FJORN POWELL

l
El Problema: Los Principales
Obstáculos para el
Autoconocimiento

L, mayoría de nosotros a veces nos pre-

guntamos quiénes somos en realidad. Esto
no es meramente un cuestionamiento ba-
sado en el aire, pues en momentos de re-
flexión profundizamos acerca de qué
estamos haciendo, y qué es lo que nos em-
puja a ello. ¿El por qué, instintivamente
nos gustan ciertas cosas y evitamos Otras?
¿Por qué unas nos encienden y otras nos
apagan?
La teoría del análisis transaccional afir-
ma que, en realidad, hay tres fuerzas que
Aer OAEILAÍ farerscas pue lrchan luchan en nuestro interior: el padre (os
mensajes que nos dieron cuando éramos
derlro de rosolros,
13
14 JOHN POWELL
niños), el adulto (nuestra mente y volun-
tad, el tener nuestros propios pensamien-
tos y hacer nuestras propias elecciones),
y el niño (el almacén de nuestros senti-
mientos y respuestas emocionales). De al-
guna forma, a muchos no nos sorprende
la existencia y lucha de esas fuerzas que,
al chocar unas con otras, con frecuencia,
originan en nuestro interior confusión.
(Para un conocimiento más completo de
estos tres estados del ego, por favor ver mi
libro The Secrez of Staying in Love (El secre-
to para seguir enamorado), publicado por
Editorial Diana en 1993, pp. 103-105).
No cabe duda de que vemos con clari-
dad lo que los otros hacen, van a hacer y
en lo que están. También que al voltear a
mirarnos, encontramos todo tipo de evi-
dencias, en apariencia, contradictorias; es
cuando nos preocupamos por ¿quién soy
en realidad?, ¿qué es lo que quiero en mi
vida? Esto debido a que otros nos han di-
cho cómo ser o qué hacer. Con todas esas
orientaciones lo único que se ha logrado
es que nos preguntemos: ¿quién soy?
Resolviendo el Enigma del Ser 15
LAS TRES DEFENSAS FAMOSAS
(LOSOBSTÁCULOS)
El problema para llegar a conocerse verdaderamen-
te, surge de la incapacidad que tenemos de profundi-
zar dentro de nosotros mismos. En la medida en que
lo tratamos de hacer, con frecuencia, nos detenemos
súbitamente, por lo que parece que nuestro interior
es como granito sólido. La interpretación lógica de
esta situación es que todos hemos desarrollado de-
fensas que nos evitan una confrontación honesta con
nosotros mismos.
Estas defensas son nuestras protecciones. Se han
desarrollado para protegernos y para que la vida no
nos abrume. Sin embargo, también nos impiden
conocer nuestro interior y nuestroyo verdadero. Du-
rante años, han representado barreras que obstacu-
lizan un autodescubrimiento honesto.
PRIMERA DEFENSA: LA REPRESIÓN
A la primera de las tres defensas más comunes se le
llama REPRESIÓN. Con ésta, somos capaces de es-
conder la verdad de nosotros mismos. La reprimimos
enviándola hacia nuestro inconsciente. Cualquier
cosa que no queremos reconocer en nosotros sim-
plemente la bloqueamos de nuestra conciencia por
medio de la represión. Un psiquiatra muy destacado
señala que en promedio, el 90 por ciento de lo que
las personas irreflexivas hacen, dicen y piensan se
16 JOHN POWELL
basa en información inconsciente. Si se les pregun-
tara por qué hicieron tal o cuál cosa, no sabrían la
razón verdadera. No obstante, el lado bueno del asun-
to de la represión es que es igual a la madera que se
sostiene bajo el agua. La información reprimida
siempre trata de salir a la superficie para su recono-
cimiento. En ocasiones, el estrés nos fuerza a consi-
derar lo que en otro tiempo preferimos esconder.
La psicología expone que hay tres niveles en la
mente humana: (1) el consciente, (2) el subconsciente
y (3) el inconsciente. Nuestro consciente está ocu-
pado con todo lo que hacemos y pensamos a cada ins-
tante. En el momento en que leen estas palabras, se
encuentran en su mente consciente. En el subcons-
ciente, tenemos registradas fechas de aniversarios y
cumpleaños, las tablas de multiplicaciones, hechos
y actitudes que almacenamos para recordarlas más
adelante. Esta información está disponible para uti-
lizarla cuando queramos. Por último, en el incons-
ciente escondemos todo lo que no queremos vivir
o enfrentar. Á esta área del cerebro se le llama el
sótano de la mente. No estamos conscientes del pro-
ceso de guardar ni de la información archivada en
ese lugar.
Es importante observar que, lo que hemos alma-
cenado en el inconsciente, está enterrado vivo, no
muerto. Todo lo escondido (hechos, sentimientos,
reacciones, prejuicios) continúa rondando para mo-
lestare influirnos. Situación que se da porque igno-
Resolviendo el Enigma del Ser 17
ramos lo que guardamos y el impacto que tiene en
nuestros pensamientos, acciones y reacciones. Ím-
pacto que fácilmente hace la diferencia en nuestra
vida diaria.
Déjenme darles un ejemplo. Supongamos que €s-
toy resentido con mi madre. Con frecuencia, ella me
aseguraba que estuvo a punto de morir por darme la
vida. Aun así, mis sentimientos hacia ella eran nega-
tivos. Traté de compartir este resentimiento con ami-
gos de la niñez. Pero me dijeron, en lo que fue una
reprimenda, que yo era un ingrato. Ahora no única-
mente tengo resentimiento por mi madre, sino tam-
bién pena por albergar tal sentimiento, Al no poder
vivir con este sentimiento vergonzoso, lo mandé a lo
más profundo de mi inconsciente. Lo escondí en el
sótano de mi mente, en donde ni yo lo viera. El resul-
tado fue que se me quitó la culpabilidad. Fue un des-
plazamiento defensivo, pero más adelante, en mi vida,
tendría muchas consecuencias negativas.
Cabe señalar que, debido a lo que se llama forma-
ción de reacción, llegué a creer que mi madre era como
“unasanta.La formación de reacción significa que esta
idea se programó durante mis años de formación, Esta
compensación pronto se convirtió en sobrecompensa-
ción. Así que valoré su persona o recuerdo fuera de
la realidad. La sobrecompensación de admiración
exagerada mantuvo mi rabia hacia ella, enterrada, por
lo consiguiente, ignorándola.
18 SFOHRN POWELL
Desde esta represión, no estuve consciente de nin-
gún otro resentimiento hacia mi madre. Sin embar-
go, el rencor no estaba en realidad muerto, sino
demasiado vivo, tanto que ejerció influencia en mi
conducta: estalló en todas las situaciones equivoca-
das y se dirigió de la misma forma hacia muchas per-
sonas. Por lo general, a la mayoría de las mujeres:
desahogué mi enojo en ellas. Nunca se me ocurrió
que mi verdadero y disfrazado malestar era, en reali-
dad, mi madre. Esta se convirtió en la lente a través
de la cual miraba yo a otras mujeres.
SEGUNDA DEFENSA: LA JUSTIFICACIÓN
La segunda defensa de la que nos valemos se llama
JUSTIFICACIÓN. Ésta, por lo general, se presenta
cuando estamos en la posición de decidir entre lo
bueno o lo malo. Por lo menos, esta es la situación
más concreta en la que la utilizamos. Al principio,
suele reconocerse muy débilmente la posibilidad de
actuar mal en lo que estamos considerando si opta-
mos por este camino, debemos justificarlo, hasta que
lo hagamos aparecer como bueno, Esto es lo que su-
cede. Mi mente (el poder de saber) propone una elec-
ción a mi voluntad (el poder de elegir). La voluntad
sólo escoge eso que es para beneficio personal. No
elige lo malo como tal. Silo hace tiene que buscar la
forma de que sea visto como bueno. Así, mivoluntad
puede y es la que dirige mi mente. En este caso, mi
voluntad ordena a mi mente justificar ese mal. Como
Resolviendo el Enigma del Ser 19
dice el antiguo proverbio: Ffice a mi medida los hechos,
de acuerdo a mi conveniencia.
Un ejemplo concreto: encontré su cartera. Tiene
mucho dinero, pero también tiene su nombre y di-
rección impresos en forma muy clara. Pienso en todo
lo que podría hacer con su dinero. Suena tan tenta-
dor. Y entre más sostengo esa zanahoria frente al co-
nejo hambriento de mis deseos, más la quiero. Mi
poder de saber, mi mente, ha propuesto una elección
a mi voluntad: quedarme con el dinero, o regresarlo,
Supongamos que escogí lo primero. En este caso, mi
voluntad ordena a mi mente razonar el asunto: debe
hacer que lo que es malo, parezca bueno.
Mi mente, en forma diligente, concluye que nada
tiene de malo quitarle al rico para dárselo al pobre.
Usted es el rico y yo el pobre. Finalmente, mi proce-
so de justificación se completa, y yo soy... Robin
Hood: quito al rico y le doy al pobre. “lodos somos
capaces de este tipo de justificación, de tal autodeli-
rio. Por eso, es indispensable hablar sobre este tipo
de razonamiento con personas en cuyo alcance mo-
ral podamos conftar.
En el mundo de hoy, los medios de comunicación,
- nuestras diversiones y la cultura, no nos ayudan a
ser honestos ni con nosotros mismos. Pero sí, a justi-
ficarnos haciendo mucho del trabajo para nosotros:
logran que lo que al principio parece malo, al final
esté bien. ¿Cómo puede ser malo, si se siente tan bien?
Socialmente, parece que hemos justificado la violen-
20 FOHN POWELL Resoluiendo el Enigma del Ser

cia, la indulgencia sexual, el mentir y robar, a través

primeramente de nuestro vocabulario. La justifica-
ción comienza con palabras. Así que, con la ayuda de
los medios de comunicación como el cine, hablamos
de hacer aun lado a la gente, o nosotros quedamos fue-
ra. En el aspecto de la seducción física, se dice, tene-
mos suerte. En el de la mentira, encubriro andarse por las
ramas. Después de todo, esta es la era de los grandesfrau-
des. Hablamos de responsabilidad en lugar de vileza. Los
medios de comunicación nos han enseñado a expre-
sar con eufemismos el mal. En nuestros esfuerzos para
justificarlo, no podemos darnos el lujo de ser hones-
tos, de nombrar todo con veracidad

TERCER DEFENSA: LA NEGACIÓN

La tercera de nuestras defensas es la NEGACIÓN.
Con ésta cerramos nuestra mente a la realidad que
no queremos enfrentar. Desaparecemos una parte de
ella porque emocionalmente es dolorosa. Un ejem-
plo es la negación de la muerte. Ernest Becker en su
libro que ganó el premio Pulitzer, afirma que todos
tenemos unapsicosis oculta respecto de la muerte. Que
no aceptamos por completo ni las alegrías, ni las tris-
tezas de la vida. Que reducimos la realidad a un de-
terminado tamaño que creemos poder manejar. Harry
Poscrrs veces discutimos sobre lemas verda-
Stack Sullivan, el psiquiatra de relaciones interper-
sonales, llama a esta negación inatención selectiva e dieras, Órcogemos homres 0 PYUYEreÍ de
insiste en que escojamos una operación de seguridad,
part con quienes luchas
algo como una especialidad, y después simplemente
22 JOHN POWELL
neguemos lo contrario. Lo que no encaja en lo que
seleccionamos.
Por ejemplo, si escojo como mioperación de seguri-
dad ser un bromista, tendría que negar todas las tris-
tezas y crueldades de la vida. Esta sería mi manera de
ver la vida. Elijo la posición en la que todo se pinta de
color de rosa. $1 alguien trata de disuadirme de esto en
una u otra forma, le hago saber que mi mente está
cerrada y continúo repitiendo la tesis en la que creo.
Á propósito, mi dirección permanente está del lado
alegre de la calle.
Se me ha dicho que el periodo promedio de nega-
ción para un alcohólico es de siete años. Durante este
tiempo, el alcohólico promedio dirá con sinceridad:
Yo no tengo problema. Lo puedo tomar o dejar.
Por lo general, los miembros de la familia del alco-
hólico se sienten tan desgraciados y/o apenados que
tarabién evaden el problema. “Ay, papi (o mami) bebe,
pero él (o ella) no es lo que se podría llamar un alco-
hólico. No existe un problema verdadero.” Y de esta
forma, permiten que la bebida arruine la vida de to-
dos. ¿No hay problema?
Andy Griffith salió en una película (en televisión)
llamada Under the Influence, en la que caracteriza .
a un alcohólico. Es interesante ver como los miem-
bros de la familia lo cubren y niegan el hecho. Al fi-
sal de la trama, Andy, literalmente ha tomado hasta
morir; la esposa que no aceptó el hecho, está sentada
0 N.T. Bajo la influencia
Resolviendo el Enigma del Ser 23
con su familia y dice: sólo sé que papi va a entrar por
esa puerta en cualquier momento. S1 negar es el nom-
bre del juego humano, entonces es un juego triste y
cruel que nos mantiene viviendo en la irrealidad. Una
vez le pregunté a una alcohólica en recuperación por
qué los alcohólicos necesitaban reunirse. Ella con-
testó: “Porque la negación trata de entrar en tu pen-
samiento y en tu vida. Las reuniones nos ayudan a
enfrentar la realidad; a recordar cómo eran antes las
cosas.”
Así que, de alguna forma es una mentira sobre
nosotros o sobre otros, cuando con sinceridad deci-
mos: “Ay, no, no estoy enojado... No soy celoso... Mi
familia estaba bien, no era del todo disfuncional... En
pocas ocasiones me equivoco... Mi querida madre era
una santa... No, yo nunca mentiría.”
Continuamos despreocupados creyendo y prof1-
riendo estas mentiras sobre nosotros mismos y sobre .
otras personas, mientras la realidad salta a la vista
para los demás o hierve dentro de nosotros. Desgra-
ciadamente, se encuentra todo en el inconsciente,
fuera de nuestro alcance. Nuestras emociones de
enojo o celos sólo pueden escapar a lo quese llama
emociones desplazadas.
Estas emociones no reconocidas casi siempre se
desahogan en la persona o el tema equivocados.
En realidad, pocas veces discutimos sobre temas
verdaderos. Por ello, escogemos a un hombre o una
mujer de paja con quién luchar. “Qué tonta, ccuánto
24 JOHN POWELL
pagaste por esos zapatos?” “Bueno, Harry, ¿vas a com-
poner algún día la reja de la puerta que dijiste arre-
glarías hace cinco años?” Cuando a papi lo molesta
su jefe todo el día y finalmente llega a casa y se resba-
la con los patines, profiere un estallido de malas pa-
labras. Si tú o yo le preguntáramos: destás enfadado
por lo de los patines?, sin duda contestaría: “Claro,
me pude haber roto el cuello con esas cosas.” ¿En
realidad lo cree? Sí, ¿Está tan enfurecido por lo de
los patines? No. Está disgustado por lo que le pasó
en su trabajo, pero es mucho más seguro encoleri-
zarse con los niños. De esta manera, niega que el enojo
es a causa de su jefe y lo desahoga en sus hijos. He-
cho triste: la negación es el nombre del Juego.
EL PRINCIPIO: LAS FORMAS
DE CONVERTIRSE EN IRREAL
Primero, déjenme decirles que disfrazar, actuar, fun-
ción, estrategia, adaptación, fingir, etc., se refieren a lo
mismo. Se trata de las formas en que actuamos y que-
remos encontrarnos con nosotros mismos y con los
demás, las cuales implican una negación de quiénes
somos en realidad. He escuchado decir que entre el
nacimiento y los 5 años de edad, el niño promedio
recibe 431 mensajes negativos todos los días. Ahora,
un mensaje de este tipo no tiene que ser precisamente un
regaño abierto, sino un simple “no, esa no es la for-
ma en que te debes amarrar las agujetas de tus zapa-
tos... Bájate de ahí, te podrías lastimar... estáte quieto,
Resoluiendo el Enigma del Ser 25
tuve un día difícil... Ay, cuidado, ya te ensuciaste la
ropa... Ve a lavarte las manos... Vete a jugar afuera
para que pueda descansar un rato... Por favor, no gol-
pees ese piano; me vas a dar dolor de cabeza... Pon
eso abajo... No deberías hacer eso... N1 siquiera lo
pienses... ¡No toques eso!... ¡No, eres demasiado pe-
queño!... Arruinarás tu cena”. Y así consecuentemen-
te 431 veces al día. No cabe duda que, las primeras
impresiones son las más duraderas, casi todos desa-
rrollamos durante estos primeros años, complejos de
inferioridad agudos, los que cargamos y retenemos
de por vida: así comenzamos nuestro trabajo mejor
conocido como “a la defensiva”.
Reprimimos nuestros verdaderos sentimientos
porque parecen inaceptables para otros. Racionali-
zamos que para sobrevivir, debemos comportarnos
de manera aceptable o, por lo menos, que otros no la
desaprueben. Tal patrón de conducta no contribuye
a nuestro crecimiento personal. No obstante, sabe-
mos que. estas máscaras nos permiten continuar
nuestra vida, sin más mensajes negativos. Al hacer
esta adaptación negamos nuestra esencia y, por con-
siguiente, originalidad. Para tener la aprobación de
nuestros padres o compañeros perdemos nuestra
propia ¡libertad!
El primer paso de este proceso es elegir una adap-
tación, una función, una máscara, o la negación: una
estrategia que nos llevará por la vida con un daño
mínimo, para proteger nuestra ya tan lastimada au-
26 JOHN POWELL Resolviendo el Enmpgma del Ser

y)
e]
toestima. La función, adaptación, o máscara por la El que se preocupa.
que optamos, depende de nuestro temperamento, El buen tipo.
habilidad e inclinaciones naturales, el lugar de naci- El artista.
miento ocupado en nuestra familia, o la forma en El alma víctima.
que creemos poder hacernos notar oevitarlo. Así, al- El márur.
gunos nos volvemos tímidos y otros, sociables. Unos, El ejecutor.
atletas, mientras otros más crecen como intelectua- El exitoso.
les. Nos convertimos enla pequeña ayuda de mamá ola El pensador.
pequeña molestia de mamá, dependiendo de como va- El cerebro.
yamos por la vida y obtengamos la atención necesa- El leal.
ria más fácilmente. . El fiel.
A un joven, a quien le di clases hace muchos años, El feliz.
le estaba yendo mal en mi curso. Por eso, un día le El líder.
pregunté *cestás tratando de reprobar el curso?” Me El negociador.
sorprendió su rapidez al contestar: “sí”. Entonces, le El obediente.
volví a preguntar: “¿por qué?”. Me dijo, con gran di- El confiable.
ficultad, que había sido el orgullo y la alegría de su
El que hace la paz.
padre cuando tenía diez años. Después, su progeni- El chistoso.
tor estuvo demasiado ocupado (famoso) para jugar El atleta.
con él y poder escucharlo recitar, etc. El muchacho El complaciente.
terminó con esto: “Ahora sé que mi padre se preocu- El difícil de complacer.
pa por mí cuando me grita. Y me grita siempre que El que crea problemas.
repruebo un curso”. Creo que el título de esa can- ¿Otro?
ción es: “Lo que hice por amor”.
¿Cuál de estas estrategias ha desempeñado en la El problema es que la negación en forma gradual,
vida? Está bien si opta por más de una. pero segura, se convierte en nuestro juego. Se vuelve
una forma de vida. Hemos practicado nuestro papel
El perfeccionista. durante tanto tiempo y tan bien que, actualmente, es
El reformista. muy dificil distinguir nuestro ser verdadero del pre-
El amante. tendido. Á partir de esto, posiblemente alguna vez
28 JOHN POWELL Resolviendo el Enigma del Ser 29

necesitaremos de un gesto amable de nuestros ami-

gos, es decir, de que sean honestos y objetivos con
NOSOTTOS.
Me viene a la mente el recuerdo de un amigo, cuya
principal aspiración en la vida era convertirse en
actor. Todas sus emociones eran fabricadas, no genui-
nas, Cuando se confrontó con esto, explicó que toda
su vida había estado entreteniendo a otros. Él era la
distracción asignada en casa, desde los 5 años de edad.
La función que desempeñaba en su familia, era la de
actor. Una vez me citó el viejo dicho: Una vez que
aprendes a fingir sinceridad, ya la hiciste.
También, el de un joven que estaba muy celoso de
su novia. Insistía en saber dónde había estado de las
11:30 a las 11:45. A pesar de esto, tenía algo a su fa-
vor: era muy honesto. Comentó que sus padres se
divorciaron, porque su padre le había sido infiel a su
madre. Que ésta le había contado sobre el engaño de
su padre. Le debo haber preguntado en cinco dife-
rentes ocasiones sobre ello.
Tenía que ver con sus propios celos y posesividad.
Finalmente, después de una reflexión honesta en su
alma, lo aceptó. La negación es el nombre del juego,
y no muere fácilmente. La negación es también la
fuente de nuestra justificación personal. Creemos
que nuestra máscara es nuestro verdadero yo. Esta es
Arteta VER CICEROS que ULEAD MÁÉSCAS
mi forma de ser. Astera desde el principio, así soy ahora, y
así seré para siempre, decimos. Es una buena forma de
Es nuestro verdadero Yo.
30 FOHN POWELL
posponer una confrontación con la verdad, de evitar
cambiar y nunca crecer.
Aunque de forma breve, esto es parte del proble-
ma para adquirir autoconocimiento, Al tener un ego
herido, representamos una función, nos ponemos
una máscara. Reperimos esa función u ocupamos la
máscara durante tanto tiempo que, llega el momento
en que nos preguntamos dónde termina la actuación
y dónde comienza el verdadero yo. También, ¿quién
soy en realidad? La respuesta está oculta por nues-
tra actuación o máscara. Los bloqueos de represión,
justificación y negación nos impiden dejar nuestro
papel o quitarnos la máscara. Simplemente, no co-
nocemos a nuestroser verdadero.
PREGUNTAS PARA REFLEXIONAR
l. ¿Qué preguntas se ha hecho acerca de
usted mismo que no haya podido contes-
tar? (Como, ¿por qué me siento atraída(o)
por esta persona o cosa y repelo esa otra?)
2. Recuerde tres hechos diferentes en los
que uno de los tres estados del ego (el
Padre, el Adulto o el Niño) predomina-
ron en usted. ¿Cuál de éstos controla por
lo general su pensamiento y conducta?
3. ¿Qué es lo que piensa de la opinión psi-
quiátrica respecto de que el noventa por
ciento de lo que dice, piensa, hace y sien-
Resolviendo el Enigma del Ser 31
te la gente irreflexiva, se basa en la infor-
mación inconsciente?
La mente inconsciente permanece act-
va en nosotros aun cuando dormimos.
Reviste la materia de nuestros sueños.
¿Qué significado tienen éstos en su vida?
¿Lo castigan o lo premian? ¿Qué cree que
esto significa?
¿Qué piensa que puede hacer para ras-
trear su propto inconsciente? ¿Valdría la
pena?
Identifique una ocasión de racionaliza-
ción de su propio pasado. ¿Cómo lo han
ayudado a racionalizar los medios de co-
municación, el entretenimiento?
¿Cuál es su propia operación de seguridad,
y su consecuente desatención selectiva?
¿Trate de recordar un periodo de su vida en
el que negaba algo que ahora admite? ¿Ha
experimentado la negación usted o por
medio de otros? ¿Usted o alguien que co-
noce experimenta la negación relacionada
con el alcoholismo u otras adicciones?
¿Cuándo o con quién, la mayoría de las
veces, desplaza sus emociones argumen-
tando respeto al tema equivocado?
 JOHN POWELL

10. ¿Qué actuación le fue asignada? O ¿qué

máscara utiliza ahora? ¿Se considera
abierto y honesto (¡lo que ve es lo que ob- T
tiene)? ¿Tiende a ver a través de su pro-
pia máscara?
La Teoría:
Nuestro Pasado como Prólogo

S e ha dicho que el cerebro humano pesa

alrededor de tres libras. Los científicos
señalan que es la computadora más per-
fecta jamás inventada. Almacena cuatrillo-
nes de recuerdos y mensajes. De hecho, los
neurólogos calculan que sí se llegara a
crear una computadora para almacenar
todo lo que éste retiene, tendría diez pisos
de altura y una extensión que cubriría el
estado de Texas. Todo lo que hemos vivi-
do, ustedes y yo, desde las experiencias pre-
natales hasta ahora, está registrado en esa
área tan sensitiva y retentiva mejor cono-
cido como cerebro. Por supuesto, no po-
demos recuperar toda la información

33
34 JOHN POWELL Resolviendo el Enigma del Ser 3S

cuando la necesitamos. El problema de la

memoria es recordar. Es obvio, que parte
del material almacenado en nuestro cere-
bro es anterior a nuestra memoria activa,
la que por lo general, comienza aproxima-
damente de los tres a los cinco años. Hay
otra información que se ha reprimido en
silencio, pero con efectividad: se justifica
o simplemente niega su existencia. No obs-
tante, permanece en nuestro cerebro e in-
cide en nuestras acciones y reacciones.
Es muy importante saber que el mate-
rial almacenado es lo que nos hace segu-
ros e inseguros. También que uno parece
un poco tonto cuando juzga la motivación
y la intención del ser de otros. ¿Cómo se
supone que sé lo que está grabado en el
cerebro de otra persona? ¡Si ni siquiera co-
nozco lo que está en el mio!

NUESTRO PASADO INFLUYE EN GRAN

MEDIDA SOBRE NUESTRO PRESENTE
Mi teoría es la siguiente: lo que viene a nosotros en
forma de pensamientos, sentimientos O acciones,
surge de lo que está almacenado en nuestroser, Si me
enojo, o soy envidioso, es porque hay ira o envidia en
mí. Y lo más seguro es que han estado conmigo du-
Vercstro pasado ÍE CORNVLEICE EL elirólogo
rante mucho tiempo. $1 existe mucha ira, con fre-
debpresente $ el fuburo de nuestras vidas.
36 JOHN POWELL
cuencia se desparramará en varias direcciones. Seré
un hombre con un temperamento muy parejo: siermn-
pre enojado por algo. Pero, ¿qué fue lo que originó
que el rencor estuviera en primer lugar? Esta pre-
gunta conduce a la segunda parte de mi planteamien-
to. Estoy seguro de que eso que guardo en mi interior,
se remonta a otras etapas de mi vida, Puede ser que
se haya modelado para mí, o que lo haya incorporado
como parte de miactuación, o que sea el resultado de
mi interpretación de un hecho que sucedió o no, en
los primeros años de mi vida. Nuestro pasado se con-
vierte en el prólogo del presente y el futuro de nues-
tras vidas.
Ahora bien, cuando detecto por vez primera algo
en mí, me resulta difícil relacionarlo con un aconte-
cimiento o una interpretación del pasado. Este hábi-
to recién descubierto suele ser como las raíces de
un árbol, se extiende en muchas direcciones. Por lo
general, encuentro que por lo menos varias influen-
cias e interpretaciones contribuyeron para este nue-
vo hallazgo.
Sin duda alguna, hay otras vecesen las que sé que
un hecho ha puesto una sombra sobre mi y sobre mi
vida. La interpretación de ese acontecimiento me con-
vierte en una persona distinta. En este caso, casi ex1s-
te un click de reconocimiento. Á propósito digo
interpretación, porque no es lo que en realidad me su-
cedió, sino más bien lo que creí que pasó y permane-
ce activo en mí. Como todos sabemos, lo que en
Resolviendo el Enigma del Ser 37
realidad cuenta no es lo que decimos, sino lo que la
otra persona escucha.
Más adelante, en otro capítulo, les demostraré esta
teoría con ejemplos concretos de algunas personas; pero
ahora, permítanme comenzar con uno mío.
UNA EXPERIENCIA PERSONAL CON
MATERIA INCONSCIENTE: EL TALLER
Hace muchos años tomé un taller experimental so-
bre comunicación. Quisiera suponer que asistieron
sesenta o más personas durante esa semana. Ántes
de iniciar, fuimos divididos en grupos pequeños de
cinco o sels personas. En una sesión, a media sema-
na, nos reunieron a todos en un salón grande rectan-
gular. Nos sentaron junto a las paredes para la
práctica de la música que ejercita su cuerpo.
Nos aclararon que se tocaría algo de música, y
que sólo cuando quisiéramos hacerlo, cada uno de
nosotros podría pasar al centro. Ahí dejaríamos que
el ritmo moviera sólo las partes de nuestro cuerpo
que reaccionaran espontáneamente a los sonidos. Así,
la música comenzó.
Tres cuartas partes de la canción ya se habían es-
cuchado, y observé que nadie se aventuraba a bailar.
El centro del salón estaba vacío. Entonces, decidí rom-
per el hielo. Pasé al centro e hice mis piruetas más
graciosas. Rápidamente, otros me siguieron. Me di
cuenta que algunos Únicamente movían sus dedos.
Otros, caminaban con lentitud, casi sin percibirse.
38 JOHN POWELL
Después, los facilitadores nos indicaron que el obje-
tivo era correlacionarla apertura emocional con la aper-
tura física.
Al día siguiente, estábamos de regreso en nuestros
pequeños grupos. Nuestra facilitadora, como si fue-
ra buitre, comenzó, poco a poco, a rondar alrededor
de nuestro equipo. Una compañera, a la que consi-
derábamos como la dama frágil, de pronto, comenzó
a sollozar. Creo que la mayoría de nosotros había
intuido que era como una muñeca Desdén, que se rom-
pería con el impacto. Ante su emotividad, nos
compadecimos. Cuando lo hizo de forma más fuerte,
todos la mirábamos pasmados. Nos preguntábamos
que era lo que había pasado. Realmente, nadie le ha-
blaba mucho. Sin embargo, de repente, se sentó ahí
gimiendo y llorando. Yo estaba muy conmovido, por
lo que le pregunté qué le sucedía. Creí que había per-
dido algo. Llena de lágrimas, dijo abruptamente: “Ay,
usted y yo sabemos que no estoy participando en este
grupo. Pero, es que no puedo. Ni siquiera soy yo. Si
tuviera un secreto en mi corazón, con gusto lo saca-
ría y se lo mostraría.” De inmediato, sentí pena por
ella, y me di cuenta que me derretía de compasión.
Traté de reconfortarla con: “Vamos. Lo está hacien-
do lo mejor que puede, y eso es todo lo que cualquie-
ra espera de usted.”
No obstante, nuestra facilitadora pensó lo contra-
rio y, de una manera poco usual y grosera, regañó al
grupo completo: “Ustedes sólo son una bola de
Resolviendo el Enigma del Ser 39
_ peleles. La Soñadora aquí (tenía apodos para cada uno
de nosotros) es el ama manipuladora. Lo ha hecho
con el grupo entero durante días y ninguno se ha
percatado.”
La facilitadora, a quien llamábamos la Dama Dra-
gón a sus espaldas, procedió a explicar: “Existen dos
formas de manipulación: la primera es mediante la
fuerza, alzando la voz. La segunda —continuó—, pre-
tendiendo debilidad, amenazando con llorar o des-
plomarse. En realidad —dijo— la segunda es más
efectiva con la mayoría de las personas, pues, por lo
general, todos en una familia se preocupan por el
bebé.
Y esta —dijo señalando a La Soñadora— es su bebé.
Ella los ha manejado durante cuatro días. Á veces,
me sentí muy molesta con ella. Otras, lo único que
sentía, era pena. Sí, sabe muy bien que hacer, pero
argumenta que no, porque prefiere rendirse antes que
salir adelante. Ha controlado.al grupo, ya que logró
que sienta pena y deseo de protegerla. Y esto es ma-
nipulación. Prefiere la manipulación a una comuni-
cación honesta.”
Debo reconocer que, a pesar de esto, estuve del
lado de La Soñadora, así que interrumpí el implaca-
ble ataque de la Dama Dragón con: “oye, ¿no crees
que eres más bien severa con ella?”. La instructora
me contestó bruscamente: “calla, hablador (mi apo-
do). Tú eres el siguiente.”
40 JORN POWELL Resolviendo el Enigma del Ser 41

Así que me hundí en mi silla a la vez que trataba

de hacer contacto visual con La Soñadora. Quise
hacerle saber que estaba de su lado y no del de la
facilitadora. Cuando finalmente lo logré, ella me
sorprendió. Admitió ante el grupo: “Ella tiene razón.
He hecho esto toda mi vida. Digo “no puedo” porque,
de esta forma, nadie me cuestionará más adelante. Si
yo dijera “no voy a...”, alguien podría preguntarme por
qué.” Estoy seguro que fue un momento de verdade-
ra honestidad y autodescubrimiento en la vida de La
Soñadora. Se había confrontado con su pasado. Por
lo menos, en parte, reconoció su verdadero yo.
Una vez ya revelada la verdad de La Soñadora,
la Dama Dragón se volteó hacia mí. “Bien, hablador
— preguntó con dulzura (y también en forma suspi-
caz)— ¿cómo se sintió de ser el primero en pasar al
centro del salón anoche en el ejercicio de la música
que ejercita su cuerpo?” Admití que bien, porque otros
rápidamente siguieron mi ejemplo, porque tuve éxi-
to al romper el hielo. Ella contestó enojada: “¿Sabes
una cosa? Tienes el complejo del Mesías. Te has pro-
puesto haber nacido salvador, ¿no es cierto?
Lo hiciste anoche por todo el grupo. Y esta maña-
na, por La Soñadora. ¿Acaso se te ocurrió pensar, en
algún momento, que si no te hubieras levantado ano-
che alguien más tímido y más inhibido que tú podría
haber ganado una victoria muy valiosa sobre el ser?
En reabdad, sufrir Es ur reLlo Yuna
Apuesto a que tampoco pensaste que La Soñadora
era capaz de hablar por sí misma. Ella podría haber rotunda ¡var te CrECEA,
42 JOHN POWELL Resolviendo el Enigma del Ser 43

dicho: “¡Cálmate, eso es más de lo que puedo sopor- un salvavidas. Da pescado a una persona y comerá
tar!” Pero no, rompiste el hielo por el grupo y hablas- un día. Enséñale a pescar y comerá durante toda la
te por La Soñadora.” vida.” Click. Vienes razón!
De inmediato, sentí el click del reconocimiento. Su
confrontación me ayudó a enfrentarme a mí mismo. PARTE DE MI ACTUACIÓN: EL SALVADOR
Algo de mí había salido a la superficie, de mi mundo
Posteriormente, reflexioné acerca de mi propia ac-
inconsciente al consciente. Siempre reconozco que
tuación como salvador. Es penosamente cierto. Ten-
nunca aprendí más de alguien que no me gustara,
go la fuerte tendencia a ser Sr. Componedor. Me doy
como de esa facilitadora. Por lo menos, dije muchas
cuenta cómo he tratado de aliviar el dolor de otros. -
veces, ¡tiene razón! Me di cuenta que mi tendencia
Quise agitar mi varita mágica sobre ellos para des-
de salvar a otros, era tan antigua como la de La Soña-
aparecer todos sus problemas. En sus momentos de
dora por manipular a otros. En esos momentos de con-
angustia, siempre traté de darles palabrasmágicas re-
frontación, ambos habíamos aprendido algo más de
confortantes. Y, por supuesto, con frecuencia sentí
nNOSOTTos.
la frustración del fracaso al no poder ayudarlos o
Pero la Dama Dragón aún no acababa conmigo. Co-
consolarlos. Esto, para mí era un fracaso. Hasta don-
mento además: “Eres tan sonso que apuesto que hasta
de me conozco, por lo menos en el pasado, siempre
das consejos.” Al momento supe que había pasado
he querido que los demás estén bien para que yo me
demasiado tiempo escuchando a otros y, por lo tan-
sienta exitoso. Claro que, durante mucho tiempo, lo
to, aconsejándolos. Así que pregunté, “qué es lo sonso
negué. Reprimí el reconocimiento que necesitaba, y
de aconsejar?” Y ella contestó “eres tan sonso,
lo justifiqué dando ayuda a otros. “Tuve que rectificar
que ni siquiera sabes qué es lo sonso de dar conse-
mi actitud hacia el sufrimiento, el que, en realidad,
jos”. “Entonces, ayúdeme”, contesté molesto e im- es un reto y una oportunidad para crecer. Lo que yo
paciente.
hacía erá evitar que la gente sufriera para que pudie-
Ella explicó: “Cuando un adulto le pregunta a otro:
ra estar agradecida conmigo.
“¿qué debo hacer”, y el segundo le da la respuesta, le
Desde el punto de vista de la madurez, estoy con-
está permitiendo esa debilidad en lugar de ayudarlo
vencido que este papel de ayudador sólo fue parte de
a ser una persona fuerte dejándolo que tome sus pro-
mi propia adaptación. Yo quería (y de alguna forma
pias decisiones.” Después, concluyó: “Empujas a la
necesitaba) ser considerado como un buen tipo. Sen-
gente al mar profundo para después arrojarle
44 JOHN POWELL
tía tranquilidad cuando pensaba en toda la gente
que había confortado y consolado, y más aún por
los que había tomado decisiones. En lugar de ense-
ñarles a utilizar su propia fuerza, los hice débiles al
darles la mía. Fue un momento de discernimiento que
me impulsó a cambiar. Espero que antes de que ter-
minen estas páginas, a ustedes les suceda lo mismo.
Llegamos a conocer nuestro verdaderoyo muy lenta-
mente y, por lo general, empezamos cuando recono-
cemos primero nuestra actuación o careta. Todo
conocimiento, si es aceptado y trabajado, nos cam-
bla... para siempre.
¿QUIÉN CONDUCE TU CAMIÓN?
Tengo un amigo, Earnie Larsen, quien considera la
importancia de las influencias e interpretaciones
pasadas, y la expone de una forma muy gráfica. En
realidad, nuestro pasado se refleja en nuestro pre-
sente, Él pregunta a su público, ¿quién conduce su
camión? Para saberlo, narra la historia de un niño
pequeño, el cual observa cómo su padre en repetidas
ocasiones abofetea a su mamá. El pequeño se siente
totalmente impotente para detener a su papá. Lo
único que hace es encogerse de miedo abajo de una
mesa. Está totalmente asustado debido a la brutali-
dad del espectáculo. Sin embargo, en su interior, gri-
ta en secreto: “nadie jamás me intimidará o abusará
de mi!” A través de los años, desarrolla una hostili-
Resolviendo el Enigma del Ser 45
dad verdadera hacia todas las personas que tratan de
dominarlo o intimidarlo.
Después de un tiempo, el infante se convierte en
un adulto. Al ir conduciendo un camión, de repente,
ve cómo un coche se acerca y se cambia a su mismo
carril para rebasar a otro. Él rechina los dientes, y
explota en su interior la vieja promesa de, inunca
nadie me intimidará! Hay un choque de frente, en el
que los dos conductores se matan.
La pregunta es ¿quién conducía ese camión? Es
obvio que aquel niño pequeño. Llevó la determina-
ción de su infancia durante todo el camino, hasta su
tumba. Ahora ustedes y yo debemos cuestionarnos,
¿quién conduce mi camión? ¿Quién determina mis
acciones y reacciones? La verdadera respuesta yace
enterrada en nuestra mente o mundo inconsciente,
o en nuestro pasado olvidado. Pudiera ser sólo una
niña o niño pequeño quien actualmente manipule
con disimulo muchas de mis decisiones, o conduzca
mi camión. Y yo aún no lo sé.
No cabe duda que nuestro pasado influye en gran
medida sobre nuestro presente.
PREGUNTAS PARA REFLEXIONAR
1. Es innegable que nuestro cerebro regis-
tra todas nuestras experiencias. Bueno,
al menos, registra la interpretación que
les damos. Si todo esto es cierto, enton-
46
JOHN POWELL Resolviendo el Enigma del Ser 47

ces cpor qué (esto resulta hasta tonto) ¿Usted más bien sería el salvador o el sal-
juzgamos la responsabilidad de otro? ¿AL vado? En el tan conocido sendero de la
guna vez ha juzgado con exactitud? Dis- confianza, ¿sería usted más bien el líder
tingue las acciones, la motivación, la o el queconfía a ojos cerrados? ¿Qué es lo
responsabilidad. que esto implica para usted?
La mayoría de las veces, un hecho de ¿Quién conduce el camión en su vida?
nuestra vida pasada es muy distinto de la ¿De qué forma un hecho o una serie de
interpretación que le hemos atribuido. acontecimientos de su pasado influyen
¿Por qué nuestra interpretación es sólo la sobre su conducta y sus decisiones actua-
que se registra y persiste en nosotros? les?
¿Tiende a poner en práctica el poderen las 10, Haga una lista de los hechos más impor-
relaciones o en forma instintiva lo cede a tantes y de más influencia en sus prime-
otra persona? Por lo general, des usted del ros años. ¿Cómo lo afectan ahora?
UPO de persona que se queda con la respon-
sabilidad o del tipo quesigue al líder?
¿Existe alguna experiencia similar en su
vida a la que tuve en el taller de comunica-
ción? Si es así, ¿qué fue lo que aprendió
de ella?
¿Qué es manipulación? ¿Hay algo de malo
en ésta? ¿Su tendencia a hacerlo es por
medio de la fuerza, o de la debilidad?
¿Es más difícil para usted ayudar, o reci-
bir la ayuda? ¿Por qué?
¿Por qué no es inteligente que un adulto
dé consejos a otro adulto? ¿Por lo gene-
ral, qué es lo que está detrás de la tenta-
ción de aconsejar?
| IM
Confirmación por Ejemplos:
Reflejos del Pasado

Co todas las personas que conozco

Gncluso yo) tienen hábitos, tendencias, de-
bilidades y fortalezas. Y entre más conoz-
co a la gente, más considero que esos
rasgos son consecuencia de nuestra vida
pasada. Claro que, la mayoría de las veces,
no estoy muy seguro sobre cuál es el ori-
gen. De lo único que sí es de lo obvio de esas
características. También de que aunque se
formaron en el pasado, es decir, de cosas
sucedidas e interpretaciones dadas, siempre
reaparecen en nuestras reacciones presen-
tes hacia la vida.
Por supuesto que la persona en quien
esto es más obvio es en mí mismo. Con fre-

49
S0 JOHN POWELL
cuencia, detecto mis tendencias adquiri-
das en mi pasado. Veo cómo surgen algu-
nos de los hábitos de mi padre en mi propia
vida. Repito otros de mi madre en mis
acciones y reacciones. Todavía recuerdo
hechos aislados que me han influido en lo
más profundo. Estas circunstancias del
pasado forman mi comportamiento actual.
G.K. Chesterton manifestó una vez que
no sabemos con precisión cuál fue el
pecado original de Adán y Eva. Sin embar-
go, al conocer la historia y los hechos hu-
manos, podemos afirmar que algo estuvo
mal. Creo que también puedo decir esto
de mis alumnos. Si están preocupados
constantemente, de alguna forma sé que
es por acontecimientos sucedidos en su
pasado. En los ejemplos de este capítulo,
esto es evidente.
Porlo tanto, mi teoría es que todos nues-
tros pensamientos, sentimientos, ace1ones
y reacciones surgen con base en todo lo que
registramos en el pasado. Esta teoría se
cumple en todos. También en usted.
EL NIÑO DEPRESIÓN Y LACARA TRISTE
amigo,
Recuerdo que cuando me reuní con un viejo
foto con
le di una cámara para que me tomara una
Resoluiendo el Enigma del Ser 51
sus hijos. Cabe aclarar que los niños estaban un poco
inquietos y no quisieron posar para una foto formal.
Después de angustiarse durante diez minutos el
pobre hombre me entregó la cámara sin haber
hecho click. Me explicó: “Como ves, no pude tomar
la foto porque creí que desperdiciaría tu rollo.” Es-
taba claro que quien conducía el camión era el Niño
Depresión.
Otro ejemplo: una vez me encontré a uno de mis
alumnos. Era un joven bien parecido, con rasgos fa-
ciales finos, piel de buena textura, etc. Pero el sem-
blante de su cara era como para un funeral. Así que
le dije en privado: “Bob, eres muy bien parecido, pero
tu cara es siempre tan infeliz.” “Sí, lo sé” —Jamentó.
Mientras continuamos hablando, me dijo que había
sido adoptado cuando era un bebé. Lo supo desde
que era niño. Insistió en que sus padres adoptivos
nunca lo habían rechazado, pero que suponía que si
de alguna forma los disgustaba, lo enviarían a un lu-
gar donde cuidan a los niños. Agregó, que la única
persona que lo había amado de forma que lo hizo sen-
tírse aceptado por completo, era su abuela adoptiva.
Ella murió cuando tenía seis años,
En su lecho de muerte, el pequeño Bobby le supli-
caba: ¿No te mueras abuela.” Ella le respondía: “Ay
Bobby, después de todo, tengo que morir algún día.
Además, tú vas a salir adelante.” “No puedo, abue-
la.” Me dijo que cuando falleció: “fue como si alguien
hubiera apagado todas las luces de mi vida”. De pron-
 JOHN POWELL Resolviendo el Enigma del Ser 53
S2

to, comprendi el dolor reflejado en su cara. Era el de

un pequeño que preguntaba, “¿me van a enviar de
regreso a un lugar donde cuidan a los niños?” Era el
rostro que suplicaba a su abuela: “por favor, no te
mueras abuela”. Un niño pequeño era el que condu-
cía actualmente el camión de su vida. Es el que toda-
vía ve el mundo con una expresión de dolor en su
cara.

Ta no pequeño era el. que condeóa
ahora cé camión de dit cda.
UNA EXPLOSIÓN Y UN
DESACUERDO EN CLASE
Un día, otro de mis alumnos explotó en clase. Había-
mos estado platicando sobre la decepción. Yo había
dicho: “nosotros estamos un poco, o un mucho, de-
cepcionados, pero de alguna forma, todos lo esta-
mos”. Fue en este momento cuando apareció su
enojo. El joven gritó: “la iglesia nos ha decepciona-
do. Usted nos ha decepcionado”. Después de su
arranque, no quiso hablar. Posteriormente, me dijo
en privado que su padre era ministro y pastor de una
iglesia; que él siempre había querido estar cerca de
su progenitor, pero que su madre siempre parecía
interponerse. También, me dio a entender que era
homosexual.
Y continuó: “yo era la clase de niño que usted que-
rría golpear. Así que todos los días, después de la es-
cuela, me daban mi paliza y me Iba a casa”. Una vez
conocidos los antecedentes del muchacho, comprendí

54 JOHN POWELL
mejor su cólera. Todo ese odio que albergaba,
el del niño que trataba de estar cerca de su padre y
era golpeado todos los días. Era un odio reprimido
en el pasado, pero que estalló ese día en clase. El pe-
queño todavía tenía el control total, conducía el ca-
mión de la vida del joven, dirigiéndola al desastre.
En otra ocasión, otro estudiante me dijo que él
estaba en desacuerdo con todo. Tragué saliva ante la
palabra todo. De cualquier forma, más adelante supe
que cuando él tenía la edad de cinco años, su madre
lo despertó para informarle que se tenía que ir a vi-
vir con su padre, de quien estaba divorciada. “Me die-
ron un trabajo con pensión, y ya no puedo hacerme
cargo de ti.” Después, añadió: “me sentí rechazado
por mi propia madre. En mis primeros años de ju-
ventud, me metí en las drogas. Desde entonces, he
tenido amargura por todo y para todos”.
En realidad, nuestro pasado tiene una gran influen-
cia en nuestro presente.
Posiblemente, algún día, este joven sea capaz de
deshacerse de ese profundo sentimiento de odio. Sólo
espero que, cuando sea adulto, quite el timón de las
manos del niño que fue rechazado por su madre a la
edad de cinco años.
EL ABAD... Y MIAMIGO
Thomas Keating fue abad en un monasterio en
Spencer, Massachusetts. En su libro Open Mind, Open
Resolviendo el Enigma del Ser 55
Heart”, recuerda esos días. Expone que muchos de
era
los que estaban bajo su dirección parecían tratar Con
sus padres en lugar de con él. Casi todos nosotros
tenemos estos vestigios juveniles. Desplazamos nues-
tras emociones confusas sobre asuntos y personas
equivocadas. Todo lo que nos ha sucedido queda re-
gistrado en nuestro cerebro. Esta información nos
ocasiona determinadas acciones o reacciones. S1 que-
remos cambiar, debemos comenzar con el siguiente
reconocimiento: lo que se ha grabado en nuestro pa-
sado, afecta nuestra vida futura.
En mi juventud, tuve un amigo que, desde ese en-
tonces, perdió la razón. Durante años, hemos estado
en contacto. En sus momentos de lucidez, es muy
honesto y directo respecto a su enfermedad mental.
Una vez, mientras lo visitaba en uno de esos perio-
dos de lucidez, le pregunté si sus doctores le daban
alguna psicoterapia: “¿Han investigado si algo den-
tro de ti te causa tu mal?” Su respuesta fue: “No, una
vez que te clasifican como enfermo mental, te aban-
donan por tu incapacidad de darles respuestas lóg1-
cas. Así que sólo te drogan y te recetan, “Ie hacen
preguntas como: “¿está durmiendo bien?” etcétera”.
Así que, lo volví a interrogar acerca de si alguna vez,
había investigado por su cuenta o se había hecho esas
preguntas terapéuticas.
“Ay —dijo—, de todo lo que me puedo acordar es
que me quedaba en la escuela el mayor tiempo posl-
*N. del T. Mente abierta, Corazón abierto
s6 JOHN POWELL
ble. No quería llegar a mi casa.” Nuevamente cues-
tioné: “¿y qué era lo que había ahí que no querías
enfrentar”. “¡Mi madre! —casi gritó—. Siempre me
estaba corrigiendo. Después de que una visita se iba
de mi casa, ella hacía una lista de todos los errores
que había cometido.” Debido a que su psicosis es
como una exageración religiosa, él se volvió muy es-
crupuloso. “Ay, no debí haber dicho eso... no sobre
mi propia madre.” En vano, traté de asegurarle que
únicamente me estaba dando sus impresiones; que
podrían no haber sido hechos. Pero el niño en él, te-
nía una firme adherencia al timón. Recuerdos e 1m-
presiones del pasado están presentes en su mente y
su vida actual.
LA DAMA QUE AGRADABA O
DESAGRADABA... Y LOS DOS HERMANOS
Cierta vez, al hablar con una mujer mayor, observé
que comenzaba cada oración sobre otra persona Con:
“Creo que yo le agradaba... creo que no le agradaba...”
Con sutileza le llamé la atención acerca de esto, a lo
que de inmediato dijo: “Ah, esa es mi madre. Siempre
decía: “si te vistes, hablas o piensas así, le agradarás O
no a la gente”.” La mujer se las arregla por sí misma,
pero la madre de su niñez todavía le agita el dedo fren-
te asu cara, dictándole si a la gente le gustará o no le
gustará ella.
También conocí el caso de dos hermanos. El más
grande siempre estaba enojado, y con frecuencia ver-
Resolviendo el Enigma del Ser 57
tía su enfado en suhermano niño. Había una diferen-
cia de edad de entre dos o tres años. Le platiqué a un
amigo psiquiatra de ellos, y me escandalizó por lo que
aseguró: “¿El hermano más joven le robó al mayor a
su mamá?” “¿Lo hizo?” —dije sin aliento—, “¿cómo
lo sabes?”. Mi amigo me pidió que imaginara a un
niño de dos años, viendo en el regazo donde una vez
se sentó a un nuevo bebé. El más grande se siente
rechazado y se pregunta “¿de dónde salió este niño?”.
“¿Por qué son para él todos los cariños que eran míos?”
Le mencioné que el mayor es el favorito de ambos
padres. Obtuve una sonrisa psiquiátrica de recono-
cimiento: “uy, eso es dejar una gran responsabilidad
en un niño pequeño ¿verdad?, ya sabes, usted es el
favorito. Usted es en quien confiamos”. Nunca antes
pensé en esto, pero también es el ejemplo de un niño
que conduce el camión a través de una vida de adul-
to. Así que, le volví a preguntar: “los hombres ahora
tienen cincuenta y tantos años. ¿Aún puede el ma-
yor tener ese resentimiento de la niñez y sentir la
responsabilidad de ser el favorito?” Nunca olvidaré
la respuesta: “Sí, claro, a menos que lo haya hablado y
se haya enfrentado con su propia conducta.”
EL PRISIONERO DE LA SEGUNDA AVENIDA
Me han dicho que el arte imita la vida. Con anterio-
ridad, mencioné que este libro es el producto de mis
esfuerzos y de mi propia vida. También que lo sentía
58 JOHN POWELL
superfluo. Pero no les conté respecto a la experien-
cia que, en realidad, me hizo escribir. Extrañamente,
fue una película antigua, The Prisoner of the Second
Avenue.* Es la historia de dos hermanos. Uno de ellos,
Jack Lemmon, pierde la memoria, por ello va a al psi-
quiatra, al que por desgracia, representan como un
hombre triste e indiferente. No obstante, en el curso
de la terapia, Jack descubre el patrón de su propia
conducta. “Vi un padre sustituto en otros y siempre
traté de agradarlos. Nunca me defendí.” El se veía a
sí mismo como complaciente con la gente.
Después, en la trama, cuando él y su hermano ma-
yor discuten, instintivamente se remontan a su ni-
ñez por una fotografía tomada en esa ocasión, y
recuerdan quién tuvo el lugar privilegiado en la mis-
ma, también quién era el favorito en la familia. Con
mucha naturalidad, cada uno identificaba al otro
como el preferido. Jack insistía en que había coloca-
do a su hermano en el lugar de su padre muerto. Por
supuesto, en la película, Jack se enfrenta a su pasado
y encuentra el camino de regeso sanamente. Real-
mente, lo que me conveció e impulsó a escribir fue el
argumento, pues los pequeños niños aún conducen
los camiones en sus vidas adultas. Los viejos agra-
vios todavía arden dentro de ellos. No cabe duda que,
tenemos grandes recuerdos ¿verdad?, nuestro pasa-
do tiene fuerte influencia en nuestro presente.
“N.T. El prisionero de la segunda avenida.
Resolviendo el Enigma del Ser 59
EL TIRANO Y GUARDIÁN... Y EL TIPO DURO
Otro amigo mío, después de que se casó, constante-
mente se convertía en el tirano y guardián. Esta era la
descripción que de él hacía su esposa. Mi amigo 1n-
sistía en que su esposa y sus hijos tenían que acatar
sus reglas. Ustedes saben: el pequeño César ha ha-
blado. No permitía que le contestaran. Supe que pro-
venía de una familia en la que su madre tenía todo el
poder. Ella dominaba por completo a su esposo.
Dominaba nor medio de la fuerza o la debilidad,
no sólo a su esposo, sino ala familia entera. Esto de-
finitivamente se convirtió en una ira irresoluta en
cada miembro de la familia. Pero como mi amigo, en
realidad, nunca ha confrontado esa situación de su
pasado, hay negación sin duda de la misma. Quiero
señalar que, bajo mi punto de vista, la ira irresoluta
(consecuencia del frecuente dominio de que fue ob-
jeto) es una fuerte posibilidad de poder. La lucha en-
tre sus padres ha vertido una sombra importante
sobre su propia vida y su conducta actual.
Sospecho que en su inconsciente supo del dorn1-
nio de su madre, y decidió que “esto nunca me suce-
derá a mí”. Igual que el pequeño que se cubrió bajo
la mesa y se prometió que “nadie ¡jamás me va a intí-
midar de esa forma”. Si estoy en lo cierto, esa solu-
ción del pequeño determina la mayoría de las
decisiones y actitudes del adulto.
Otro ejemplo: una vez se me acercó un hombre
que parecía ser muy rudo. (Se abotonaba su camisa
60 JOHN POWELL Resolviendo el Enigma del Ser 61

sólo del centro. Hablaba con la comisura de la boca.)

Me mencionó que había estado en Nam (Vietnam),
donde había tenido un colapso nervioso. También que
había estado en un hospital de veteranos de guerra,
lugar donde le inyectaron el suero de la verdad. La
entrevista siguiente se grabó en una película, la cual
vio más adelante. La persona que vio en esa cinta,
era muy amable y amorosa. “¿Qué diablos es eso?”,
preguntó. Los doctores le contestaron: “Es suyo ver-
dadero. Usted tuvo que ponerse una máscara sobre
su ternura para poder vivir en Vietnam. Todavía la
usa. Su pasado controla su presente”, le argumenta-

sic
ron.
No lo he visto desde entonces, pero espero que
permita surgir su verdadero yo. De lo contrario, sólo
boxeará con su propia sombra y hará girar su timón
durante el resto de su vida. De igual forma, esto es
cierto para ustedes y para mí. El pasado (los años pa-
sados) y nuestras experiencias explican nuestras re-
acciones del presente. Por lo menos, esto será verdad
hasta que nosotros mismos nos hagamos las pregun-
tas correctas y confrontemos nuestra propia reali-
dad. El niño que fuimos, puede estar piloteando
nuestro camión a través de la vida.

La lucha poderosa IAE ÍS padres

ha vertido una sombra degnificalia sobre

Tae fro/eta vcda y de conducía aclua
 JOHN POWELL
PREGUNTAS PARA REFLEXIONAR.
¿Encontró algo que resonara en usted en
los ejemplos de:
El niño depresión.
El niño con cara triste.
El niño que quería estar cerca de su
padre ministro.
El niño que fue rechazado por su ma-
dre cuando tenía 5 años.
El abad y sus monjes.
Mi amigo que perdió la memoria.
La dama que agradaba o desagradaba.
El hermano mayor y su hermano niño.
Los dos hermanos en El prisionero de la
segunda avemda.
El tirano y guardián.
El tipo rudo de Nam?
IV
La Solución: ¡Dueño!
S omos complicados. Nuestro pasado
influye profundamente nuestro presente.
¿Y qué podemos hacer? Ántes de conocer
la solución, hay dos preguntas importan-
tes que todos debemos considerar. La pri-
mera es ¿en verdad puede cambiar la
gente? Posiblemente, durante nuestras vi-
das encontremos que muy pocas personas
lo han logrado. La mayoría, sólo se hacen
más así, más de la forma como siempre fue-
ron. Por esta razón, debemos preguntar-
nos: ¿puede cambiar la gente? Partiendo
de los que en verdad lo han hecho, no se
puede negar la posibilidad de cambio. La
segunda pregunta es importante: ¿en ver-
dad quiero cambiar? ¡Ah!, el cambio se
puede dar si trabajo en ello. Pero, ¿en ver-
63
64 JOBN POWELL Resolviendo el Enigma del Ser 6S

dad quiero conocerme y cambiar lo que

pueda? ¿Tengo el valor y la determinación
de liberarme? Estas son las interrogantes
que deberíamos hacernos cuando en ver-
dad queramos un mejor autoconocimien-
to.

UN DUEÑO, NO UNCULPADOR,
Y UN PRECAVIDO
El punto de partida para todo autoconocimiento vet-
dadero es la adquisición de nuevos hábitos de pensa-

—
miento y palabra. Debo reconocer que todas mis
acciones, reacciones y sentimientos surgen de algo

E=
registrado dentro de mí. Suele suceder que no siem-
pre tengo la llave de control sobre eso. Ciertamente
no quiero decir que no implique alguna responsabi-
lidad moral: soy dueño de todo lo que está en mí. Es 67]
parte de mí, pues lo tengo ahí. Nunca debo culpar a
otra persona. Nunca debo desplazar esa responsabi-
lidad en alguien o en algo más. Mi conducta y senti-
mientos ison míos! $1 yo honestamente acepto esto,
naturalmente haré declaraciones empleando el yo en Ml
lugar deltú. Nunca diré: “me heriste”, sino: “me sen-
tí herido”.
MY
He aquí, una palabra muy delicada y usual que
debo eliminar de mis pensamientos y mi vocabula-
rio: la culpa. Lo más importante es que no me culpe Tengo que der dueño de La
ni tampoco culpe a otros de mis reacciones. Debo
sentirme inocente hasta que se pruebe lo contrario, que ESTÁ E/l Mb,
66 JOHN POWELL
pero como un veredicto de culpa llama a un juicio,
éste simplemente no lo puedo hacer. Al aceptar mi
conducta y sentimientos, reconozco que surgen de
acontecimientos que están en mí. $1 supiera cómo
entró esa interpretación en mí, me ayudaría a crecer,
pero quizá nunca conozca la fuente u origen exacto.
Vamos a suponer que soy un poco sensible a la crí-
tica, por lo tanto estoy a la defensiva. ¿Cómo me metí
en ese camino? ¿Alguien ejemplificó eso para mi y yo
simplemente lo imité? ¿Y por lo tanto, lo acepto como
parte de mi colección de actitudes? ¿Se me dijo que
debería de estar por encima de cualquier crítica? ¿En
alguna parte del camino hice una interpretación para
que toda esa crítica se convirtiera en destructiva? ¿En
mi interior, creo que las personas que me critican, lo
hacen porque no les agrado? Sin embargo, debo abrir
los brazos al niño de mi pasado y no llevar a cuestas
el cuchillo de la justicia para arrancar mi corazón.
Es indudable que, inocentemente tuve esa idea erró-
nea en algún momento de mi vida. Al asumir mi con-
ducta y sentimientos, debo proceder con curiosidad
y amar al ser que trato de conocer. Debo 1r con los
brazos abiertos y compasivos, eliminar el concepto
de culpa de mis pensamientos y, en consecuencia, de
mi vocabulario.
DUENO DEL COMPORTAMIENTO
Hemos dicho que debemos asumir la responsabili-
dad de nuestros comportamientos y sentimientos. Pri-
Resolviendo el Enigma del Ser 67
mero analicemos el más fácil: el comportamiento. Tal
vez ya habrán oído mi historia favorita para ilustrar
esto. (Bueno, creo que ¡la volverán a oír!) Se trata del
difunto Sidney Harris, quien fue columnista de un
periódico. Harris y su amigo se dirigieron a un pues-
to de periódicos, iban a comprar uno. El hombre que
vendía, se comportaba como siempre: grosero y eno-
jado. Sin embargo, el amigo de Harris fue muy agra-
dable con él. Al despedirse le deseó al vendedor un
feliz día. A lo cual el pobre hombre malhumorado
contestó: “no me diga qué clase de día tener. Tengo
otros planes”. Así que Harris preguntó: “¿es siem-
pre tan grosero ese tipo?” “Sí, desafortunadamente.”
“¿Y tú siempre eres tan amable con él?” “Claro, por
supuesto.” “¿Por qué si siempre es tan grosero, tú
eres tan educado?” El amigo de Harris guardó silen-
cio un momento. La respuesta parecía obvia para él.
Al final contestó: “porque no quiero que él decida
cómo voy a actuar. Yo soy el que decido como hacer-
lo. Ves, soy un actor, no alguien que reacciona
impulsivamente”. Harris expuso y admitió en una co-
lumna subsecuente, que al principio estaba un poco
asombrado. Pero que después pensó: “esta es una de
las grandes lecciones que se deben aprender en la vida.
Hay que ser un actor, no alguien que reacciona ins-
tintivamente”. La diferencia entre estas dos cet.
des es obvia. Los actores deciden cómo van a actuar.
Los que sólo reaccionan no, pues permiten que otras
 Resolviendo el Enigma del Ser 69
68 JOHN POWELL

personas y situaciones, o el grupo, o quizá el pará-

metro establecido decida por ellos.
Ante esto, preguntamos con honestidad: ¿existen
situaciones en las cuales todos reaccionan de la
misma forma? La respuesta es simplemente ¡NO!
Cuando decimos (como la mayoría lo hace): “bien,
cualquiera podría...”, estamos realmente equivoca-
dos. Es muy importante decidir por mí mismo cómo
voy a actuar. Soy un ser humano libre, no un robot
automático, controlado por otros.
Cabe señalar, como dice el dicho: siempre puedes
corregir a un maestro, pero no lo puedes hacer mucho. De
cualquier forma, como herramienta del maestro, he
hecho esta pregunta en mis clases: “si no me caen
bien, pero soy muy agradable con ustedes, destoy sien-
do honesto?¿Estoy siendo yo mismo?”
M1 respuesta es, por supuesto, ¡síl, ya que como
maestro sé que uno o dos en mi clase lo que más
necesitan es amor y probablemente por eso son los
menos atractivos. Actúan como sí lo que menos ne-
cesitaran es amor. El tímido no se quiere involucrar.
El enojado desafía casi todo, Estas son las personas
que necesitan más mi amor y amabilidad. El ofendi-
do necesita micomprensión, no otra humillación. Así
que debo decidir cómo voy a actuar, por lo que con
frecuencia tengo que hacerlo aun en contra de mis
sentimientos. Al amar a todas esas personas, no me
Ls actores deciden cómo gusta ser como soy en realidad, porque he decidido

OL e aACLUuar.
70 FOBRN POWELL
que mi vida sea un acto de amor. Estoy convencido de
que sólo el amor de verdad ayuda a la gente.
Con anterioridad mencionamos la teoría del Aná-
lisis Transaccional de Erich Berne. De acuerdo a ésta,
el secreto de una vida de éxito es que sea un adulto el
que se encargue de una vida. Ustedes recordarán:
P-A-N, Padre-Adulto-Niño. Nunca debemos dejar los
mensajes en cintas de nuestro padre, ni que las emo-
ciones del niño en nosotros manejen nuestras decl-
siones. Siempre debe estar en el control el adulto
dentro de mí —mi mente debe pensar en forma inde-
pendiente y mi voluntad escoger una forma de com-
portamiento. Debo decidir cómo voy a actuar. Y debo
ser responsable por completo de todas mis acciones.
DUEÑO DE SUS SENTIMIENTOS
Ahora trataremos el aspecto más difícil: los senti-
mientos. Algunas veces, éstos surgen tan rápido y en
forma tan espontánea, que creemos que son auto-
máticos y naturales. Tiempo atrás, llegué a pensar
que eran como los estornudos: venían y se Iban sin
hacer daño. Para mí no eran tan importantes.
Hoy son fundamentales, pues diagnostican lo que
en verdad hay dentro de uno. Nos ayudan a conocer
nuestras actitudes y valores más profundos.
Lo primordial, aquí y ahora, es que todos mis sen-
timientos provienende algo en mí. Y me dicen mu-
cho también de mí. Aun mis tan conocidos cambios
de humor son un diagnóstico. Absolutamente nada,
Resolviendo el Enigma del Ser 71
ni nadie, puede producirme un sentimiento deter-
minado. Ninguna persona o situación me puede ha-
cer enojar, a menos que ya exista enojo en mí.
Tampoco me puede dar alegría, a menos que ya la ten-
ga en mi. Los otros, lo único que hacen, es estimular
lo que ya está en mí.
Eleanor Roosevelt, la esposa del presidente
Franklin D. Roosevelt, tiene un letrero en la pared
de su oficina que reza: NADIE TE PUEDE HACER
SENTIR INFERIOR SIN TU PERMISO, Es decir,
tengo que sentirme inferior a Otros para que este sen-
timiento en mí pueda ser estimulado. Si yo no me
siento así respecto de otros, pero alguien lo comenta
o da a entender, mi actitud ante esto podría ser ras-
carme la cabeza y preguntarme, ¿cómo llegó a tan
errónea conclusión esa persona?
Otro consejo de maestro: un día le pregunté a un
alumno: “si alguien abandonara la clase, pateando,
pidiendo que se le regresara la inscripción, ¿cómo
crees que me sentiría?” Él contestó: “Ah, supongo
que enojado. ¿Usted sabe cómo? “Vas a pagar por esto,
niño. Tengo tu número de identificación. ” Después
me volteé al siguiente estudiante y le hice la misma
pregunta, la respuesta fue diferente: “creo que se sen-
tiría herido, y diría “¿cómo me hizo esto a mí?” Lo
hice lo mejor que pude.” Un tercer estudiante me
dijo que podía haber sentido compasión: “pobre niño,
no está listo para esto, ¿verdad?”
 JOHN POWELL Resolviendo el Enigma del Ser 73
72

Cuando he escuchado cerca de una docena de res-

puestas diferentes, por lo general, agrego: “ya ven,
probablemente yo reaccionaría con cualquiera de las
formas antes mencionadas. No estoy seguro con cuál,
Pero de lo que sí, es de esto: No fue el estudiante que
abandonó la clase, el que causó ese sentimiento. Algo
en mí —algún temor oculto, enojo o virtud—, lo es-
timuló y por eso reaccioné así. Algunas persenas po-
drían tener una reacción como la mía, pero otras no,
de eso estoy seguro. Por mi individualidad y lo que
hay dentro de mí solamente, mis reacciones siempre
serán como mis huellas: únicas.”

RESUMEN
Ante lo expuesto, el comienzo de la solución es ser
dueño de mi conducta y sentimientos. Debo permi-
tir que éstos me digan quién soy en realidad. Para
oírlos, debo eliminar la palabra culpa de mi pensa-
miento y vocabulario. Como ya he dicho, si estoy lis-
to para juzgarme con dureza o culparme, seré muy
deshonesto. Estaré tentado a depositar mi responsa-
bilidad sobre alguien más, es decir, a culpar.
Para encontrar mi verdaderyo, o debo tener el de-
seo de saber la verdad. Pero si descubro que esta es
más dura de lo que creo y puedo soportar, entonces
A descubro que La verdades más dra de
evitaré enfrentarla. Por ello, tengo que acercármele
cautelosamente, con calma y curiosidad, en lugar de Lo Jue reo y paEdo ÍO/LOr Tas; EnDoncel,

coctaré enfrentarlo.
 JOHN POWELL
74
¡uzgarla. No debo tener sangre en los ojos, ni flamas
saliendo de mi nariz.
LOS FANTASMAS DE MI PASADO: INTERPRE-
TACIONES QUE SE HAN QUEDADO
La segunda parte de mi teoría, como recordarán, es
que todo lo que sale de mí, tiene su origen en el pasa-
do, y se integra en dos pasos. Algo me sucedió, O se
formó en el pasado. Para quedar dentro de mí, tuvo
que pasar a través de los filtros de mi interpretación,
es decir, como con frecuencia se repite en los cursos
de comunicación: lo que afecta a los demás no es lo
que dices, sino lo que ellos escuchan.
Me acuerdo cuando presidí una liturgia para una
familia. Uno de los niños ahí presentes no había he-
cho su Primera Comunión. Así que, al distribuir las
hostias, lo salté. Al final de la misa, vi que su labio
inferior sobresalía un poco, y le pregunté si algo es-
taba mal, él estalló en llanto y dijo sin tino: éme sal-
taste porque no te caigo bien”. Rápidamente le
contesté: “Ay, Matthew, nada podría estar más lejos
de la verdad. Eres uno de los mejores jóvenes que
conozco.” Después, le expliqué cómo se uniría al-
gún día a sus compañeros de clase para recibir su
Primera Santa Comunión. Con frecuencia pienso que
si no me hubiera dado cuenta de su puchero, su mala
interpretación habría sido para siempre. Podríamos
haber pasado como dos barcos en la noche y la vida
de Matthew pudo ser afectada por ese simple hecho.
Resolviendo el Enigma del Ser 75
Otro ejemplo es el de una mujer que admite que
se distanció de su mamá durante su adolescencia,
porque: “mi madre no lloró cuando mi padre murió”.
Después, la hija descubrió que, en realidad, si había
vertido muchas lágrimas en privado, pero trató de
mantener una actitud vahente frente a sus
hijos. También halló una serie de cartas escritas por
su madre y dirigidas a su difunto esposo. Éstas ha-
blaban de sus sentimientos profundos y de la gran
pena que sentía. Esto, por supuesto, cambió los
juicios y las malas interpretaciones de la hija. El
hecho es que interpretamos de forma correcta 0 in-
correcta cualquier acontecimiento que experimen-
tamos. Y es esta interpretación la que permanece en
nosotros. Así pues, debemos aprender a revalorizar
nuestras experiencias pasadas y a analizar las inter-
pretaciones hechas sobre las mismas.
Otro ejemplo más de una mala interpretación
que me viene a la mente, es mi inclinación a darle vida
alos objetos inanimados para luego regañarlos. Entre
los que me gusta regañar están: los focos que no se
enroscan fácilmente, todo aquello que ruede de mi
escritorio hacia el piso. También lo que no alcanzo, el
papel que se atora en la copiadora, aquello con lo que
me golpeo los dedos de los pies, los libros o papeles
que no encuentro, por nombrar sólo algunos. Cuando
todo esto me molesta, lo regaño por frustrarme.
Recuerdo que mi padre tenía este mismo hábito,
y nosotros, sus hijos, como niños que éramos,
76 JOHN POWELL Resolviendo el Enigma del Ser
77

tratábamos de ocultar nuestra risa al tienpo que pen-

sábamos: “¡qué tonto!”. Actualmente, en mi madu-
rez, repito lo mismo. Conozco de donde viene. Soy
hijo de mi padre. Por supuesto que, ahora lo entien-
do así, como su tonta costumbre, todo lo que aparece
mi
en nosotros tiene una historia. Esto es cierto para
que
padre, para ustedes y para mí. Me gusta pensar
todo tiene un sentido si no lógico, sí psicológico.

UNA PARTE IMPORTANTE DE LA TEORÍA:

EL OBSERVADOR INTERNO
de
La teoría que he estado analizando se concreta
digo
esta forma: debo ser dueño de todo lo que hago,
por
y siento. Por supuesto que, puedo ser inocente
completo, aunque debo admitir que algo en mí nece-
al
sita un observador interno, que sea honesto, pero
mismo tiempo, compasivo. Esto es esencial para
la teoría.
Un aspecto importante respecto a ese algo en mí,
es que se remonta a alguna época de mi vida. Como
rlo,
ya se dijo, alguien lo pudo tener y yO escogí imita
en los
o pudo ser el resultado de como me trataron
le di
primeros años. Fue algo que enjuicié o a lo que
una mala interpretación.
Así que, ¿cómo obtendré mayor autoconocimien-
- y Le

Debo JUEIRULS Jue cad dia

to para cambiar y crecer? El proceso es el siguiente: de ad oda me
y
debo permitir que cada día de la vida me cuestione, CHUESELONE, £ que e cobrador CREELTCO dE
as
que miobservador interno se dé cuenta de mis propi
va-
respuestas. En la medida que me encuentre con dÓ cuendo ale AUS [NIGUES “egpuestas.
78 JOHN POWELL Resolviendo el Enigma del Ser 79

rran en mi vida y en la pared o algo parecido. De lo contrario 1 hará

rias personas, que los hechos ocu un berrinche.”
ré observándome a DS
que surjan mis sentimientos, esta El observador interno de cada mujer tiene
interno tiene que que
mí mismo en acción. Mi observador hacer que ellas estén conscientes de que estos habi
pasivo (no juzgar
ser honesto con lo que ve, y com tos se remontan a la niñez; que los mensajes se die-
tos, acciones y
con dureza) al conocer mis sentimien ron y se interpretaron en forma personal; que
reacciones.
observe en mí. los hábitos se están repitiendo; que una niña asusta.
Necesito ser el dueño de todo lo que da conduce el camión de su vida; que ahora co
algo en mí, todas
Para ello, asumiré como producto de adultas deben reconocer sus propias conductas sen.
. Después, des-
mis conductas y todos mis sentimientos tmientos; y que con una actitud compasiva comen.
veré qué even-
plazaré los hechos de hoy al pasado, así zarán a cambiar, a actuar en su interior. con el find
uesta de hoy es
tos iniciales son reflejos en mí. «M1 resp desechar el legado de su pasado.
, qué sucedió?
un reflejo de ayer? ¿Por qué? ¿Entonces :
e el ahora? ¿Lo
¿Cómo lo interpreto? ¿Qué efectos tien NUNCA COMETA UN ERROR
puedo cambiar? ¿En verdad quiero?
ique este
Si lee bien los siguientes ejemplos, apl Un amigo mío que terminó el seminario al mismo
proceso y vea las ventajas personales. tiempo que yo, admite con inocencia: “puedo cantar
bailar y comportarme en público. Perono puedo leer
NO HAGAN OLAS Ya ves, en el seminario teníamos que hacerlo a la hora
clase, pare- de la comida y la cena, de manera que, mientras el
Dos mujeres jóvenes, que asistían a mi
magla ne- resto de nosotros comíamos, uno de nuestro
cían cadáveres resucitados por medio de eru
n alguna nos leía”. Acerca de su temor, mi amigo explico: “me
gra. Decían muy poco, nunca mostraro
el tiempo y quedaba esperando que el viejo prefecto de lectura
emoción, únicamente parecían absorber
, descubrí me señalara un error y me gritara, irepítalo!” Remon
ocupar el espacio. Después, por separado
ólicos. En tó su problema a la época en que el prefecto de lec-
que ambas eran niñas adultas, hijas de alcoh
nte la ado- tura lo interrumpía, de repente, para señalarle un
cada caso, el padre era el alcohólico, y dura
de tomar. error o una mala pronunciación. La pregunta para
lescencia de ellas, sus progenitores dejaron
mensajes lograr el cambio es ésta: ¿quién continúa conducie
Pero, como una de las chicas explicó: “Los
oco do el camino de la vida de mi amigo?
permanecen en mi cinta-padre. No hables, tamp o
colgado
sientas, ni hagas olas. Intenta ser Un cuadro
 Resolviendo el Enigma del Ser 81
80 FOHN POWELL

su lado. Finalmente, vinieron a verme sus compañe-

EL TEMOR ADIOS ros para objetar su presencia y el ruido en clase. Así
Cierta ocasión, conocí a dos hermanas que, en sus que terminó el curso de forma individual: le di clases
ón.
años de madurez, no querían saber nada de religi particulares. En el transcurso de nuestros encuen-
con-
Tan pronto como surgía el tema, cambiaban la tros, nos convertimos en buenos amigos. Admirió que
versación. había estado metido en las drogas y que en ese mo-
que
Yo estaba muy consciente de esto, así como de mento, acudía a terapia. Le contó a su terapeuta so-
evitar
algo había sucedido en su niñez que les hacía bre mí y que tomaba el curso en forma particular. Él
la más
la religión y su relación con Dios. Finalmente, y su terapeuta llegaron a la conclusión de que no que-
razón,
joven se casó y cambió de estado. Por alguna ría oír lo que le decía en clase. Así que al Ignorar esto
amente
comenzó a escribirme. Me informó que nuev él y, por supuesto yo, hacía ruidos para distraerse,
que
había comenzado a practicar la religión, pero distraer a los demás y a mí. Esto lo hacía inconscien-
ién
siempre se mareaba antes de ira la iglesia. Tamb temente hasta que trasladó su conducta presente a
o
me contó acerca de su madre, quien había muert un momento del pasado de su vida. Él ya era dueño
me des-
desde hacía mucho tiempo. Con gran lucidez, de su conducta y de sus sentimientos, que le permi-
cuando
cribió los momentos de locura de su mamá, tían cuestionarse respecto de su pasado.
con-
se acercaba a ella con una cruz y la presionaba
tra su carne de niña: “para sacar al diablo que
está UN ACCIDENTE QUE CONTINÚA
dentro de ti”. Ya adulta, me preguntó por
escrito: REPITIÉNDOSE
como
“¿cree que estoy poseída por el diablo?”. Así fue Conozco a una dama de edad avanzada que tiene una
sus
todo quedó claro. La aversión a la religión tenía voz trémula. Suena como si esperara que algo malo
lmente,
raíces en sus primeros años de vida. Actua sucediera, Siempre me pregunté acerca de su niñez.
para
ella es un actor y no un reactor. Está trabajando En una ocasión, me comentó que su padre fue alco-
reinterpretar su imagen y Su relación con Dios. hólico. Y que una noche de regreso a su casa, había
bebido y lo golpeó un coche. Después de recuperar-
EL NIÑO DEL TAMBOR se de las heridas, ella estaba preocupada por la posi-
que
Otro caso, uno de mis jóvenes alumnos, afirmaba bilidad de que el suceso volviera a ocurrir. Reconoció
de mí,
era hiperactivo. Siempre se sentaba delante que siempre se sentía aliviada cuando papi llegaba a
a al
en la primera fila. Cuando estaba inquieto, jugab casa sin heridas. No cabe duda que su voz insegura
ba a
niño del tambor, hablaba con la niña que se senta

E
82 JORN POWELL
de hoy y su forma de ser, se originaron en esa preocu-
pante experiencia de su niñez. Hoy, toda la alegría
de la vida está bloqueada por las emociones del ayer.
¿CUÁNTO DURA EL PARA SIEMPRE?
En otra ocasión, fui elegido para escuchar los votos
nupciales de una joven pareja a quien yo había dado
clases. Un mes, más o menos, antes de la fecha de la
boda, vinieron a verme. Ella lloraba. Estaba a punto
de echar para atrás la boda. Era más que el normal
nerviosismo nupcial. Continuamente preguntaba si su
enlace matrimonial era para siempre, y si él sería un
esposo fiel, Al final, salieron, mas estoy seguro que
ella continuaba con esas emociones estremecedoras.
Se casaron, y el día de la recepción, descubrí que su
padre había dejado a su madre por una mujer más
joven con la que se casó. Estoy seguro que el divorcio
de sus padres tuvo mucho que ver con sus dudas, justo
antes de su unión. Ánte esto, se debe aprender a ver
las emociones como el residuo de experiencias pasa-
das. Á separar, en el caso expuesto, su matrimonio
del de sus padres. Sólo así, un adulto guiará el ca-
mión de su vida.
UN NINO ADULTO PARANOICO
Mi último ejemplo de lo que regresa a la vida de una
persona es el de una joven estudiante. Sin duda, se
encontraba en un alto nivel de paranoia. Con frecuen-
Resolviendo el Enigma del Ser 83
cia, interpretaba casi todo como un ataque personal
contra ella. Todos querían molestarla. Un día, mien-
tras me contaba uno de sus ataques de persecución,
le pregunté si alguien en su familia era paranoico.
Ella sonrió, y me dijo que su padre. Pobre hombre.
Sintió que todo lo que hizo en su vida fue para
engañarlo. Le señalé que tal vez, ella había seguido el
modelo de él. De nuevo, sonrió.
Su conducta paranoica la trasladó y ubicó en los
primeros años de su niñez. En el momento del reco-
nocimiento está la promesa de la libertad. Ella puede
aprender a reír sobre sus sentimientos de persecución O
dejar que continúen controlándola.
Mi intención al comentarles estas historias es la
siguiente: ustedes y yo debemos ser dueños de nues-
tras conductas y sentimientos y verlos como algo
que viene de nosotros. Así, al reconstruir ese algo de
nuestro pasado, llegaremos a conocernos. De aquí
en adelante, el cambio y crecimiento son posibles.
Nombrarlos, reclamarlos y luego compartirlos, se ha
convertido en mi fórmula para llegar a conocerme.
DOS OBSERVACIONES FINALES
CON RESPECTO AL TEMA
La primera es que no se debe culpar a otros ni a uno
mismo. No puedo culpar a otros, porque no sé si en
realidad hicieron o me dijeron lo que mi mente re-
gistró. También es cierto que, nunca conoceré sus
84 JOHN POWELL
motivos para ello. Quizá trataban de hacer lo mejor.
"Tampoco me debo culpar yo. Tal vez, realmente fue
como lo recuerdo, o no. El por qué imité un determi-
nado hábito o interpreté un suceso como lo hice, no
es una pregunta objetiva y honesta. Simplemente,
no lo puedo saber. La única pregunta honesta tiene
relación con mi voluntad de aceptar la responsabili-
dad de mis conductas y emociones. No debo permitir
que el niño en mí continúe con el timón de mi vida.
Ahora, yo conduciré mi propio camión, pondré a
mi adulto al frente de mi vida. Abajo de Dios, soy el
maestro o guía de mi propio destino. Soy la persona
responsable de mi felicidad. Siempre que me veo en
un espejo, miro la cara de la persona responsable de
si tuve o no un buen día, de si tengo una buena vida O
no.
La segunda (y última) observación es que si me con-
vierto en el dueño y no en el culpador, en actor y
no en el que reacciona, poco a poco, me conoceré.
Esto significa que tengo que dejar de pretender en la
medida que me sea posible, y actuar de acuerdo a mis
pensamientos más honestos. Tengo que ser yo mis-
mo, es decir, comunicarme con honestidad y abier-
tamente. (En verdad, cuando se piensa acerca de esto,
el único regalo verdadero que se ofrece, es yo mismo.
Todo lo demás es únicamente un símbolo.)
Sólo de esta forma llegaré a conocer más acerca de
mi verdaderoser. Los dueños lo hacen. Los que se cul-
Resolviendo el Enigma del Ser 85
pan no. Los actores también lo hacen. Los que reac-
cionan no. La honestidad lo logra. El pretender no.
Así que, ¿qué hacemos? Quiero decir, ¿dónde em-
pezamos? Mejor continuemos.
Este último capítulo ayudará a digerir mejor este
plato para la práctica.
PREGUNTAS PARA REFLEXIONAR
1. ¿A quién he visto durante mi vida que ha
cambiado de verdad? ¿Quién se ha con-
vertido sólo en más así como es?
2. ¿Por qué la autoobservación sin culparse
es de gran ayuda para el autoentendi-
miento?
3. ¿En qué ocasiones permito que otras per-
sonas O situaciones controlen mis decl-
siones?
4. ¿He reconocido alguna vez que mis sen-
timientos y emociones surgen de algo en
mí? ¿En qué situaciones tiendo a culpar
a Otros por mis emociones?
5. ¿Estoy de acuerdo con el letrero de la
Sra. Roosevelt?: NADIE TE PUEDE
HACER SENTIR INFERIOR SIN TU
PERMISO. ¿En qué circunstancias me
permito sentir inferior?
6. ¿Qué se quiere decir con observador inter-
n0, y por qué es tan importante?
86 JOHN POWELL

7. ¿Qué hecho puedo señalar de mi pasado

V
que influye en mi patrón de conducta in-
terno y mis sentimientos?
8. ¿Por qué somos responsables de nuestra
propia OE escogerla fe- La Práctica: Autoconocimiento
licidad? ¿Por qué sí 0 no:
9. ¿Sisoy el culpador y el que reacciona, por a Través de la Acción
qué nunca llegaré a conocerme?
10. ¿Por qué los dueños y actores se llegan a
conocer? :

P... son las personas que se inclinan

a la especulación. Hacen preguntas como:
¿cuántos ángeles pueden bailar en la pun-
ta de un alfiler? Sin embargo, la gran ma-
yoría piensa prácticamente, por ejemplo,
sólo pregunta: ¿cuánto me costará esto?
No les interesa saber el cómo, lo que sea,
encaja en su vida, aunque saben que exis-
te otra parte en cada uno de ellos. Éstos
no quieren pagar el precio, hacer el esfuer-
zo de conocerlo. Si hubiera una banda
mágica que les diera de inmediato el auto-
conocimiento, les gustaría que se cirniera
sobre ellos y sus vidas. Pero el viejo pro-
verbio dice: Finciona, sí lo haces funcionar.

87
88 JOHN POWELL Resolviendo el Enigma del Ser
89

Así pues, la gran mayoría de nosotros

evadimos reestructurar nuestras vidas
para adquirir nuevos hábitos. Simplemen-
te no nos gusta el esfuerzo que se requie-
re. No tenemos la paciencia suficiente. No
obstante, al mismo tiempo, estamos fascl-
nados con nosotros, pues nos bombardea-
mos con una seric de preguntas sobre
quiénes somos. Nos enfrentamos a tantos
debates interiores que otros no oyen y ni
siquiera sospechan. Tenemos muchas-1n-
terrogantes sin respuesta. Por ello, el es-
fuerzo para llegar al autoconocimiento
es muy necesario.
Dag Hammarskjóld ha dicho que el via-
je más largo es hacia nuestro interior. Du-
rante el camino, nos encontramos con
muchas señales conocidas, las que integran
el conocimiento familiar. Es como ir resol-
viendo un misterio. Y la mayoría de noso-
tros no somos nada si no tenemos uno. El
consejo es: comienza. “Todo es fácil. Una
vez que iniciamos, el tiempo se encarga de
llevarnos por el camino.

Quiero dejar claro que no toda la práctica se ex-

pone en este capítulo. Si ustedes, con consistencia, Sl, OLELE AUÁS largo es hacia
han contestado o discutido las preguntas que se dan
al final de cada capítulo, entonces ya empezaron a IMESESO RLEICOS,
poner en práctica la teoría.
00 JOHN POWELL Resolviendo el Enigma del Ser
91

centra PRÁCTICA UNO: HACERSE CARGO

Como ya se indicó, el lugar de inicio se
ajar sn Si desarrollo un observador interno y permito
dentro de nosotros mismos. Debemos trab que la
observa or vida me cuestione, seguramente alcanzaré el éxito
autorresponsabilidad y desarrollar un en
ertirnos Ñ el autodescubrimiento. Por ejemplo, miobserv
interno. Asimismo, esforzarnos para conv ador in-
reaccionan; en dueños, N terno puede preguntarme: ¿por qué reaccioné
actores, no en los que en la
| forma que lo hice?, o: ¿era problema de la otra
dores. perso-
Viktor Frankl propone q pena na o mío?, ¿cuáles fueron las verdaderas razon
notaría es de
que la vi mis sentimientos en este asunto?, des cierto
estrategia, Creo, cuando dice que deje que los
hombres y las mujeres hablan un idioma
diferente?
y presu
nues de despertarme cada mañana, Los hombres suelen alcanzar su identidad a travé
s
tarme qué me traerá el día, debo OT de los hechos, las mujeres, mediante relaciones.
Ellos
. e e
me preguntará Poy la vida. Por ejemplo, tienden a controlar a las mujeres por el creo, pero
NI a
verdad que una conducta detestable en el estas son más intuitivas que los hombres. ¿Cómo
l1o. Ñ
cierra un grito de dolor, o una llamada de auxi puedo aplicar todo esto en mí y mis diferentes rela-
que arar
vida me hará esta pregunta cuando tenga ciones?
ad UN eN
a una persona no deseable. ¿Creo de verd Aun si tratamos de ser honestos y reflexivos, con
? La a
personas son más importantes que las cosas toda probabilidad estaremos olvidando el mensaje
me pl
también me preguntará esto cuando alguien principal de nuestro observador interno. Por ello, es
si e
prestada alguna de mis cosas más queridas. O, necesario comentar nuestrás opiniones o juicios con
o. o
do querer a alguien que me parece antpátic otra persona. Dentro de mí, puedo fácilmente supri-
po
otro lado, también que la persona que mas mir la verdad, racionalizar o negar lo obvio. Pero, si
se lo eN
nuestro cariño, es la que menos lo pedirá o realmente confío en ella, la negación es menos pro-
de ea
nará. En realidad, debemos estar deseosos bable. Esa persona verá a través de mis defensas, lo
ponsa me
vida nos cuestione. Si practico la autorres que yo no veo; será más objetiva con respecto a mí,
estoy Pr
dad y permito que la vida me cuestione, de lo que vo puedo ser.
para :
que descubriré cosas que eran desconocidas Es primordial que esa persona sea equilibrada, con
miento re
Sólo así haré algo por este autodescubri criterio y muy honesta para que cuando tenga que
cién conocido. poner todas las piezas en el escritorio o la mesa
entre nosotros, no me sea fácil cambiar el orden o
92 JOHN POWELL Resolviendo el Enigma del Ser
93
desaparecerlas. Esto sí lo hago
cuando manejo las si-
tuaciones dentro de mí. Com
o dijo el poeta John
Berrymann: estamos tan enferm
os en la medida que
nos ocultamos. Me conoceré úni
camente si tengo el
valor de confiar mis secretos a
Otro.
El primer obstáculo que se nos pre
senta a la ma-
yoría, es que no existe tal confident
e o el que pudie-
ra serlo en nuestras vidas. Quizá, ésta tam
bién sea
una respuesta justificada. Probablement
e queramos
que sea cierta, porque le cierra la puerta a
la autoho-
nestidad y autoconfrontación cuando no las
discuti-
mos con un amigo.
Sin embargo, existe la revaluación o el coa
sesora-
miento. Déjenme exponerlo en la forma
que me fue
explicado. Primero, debo buscar a un Soci
o para esto.
Tiene que ser alguien en quien confíe
y con el que
pueda compartir más sintiéndome a gust
o. Una vez
ya acordada la sociedad y establecido el
tiempo que
cada sesión tomará (quince o veinte min
utos), pode-
mos proceder,
Lo que se hará es compartir algún incide
nte o he-
cho relacionado a nuestra vida pasada,
en el que no
expresamos nuestros sentimientos
. ¡Ah! Pero ahora,
en retrospectiva, regresaremos y veremo
s el pasado
con una mirada más objetiva. Al
fin podremos
expresar todos los sentimientos que nos
guardamos
a la hora del incidente o durante ese aco
ntecimiento.
Estamos Lar enfermos en la medida Por ejemplo, —cuando moJjé mis pantal
ones en se-
Er que 103 oculÍamos. gundo año de primaria, me sentía tan ter
riblemente
0.
JOHN POWELL Resolviendo el Enigma
del Ser
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apenado y, a la vez, enojado con la maestra, porque o pb aclarar que
no existe sustitut
me dijo que me tenía que esperar hasta la hora del eseo honesto de cono
cerse a sí mi
buen psicoterapeuta D
recreo. Aunque en ese entonces, no expresé ni mi sabe
pena ni mi enojo, ahora sí puedo. Y así lo hago. La
otra persona no se desempeñará como consejera. Las
únicas preguntas que hará serán aquellas que acla-
ren lo que estoy compartiendo: ¿Cuánto tiempo te
has sentido de esta forma? ¿Fue ésta la mayor ver- orización
eno, o el COASESoOra-
gúenza de tu niñez? ¿Cómo te afecta en tu vida ac- es que la verdad al alccompartir
tual?, etcétera. Periencias. El que es
cucha no debe tratar
Después de haber acordado el tiempo de partici- Eo
sacá la certeza de que si se de
INEA Pa conocerse quiere descu-
pación de la primera persona, la otra tomará el mis- mejor, el resultado será
mo para la suya. Por ejemplo: pensé que la pregunta do e par llegar a ese momento
o 2D se llevará
que mi novio iba a hacerme se refería al matrimonio, odo buen terapeuta
sabe que el pro-
y estaba preparada para decir quesí. En lugar de eso, que se expone muchas de
las Veces no es el
preguntó si nuestra relación tendría de verdad algún
futuro. Me sentí sorprendida, herida, enojada y un carlo finalmente.
poco culpable al mismo tiempo. La segunda persona Ciertamente, es im Po
rtante considerar to
piezas para ver cómo das las
continúa participando en la misma forma que lo hizo e ncajan. Cuando lo
a poco comenzará el log re, poco
la primera. Y durante el mismo tiempo. autodescubrimiento.
sona será la que haga las Ot ra per-
¿Ayuda este tipo de participación? Sí, sin duda. conexiones necesarias
sólo con preguntas c om , pero
Liberar las emociones del ayer, contribuye a superar o: ¿alguna vez pensó
que tal
los obstáculos y a tener más libertad para expresar
nuestras emociones del momento en lugar de repri-
mirlas, justificarlas O negarlas. Por consiguiente, al cambió tanto?
superar esos obstáculos que no me dejan avanzar, la importancia de en
contrar a
aclararé mi visión, es decir, veré con objetividad mis
V y
actitudes. Así tendré una comprensión más profunda z g O 8 Pp
de mí. Lo que estimulará mi crecimiento.
96 JOHN POWELL
En caso de que no exista tal persona, entonces MN
debe buscar un grupo receptivo y cálido A
Ánony
cohólicos Anónimos, o Growth o Emotions
, se guieí por estánda resÑ
, ces. También que
mous. Cerciórese que ése
honestos, que no haga juicios y se integre con perso-
nas confiables. Estas agrupaciones existen en casi
todas las comunidades.
PRÁCTICA DOS: VOLCÁNDOSEA
CONFIAMOS EN DIOS
A través de los años, he escuchado que en nos
grupos existe lo que se llama la Caja de Dios. s Pe
la forma en que me lo explicaron. Lo importa ne
respecto a esta caja, es que no tienen que llevar nenes
tas todos sus asuntos, decisiones y preocupacion
Todo ello se encomienda al Poder Superior e os
Cada persona plasma en un papel un pro a
y, después, ceremoniosamente, lo coloca en la
de Dios. Desde ese momento, queda en sus EN
Esta práctica podría parecer una a do
embargo, me gustaría citar al autor judío, Franz e
que escribió en su prólogo de The Song of Berna : mecedora porque no te lleva a nin
Para aquellos que creen, no se necestta una explica-
ción.
Para aquellos que no creen, no es posible una exph
cación.
Resolviendo el Enigma del Ser
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Ántes que sea posible un exitoso
volcarlo todo a
Dtos, uno debe creer que lo que
en realidad Dios quie-
re de nosotros es que seamos feli
controla las circunstancias de nue
stras vidas: sujeta
los cordeles de los hechos. Asimis
mo, lo dijo en una
ocasión Lacordaire, Todo lo que sé
del mañana es esto:
que la Providencia saldrá antes que el
sol.
Por todo lo anterior, debemos pedi
rle que eduque
nuestros instintos, mas tenemos que
poner de nues-
tra parte. Recen como si todo dependie
ra de Dios. Pero
trabajen como si dependiera de ustedes.
Otra versión de
esta verdad dice: Sí están en el mar en
un pequeño bote y
viene una tormenta, recen como sí todo
dependiera de Dios,
mas continúen navegando hacia la cost
a. En otras pala-
bras, al voltear los ojos hacia Dios, pid
ámosle que ños
inspire para usar adecuadamente nues
tras habilida-
des, para verdaderamente esforzarnos;
que nos ilumi-
Ca; ne y nos faculte para proseguir por
el camino del
autoconocimiento y el crecimiento.
La solución final
es la de Él. La solución siempre se deja
en sus manos.
Se ha dicho que Preocuparse es com
o estar en una
gún lado, pero sí te
da algo que hacer. Esta preocupación
o asunto inne-
cesario se abandona al volcarlo en Dios
] . En los grupos
que mencioné anteriormente, si algu
ien vuelve a te-
ner la preocupación, la persona en
busca de autoco-
nocimiento debe retirar el papel de
la caja y llevarlo
consigo. Nuevamente lo podrá dep
ositar en la Caja de
Dios si está lista para entregarle toda
s las piezas y de-
jar el resultado por completo en sus
manos.
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99

Para ilustrar este punto, permítanme

resumir la
historia de Bill Wilson, cofundador
de Alcohólicos
Anónimos. Él era un alcohólico incurabl
e. Había sido
tratado de su alcoholismo en innumerab
les ocasio-
n€s por su médico, el Dr. William Silk
worth. Final-
mente, éste lo enfrentó con un diagnóst
ico final: “Bill,
usted es un alcohólico incurable. No hay
nada más
con lo que pueda ayudarlo. No puedo continua
r acep-
tando su dinero.”
Ante esto, Bill preguntó: “¿no hay algo más
que
pueda hacer?”. El Dr. Silkworth dijo: “mire,
yo soy
un hombre de ciencia, no un clérigo. Pero el
famoso
psiquiatra Carl Jung dice que la única esperanz
a para
alcohólicos como usted, es una experiencia
religjo-
sa. Parece que el Dr. Jung tuvo un paciente
que vivió
la experiencia del poder de Dios: está sobrio
desde
ese momento.”
Así que Bill Wilson regresó a su cuarto de
hospi-
tal y dijo en voz alta: “Dios, yo no sé si toda
vía creo
en t1. Pero si estás aquí, por favor ayúdame.
Eres mi
única esperanza.” Ese fue el momento de
su expe-
riencia espiritual. En la películaMi nombre
es Bill W,
éste le dice a su socio fundador, el Dr. Bob Smit
h: “la
experiencia pasó, sin embargo, la paz per
manece.”
De cualquier forma, Bill supo desde ese inst
ante que
nunca tomaría otro trago, Y, por supuesto, nunc
a lo
hizo. Hay muchas historias que contar, acerca
Todo Lo que dé deb imariara es esto: que La
de per-
sonas que cambian su vida o depositan un dete
rmi-
Providencia daltrá andes que cbr l nado problema en Dios. Tiendo a ser un
poco
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101

en y a través de ti, más importantes que dejar

escéptico respecto a algunas de estas historias, pero de fu-
mar. Pero tienes que experimentar con tus propi
no dudo de la de Bill Wilson en la que es innegable la as
alternativas. Cuando te des cuenta que son inútiles
intervención de Dios. y
tú débil, vendrás a mí. Me buscarás rendida por
Una pregunta que se me ocurre, es la siguiente: com-
pleto.' Aparentemente, tenemos quetocar fondo y
¿por qué únicamente unas personas experimentan dar-
nos cuenta que la única manera de salir es vien
la presencia, el poder y la intervención de Dios, y do
arriba, como dice la canción: estar asidos de la mano
otras no? Algunas veces desearía que existiera una
del Señor.”
respuesta simple a esta complicada interrogante.
Es innegable que nuestras estrateglas nos prepa-
Antes que nada, hay una pregunta de fe. Uno podría
ran para una entrega sincera a Dios. Por supuesto
pensar que entre más profunda fuera la fe más fácil
que El puede hacer cualquier cosa en Y para noso-
sería volver nuestras vidas a Dios. Pero, cuando Bill
tros. Mas estoy seguro que tenemos que hacerle una
Wilson finalmente lo hizo, fue su último recurso. Án-
entrega final y confiada de nuestro problema. Cuan-
teriormente también lo tuvo a su alcance, pero en
do uno aún piensa y se preocupa por éste, es un sig-
realidad no estaba seguro si creía en ÉL
no seguro de que no nos hemos vuelto a Él por
Otra persona, que creía que Dios la utilizaba para
completo. ¿Se acuerdan de ese verso anónimo?
ayudar a otros, me dijo: “Todo, por completo, está en
Dios, en sus acciones y en su voluntad. Nunca sabes Sueños rotos
cuándo y para quién va a intervenir. Reflexiona esto, Así como los niños traen sus sueños rotos
y ve si estás de acuerdo. Pienso que volvemos nues- Con lágrimas en los ojos para remediar
tros ojos hacia Dios cuando no queda más que hacer. Así traje mis sueños rotos a Dios
Recuerdo cuando traté de dejar de fumar y utilicé Porque El es mi gran amistad.
varias artimañas. Al fallar todas, me dirigí hacia Él... Pero en lugar de dejarlo
y ¡funcionó! Cuando me di cuenta, después de dejar Trabajar en Paz
de fumar, que en realidad no quería arrepentirme, le Me quedé para tratar de ayudar
dije: “esto es obra tuya, pues hasta que me volví a tl, Con modos muy míos.
como mi último recurso, me sentía insegura.” Por lo Al final los traté de agarrar.
menos ahora, estoy segura. Gracias. Creo que la ayu- Y grité: ¿Cómo puedes ser tan lento?
da que doy es la respuesta a mi oración, pues pienso “Hijo mío —dijo Dios, ¿qué podía hacer?
que me contestó así: “ah, y puedo hacer otras cosas, Nunca los quisiste soltar.”
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203

Muchas veces nos dirigimos a Dios en una forma
que creemos conveniente. Le expresamos palabras
bonitas: “Oh, Padre Celestial, estoy lleno de los sen-
timientos más dulces de fe, esperanza y caridad.” Des-
de un punto de vista objetivo, es que estamos llenos
de impulsos suicidas. Nos ponemos una máscara
cuando le hablamos. Lo hacemos porque creemos
que así lo respetamos pero, más bien, es deshonesti-
dad. Cabe señalar, que incluso Dios no puede actuar
cuando existe una máscara, pues ésta representa una
realidad, no existe una voluntad débil o fuert
e, sino
sólo una motivación débil, o fuerte.
PREGUNTAS PARA REFLEXIONAR
1. ¿Qué interrogantes me está haciendo la
vida en este momento?
2. ¿Cuáles mi costumbre respecto a ser due-
ño? ¿Por costumbre, me culpo por lo que
resulta mal, o a alguien, o a algo más?
¿Hay algo en mi pasado por lo que me

barrera que ni El puede traspasar.
Así que, para entregarnos a ÉL debemos ser noso-
tros mismos: hablar nuestro propio lenguaje. De esta
manera encontraremos su paz, poder y presencia: con
nuestra honesta entrega.
Un señalamiento más: es suficiente saber el por-
qué y cómo soportar para seguir adelante. Esto sig-
nifica que, si uno está lo suficientemente motivado,
soportará casi todo. Se dice que estar acabado no es
el resultado del trabajo arduo. Es más bien, el indicio
de un cada vez más creciente sentido de lo vano.
Cuando no se hace más el bien, ninguno de nosotros
6.
nos sentimos movidos a realizar algún tipo de acción.
Por lo tanto es importante mantenernos motivados.
¿Cómo? Sugiero que hagamos algo difícil, ya sea para
nosotros o para otras personas, así como una lista de
7.
todo lo que quisiéramos cambiar en nosotros y en los
demás. Nunca debemos olvidar que: Es suficiente sa-
ber el porquéy cómosoportarlo para seguir adelante. En
¡03
haya preocupado, pero que no soy capaz
de expresar?
4. En mi propia experiencia, ¿cuál ha sido
el resultado de confiar mis cosas a un ami-
go honesto y con criterio?
5. ¿Enrealidad, es el autodescubrimiento un
proceso de toda la vida? ¿Qué es lo que sé
actualmente acerca de mí y que no sabía
hace cinco años? En el ocaso de mi vida,
<qué podría saber sobre mí que ahora 18-
nore?
¿Cuáles mi emoción más difícil de com-
partir? Esto se debe al valor-conflicro, a
la cinta-padre, a presiones de compañe-
ros, 0 a qué?
¿Qué es lo que he visto como un proble-
ma y que, una vez expuesto a Otra perso-
na, ya no tiene Importancia?
104 JOHN POWELL

¿Cuáles son mis propios pensamientos y

sentimientos con respecto a utilizar el
consejo de revalorización, descrito con an-
terioridad?
¿En qué forma parece ser un reto, o una
evasión, la Caja de Dios?
10. ¿Cuándo la gente dice que se vuelve por
completo a Dios, pero aún trata de hacer
su parte?
11. ¿Existe la voluntad débil o fuerte, o sólo
se trata de una buena motivación o falta
de la misma?
12. ¿Por qué es tan difícil entregarse de todo
corazón a Dios? ¿Nuestras emociones
siempre siguen una línea?
13. ¿Qué máscara me pongo cuando hablo
con Dios? ¿Soy muy dependiente o inde-
pendiente de Él? ¿Qué lenguaje utilizo
para honrarlo y respetarlo?
14. ¿Por qué algunas personas tienen expe-
riencias espirituales intensas y con frecuen-
cla, mientras que otras nunca las han
vivido?
15, ¿Cuál es la parte difícil para mí al inten-
tar poner comprensión en mi trabajo de
todos los días?