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Ecumenismo y movimiento ecuménico

El ecumenismo es el movimiento hacia la unidad de las iglesias cristianas. El Decreto sobre


el Ecumenismo del Concilio Vaticano II (Unitatis Redintegratio) comienza de la siguiente
manera:
Promover la restauración de la unidad entre todos los cristianos es uno de los fines
principales que se ha propuesto el Sacrosanto Concilio Vaticano II, puesto que única es
la Iglesia fundada por Cristo Señor, aun cuando son muchas las comuniones cristianas
que se presentan a los hombres como la herencia de Jesucristo; todos se confiesan
discípulos del Señor, pero sienten de modo distinto y siguen caminos diferentes, como
si Cristo mismo estuviera dividido. División que abiertamente repugna a la voluntad de
Cristo y es piedra de escándalo para el mundo y obstáculo para la causa de la difusión
del Evangelio por todo el mundo.
El primer encuentro ecuménico del actual Papa Francisco
Tuvo lugar con el patriarca de la Iglesia copta ortodoxa de Egipto, Teodoro (Tawadros) II, el
pasado 10 de mayo de 2013. Casi sólo de pasada nos hemos ocupado en este balance de
las antiguas Iglesias ortodoxas de Oriente, también llamadas precalcedonenses. La Iglesia
ortodoxa copta de Egipto cuenta con unos diez millones de fieles en una zona de mayoría
musulmana. Era la segunda vez que el Papa de Alejandría y Patriarca de la Sede de San
Marcos visitaba la sede del sucesor de Pedro. Cuarenta años antes Pablo VI y Shenuda III
habían firmado en el Vaticano una Declaración cristológica común, que puso en marcha el
diálogo bilateral entre las dos Iglesias. El Papa Bergoglio apeló a la guía del Espíritu Santo,
al diálogo y a la voluntad de construir día a día la comunión en un amor recíproco para
seguir dando pasos hacia la unidad plena entre los cristianos. En aquella histórica
Declaración, las dos Iglesias reconocieron su «única fe en un solo Dios, uno y trino, la
divinidad del único Hijo encarnado de Dios, un Dios perfecto respecto a su divinidad y un
perfecto hombre respecto a su humanidad». El Papa Francisco se mostró partidario de la
creación de un Consejo Nacional de Iglesias cristianas en Egipto, por deseo de Teodoro II, y
añadió: «Seamos felices de poder confirmar lo que declararon solemnemente nuestros
predecesores, seamos felices de poder reconocernos unidos en el único bautismo».
La teología latinoamericana de la liberación
Aunque el siglo XX ha conocido un gran desarrollo en el movimiento ecuménico, también es
verdad que las Iglesias cristianas han entrado en el siglo XXI con la conciencia de que las
diferencias entre ellas se presentan de nuevas maneras. La Iglesia católica mantiene que el
camino del ecumenismo es irrevocable, y este compromiso supone que los nuevos cambios
no son razón para desistir en la búsqueda de la plena comunión.
Hemos de comenzar acotando el campo de análisis que hemos circunscrito de forma
tentativa a la última década, y ello por varias razones. En primer lugar, nos sirve de
escenario y trasfondo cronológico el período diseñado por el pontificado del Papa Benedicto
XVI, que comenzó el 19 de abril de 2005 y que acaba de concluir el pasado 28 de febrero de
2013, con una renuncia histórica. Este dato mayor de los ocho años de pontificado del Papa
Ratzinger nos suministra de manera natural un terminus ad quem para nuestro balance. Sin
embargo, a la hora de fijar un terminus a quo parece oportuno retrotraer la mirada un poco
más. Primeramente, al año 2004, que viene a coincidir con los cuarenta años de la
aprobación solemne del decreto sobre el ecumenismo, Unitatis redintegratio, del Concilio
Vaticano II, y representa la plena incorporación de la Iglesia católica al movimiento
ecuménico. Y, en segundo lugar, hay que considerar que este tiempo ecuménico ha
transcurrido bajo la batuta del cardenal Walter Kasper que ha estado al frente del Pontificio
Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos desde el año 2002. Queda así
perfilado nuestro decenio. Por otro lado, este afamado teólogo de Tubinga y obispo de
Rottenburg-Stuttgart puso fin a su mandato en 2010, precisamente cuando este importante
organismo ecuménico cumplía los cincuenta años de vida. Conmemorando esta efeméride,
Benedicto XVI, en su alocución del 18 de noviembre a los participantes en la Asamblea
plenaria del dicasterio de la unidad, habló de «una nueva etapa del diálogo ecuménico».
Brevemente: el principal objetivo de estas páginas consiste en desentrañar qué significa
esta apreciación de conjunto que recapitula el despliegue de la actividad ecuménica
sostenida por la Iglesia católica-romana durante el pontificado de Benedicto XVI.
Ecumenismo en España: el bautismo como «vínculo sacramental de la unidad» El 22 de
febrero de 2011 se produjo un acontecimiento ecuménico que ha pasado casi inadvertido en
los medios de comunicación social y seguramente también para muchos cristianos de este
país. Se trata del reconocimiento recíproco del bautismo entre católicos y anglicanos de
España. En la sede de la Conferencia Episcopal Española se firmó la Declaración titulada
«Confesamos un solo Bautismo para el perdón de los pecados». En la sección final de la
Declaración, se recoge la sustancia del acuerdo en estos términos: «La Conferencia
Episcopal Española y la Iglesia Española Reformada Episcopal, firmantes de la presente
Declaración reconocen el mismo y único bautismo válidamente administrado y recibido. Con
esta Declaración manifiestan el acuerdo existente “en que el bautismo cristiano se realiza
por el agua y por el Espíritu Santo”. Con este reconocimiento recíproco del único bautismo,
expresión del impulso del movimiento ecuménico, manifiestan al mismo tiempo su vivo
deseo que todos los bautizados en Cristo vivan como cristianos la común dignidad bautismal
y se reconozcan como miembros de la Iglesia, que es su cuerpo, y hermanos en el mismo
Señor».
La visita de Benedicto XVI a Alemania: el difícil avance hacia la comunión eucarística vamos
a rescatar del panorama ecuménico el eco de otro acontecimiento reciente en el que se vio
involucrada directamente la figura de Benedicto XVI. Me refiero a su viaje a Alemania, su
tierra natal, en septiembre de 2011, que dejó en la prensa titulares destacados de signo
contrario. Por un lado, se vino a subrayar que los protestantes acogieron con satisfacción las
palabras de aprecio del Papa Ratzinger hacia Lutero: «Lo que le quitaba la paz era la
cuestión de Dios, que fue la pasión profunda y el centro de su vida y de su camino: “¿Cómo
puedo tener un Dios misericordioso?”». Así, Nikolaus Schneider, presidente del Consejo de
la Iglesia Evangélica de Alemania, percibió en sus palabras «una revalorización moral de la
figura de Lutero», aunque no conlleven una rehabilitación. Sin embargo, la prensa alemana
utilizaba la expresión «Enttäuschung» (=decepción) al día siguiente de la jornada ecuménica
celebrada en Erfurt el 23 de septiembre, una valoración que tiene quizás que ver con una
serie de expectativas por parte de la Iglesia evangélica que estaban esperando a Benedicto
XVI. Desde un «encontrarse a la misma altura», que subraya cómo los evangélicos no
puede aceptar al Papa como la más alta instancia jurídica, hasta el deseo de celebrar juntos
el 500 aniversario de la Reforma en 2017. Parece que resultaron duras las palabras
taxativas que impiden un avance en la dirección de la hospitalidad eucarística. El actual
presidente del Pontificio Consejo para la unidad de los cristianos, K. Koch, comentó que
todavía existen grandes diferencias entre las dos Iglesias, y la teología ecuménica en
perspectiva católica (y ortodoxa) es muy celosa de la idea de que esta comunidad de mesa
eucarística es indisociable de la previa comunión eclesial. El núcleo duro de este debate
ecuménico reside, hoy por hoy, en el problema del ministerio eclesial y, ligado a ello va la
misma noción de Iglesia. Así aparece ya en los otros dos capítulos fundamentales del
Documento de Lima, la eucaristía y el ministerio. Este asunto nos remite, nuevamente, a la
historia de las divisiones.
El Papa reivindica el ecumenismo entre cristianos

Desde su elección en febrero de 2013 el Papa Francisco ha mostrado una actitud de


apertura hacia el diálogo con otras confesiones que pocas veces se había visto en el
papado. Los encuentros de Bergoglio con evangélicos no son aislados. Ha
llamado “hermanos” a los pastores, con algunos mantiene una relación de amistad de años,
y ha hecho varios llamamientos a cerrar las heridas históricas y buscar la unidad de todos
los cristianos.
Esta apertura por parte del papado ha encontrado una acogida positiva en la mayoría de las
entidades protestantes y evangélicas. Sin embargo, este acercamiento también ha
provocado reacciones por parte de entidades como la Alianza Evangélica Italiana o la
Española, que han querido marcar algunos límites al ecumenismo con la Iglesia Católica.

Por otra parte, las iglesias evangélicas, como entidades locales, se encuentran en España
con la presencia mayoritaria de la iglesia católica. Algunas iglesias establecen relaciones de
diálogo fluido, otras encuentran ámbitos de colaboración. Algunas participan en
las iniciativas ecuménicas impulsadas desde la Conferencia Episcopal, como la
reciente Semana de oración por la unidad de los cristianos; otras iglesias evangélicas se
abstienen. También hay evangélicos que, a título personal, participan de estos eventos.

Ante la diversidad de criterios, toma interés el panel que celebrará el próximo 21 de febrero
la Alianza Evangélica Española en su Asamblea, Idea 2015. “Ecumenismo y nuestra
relación con el nuevo catolicismo. Principios guía para la Alianza en su diálogo con otras
confesiones”, es el título bajo el cual dialogarán los pastores Marcos Zapata y José de
Segovia.

El Papa en los países del islam para construir puentes de fraternidad

Han sido tantos los viajes de Francisco a los Países de mayoría musulmana desde el inicio
de su ministerio petrino, en el mundo entero. Recordamos en mayo del 2014, durante su
visita a Jordania, primera etapa de su peregrinación a Tierra Santa, las palabras que dirigió
en el encuentro en Amán con el rey Abdalá II, cuando quiso renovar su “profundo respeto y
consideración a la comunidad Musulmana”, expresando su “reconocimiento por el liderazgo
que Su Majestad el Rey ha asumido para promover un más adecuada entendimiento de las
virtudes proclamadas por el Islam y la serena convivencia entre los fieles de las diversas
religiones”. Francisco expresó también en aquella ocasión “su esperanza” de que esta visita
contribuyera “a incrementar y promover relaciones buenas y cordiales entre cristianos y
Musulmanes”.
La hermandad entre cristianos y musulmanes
Un año después en noviembre del 2015, en la República Centroafricana, el Papa entraba en
la Mezquita central de Bangui, donde, encontrando a la comunidad musulmana, observaba:
“Cristianos y musulmanes somos hermanos. Tenemos que considerarnos así, comportarnos
como tales. Sabemos bien que los últimos sucesos y la violencia que ha golpeado su país
no tenía un fundamento precisamente religioso. Quien dice que cree en Dios ha de ser
también un hombre o una mujer de paz. Cristianos, musulmanes y seguidores de las
religiones tradicionales, han vivido juntos pacíficamente durante muchos años”.
Dios no justifica los fundamentalismos
Al año siguiente, en noviembre 2016 en Azerbaiyán, la voz de Francisco resonaba en la
mezquita de Bakú: “Dios no puede ser invocado por intereses partidistas y fines egoístas, no
puede justificar forma alguna de fundamentalismo, imperialismo o colonialismo. Una vez
más, desde este lugar tan significativo, se eleva el grito afligido: «Nunca más violencia en
nombre de Dios». Que su santo nombre sea adorado, no profanado y ni mercantilizado por
los odios y los conflictos humanos”.
Que las diferencias religiosas sean una fuerza para el perdón
La paz y la reconciliación estuvieron en lo más alto de los pensamientos del Papa en su
viaje a Myanmar y Bangladesh: “Las diferencias religiosas no deben ser una fuente de
división y desconfianza, sino más bien un impulso para la unidad, el perdón, la tolerancia y
una sabia construcción de la nación”, reiteraba Francisco en el encuentro en Naipyidó con
las autoridades y la sociedad civil.

El ecumenismo de los santos acerca a los católicos y a los ortodoxos

Desde hace cuatro años, el 12 de febrero se ha convertido en una importante ocasión


ecuménica para conmemorar el histórico encuentro en La Habana entre el Papa Francisco y
el Patriarca de Moscú y toda Rusia, Kirill. El 12º viaje apostólico del Santo Padre a México
comenzó el 12 de febrero de 2016 y la primera parada fue en el aeropuerto José Martí en
Cuba. Aquí el abrazo entre hermanos, un momento intenso y privado, se resumió en
algunos discursos finales para destacar la fraternidad de las dos Iglesias y luego la firma de
una Declaración Conjunta que dictó el camino futuro.
El abrazo en Cuba
"Somos Obispos, hemos hablado de nuestras Iglesias, hemos acordado que la unidad se
construye en el camino", fueron las palabras del Papa, mientras que el Patriarca Kirill se
había referido a un trabajo común en algunos frentes como la paz, el respeto a la vida, la
familia y la dignidad humana. Y es precisamente sobre estos temas que se articulan las
sucesivas etapas del viaje común, cada año el 12 de febrero. El martirio y el compromiso de
los cristianos en Oriente Medio, la despoblación de la zona, el fin de la vida y la dignidad de
los enfermos fueron el centro de los encuentros entre el cardenal Kurt Koch, presidente del
Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, y el metropolita
Hilarión, jefe del Departamento de Relaciones Exteriores del Patriarcado de Moscú.

Situación del ecumenismo cristiano, hoy.


Un panorama general permite señalar los puntos siguientes referidos al estado de situación
del ecumenismo hoy (Burggraf, 2003; Kasper, 2008; O’Collins, 2011; Gibellini, 2013).
Bautismo en un convento de Rusia. Actualmente, el valor del bautismo es reconocido por
las Iglesias cristianas históricas, independientemente de cuál de ellas lo administre. La
cuestión del bautismo quedó definitivamente resuelta: todos los cristianos, sean católicos,
ortodoxos, anglicanos o protestantes, reconocen el valor del bautismo administrado por las
demás Iglesias que no sean la suya propia. Si un cristiano desea pasar a pertenecer a otra
de estas confesiones cristianas, no requiere ser bautizado de nuevo.

También se produjeron avances en el reconocimiento de la validez de los matrimonios


celebrados entre contrayentes de distintos credos cristianos. Un católico que quisiera
contraer matrimonio con una persona cristiana no católica solo debe cumplimentar ciertos
requisitos que no afectan su concepción del sacramento.

La participación en la eucaristía por partes de cristianos miembros de Iglesias diferentes,


de la católica es deseada y pedida por muchos como signo que preludie la esperada unidad
final. Si bien la práctica no fue autorizada todavía por las Iglesias cristianas, algunos
teólogos han descubierto zonas de acuerdo doctrinal entre la fracción del pan y la eucaristía
como presencia real de Cristo. Algunos hechos, como la prédica del primado de la
Comunión Anglicana Rowan Williams en la Eucaristía Internacional en el Santuario de
Lourdes, junto con las medidas que siguieron, son considerados altamente positivos en
orden al ecumenismo.

También progresan, aunque con dudas y dificultades, las investigaciones teológicas


emprendidas en común sobre los problemas de la autoridad papal y de la llamada
infalibilidad 8 pontificia. En particular, las Iglesias católica, ortodoxa y la Comunión Anglicana
se sienten menos alejadas entre sí a nivel doctrinal.

Sobre problemas de índole moral, como los del divorcio o del aborto, las divergencias no
son tan extremas como para excluir un posible acuerdo. En cuanto a problemas de
formulación más moderna, como los de la justicia social, la vida internacional y las libertades
cívicas (entre ellas, la libertad de culto, la libertad de enseñanza, la libertad de expresión,
etc.), los puntos de vista son similares hasta el extremo de que las distintas Iglesias han
llegado a pronunciarse a través de declaraciones comunes.

Las relaciones entabladas a nivel jerárquico son muy buenas, impensables un siglo atrás.
El Consejo Mundial de Iglesias, que representa al conjunto de Iglesias de la Comunión
Anglicana, protestantes y ortodoxas, goza de un alto prestigio moral. La Iglesia católica no
es miembro del Consejo, pero ha participado de algunas comisiones, como la de Fe y
Constitución. No se excluye que en el futuro se integre en el Consejo como miembro de
pleno derecho.
Fuentes de Información
https://www.radoctores.es/doc/1V17N1-MADRIGAL-situacionecumenicaactual.pdf
http://www.encuentros-multidisciplinares.org/revista-54/sabino-ayestaran.pdf
https://www.europapress.es/sociedad/noticia-papa-reivindica-ecumenismo-cristianos-
20190825162330.html
https://www.vaticannews.va/es/vaticano/news/2020-02/ecumenismo-santos-acercar-
catolicos-ortodoxos.html
https://blogs.comillas.edu/FronterasCTR/2017/02/08/movimiento-reconciliacion-protestantes-
catolicos/

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