Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
En 1896, Antoine Henri Becquerel expuso al sol cristales de sales de uranio junto con placas
fotográficas envueltas en papel oscuro, separadas por una pantalla de cobre. Después de varios
días encontró en el papel fotográfico evidencias de una radiación producida por uranio. A partir de
esta experiencia, Becquerel estableció que algunos compuestos de uranio emitían
espontáneamente radiaciones.
Becquerel efectuó otros experimentos con uranio en distintas condiciones: pulverizado, disuelto en
ácidos, en caliente, en frío. En cada experiencia notó que la intensidad de la radiación era siempre
la misma. Por ello, concluyó que la capacidad de emitir energía de esas sustancias radica en el
interior mismo del átomo; ni depende de la forma física o química de los átomos de la sustancia
que la emite.
En 1897, Marie Curie y su esposo Pierre fueron los primeros en utilizar la palabra radiactividad
para nombrar el fenómeno de emisión espontánea de energía que habían observado en algunos
isótopos naturales. Juntos realizaron investigaciones sobre la radiación del uranio. Marie comprobó
que, además del Uranio, el torio también es radiactivo, y que los residuos de la pechblenda
(mineral de uranio) son más radiactivos que el propio uranio. Tras una larga investigación, el
matrimonio Curie logró aislar, en 1898, dos nuevos elementos: el polonio y el radio.
En 1934, Irene Joliot-Curie (hija de Marie y Pierre) y su esposo Jean Frederic Joliot descubrieron la
radiactividad de los isótopos producidos en el laboratorio o radiactividad artificial.
¿Qué es la radiactividad?
Las fuerzas de atracción del núcleo mantienen unidos los protones y los neutrones. En el núcleo
también existen fuerzas de repulsión entre los protones, ya que cargas de igual signo se rechazan.
Cuando las fuerzas de repulsión superan las de atracción, los núcleos se tornan inestables, se
desintegran y emiten partículas se denomina radiactividad.
Los elementos formados por átomos con núcleos que se desintegran fácilmente (núcleos
inestables) son radiactivos; es decir, presentan radiactividad. Debido a que las radiaciones son
partículas subatómicas, los elementos radiactivos se transforman en otros elementos, pues la
constitución interna de sus átomos cambia.
Los elementos radiactivos son todos los de número atómico superior a 83. Pueden ser naturales o
artificiales. Los elementos radiactivos naturales se encuentran en la naturaleza. Tienen números
atómicos entre 84 y 92. La mayoría de los isótopos también son radiactivos y se conocen como
radioisótopos; por ejemplo, el carbono-14 y el cobalto-60.
Los elementos radiactivos artificiales son fabricados en laboratorios, al bombardear, con partículas
muy energéticas, algunos átomos. Estas partículas penetran en el átomo bombardeo y forman
nuevos núcleos. Los nuevos núcleos formados son radiactivos. Los elementos radiactivos
artificiales son todos los que tienen número atómico igual o superior a 92.
La vida media de un radioisótopo es el tiempo que tarda la mitad de este en desintegrarse. Puede
ocurrir en millones de años o en fracciones de segundo. Cada radioisótopo tiene una vida media
específica.
EMISIONES NUCLEARES
Los átomos, para estabilizar sus núcleos, pierden energía mediante emisiones. Hay tres clases de
emisiones nucleares:
Rayos alfa: Se desplazan a una velocidad aproximadamente diez veces menor que la de la luz.
Tienen poco poder de penetración; atraviesan materiales como papel, ropa delgada y películas
fotográficas.
Rayos Beta: Emisiones de electrones que salen del átomo a una velocidad cercana a la de la luz. Su
poder de penetración de los cuerpos es mediano; pueden traspasar láminas metálicas y madera,
entre otros.
REACCIONES NUCLEARES
Fisión nuclear
La fisión nuclear produce residuos radiactivos que pueden ser bastante peligrosos y deben
almacenarse bajo fuertes medidas de seguridad.
Fusión nuclear
La fusión nuclear tiene como ventaja no producir tantos residuos radiactivos, pero tiene como
desventaja que los átomos deben alcanzar temperaturas extraordinariamente altas. La tecnología
actual aún no logra la fusión en condiciones rentables.
Uso de la radiactividad y manejo de los desechos
El ser humano emplea diferentes isótopos radiactivos, y la energía nuclear generada por ellos en
diversas áreas. Algunos ejemplos de radioisótopos y sus aplicaciones se describen a continuación:
Las plantas nucleares más grandes se encuentran en Japón, Canadá, Ucrania, Corea del sur, Francia
y China.
Muchos países han optado por la construcción de plantas nucleares, principalmente porque no
generan gases de efecto invernadero durante su funcionamiento y reducen la dependencia de
combustibles fósiles para producir electricidad, cuando no hay otras fuentes disponibles. Sin
embargo, generan una gran cantidad de residuos radiactivos que incluyen los restos de
combustible nuclear y los objetos que han estado en contacto con material radiactivo y que se han
podido contaminar.
Los desechos radiactivos son muy dañinos. Pequeñas cantidades pueden emitir radiación peligrosa
para la salud humana y el medioambiente. Además, son muy duraderos en función de su vida
media. Algunos siguen emitiendo radiación durante miles de años. Otra desventaja de las centrales
nucleares es que su construcción y su mantenimiento tienen un precio elevado. El costo de una
planta oscila entre 3500 y 10 000 millones de dólares.
La mayoría de las sustancias radiactivas que se importan a nuestro país se utilizan con fines
médicos; por ejemplo, cobalto-60, yodo-125, tecnesio-99, iridio-192 y yoduro de sodio-131. Otras
como cesio-137 y estroncio-90 se emplean en la industria.
Envasar y etiquetar los recipientes que contengan residuos radiactivos, de acuerdo con la
regulación nacional e internacional vigente.
Presentar informes semestrales al Ministerio de Salud especificando la cantidad de
residuos producidos y su destino final.
Informar cualquier pérdida, desaparición o derrame de este tipo de desechos.
Contratar únicamente centros autorizados para gestionar residuos peligrosos.
Contar con áreas de almacenamiento temporales que cumplan la reglamentación vigente.
Según la ley #8839, los centros que generen residuos radiactivos son responsables de los daños
que puedan ocasionar a la salud y al medioambiente durante todo su ciclo de vida. Además, a las
personas que abandonen, depositen o arrojen residuos radiactivos en sitios no autorizados se
exponen a penas de prisión de dos a quince años. La condena puede ser mayor si se dañan, por
ejemplo, áreas de protección de recursos hídricos o áreas de conservación.
Aunque los usos de la energía nuclear mejoran el nivel de vida de gran parte de la humanidad,
existen desventajas en la utilización 77 de la radiactividad. Por ejemplo, la ocurrencia de accidentes
nucleares. Algunos de los percances nucleares más graves de la historia son:
26 de abril de 1986
Explosión de la Peor accidente nuclear de la historia
central nuclear de Miles murieron o resultaron con lesiones
Muchas personas que nacieron después de la explosión tienen
Chernóbil (Ucrania) efectos de la radiación
Error de la 1996
dosificación de Error al calibrar la máquina para regular la cantidad de
radiación en la bomba AlcyonII
cobalto-60 Causó sobreirradiación de 115 pacientes con cáncer.
La mayoría recibieron un 70% más de la radiación.
(Costa Rica)
En el pasado se lanzaron bombas atómicas sobre las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki.
Esto ocasionó miles de muertos y de heridos; actualmente muchas personas sufren los efectos de
la radiación a la cual estuvieron expuestas ellas mismas, sus padres o sus abuelos.
¿Por qué nos daña la radiactividad?
Si penetra un tejido, la energía nuclear de las partículas que encuentra en su camino y las modifica.
Por ejemplo, puede alterar la composición del ADN. Una alteración del ADN se puede traducir en
un mal funcionamiento del organismo. Cuando las células dañadas se dividen, transmiten la lesión
de las células hijas, con lo que se amplía la anomalía. Las alteraciones provocadas por la radiación
pueden ser heredadas de padres a hijos, si afectan las células que producen los óvulos y los
espermatozoides.
GEOSFERA
La Tierra está formada por tres capas; una de esas, la geosfera, es interna. Las otras son externas:
la atmósfera y la hidrosfera.
La tierra es uno de los cuatro planetas telúricos o rocosos del sistema solar. Por ello, posee una
superficie sólida, llamada geosfera. Según su composición química, en ella se distinguen tres capas:
la corteza, el manto y el núcleo.
La corteza es la capa más superficial y delgada del planeta; se encuentra en contacto con la
hidrosfera y la atmósfera. Está formada por rocas y minerales como silicio, aluminio, sodio y
potasio, entre otros. La corteza tiene un grosor que oscila entre los 6 km y los 70km.
La corteza oceánica es la que se encuentra en el fondo de las zonas más profundas del océano. La
corteza continental, está en los continentes y en ella están los suelos; también se halla en partes
sumergidas en los continentes.
El manto es la capa intermedia. Se extiende desde los 70km hasta los 2900 km de profundidad
aproximadamente. El manto superior se encuentra en contacto con la corteza y está formado por
rocas sólidas y materiales fundidos. El manto inferior está formado por roca sólida y minerales
como silicio, hierro y magnesio, entre otros.
El núcleo es la capa más interna de la Tierra. Está compuesto principalmente de hierro y níquel, su
temperatura alcanza los 6000 grados Celsius. Se extiende desde los 2900 km hasta el centro de la
Tierra, a unos 6370 km de profundidad. El núcleo externo se encuentra en estado líquido, el núcleo
interno es sólido.
Según la rigidez de las rocas que la componen, la geosfera también se divide en litosfera,
astenosfera, mesosfera y endosfera.
Astenosfera: Esta constituida por rocas fundidas y comprende la parte media del manto superior.
Alcanza los 700 km de profundidad.
Mesosfera: Está formada por rocas sólidas, comprende la parte inferior del manto superior y va
hasta los 2700 km de profundidad.
Endosfera: Incluye el manto inferior y el núcleo. La forman materiales sólidos y fundidos. Llega
hasta el centro de la Tierra, a 6730 km de profundidad.
Litosfera: Está formada por rocas sólidas, comprende la corteza y la parte de arriba del manto
superior. Llega hasta los 1000 km de profundidad.
Los procesos geológicos externos suceden por la acción de la atmósfera, la hidrósfera, y los seres
vivos que moldean y transforman progresivamente el relieve. Los principales procesos geológicos
externos son:
Meteorización física provocada por agua. El agua de lluvia se deposita en las grietas de las rocas.
Cuando desciende la temperatura por las noches, el agua se enfría. Al enfriarse o congelarse, el
agua líquida aumenta su volumen y ejerce presión sobre las paredes de las rocas. Así la constante
expansión y el deshielo del agua en las grietas producen fracturas en la roca.
Las partículas que la erosión arranca a las se denominan sedimentos, y se les distingue por su
tamaño. Los sedimentos de grano más pequeño son las arcillas, y los de grano más grande, las
arenas.
Los procesos geológicos internos dependen de la energía contenida en el planeta y son, en general,
de dos tipos: la actividad tectónica y la actividad volcánica.
Actividad tectónica
De acuerdo con la teoría de le tectónica de placas, la litosfera se encuentra fragmentada en
grandes bloques que se conocen como placas tectónicas que flotan sobre la astenosfera. El
movimiento de la astenosfera debido a corrientes de convección ocasiona que las placas tectónicas
se muevan horizontalmente y se desplacen unos 2,5 cm por año.
Las placas tectónicas se mueven debido a las corrientes de convección de la astenosfera; en ellas
sube el magma caliente desde las profundidades de la Tierra y se hunde el material más frio
cercano a la superficie. Cuando el magma más caliente se enfría, se vuelve más denso y comienza a
hundirse nuevamente.
La tectónica ocasiona que las placas interaccionen entre ellas, lo cual provoca tres tipos de límites:
LIMITES DIVERGENTES: Son los que se establecen cuando dos placas se separan, lo que permite
que emerja magma de regiones profundas. Así se forma nueva corteza terrestre, lo que sucede en
los fondos marinos.
LIMITES TRANSFORMANTES: Son los que se establecen cuando una placa se desliza con respecto a
la otra. En estas zonas no se crea ni se destruye litosfera, pero se produce una intensa sismicidad.
LIMITES CONVERGENTES: Son los que se establecen cuando dos placas chocan, lo cual puede
ocasionar dos fenómenos: la subducción y los cinturones orogénicos.
LA SUBDUCCIÓN: Es el hundimiento de una placa bajo la otra. Como es en estas zonas, la litosfera
se hunde y desaparece de la superficie terrestre, reciben el nombre de bordes de placas
destructivos.
Los bordes de placa son las zonas de la litosfera donde la actividad geológica es más intensa. Esta
actividad se manifiesta en:
Vulcanismo: Tanto en los bordes de placa como en las zonas próximas a los bordes destructivos y
en las grandes fracturas de la litosfera se produce intensa actividad volcánica.
Deformaciones de rocas: En las zonas donde se produce convergencia entre placas, los materiales
de la placa cabalgante se transforman intensamente.
Sismicidad: Los sismos se originan por el movimiento de las placas, especialmente en los limites
convergentes.
Formación de relieves: En las zonas de subducción, la placa cabalgante está sometida a una fuerte
compresión que produce un acortamiento de su extensión y un aumento de su grosor. Este
engrosamiento se manifiesta en la superficie como cadenas montañosas. Las dorsales oceánicas
son cordilleras submarinas de gran extensión que se encuentran en el medio del océano. En ellas
ocurre la expansión del fondo marino que es el proceso de formación de nueva corteza oceánica.
En las dorsales oceánicas, las placas se alejan entre sí, el fondo marino se expande y el magma
sube para llevar el espacio vacío; así se forma la nueva corteza.
Actividad volcánica
La actividad de los volcanes, también conocida como vulcanismo, permite la creación de nueva
corteza mediante el paso de material, desde el manto hacia la corteza. Un volcán es una abertura
en la superficie terrestre a través de la cual pueden salir materiales como magma, cenizas, piedra y
gases. El magma es una masa de roca fundida rica en gases, cuya temperatura varía entre 700 y
1200 grados Celsius, está compuesto por sílice y gases disueltos, como vapor de agua y dióxido de
carbono.
Los volcanes participan en la formación de las rocas que constituyen la corteza y afectan su relieve.
Por eso, la actividad volcánica es un agente de cambio ambiental debido a su rol en la
determinación de las características físicas del planeta y en el desarrollo de la vida.
En Costa Rica existen más de 200 volcanes, unos extintos, otros dormidos y los demás activos.
Cuando el magma se acumula, la presión aumenta hasta que lo hace salir. Entonces se abre paso
por un conducto, la chimenea, y alcanza la superficie en forma de lava. Así se produce la erupción
volcánica. Si la presión no es tan alta, el magma no llega a la superficie y se enfría en el interior.