Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
El propósito de la Biblia
El propósito supremo de la Biblia es instruir a los lectores “para la salvación” (2ª Tim.
3:15-17)
La Biblia comienza afirmando que los seres humanos fuimos hechos a imagen de Dios.
Luego continúa diciendo cómo el pecado y la muerte entraron al mundo por causa de la
desobediencia del hombre. Pero Dios, movido por su amor, inició un plan de salvación:
Promesa hecha a Abraham – Ley dada a Moisés – Profecías acerca de la era mesiánica –
Obra redentora de Cristo mediante su muerte y resurrección – Derramamiento del Espíritu.
Significado de salvación:
- Perdón de pecados
- Don del Espíritu Santo
- Promesa de una “nueva creación” (cielo nuevo y tierra nueva)
TORAH
Profecías directas:
Profecías indirectas:
NEVI’IM
El gobierno de los reyes de Israel (reino del norte) y Judá (reino del sur) estuvo altamente
corrompido, externamente por guerras extranjeras, e internamente por la injusticia, la
idolatría y la opresión. Las instituciones eran muy inestables y dejaban mucho que desear.
Dios se valió de esa experiencia insatisfactoria del gobierno humano para anunciar al
pueblo la perfección del futuro reino mesiánico.
Los profetas comenzaron a describir la clase de rey que sería ese “hijo de David”. El reino
del Mesías se caracterizaría por la paz, la justicia, la universalidad y la eternidad (Is. 9:6-7).
Pero los profetas no sólo predijeron su gloria, sino también sus sufrimientos. El Mesías
sería el Siervo Sufriente que cargaría con el pecado de su pueblo (Is. 53:5-6).
KETUVIM
Jesús afirmó: “era necesario que se cumpliese todo lo que está escrito de mí en la ley de
Moisés, en los profetas y los salmos” (Lc. 24:44)
Por tanto: Cristo es el cumplimiento de las promesas del AT. Él es un profeta mayor que
Moisés, un sacerdote mayor que Aarón y un rey mayor que David.
La salvación que nos anuncia las Escrituras es “por la fe que es en Cristo Jesús” (2ª Tim.
3:15).
La fe no es un salto irracional a las tinieblas, sino una confianza lógica en alguien que es
absolutamente digno de nuestra fe: Jesucristo. El testimonio de las Escrituras acerca de su
persona y sus obras es extremadamente convincente.
Fijación