Regulación emocional: la capacidad que tenemos para modular e influir en nuestra
experiencia emocional utilizando estrategias cognitivas, fisiológicas o conductuales.
Practicar algunas técnicas que nos ayuden a eliminar o disminuir las emociones negativas. Por ejemplo, cómo reconocer los diferentes estilos de pensamiento que tenemos, para aprender a modificarlos, cómo relajarnos, y respirar adecuadamente, etc. Si la situación tiene solución, hacer lo necesario para solucionarla. Si no la tiene, aceptarla y cambiar nuestra actitud ante ella. Aprender a vivir el presente. Que el pasado nos sirva sólo para aprender de él, no para vivir en él. El futuro debe ser sólo una orientación hacia dónde vamos y cómo queremos llegar, no para depositar todo lo malo que puede pasar y que no podemos solucionar.
Intentos que hacemos para mantener o cambiar las emociones
Está presente en nuestro día a día
¿Qué es lo que afecta a nuestra regulación emocional?
Pueden ser útiles o causar problemas según las circustancias Todas las emociones son necesarias y válidas porque nos mueven de un sentido a otro Emociones agradables, desagradables y emociones de defensa (miedo, rabia y tristeza) No se pueden controlar las emociones, se pueden regular ¿Qué pasa cuando las emociones se desbordan y perdemos el control? Estamos desregulando: nos cuesta pensar, estamos siempre alerta, nos cuesta todo demasiado. Cuando estamos en calma, estamos regulados. Vivimos muy de prisa y no nos paramos a pensar cómo nos sentimos.