cuerpo y mucho, así que debía calmarse, unos ejercicios de respiración ayudarían.

Inhala, exhala estaba funcionando. Pero si no entraba en el laberinto se arrepentiría

— ¡Que emocionante! Espero no perderme es muy grande y profundo, a ver


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¿qué camino tomare?, seguiré derecho. Wwau, es genial, ahora izquierda.

—Moka ven aquí gatita, ¿dónde estás gatita?, vamos ven aquí.

Kiara seguía en el laberinto mirando hacia arriba para ver si reconocía algo,

pero no, todo lo que sabía era que estaba perdida.

—Bravo Kiara, tu curiosidad ha hecho que te pierdas y si gritas nadie va a oírte.

Qué vergüenza, no soy más tonta porque no soy más grande si no, Dios, estoy asustada

será mejor que pida ayuda a Topacio —estaba a punto de decir su nombre cuando

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tropezó con algo y se fue de boca al piso, si la caída no hubiese sacado todo el aire de

sus pulmones estaría maldiciendo como una posesa —Aaaayyyy.

Edward estaba de rodillas con medio cuerpo metido en los arbustos que

formaban el laberinto, se apoyaba con una mano y con la otra intentaba alcanzar a la

escurridiza gatita cuando algo lo pateo en el estómago haciendo que perdiera el

equilibrio y cayera de costado en un charco de lodo maloliente, enfureciéndolo.

—¿Quién fue el imbécil que me pateo?, por que no se fija donde pisa —dijo

mientras se ponía de pie y se sacudía el lodo del brazo derecho Cuando estuvo

totalmente erguido siguió despotricando mientras se quitaba unas ramas que se habían

adherido a su cabello—¿por qué no responde? ¿Acaso es también mudo?

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—No soy muda, ni estúpida. Reconozco que no me fije cuando tropecé con

usted y fue por estar viendo este hermoso lugar —respondió Kiara limpiándose algo

de lodo que había en su falda y quitando de su cabeza la tierra y las hojas secas que se

pegaron a su cabello cuando este toco el piso—además, ¿qué demonios hacia ahí

debajo de rodillas?

Como se atrevía a hablarle así, él era el señor de todo el lugar —Si yo estaba de

rodillas es por que buscaba algo y por si no lo sabía esta es propiedad privada no

debería estar aquí.

—No vi ningún letrero que dijera “Propiedad del ogro del laberinto. No pase”.
Nala Ariella -

—Sabía que no debería ser tan grosera pero estaba furiosa. Estaba perdida, tenía

hambre, llena de lodo apestoso, su pelo estaba sucio y este troglodita le estaba gritando

y al parecer amenazando y eso no le gustaba le importaba un cacahuate si era dueño de

toda Inglaterra no se dejaría intimidar. — Y como no quiero seguir discutiendo me voy.

—Va a patear a alguien más supongo— no sabía por qué pero le gusto su

carácter rebelde, el laberinto estaba bastante oscuro y no la distinguía bien pero parecía

atractiva, esperaba que fuera la nueva niñera que Amelia dijo que enviaría, podría

20
Escritoras Excomulgadas

conquistarla sin consecuencias—ya veo está perdida eso es lo que pasa y lo de ver el

paisaje es mentira, ¿no? jajá.

Se estaba riendo ahora quería matarlo, aunque estuviera perdida no le daría la

satisfacción de saberlo. — Se equivoca usted, vengo de la ciudad donde no hay árboles,

ni montañas y este paisaje es realmente hermoso.

—Es verdad, una vista como la que tenemos no la encontrara nunca en otro

lugar, pero sigo creyendo que está perdida tal vez si lo admite yo la ayude a salir o

quizás quiera recompensarme con algo más. — Él era muy solicitado por las mujeres

solo bastaba una palabra suya y ellas hacían lo que él quisiera, no era un libertino por

que cuidaba su reputación y siempre se acostaba con mujeres viudas, la única virgen

Almas Reencarnadas
que había tomado era su difunta esposa, no tenía hijos bastardos porque se corría fuera

siempre, no importaba lo bien que se sintiera terminaba fuera, era una regla su regla de

oro. — Conozco este lugar muy bien y no es por que sea el ogro del laberinto se lo

aseguro.

—Le ofrezco una disculpa no quise ser grosera. — No podía verse pero sentía

las mejillas muy rojas de la vergüenza, tenía que recordar sus nuevos modales— y

tiene razón estoy algo perdida y como puede ver enlodada.

—Al contrario yo no tenía por qué gritar, soy Edward Lancaster y ¿usted es?

—Kiara Langtry mucho gusto — ella le ofreció la mano cómo se hacía cuando
Nala Ariella -

ella vivía, el tomo su mano y la beso, todavía no se acostumbraba a este tipo de saludo,

eran tan sexis estas galanterías pero sus labios se sintieron tan suaves que un delicioso

escalofrió la recorrió desde la mano hasta la columna vertebral, algo que nunca le había

pasado y su voz ronca estaba llevando todo tipo de imágenes eróticas a su mente— soy

la ahijada de Silvia.

—Un placer señorita Langtry. Sígame y saldremos de este lugar, la llevare a una

fuente para que nos podamos asear un poco este lodo es muy apestoso, cuando le diga

21
Escritoras Excomulgadas

cúbrase los ojos, el sol le puede lastimar la vista, entonces usted es la pequeña hija de

lord Henry y lady Camila —presentía que su mamá tramaba algo y fuera lo que fuera

no funcionaría — y dígame a que debemos el honor de su visita en Lancaster Menor.

—Problemas de salud, el médico ordeno vivir en el campo o a orilla del mar por

unos meses, estábamos haciendo los arreglos para salir de viaje pero el inminente

nacimiento del bebé de George nos lo impidió, Silvia fue de visita y nos ofreció

hospedaje en Cartwright Hall. Cuando describió el lugar no pude contenerme y le

pedí me dejara venir con ella, sé que no debía pero estaba enloqueciendo en casa bajo

los cuidados de mamá.

—La entiendo y espero que se reponga pronto, ¿puedo saber de qué

Almas Reencarnadas
enfermo?— la historia de ella no se parecía a los planes de su mamá pero más valía

estar seguro, si le decía una enfermedad sencilla sabría que su mamá estaba detrás de

esto— es solo que es muy joven y no me la imagino enferma.

—Una fuerte neumonía, es un milagro que este viva.

—Realmente lo es— en verdad lo era, ahora no creía que su madre tramara algo

y se relajó— estoy seguro que el campo hará maravillas con usted ya casi llegamos

cúbrase los ojos.

El sol estaba menguando pero aun así era fuerte y la cegó, poco a poco su vista

se fue adaptando hasta que pudo ver sin cubrirse. — Vaya su casa es bellísima para
Nala Ariella -

cualquier lado donde uno voltee.

—Gracias tengo varias propiedades pero esta es mi favorita, por aquí está la

fuente.

Detrás de unos robles y rodeada de bancas, se encontraba una fuente de

mármol rosa de tamaño mediano, en el centro la figura de una rosa a medio abrir con

tres espinas dejaba caer de sus pétalos, cascadas de agua que llenaban la fuente, era un

22
Escritoras Excomulgadas

espectáculo para la vista. Kiara se acercó casi de manera reverente a la fuente, nunca en

su vida había visto algo como esto, jamás, pensó que morir fuera a ser una bendición.

—Estará un poco fría pero solo queremos asearnos un poco, —ambos se

acercaron tomaron agua con las manos y empezaron a limpiarse cuando terminaron se

voltearon a ver directamente, — tome mi pañuelo para que se seque la cara y las

manos.

Ella lo acepto un poco nerviosa, nunca imagino que el dueño de esa voz sería

tan guapo y al mismo tiempo muy varonil, alto de piel ligeramente bronceada, pelo

negro corto, cejas pobladas, ojos grises, con esa nariz y su mentón asiendo juego con

sus labios ligeramente llenos pero bien definidos, le recordaba mucho a Ben Affleck y

Almas Reencarnadas
el cuerpo se veía que estaba tan bien hecho como su cara.

Mientras ella se secaba, el no pudo evitar observarla detenidamente, muy

detenidamente para ser precisos, era la criatura más hermosa que había visto jamás, su

voz era delicada y sensual a juego con ella, según podía ver a la luz, su pelo color

caramelo claro era ondulado y poco más arriba de la cintura, hacia juego con unas

cejas perfiladas un poco más oscuras que servían de marco a unos grandes ojos verdes

con grandes pestañas risadas, una nariz pequeña y respingona y una boca hecha para

besar pequeña y llena, el labio inferior ligeramente más lleno que el superior se

estaban convirtiendo en su perdición, soñaría con esa boquita recorriendo su cuerpo,

de pronto sintió como su miembro comenzó a llenarse. Debía a ser algo pronto si no
Nala Ariella -

quería quedar en evidencia, miraría su cuerpo eso lo haría olvidar, casi siempre una

cara bonita venia acompañada por un cuerpo muy feo aun usando corsé, lentamente

fue bajando su mirada y por poco se va de espaldas su piel cremosa, hombros

delicados, pechos prominentes y cintura pequeña lo habían dejado sin respiración.

¿Cómo era posible que tanta belleza estuviera enfundada en un cuerpo tan pequeño?,

no parecía medir más de 1.65, necesita un baño urgentemente si quería que su muy

hinchado y dolorido miembro bajara.

23
Escritoras Excomulgadas

—No me dijo que era lo que estaba buscando Lord Lancaster quizás yo podría

ayudarle.

Ya no recordaba que es lo que buscaba y ahora había perdido la voz. —Buscaba

una gatita que le traje a mi sobrina Catalina se llama Moka.

—De verdad, me fascinan los gatos, será mejor que la busquemos no sea que

algún perro la encuentre.

— Yo no tengo perros pero no me gustaría que se perdiera.

La buscaron por unos minutos y Kiara la encontró tendida al sol, calentando su

pelaje blanco como la nieve.

Almas Reencarnadas
—Aquí está pero por que le puso Moka cuando es tan blanca.

—Catalina perdió a su gatita hace unos días, mi hermana le dijo que la gatita

me vino a visitar esperando que se le olvidara pero no lo hizo. A estado muy triste

desde entonces y yo fui a conseguirle una igual y que se llame igual.

—Pensé que había salido a ver sus propiedades.

—Eso hice y en una de ellas, una gata había tenido gatitos, la dueña me dio este.

—Se pondrá feliz, ya lo creo. Nala Ariella -

—Eso espero. Vamos, es la hora de comer, claro que antes necesitamos un baño.

Salieron del jardín y llegaron justo a tiempo cuando se llevaban a Catalina de

regreso, la niña estaba radiante de felicidad por recuperar a su gatita que no se dio

cuenta del lodo maloliente en la ropa de su tío. Luego de despedirse se dio la vuelta

para entrar en la casa. Kiara vio la escena desde la ventana que estaba en las escaleras

del segundo piso, no es que le gustara espiar, era que no sabía dónde estaba su

habitación y no encontró a nadie para preguntarle, así que se quedó ahí mirando la

escena, la escalera terminaba abierta en dos direcciones: el ala este y la oeste, donde

24
Escritoras Excomulgadas

seria no tenía ni idea, pero caminaría al oeste. Llego a la primer puerta, estuvo a punto

de tocar cuando una mano grande pero suave la agarro de la muñeca y le dijo al oído

con esa voz deliciosa.

—Mi mamá debe estar dormida. Los viajes la agotan por eso sale cada cuatro

años. ¿Quiere que le ayude a encontrar su habitación señorita Langtry?

—Si por favor, dijeron que era la color durazno —como le salió la voz no tenía

idea pero salió bastante normal, el toque de su mano era dulce y su voz estaba

haciendo estragos en su cuerpo, si seguía mojándose así no tendría ropa seca que

ponerse. No lo entendía, ella no era una novata en cosas del sexo, su cuerpo quizás sí,

pero su mente no, esto no debería afectarla así pero lo hacía. Cuando reacciono se dio

Almas Reencarnadas
cuenta que estaban enfrente de otra puerta. En qué momento se movió no lo sabía

abrió la puerta y entraron juntos. — Que bonita es y muy amplia.

—Si necesita una más grande puedo hacer que la trasladen a la color lila, es

adyacente a la mía, aunque somos vecinos yo estoy enfrente. — Que estuviera enfrente

de él lo hizo sospechar nuevamente de su mamá y sus intentos de casarlo. Ella parecía

honesta y le agradaba lo poco que vio de ella y lo tenía duro de deseo como si fuera un

jovencito. Primero vería como se manejaban las cosas conforme a ello actuaria—me

tome la libertad de pedir agua para que tome un baño.

—Justo lo que necesito, voy a buscar mis cosas.


Nala Ariella -

—Muy bien. La veo a la hora de la comida, me gustaría invitarla a conocer los

alrededores si no está muy cansada, claro está. Hace un hermoso atardecer junto al

lago.

—Estaré encantada lord Lancaster lo veré en la comida entonces—tocaron la

puerta y dos sirvientas junto con un mozo llegaron cargando una tina y cubetas de

agua caliente, enfrente una escena idéntica ocurría la más joven de las sirvientas se

ofreció a bañarla. — Lo hare sola si no le importa es que me tardo mucho.

25
Escritoras Excomulgadas

Cerraron la puerta y Kiara se desvistió rápidamente, solo pidió ayuda con las

cintas del vestido y el corsé. No quería que la vieran depilada de su cuerpo y su sexo,

podrían asustarse en una época que no entendía sus costumbres modernas

profundamente arraigadas, el baño le sentó de maravilla a su dolorido cuerpo, tuvo

que salir del agua que comenzaba a enfriarse, se secó y se puso un vestido de diario

color azul celeste, una porción de tela color crema le rodeaba los hombros. En esta

época se usaban los hombros descubiertos, se recogió el pelo sobre la cabeza y se puso

un sencillo collar a juego con el vestido. Se perfumo, se puso un poco de aceite en los

labios para dar brillo se miró al espejo y le gusto lo que vio.

—Mi lord llego una invitación para usted es de Lord Applewhite —tomo el

Almas Reencarnadas
sobre rompió el sello y leyó: “Es para mí un placer invitarlo a usted y su familia a la

presentación en sociedad de mi hija Brianna Applewhite. Lo esperamos a las cinco en

punto, en White Hall favor de confirmar su presencia. Respetuosamente Lord

Applewhite.” Diles que asistiremos informa a mi madre de esto, yo le preguntare a

lady Langtry si desea acompañarnos.

—Si mi lord. El joven Fernando sigue aquí también le informare que los espera

en el carro.

—Tenemos una hora todavía, dile a Félix que prepare el carruaje para salir en

media hora—se dirigió a tocar la puerta y esta se abrió un momento después, iba a

decirle si los quería acompañar pero al verla todo pensamiento racional voló de su
Nala Ariella -

mente y fueron sustituidos por escenas de ella desnuda en su cama como una ofrenda

y de él entrando en su cuerpo una y otra vez hasta que ninguno pudiera más. El solo

pensamiento lo puso tan duro que temió romper la bragueta de su pantalón, cerro su

frac poniendo las manos enzima de su pene para disimular— Señorita Langtry hemos

sido invitados a una fiesta, ¿le gustaría acompañarnos?

—Dígame Kiara, los formalismos me ponen nerviosa, si me da unos minutos

para cambiarme iré con ustedes.

26
Escritoras Excomulgadas

—Saldremos en media hora, le diré a Lucia y Rocio que vengan a ayudarla. No

se olvide de llevar un abrigo y llámeme Edward.

Busco rápido un vestido de fiesta y cuando encontró el que buscaba la puerta

sonó.

Quince minutos después Edward esperaba en la parte baja de la escalera,

conocía a las mujeres y sabía que media hora no sería suficiente y llegarían tarde pero

si Kiara lograba verse la mitad de bien como se veía con el vestido azul, la pasearía por

la cara de Brianna, esa presumida se sentía superior, había humillado a su hermano

hacía ya seis años antes de irse al extranjero y no se lo perdonaría.

Almas Reencarnadas
—Listo Edward, gracias por esperarme, vámonos.

—¿Quien dijo que te estaba esperando a ti?, mamá trajo de visita a la hija de

Henry y la estoy esperando si hubieras estado aquí lo sabrías.

—Si estas esperando a una mujer llegaremos pasado mañana. —Fernando se

estaba quejando y por las escaleras bajaba Kiara ataviada con un vestido amplísimo

gracias a la crinolina, no sabía cómo entraría en el coche pero lo haría, se puso un

vestido color melocotón que tenía un fondo color crema al igual que el adorno de los

hombros, completo su atuendo con un collar de perlas y unos aretes de perla largos,

recogió su pelo con una diadema de red de oro y perlas, su abanico blanco en la mano

y estaba lista.— Mamá ya está en el coche, los espero ahí.


Nala Ariella -

—Estoy lista, espero no haber tardado mucho. —Edward y su hermano se

voltearon al escuchar su voz pues no la habían escuchado bajar las escaleras. Se

quedaron de piedra al verla y a ninguno le salía la voz. — Usted debe de ser Fernando,

mucho gusto en conocerlo, soy Kiara.

—El placer es todo mío Kiara, espero que su estancia sea placentera.— Nunca

había estado tan contento de asistir a una fiesta, daría la mitad de todo lo que poseía

27
Escritoras Excomulgadas

por ver la cara de Brianna cuando todo el mundo la ignorara al ver a Kiara aparecer.—

Luce usted magnifica esta noche nos vamos, por favor usted por delante.

—Muy amable lord Lancaster. —Vaya los hermanos se parecían mucho, aunque

Edward era el que más le gustaba, solo bastaba que lo viera o lo escuchara hablar y

sentía sus piernas de gelatina, su corazón se aceleraba y su vagina goteaba, si quería

mantener su cordura sería mejor se alejara de él, su hermano parecía una compañía

agradable. — Esperaremos a mi madrina.

—Ella ya está en el coche —contesto Edward. — Solo falta usted si gusta

adelantarse yo solo voy por mi abrigo. —Kiara salió y Fernando no se movió de su

lugar tampoco, de manera que él también estaba duro de deseo por ella y eso no le

Almas Reencarnadas
gustaba, no quería que nadie se fijara en ella por alguna razón que no entendía quería a

Kiara para el solo.— Ya puedes moverte, ¿o todavía no?

—Suenas celoso, para alguien que no quiere casarse. Es extraño. Dime, ¿ella te

gusta, no?—cuando el no contesto siguió—dime la verdad y no me acercare a ella

como no sea con un cariño de hermano, pero si me dices que no te interesa, yo si quiero

cortejarla, después de todo se necesita estar muerto o ser estúpido para no desearla.

Conn un suspiro de resignación a la realidad tuvo que pedir a su hermano que

se alejara de ella. — Tienes razón la quiero, no entiendo cómo es que en unas horas esa

chica se ha metido en mi piel y en mi mente.


Nala Ariella -

—Entonces no la dejes ir. Vámonos ya puedo caminar y no quiero llegar tarde,

debo ver la cara de esa arrogante y presumida mujer.

Para sorpresa de Kiara su vestido entro con bastante felicidad en el coche y

después de un viaje que se hizo corto gracias a las bromas y platica agradable con

Fernando llegaron a su destino. Estaba ansiosa por bajar del coche, y deslizarse por la

pista de baile, la emoción que sentía estaba desbocando su corazón, pero los nervios

del primer baile hacían que sus manos estuvieran sudorosas, sus padres murieron en

28
Escritoras Excomulgadas

un accidente aéreo solo unos días antes de que ella cumpliera quince ese incidente

rompió su corazón, cuando cumplió dieciséis Brian su hermano quiso hacerle una

fiesta pero saber que días antes era el aniversario de sus padres significaba una falta de

respeto y no quiso nada. Kiara iba ensimismada con esos pensamientos cuando

llegaron a su destino.

Edward entro al gran salón del brazo de Silvia y ella tomo el brazo de

Fernando, el lugar era hermoso los grandes candelabros colgando del techo, las

cortinas rojas colgando de las ventanas y esos colores dorados en todas partes creaban

un panorama que le recordaba las películas de época. Su favorita era Sensatez y

Sentimiento, se sentía como uno de los personajes de Jane Austen la orquesta tocaba

Almas Reencarnadas
en una esquina del gran salón pero ver tanta gente reunida la paralizo.

—No se asuste señorita Langtry no permitiré que nada malo le pase. — Y

hablaba muy enserio no iba a permitir que Brianna la humillara como hizo con él. —

Me concedería este baile y el próximo y si no le importa todos los de la noche.

—Jajá me encantaría, pero me temo que mi bienestar físico se vea

comprometido cuando las demás chicas vean que no lo dejo ir, seguro van a

golpearme.

—Me encanta su sentido del humor señorita Langtry, y no me gustaría que le

pasara nada, en ese caso que le parece si me concede cinco bailes mínimo.
Nala Ariella -

Kiara que seguía del brazo de Fernando pudo sentir cuando se puso tenso en el

momento justo que se les acerca una rubia de nariz muy prominente, pecosa y con un

gran lunar en la frente y el maquillaje más espantoso y recargado que había visto en el

mundo, el vestido que llevaba era como la dueña horrible, si seguía moviéndose como

lo hacía necesitaría un remplazo de cadera mañana mismo, iba sonriendo con todos los

presentes del lugar, en especial con los hombres, disimuladamente vio a Fernando para

saber que le ocurría, la mirada que descubrió le recordó a Jenny cuando el chico del

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Escritoras Excomulgadas

que estaba perdidamente enamorada se había burlado de ella, el mero recuerdo la hizo

enfurecer, y hoy le ayudaría a vengarse pero sin que se diera cuenta.

—Yo estaba pensando en diez —dijo para distraerlo de sus pensamientos— a

menos que no puedas, no he bailado en meses tengo mucha energía. Por cierto soy

Kiara no señorita Langtry.

—¿Insinúas que soy un anciano?, yo te mostrare lo que este anciano puede

hacer jovencita.

—Entonces vamos —lo llevo a la pista de baile justo a tiempo cuando esa bruja

se había acercado a saludarlo - ¿Quién es esa mujer?

Almas Reencarnadas
—Es Brianna Applewhite, la hija del señor de esta casa y el motivo por el que

estamos aquí. Hoy es su presentación en sociedad.

—Estas de broma, ¿acaso hoy se celebra el día de las brujas aquí?

—¿De las brujas? no entiendo, ella era de las más bonitas del lugar hasta que

llegaste tú.

—Ella no es bonita, solo mírala con ese vestido si le pones un sombrero de pico

le das una escoba y ese lunar en la nariz tienes una bruja— la música tenía solo unos

minutos de haber terminado cuando Fernando soltó unas risotadas que se escucharon

por todo el salón provocando que todos voltearan a ver qué pasaba, Kiara no sabía qué
Nala Ariella -

hacer para suavizar las cosas y mirando a todos dijo lo primero que vino a su mente —

lo siento lo he pisado durante todo el baile y le recordé que aún me debe nueve bailes.

Las risas que su comentario ocasiono no se hicieron esperar como tampoco el

mar de caballeros que gustosos se ofrecieron a enseñarle, Kiara termino siendo el

centro de atención de todo el mundo aun cuando Brianna intento de todo para que le

hicieran caso y soltara uno que otro comentario venenoso ella respondía con otro de

una manera tan educada que nadie lo noto. Cuando la fiesta termino y regresaron a

30
Escritoras Excomulgadas

casa Kiara había sido invitada a tantas fiestas, comidas y días de campo que le llevaría

un año atenderlas todas.

— Me voy a dormir si no me ven el desayuno es que estoy dormida pero estaré

lista para el día de campo de mañana. — Silvia estaba de verdad agotada. — Buenas

noches que descansen.

—Me voy a dormir mañana salgo temprano. Amelia me llamo así que los veré

en unos días— se dirigió a Kiara —gracias por esta noche y por abrirme los ojos con

respecto a Brianna, tienes razón es una bruja.

—Cuando gustes. Gracias por los bailes y que descanses. —Fernando se retiró

Almas Reencarnadas
silbando al fondo del pasillo y entro en su cuarto. Edward y ella se dirigieron a sus

respectivas habitaciones pero se fueron conversando. — Fue una noche muy bonita,

¿ira con nosotros mañana?, no me gustaría estar sola entre tantos desconocidos.

—¿Cuáles desconocidos?, hoy la vi hacerse amiga de todos los del lugar, a

causado un gran revuelo incluso han ignorado a la del cumpleaños dudo mucho que

me necesite. —Kiara hizo un pequeño gesto como de no querer irse —sin embargo no

tengo ningún compromiso, creo que puedo salir un rato.

—Hasta mañana entonces y gracias por la velada, es un gran bailarín —él fue

quien la había rescatado de la avalancha de admiradores— y por rescatarme. Hasta

mañana entonces.
Nala Ariella -

—Fue un placer que descanse.

La noche se fue rápidamente y Kiara no quería despertar, estaba soñando con

Edward y con sus brazos. En como él la comía a besos, como la tocaba lenta y

metódicamente su boca saqueaba la suya parecía una competencia para ver quien se

rendía a terminar el beso y ella no sería la perdedora.

31
Escritoras Excomulgadas

Así paso un mes llenos de fiestas y visitas de soñar con Edward y vivir excitada

todos los días de masturbarse y no poder calmarse, su matriz empezaba a tener dolores

por la necesidad de ser llenada pero no por cualquiera, si estuvieran en su época ella se

le hubiera declarado y hace mucho que estarían follando como conejos pero eso no se

podía hacer aquí, tampoco escucho o supo de Topacio para pedirle ayuda con esto y no

se atrevía a pedirle ayuda a Silvia ni Fernando, esperaba que en la salida de hoy

pudieran besarse por lo menos.

—¿Lista?, ¿nos vamos ya?

Almas Reencarnadas
—Sí, solo voy a hablar con mi hermano y nos vamos—cuando llego a la

biblioteca escucho la conversación de su mama y su hermano.

—¿Por qué la trajiste a la casa mamá?, y dime la verdad no quiero excusas.

—No me hables así Fernando que soy tu madre y no sé a qué te refieres.

—Mamá no me engañas, te conozco muy bien y sé que algo estas tramando.

—Está bien, la traje porque quiero que se casen, ¿ya estas contento ahora que ya

lo sabes?, puedo irme a empacar mis cosas.


Nala Ariella -

—Ella sabe de tus planes o tampoco lo sabe y es uno de tus peones en tu nueva

faceta de casamentera.

—Claro que lo sabe esta en edad de casarse y no encontrara mejor partido y no

soy una casamentera.

—¿Y como esperas que funcione tu plan si no vas a estar aquí para ayudar?

—Espero que estando solos se conozcan y se puedan enamorar y si todo marcha

bien en unos meses habrá boda.

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Escritoras Excomulgadas

Edward se alejó de la puerta enojado, ¿cómo era posible que conociendo a su

madre cayera en su trampa? Había comenzado a enamorarse de Kiara y ahora se daba

cuentan del engaño pero ambas se arrepentirán nadie podía jugar con él y salir bien

librado pero ella, sobre todo ella, pagaría se la llevaría a la casa de su madre que estaba

completamente sola y haría lo que quería hacer desde el principio, la haría suya en más

de una forma pero no se casarían y nadie querría a una mujer mancillada como esposa

aunque fuera de noble cuna.

Almas Reencarnadas
—Hubo un cambio de planes vamos a la casa de mi madre para que la

conozcas.

—¿Por qué el cambio?— había algo raro en él, parecía molesto y algo le decía

que no fuera, pero el recuerdo de los árboles, el arroyo y los campos para cabalgar

fueron demasiados y acepto la oferta—necesito equipaje entonces.

—Así es yo voy por el mío y tú has el tuyo saldremos en una hora.

Dos horas después llegaron a Cartwright Hall unos momentos antes una ligera

lluvia había comenzado a tomar más fuerza, Edward bajo los baúles con la ropa y dos

canastos grandes con comida, se fue a la caballeriza a encargarse de los dos caballos y
Nala Ariella -

guardo el coche. Ella puso a calentar agua para bañarse, prendió la chimenea del

comedor, saco la comida y puso la mesa mientras se calentaba la habitación, la lluvia se

convirtió en un torrencial aguacero que impedía ver con claridad, amaba ver llover y el

olor de la tierra mojada la relajaba mucho.

—Estoy empapado. Voy a cambiarme para comer.

—El agua ya está caliente si te quieres bañar, lo que no se es en donde está tu

cuarto y donde estará el mío para llevar las cosas.

33
Escritoras Excomulgadas

Edward le mostro su habitación y le dijo en dónde estaría él, se bañaron,

comieron y se sentaron en la biblioteca a jugar ajedrez mientras platicaban después de

varias partidas en las que salieron empatados la conversación se volvió muy extraña y

Kiara se estaba enojando por la actitud de él pero disimulo muy bien su coraje,

entonces comenzaron un juego de cartas y la conversación siguió.

—Escuche que recibió muchas propuestas de matrimonio, ¿ha decidido con

quien va a casarse?

—Hay una que me gusto— era de Víctor Everdeen, en el día de campo, pero no

se lo diría. — Pero no he respondido a ninguno de ellos y ¿usted piensa casarse

pronto?, supe que todas las jóvenes casaderas quieren ser las elegidas.

Almas Reencarnadas
—No quiero casarme. Me gusta mucho mi soltería, además yo quiero a una

mujer que sea diferente, una que no le tenga miedo al sexo, a las reacciones de su

cuerpo, una que me deje tocarla donde yo quiera, en el lugar que yo quiera—esperaba

que se sonrojara, que se asustara como todas las mujeres lo hacían que saliera

corriendo del cuarto, pero cuando no vio ninguna reacción de su parte continuo— y a

la hora que yo quiera, poder llevarla a una casa de campo que tengo junto a un

manantial de aguas termales y que este desnuda. Quiero su cuerpo accesible para mí.

Veo que esto no la asusta.

—¿Debería o eso es lo que pretende?— no sabía que tramaba pero él no era


Nala Ariella -

rival para una mujer del futuro, desinhibida, que tenía juguetes sexuales en su caja

fuerte y no dinero, ojala nadie abriera su caja.— Porque yo busco un hombre que sepa

hacerme el amor y que sepa darme muchos orgasmos, que pueda excitarme con

palabras y con sus manos.

¿Será posible que una señorita refinada hable de esa manera? Él quería

escandalizarla, pero lo que ella dijo y las descripciones que hizo exprimieron sus

pensamiento y su miembro estaba hinchado. Disimuladamente abrió los botones de su

pantalón y saco su pene de su confinamiento, estaba comenzando a gotear el semen, si

34
Escritoras Excomulgadas

no hacía algo pronto se derramaría ahí mismo. — Dudo mucho que sea capaz siquiera

de mirarse al espejo y verse desnuda.

—¿Cuánto quiere apostar Edward? — sabía que estaba jugando con fuego pero

el quemado seria él — y perder claro está, yo conozco mi cuerpo y se lo que me excita,

pero dudo que muchos hombres sepan qué hacer con el cuerpo de una mujer.

—A ustedes se les enseña a quedarse rígidas sin sentir, en espera de que uno

termine pronto y las dejen dormir —eso ayudo a que su pene disminuyera —así que no

hay por que esforzarse mucho, ¿dígame Kiara es usted virgen?

—¿A razón de que viene esa pregunta?— debería ofenderse pero no lo hizo,

Almas Reencarnadas
comprendió que una mujer que hablaba de sexualidad como lo hacia ella era extraña,

¿y porque no?, sospechosa en un lugar donde la virginidad era cuidada como si de

diamantes se tratara. — No lo entiendo.

—Habla como si conociera de sexo y dudo mucho que usted sea capaz de

enseñar siquiera una rodilla, —debía provocarla para que su pene bajara y el pudiera

guardarlo—mucho menos me mostraría sus pechos.

—Si usted quiere ver mis pechos Edward le propongo un juego, se llama

verdad o reto, ¿aceptas o no? —mientras el decidía ella fue por una botella vacía de

vino— si aceptas me darás tu palabra de caballero de nunca revelar lo que pase hoy.
Nala Ariella -

—Acepto pero tendrás que decirme como se juega por que nunca lo he

escuchado ni mucho menos jugado y tienes mi palabra de que así será.

Kiara explico las reglas del juego y de que trataban los retos. Sus ojos brillaban

por la expectativa ya que el premio final para el ganador consistía en una semana de

esclavitud total para el perdedor. El juego inicio perdiendo ella y se tuvo que deshacer

de su capa, transcurrió el juego y Edward termino desnudo, lo único que tapaba su

desnudez era la mesa, Kiara solo había perdido sus zapatos y la capa.

35
Escritoras Excomulgadas

—Bien. Serás mi esclavo a partir de mañana será mejor que duermas. — Al fin

después de un mes queriendo ser besada y tocada por él, lo había conseguido y no

sabía si el permitiría algún otro juego después de esto así que aprovecharía la semana

muy bien. — Puedo ser una tirana cuando quiero.

—No es justo. — Sabía que debería estar furioso por haber perdido, por estar

desnudo y porque no vio los pechos de Kiara, pero al contrario estaba más excitado

que nunca, si ella le ensañaba sus pechos se derramaría su esperma como todo un

novato. —No vi tus pechos.

—Si quieres verlos tendrás que darme algo a cambio— podría pedir un beso o

ver su pene, ¿qué escogería? que difícil. — ¿Qué estás dispuesto a dar?

Almas Reencarnadas
—¿Qué pides? — Seguro alguna joya o una promesa de matrimonio así eran las

mujeres. — Solo dime que quieres y lo hare.

— Me gusta que seas arriesgado, ponte de pie y déjame ver tu pene en total

erección— ella comenzó a bajar la parte de su escote pero cuando vio que él no se

paraba ella se detuvo. — Si no lo haces no los veras.

—Eres muy extraña, solamente las cortesanas quieren ver a un hombre

desnudo, pero tú eres diferente eso me gusta y me gusta mucho— lentamente se puso

de pie, se alejó de la mesa y se puso frente a la chimenea. Se puso de espaldas a ella por

un momento y después se puso de frente. — ¿Contenta o decepcionada?


Nala Ariella -

Era magnifico, su amplia espalda ligeramente musculada terminaba en una

cintura elegante su trasero firme y varonil eran una tentación que no podía resistir sus

piernas marcadas parecían de futbolista tal como le gustaban, en el momento que se

dio la vuelta su respiración se detuvo, su abdomen dejaba de manifiesto seis bellas

tabletas marcadas pero no exageradas, su pene se pegaba en completa erección a su

estómago grande grueso y cabezón llegaba hasta su ombligo y sus testículos apretados

eran un poco más oscuros que el resto de su cuerpo. Todo su miembro estaba rojizo

36
Escritoras Excomulgadas

por la fuerte cantidad de sangre contenida que tenía la cabeza de su pene a punto de

explotar, pobre Edward no podía dejarlo ahí, dolorido, sin alivio, se preguntaba si la

dejaría masturbarlo. Después de mucho tiempo recordó que él le había hecho una

pregunta.

—Muy contenta, es mi turno de pagar, supongo. — Se bajó el escote

completamente y libero sus pechos de su confinamiento, sus pezones duros por la

excitación de lo acontecido saludaban a Edward como diciendo pruébame, en color

café claro lucían rojos de lo apretados que estaban. — ¿Satisfecho?

—No, quiero probarlos. Además no me enseñaste una rodilla.

Almas Reencarnadas
— Probarlos no estuvo en el trato debes ser más específico cuando quieres algo,

dime cual rodilla quieres ver tengo dos.

—La que quieras, pero si me enseñas las dos me servirá de consuelo ya que no

me dejas probar esos ricos pezones que piden atención a gritos.

—Bueno tal vez te dejare probarlos si me dejas tocarte donde yo quiera.

—Me estas matando Kiara y no creas que no tomare represalias cuando termine

la semana.

La amenaza que escucho salir de él con esa voz ronca traía promesas de placer

inimaginables y le gustaba, él era peligroso y el peligro jamás fue tan excitante, si no se


Nala Ariella -

cuidaba saldría muy lastimada física y emocionalmente sobre todo lo último.

—Puras promesas, ¿en que estábamos?, ya recuerdo aquí están mis piernas. —

Se levantó el vestido y le mostro de la mitad de los muslos para abajo. Se acercó a él, se

bajó el vestido, tomo sus senos con las manos, mientras con el índice se tocaba los

pezones. Vio muchas gotas de semen salir del pene de Edward — Toma mis pechos,

bésalos.

37
Escritoras Excomulgadas

—Bruja malvada. — Los pechos de las mujeres siempre le habían gustado, pero

jamás sintió la necesidad que tenía en este momento de besar, chupar y lamer los de

Kiara— ¿Por qué me atormentas?

Tomo uno de los pezones en su boca y lo lamio suavemente mientras con la

otra mano sobaba el otro dulcemente, cuando quito su boca y la puso en el otro pezón

se puso a jugar con su pecho pegándolo a su cara, antes de terminar junto sus pechos y

se llevó ambos pezones a la boca lamiéndolos y besando todo su contorno se sentían

tan bien entre sus manos que no los quería soltar.

—Tienes unos pechos preciosos y deliciosos, ¿dónde piensas tocarme? —

Todavía podía sentir sus pezones en la boca quería que la sensación durara para

Almas Reencarnadas
siempre, ahora quería ver que tan osada era, quería sentir sus manos encima. — ¿O

tienes miedo y ya te arrepentiste?

—Eso quisieras cierto, lástima que no tenga miedo a nada.

Ella estiro la mano y recorrió con sus dedos sus abdominales, se sentían muy

bien no eran muy marcadas pero se notaban y se sentían al tacto, también sintió como

se le estaba acelerando la respiración conforme su mano fue bajando y como se le

detuvo cuando toco la cabeza de su pene, eso la hizo sentir osada. Tomo su pene con la

mano se sentía suave y muy caliente, comenzó entonces a subir y bajar su mano por

todo su eje masturbándolo empezó a hacerlo con más fuerza y rapidez cuando la mano
Nala Ariella -

grande de él tomo la suya y detuvo sus movimientos.

—Para antes de que me corra y te manche —o que se avergonzara así mismo,

pero su mano suave y fresca unida a sus movimientos rítmicos lo tenían aun paso de

terminar— no te gustara, créeme.

—¿Cómo lo sabes? — dijo Kiara con voz sensual en su oído—quiero verte

terminar. — Con un movimiento de mano, seguido por un gemido de ella en su oído,

él termino en su mano, sintió el chorro caliente de semen bañar su mano y vio su

38
Escritoras Excomulgadas

cuerpo temblar con los espasmos de su orgasmo, cuando finalmente se recuperó y

pudo abrir los ojos, ella le sonrió. — Sí, me gusto, mañana lo repetiremos pero por hoy

vamos a dormir.

Edward durmió como un bebé esa noche, pero esperaba con ansias el amanecer,

quería saber que tenía ella planeado para él, Kiara estaba resultando ser una mujer

sorprendente y le gustaba más de lo que quería admitir, cuando esta semana

terminara necesitaría encontrar una manera de prolongarla, quería que ella fuera su

esclava también por una semana y la haría gozar a tal grado que su nombre quedaría

marcado en la piel de Kiara para siempre.

Cuando bajo al comedor el olor de café recién hecho cautivo sus sentidos, pero

Almas Reencarnadas
el de huevos revueltos y tocino frito lo hizo salivar.

—No sabía que podías cocinar y hacer pasteles de chocolate, ¿qué otras

sorpresas tienes escondidas bajo la manga?

—Te sorprenderías Edward, ahora ven vamos a desayunar antes de que se

enfrié y después mi querido esclavo comenzara tu día en mis manos.

Edward tenía una mezcla de ansiedad, miedo y al mismo tiempo ya quería que

su semana de esclavitud comenzara, con lo que sucedió el día anterior estaba seguro de

que Kiara era una persona que sabía cómo dar y recibir placer.
Nala Ariella -

—Ya estoy listo, ¿qué tienes en mente para el día de hoy Ama?

—Así me gusta, creo que llevas mucha ropa para un esclavo, por eso me tome la

libertad de hacerte la ropa que vas a usar para esta semana, toma— le entrego una caja

con la ropa que cosió en la noche anterior— tienes veinte minutos para cambiarte,

estaré en la biblioteca.

¿Qué habría en la caja?, seguramente una hoja de parra, no había manera

alguna de que cupiera ropa en una caja de sombrero y menos suficiente ropa para una

semana como ella dijo, llego a su habitación comenzó a quitarse la ropa y los zapatos

39
Escritoras Excomulgadas

abrió la caja y leyó la nota en su interior “¿Sorprendido?, te dejo un dibujo para que

sepas como debe de ir tu vestuario como no quiero que te resfríes, puedes usar

pantuflas “. En el interior de la caja había cuatro piezas de ropa negra que parecían una

especie de mandil doble, un cuadro de tela enfrente y una atrás, las orillas en las

piernas estaban abiertas, miro el dibujo se lo puso y salió rumbo a la biblioteca

—¿Llamas a este pedazo de tela, ropa?

—Realmente se llama taparrabo, no ropa y te sienta de maravilla además un

esclavo no le habla así a su Ama a menos que quiera ser castigado.

—Perdón Ama no fue mi intención. — Le empezó a gustar este juego y a su

Almas Reencarnadas
pene también— ¿que desea que haga?

—Quiero que pongas la chimenea y cuando termines quiero que busques un

libro erótico muy explícito y me lo leas.

—Si Ama, como tú digas — puso mucha leña en la chimenea y la encendió, la

lluvia no había cesado desde el día anterior y la casa se empezaba a sentir fría,

esperaba que se calentara pronto antes de que se resfriara por la escasa cantidad de

ropa que llevaba encima, en unos minutos el lugar se calentó y él se dirigió por su libro

favorito — ¿has leído LA DAMA?.

—No, pero he leído el Kama Sutra como veinte veces, es muy bueno.
Nala Ariella -

—Este es parecido pero trata de un matrimonio que ama el sexo y algunas veces

lo mezcla con el dolor pero su matrimonio es diferente —él quería que el suyo fuera

igual y Kiara parecía la mujer perfecta para compartirla con Fernando —ella es

compartida por dos hermanos.

Tomo el libro encuadernado en negro, se sentó en el sillón que estaba enfrente

del sillón grande donde Kiara estaba recostada de lado, se veía muy bonita con un

vestido sencillo de mucho vuelo, sus pies pequeños estaban descalzos y se veía relajada

abrió el libro y comenzó a leer.

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Escritoras Excomulgadas

“Mariana cumplía hoy dos meses de estar casada y de ser compartida por dos

medios hermanos, su esposo Carlos y su medio hermano Gabriel, la hacían gozar con

tanta intensidad que terminaba ronca de tanto gritar de placer. Ahorita estaba

desnuda, atada en la cama de cuatro postes y una almohada levantaba su trasero

dejando su vagina y su trasero completamente expuestos. Tenía los ojos vendados, su

corazón latía con tanta fuerza que seguro se le saldría del pecho le habían prometido

una sorpresa el día de hoy pero nunca imagino que sería una casita en el campo donde

podrían hacer el amor donde les viniera en gana. Sintió las manos grandes de Gabriel

abriendo sus labios vaginales, exponiendo su clítoris y la entrada a su vagina “mira

que hermosa se ve expuesta a nuestros ojos y tan mojada, estoy seguro que le caben

dos miembros en este momento, pero primero voy a probarla”, la lengua caliente le

Almas Reencarnadas
lamio su clítoris lentamente de abajo hacia arriba y viceversa “entra en ella mientras yo

la sigo probando veamos que tanto dura en correrse con los dos trabajando en su sexo.

Carlos se introdujo en ella mientas su hermano seguía lamiendo su clítoris sin

descanso, cuando estuvo a punto de correrse Carlos salió de interior dejándola vacía e

insatisfecha, comenzó a gritar para ser llenada cuando, sintió un dedo explorando su

trasero, preparándolo…”

—Para por favor, suficiente de lectura por hoy mañana continuaremos—

necesita subir a masturbarse inmediatamente, esa historia puso su cerebro a trabajar y

se imaginó en el lugar de Mariana, cielos, quería ese lugar pero no podía y lo peor era

que su clítoris pulsaba de deseo, el más mínimo roce del vestido era suficiente para
Nala Ariella -

gritar de frustración— llego la hora de comer, espero que sepas cocinar esclavo, de lo

contrario moriremos de hambre.

—Si Ama, se cocinar pero me gustaría terminar este capítulo, falta lo mejor. —

Vio el reloj y se dio cuenta de que en efecto era ya tarde, se sorprendió de la rapidez

con la que pasaban los días al lado de Kiara. —No queras perderte el momento en que

Carlos se entierra en el cuerpo de su esposa mientras su medio hermano lame su

clítoris al compás de los movimientos de cadera, en un vaivén rítmico mientas Mariana

41
Escritoras Excomulgadas

grita de placer, le introducen por detrás un dildo y ella estalla en un feroz orgasmo que

exprime la semilla de su marido.

— ¡Suficiente! seguiremos mañana ahorita me muero de hambre— se levantó

de golpe del sillón y se dirigió rápidamente a la puerta, saldría corriendo de aquí — ve

preparando la comida.

—Te vas tan rápido— la alcanzo a medio camino de la puerta, se necesitaba ser

de piedra para que un relato así no te afectara y él quería remediar su problema— ¿es

que te sientes mal o quizás estas muy excitada?, yo te puedo ayudar solo tienes que

pedirlo Ama.

Almas Reencarnadas
—¿Cómo planeas ayudarme?— su voz su erótica voz, porque su voz no estaba

ayudando solo estaba empeorando el problema—si se puede saber.

—¿Quieres mis dedos, mi lengua o me quieres adentro?—el rubor de sus

mejillas indicaba lo cerca que estaba de correrse y quería verla cuando eso pasara.—

Dímelo, sé que estas sufriendo sin necesidad cuando me tienes aquí.

—Yo sé que puedes, ¿pero a que costo?, antes de venir aquí te note cambiado

algo me dice que tramas algo y no quiero ser utilizada—aunque moría por dejarse

llevar algo la detenía y no sabía que era. — Así que prefiero encargarme del problema

yo sola.
Nala Ariella -

—No será lo mismo yo puedo hacerlo placentero, tanto que no sentirás tu

cuerpo por mucho tiempo.

La semana paso en una lucha de voluntades el hacía todo para excitarla y ella

siempre lo eludía, termino de leerle el libro, le hacía insinuaciones, incluso le mostro

como se daba placer a sí mismo para ver si le mostraba como lo hacia ella, pero solo

consiguió los detalles que lo volvieron a poner duro en un segundo, cuando termino la

semana y él era libre busco la revancha. No podría darle una ropa como la que él llevo,

42
Escritoras Excomulgadas

pero la haría llevar una bata y la tocaría así como lo había planeado todo este tiempo,

para su mala suerte Kiara resulto ser muy buena en los juegos de cartas, ajedrez y

domino, hicieron competencias de comida, de tocar el piano y ella interpreto una pieza

que nunca había escuchado tan hermosa que perdió nuevamente. Cuando estuvo a

punto de darse por vencido llego un mensajero.

—Mi lord su madre le envía esto—era una nota con el sello de su familia—

quiere que lleve una respuesta.

—No, si se requiere mi presencia yo llegare —el mensajero se retiró y el abrió la

nota y leyó “Para Kiara” se fue a buscarla a la salita de té y tal como pensó estaba

tocando el piano—llego esta nota para ti.

Almas Reencarnadas
—¿Para mí?, me pregunto de quien será.— si fuera otra invitación no cabría en

su agenda, abrió la nota y leyó— “Felicidades eres tía de un precioso niño que será

bautizado el día jueves de esta semana con gran emoción. Tu hermano, George”.

— ¡Felicitaciones! Ya eres tía supongo que iras a verlo, ¿cuándo quieres ir? — el

mensaje no pudo llegar en peor momento, pero se alegraba por ella — si mama recibió

la noticia querrá ir también.

—Estaba pensando que fuéramos todos, ¿qué dices? — si se iba sola su mamá

no la dejaría regresar y necesitaba a Silvia para intervenir en su favor — solo será por

unos tres días.


Nala Ariella -

Unas pocas horas después todos estaban de camino a la casa de George, su

hermano. El camino fue muy ameno tanto en el carro como en el tren y no fue por

Fernando como lo había sido en otras ocasiones, para sorpresa de todos, Edward los

hizo reír con muchas anécdotas de su vida y recordando uno que otro de Fernando y

Silvia recordó muchos también, de ambos de cuando eran pequeños, incluso relato

como se conocieron ella y su difunto marido, cuando llegaron a la casa de George era

43
Escritoras Excomulgadas

de noche y después de un baño caliente y la cena todos cayeron rendidos hasta el otro

día como a las diez.

—Hola, buenos días Beth, ¿cómo estás? — cuando la vio a la cara supo que algo

anda mal—ups lo siento no me di cuenta de que estabas enojada.

—Descuida no estoy molesta contigo, ha venido al bautizo tu prima Raquel y lo

peor es que se hospedara aquí, es increíble lo sinvergüenza que es y tu hermano no me

deja correrla, si ella se queda Samantha se morirá—Beth comenzó a sollozar y las

lágrimas asomaron por sus ojos— mi hermana no se merece esto y menos de mi.

—No llores vamos cálmate. — Kiara estaba abrazándola para calmarla. —Esto

Almas Reencarnadas
no es bueno para ti ni él bebé si nos ponemos a pensar las dos encontraremos una

solución, ya lo veras, además estoy un poco perdida no recuerdo que pasa con Raquel

aparte de que es viuda.

—Tienes razón, llevas mucho tiempo fuera y no has escuchado como esa zorra

se embarazo del prometido de mi hermana, se convirtió en la comidilla de todos, se

deprimió muchísimo, no ha querido salir a ningún lado, me costó mucho trabajo

convencerla de venir, finalmente accedió y George decide invitar a Raquel.

—Descuida yo sé lo que vamos a hacer, pero debemos movernos rápido y que

mi hermano no se dé cuenta de lo que vamos a hacer.


Nala Ariella -

Ambas se pusieron a trabajar Kiara le envió un mensaje a su madre pidiéndole

ayuda y unos pocos minutos llegaron sus padres y hermanos y segundos después la

familia de Elizabeth en pocas horas la casa estaba llena de gente y de charlas amenas.

Fernando había entablado una conversación con la hermana de Beth, la cual se veía

sonriente, para cuando llego George con su prima no encontró lugar para acomodarla

y tuvo que llevarla a un hotel para hospedarla, de manera inmediata el ambiente se

relajó y Samantha ni siquiera se dio cuenta.

44
Escritoras Excomulgadas

—Señor Langtry me puede regalar unos minutos de su tiempo hay algo muy

importante que me gustaría discutir con usted si no está muy ocupado por supuesto, es

sobre su hija.

—Por supuesto sígame al estudio. — Lo guio por una estancia bien iluminada y

un pasillo amplio hasta llegar a un confortable estudio en color azul cielo, tomaron

asiento junto a la chimenea. — Dígame lord Lancaster que pasa con Kiara, conozco a

mi hija y aunque es mi adoración tiene un carácter fuerte que francamente me dan

ganas de gritar, admitámoslo nunca tuve el valor de darle unas muy merecidas

nalgadas y ahora es incorregible.

Almas Reencarnadas
—Jajá creo que no soy el único que ha notado ese carácter pero es precisamente

eso lo que me atrae y quiero pedirle formalmente la mano de su hija en matrimonio, no

soy ningún tonto, se lo que vale una mujer como ella y también sé que muchos querían

doblegar su espíritu y yo la quiero tal cual es, sin dote, sin nada, solo a ella.

—Realmente no sé qué decir lord Lancaster, no puedo negar que he recibido

muchas propuestas muy interesantes por mi hija pero hasta este día ninguno merecía

siquiera consideración, usted por otro lado es un magnifico partido, no solo en cuestión

económica, fui amigo de su padre y lo he visto crecer, no se oyen escándalos y eso es

bueno.
Nala Ariella -

—No soy un santo señor Langtry, lo reconozco, pero me gusta cuidar mi

reputación, hay muchos que dependen de mí.

— Dígame, ¿ya hablo con Kiara al respecto?, sé que no es común pero me

gustaría que mi hija estuviera de acuerdo.

— Ella dice que no tiene pensado casarse, sin embargo una mujer sola en este

tiempo es peligroso, desafortunadamente necesita la protección del matrimonio para

no quedar en la calle.

45
Escritoras Excomulgadas

— Lo sé, no es justo para ellas pero veo que la quieres de verdad y tienes mi

bendición, ¿cuándo quiere hacerlo público?

—Estaba pensando en hacerlo cuando termine la fiesta de bautizo de su nieto y

no me gustaría tardar mucho ya que tengo trabajo que hacer en Lancaster Menor y sus

alrededores pero puedo esperar tres semanas, mientras estaré revisando mis asuntos

en Woburn Abbey, los he dejado desatendidos por algún tiempo. Ahora que seremos

familia, llámeme Edward sería muy descortés de mi parte usar mi apellido.

—Muy cierto además yo detesto la palabra suegro y mi esposa odia esa palabra,

¿sobre la boda que condiciones tiene?

Almas Reencarnadas
—Ninguna en absoluto. Solo me gusta la idea de hacer nuestros propios votos,

la iglesia, la recepción y todo lo demás, Kiara puede escogerlo, sin embargo, viviremos

en Lancaster Menor por ser mi residencia principal. Además de que la salud de Kiara

se ha mejorado y parece gustarle mucho, aclarando que vendremos con la mayor

frecuencia que podamos.

— Dudo mucho que Kiara tome decisiones respecto a la boda más bien serán

Camila, Silvia y Elizabeth las encargadas de todo.

—Jajá tienes razón, espero que le dejen algunas elecciones.

—Te veo contento con la idea de la boda, se decía que no querías saber nada de
Nala Ariella -

matrimonio después de la muerte de Diana por eso no venias a las presentaciones en

sociedad.

— Es verdad pero este cambio se llama Kiara y su carácter indomable.

El día siguiente todos se encontraban en la iglesia viendo el bautizo de Arturo,

su nuevo sobrino, de ahí partieron de regreso a casa a la recepción, una rica comida de

pato a la naranja y espagueti a la boloñesa con unos ricos pasteles de chocolate, la

velada era perfecta, entonces Raquel apareció sola, el ambiente se tornó tenso

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Escritoras Excomulgadas

rápidamente, más aun cuando ella se acercó a Fernando a conversar. Entonces un

sonido de brindis proveniente de su padre los distrajo a todos.

—Un momento de su atención por favor, muchas gracias desde hace algunos

meses he recibido diversas propuestas por la mano de mi hija y ayer por la tarde la

concedí a Lord Lancaster.

—Gracias Henry —se volteo hacia Kiara que estaba a su lado convenientemente

y saco una cajita. — Kiara quiero pedirte formalmente delante de toda tu familia que te

cases conmigo.

—Yo… —estaba en shock y cuando el abrió la caja y saco el anillo, su voz, sus

Almas Reencarnadas
pensamientos incluso su respiración desaparecieron. Era el anillo más hermoso que

había visto, engarzado en oro blanco y un enorme diamante rojo rectangular le

recordaba mucho el de Beyonce. – Acepto.

Un coro de ¡bravo, bravo¡ se dejaron escuchar así como un mar de felicitaciones

y el deseo de ver el anillo que dejo a todos con la boca abierta al igual que ella,

surgieron también las preguntas: ¿para cuándo es la boda? ¿por qué no habían dicho

nada?, ¿en dónde seria la boda?, etc. Kiara respondía tanto como podía, también lo

hizo con las preguntas que no conocía y no podían faltar su mamá y Silvia que la

acorralaron antes de que pudiera escaparse a ver a Edward y preguntarle de que se

trataba todo esto. Solo alcanzo a ver como Raquel se le acercaba y empezaban una muy
Nala Ariella -

risueña platica, nunca había sido celosa pero ella sacaba lo peor de sí misma.

—Felicitaciones Lord Lancaster, — Raquel no podía creer que una desabrida

como Kiara pudiera quedarse con el más rico del lugar y uno de los más atractivos —

Kiara es muy afortunada por captar su atención.

— La verdad es que yo soy el afortunado, — eso sonaba a celos o rencor muy

extraño cuando ella tenía esposo— sobre todo porque ella es muy especial.

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Escritoras Excomulgadas

— Veo que está muy enamorado, en lo personal siempre creí que ella se

quedaría soltera, ¿no será que está embarazada y quieren ocultarlo?

— Me temo que no, aunque la sola idea me gusta demasiado.

— He oído rumores de que le gustan las mujeres con experiencia y ella

obviamente no la tiene, ¿eso quiere decir que seguirá tomando amantes, mi lord?

—No, pienso serle fiel como lo fui con Diana y la experiencia se la daré yo para

que sepa lo que me gusta y saber que le gusta.

—Creo que comete un error al tomar a Kiara se ve tan fría, tan distante y usted

necesita alguien con fuego—dijo eso tallando sus pechos en su brazo cuando se dio

Almas Reencarnadas
cuenta de que todos estaban concentrados en la novia— alguien que esté más

preparada y dispuesta, como por ejemplo yo.

— Me halaga su ofrecimiento lady Collinwood pero no pienso tomar su oferta.

—Si ella pensaba que Kiara era fría como un hielo no tenía ni idea del pequeño volcán

que había en ese pequeño cuerpo y él quería ser quien lo pusiera en erupción. — Me

gusta la decisión que tome. Ahora si me disculpa tengo una prometida que salvar.

Edward se alejó de la pequeña bruja y se dirigió a su prometida que no había

tenido un segundo para descansar desde que dieran la noticia de su compromiso.

Cuando se acercó lo suficiente pudo escuchar como todas las mujeres de la familia que
Nala Ariella -

estaban presentes daban sus consejos y opiniones de cómo debía de ser la boda y Kiara

solo asentía o se reía.

—Si no les importa vengo por mi novia, tenemos asuntos matrimoniales que

discutir, mañana podemos hablar y decidir cómo haremos la boda. — La tomo de la

mano y la condujo al patio trasero donde había un hermoso jardín. — Supongo que

estas enojada conmigo por no haberte dicho nada.

—Yo prefiero que me diga qué clase de juego es este —se sentaron en una banca

en el jardín el aire estaba perfecto después del caluroso día — y cuáles son las reglas.

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Escritoras Excomulgadas

—No es ningún juego realmente me gustas mucho todo de ti me gusta, eres

muy diferente de las demás, me haces pensar que no eres de este mundo.

—Eso me han dicho, —si el supiera que estaba tan cerca de la realidad la

quemarían por considerarla bruja, — solo soy un poco diferente y pienso diferente.

—Lo sé, estas llena de sorpresas. Has pensado cuando te gustaría que fuera la

boda yo solo puedo quedarme tres semanas más, si necesitas más tiempo, yo puedo

regresar después.

—Es tiempo suficiente. Que te parece en dos semanas si le pedimos a la familia

que hagan algo en específico todo estará listo.

Almas Reencarnadas
—Bien. Si crees poder organizarlos así será. Todos los gastos los pagare yo, será

mejor que nos vayamos, está enfriando y no me gustaría que te enfermaras—se

pusieron de pie y siguieron hablando de la boda y la luna de miel hasta que llegaron a

sus habitaciones. — La boda la dirigirás tú en todo, solamente me gustaría que

hiciéramos nuestros votos, si no te importa, claro.

—Para nada, es en realidad muy romántico y hermoso que lo hayas pensado

así, ahora debemos conocernos mejor en estos días— Kiara se acercó lentamente hasta

que se rozaron y ella podía sentir el calor del cuerpo de él traspasar su ropa y su aroma

tan varonil amaderado embriagaba sus sentidos. — El anillo es muy hermoso, gracias.
Nala Ariella -

—No tienes por qué agradecérmelo, ese anillo representa la manera como yo te

veo— ella era fuego, belleza y fuerza todo en un pequeño cuerpo, además su olor único

a vainilla y la suavidad de su piel lo enloquecían. —Kiara deja de atormentarme, si no

te alejas te tomare aquí mismo.

—Perdón, yo solo quería un beso o dos, nada más.

—Todos los que quieras mi dulce — tomo sus labios en su boca y ella respondió

a su beso con el mismo entusiasmo, enardeciendo los sentidos de ambos, el beso se

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Escritoras Excomulgadas

convirtió en una batalla de voluntades. Fue el quien término el beso. — Dios, eres una

tentación muy fuerte, pero debemos parar.

—Tienes razón yo me deje llevar— y como no hacerlo en su vida anterior nunca

nadie la había besado tan deliciosamente como él, con esa sensación de peligrosa

adicción si no se apartaba. — Buenas noches Edward, que descanses.

Ambos se alejaron y se metieron a sus cuartos. Cada uno pensando en lo

ocurrido durante el día. Ella no dejo de tocar sus labios que estaban magullados y

marcados a fuego por esos besos. Se desvistió y se metió a la cama, todavía sentía su

olor en su piel y sus sueños estuvieron plagados de escenas eróticas que la llevaron a

masturbarse en varias ocasiones hasta quedar profundamente dormida. Él soñaba con

Almas Reencarnadas
Kiara desnuda en sus brazos, con el cuerpo enrojecido de placer y los ojos nublados de

deseo, la imagen lo hizo terminar sin necesidad de tocarse. Al día siguiente se

repartieron entre la familia la organización de la boda, todos quedaron conformes con

las ideas de lo que ella quería y comenzaron inmediatamente con lo que les toco.

—La recepción será en Woburn Abbey y la boda será en la iglesia donde se

casaron mis padres—Camila y Silvia estaban muy felices al ver que sus respectivos

lugares de boda fueron tomados en cuenta—y la boda me gustaría que la presidirá el

Padre que celebro la de George.

Los siguientes días los preparativos ocuparon gran parte de su tiempo.


Nala Ariella -

Afortunadamente nadie estaba presionado, todos estaban relajados y de buen humor.

Kiara tuvo la oportunidad de conocer Woburn Abbey cuando Silvia la invito a comer y

a cenar a ella y toda la familia, pudo conocer los jardines y los salones. En más de una

ocasión se perdió con Edward en los jardines o la laguna artificial, iniciaron con besos

en un principio y terminaban con la parte superior de la ropa desacomodada cada vez

las caricias subían de tono y de intensidad.

—No creo poder soportar más, ya quiero que seas mía o moriré y serás viuda

antes de casarnos.

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Escritoras Excomulgadas

—No seas exagerado solo faltan un día, después estarás tan aburrido de mí que

vas a desear no haberte casado conmigo y querrás el divorcio.

—Más bien creo que no podría aburrirme contigo jamás, cada día que pasa te

echo mucho de menos, ¿tú me extrañas como yo a ti?

—Demasiado y cuando te veo mi corazón se acelera, un millón de escenas

eróticas cruzan mi mente.

— ¡Mmm! me gusta cómo se oye eso cuéntame que te hago o que me haces.

— Sigue soñando, no pienso contarte nada, no me importa lo que digas y las

amenazas no funcionan, tampoco las torturas, ni el chantaje.

Almas Reencarnadas
—Jajá no pensaba en nada de eso más bien en un intercambio. Si tú me cuentas,

yo te cuento como te sueño, pero veo que no te interesa mi oferta.

—Por muy tentador que se oiga no me harás contarte nada y mejor nos vamos

tengo que descansar hoy para estar presentable mañana.

La mañana siguiente los preparativos de la boda estaban listos y Kiara se estaba

arreglando para llegar a la iglesia, ya estaba vestida su vestido en color champan con

bordados en hilo de oro en el corsé, en el ruedo de la falda con su pequeña cola de

medio metro, llevaba encima un chal de color perla, su pelo recogido en alto llevaba

una tiara regalo de Silvia, era tiara y collar según le dijo, tenia formas de flores de
Nala Ariella -

diamantes con centros de rubíes, su velo llegaba a la cintura del mismo color que el

vestido y con los mismos bordados alrededor. Después de un maquillaje discreto,

estaba lista para salir. Las bodas en esta época eran temprano y la suya era a las diez de

la mañana. Faltaban veinte minutos para su enlace así que salieron corriendo al carro,

por suerte llegaron justo a tiempo. Kiara tuvo tiempo para bajar una parte del velo que

tapaba su cara y camino del brazo de su padre rumbo al altar.

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Escritoras Excomulgadas

—Cariño te ves muy hermosa hoy me recuerdas un poco a tu madre, solo que

ella se caso con un vestido color azul y no tenía un ramo de flores como tú, solo llevaba

un alcatraz, ¿de donde sacaste la idea de un ramo de tulipanes?

—Pensé que una sola flor se vería horrible así que tome unas flores hasta que

me gusto como se veían juntos. — La alegría estaba por desbordarla, la vida le había

devuelto un sueño que nunca creyó posible, que su padre la llevara al altar. Cuando

llegaron a unos pasos de Edward y su padre la beso con ternura y orgullo en su mirada

unas lágrimas asomaron y no pudo detenerlas. — Gracias papá, te amo.

—No tanto como yo te amo, cariño, ayyy no llores no es el fin del mundo, yo

seguiré siendo tu padre y no importa lo que pase si tienes problemas o no eres feliz

Almas Reencarnadas
estaré contigo y la casa siempre será tu casa no tienes por qué tolerar lo que no quieras.

—Papá, muchas gracias eso significa mucho para mí— de verdad lo hacía, en

esta época las mujeres estaban solas y a su suerte, su padre la entrego a Edward él le

sonrió. —Hola, estas muy guapo.

—Es que hoy me caso y tu estas bellísimas déjame levantarte el velo, dulce.

Estas muy hermosa.

—Eso es porque hoy me caso, igual que tú.


Nala Ariella -

—Queridos hermanos estamos aquí reunidos para unir en santo y legitimo

matrimonio a lord Edward Lancaster y lady Kiara Langtry.

—Yo, Edward, te quiero a ti, Kiara, como mi esposa en lo bueno y en lo malo

prometo amarte, respetarte, serte fiel y compartir contigo todo lo que tengo y todo lo

que soy, hasta que la muerte nos separe.

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Escritoras Excomulgadas

—Yo, Kiara, te quiero a ti, Edward, como mi esposo en lo bueno y en lo malo

prometo amarte, respetarte, serte fiel y compartir contigo todo lo que tengo y todo lo

que soy, hasta que la muerte nos separe.

—El señor bendiga estos anillos que van a entregarse el uno al otro en señal de

amor y fidelidad. Que el señor que vio nacer su amor confirme su consentimiento y lo

que él a unido no lo separe el hombre. Por el poder de Dios encomendado a mi yo los

declaro marido y mujer. Puede besar a la novia.

Después de un apasionado beso salieron todos rumbo a la recepción. El salón

era muy hermoso el color crema de las paredes resaltaba con el piso de madera y las

cortinas fueron cambiadas por unas en color durazno que combinaba con la mesa. Ya

Almas Reencarnadas
que habían querido bufet, el baile fue muy divertido, bailo con toda su familia y sus

nuevos cuñados. Solo tuvo un baile con su ahora marido y él la estaba reclamando de

brazos de Fernando.

—¿Cómo esta señora Lancaster?, ¿sabes lo bien que se siente decir que eres

mía? —le decía mientras le mordía suavemente la oreja—pero lo que más ansió es

llevarte a mi cama, al fin podre explorarte.

—Señor Lancaster soy una mujer casada no puede hacerme esas proposiciones.

—Me encanta tu sentido del humor incluso tengo pensado un juego, pero dime

sabes francés.
Nala Ariella -

—Por fin encontraste un juego me gusta, se hablar y escribir en francés. Ahora

dime, ¿cuál es tu juego?

— Pienso poner notas en nuestro cuarto o cuando te lleven el desayuno y por

toda la casa. En ellas pondré que quiero de ti y tú puedes hacer lo mismo.

—¿ Y si nos descubren los del servicio?, ¿qué haremos?, además está tu mamá

y Fernando?

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Escritoras Excomulgadas

—Mamá se regresa mañana a Cartwright GHall y cuando Fernando venga de

visita no pondremos notas. Solo recuerda quemarlas después.

— Ese juego es interesante, supongo que empezara mañana. Ahora bailemos

esposo.

—Como tú digas, esposa.

La boda termino temprano y partieron rumbo a la mansión Lancaster. Llegaron

cerca de la media noche, se ordenó que trasladaran sus cosas al cuarto principal y que

prepararan un baño caliente, todo se hizo mientras cenaban. Gracias a que durmieron

durante el viaje no estaban muy cansados. Kiara fue presentada como la nueva señora

Almas Reencarnadas
de la casa y se les dio la orden de dirigirse a ella si él no se encontraba, algo que causo

mucho impacto pero fue aceptado.

Para su sorpresa el cuarto de Edward era de color marfil de la mitad de las

paredes hacia arriba y revestida de madera en la otra mitad, las cortinas en azul cielo

con el adorno blanco daban la sensación de paz y le gustaba mucho la cama, era grande

de pilares, en color nogal con dosel alto. Era el tipo de cama con la que siempre soñó.

Las sabanas rojas le daban un aire acogedor y sensual que pusieron su mente a

trabajar. Cerró sus ojos y los puso en la alfombra persa al pie de la cama que llegaba a

una chimenea, una muy grande, se veía suave. Ella seguía sumida en sus pensamientos

cuando Edward llego.


Nala Ariella -

—Si no te gusta nuestra habitación dulce puedes cambiarla, — no se sentía muy

contento con la idea pero ahora era de ambos. — Mañana mismo si tú quieres.

—Me gusta tal como está, no cambiaría nada y la salita es muy bonita blanco y

dorado, es la moda. También pude ver mi closet es muy grande espero que quepa mi

ropa.

—Si no lo hace mandaremos hacer otro. Ven quiero mostrarte el baño.

54
Escritoras Excomulgadas

La llevo por la puerta al lado de la chimenea, ella ya había visto uno de los

baños cuando se quedó en la casa pero este baño era más grande, con una gran tina

exenta en una esquina, del techo colgaban unas cortinas blancas alrededor de la tina

dando intimidad, pegada a ella una mesita contenía jabones y cremas lo que más la

sorprendió fue el armario con un amplio espejo y frente a unas sillas.

—¿Siempre has tenido ese armario ahí o acabas de ponerlo?, porque en mi

cuarto no había eso.

Con una sonrisa coqueta en sus labios dijo— Siempre ha estado ahí, es donde

ponen las toallas pero el espejo es nuevo y quiero estrenarlo contigo.

Almas Reencarnadas
Poco a poco la fue desvistiendo mientras besaba su cuello y mordía suavemente

su oreja, la dejo solo con una especie de fondo que era toda la ropa interior que llevaba

puesta, él se desvistió mientras ella seguía respirando aceleradamente.

—Hace mucho que quería tenerte así pero te prometo que seré cuidadoso —la

volteo para verla de frente. Él ya estaba desnudo y duro. Era un adonis y Kiara estaba

hipnotizada nuevamente. — Dulce, no tengas miedo, ya me has visto antes pero yo no,

déjame ver todo lo que escondes.

— En ese caso siéntate y deja que yo me desvista para ti, — él obedeció y se

sentó en el sillón grande. Ella se fue quitando el fondo desde los hombros, quería ver

su reacción cuando descubriera que estaba depilada, cuando su ropa cayo hasta sus
Nala Ariella -

codos el soltó un leve quejido y la expectación se veía en sus ojos sin más soltó los

brazos y su ropa cayo a sus pies. — ¿Te gusta lo que ves?

—Dios — no podía creer lo que veían sus ojos ella era realmente deliciosa,

nunca en su vida había tenido una mujer tan bellamente formada, no eran muchas pero

si las más bellas y ninguna se asemejaba su mujer. Tenía unos ricos pechos que cabían

en su manos, no eran grandes ni pequeños, solo eran perfectos, su abdomen plano con

un pequeño arete en su ombligo que lo llamaban a jugar con él y lo haría, cuando bajo

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Escritoras Excomulgadas

la vista a su montículo su respiración se detuvo, su corazón estaba aún segundo de

salirse de su pecho y su pene comenzó a entrar en erupción, quiso detenerlo pero no

pudo, se derramo sentado, estaba peor que un adolecente. Ni siquiera cuando su padre

lo llevo a un prostíbulo para que aprendiera cuando tenía diecisiete y la prostituta más

bonita del lugar lo cabalgo termino tan rápido, después de unos segundos en que su

respiración se normalizo recordó que debía responder a su pregunta. Lo peor las

palabras no salían— yo…

Kiara levanto su ropa del suelo rápidamente y salió corriendo del lugar que

estúpida era, como pudo creer que podía ser moderna en una época antigua, mañana

seria enjuiciada por bruja y ningún castigo era menos doloroso. Se asomó por la

Almas Reencarnadas
ventana no era lo suficientemente alto como para matarse pero el tercer piso quizás lo

fuera, se dirigió corriendo a la puerta, puso su mano en la chapa, la abrió para salir

cuando un brazo la tomo por la cintura volviendo a meterla al cuarto.

—Acaso estás loca pensabas salir en ropa interior, ¿no tienes miedo que te

vean?

— ¡No estoy loca! Pero tampoco pienso quedarme cruzada de brazos dándote

un espectáculo mientras tú me ves con repulsión.

—Es eso entonces —soltando una sonora carcajada mientras ella seguía furiosa

—oh, mi dulce, lo que tu provocaste no es nada cercano a lo que dices.


Nala Ariella -

—No te creo te quedaste callado mientras yo preguntaba cómo me veía.

—Puedo probar que me hiciste correrme peor que un adolescente —para

demostrarlo tomo la mano de Kiara y la deslizo por su abdomen para que pudiera

sentir la humedad que no se pudo limpiar cuando la vio salir corriendo. — En cuanto a

cómo te ves, eres el pecado envuelto en seda. Ven vamos a tomar un baño antes de que

se enfrié el agua.

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Escritoras Excomulgadas

Lo que le dijo hizo que su temor y sus defensas bajaran, se volvió a sentir

valiente después de comprobar que en efecto él se derramo encima. Ahora se sentía

como una tonta por dejar que el pánico la invadiera. Edward se metió a la tina y le

indico que entrara con él. Ella quería sentarse en la bañera y él la obligo a sentarse en

su regazo, el cuerpo caliente de él se sentía muy bien, comenzó a enjabonarle la espalda

y los brazos lentamente y en círculos le enjabono los pechos, poco a poco su mano fue

bajando a su abdomen y lentamente llego a su Monte de Venus.

—Es muy suave, ¿dónde aprendiste a depilarlo?—sus dedos abrieron sus labios

vaginales y con el índice le acariciaba el clítoris. —Tu clítoris es muy pequeño tendré

que tumbarte en la cama para verlo bien. — Subió las piernas de Kiara una en cada

Almas Reencarnadas
lado de la bañera, el resto de su cuerpo lo subió para que no cayera en el agua y se

ahogara. Con la mano derecha exploraba su clítoris mientras con la izquierda

pellizcaba sus pezones. El dedo índice bajo a explorar la entrada de su vagina, mientras

el pulgar seguía trabajando su clítoris. Los tenues gemidos de Kiara lo estaban

excitando otra vez. Su dedo siguió entrando y saliendo de ella, sentía las pulsaciones

de las paredes vaginales. Ella estaba a punto de llegar al orgasmo. —Vamos dulce,

córrete para mí, sí, así, hazlo, — tomo su boca con la suya para ahogar el grito de

éxtasis. — Eres una gritona. — Su dedo estaba muy apretado en su interior, logro

deslizarlo una y otra vez, cuando la sintió resbaladiza introdujo un segundo dedo y

luego un tercero, cuando sintió que la había abierto lo suficiente pellizco su clítoris y su

orgasmo estallo, esta vez no tuvo tiempo de acallar su grito por que en el momento en
Nala Ariella -

que Kiara se corrió el introdujo su pene con fuerza terminando los dos aunque no dejo

de masajear su clítoris. — Estas muy apretada.

Kiara no se reponía aun del devastador orgasmo que le proporciono al final, ser

virgen era un fastidio, pero él le ayudo a pasar sin tanto dolor por esta experiencia, no

fue tan malo después de todo. Después de enjuagarla, la llevo a la cama le dio un té

con láudano y se quedó dormida.

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Escritoras Excomulgadas

Despertó un poco dolorida e irritada por la noche anterior con todo el dolor de

su corazón tuvo que levantarse, el lado de su cama estaba frio Edward seguramente se

levantó temprano, se vistió de manera sencilla con un vestido verde seco, se recogió el

pelo con una peineta y salió a desayunar la bandeja del desayuno tenía una nota:

“Dulce, surgió una emergencia te veo en la cena.” Vaya decepción, no era la nota que

esperaba pero aún no estaba bien, pidió un té con un poco de láudano para el dolor

leve que tenía y salió al jardín cuando se sintió sola llamo a Topacio.

—Hola, ¿cómo estas Kiara?, ¿me llamaste que ocurre?

—Hola Topacio, tenía mucho tiempo que no te veía pensé que me habías dejado

sola.

Almas Reencarnadas
—Tú no me ves pero yo a ti, si no te dejaría sola, pero han ocurrido algunos

desastres naturales y otros humanos, estamos saturados de trabajo.

—Lo siento mucho, dime les están encontrando un cuerpo a todos.

—Gracias, estamos trabajando a marchas forzadas pero hay de todo, los niños

son los casos más tristes—una lagrima solitaria se deslizo por la mejilla de Topacio

cuando cayó al suelo era un pequeño diamante. —Bien, no estoy aquí para cosas

tristes, ¿dime que puedo hacer por ti?

—Bien, yo quería pedirte un favor muy especial, en esta época no hay


Nala Ariella -

anticonceptivos y yo quiero esperarme para tener hijos.

—Mientras sea razonable podría intervenir, pero tú me regresaras un favor,

¿estás de acuerdo?

—Es justo, pensaba en esperarme entre ocho meses y un año para tener un

bebé.

—Tienes un año para disfrutar tu vida de casada —toco su vientre con la mano

y sintió un cosquilleo. — Cuando termine ese tiempo tendrás un bebé.

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Escritoras Excomulgadas

— Gracias —Topacio desapareció ante sus ojos. Ella se agacho, tomo el

diamante del suelo era perfecto y no tan pequeño, lo mandaría poner en un collar y se

lo daría al primer bebé niña que tuviera. Parece que el dolor desapareció.

—Mi lady, la señorita Applewhite está en el salón y busca a lord Lancaster.

— ¿Sabe si alguien de la familia la invito a venir o vino por su cuenta?

—Lo ignoro mi lady, le informe que el señor no se encuentra pero se reúsa a irse

hasta no ser atendida.

—Está bien, lléveme con ella. —Se preguntaba que querría. Cuando llegaron a

la puerta llegaron en caballo Fernando y Edward ambos muy sonrientes. — Tienen

Almas Reencarnadas
cara de travesura.

—Nada de eso solo jugamos carreras y le gane —con un beso en la mejilla

Fernando la saludo. —Vamos, se linda, invítame a comer.

—Deja que se muera de hambre. — Con un beso demoledor la saludo. — Dulce,

ven, hay que comer mientras Fernando nos ve.

—Lamento arruinarles la comida a los dos pero tenemos visitas la señorita

Applewhite, reclama la presencia de Edward así que es toda tuya mientras Fernando y

yo nos iremos a comer.


Nala Ariella -

Edward llego cuando estaban terminando de comer y junto con él llego la

molesta Brianna, con su vestido floreado, le recordaba mucho los sillones viejos de su

abuela, tanto que al sofocar una carcajada comenzó a toser pues se estaba ahogando,

rápidamente le acercaron agua y le palmearon la espalda hasta que se repuso.

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Escritoras Excomulgadas

—Parece que mi presencia le molesta, señorita Langtry —con una perversa

sonrisa Brianna tomaba asiento al lado derecho de Fernando — es una pena que deba

soportarme. Pienso quedarme unos días.

—No me molesta en lo absoluto, me estaba ahogando por que recordé una

anécdota que me conto Fernando y me causo risa eso es todo.

—Lleva muchos días aquí, ¿no extraña a su familia?, debería visitarlos.

—Acabo de regresar, estuve un mes con mi familia, veo que no se enteró.

—También estuve fuera en el extranjero y cuando regrese lady Lancaster había

dejado un mensaje para mí pero no se encuentra y Edward me ofreció hospedaje.

Almas Reencarnadas
Al unísono tanto Kiara como Fernando le dieron patadas en las espinillas al

fabuloso anfitrión y él tuvo que ahogar un grito, pero los miro a su hermano con ojos

asesinos y a su esposa le dedico una mirada que auguraba venganza y algo más, fue

ese algo lo que la hizo estremecerse de placer. Los hombres se retiraron dejándolas

solas. Kiara se preparó para la avalancha de veneno que se avecinaba, mando llamar al

mayordomo.

—¿Me mandó llamar mi lady?

—Si John, por favor vea que las cosas de lady Apple White sean llevadas al

cuarto lila y dígale a Beatriz que será la encargada de servirle mientras se encuentre
Nala Ariella -

aquí. — En cuanto se hubo marchado la conversación continuo.— Seguramente Silvia

llegara pronto, no le gusta estar alejada de casa mucho tiempo.

—la llama Silvia, eso es descortés y se comporta como si fuera la dueña de la

casa es una desfachatez, ¿no le parece?

—Mi madrina me pidió llamarla Silvia y si mando es porque soy la señora de la

casa —extendió su mano para que viera los anillos que probaban lo que acababa de

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Escritoras Excomulgadas

decir—y si no se comporta señorita Applewhite la pondré de patitas en la calle,

créame.

Diciendo esto salió furiosa del comedor, necesitaba aire y despejarse o

terminaría arrojando a esa bruja por el balcón, se dirigió a la caballeriza y monto a su

precioso Lazlos que comenzó a trotar hasta llegar a una laguna artificial, se acercó a

tocar el agua, estaba templada, rica para tomar un baño. Dejo a su caballo pastar solo y

comenzó a desnudarse, puso su ropa lejos del agua y se metió. Era tan relajante, se

estaba divirtiendo como enana que no escucho llegar a otro jinete hasta que sintió unas

grandes manos tomar sus pechos por detrás, lanzando un grito se volteo para

abofetear a quien estuviera detrás, cuando vio a Edward.

Almas Reencarnadas
—Me has dado un susto de muerte mereces que te ahogue —se dio la vuelta

para salir del agua pero dos brazos la sujetaron por la cintura impidiendo su escape. —

Suéltame me voy a casa.

—No lo creo tú me pateaste y mereces un castigo. — La cargo hasta sacar su

trasero del agua para abofetearlo, — ahora voy a ponerlo rojo para que no vuelvas a

patearme.

—Me las pagaras, te juro que lo harás, —su cuerpo traidor se estaba excitando

con cada nalgada, podía sentir como su vagina escurría liquido por sus piernas, incluso

podía oler su esencia dulce. —Edward tómame, ya estoy ardiendo.


Nala Ariella -

—Claro que lo hare,—beso su cuello, sus pechos, sus pezones, los mordió, se

entretuvo poniendo su cuerpo a punto de explotar hasta poder sacarla del agua y

tumbarla en el pasto, siguió su camino de besos por su abdomen, jugo con su anillo en

el ombligo, los suaves gemidos de Kiara y el olor de su esencia lo estaban volviendo

loco, nunca antes le hizo sexo oral a una mujer ya que no confiaba en que estuvieran

limpias y Diana siempre detesto las caricias y los besos. Este era el momento que

espero siempre, siguió bajando su boca la pelvis de ella, no dejaba de moverse

buscando atención, abrió sus piernas con los brazos, con los dedos abrió su sexo

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Escritoras Excomulgadas

depilado, podía ver como sus fluidos salían por ella tan diferentes de los suyos, estos

eran claros, muy ligeramente blancos, bajo su boca para probarla, su lengua bailaba por

su clítoris y apuñalaba su centro. Sintió como convulsionaba con un fuerte orgasmo

inundando su cara con su orgasmo, si no estaba en su interior en unos minutos moriría

de agonía, bajo sus piernas la acomodo, tomo su eje duro como roca entrando en su

interior de un solo golpe. — Que apretada, resbaladiza y caliente eres dulce podría

estar aquí por siempre, —agarro con fuerza sus caderas, saco su pene hasta casi salirse,

y volvió a entrar.

—Si así, hazlo más fuerte, más, dame más — el placer que sentía la volvería loca

no podía dejar de gemir y gritar.— Si, así estoy cerca, más rápido.

Almas Reencarnadas
—Vamos, córrete conmigo, eso, o cielos sí —con un sonoro grito terminaron

juntos. Él salió de su cuerpo lentamente, ella estaba tan apretada que comenzaba a

lastimarlo—parece que quieres arrancar mi pene, tu dulce coñito no me suelta.

Permanecieron recostados juntos un buen rato, aún estaban débiles. Cuando se

sintieron con fuerzas, se metieron al lago a bañar para quitarse el pasto y la tierra del

cuerpo. Ninguno de los dos podía creer su suerte al encontrar una pareja complaciente

que les diera lo que necesitaba en todos los aspectos. Después de vestirse cada uno

subió en su caballo y regresaron a casa. A partir de ese día acordaron dormir desnudos

y así lo hicieron.
Nala Ariella -

La siguiente mañana Kiara despertó sintiendo el dulce olor amaderado de él y

su calor, se volteo a verlo dormir, era tan guapo que robaba la respiración, dormía con

el torso descubierto dejando ver su piel bronceada y su hermoso lavadero. Su mirada

fue más abajo y descubrió una gran carpa. Verlo le recordó lo bien que se sentía en su

interior, la forma en que la llenaba, eso la excito, al instante empezó a sentir como se

mojaba, se puso de rodillas y quito la sabana que la separaba de su objetivo tomo su

pene con su boca, apenas le cabía, era muy ancho y muy grande, trago tanto como

pudo. Su boca subía y bajaba por su eje, una y otra vez, mientras con su lengua

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Escritoras Excomulgadas

dibujaba su contorno y la rizaba por los lados. Continuo chupando su miembro,

entonces las caderas de él comenzaron a moverse solas. Con una de sus manos agarro

sus testículos sobándolos y apretándolos, escucho sus gemidos y se puso a chupar más

y más fuerte.

—Eres tú, pensé que era un sueño, que rico es despertar así—Edward se

despertó con su esposa pegada a su miembro chupando como una experta, si no la

conociera pensaría que ya lo había hecho antes y si no la detenía se correría en su

boca— si no te detienes voy a terminar en tu linda boquita.

—No lo creo, te dije que me vengaría por las nalgadas, —se irguió de rodillas

como estaba. Con sus manos se sobaba los pechos, eso le recordó una película porno

Almas Reencarnadas
que rentaron Jenny y ella y se propuso actuar como la actriz, subió su pecho izquierdo

lo más que pudo hacia arriba, bajo su cabeza y con la punta de su lengua se lamio el

pezón una y otra vez, cuando su pecho protesto hizo lo mismo con el otro hasta que se

le canso el cuello, entonces su mano derecha bajo a su coño, lentamente el dedo medio

jugo con su clítoris, esa pequeña protuberancia del placer. Subió y bajo su mano hasta

introducir dos dedos en su vagina varias veces. Ver a Edward respirar de forma

acelerada la tenía al borde. —Quédate recostado no puedes tocar.

Kira se puso de pie se acercó a la cabecera de la cama se arrodillo y puso su

coño mojado en la cara de Edward mientras ella ponía su cara en el pene y lo metió a

su boca, él siguió su ejemplo, abrió sus labios vaginales por que le gustaba ver como se
Nala Ariella -

mojaba, comenzó a lamer todo su contorno cuando termino metió su lengua todo lo

que pudo en su interior chupando y metiendo su lengua. Estaba por derramar su

semilla, entonces ella se paró se sentó en su pene de espaldas a él y empezó a

cabalgarlo, se movía duro y rápido como a ella le gustaba, lo que generaba un

problema ya que él no soportaría mucho. Se puso a pensar en un millón de cosas que

no tuvieran nada que ver con lo que estaba haciendo, cuando sintió como se corría ella.

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Escritoras Excomulgadas

—Al fin mi turno, — la puso sobre sus rodillas, le puso su cabeza en la

almohada dejando su redondeado trasero al aire, su delicioso coño lo saludaba abierto

a su contemplación, podía ver como se abría cada vez que metía su pene, era un buen

espectáculo. Pronto vendrían a tocar, lo mejor sería terminar y seguir después con sus

juegos sexuales, se introdujo profundo una, dos, tres, muchas veces. —Si pequeña

pídeme más, más, si, que bien se siente.

Cuando terminaron se lavaron se limpiaron y Kiara abrió la puerta para

despejar un poco el olor a sexo que impregnaba la habitación.

Salieron de la habitación como si nada hubiera pasado, saludaron a todos y se

sentaron a desayunar. Kiara podía sentir las miradas sobre ella, la de Brianna le

Almas Reencarnadas
incomodaba y le molestaba y la de Fernando por extraño que parezca le estaba

excitando otra vez, ya antes lo sintió mirándola y simplemente lo ignoro pero esto era

diferente su mirada la calentaba y se ponía mojada.

Durante el desayuno todos dijeron sus planes del día Brianna saldría a la

ciudad por unos días. Fernando debía recoger unos artículos de la tienda. El cochero, el

mayordomo y varias sirvientas saldrían para las compras del mes lo que significaba

una casa vacía hasta el anochecer y muchas travesuras por delante, una hora más tarde

la casa estaba sola y disponible. Ellos se fueron al estudio, él a trabajar, ella a leer.

—Si no es bueno tu libro puedo mejorarlo, —se acercó a ella con una caja en la
Nala Ariella -

mano, la puso de pie, le quito el vestido y le dio la caja. —Quiero que lo uses.

—¿Qué clase de regalo?, ¿me requiere desnuda? —a su mente nada más venían

imágenes de una loción, una crema, un perfume, incluso un negligé, pero aquí no había

eso último. Abrió la caja, un dildo blanco de marfil pulido y grande junto con un tapón

del mismo material en negro y una botella de aceite se encontraban en su interior. —

¿Quieres que yo lo use o tú me vas a ayudar?

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Escritoras Excomulgadas

—En la mañana me enseñaste como lo hacías con tus dedos, yo quiero ver como

se desliza en tu interior, este otro lo usaremos después ahora voy a sentarme a ver.

Se acomodó en el sillón pequeño a observar, Kiara saco el más grande, era frio

un poco pesado pero muy suave, lo llevo a su cara para lamerlo, se lo metió a la boca

hasta donde pudo, lo volvió a sacar, repitió el proceso, en algunas ocasiones esos

movimientos los copio de algunas escenas porno que vio en su laptop. Con el dildo

mojado con su saliva lo paso por sus pezones duros unas pocas vueltas en cada uno,

volteo el dildo deslizándolo por su abdomen subió sus piernas y las separo tanto como

pudo, tallo su clítoris con el dildo hasta que estuvo mojada, entonces lo metió poco a

poco en su interior, lo introdujo tanto como pudo y volvió a sacarlo. Él se paró de su

Almas Reencarnadas
silla, se puso de rodillas a lamer su dolorido clítoris, con una mano aparto el frio marfil

metiendo su dura barra de carne caliente logrando que culminara y ganándose un

mordisco en el hombro.

Los meses pasaron con mucha rapidez Edward ya había notado la falta de

embarazo en Kiara, era por demás extraño, hacían el amor prácticamente a diario y

muchas veces, en más de una ocasión al día. Llego a pensar que era estéril por extraño

que parezca la idea lo entristeció, anhelaba con todo su corazón un hijo de ambos, pero
Nala Ariella -

conocía de cerca el dolor que tenía su hermano cada vez que recordaba su esterilidad,

no quería imaginar el de una mujer al saberse incapaz de concebir en un mundo que

las tenía vistas como yeguas de cría, lo mejor sería irse por un tiempo juntos, adoptar

un bebé y regresar diciendo que era de ambos. Con esa idea en mente salió a ver sus

propiedades en cuanto regresara le daría la noticia.

—Topacio, ¿puedo hablarte? — Esperaba que contestara su llamado. — Estoy

desesperada te necesito.

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Escritoras Excomulgadas

—¿Qué te pasa estas bien?—se veía asustada incluso pálida— me asusto tu

llamado.

—Perdón, es solo que me siento rara extraña y tengo ganas de llorar todo el día,

por favor, dime que no estoy enferma o a punto de morir otra vez.

Topacio le toco la frente la tomo de ambas manos, después de unos minutos

dijo — Eres la primer reencarnada a la que le concedo no poder tener hijos de manera

inmediata y tu cuerpo se ha revelado ante eso, la única manera de que te sientas bien es

teniendo un bebé.

—Hazlo por favor, sé que pedí tiempo pero este sentimiento me está volviendo

Almas Reencarnadas
loca.

—¿Estas segura?, llevas solo siete meses aun te quedan cinco meses del acuerdo

para disfrutar tu vida de casada.

—Lo estoy, ¿puedes darme un bebé ahorita mismo?, de verdad lo quiero.

—Está bien déjame ir por alguien vuelvo enseguida—Topacio desapareció

aumentando la desesperación que ya sentía, siempre quiso una familia pero tenía

miedo al dolor que sentiría en esta época sin la medicina moderna. Mientras daba

vueltas pensando en eso Topacio regreso junto con un una hermosa ángel de pelo

rubio, piel blanca, ojos, color miel vestida igual pero de color melocotón se preguntaba
Nala Ariella -

quién sería ella—te dije que volvería pronto ella es Zafiro es la encargada de colocar a

los bebés.

Zafiro se acercó a ella con una sonrisa en los labios, irradiaba ternura y amor a

raudales, estaba a punto de llorar. — No llores, no me gusta ver a la gente triste solo

quiero ver tus recuerdos me das permiso.

Kiara asintió. No tenía la menor idea de lo que buscaba, sin embargo no tenía

miedo, a pesar de ser vista directamente a los ojos tampoco le importo mucho que viera

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Escritoras Excomulgadas

su intimidad aunque la hizo sentir un poco incomoda que la vieran tan atrevida. Una

suave risa escapo de los labios de Zafiro.

—Que no te de pena pequeña, así puedo ver cuánto amor hay, también pude

ver que tu pareja anhela un bebé tanto como tu antes de entregarle un bebé. ¿Dime

cómo quieres que sea?

—¿A que te refieres con eso?, no… entiendo—esperaba que no se refiriera a un

modelo especifico como pelo negro, ojos azules y esas cosas o se pondría furiosa, —

¿quieres decir si niño o niña?

—Yo trabajo en una sección del cielo que recibe los bebés que las madres no

Almas Reencarnadas
quieren, los que mueren al nacer o a los pocos días incluso al año todos están bajo mi

cuidado y son demasiados.

—Solo quiero un bebé, no me interesa si es niño o niña, dame uno de ellos para

amarlo—pensar en todo lo que le dijo le causo mucho dolor y tristeza, esas pequeñas

almas necesitaban amor y ella tenía a raudales— y ayúdame para que vivan.

—Así será Kiara, tu bendición será de amor, —en su mano brillaron dos luces

saltarinas tan brillantes como hermosas. Extendiendo su brazo toco su vientre y estas

desaparecieron, sintió un poco de calor en su vientre. —En unos meses serás mamá de

gemelos. — La abrazo y le agradeció por darle la oportunidad de vivir a esos bebés. —

Te diré un secreto uno es el hijo de Edward que murió con Diana, ya habíamos
Nala Ariella -

intentado antes que naciera y no se pudo el otro es un bebé que también lleva años en

espera.

Kiara estaba llorando no podía creer que serviría de medio para traer unos

bebés en espera desde hace años, eso la hacía sentir muy especial quería ayudar con

mas en el futuro pero no quería parecer coneja, unas carcajadas que eran más como

música desviaron su atención. — Otra vez leyendo mi mente, ¡vamos chicas donde

queda la privacidad!

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Escritoras Excomulgadas

—Lo sentimos— dijeron al unísono pero siguieron riendo. Zafiro se puso sería

un poco. — Debo irme, hay otro bebé que entregar, te veré en tres años para traerte

otro bebé.

—Ambas estaremos contigo para ayudarte a que se logren esos bebés y tengas

el menor dolor posible. Bien, yo también me voy el trabajo nunca termina.

—Me siento muy mareada creo que voy a… —todo se volvió oscuro y no supo

más cuando despertó estaba en su cuarto con mucha gente a su alrededor— ¿quién me

Almas Reencarnadas
trajo?

—Fui yo te encontré tirada en el jardín y llame al doctor. Felicidades serás

mamá.

—Ya se enteró Edward, supongo.

—Si lo sabe, él venia entrando cuando el doctor le daba las instrucciones a John.

Ni modo a la próxima tú le das la noticia.

Los meses pasaron y nacieron sus gemelos, iguales al papá, todo salió perfecto
Nala Ariella -

tal como prometieron, sin mucho dolor, Samuel y Rafael crecieron guapos, sanos y

felices entonces al tercer año se embarazo otra vez y fue una hermosa niña a la que

llamo Rubí, vivo reflejo de ella y luz de los ojos de Edward, no podía ser más feliz.

—Dulce, ¿qué haces aquí afuera?, hace frio y te puedes resfriar —puso un saco

en sus hombros mientras le robaba un beso a la mujer que lo hacía feliz. — Vamos a

cenar.

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Escritoras Excomulgadas

— Si vamos, ¿los niños ya cenaron o siguen jugando?

—Ya se acostaron, parecen angelitos pero son una tormenta. ¿Dime porque

siempre vienes aquí?

—No lo sé, es como si hubiera olvidado algunas cosas desde hace dos años.

Han de ser estragos de la edad.

—Jajá eres muy mala, sabes dónde me deja eso si te gano con nueve años, — la

puso frente así con esa mirada que prometía muchas cosas y el resultado eran tres

bebés. — Pagaras tu insolencia.

Kiara salió corriendo escaleras arriba para no ser alcanzada, si los vieran jugar

Almas Reencarnadas
se burlarían de ellos, eso era seguro pero simplemente era feliz.

Desde una esquina Topacio y Zafiro miraban la escena sonrientes y contentas

por un trabajo bien hecho, tal como prometieron los recuerdos del pasado de Kiara

fueron borrados después del nacimiento de los gemelos porque ella era feliz y su

corazón estaba en paz.

—¿Le darás otro bebé, —le pregunto a Zafiro, —o piensas dejarla descansar?

—La dejare descansar cuatro años y le daré solo dos más, entonces cerrare la

fábrica.
Nala Ariella -

—Me parece bien. Bueno, nos llaman tenemos trabajo por hacer.

—Me pregunto qué te tocara esta vez.

Los ángeles desaparecieron, cada una a su trabajo, Zafiro a cantarles a las almas

de los pequeños para darles esperanza y amor. Topacio a buscar más almas

merecedoras de una segunda oportunidad, su trabajo era triste pero muy emocionante,

nunca sabia en donde las acomodaría, en que tiempo o planeta.

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Fin
Escritoras Excomulgadas

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Nala Ariella - Almas Reencarnadas
Escritoras Excomulgadas

©Titulo Almas reencarnadas

© 2012 Nala Ariella

Diseño de Portada: Yuuki Kuran.

Edición: Leluli.

Derechos Exclusivos:

Derechos en Ebook: El Club de las Excomulgadas

Distribución Gratuita

Almas Reencarnadas
Todos los Derechos Reservados

2012.-

Nala Ariella -

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