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Bocadillos

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Rating: Explicit
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Category: M/M
Fandom: 전지적 독자 시점 - 싱숑 | Omniscient Reader - Sing-Shong
Relationship: Kim Dokja/Yoo Joonghyuk, Kim Dokja & Yoo Joonghyuk, Han
Sooyoung & Kim Dokja
Character: Kim Dokja, Yoo Joonghyuk, Han Sooyoung
Additional Tags: Post-Canon, Established Relationship, Developing Relationship, Fluff,
Domestic Fluff, Tooth-Rotting Fluff, Fluff and Smut, Fluff without Plot,
Smut, Shameless Smut, Gratuitous Smut, Plot What Plot/Porn Without
Plot, Porn, Porn with Feelings, No Plot/Plotless, Some Plot, Husbands,
Boys In Love, Love, Idiots in Love, True Love, Dorks in Love, Love
Bites, Their Love Is So, Romantic Comedy, Romantic Gestures, Biting,
Kissing, Rough Kissing, Gentle Kissing, Sex, Anal Sex, Rimming,
Rough Sex, Gay Sex, Tender Sex, Tenderness, Body Worship, Nipple
Play, Masturbation, Kitchen Sex, Oil as Lube, Top Kim Dokja, Bottom
Yoo Joonghyuk, Pretty Kim Dokja, Kim Dokja is a Little Shit, Kim Dokja
is Loved, Touch-Starved Kim Dokja, Pining Yoo Joonghyuk, Yoo
Joonghyuk is Whipped, Soft Yoo Joonghyuk, Submissive Yoo
Joonghyuk, Self-Indulgent, Kim Dokja Being Kim Dokja, Kim Dokja
Being an Idiot, Other Additional Tags to Be Added, Enthusiastic
Consent, Multiple Orgasms, Orgasm Delay/Denial, Marking, Anal
Fingering, Fingerfucking, Hand Jobs, Overstimulation, Barebacking,
Pain Kink
Language: Español
Series: Part 6 of Un final feliz para un lector
Stats: Published: 2022-12-15 Chapters: 1/5 Words: 7909

Bocadillos
by MiloKingscholar

Summary

—¿No puedo comerte a ti en su lugar?

Una sonrisa hambrienta y ojos oscurecidos. Kim Dokja vuelve a morder el cuello de Yoo
Joonghyuk, encajando sus colmillos hasta dejar una marca rojiza en la piel caliente,
provocando otro estremecimiento en el hombre.

(O: Joonghyuk no encuentra en sí mismo la fuerza para detener de nuevo a Dokja.)

Notes
no me pregunten, yo no sé nada

See the end of the work for more notes

Un corte.

—¿Estás cocinando? Aunque todavía no es hora de la cena.

Deteniendo el cuchillo en el aire y quitando la vista del vegetal a medio picar, el hombre gira la
cabeza hacia la persona de pie en el marco de la cocina.

Dokja tiene los brazos cruzados y está recostado sobre un hombro, mientras le mira con una
expresión curiosa. Sus ojos brillan ligeramente con poco disimulo.

Joonghyuk vuelve su atención a su trabajo.

—Dijiste que Han Sooyoung vendría —señala el ex-regresor, con voz plana. Kim Dokja parpadea
un par de veces y sonríe, mientras frunce ligeramente el ceño.

—¿Entonces estás cocinando para ella? —pregunta el lector, con ligera burla, acercándose a su
compañero. Sus pasos apenas son audibles para el oído de Joonghyuk. La constelación se detiene a
un lado de él, y se apoya contra la mesada, en tanto cambia su expresión a una de falsa tristeza—.
Qué mal. Creía que mi Joonghyuk-ie cocinaría sólo para mí desde que nos casamos.

Yoo Joonghyuk vuelve a detener su mano. El anillo dorado en su dedo anular brilla mientras él gira
nuevamente su mirada hacia Dokja. Hay un ceño fruncido realmente peligroso adornando su bella
cara, pero Kim Dokja no hace más que inclinar la cabeza, poniendo una mano en su mejilla,
mientras finge otra expresión desconsolada. Al mismo tiempo, el anillo plateado en su dedo brilla
también contra su piel pálida, contrastando con sus ojos oscuros que continúan observando con
diversión al otro hombre.

La habitación se sume en silencio por dos segundos enteros. Como no hay reloj, no hay algo que lo
rompa.

Al menos hasta que el protagonista suelta un bufido y regresa a cortar ingredientes con maestría. El
sonido del cuchillo golpeando la tabla y las verduras siendo cruelmente mutiladas bajo sus
expertas manos asesinas. El rey demonio no evita desviar su atención hacia allí y maravillarse con
la velocidad.

—No saldrás.

Las palabras de Yoo Joonghyuk sacan a Dokja de su ensimismamiento repentino. Vuelve a mirarlo.

Joonghyuk le observa de reojo un instante antes de regresar al frente.

—Sé lo que intentarán hacer —declara el hombre más grande, en un tono no perfectamente neutral.
Hay un deje de enojo en su voz, y también está frunciendo más las cejas—. Ella querrá llevarte
afuera.

—Ah, eso suena como si quisieras mantenerme encerrado en casa, Joonghyuk-ah.


—Y te arrastrará a un local de comida rápida —prosigue Joonghyuk, ignorando por completo el
ridículo comentario de su compañero. Cuando sus manos se detienen otra vez, lo mira con
severidad. Dokja retrocede ligeramente—. No es sano para tu cuerpo.

—Joonghyuk-ah, estoy seguro de que una comida rápida dos veces cada mes no me hará tanto
daño —refuta la constelación, con una sonrisa tranquila, que contrasta con el ligero tic en su ceja.
En este momento, Kim Dokja no puede creer la seriedad con la que habla Yoo Joonghyuk con
respecto a su dieta no tan mala.

Aun así, el ex-regresor no muestra la más mínima intención de retroceder.

—Comerán aquí —sentencia Yoo Joonghyuk, levantando el cuchillo y haciendo brillar la hoja,
antes de bajarlo otra vez y cortar algo más.

Kim Dokja suspira por lo bajo y, mientras cruza los brazos nuevamente, recuesta todo su peso
sobre el mostrador. Golpea ligeramente un dedo contra el interior de su codo y piensa, mientras
oye el sonido copioso del cuchillo rasgando los ingredientes.

Decide dejarlo pasar. Después de todo, sería realmente estúpido de su parte rechazar una comida de
Yoo Joonghyuk.

Animándose, el lector vuelve a mostrar otra sonrisa animada. Si Joonghyuk lo ve, no dice nada.

Dokja se levanta de su lugar, pero antes de alejarse por completo, mira de nuevo hacia su
compañero.

Pestañea varias veces en cuanto se da cuenta de algo que no había notado desde hace un rato.

Una sonrisa más maliciosa adorna su cara, y se acerca al otro hombre desde atrás. Extiende los
brazos, y envuelve con ellos la cintura de Joonghyuk. Sin perder tiempo, también pega su cara al
hombro del gran hombre, frotando su mejilla contra la tela del suéter oscuro. Sus largos dedos,
presionados sobre el abdomen del protagonista, tientan por encima del trozo de tela con distinta
sensación a la cómoda prenda superior.

El protagonista no tarda en quedarse completamente quieto, y luego se tensa ligeramente con los
toques extras.

—¿Te he dicho antes que te quedan bien los delantales?

Yoo Joonghyuk se queda callado un segundo, y luego gira la cabeza hacia Kim Dokja.

Le da una mirada de desagrado.

Dokja lo ignora mientras vuelve a frotar su cara contra el hombro de su compañero.

—Hm... Me pregunto por qué todo siempre te queda tan bien... —murmura el lector, con voz
amortiguada y grave. Sus brazos se mantienen aferrados a la cintura del otro hombre y su cara
cambia a otro lugar; hunde su nariz en mitad de la espalda del protagonista—. Pero especialmente
te ves mejor cuando estás haciendo o usando cosas tan mundanas. ¿No es eso completamente
injusto? Aunque es lindo.

—Kim Dokja, muévete —ordena el espadachín, con tono helado. No está mirándolo a la cara, pero
Dokja está seguro de que hay fuego en los ojos de Joonghyuk esta vez—. Tengo que terminar de
cocinar.
—Me moveré, me moveré —asegura el lector, apoyando de nuevo su mejilla derecha contra la
espalda del otro hombre. Con la mirada adormilada, sólo atina a cerrar los ojos y respirar
suavemente, sin llegar a aflojar su abrazo—. Sólo dame un minuto más. Hueles bien. ¿Te acabas de
duchar?

—Tú te acabas de despertar. Deberías ducharte ahora mismo y dejarme terminar la comida.

—Lo haré, lo haré —afirma con pereza. Abre lentamente los ojos, todavía adormilado. Mueve los
dedos de nuevo por el abdomen de su compañero, subiendo las manos por sobre el delantal,
sintiendo al espadachín tensarse una vez más con el toque. Sonríe de lado—. Sólo deja que me
lleve la bonita imagen de mi Joonghyuk-ie usando un delantal, porque estoy seguro de que te lo
vas a quitar apenas me dé la vuelta. ¿No es así?

Yoo Joonghyuk no responde nada, lo que probablemente significa que Kim Dokja tiene la razón
esta vez. La constelación siente un ligero orgullo mezclado con irritación luego de saber que ha
acertado en la predicción, pero prefiere no enfrascarse en eso y, en su lugar, atina a subir sus manos
hasta el pecho del protagonista.

Amasa suavemente ese lugar, mientras siente otra vez al ex-regresor quedarse completamente
quieto.

—Kim Dokja...

Un tono de advertencia.

Dokja no le toma mucha importancia. En su lugar, se aparta un poco. Mira hacia arriba, hacia el
cabello oscuro y las hebras plateadas que adornan la nuca de su compañero. Sus pupilas e irises
brillan levemente al encontrarse de nuevo con esa imagen, y no tarda en ponerse en puntillas para
presionar un beso sobre la piel del cuello del otro hombre, hundiendo su nariz en los rizos negros y
grises. No pasa más de un segundo para que Joonghyuk deje escapar un ruido de sorpresa y
confusión, y gire la cabeza para mirar a la constelación.

Kim Dokja le da una sonrisa cariñosa.

Yoo Joonghyuk sólo lo observa en silencio por un minuto, antes de desviar la mirada hacia otro
lado, y luego volverse hacia el frente y bajar la cabeza.

El rey demonio no se pierde el tono rosa en las orejas y la nuca de su protagonista, y la emoción
brilla con más fuerza en sus ojos.

Vuelve a dejar un beso en el mismo lugar, seguido de otro. Escucha al ex-regresor hacer sonidos
graves de afirmación, dándole a entender que le está gustando el trato, lo que anima al lector a
continuar besando la piel que no cubre la tela del suéter. Al mismo tiempo, las manos de Kim
Dokja se apartan lentamente de su lugar, sólo para que sus dedos busquen a tientas los bordes del
delantal, hasta poder colarse debajo de éste y tocar mejor los pectorales del otro hombre.

Es caliente. Entre las telas, la temperatura es más alta y casi podría hacerlo sudar. Aunque, por
supuesto, Dokja siempre ha pensado que Yoo Joonghyuk es completamente caliente, de distintas
maneras— probablemente de todas las maneras posibles.

No es que vaya a decirlo en voz alta. Por ahora.

Con una sonrisita divertida, la constelación se inclina más hacia adelante, presionando su pecho
contra la espalda del protagonista. Sus labios alcanzan el costado del cuello, dejando un beso
húmedo bajo la oreja, y finalmente muerde tiernamente el lóbulo. Recibe un gemido inmediato, un
ruido demasiado bajo, pero definitivamente uno, que hace a Dokja sentir un hormigueo en el bajo
vientre. Sus manos no se detienen, se remueven entre las telas del delantal y el suéter, las puntas de
sus dedos tocando repetidamente las protuberancias sobresalientes bajo la ropa, causando varios
espasmos ligeros en el cuerpo de su compañero.

De pronto, Kim Dokja siente una ligera tensión dolorosa en sus piernas, dándose cuenta de que
lleva en una posición incómoda desde hace rato, así que deja sus besos para plantar los pies en el
piso. Se lamenta en voz baja, pero no deja que sus manos paren en su lugar. Presiona un último
beso sobre el hombro vestido de Joonghyuk, en tanto lo siente temblar casi imperceptiblemente por
el continuo toque cariñoso, suspirando con levedad. Dokja no evita la sonrisa de satisfacción que le
produce la idea de ser el causante de estas reacciones en Yoo Joonghyuk.

—¿Por qué siempre tienes que ser tan lindo? —inquiere Dokja, en voz baja y falsamente molesta,
pegando otra vez su pecho contra la espalda del protagonista. Al mismo tiempo, sus dedos pinchan
los pezones por sobre la ropa, causando que Joonghyuk suelte un gemido de sorpresa y se incline
hacia adelante, rápidamente sosteniéndose con ambas manos sobre la mesada de la cocina—. Es
tan injusto —agrega con un puchero, aprovechándose de la nueva posición para colocar el mentón
sobre el hombro de su protagonista.

Yoo Joonghyuk jadea y lo mira, frunciendo el ceño y haciendo una mueca. Pero no se ve
amenazante, no con el sonrojo en sus mejillas y las pupilas dilatadas.

—Kim Dokja...

—¿Qué es? —aventura la constelación, y vuelve a jugar con las protuberancias bajo sus dedos,
causando más espasmos en el cuerpo del otro hombre. Dokja sonríe, y pega su rostro al de
Joonghyuk, acariciándose contra la mejilla caliente como un gato mimado—. Joonghyuk-ah, si
sólo me llamas por mi nombre, no voy a poder comprender.

—Ngh... —Yoo Joonghyuk se muerde los labios y aprieta los puños sobre la madera del mueble.
Cierra los ojos para disipar la sensación hormigueante en su vientre, bajando hasta arremolinarse
en su entrepierna. Sabe que está mal, no debería estar haciendo esto en este lugar, y frente a él
todavía hay varias cosas por terminar. Pero los dedos de Kim Dokja no paran, no dejan de acariciar
su pecho—. Estás... Ah... Detente...

—¿Que me detenga? Pero si pareces estar disfrutando —se queja dramáticamente el rey demonio,
y como para probar su punto, los dedos de una de sus manos dan un giro sobre el pezón mientras
que la otra presiona el pecho abultado, causando otro gemido ruidoso de parte del protagonista y
un estremecimiento más notorio. Una sonrisa maliciosa adorna el rostro de Kim Dokja mientras
pega sus labios a la oreja del hombre más grande, donde suelta un suspiro con suavidad—.
¿Realmente debo parar?

—Ah... Tú... —El ex-regresor vuelve a morderse los labios en cuanto otro sonido intenta escapar
de su garganta tras sentir a la constelación enviar un suspiro caliente contra su oreja. Y de pronto,
es como si el ardor de la respiración del otro hombre subiera por la piel de su cuello, calentando su
rostro, su cerebro y bajando con rapidez por el resto de su cuerpo, mareándolo—. Kim Dokja...

—Hm, ese es mi nombre, Joonghyuk-ah —responde cariñosamente el rey demonio, pegándose


más al espadachín.

Yoo Joonghyuk siente que se le atora un segundo la respiración en cuanto siente algo duro
clavándose detrás, y tras eso su mente capta también la nueva dolorosa situación en sus propios
pantalones.
Aprieta los puños y hace una mueca. Kim Dokja, mientras tanto, mueve las manos, bajándolas
cuidadosamente por los abdominales y el vientre; una de ellas se cuela bajo el suéter y Joonghyuk
tiene que reprimir un siseo en cuanto la ajena piel cálida toca la propia, pero su intento de
permanecer callado se desvanece en cuanto la otra mano entra bajo sus pantalones y ropa interior,
tocando directamente la base de su entrepierna.

Inmediatamente, una de las manos del protagonista sujeta la muñeca del lector.

—Kim Dokja —su voz sale lo suficientemente firme, lo que podría considerar un milagro, teniendo
en cuenta cómo siente todo su interior temblando, física como mentalmente. Gira ligeramente la
cabeza para ver la cara de su compañero. Traga pesado, y le da una mirada severa—. Tengo que
terminar la comida.

Dokja parpadea varias veces. Una expresión tonta surca por su rostro, antes de volverse en una
mueca de incredulidad.

—¿Eh?

—No terminé de cocinar —señala el ex-regresor, frunciendo el ceño. Aprieta los labios en el
momento en que siente la mano del hombre más pequeño subir por su abdomen, pero no es
suficiente para distraerlo por completo.

Kim Dokja parece estar procesando todavía esa declaración, y la mirada de confusión que trae en el
momento es casi tan tierna que hace a Joonghyuk titubear un poco. Pero se mantiene firme.

Al menos hasta que Dokja hace un puchero y vuelve a inclinarse, dejando un beso bajo la oreja del
otro hombre, y luego una mordida cariñosa.

Yoo Joonghyuk tiembla y su mano pierde agarre. Los dedos del rey demonio no dejan pasar
oportunidad y se cierran alrededor de la circunferencia endurecida bajo los pantalones. El
protagonista no puede evitar que su boca suelte un siseo mezclado con un gemido de sorpresa, y se
remueve en su lugar, temblando por las oleadas ligeras de placer ante el toque repentino.

—¿No puedo comerte a ti en su lugar? —inquiere el lector, con una sonrisa hambrienta y ojos
oscurecidos. Vuelve a morder el cuello de su protagonista, con más fuerza, encajando sus colmillos
hasta dejar una marca rojiza en la piel caliente, provocando otro estremecimiento en el hombre
más grande.

Joonghyuk no encuentra en sí mismo la fuerza para detener de nuevo a Dokja. Sus manos vuelven
a subir al mueble y se inclina más hacia adelante, percibiendo su propio cuerpo rindiéndose ante
los toques de su compañero. Las manos de Kim Dokja se remueven sobre él; una sube su ropa
mientras tantea sus abdominales y bordea y araña la piel casi insensibilizada de sus cicatrices, hasta
detenerse en sus pectorales para jugar con sus pezones sensibles; la otra se mueve lentamente sobre
su entrepierna, los dedos tibios acariciando la carne caliente e hinchada, las yemas buscando la
cabeza que mancha con fluidos la tela de su ropa, se unta en ellos para que la fricción en sus
caricias pase de la lentitud dolorosa a una velocidad más placentera.

Además de ello, Yoo Joonghyuk también puede sentir las mordidas y besos que Kim Dokja deja en
su rostro, cuello y oreja, respirando contra él mientras también frota su dureza en su espalda. Es
inhumanamente difícil para el espadachín no soltar sonidos ante tales acciones y atenciones.

—Joonghyuk... Joonghyuk-ah... —le llama Dokja, con voz cálida y grave. Joonghyuk parpadea
varias veces y se queja por dentro en cuanto nota que las manos ajenas bajan su velocidad de a
poco—. Mi Joonghyuk-ie... ¿Realmente quieres que pare ahora? Porque si me lo pides...
La constelación suelta un largo suspiro y apoya su frente sobre el hombro de su compañero. El ex-
regresor cierra los ojos y siente el calor agolparse con fuerza en sus oídos, al mismo tiempo en que
las manos del otro hombre se detienen por completo de sus atenciones, finalmente dejándole una
brecha de pensamiento al espadachín.

Yoo Joonghyuk toma esa brecha para mirar el panorama.

Hace una mueca, y luego suelta un largo bufido de resignación.

—Kim Dokja.

Dokja vuelva a poyar el mentón contra el hombro de su protagonista, y le mira con atención y una
inocencia realmente discordante (especialmente teniendo en cuenta dónde exactamente se
encuentran sus malditas manos).

Joonghyuk mira al rey demonio de reojo, antes de desviar la vista. Un rojo más fuerte inunda sus
orejas y siente que las palabras se atascan en su garganta, así que decididamente no abre la boca los
siguientes segundos.

—¿Qué es, Joonghyuk-ah? —inquiere Kim Dokja, apoyándose más sobre él. Yoo Joonghyuk traga
pesado en el momento en que lo siente de nuevo clavándose contra él, pero no dice nada—. ¿No
vas a decirme si...?

—Puedes... Sólo... —Como se había imaginado, las palabras necesarias no salen de la boca del
protagonista. Como es así, simplemente se resigna a soltar una exhalación.

Dokja soporta las ganas de sonreír, no porque piense que Joonghyuk es gracioso de esta manera,
sino que es genuinamente tierno. Pero sabe que cualquier expresión de esa calaña podría
desencadenar otra reacción, una menos agradable. Y no quiere perder la bonita imagen de un Yoo
Joonghyuk avergonzado. Así que espera pacientemente.

El caso es que Joonghyuk no habla, sino que gira la cabeza de nuevo y alcanza la nuca de Dokja,
obligándolos a ambos a tomar cierta posición incómoda para poder chocar sus labios.

Es un beso seco, tal como piensa, nada más que un choque. Pero Kim Dokja no puede concentrarse
en eso puesto que de pronto tiene a Yoo Joonghyuk frotándose contra su entrepierna, haciendo que
abra los ojos de golpe y se le escape un sonido amortiguado de sorpresa.

Cuando lo sueltan, el lector respira con fuerza. Vuelve a observar a su compañero, y éste mantiene
una mirada seria, que no combina con el rojo en su rostro o sus ojos vibrando en necesidad. Dokja
no puede evitar tragar pesado e inclinarse de nuevo hacia el frente, volviendo a atrapar los labios de
Joonghyuk.

Lo que sigue es un beso más brusco, nada planeado y bastante torpe. La posición no es lo mejor,
definitivamente, pero ninguno de ellos le toma importancia. El ex-regresor sujeta con fuerza el
cabello del rey demonio, y éste vuelve a mover su mano alrededor del miembro de su protagonista,
mientras que la otra deja su pecho para bajar e ir a la espalda del mismo.

Los dedos del lector acarician la espalda arqueada del espadachín. Yoo Joonghyuk se estremece y
suspira entre el beso, e inconscientemente baja hasta apoyar el codo contra la encimera de la
cocina, empujando los utensilios e ingredientes lejos. Las yemas de los dedos de Kim Dokja no
paran sino hasta encontrar el nudo del delantal que trae puesto su protagonista, deshaciéndolo con
torpeza hasta que finalmente es liberado. Luego, esa misma mano se cuela bajo la ropa y acaricia la
espalda, al mismo tiempo en que la constelación frota su entrepierna vestida contra los pantalones
de su compañero, causando en ambos más gemidos entre besos.

Cuando se separan, un hilo de saliva brilla bajo las luces de la habitación hasta romperse con la
distancia. Joonghyuk deja escapar un quejido que alerta al otro hombre.

—¿Qué pasa? —aventura la constelación, acercándose hasta pegar sus labios a la oreja del ex-
regresor mientras aumenta el movimiento de su mano alrededor de la entrepierna del mismo.
Joonghyuk se apoya más hacia el frente y jadea con fuerza, tensándose visiblemente.

—Dokja... Ngh... Estoy... estoy cerca... —balbucea, con la mirada perdida en algún punto sobre la
mesa. Su mano suelta el cabello de Dokja para ir rápidamente hacia abajo, volviendo a sujetar la
muñeca del mismo. Hace una mueca—. Para... Para, maldita sea...

—Qué agresivo. —El lector bufa divertido, pero de todas formas obedece y se detiene, sin
embargo, pronto aprieta con innecesaria rudeza el miembro del otro hombre, consiguiendo un
aullido ahogado de sorpresa y un siseo de placer. Presiona sus labios sobre el cabello negro y
plateado del espadachín con una ternura contrastante a su toque—. Pero sigues siendo tan lindo, mi
Joonghyuk-ie.

Yoo Joonghyuk apenas procesa esas palabras, demasiado perdido en placer tanto del orgasmo a
punto de alcanzarlo como a la negación dolorosa de éste mismo. El agarre férreo de Kim Dokja
alrededor de su circunferencia hace arder su vientre bajo, provocando que su punta suelte
patéticamente más gotas pesadas de líquido preseminal, sin llegar nunca a su necesitada liberación.
Su mente da vueltas con el único pensamiento acerca del hombre que continúa presionándose
contra su espalda y besándole con ternura.

Joonghyuk apenas capta la otra mano que sigue bajando por su columna, enviando escalofríos
gustosos por todo su cuerpo, hasta que los dedos cálidos llegan a la cinturilla de los pantalones y
los bajan, exponiendo el trasero al aire fresco de la habitación. El espadachín suelta un jadeo
sonoro en cuanto la mano del rey demonio agarra su carne con ligera rudeza para exponer su
borde.

—Hm, Joonghyuk-ah... —lo llama Kim Dokja, con ese tono amoroso que hace a Yoo Joonghyuk
derretirse un poco más, olvidándose momentáneamente del picor en su entrepierna y trasero debido
al agarre poco delicado. Hay un beso otra vez contra su oreja, que lo hace estremecerse, y puede
sentir la sonrisa de la constelación sobre su piel—. Cuando dije que te comería, lo dije en serio,
sabes.

Yoo Joonghyuk parpadea, un tanto adormilado. El apretón contra su longitud se deshace


lentamente y luego vuelve en modo de caricias lentas y demasiado suaves, causándole nuevos
jadeos y gemidos bajos, la sensibilidad de su entrepierna golpeando sin pausas a su cerebro,
impidiéndole darse cuenta por completo de los otros movimientos de su compañero a su espalda.
Suelta la muñeca de Kim Dokja y apoya ambos codos sobre la encimera mientras respira
profundamente en un vano intento de mantenerse cuerdo y no caer apresuradamente en el clímax.

Mientras tanto, Kim Dokja sube la ropa superior del otro hombre, exponiendo más de la espalda
del mismo, los lugares donde comienza a dejar besos húmedos, mordidas y chupetones, mientras
baja lentamente hasta quedar de rodillas en el suelo. Una vez allí, empieza a dejar más besos sobre
la piel de los muslos y una mordida en el trasero, que su compañero no capta del todo debido a la
levedad con la que encaja sus dientes.

Yoo Joonghyuk se siente mareado, sus ojos apenas pueden mantenerse abiertos y todo lo que ve
son formas y colores que su cerebro no reconoce; se pierde en las sensaciones, poco a poco,
percibiéndose cada vez más cerca de un fuerte orgasmo. Pero tal cosa es negada debido a la mano
que vuelve a apretarse contra su miembro, haciendo que jadee con fuerza y se arquee hacia arriba,
pegando su frente sudorosa a la superficie de la mesa.

De pronto, siente algo cálido en su borde, haciendo que se levante de golpe nuevamente. La
sensación se intensifica un segundo después y no tiene de otra más que llevar una mano a su boca,
cubriéndola para amortiguar un sonoro gemido. El calor sube a su rostro con fuerza y él se hunde
entre sus hombros, temblando mientras reconoce tardíamente la sensación suave de una lengua
mojando su agujero.

Es tan extraño como placentero. El músculo maleable, la lengua de Kim Dokja pinchando la zona
sensible, humedeciendo al mismo tiempo que la respiración caliente del hombre golpea el mismo
lugar, causándole escalofríos y haciendo que se tambalee. Yoo Joonghyuk se apoya más contra el
mostrador, sintiendo sobre su pecho y a través de la casi fina tela del delantal el frío de la
superficie, haciendo saltar sus pezones una vez más y volviéndolo repentinamente consciente de la
temperatura del lugar y de su estado; boca abajo apoyado sobre este mueble de cocina, con el
suéter alzado, apenas con el delantal desatado, los pantalones hasta las rodillas y todo en mitad de

Ah, ¿no estaban en invierno?

El protagonista ahoga otro gemido ruidoso en cuanto siente la lengua finalmente aflojar lo
suficiente su trasero hasta hundirse dentro. El calor vuelve a golpearlo y siente su miembro
temblar, babeando más líquido preseminal, haciendo que caiga y resbale por la mano del lector,
que lo sigue presionando, evitando su corrida, y manchando el piso.

Pasa lo que podría ser un minuto o dos, y la lengua se aparta, sólo para dar paso a un dedo
tanteando las cálidas paredes. Joonghyuk se estremece y sisea por lo bajo, percibiendo la intrusión
con desagrado hasta que de nuevo está la punta húmeda de la lengua en el borde, acariciando
mientras continúa relajando su agujero y abriéndolo lentamente. Al primer dígito le sigue otro y la
sensación de ardor es tan placentera que la entrepierna del ex-regresor vuelve a temblar, casi a
punto de correrse.

Los dedos entran y salen, al igual que la lengua, un leve ruido de chapoteo resonando. La saliva
cae y se resbala por la piel y cuando Dokja hace un sonido con su boca, las vibraciones casi tocan
fondo dentro de Yoo Joonghyuk. Entonces son tres ya y lo separan con tanta facilidad, el dedo
medio alcanzando el punto dulce y presionando el mismo insistentemente. El protagonista tiembla
visiblemente y se arquea mientras gime más fuerte.

—Dokja... Hah... Dokja —llama apresuradamente, parpadeando varias veces mientras el sudor de
su frente resbala por un costado de su mejilla. Los rizos se le pegan en la nuca y siente la fuerte
tensión en su vientre bajo y entrepierna arrastrándolo a la inconsciencia, mientras el hormigueo en
sus entrañas aumenta y lo desespera—. Dokja, estoy... Ah... Estoy... Ngh...

—¿Cerca? Bien —celebra el otro hombre, apartando su boca para enseñar una sonrisa satisfecha,
sin detener sus dedos en su sicalipsis. Al mismo tiempo, la mano sobre el miembro del espadachín
vuelve a apretarse con crueldad, haciendo que este jadee tanto de dolor como de placer—. Pero
espera un poquito más, Joonghyuk-ie. Quiero probar algo.

—Agh... Ah... —Abriendo la boca para jadear, Yoo Joonghyuk tiene que hacer uso hasta del
último hilo de su cordura para permanecer en tierra y pensar en las palabras de Kim Dokja. La
confusión es lo único que hace eco—. Dokja... qué es lo que... quieres...

No recibe respuesta. En su lugar, Joonghyuk se da cuenta de que los dedos en su interior se van
deteniendo y se apartan, y eso es casi como un balde de agua fría al rostro.
El ex-regresor se tensa y vuelve a apoyarse en sus codos, e intenta mirar para atrás. Sin embargo,
sus pensamientos vuelven a blanquearse cuando la mano sobre su circunferencia da una caricia
rápida, quitándole un sonido vergonzoso que no llega a detener, obligándolo a inclinarse de nuevo.
Luego, cuando se le da la misericordia de reponerse, percibe que esa misma mano se aparta de su
miembro y se detiene en su cadera, al igual que la otra.

Poco después, de nuevo hay una lengua en su agujero. El ex-regresor jadea con gusto, perdiéndose
de nuevo en el calor, hasta que se da cuenta de algo extraño.

El músculo va tan profundo como los dedos, lo cual no debería—

Yoo Joonghyuk suelta un gemido ahogado en cuanto ese apéndice caliente caricia su próstata con
precisión y firmeza, y repite la acción con rapidez, causando que el hormigueo pase rápidamente a
una sensación apabullante de explosión. La repentina descarga de sensaciones obliga al hombre a
intentar crear palabras sin pensarlas realmente, haciendo que su lengua se trabe y sólo se le escapen
sonidos entrecortados de placer, junto con un sólo nombre bien pronunciado.

—¡Dokja...! Agh... Mh... Dokja, yo...

Kim Dokja, como respuesta, hace un sonido gutural. Las vibraciones pasan completamente dentro
de Yoo Joonghyuk, consiguiendo hacerlo temblar con más fuerza.

En mitad de un raro pánico, el protagonista baja su mano hacia atrás, agarrando del cabello a su
compañero. Pero entonces nota otra cosa más.

Cuernos.

Las puntas se clavan en su piel.

Eso explicaba por qué la lengua de Kim Dokja se sentía tan profunda.

Con ese pensamiento, Yoo Joonghyuk llega en seco.

Rastros blancos saltan sobre el costado del mueble en el que se apoya, y unos cuantos también
llegan a los bordes del delantal y a sus pantalones, ensuciando la tela. El hombre apenas capta su
propia voz, sus jadeos, y lo único que resuena en sus oídos además del ruido blanco son los latidos
veloces de su corazón. Apenas se da cuenta de las garras que se clavan en su piel y la boca que se
aparta de él, la imagen demoniaca en el rostro de la constelación mientras la lengua roja absorbe el
rastro mojado alrededor de los labios y los colmillos brillando en una sonrisa satisfecha.

—Un buen bocadillo —comenta Kim Dokja, a la nada, su voz distorsionada por el estado oscuro
de su forma de demonio. Escucha los jadeos de Yoo Joonghyuk, quien no puede hilar palabras en
mitad del debilitado estado posterior del orgasmo.

Dokja clava sus garras en las caderas del espadachín mientras se pone de pie y luego se inclina
sobre la espalda del mismo. La larga lengua lame un rastro de sudor en el cuello del protagonista
antes de que todas esas características se desvanezcan para dar forma al lector común de siempre,
al que adora tanto al protagonista.

—No podría esperar menos de mi Joonghyuk-ie.

—Hah... Dokja... —jadea Joonghyuk, casi a punto de recobrar el sentido por completo gracias al
calor de la otra persona. Entre temblores leves, se yergue un poco—. Dokja, estoy... ¡Ugh! —
Vuelve a llevar una mano a su boca para callar un nuevo quejido de sorpresa, que pronto se
convierte en un ruido de gusto mezclado con confusión.
—¿Hm? ¿Sucede algo?

—¡Hmp...!

—Sabes, no puedo escucharte si no usas palabras.

Yoo Joonghyuk frunce el ceño y gira la cabeza para mirar mal al rey demonio, pero tal cosa no
dura más de un par de segundos antes de que sus ojos vayan hacia atrás y caiga nuevamente sobre
la superficie de la mesa. Su cuerpo convulsiona un poco mientras siente los dedos del otro hombre
hurgar de nuevo en su interior, tocando repetidamente su punto dulce.

Para este momento, Kim Dokja está sonriendo de oreja a oreja mientras bebe con absoluto placer
las expresiones y reacciones de su amado compañero; las cejas arqueadas y los ojos perdidos, la
mano que permanece con fuerza sobre la boca, callando lo que parecen ser gritos de gusto, el rostro
completamente rojo hasta el cuello, y probablemente también hasta el pecho, el sudor perlado que
hace que el precioso pelo rizado se le pegue a la piel, mientras que el resto de su gran y perfecto
cuerpo de protagonista, generalmente siempre imponente ante todos, se retuerce en repeticiones
placenteras que le causan sólo tres dedos entrando y saliendo de su pequeño agujero.

El sonido de chapoteo resuena por la habitación, junto con los gemidos amortiguados del
espadachín y las risas bajas y graves de la constelación.

—Joonghyuk-ah, ¿debería detenerme? Te ves un poco abrumado —menciona Dokja, con absoluto
descaro. No recibe una respuesta más que una mirada perdida y otro jadeo ruidoso. Suelta un
suspiro de falsa resignación—. Oh, bien, tendré que hacerme cargo. Veamos... ¿Será que puedo
hacer que te corras de nuevo?

Yoo Joonghyuk parece procesar al menos esas palabras, porque sus ojos se abren más grandemente
y miran hacia Kim Dokja. Éste último parpadea, ligeramente sorprendido por la reacción.

—Ah, ¿qué es eso? De pronto me apretaste más —se ríe el rey demonio, con malicia. Su otra mano
pronto va de nuevo hacia el frente, agarrando el miembro que ha comenzado a endurecerse otra
vez. Sonríe enseñando los colmillos, y volviendo sus ojos en medialunas, se inclina a presionar un
beso en la mejilla del otro hombre—. ¿Te gusta la idea, Joonghyuk-ah? A mí me agrada. ¿Lo
intentamos? Suena bien para–

—Dokja...

Kim Dokja mira con atención a su compañero, dándole la misericordia de detener un poco sus
movimientos para dejarlo hilar frases en mitad del placer abrumador que lo ahoga. Yoo Joonghyuk
sigue jadeando, pero ya no está cubriendo su boca, y también está mirando a Dokja, de reojo, pero
viéndolo.

Una de las manos del ex-regresor sube hasta posarse en la mejilla del lector. Lo acerca a él,
haciendo que se le pegue, y su nariz acaricia la piel repentinamente roja de Kim Dokja. Una caricia
amorosa que vuelve masilla la mente juguetona de la constelación.

—Sólo cállate y métela.

Dokja queda en blanco y luego sus dedos se crispan. Una sonrisa temblorosa comienza a dibujarse
en su rostro.

Joonghyuk hace un sonido de sorpresa y placer cuando su próstata es tocada de nuevo por los
dedos ágiles dentro suyo. Vuelve a pegar la frente al mueble y respira ruidosamente, sintiendo
cómo, esta vez, esos mismos dedos se apartan de su interior. Hay un ruido apagado de prendas
removiéndose.

Kim Dokja suelta un suspiro de alivio en cuanto se deshace de su propia ropa, liberando la erección
desatendida que había estado soportando desde hace rato. Da un par de bombeos a su propia carne,
manchándose de fluidos y de saliva para volverse resbaladizo, y luego vuelve su toque a la entrada
suave de su compañero, presionando y probando la cantidad de dígitos de nuevo, escuchándolo
gemir de gusto.

Una vez asegurado, se acerca y besa con la punta de su miembro el agujero abusado. El calor suave
que comienza a envolverlo hace que Dokja suelte una exhalación temblorosa y apoye una de sus
palmas en la espalda de Joonghyuk, sintiendo los músculos del mismo tensarse varias veces y
volver a relajarse después, pero es casi inconsciente de ello mientras la calidez apretada abraza su
entrepierna. Tiene que morderse los labios para no hacer sonidos cortados tan vergonzosos, y
mantenerse cuerdo, hacerlo con lentitud y no empujar de golpe como anhela el resto de su cuerpo,
con su interior vibrando de emoción, anticipación y satisfacción.

Sin embargo, en cuanto está a la mitad, los oídos del lector consiguen procesar un ruido que no es
de gusto.

Se detiene abruptamente y mira al otro hombre, quien mantiene su cara pegada al mueble y un
puño apretado sobre éste.

—¿Sucede algo? —aventura rápidamente, con una mueca de incomodidad. Recibe una negación, y
hay un sonido bajo de palabras que difícilmente entiende. Tiene que agudizar el oído—. ¿Se...?
Seco... ¡Ah! ¡Lo siento! ¡Yo...!

Yoo Joonghyuk levanta el rostro y deja salir un bufido. El ardor de la fricción golpea su cerebro,
no obstante, se muerde los labios mientras aprieta su propia entrepierna temblorosa, sintiendo que
está a punto de alcanzar su clímax pese al estado debilitado y a la molesta sensación intrusiva y
supuestamente no agradable. Quiere maldecir. De hecho, lo hace, sin saber si lo hace en su interior
o abiertamente, al hecho de que su sistema toma incluso el dolor como algo satisfactorio y lo hace
gotear con más fuerza.

—Mierda... —El sonido de su propia voz se escucha por sobre los latidos de su corazón en sus
oídos y el retumbar de todo su cuerpo apoyado sobre el mostrador. Abre la boca, tratando de decir
algo más, pero entonces Kim Dokja se mueve repentinamente hacia atrás—. ¡Maldición...!
¡Espera...! Ngh...

Un gemido patético se escapa de la boca del protagonista, y se arquea, volviendo a apretar el puño
alrededor de su miembro para detener un orgasmo prematuro. Siente el picor suave de lágrimas en
las comisuras de los ojos y mantiene sus labios separados para jadear, percibiendo su aliento
caliente chocando contra la superficie del lugar en el que se está apoyando. Vuelve a cerrar la boca
en el momento en que hay otro movimiento de arrastre en su interior, tratando de contener un
lloriqueo de necesidad cuando nota que sólo la punta del rey demonio se encuentra dentro suyo.

Con la poca energía que le queda, toma aire suficiente y se apoya en una de sus manos. Trata de
recobrar todos sus sentidos y luego mira hacia atrás.

—¡Ah, lo tengo! —exclama de pronto la constelación, tomándolo por sorpresa. Joonghyuk


entonces ve cómo el hombre sostiene algo en su mano izquierda—. Esto ayudará.

—¿Qué es...? —Yoo Joonghyuk entrecierra los ojos para enfocar el objeto, dándose cuenta de que
es una botella. Cuando lo reconoce, su expresión se deforma—. Kim Dokja, qué demonios–
—Relájate —arrulla al mismo tiempo en que destapa la botella con sus dedos y vierte parte de su
contenido en su otra mano—. Estoy seguro de que es orgánico y no quedan secuelas.

—Eso no– Cómo se te ocurre que–

—Funcionará bien, te lo aseguro.

—Kim– ¡Hmp! —El ex-regresor tiene que cubrirse la boca repentinamente y apoyarse de nuevo en
la mesa en cuanto la intrusión se desvanece repentinamente, dejándolo completamente vacío. Es
desagradable y le toma tres segundos volver a mirar mal al otro hombre—. Usar eso en lugar de
lubricante no es– ¡Ngh...!

—¡Ah, entró fácil! —celebra el rey demonio, con una sonrisa animada. No obstante, cuando no
recibe respuesta, borra su mueca y mira con curiosidad al otro hombre—. ¿Joonghyuk-ah?

Kim Dokja siente atascarse su respiración en cuanto se da cuenta de que Yoo Joonghyuk de nuevo
está temblando, otra vez con el pecho apoyado sobre la superficie del mueble, y jadeando, la mitad
del rostro expuesta y adornada por mechones rebeldes, sin poder ocultar la expresión de placer en
sus ojos perdidos y su boca abierta. El lector también puede sentir sus espasmos desde el cálido
interior que envuelve la mitad de su miembro, obligándolo a dejar atrás los pensamientos
profundos para comenzar a jadear también.

Dokja apoya las manos a los costados de las caderas de su compañero. Una de sus manos se resbala
debido al aceite de cocina que ha usado para untarse, así que encaja sus uñas en la piel para
mantenerse allí. Inmediatamente recibe una reacción, otro espasmo interior que lo hace parar antes
de seguir avanzando, acompañado de un ruido gutural de gusto.

Cuando regresa a la calma, continúa avanzando. La fricción está allí pero es absolutamente fácil
deslizarse.

—¿No te lo...? Hah... ¿No te lo dije? —masculla el lector, con voz entrecortada entre respiraciones
cada vez más erráticas. Presiona más sus dedos sobre la piel ajena para avanzar otros centímetros,
oyendo de lejos quejidos que no suenan a rechazo en lo absoluto—. Que... mhm... funcionaría...
¡Ah...! ¿Por que... por qué se siente tan...? Hah... Joonghyuk...

—Dokja...

La voz grave llamando a su nombre hace que Kim Dokja pierda otro hilo de cordura.

Apretando los labios para ahogar un gemido desesperado, la constelación embiste hacia adelante,
entrando por completo de una sola vez. Un grito ahogado es la única respuesta y no deja a
Joonghyuk terminarlo cuando se aparta nuevamente hasta salir por completo de él, creando un
'pop' resonante antes de frotar su longitud palpitante sobre la piel estirada y volver a entrar con
lentitud. Consigue ruidos bajos de parte del ex-regresor, que hacen a Dokja anticiparse y desear
moverse con más velocidad. Pero se retiene a sí mismo, recordándose guardar la calma, y se inclina
hacia adelante, pegando su frente al hombro de su compañero mientras respira fuertemente.

A esta distancia, Dokja puede escuchar satisfecho los sonidos amortiguados de Joonghyuk, sentirlo
estremecerse cada vez que balancea las caderas, entrando y saliendo de él superficialmente. Puede
sentirlo tensarse y apretarlo, y luego relajarse de nuevo; provocándole burbujeos en el vientre,
haciendo que las ansias en el resto de su cuerpo aumenten. El lector no puede evitar el sentirse
obligado a moverse más rápido, sólo un poco más, mientras separa los labios y deja besos sobre la
espalda todavía descubierta, degustando las pequeñas gotas de sudor que adornan la piel. El
protagonista no tarda en volver a tensar los músculos en el momento en que percibe una lengua
cálida pasando sobre él. Sin embargo, el hombre más grande no puede decir nada; sus palabras se
ven interrumpidas por embestidas cada vez más fuertes.

De pronto, el rey demonio envuelve sus brazos alrededor de la cintura de su compañero, sin dejar
de moverse contra él, presionándolo junto a sí para llegar más profundo.

—Ah... Joonghyuk-ah... Mi Joonghyuk-ie... —lo nombra con cariño, dejando besos húmedos por
los lugares donde sus labios alcancen. Jadea en la oreja del espadachín—. De verdad... Ngh... No
sabes lo bien que... hah... te sientes de esta manera... Mhm...

—Kim Dokja... —lo nombra también el otro hombre, mientras mueve un brazo, y sus dedos
alcanzan el cabello de la constelación, sorprendiendo a Dokja por el repentino y rudo agarre. Yoo
Joonghyuk no está levantando la cabeza, pero su expresión, además de distorsionada por el placer
indudable, está cargada de molestia—. Cierra la maldita... Hmp... Hah, ah... Cierra la maldita boca
de una vez... Ngh...

Kim Dokja sonríe. Aparta la mano sobre su cabello y de la cintura de Yoo Joonghyuk, irguiéndose
detrás de él. Lo vuelve a agarrar de las caderas y continúa moviéndose a un ritmo lánguido.

El lector alcanza el borde de su propia camisa, levantándola hasta agarrarla con sus dientes para
dejar descubierta la piel de su estómago plano y, por consecuencia, el lugar más abajo, donde se
está uniendo con su compañero. Da una mirada a ese sitio, a la piel estirándose alrededor de su
dureza, y sus ojos brillan encantados, sus pupilas volviendo anillos delgados los irises de plata
diluida, mientras su boca deja escapar rastros de saliva, manchando la ropa arrugada y haciendo
que caiga un poco por su barbilla. Su mente se pierde en pensamientos repetitivos sin sentido sobre
lo mucho y bien que se ve y se siente todo lo que se encuentra haciendo su cuerpo.

Sin poder evitarlo, las uñas de la constelación vuelven a hundirse en la piel del espadachín, al
mismo tiempo que lo embiste con más fuerza. Yoo Joonghyuk deja escapar otro gemido ahogado,
que es seguido por uno más en el momento en que Kim Dokja repite la acción, volviendo a golpear
su trasero con sus pálidas caderas, creando un sonido de palmadas y chapoteos que choca con cada
rincón de la cocina.

Las respiraciones erráticas se vuelven más sonoras. Dokja tiene que respirar continuamente por la
nariz, apenas percibiendo la baba que escapa por las comisuras de su boca conforme continúan
pasando los segundos, sus movimientos volviéndose más veloces, sus ojos viajando de arriba abajo
por el gran cuerpo recostado sobre el mueble y hecho masilla bajo su toque.

El lector frunce las cejas y parpadea varias veces, tratando de hacer a un lado las lágrimas
fisiológicas que adornan sus pestañas debido al placer, mientras ruidosos gemidos son
amortiguados por la camisa que aprieta entre sus dientes. Entretanto, su mente guarda
recelosamente cada acción en su compañero, cada sutil movimiento que genera; cómo ha
empezado a moverse un poco para encontrarse con él, la manera en la que le tiemblan los brazos
desde donde están puestos sobre la superficie del mueble, las manos perdidas empujando lo que
haya cerca cada vez que el mismo hombre que lo embiste da otro movimiento hacia adelante; todo
mientras Joonghyuk respira fuertemente y se arquea preciosamente en el momento en que Dokja
alcanza a tocar el punto más sensible en su interior.

Es mucho. La sensación de fricción suave entre cada embestida y el arrastre al retirarse. Dokja
siente que pierde otro hilo de pensamiento al minuto siguiente, y a los segundos siguientes a ese.
Retrocede y golpea con más velocidad, sus dedos clavándose más fuerte, deseando ir más
profundo, hasta quedarse al ras con Joonghyuk y alcanzar a escucharlo con más claridad. Muerde
más fuerte y siente una gota de sudor deslizarse desde su frente a su mejilla y seguir por su
garganta. Traga con pesadez la saliva acumulada que la camisa en su boca ya no puede absorber, y
los músculos de su abdomen se tensan casi dolorosamente cuando percibe cada vez más cerca su
clímax, que es estirado por la sensación viscosa y los espasmos alrededor de su miembro casi
hipersensible.

Usando lo poco que le queda de capacidad cerebral, Kim Dokja presiona en un ángulo específico y
arrastra más rápidamente, sintiendo desde allí la zona hinchada dentro de su contrario. Yoo
Joonghyuk gime y se cubre la boca, lo que no sirve de mucho esta vez para callar los ruidos que
crea con todo su cuerpo. La otra mano del protagonista baja a su propia erección desatendida,
sintiendo una descarga extra contra su mente en cuanto bombea sin darse cuenta, alcanzando con
prontitud el siguiente orgasmo gracias a los golpes certeros contra su próstata y las caricias
descuidadas al frente.

Su semilla se derrama por completo sobre el delantal, ensuciando la tela. Al mismo tiempo, el ex-
regresor escucha a Dokja soltando finalmente la tela entre sus dientes, dejando así su boca libre
para dejar escapar gemidos y jadeos sonoros en tanto sus empujes se vuelven más erráticos,
perdiendo precisión hasta que se detiene y sale por completo de Joonghyuk.

Con un par de estirones a su propio miembro, el lector también alcanza a llegar, manchando la
espalda y muslos del otro hombre con rastros blancos y espesos.

Ambos respiran fuertemente, reponiendo de a poco sus mentes.

Tras un momento, Kim Dokja se inclina hacia adelante, recostándose sobre Yoo Joonghyuk y
envolviendo nuevamente sus brazos alrededor de la cintura del mismo. Deja un par de besos
perezosos sobre el hombro vestido del mismo, y luego simplemente se queda recostado allí,
todavía respirando con fuerza.

El protagonista se levanta con ayuda de sus brazos apoyados sobre la mesada. Respira
profundamente y mira hacia atrás, a Dokja todavía abrazándolo, cómodamente pegado a él a pesar
del sudor y los fluidos y—

—¿Lo... volviste a meter?

La constelación suelta un suspiro y luego tiembla ligeramente, señal de una risa silenciosa. Luego
de un par de segundos, se aclara la garganta, y no mira de vuelta a Joonghyuk.

—¿Hace frío?

—… Kim Dokja.

—Un ratito.

—... Tenemos que limpiar. —Soltando un suspiro casi de resignación, los ojos del espadachín van
de regreso al resto del lugar. Hace una mueca ante el desastre que lo saluda—. Este lugar es–
¡Hmp...!

—Una ronda más antes de eso.

Yoo Joonghyuk siente una vena hincharse en su frente.

No obstante, toda su furia se disipa en cuanto Kim Dokja vuelve a moverse.

—Hasta que al fin llegas —bufa audiblemente la escritora, mientras le da una mirada molesta al
hombre que se une a ella frente al McDonald's en mitad de la manzana—. ¿Tienes idea de cuánto
tiempo tuve que esperarte? Casi me congelo aquí afuera.

—No exageres —bufa de vuelta el lector, dándole una mirada desdeñosa a Han Sooyoung—. Sé
que llegaste tarde a propósito. Siempre lo haces.

—Pero tú no. ¿Qué sucedió? ¿Tuviste una pelea con tu esposo? —aventura ella, finalmente
abriendo la puerta del cálido establecimiento, siendo seguida por Dokja.

El rey demonio se remueve un poco, mientras muestra una mueca nerviosa, haciendo sospechar a
Sooyoung.

—Digamos que... tuve que convencerlo de que me dejara venir a comer aquí —menciona no tan
naturalmente como se imagina, desviando la mirada mientras una gota de sudor rueda por el
costado de su rostro.

Han Sooyoung mira con sospecha al hombre, y luego a ese pequeño rastro acuoso que se desliza
por la piel blanca. Es extraño, porque no debería estar sudando en invierno. Sigue esa gotita y
pronto la vista de la escritora encuentra una marca rojiza en el cuello, marca pobremente escondida
bajo una bufanda mal atada.

Han Sooyoung desvía la mirada con rapidez, y hace una mueca.

—No quiero saber.

—Me alegro.

End Notes

no usé la palabra "pene" en todo el fic JAJAKSDFG, no es un logro pero me hizo reír

Por cierto banda, no se metan aceite de cocina por la kola, sí es orgánico, sirve bien como
lubricante (a menos que seas alérgico) y según experiencia no deja secuelas, pero es una
molestia limpiarla después

bueno, eso es todo, besos<3

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