Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
INTRODUCCIÓN
Si la propuesta programática de lo curricular, era una corriente que ya tenía sus vacíos
conceptuales y teóricos, la existencia de una amplísima gama de plataformas que
transmiten información y que transmiten contenidos, y la circulación de una
sobredosificación de información, profundizan esos vacíos explicativos que la corriente
programática no alcanza a explicar. Si la circulación de la información, ubica a lxs
estudiantes frente a la posibilidad de apropiación de contenidos que escapan a lo
programáticamente elaborado por las instituciones educativas, entonces ¿en qué medida
las teorías que enfatizan —o que sobre-enfatizan— la dimensión programática del
currículum logran explicar —y cómo entra dentro de su propuesta— la existencia de
contenidos que son traídos por los estudiantes y que provocan una contrapropuesta
temática y de contenidos no incluidos en la visión de la programación institucionalmente
desarrollada?1.
1
Esto no significa desterrar la perspectiva programática, ni tampoco significa evitar la programación.
Pero si apunta a que una mirada del aula contemplada solamente desde la arista de lo programático, no
contempla el hecho evidente de que lxs estudiantes aprenden contenidos que, no necesariamente, están
contemplados en la programación de los contenidos curriculares. Y que, por lo tanto, traen a los
espacios áulicos contenidos y saberes apropiados en instancias que escapan incluso a lo que ocurre en el
aula.
por lxs estudiantes; y segundo, la posibilidad de la apropiación de los contenidos no
queda solamente reducida al espacio áulico, sino que ocurre en instancias que son
extrañas al mismo, en donde lxs estudiantes elaboran y se apropian de contenidos
temáticos que no necesariamente fueron contemplados en la programación curricular, y
no necesariamente fueron aprendidos en el espacio del aula2.
REFLEXIONES FINALES
A modo de reflexión final, quisiera subrayar dos cuestiones que se desprenden de todo lo
anterior y que vinculan a la información con la dimensión de lo curricular en el marco del
espacio del aula:
BIBLIOGRAFÍA
-Alicia De Alba (1998). Las perspectivas. En: A. De Alba, Currículum: crisis, mitos y
perspectivas (pags. 57-144). Argentina: Miño y Dávila Editores.
-Scot Lash y John Urry (1998). Economías de signos y espacio. Sobre el capitalismo de la
posorganización. Buenos Aires, Amorrortu.
2
Tampoco pretendemos dar una idea “illichiana” de la educación, en el sentido, de desterrar a la
educación de los aspectos institucionales, y desterrar a la educación del espacio escolar. Al contrario,
reconocemos el status formativo de la escuela y de lo que ocurre en el aula, pero también reconocemos
la existencia de espacios que se presentan alternativamente al aula como contextos de socialización de
contenidos y, por lo tanto, espacios de formación que no necesariamente se remiten al aula.