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1.

ORÍGENES DEL NOTARIADO


Dado el propósito de este curso de formación no es nuestra
intención remontarnos, como legítimamente hacen algunos autores, a
los más antiguos vestigios del Notariado, retrotrayéndose a aspectos
bíblicos o a civilizaciones antiguas como Asiria, Babilonia, Egipto o
Grecia, y para algunos autores habría que añadir también, las
civilizaciones Maya, Azteca e Incaica, aunque la idea de la existencia de
la base jurídica actual se la debemos al Derecho romano, y a la primera
regulación realizada por Justiniano en el Siglo VI después de Cristo
conocida como “Corpus Juris Civilis”.1
Dentro de la esfera romana encontramos figuras muy interesantes,
precursoras, de alguna manera, de la actuación notarial, entre las que,
podemos destacar:
• Scribae. Eran funcionarios estatales que prestaban sus
servicios a las órdenes de los pretores que Roma enviaba a
las provincias y a quienes asistían extendiendo actas,
escribiendo decretos, órdenes y custodiando los documentos
oficiales.
• Notarii. Estos eran los amanuenses, o personas que
escribían a mano lo que se les dictaba, para cuyo trabajo
usaban abreviaturas o notas de donde derivaron su nombre.
Su técnica era similar a la ya, en desuso, taquigrafía.
• Tabularii. Bajo esta denominación se designaba a los
oficiales especializados en redactar los contratos para las
partes. Tenían la condición de oficiales e incluso llegaron a
custodiar testamentos, contratos y actos que las partes
querían que se conservasen en el f

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