« A la búsqueda

del sentido »
Cristóbal Holzapfel
I. Especificidad filosófica de la pregunta por el sentido
Nivel existencial
• Sentidos dados por las « fuentes
dispensadoras de sentido »: tareas,
proyectos, actividades, relaciones
« suficientes » para organizar
nuestras vidas.
• Historia / cotidianidad del hombre
= búsqueda del sentido.
Nivel metafísico
• Sentido del sentido / de los
sentidos: « más allá » de las
« fuentes dispensadoras de
sentido ».
• El afuera absoluto / el trasfondo:
- pregunta por el fundamento y el
sentido / ser
- búsqueda del sentido « hasta el
final »: sentido último o sin-sentido
• Descenso a los abismos, a las
profundidades = vértigo.
II. Dotación de sentido vs. donación de sentido
Dotación - Nivel existencial
• El ser humano DA, CREA,
CONSTRUYE el sentido de sus
acciones.
• El ser humano es activo = elabora y
realiza, hace proyectos a través de los
cuales DOTA su vida de sentido.
• El ser humano va hacia el sentido.
Donación - Nivel metafísico
• El ser humano RECIBE / ESCUCHA
un sentido que viene desde el « afuera
absoluto », del « trasfondo » = SER,
LO/EL OTRO.
• El ser humano es pasivo = recibe el
sentido que irrumpe, experiencias que
me « caen encima » = sentido me es
dado/donado como un « llamado » /
« vocación ».
• El sentido viene hacia el ser humano.
• La donación hace posible la dotación
III. Concepción estática vs. concepción dinámica
Estática – sociedades tradicionales
• Al nacer el ser humano ya tiene un
camino trazado por el « destino », el
« cosmos », « dios », la cultura, las
creencias = « metarrelato »,
« arquetipos ».
• El ser humano es definido según
una esencia fijada de antemano.
Dinámica – sociedades modernas
• El ser humano tiene que hacer su
propio camino, hacer-se a sí mismo.
• El ser humano es posibilidad
abierta, pro-yecto, proyección,
arrojado/lanzado hacia adelante.
• Pregunta por el sentido del sentido:
búsqueda, llenado y vaciado,
posibilidad de la pérdida constante.
« Vemos en nuestro derredor que las personas se
conforman con ciertos sentidos dados por el poder, la
posesión de bienes materiales, la familia, la educación
de los hijos […], pero si alguno de ellos va más allá de
lo que se le ofrece como sentido, suele sentir vértigo.
Únicamente al filósofo le corresponde hacer el camino
sin deternerse hasta llegar a la máxima cercanía del
trasfondo, en el que puede haber como no haber
sentido. El amor o la religión leen de ese trasfondo solo
la posibilidad del sentido, mas lo propiamente
filosófico es mantenerse en la pregunta, sin inclinar la
balanza hacia uno u otro lado » - p. 27.