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El conflicto bélico

El fin de la paz

Al terminar la gran guerra el cuadro de situación hacía pensar que esta había sido el último
conflicto que enfrentaba a las naciones.

Alemania se encontraba desarmada y se suponía que en poco tiempo se pasaría a una fase de
desarme total.

Todo el sistema de entreguerras aparece coronado por la idea de la Sociedad de las Naciones a la
que ingresará Alemania en 1926. Con lo que se quería garantizar una seguridad colectiva, esta idea
se vio afianzada por una corriente que pretendía abolir la guerra, prohibiéndola mediante leyes
internas de cada estado.

A partir de 1924 se va a extender por el viejo continente la idea de una política exterior de
apaciguamiento, en el contexto de la cual, por ejemplo Francia evacuó el Rhur que había ocupado
un año antes.

Mientras esto sucedía en Francia e Inglaterra, Hitler comenzaba a ejecutar su programa preparado
paso a paso. El nuevo líder alemán inaugura una política externa centrada en los “pequeños
pasos”, ocultando cuidadosamente lo que venía atrás, el verdadero objetivo de esta política era
recuperar los territorios cedidos en el Tratado de Versalles.

Hitler pensaba que su política ejercería un efecto paralizante sobre los países “decadentes”.

Esta idea coincidió justamente con la política desarrollada por el primer ministro inglés, Neville
Chamberlain, consistente en reparar las injusticias de Versalles, aceptando todas las iniciativas
alemanas y viendo así la forma de evitar la guerra.

Alemania va a abandonar la Sociedad de las Naciones en octubre de 1933, y en menos de un año


inicia un acelerado y secreto rearme.

En marzo de 1935, Hitler descubre en parte su juego cuando rechaza totalmente las restricciones
militar impuestas por el tratado de Versalles; restablece el servicio militar obligatorio y construye
una nueva y poderosa aviación.

A todo esto Mussolini, quien ya no oculta una leve simpatía por el proyecto nazi, persiguiendo sus
propias ideas expansionistas , en octubre de 1935, se lanza a la conquista de Etiopía, objetivo que
logra fácilmente y a la postre va a ocasionar una falsa idea sobre el poderío militar italiano.

Durante 1935-1936, Francia cuenta aún con una superioridad más o menos considerable respecto
de Alemania, sin embargo, su política se basa justamente en la NO REACCÓN, argumentando que
ésta significaría una movilización general.
El panorama europeo se ensombreció todavía más cuando en julio de 1936 se desencadenó en
España el levantamiento militar que desembocaría en una larga guerra civil, en la que Hitler y
Mussolini probarían las tácticas y los armamentos que luego serían utilizados en el conflicto
mundial.

A partir de 1937, la superioridad de la Wechrmacht, se hace cada vez más evidente, lo cual lleva a
Hitler a comenzar, ya destruido el tratado de Versalles, la construcción del Gran Reich.

En marzo de 1938 se realiza la reunificación de Austria, unión que se ratificó mediante un


plebiscito. Simultáneamente con este proceso se comienza a plantear con intensidad creciente la
situación de los tres millones de personas de diversos países de habla alemanes que se
encontraban bajo el dominio de los gobiernos checos y polaco.

El 30 de mayo de 1938, Hitler dispuso todos para ocupar el sudeste; sin embargo la situación era
delicada por cuanto Francia aliada de Checoslovaquia, anunció que intervendría, pero Inglaterra le
retiró su apoyo.

De las negociaciones que siguieron entre Alemania, Francia e Inglaterra, sobrevino la aceptación
de la ocupación alemana de los sudestes, como la forma más eficaz de ahuyentar el fantasma de la
Guerra.

Sin embargo, Hitler no tenía ninguna intención de detenerse y aprovechó los últimos meses de
1938 para preparar el ataque definitivo contra Checoslovaquia, que se efectuaría en marzo de
1939. Estos acontecimientos precipitaron las cosas e Inglaterra de dispuso, tras una grave crisis
política interna, ir a la guerra.

Mussolini, siguiendo su política expansionista se lanzó contra Albania.

El gran enigma que se proyectaba sobre Europa en ese momentos era conocer cuál sería la
posición soviética; pero cuando el ministro de Asuntos Extranjeros soviético fue Molotov, el viraje
político ruso se hizo más evidente. Es así como, en agosto, el mundo se enteraba sorprendido de la
firma del pacto Ribbentropp- Molotov, en cuyos artículos secretos se dividían las zonas de
influencia de ambos países.

Polonia fue la siguiente víctima. El 3 de septiembre de 1939, Inglaterra y Francia declaraban la


guerra.

El sistema de paz duradera había fracasado.

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