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Fundación ENAIRE

17 JULIO, 2008

Adiós al aeropuerto central de Berlín-


Tempelhof
CARMEN CALVO JUNG Y DIETRICH WORBS

Casi siete décadas después de que el nuevo


Tempelhof se pusiera en marcha, el emblemático
aeropuerto alemán está a punto de cesar en su
actividad a pesar del movimiento popular que intenta
mantenerlo. Modelo de planificación, símbolo del
nacionalsocialismo, puente aéreo para los aliados
occidentales y animado escenario de vuelos charter,
el viejo aeropuerto berlinés está cargado de historia.

“¡Tempelhof es la madre de todos los aeropuertos!” Con estas pocas palabras, el


arquitecto británico Lord Norman Foster resumió la importancia del aeropuerto de
Berlín que data de 1936-41 y que, hasta hoy, sigue siendo un modelo para todos
los grandes aeropuertos del mundo gracias a su planificación metódica y a su
concepción previsora.

Sin embargo, Tempelhof no sólo es un modelo para la planificación de todos los


aeropuertos posteriores, sino que también sirvió de propaganda a la dictadura
nacionalsocialista; más tarde y gracias al puente aéreo, se convirtió en el símbolo
de la resistencia de los aliados occidentales y de los habitantes de Berlín Oeste
contra la amenaza soviética de incorporar Berlín Oeste a su dominio mediante el
bloqueo de la ciudad (1948/49). El monumento al puente aéreo de 1951 erigido
delante del aeropuerto es el símbolo de esa resistencia y del agradecimiento a las
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potencias protectoras por su ayuda.

Vista aérea del aeropuerto Berlín-Tempelhof.

Después del puente aéreo, Tempelhof se convirtió, en 1951, en un aeropuerto


normal que fue utilizado por millones de pasajeros. Sin embargo, hasta 1993
también seguía siendo aeropuerto militar estadounidense; en ese año, las cuatro
fuerzas de ocupación se retiraron de Berlín al producirse la reunificación alemana.
La importancia de Tempelhof disminuyó después de la inauguración del nuevo
aeropuerto de Tegel en 1975. En las últimas décadas, hubo y sigue habiendo un
animado tráfico de aviones chárter que, sobre la base de un acuerdo del Gobierno
de Berlín y una resolución del Tribunal Contencioso-Administrativo, está previsto
que se suspenda el 31 de octubre de 2008 para que no haga competencia al
futuro gran aeropuerto de Schönefeld. Gran parte de los habitantes de Berlín
están a favor de conservar el popular aeropuerto de Tempelhof, que está ubicado
dentro de la ciudad, por lo que, en octubre de 2007, se puso en marcha una
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iniciativa popular para tratar de conservarlo.

La importancia de Tempelhof
disminuyó tras la inauguración del
nuevo aeropuerto de Tegel en 1975,
pero siguió habiendo un animado
tráfico de aviones chárter que está
previsto que se suspenda el 31 de
octubre de 2008
Actualmente, la mayor parte del aeropuerto pertenece a la República Federal de
Alemania, mientras que sólo una pequeña parte es propiedad del land de Berlín. El
Instituto Nacional de Asuntos Inmobiliarios (BIMA, de sus siglas en alemán) está
preparando un proceso de toma de decisiones sobre el futuro uso del aeropuerto
que tiene en cuenta varias posibilidades alternativas para después de su cierre. El
edificio del aeropuerto fue declarado monumento el 5 de abril de 1995, lo que
pone de manifiesto su eminente importancia histórica, arquitectónica y
urbanística. Por eso, se está haciendo todo lo posible para conservar estas
instalaciones y combinarlas con un uso compatible con su declaración como
monumento.
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El edificio del aeropuerto fue declarado


monumento el 5 de abril de 1995, lo que
pone de manifiesto su eminente
importancia histórica, arquitectónica y
urbanística
La construcción durante la República de Weimar

A partir de 1722, el “Tempelhofer Feld” [campo de Tempelhof] donde se encuentra


hoy el aeropuerto se utilizó como zona de maniobras: aquí pasó revista el ejército
prusiano bajo los reyes Federico Guillermo I, Federico II y sus sucesores para
mostrar a amigos y enemigos la potencia militar de Prusia. El emperador Guillermo
II celebró el último desfile del ejército prusiano en la primavera de 1914.

A comienzos del siglo XX, el “Tempelhofer Feld” fue lugar de las primeras
demostraciones del vuelo a motor: el 4 de septiembre de 1909, el estadounidense
Orville Wright que, en 1903, había construido con su hermano Wilbur Wright el
primer avión de motor del mundo, voló en Tempelhof y los berlineses le
aclamaron. Y el 27 de septiembre de 1909, el piloto francés Hubert Latham realizó
el primer vuelo continental de Tempelhof a Johannisthal. A partir del 1 de enero de
1910, Johannisthal llegó a ser el primer aeropuerto alemán ya que Tempelhof
seguía siendo terreno militar.
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Sin embargo, Johannisthal estaba demasiado alejado del centro de la ciudad de


Berlín. Después de haber perdido la Primera Guerra Mundial, el ejército abandonó
el “Tempelhofer Feld”. El Dr. Leonhard Adler (1882 – 1965), consejero municipal de
transporte, quiso convertir el “Tempelhofer Feld” en el aeropuerto del nuevo
macromunicipio de Berlín: en 1923 firmó un contrato con las dos compañías
aéreas Aero-Lloyd y Junkers – que, en 1926, se fusionaron para crear la “Deutsche
Luft Hansa AG” – sobre las instalaciones de un aeropuerto provisional en
Tempelhof. El tráfico aéreo del aeropuerto de Tempelhof se inició ya el 8 de
octubre de 1923, después de que el Ministerio de Transporte le otorgara la
concesión. Ese mismo día, el consejero municipal Dr. Adler recibió la aprobación
de los concejales de Berlín para seguir ampliando el aeropuerto.

En 1924 se constituyó la “Berliner Flughafengesellschaft” [sociedad aeroportuaria


de Berlín] y se decidió ampliar Tempelhof. Los arquitectos Paul Mahlberg y
Heinrich Kosina diseñaron el edificio de recepción de pasajeros y los hangares de
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los aviones; estos últimos se construyeron en el “Tempelhofer Feld” entre 1924 y
1925. Las primeras instalaciones del aeropuerto estaban situadas más al sur que
las actuales y la vía de acceso era, desde el norte, la calle Lilienthal. En 1925, se
sacó a concurso el proyecto arquitectónico del aeropuerto, que ganaron los
arquitectos Paul y Klaus Engler. Su proyecto, que contemplaba un edificio de
recepción de viajeros más grande y una terminal más amplia con terraza se
realizó en dos etapas (1926 – 1929), aunque se conservaron los hangares de
1924/25. La construcción del aeropuerto había alcanzado su terminación
provisional en la República de Weimar.

El número de pasajeros en Tempelhof aumentó sin parar: en 1925 hubo 9.000


pasajeros, pero en 1936 había subido a 200.000. El éxito del tráfico aéreo exigía
una reconstrucción básica del aeropuerto de Tempelhof.

La construcción del aeropuerto central en el “Tercer Reich”

El 30 de enero de 1933, el Presidente del Reich nombró Canciller a Hitler. Los


nacionalsocialistas aislaron a los partidos de izquierda y de la clase media y, en
poco tiempo, instituyeron una dictadura de sangre y terror sin límites. Al mismo
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tiempo, Hitler y sus seguidores más próximos prepararon una amplia reforma de la
capital alemana: querían que Berlín fuera el símbolo que representara el poder del
régimen nacionalsocialista.

En 1933, Hitler ordenó la nueva construcción de Tempelhof con fondos del


Ministerio de Aviación del Reich que, debido al Tratado de Versailles, aún estaba
camuflado bajo la dirección de Hermann Göring. Hitler quería tener un aeropuerto
central que mostrara a los visitantes, nada más llegar, la grandeza de la nueva
Alemania. Además, ese aeropuerto civil debía servir también al Ejército del Aire.

Así las cosas, Ernst Sagebiel entró a formar parte del Ministerio de Aviación del
Reich en otoño de 1933 y rápidamente se convirtió en el arquitecto del aeropuerto
de Tempelhof.

Sagebiel nació en Brunswick en 1892, estudió arquitectura de 1912 a 1914 en la


Universidad Técnica de Brunswick y, después de prestar sus servicios en la
guerra, durante la que fue hecho prisionero, finalizó sus estudios entre 1920 y
1922. En Colonia con Jacob Koerfer y en Berlín con Erich Mendelsohn (1924-1932)
adquirió conocimientos muy amplios sobre la realización de grandes
construcciones, conocimientos que le iban a ser de gran utilidad más adelante. El
1 de mayo de 1933, se hizo miembro en el NSDAP [partido nacionalsocialista
alemán de los trabajadores] y en noviembre de ese mismo año fue nombrado jefe
del departamento de obras del Ministerio de Aviación del Reich, ministerio todavía
secreto para el país. Cuando el Ministerio se hizo oficial el 1 de abril de 1935,
Sagebiel se convirtió en funcionario y, entre 1935 y 1936, construyó el nuevo
Ministerio de Aviación del Reich. En julio de 1935, le hicieron el encargo que
cambió su vida: la construcción del aeropuerto central de Tempelhof.

Sagebiel incluyó en su diseño las instrucciones dadas por Hitler respecto de la


concepción general del aeropuerto, y planeó comunicar éste con el eje norte/sur
previsto. Situó los edificios aeroportuarios en el fondo noroeste de los terrenos
(en el cruce de Tempelhofer Damm con el eje norte/sur ideado por Hitler), diseñó
el cruce en forma de rotonda y alineó el eje central del aeropuerto con el
monumento de Kreuzberg de Karl Friedrich Schinkel.
El proyecto del aeropuerto se compone de tres partes: el patio de honor con la
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administración; el edificio de recepción de viajeros y la terminal de vuelos, y el
muelle de embarque con los hangares. El gran patio de honor se abre en dirección
a la rotonda y está situado por delante del edificio de recepción de viajeros y la
terminal. A los lados del patio de honor están los edificios (situados en la rotonda)
que acogen las oficinas administrativas. La terminal es de un tamaño
impresionante: 50 x 100 metros de lado por 20 metros de altura. En el lado que da
al campo de aviación, se encuentra, de forma transversal a la terminal, el muelle
de embarque curvo de 400 metros, con un tejado voladizo de 40 metros, de modo
que los pasajeros están protegidos del viento y de las inclemencias del tiempo al
descender de los aviones o al acceder a ellos. El muelle de embarque se prolonga
1.200 metros hacia el este y el sur para albergar los hangares. Se preveía que el
tejado en voladizo sirviera de tribuna para que 60.000 espectadores pudieran ver
demostraciones de vuelo. Se accede a dicho tejado a través de torres de
escaleras situadas en el lado norte de los hangares. El muelle de embarque y los
hangares rodean gran parte del campo de aviación ovalado con sus pistas de
rodaje y despegue-aterrizaje hormigonadas.

Las instalaciones del aeropuerto de Tempelhof son independientes en cuanto a


sus funciones, están bien integradas en la estructura de la ciudad de Berlín y,
sobre todo, se pueden ampliar fácilmente. El diseño funcional del aeropuerto y la
atrevida construcción de acero del muelle de embarque son un reflejo de la
arquitectura moderna; la forma monumental de las construcciones y los grandes
espacios interiores se rigen por la arquitectura nacionalsocialista, lo que quedó
más patente aún por las intervenciones de Albert Speer en su calidad de inspector
general de obras. El aeropuerto tiene dos caras: por lo que se refiere a su forma
de construcción, ha demostrado ser hasta nuestros días una construcción
moderna, funcional y muy adelantada respecto a su tiempo; sin embargo, por su
monumentalidad es indiscutiblemente un monumento de la arquitectura
nacionalsocialista.
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Las instalaciones del aeropuerto de


Tempelhof son independientes en
cuanto a sus funciones, están bien
integradas en la estructura de la ciudad
de Berlín y, sobre todo, se pueden
ampliar fácilmente
Después de obtener la aprobación de Hitler, en marzo de 1936 el solar fue
preparado para las obras de acuerdo con el proyecto de Sagebiel. La celebración
“cubrir aguas” (al mismo tiempo que la colocación de la primera piedra) tuvo lugar
el 4 de diciembre de 1937 (después de tan sólo 18 meses de obras) en presencia
de Göring. Los trabajos avanzaron con rapidez gracias a la intervención de varios
miles de trabajadores en varios turnos. La terminación se había previsto para
1939. Al avanzar los trabajos finales, los primeros inquilinos ocuparon las oficinas:
la administración aeroportuaria y la administración de Lufthansa, así como el
servicio meteorológico del Reich. Aún se estaban dando los últimos toques al
nuevo aeropuerto cuando la guerra comenzó el 1 de septiembre de 1939, dando al
traste con todas las esperanzas de la sociedad aeroportuaria de poder abandonar
el viejo aeropuerto para trasladarse al nuevo. El nuevo aeropuerto no se pudo
terminar.

Iniciada la guerra, el tráfico aéreo de Tempelhof se suspendió temporalmente,


pero se volvió a retomar ya en marzo de 1940 y se mantuvo durante la guerra. El
último avión despegó de Tempelhof el 22 de abril de 1945 cuando ya había
comenzado la ocupación de Berlín por el Ejército Rojo. Berlín se rindió el 2 de
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mayo.

A comienzos de abril de 1945, el arquitecto Sagebiel se trasladó a Munich donde


estaba construyendo otro aeropuerto. Después de la rendición, fue hecho
prisionero por los americanos durante medio año, pero más adelante le calificaron
sólo de “simpatizante” del régimen nacionalsocialista. Murió en Starnberg en 1970.

El bloqueo de Berlín y la posguerra

Berlín estuvo ocupada por los soviéticos desde comienzos de mayo hasta que en
julio de 1945 llegaron los aliados occidentales. Cada potencia de ocupación tenía
un aeropuerto en su sector: los británicos tenían Gatow, los franceses Tegel, los
soviéticos Johannisthal y Schönefeld y los americanos Tempelhof que, en su
mayor parte, había quedado intacto. Sólo había resultado destruida la
construcción llevada a cabo en los años 20; se retiraron los escombros. La buena
concordia entre las cuatro potencias de ocupación se desvaneció y la
colaboración en el seno del Consejo Aliado de Control finalizó en marzo de 1948.
El 24 de junio de 1948 comenzó el bloqueo soviético de Berlín Oeste por mar y por
tierra. Por decisión del gobernador estadounidense, el general Lucius D. Clay
(1897-1978), los aliados occidentales abastecían Berlín Oeste por aire; la
“operación air-lift” – el “puente aéreo” – duró hasta julio de 1949.

Había que abastecer a dos millones de personas en Berlín Oeste: alimentos,


carbón, gasolina y materia prima para la industria, así como materiales para la
reconstrucción de la ciudad. Sólo potentes aviones de cuatro motores – como por
ejemplo el Douglas C-54 – eran capaces de transportar las 4.500 toneladas diarias
de productos que eran necesarias para mantener con vida Berlín Oeste. Cada dos
minutos aterrizaban esos aviones en Tempelhof, se descargaban y volvían a
despegar.

Durante el bloqueo de Berlín un total de 1.840 millones de toneladas de productos


llegaron a los tres aeropuertos de Berlín Oeste; un promedio de 5.700
toneladas/día. Casi la mitad de los productos llegaron a Tempelhof. Y la industria
berlinesa exportaba 21.000 toneladas de productos en los vuelos de regreso a
occidente. Además, durante el bloqueo, aproximadamente 240.000 pasajeros
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llegaron o salieron de Berlín. El enorme esfuerzo que suponía abastecer a Berlín
Oeste mediante el puente aéreo fue un éxito: la ciudad sobrevivió y, el 12 de mayo
de 1949, los soviéticos suspendieron el bloqueo.

Tras el bloqueo, Tempelhof se abrió el 9 de julio de 1951 al tráfico aéreo civil; las
compañías aéreas de las tres potencias aliadas –Pan Am, BEA, Air France–
comenzaron a aterrizar allí. En 1953 usaban Tempelhof tres millones de
pasajeros/año y en 1957, cinco millones. Para poder aumentar aún más el tráfico
aéreo de Berlín, en 1970 se inició la construcción del nuevo aeropuerto de Tegel. Y
en 1975 las compañías aéreas de las tres potencias aliadas se trasladaron a Tegel,
mientras que Tempelhof quedó reservado para vuelos chárter.

Aeropuerto Berlín-Tempelhof.
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El futuro de Tempelhof

Desde la reunificación alemana en 1990, en Berlín se discute sobre el futuro de


Tempelhof. En 1996, después de la decisión de los gobiernos regionales de Berlín
y Brandenburgo de ampliar el aeropuerto de Schönefeld, se determinó abandonar
Tempelhof. Esto se haría en el momento en que fuera firme la aprobación del
proyecto de Schönefeld y la decisión de cerrar Tegel cuando entrara en
funcionamiento la primera pista de despegue y aterrizaje de Schönefeld. Pero
todavía queda mucho tiempo: la inauguración de Schönefeld está prevista para
2011-12. A comienzos de 2007, el Tribunal Contencioso-Administrativo de Berlín
decidió que Tempelhof cerrará el 31 de octubre de 2008.

¿Qué uso se dará a los terrenos del aeropuerto histórico de Tempelhof? En 1994 el
nuevo plan general de urbanismo de Berlín preveía la construcción sobre todo de
parques públicos, pero también superficies para viviendas, colegios, zonas
deportivas, áreas industriales, comercios y servicios. Paralelamente al plan
general de urbanización, en 1993/1994 se hicieron, por encargo del Ministerio de
Urbanismo de Berlín, planificaciones urbanísticas básicas con una estructura
puntual, lineal y elíptica. Se eligió el modelo elíptico porque respeta la instalación
histórica del aeropuerto y, en el centro, garantiza una superficie libre continua de
eficacia climática. Teniendo en cuenta la actual sobreoferta de viviendas en Berlín,
un proyecto de construcción de viviendas de ese tamaño sólo podría tener éxito a
muy largo plazo. En 1999, se volvió a revisar el modelo elíptico de la planificación
urbanística básica.

¿Qué será del edificio aeroportuario declarado monumento nacional? En estos


momentos, el Instituto Nacional de Asuntos Inmobiliarios (BIMA) gestiona
instalaciones con una superficie bruta de edificabilidad de aproximadamente
300.000 metros cuadrados y una superficie útil neta de unos 240.000 m2, un 40 %
(100.000 m2) de los cuales actualmente está cedido en alquiler.

El Instituto Nacional ha desarrollado un proceso de toma de decisiones de ocho


fases: redacción de un dictamen sobre la construcción; cálculo de la estructura de
gastos de la instalación (gastos de conservación y modernización); cálculo de los
ingresos (alquiler); redacción de un dictamen económico; desarrollo de estrategias
de actuación (llevar a la práctica la planificación por administración o a través de
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promotores de proyectos); coordinación interna de la planificación (a escala
federal); coordinación externa de la planificación (con el land de Berlín), y
realización de un proceso para que cualquier persona pueda manifestar su interés
(concurso de inversores). Se pretende que el edificio del aeropuerto siga
perteneciendo íntegramente al Estado federal.

El aeropuerto tiene 2.900 oficinas y se podrían habilitar aún más mediante


reformas reversibles de los hangares. Sin embargo, no tendría mucho sentido ya
que sería una lástima desaprovechar esas enormes naves diáfanas: sería mejor
usarlas, por ejemplo, para la producción cinematográfica. Las obras del edificio
del aeropuerto tienen un coste aproximado de 465 millones de euros y las
reformas reversibles costarían otros 35 millones de euros (un total de
aproximadamente 500 millones). Todas las zonas –oficinas, hangares– son fáciles
de comercializar, sólo la enorme terminal supondría un problema, pero se podría
usar para celebrar congresos. Se dejarían de percibir las ganancias que produce
el mantenimiento del tráfico aéreo, pero ello facilitaría considerablemente la
comercialización de todas las demás zonas.

El aeropuerto de Tempelhof está muy bien situado: está bien comunicado, se


encuentra cerca del centro de la ciudad y, gracias al puente aéreo, está bien
equipado. Se han desarrollado siete posibles propuestas de uso: paralización,
continuación, centro administrativo oficial, mezcla de diferentes tipos de
explotación, uso de low budget, leisure y parque de congresos y actividades
creativas.

Las primeras cuatro propuestas no tienen mucho sentido: la paralización del


edificio costaría 8 millones de euros al año (mantenimiento, seguridad, bomberos)
y, además se debería disponer de un fondo de 160 millones de euros para hacer
frente a posibles riesgos. La continuación de la explotación actual sin tráfico aéreo
– dado que las pistas de aterrizaje son demasiado cortas para los grandes aviones
modernos – no es rentable. Un centro administrativo oficial sólo se podría instalar
en los edificios administrativos, pero ¿qué hacer con la terminal, el muelle de
embarque y los hangares? Una mezcla de diferentes tipos de explotación podría
llevar la instalación a una situación de desatención y desorden. Podría tener más
éxito un uso de bajo presupuesto con dedicación específica (por ejemplo, el
mayor mercado de ocasión -rastro – del mundo). Pero las dos últimas propuestas
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hacen prever buenos resultados: ocio y centro de convenciones con hoteles y
congresos; parque de actividades creativas con medios de comunicación,
publicidad, informática, producción cinematográfica y medicina /ciencias de la
salud.

Aún no se ha tomado una decisión respecto de esas propuestas de utilización;


sólo se han descartado ya la paralización, la continuación o la mezcla de usos. Un
plebiscito sobre la conservación del aeropuerto con tráfico aéreo ha tenido lugar
el 27 de abril de 2008. La República Federal de Alemania sabe que tiene la
obligación cultural de conservar el aeropuerto de Tempelhof como monumento a
la historia de la arquitectura, a la aeronáutica y a la historia moderna de Alemania.

La República Federal de Alemania sabe


que tiene la obligación cultural de
conservar el aeropuerto de Tempelhof
como monumento a la historia de la
arquitectura, a la aeronáutica y a la
historia moderna de Alemania.
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Vista aérea del aeropuerto Berlín-Tempelhof.

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