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Doctrina de la Fe sobre los sacramentos para divorciados que viven una nueva union

https://www.vaticannews.va/es/vaticano/news/2023-10/doctrina-de-la-fe-sobre-sacramentos-
para-divorciados-nueva-union.html

En el sitio web del Dicasterio para la Doctrina de la Fe está disponible la respuesta a una serie de
preguntas propuestas por el cardenal Arzobispo emérito de Praga Dominik Duka: en el caso de
nuevas uniones, todos los sacerdotes están llamados a proponer un proceso de discernimiento
que muestre "el rostro materno de la Iglesia".

L'Osservatore Romano

La exhortación apostólica Amoris laetitia del Papa Francisco abre la posibilidad de acceder a los
sacramentos de la Reconciliación y de la Eucaristía cuando, en un caso particular, "existen
limitaciones que atenúan la responsabilidad y la culpabilidad". Es una de las respuestas publicadas
en el sitio web del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, a una "serie de preguntas" sobre "la
administración de la Eucaristía a los divorciados que viven en una nueva unión". Las preguntas
fueron planteadas al Dicasterio el 13 de julio por el cardenal Dominik Duka, Arzobispo emérito de
Praga, en nombre de la Conferencia Episcopal Checa.

Debemos considerar, se lee en el texto del Dicasterio, que se trata de un proceso de


acompañamiento que «no termina necesariamente con los sacramentos, sino que puede
orientarse hacia otras formas de integración en la vida de la Iglesia: una mayor presencia en
comunidad, participación en grupos de oración o reflexión o participación en diversos servicios
eclesiales".

Estamos, por tanto, en presencia del acompañamiento pastoral como ejercicio de la "via caritatis",
que no es otra cosa que una invitación a seguir el camino "de Jesús: de misericordia e integración".
El 5 de septiembre de 2016, los Obispos de la Región Pastoral de Buenos Aires habían preparado
para sus sacerdotes un texto explicativo de la exhortación apostólica titulada “Criterios básicos
para la aplicación del capítulo VIII de Amoris laetitia”, en el que se subraya que «no es oportuno
hablar de "permisos" para el acceso a los sacramentos, sino de un proceso de discernimiento
acompañado por un pastor. Es un discernimiento "personal y pastoral" (AL 300)".

Hay que considerar que, como recuerda el Papa Francisco en la carta al Delegado de la Región
Pastoral de Buenos Aires, Amoris laetitia fue el resultado "del trabajo y de la oración de toda la
Iglesia, con la mediación de dos Sínodos y del Papa". Este documento se basa en el «magisterio de
los Papas anteriores, que ya reconocieron la posibilidad de que los divorciados en nuevas uniones
accedan a la Eucaristía», siempre que asuman «el compromiso de vivir en plena continencia, es
decir, de abstenerse de los actos propios a los cónyuges», como propuso Juan Pablo II. O de lo
contrario a "comprometerse a vivir su relación... como amigos", como propone Benedicto XVI. El
Papa Francisco mantiene «la propuesta de la continencia plena para los divorciados vueltos a casar
en una nueva unión, pero admite que puede haber dificultades para practicarla y por eso permite
en ciertos casos, después de un adecuado discernimiento, la administración del sacramento de la
Reconciliación incluso cuando no seamos capaces de ser fieles a la continencia propuesta por la
Iglesia".
Por otra parte, el Dicasterio subraya que la exhortación apostólica Amoris laetitia es un
"documento del magisterio pontificio ordinario, al que todos están llamados a ofrecer el respeto
de la inteligencia y de la voluntad". Precisa que «los sacerdotes tienen la tarea de «acompañar a
las personas interesadas en el camino del discernimiento según la enseñanza de la Iglesia y las
orientaciones del Obispo». En este sentido, es posible, incluso "es deseable, que el Ordinario de
una diócesis establezca algunos criterios que, en línea con la enseñanza de la Iglesia, puedan
ayudar a los sacerdotes en el acompañamiento y en el discernimiento de los divorciados que viven
en una nueva Unión". En la serie de preguntas, el cardenal Duka se refirió al texto de los Obispos
de la Región Pastoral de Buenos Aires y preguntó si la respuesta del Papa Francisco a la pregunta
de la sección pastoral de la misma diócesis de Buenos Aires podría considerarse una afirmación del
Magisterio ordinario de la Iglesia. Sin duda, el Dicasterio afirma que, como se indica en el rescripto
que acompaña a los dos documentos sobre las Acta Apostolicae Sedis, éstos se publican «velut
Magisterium authenticum», es decir, como Magisterio auténtico.

A la pregunta del cardenal Duka sobre quién debe ser el evaluador de la situación de los
matrimonios en cuestión, el Dicasterio destaca que se trata de iniciar un itinerario de
acompañamiento pastoral para el discernimiento de cada persona. En este sentido, Amoris
laetitia subraya que "todos los sacerdotes tienen la responsabilidad de acompañar a las personas
interesadas en el camino del discernimiento". Es el sacerdote, se lee, quien "acoge a la persona, la
escucha con atención y le muestra el rostro materno de la Iglesia, acogiendo su recta intención y
su buen propósito de poner toda su vida a la luz del Evangelio y de practicar la caridad". Pero es
cada persona, "individualmente, la que está llamada a ponerse delante de Dios y exponerle su
conciencia, con sus posibilidades y sus límites". Esta conciencia, acompañada por un sacerdote e
iluminada por las orientaciones de la Iglesia, "está llamada a formarse para evaluar y dar un juicio
suficiente para discernir la posibilidad de acceder a los sacramentos".

Ante la pregunta de si conviene que tales casos sean tratados por el tribunal eclesiástico
competente, el Dicasterio señala que en situaciones en las que es posible establecer una
declaración de nulidad, el recurso ante el tribunal eclesiástico formará parte del proceso de
discernimiento. El problema, se observa, "surge en las situaciones más complejas en las que no es
posible obtener una declaración de nulidad". En estos casos, también puede ser posible "un
proceso de discernimiento que estimule o renueve el encuentro personal con Jesucristo también
en los Sacramentos". Dado que se trata de un proceso de discernimiento individual, los
divorciados vueltos a casar deberían hacerse algunas preguntas para verificar sus
responsabilidades y preguntarse cómo se comportaron con “sus hijos cuando la unión conyugal
entró en crisis; si ha habido intentos de reconciliación; cuál es la situación de la pareja
abandonada; qué consecuencias tiene la nueva relación para el resto de la familia y la comunidad
de fieles”.

El Papa reafirma la comunión de los divorciados vueltos a casar

"Posibilidad de tener sacramentos sin abstenerse del sexo".

https://www.ansalatina.com/americalatina/noticia/vaticano/2023/10/03/la-comunion-de-los-
divorciados-vueltos-a-casar_48330a1e-ca58-47fe-88ab-5a284a74c70c.html
(ANSA) CIUDAD DEL VATICANO - La posibilidad de que una pareja divorciada y
vuelta a casar comulgue sin abstenerse de tener relaciones sexuales es un "auténtico
magisterio" de la Iglesia, dijo el Papa Francisco.
El Pontífice lanzó la afirmación siete años y medio después de la publicación de su
encíclica 'Amoris Laetitia', en respuesta a las preguntas formuladas por el arzobispo
emérito de Praga, cardenal Dominik Duka, en nombre de la Conferencia Episcopal
Checa.

La respuesta fue publicada por el Dicasterio para la Doctrina de la Fe, que preside el
cardenal argentino Víctor Manuel Fernández.
Ante la duda del cardenal Duka sobre si debe darse la Ecuaristía a un católico
divorciado pero vuelto a casar civilmente, la respuesta, firmada tanto por Fernández
como por el Papa, es que si bien los sacerdotes deben brindar acompañamiento
pastoral al individuo, "es cada persona, individualmente, quien está llamada ponerse
delante de Dios y exponerle su conciencia, tanto con sus posibilidades como con sus
límites".
"Esta conciencia, acompañada de un sacerdote e iluminada por las directrices de la
Iglesia, está llamada a formarse para evaluar y dar un juicio suficiente para discernir la
posibilidad de acceder a los sacramentos", agrega el titular del Dicasterio de la Fe.
Al abordar el magisterio de la encíclica Amoris Laetitia, el cardenal Fernández
recuerda que también "abre la posibilidad de acceder a los sacramentos de la
reconciliación y la Eucaristía cuando, en un caso particular, existen limitaciones que
atenúan la responsabilidad y la culpabilidad".
"Los divorciados vueltos a casar deberían preguntarse cómo se comportaron con
sus hijos cuando la unión conyugal entró en crisis; si ha habido intentos de
reconciliación; cómo se abandona la situación de la pareja; qué consecuencias tiene
la nueva relación para el resto de la familia y la comunidad de fieles; qué ejemplo
ofrece a los jóvenes que deben prepararse para el matrimonio. Una reflexión sincera
puede fortalecer la confianza en la misericordia de Dios, que no es negada a nadie",
sostiene la respuesta citando a la encíclica. .
"Una reflexión sincera puede fortalecer la confianza en la misericordia de Dios, que
no se le niega a nadie", destaca.
Finalmente, en su respuesta, el cardenal Fernández evita hablar sobre si la vida
sexual de la pareja formada por al menos un católico divorciado vuelto a casar
debería ser mencionada "en el sacramento de la reconciliación", pero destaca que
debería ser "sujeta a un examen de conciencia para confirmar que es una verdadera
expresión de amor y que ayuda al crecimiento en el amor".
Como recuerda el Papa Francisco en la carta al Delegado de la Región Pastoral de
Buenos Aires -tras el documento explicativo de los obispos locales-, Amoris laetitia se
basa en el "magisterio de Papas anteriores, que ya reconocían la posibilidad a los
divorciados en nuevas uniones acceder a la Eucaristía", siempre que asuman "el
compromiso de vivir en plena continencia, es decir, de abstenerse de los actos
propios de los cónyuges", como propuso Juan Pablo II. O "comprometerse a vivir su
relación... como amigos", como propone Benedicto XVI.
El Papa Francisco mantiene "la propuesta de la continencia total para los
divorciados vueltos a casar en una nueva unión, pero admite que puede haber
dificultades para practicarla y por eso permite en ciertos casos, después de un
discernimiento adecuado, la administración del sacramento de la Reconciliación
incluso cuando no seamos capaces de ser fieles a la continencia propuesta por la
Iglesia". (ANSA).

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