Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Las potencias democráticas desplegaron una política vacilante frente a Adolf Hitler, quien se
había convertido en canciller de Alemania en 1933. El primer ministro británico, Arthur Neville
Chamberlain, personificó la “política de apaciguamiento”: trató de negociar con Hitler y
concederle algunas de sus demandas con la esperanza de que el líder nazi finalmente “se
apaciguaría” y aplacaría sus ambiciones territoriales. Sin embargo, esta política solo sirvió para
intensificar la determinación expansionista del gobierno de Alemania.
Mientras tanto, en la Unión Soviética, Iósif Stalin buscó, tras muchas dudas, la alianza con las
potencias democráticas para poner un freno a Hitler. Sin embargo, la desconfianza mutua hizo
fracasar este intento y, ante el asombro internacional, el líder soviético acabó pactando con
Hitler y propiciando la agresión alemana a Polonia que finalmente desencadenó la Segunda
Guerra Mundial (1939-1945).
PUNTOS CLAVE
Los países vencedores y vencidos de la Primera Guerra Mundial firmaron tratados y acuerdos
en un intento de alcanzar la paz y la reconstrucción económica mundial, pero en la práctica
generaron nuevas situaciones de tensión.
El Imperio del Japón invadió Manchuria en 1931 y atacó otros territorios chinos en 1937.
Los primeros pasos en el camino hacia una nueva guerra mundial se dieron en Asia. En 1931, el
gobierno japonés ultranacionalista de Inukai Tsuyoshi invadió la región china de Manchuria
tras el incidente de Mukden (el atentado al tramo de una vía férrea japonesa que fue
presuntamente realizado por oficiales japoneses para atribuirlo a disidentes chinos y justificar
la invasión).
Tras las denuncias internacionales, en 1933 el Imperio del Japón abandonó la Sociedad de
Naciones y en 1937 atacó China. Se inició así la guerra chino-japonesa. Si se analiza el período
desde una visión que no sea eurocéntrica, se puede afirmar que la Segunda Guerra Mundial se
inició en ese momento, aunque el consenso es colocar el inicio de la guerra en la invasión
alemana de Polonia en 1939.
En cualquier caso, la guerra entre la República de China (liderada por Chiang Kai-shek) y el
Imperio del Japón (liderado por el emperador Hirohito y sus ministros) se confundió
posteriormente con la Segunda Guerra Mundial. Ambas guerras terminaron en septiembre de
1945.
Las crisis decisivas que llevaron a la Segunda Guerra Mundial tuvieron lugar en Europa. El
momento clave fue 1933, cuando Hitler fue nombrado canciller de Alemania. Desde un
principio Hitler manifestó su deseo de acabar con el orden creado por el Tratado de Versalles.
En poco más de tres años la Alemania de Hitler abandonó la Sociedad de Naciones (1933),
estableció el servicio militar obligatorio (1935), remilitarizó Renania, zona limítrofe con Francia
y Bélgica (1936), e intervino junto a Benito Mussolini (líder de la Italia fascista) en la guerra civil
española (1936-1939) apoyando al bando rebelde dirigido por el general Francisco Franco.
Reino Unido y Francia respondieron con tibieza a los impulsos expansionistas de Alemania.
Las agresiones alemanas de finales de la década del treinta no encontraron una respuesta
firme de las potencias democráticas:
En marzo de 1938, Alemania invadió Austria. Hitler cumplió un viejo sueño del nacionalismo
alemán: el Anschluss, la anexión de Austria a Alemania. Esta anexión, que había sido prohibida
por el Tratado de Versalles (1919), recibió una respuesta moderada de las potencias
democráticas, en línea con la política de apaciguamiento promovida por el primer ministro
británico, Neville Chamberlain.
Europa acababa de asistir al triunfo del bando franquista en España, en abril de 1939, cuando
el mundo quedó conmocionado por una noticia inesperada: en agosto de 1939, Alemania y la
Unión Soviética firmaron el Pacto de No Agresión germano-soviético (también llamado Pacto
Ribbentrop-Molotov). Stalin y Hitler acordaron secretamente el reparto de Polonia y la anexión
soviética de las repúblicas bálticas.
Esta era la última señal que esperaba Hitler. El 1 de septiembre de 1939, las fuerzas armadas
alemanas (Wehrmacht) invadieron Polonia, lo que precipitó la declaración de guerra a
Alemania por parte de Reino Unido y Francia. La Segunda Guerra Mundial había comenzado.