El Misterio de los

Sergio Rivera Juárez

Nelly Jasso Vargas
La mañana del 3 de marzo ocurrió un
evento sin precedentes.
Cada uno de los capibaras conocidos
en el mundo desaparecieron como por
arte de magia. Como si el negro de la
noche se los hubiera tragado sin dejar
rastro.

El mundo se volvió loco y buscó por

todas partes pero nadie fue capaz de
encontrar una sola pista de donde se
encontraban.
Con el tiempo la gente comenzó a ol-
vidar y aquellos animalitos jamás se
volvieron a ver.
 Los rumores comenzaron a rondar en el mundo, oí que se les crearon una banda de motociclistas y ahora recorren el mun-
vió en alguna carretera de algún desierto de algún lugar leja- do libres y a toda velocidad.
no. Se cansaron de ser obligados a salir de su hábitat así que
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 Según un tío mío, los capibaras son conoci-
dos como los “cerdos de agua”, así que para
esconderse se cortaron el pelaje y ahora se
ocultan entre los puercos.

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 Escuché que el calor es tan insoportable por el cambio climá- hielo se derritió y ahora no pueden regresar.
tico que fueron al polo norte para estar más agusto. Pero el

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 También leí en un periodico que debido a los
incendios se les terminó su comida. Ahora ne-
cesitan trabajar todo el día en un centro de
atención telefónica de donde no pueden salir
para poder pagar la comida.

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 En una página de internet vi un video en el que se mostraba der cómo ese animalito podía ser tan amistoso entre tantas
como los capibara eran abducidos por alienígenas para enten- especies en la tierra.

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 Se escucharon muchos rumores sobre su pa-
radero. Pero yo creo que los capibara huyeron
al espacio, que se cansaron de cómo tratamos
la tierra y a sus amigos animales.
Quiero saber más de ellos y me pone triste
que nos hayan dejado, por ello mandaré una
carta a la luna y tal vez algún día decidan dar-
nos otra oportunidad.

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 Queridos capibara:

Lamento que la tierra dejara de ser un

lugar seguro para ustedes y huyeran
en busca de un nuevo hogar. Sé que los
humanos no son perfectos y que no les
hemos dado un trato justo a ustedes
y a otros animales, pero espero que
podamos volver a convivir en nues-
tro planeta, que algún día nos puedan
dar otra oportunidad para compartir
la tierra y tratar a los animales de la
manera tan amigable como lo hacen
ustedes.

Con mucho cariño,

Su buen amigo que los extraña.

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