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Discurso Valentina Miranda

Respuesta a la consigna: Elaborar un documento word respecto de qué creencias en


relación a Valentina quedan evidenciadas en las redes sociales (una mujer joven que se dedi-
ca a la política) y qué violencias operan respecto de ella. El documento podrá tener una
extensión de media carilla.

Grupo 8
El discurso de Valentina da cuenta de múltiples violencias que sufrió durante toda su
vida: violencia institucional, económica, social, etc. Su discurso es representativo de las vio-
lencias sufridas por un gran porcentaje de la población chilena. Da cuenta de las dificultades
en su acceso a derechos básicos: salud, educación, vivienda. Y de cómo ella tuvo que asumir
el cuidado de su hermano pequeño a muy corta edad.
Luego, a partir de su actividad política se manifiestan también múltiples violencias:
política, simbólica, mediática, discriminaciones por ser mujer, joven, representante de la di-
versidad sexual (militante pansexual).
Se opera una gran violencia hacia Valentina, una mujer joven que se dedica a la polí -
tica, agrediéndola por su condición de mujer y poniendo en foco su modo de vestir, sus aros o
accesorios, a partir de los cuales ella a su vez expresa sus creencias políticas. Entendemos
que es asimilable a lo que ocurre en Argentina con Ofelia Fernández, las mismas violencias a
las que se la somete por ser mujer y por ser joven. Ello implica consecuencias tales como
tener que resignar espacios a raíz de las agresiones, las violencias, en redes sociales por ejem-
plo. Pareciera que a las mujeres no nos pertenece el espacio público, que si tu decisión es
dedicarte a la política debes afrontar demasiada violencia simbólica, política, mediática y eso
disuade, nos corre de la escena pública para volver al espacio asignado socialmente: la casa.
Toda la violencia, la estigmatización que debe sufrir una mujer que decide dedicarse a la
política es un costo extra que debemos pagar. El objetivo principal es descalificarnos y disci-
plinarnos a las mujeres, como ocurre con Valentina, descalificar todas las injusticias que ella
expone, y que afectan a una parte muy relevante de la sociedad, sin discutir sobre las mismas
sino sobre su aspecto, su vestimenta. Se le dice que está “hueviando”, no que está haciendo
política. El disciplinamiento hacia las mujeres nos indica que esos espacios no nos correspon-
den y ello es algo que debemos cambiar, son espacios que hemos conquistado y debemos
defender y ocupar.

Grupo 2
Nos es difícil poder explicitar y abarcar la cantidad de violencias, consideramos que
hay una interseccionalidad enorme, una violencia integral desde todas las aristas de su vida:
por ser mujer, joven, disidente, vocera y comunicadora de lxs estudiantes, comunista y acti-
vista pansexual. Vemos una violencia económica, institucional, política, una violencia adulto-
céntrica, simbólica. Queda en evidencia también la negación del sistema frente a la historia.
Siendo un sistema económico puntual, creemos que la violencia económica es un
punto que abre y sostiene los otros tipos de violencia. Un modelo político económico que
hace que se integren los otros tipos de violencia, interfiriendo en la salud mental, en la educa-
ción, en las infancias libres dado que anula el disfrute de las niñeces porque no se llega a ser
niñx dado que tienen que salir a trabajar desde edades muy tempranas.
“Nacida del neoliberalismo, pero jamás hija de él. Heredera del neoliberalismo, pero dispues-
ta a superarlo”. Consideramos que hay que reivindicar la memoria saliendo de la historia
euro-centrada y colonial.
Violencias que operan respecto a Valentina Miranda en las redes sociales
Los comentarios que podemos ver en las redes sociales dejan en evidencia la cons-
trucción de un pensamiento social que se difunde para fortalecer estos grupos de poder desde
la repetición para la exclusión. Teniendo en cuenta que la mayoría de las personas que tienen
acceso y tiempo para utilizar las redes sociales son parte de un sector que sostiene este siste-
ma desigual de poder y esto como consecuencia también hace creer que estas son las opinio-
nes del pueblo, cuando no lo son.
Muestra también cómo se invisibiliza a Valentina cuando las críticas apuntan a cues-
tiones de su forma de vestir, mostrando mayor interés en cuestiones estéticas que en el dis -
curso en sí. Una fuerza por mantener los estereotipos de las feminidades. Un ataque simbóli-
co a través del discurso en redes por la orientación sexual y la expresión de género, atacando
su posibilidad de pensar mediante el cuestionamiento de su disfrute sexual.
También hay mucha visibilización mediante las redes de las modalidades de violen-
cia en especial la modalidad institucional, política, simbólica y mediática contra las mujeres
intentado generar un efecto disciplinador sobre las demás mujeres y disidencias, afectando la
salud mental y emocional de las mujeres involucradas.

Grupo 5
Luego de conversar, detectamos las siguientes violencias que marcaron la vida de
Valentina, conforme los distintos tipos y modalidades que establece la Ley 26.485:
Art. 5 Tipos de violencia:
- Física
- Psicológica
- Económica/patrimonial
- Simbólica
- Política
Art. 6 modalidades de la violencia:
- Institucional
- Laboral
- Mediática
Advertimos que los comentarios vertidos en redes sociales, desvalorizando la exposición
de Valentina, a través de la descalificación de su persona, representan en primer lugar una
barrera para no escuchar o analizar lo que su discurso dice y representa.
La descalificación es una práctica muy común a los fines de descontextualizar y poner un
freno a lo que intenta transmitir a través de su discurso. El objetivo que tiene este mecanismo
es silenciar a las mujeres y excluirlas del espacio político.
Valentina se encuentra fuera de la norma ya que ocupa un lugar, siendo mujer india, jo -
ven, marginal, comunista, perteneciente a la comunidad LGBT+, política, dentro de un lugar
de elite como ser la Convención Constituyente de Chile.
El uso de las redes sociales permite que la viralización de ese tipo de comentarios sea
más rápida y difícil de contener.

Grupo 4
A la luz de las definiciones de violencia de género que esboza la Ley Argentina nº
26.485, Valentina manifiesta haber sufrido todos los tipos de violencia física, psicológica,
ambiental, simbólica, sexual, política, institucional que a su vez se relacionan con la intersec-
cionalidad, con la violencia y discriminación de la que es víctima por ser mujer, joven, pobre,
por su ideología política, y la clase social a la que pertenece.
Luego de haber publicado su discurso, sobre ella se ejerció violencia mediática, a
través de los diferentes comentarios recibidos en las redes sociales. De esta forma se intenta
reafirmar el clasismo y la violencia patriarcal existente en la sociedad chilena, no permitiendo
la aparición de voces de mujeres y no hegemónicas.
El ataque esbozado hacia Valentina es hacia su aspecto físico, su vestimenta, es su-
perficial. No se discute respecto a las ideas, sus argumentos, sino que se violenta a ella, en su
personalidad. Siendo el discurso de Valentina muy fuerte no se ataca el mismo, sino que se
puso foco en la periferia.
Es claro que existe una violencia estructural en la organización social en Chile, sien-
do una sociedad clasista, los derechos se transforman en “privilegios”, generando una violen-
cia estructural e institucional, donde se excluye a las personas que no nacen en familias perte-
necientes a las clases sociales altas.
A modo de conclusión, es importante trabajar en el respeto que debe existir en las
redes sociales, donde desde el anonimato se procura silenciar voces como las de Valentina.
Ella es la demostración del empoderamiento de las luchas feministas y de clase, gracias a las
cuales hoy personas atravesadas por estas historias pueden ser parte de un nuevo pacto social.
Valentina cristaliza un ejemplo de las conquistas producto de las luchas a las que hicimos
alusión.

Grupo 1
Valentina en su discurso denuncia una violencia estructural que no solo padece ella
sino que es intergeneracional (su madre y su abuela, también). Es la constituyente más joven,
es mujer, es disidente sexual, es india, militante de las juventudes comunistas, es feminista,
ecologista, plurinacional, intercultural. En su discurso de 8 minutos denuncia una serie de
violencias: pobreza, corrupción, neoliberalismo, falta de acceso a la salud pública, tareas de
cuidado siendo una niña y estando enferma haciéndose cargo de su hermano, comenta que la
educación es pobre y los derechos en realidad solo son privilegios y que ella y otros tantxs
son herederos de la dictadura.
Además, identificamos en el video violencia política ya que Valentina está transmi-
tiendo las dificultades que tuvo a lo largo de su vida para ser escuchada y participar en asun-
tos públicos o políticos en condiciones de igualdad.
También nos cuenta sobre el impacto que generan las violencias que sufrimos históri-
camente las mujeres y diversidades sexuales en el sistema de salud y la invisibilización de
ello, al decir “no era depresión, era neoliberalismo”. Denunciando no solo la falta de acceso a
la salud sino a la discriminación estructural en el acceso y ejercicio de derechos.
Sin embargo, en los comentarios que leemos se expresan diferentes violencias contra
Valentina y lugares comunes -tal vez hasta respaldándose en el anonimato que las redes so -
ciales otorgan- reforzando estereotipos de género, enfocándose en sus características físicas,
su vestimenta, su edad, sus convicciones, ejerciendo de este modo violencia simbólica invisi-
bilizando absolutamente todo aquello que denuncia en su discurso e incluso quitándole peso
por su propia juventud.
Opera el poder normalizador, estereotipado de cómo debemos ser las mujeres y las
diversidades sexuales y eso, en las redes que entendemos que es un lugar bastante democráti -
co, sin embargo las personas terminan reproduciendo discursos totalizadores hegemónicos y
disciplinador.
Frente a la opresión y discriminación nos resta “organizar la bronca” y pensar en
instancias más comunitarias de organización y participación, tal como ella lo menciona y
planteándolo en su discurso que nos interpela y nos conmueve.

Grupo 3
En su discurso vemos la vulneración de varios derechos. Refiere a la violencia insti-
tucional (menciona el desconocimiento a los derechos a la salud, no tuvo acceso a la vivien-
da), política y simbólica deja ver que debió sortear varios obstáculos para llegar a ser consti -
tuyente y que se la escuche. Los mensajes menosprecian, ofenden, tildándose comunista,
ejercen violencia psicológica sobre Valentina que si bien pueden ser trolls forman una estruc-
tura que busca ridiculizar sobresaltando su aspecto, su ideología política dándole una conno-
tación negativa, sin realizar un análisis más profundo de su situación y que representa a un
sector acallado que necesita expresarse, hacerse oír. Menciona también a la violencia econó-
mica (deja ver que en su país es marcada la diferenciación de clases sociales y lo difícil que
es para la clase social de menores ingresos lograr que se garanticen sus derechos).
Los mensajes están encubiertos, mediante la utilización de alias y operan como meca-
nismos sistemáticos de hostigamiento, ámbitos donde la política encuentra un lugar de acti-
vismo.
La violencia estructural del neoliberalismo perpetuada por tantos años es clara. Su
discurso no solo molesta a un determinado sector social, sino también a sus pares, situación
que se ve reflejada en la violencia simbólica que ejercen, partiendo de prejuicios, roles, este-
reotipos.
Narrativa de vida atravesada por vulneraciones múltiples que reflejan la interseccio -
nalidad (género, clase social, ideas políticas, orientación sexual).

Caso Mauro Icardi, Wanda Nara y China Suarez

Respuestas a las siguientes preguntas:

¿Qué pudieron escuchar en su entorno sobre este caso (comentarios, opiniones, debates que
se dieron en relación a la mediatización de esta situación)? ¿Qué impresiones, intuiciones,
reflexiones les surgieron a medida que iban escuchando estas cosas? ¿Pudieron detectar
algunas violencias en estos comentarios? ¿Cuáles?

Grupo 7:
-Show realizado por Wanda para tener publicidad para el lanzamiento de su marca de
cosméticos.
-”Te cargaste una familia por zorra” - enfoque centrado en que la culpa es de la mu -
jer. Estereotipo de rompe hogares / roba maridos / putita
-Idea de matrimonio sagrado.
-Estereotipo que subyace: hombre que tiene impulsos naturales incontrolables. El
problema está en estereotipar a los varones como monstruos que no pueden controlar sus
impulsos sexuales, cuando el foco no tiene que estar ahí, si no en la distribución del poder (la
cual favorece el abuso de poder). Esto se da ya que hay una sociedad que sostiene esto - y lo
podemos ver en este caso en particular. Se dejó de lado el lugar de Mauro, no se lo juzgo
como se lo hizo con la China.
-Se llevó el tema hacia la política también: se le preguntó a varixs politicxs si eran de
un team o el otro.
Se pudieron detectar varios tipos de violencias en todos estos comentarios.
Violencia sexual. Violencia simbólica como tipo, y violencia mediática como modalidad: La
cual se da por medio de la estereotipación, violencia en redes hacia todxs lxs involucrados,
generando una rivalidad entre Wanda/China - “Team China o Team Wanda”
Respecto de las creencias en torno a las mujeres: partimos de la base de que Argenti-
na sigue siendo un país patriarcal y machista, a pesar de que tenemos cierta legislación, se-
guimos reproduciendo los roles y estereotipos de género, la creencia de que la razón de ser de
la mujer y su función es la de cuidados, que la mujer es más emocional que racional, etc.
Incluso las mujeres mismas tenemos que de-construirnos, avalamos ciertos micromachismos.
Llegamos a vivir con culpa el incumplimiento de los mandatos hetero-normativos.
Estos estereotipos pueden verse hoy en día en los medios de comunicación, desde las
publicidades sexistas (publicidad Mr Músculo, o la del Banco que ubica a la mujer “loca de
las compras”, para poder estar bien y cumplir con los mandatos de ser “mujer”), la manera en
que se comunican en los medios los casos de femicidios (por ejemplo la nota que se tituló:
“Una fanática de los boliches, que abandonó la secundaria” para referirse a un femicidio)
esto da cuenta de la realidad: de todos los medios que hay en el país, solo 2 o 3 tienen edito-
rial de género.
Es importante poder incorporar la perspectiva de género como una herramienta im-
prescindible para entender y contextualizar la información que se produce y difunde; evitar
incurrir en mensajes que conlleven a la estereotipación y la estigmatización de las mujeres,
entre otras cosas.
Toda esta situación nos muestra que más allá de las legislaciones que tenemos, los
estereotipos siguen existiendo y muestran la distancia que aún existe entre los objetivos per-
seguidos por la ley y la realidad cotidiana.
Grupo 6
Sobre lo que estuvo circulando en medios, y escuchamos y charlamos en nuestros
entornos, podemos identificar discursos machistas y patriarcales, donde casi en su totalidad el
foco estuvo puesto en las conductas de las dos mujeres implicadas (sobre todo para juzgar y
atacar a la China Suarez como la “roba maridos”, “zorra”, “rompe-hogares”) y casi nada se
reflexionó sobre la conducta del varón (cuando se escuchaban comentarios sobre él, hacían
mayor referencia a su virilidad como un símbolo de orgullo para el grupo de varones).
Observamos cómo reflotaron un montón de estereotipos misóginos, que quizás pen-
samos que a esta altura de la historia, con la avanzada del movimiento feminista en nuestro
país, estaban superados. Tanto en los medios masivos como en los comentarios de la gente en
redes sociales y demás, seguimos reproduciendo discursos esterotipados en cuanto a roles de
género.
Este caso demostró que tenemos todavía muy arraigados estos estereotipos. Todavía
no hay un cambio ni en los medios de comunicación ni tampoco en nosotrxs mismxs. Se si-
gue sosteniendo un esquema de “la caza de brujas”. También como quedó en el centro que
todavía se sostiene el modelo de familia hegemónico, monogámico, heterosexual y vinculado
a las ideas de amor romántico.
En cuanto a las violencias que se desplegaron en el tratamiento del caso sobresale la
violencia de género simbólica y mediática, en razón del tratamiento en los medios de comuni-
cación. Se publicaron y difundieron mensajes e imágenes privadas, promoviendo las injurias,
difamaciones y humillaciones. Todo este tipo de mensajes también puede redundar en violen-
cia psicológica.
Por un lado, pensamos que al estar en debate en los medios de comunicación se vuel-
ve difuso el límite entre vida privada y vida pública. Para el caso de lxs famosxs, esas violen-
cias pareciera que se relativizan y no se toma dimensión del impacto de sobrepasar estos lími-
tes en la vida personal de las personas, sus familias, su acceso laboral, entre otras. En este
sentido, nos parece importante remarcar que la amenaza de mostrar o publicar fotografías
privadas, chats privados, nos parece un límite que no debe pasarse.
Es importante problematizar el consumo de estos contenidos. Hacer una mirada co-
lectiva e individual, con perspectiva crítica, y que nos posicione desde un rol activo como
consumidores de esos contenidos.
Opera un pensamiento binario, donde una persona es buena/mala y se buscan vícti -
mas/culpables. Este abordaje quita los matices a la discusión, y termina siendo un diálogo
moral que juzga y condena socialmente la conducta de un otre, puntualmente, en este caso y
en varios que conocemos, una mujer.
Consideramos que estas visiones estereotipadas no provienen exclusivamente de los
medios de comunicación, sino que están impregnadas en los discursos de “la gente” en gene-
ral. Y asimismo, los discursos misóginos no provienen sólo de parte de los varones sino que
en este caso también quedó evidenciado la apropiación y reproducción por parte de las muje-
res.
Notamos como una intención en definitiva de perpetuar algunas consignas ya “vie-
jas” que tienen que ver con el rol de la mujer, el rol de la mujer/esposa, mujer/madre. Nos
llama la atención esta conducta social sancionadora de las relaciones conyugales que conti-
núa ocurriendo pese a que la ley viene desdibujando el modelo familiar hegemónico, en el
cual el rol del hombre lo habilitaba para exigir el débito conyugal y, de algún modo, también
le otorgaba cierto margen para mantener relaciones por fuera del matrimonio (nos referimos
al delito de adulterio que, hasta la década del 90, estaba legislado en el código penal). Es
decir, el modelo expuesto en la ley actual no se condice con los comentarios que se reprodu -
cen en los medios de comunicación, redes sociales y conversaciones que hemos escuchado.

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