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El arte de la guerra (en chino simplificado, 孙子兵法; en chino tradicional, 孫子兵法;

pinyin, Sūn Zǐ Bīngfǎ; literalmente, «El arte de la guerra de Sun Tzu») es un libro sobre
tácticas y estrategias militares, escrito por Sun Tzu («Maestro Sun», también llamado
Sūnzǐ), un famoso estratega militar chino. Se trata de un antiguo tratado militar chino
que data del final del periodo de las primaveras y otoños (aproximadamente del
siglo V a. C.). La obra consta de 13 capítulos, cada uno dedicado a un aspecto de la
guerra y cómo se aplica a la estrategia y tácticas militares. Durante casi 1500 años fue el
texto principal de una antología que se formalizaría como los siete clásicos militares del
emperador Song Shenzong en 1080. El arte de la guerra sigue siendo el texto de
estrategia más influyente en la guerra de Asia Oriental y ha influido en el pensamiento
militar oriental y occidental, así como en las tácticas de negocios y en la estrategia legal,
entre otros campos.

Este libro contiene una explicación detallada y un análisis del ejército chino, desde las
armas y la estrategia hasta el rango y la disciplina. Sun Tzu también subrayó la
importancia de los agentes de inteligencia y el espionaje para el esfuerzo bélico. Debido
a que Sun Tzu ha sido considerado durante mucho tiempo como uno de los mejores
tácticos y analistas militares de la historia, sus enseñanzas y estrategias formaron la base
del entrenamiento militar avanzado durante los siguientes siglos.

El libro fue traducido al francés y publicado en 1772 (reeditado en 1782) por el jesuita
francés Joseph-Marie Amiot con el título de Art Militaire des Chinois. En 1905, el
oficial británico Everard Ferguson Calthrop intentó realizar una traducción parcial al
inglés bajo el título The Book of War. La primera traducción anotada al inglés fue
completada y publicada por Lionel Giles en 1910.1 Líderes militares y políticos como el
revolucionario comunista chino Mao Zedong, el daimio japonés Takeda Shingen, y el
general militar estadounidense Norman Schwarzkopf se han inspirado en el libro.

Índic

Tablillas de bambú desenterradas en 1972 en la montaña Yinque, ciudad de Linyi,


Shandong. Incluye una copia de "El arte de la guerra", data del s. II a. C.

Texto y comentarios
El arte de la guerra se atribuye tradicionalmente a un general militar de finales del
siglo VI a. C. conocido como «Maestro Sun» (Sūnzǐ o Sun Tzu), aunque sus primeras
partes probablemente datan de por lo menos 100 años más tarde.2 La obra Memorias
históricas de Sima Qian del siglo I a. C., la primera de las Veinticuatro Historias
dinásticas de China, registra una antigua tradición china que afirma que un texto sobre
asuntos militares fue escrito por un tal "Sun Wu" del Estado Qi, y que este texto había
sido leído y estudiado por el rey Helü de Wu (514-495 a. C.).3 Este texto se identificaba
tradicionalmente con El arte de la guerra del «Maestro Sun». El punto de vista
convencional que todavía está muy difundido en China era que Sun Wu fue un teórico
militar desde finales de la primavera y el otoño (776-471 a. C.) que huyó de su estado
natal de Qi al reino sudoriental de Wu, donde se dice que impresionó al rey con su
capacidad para entrenar a las damas de palacio en la guerra y que hizo que los ejércitos
de Wu fueran lo suficientemente poderosos como para desafiar a sus rivales
occidentales en el estado Chu.4

El prominente estratega, poeta y señor de la guerra Cao Cao a principios del siglo III fue
el autor del primer comentario conocido de El arte de la guerra. El prefacio de Cao deja
claro que él editó el texto y eliminó ciertos pasajes, pero el alcance de sus cambios no
estaba claro históricamente. El arte de la guerra aparece en todos los catálogos
bibliográficos de las historias dinásticas chinas, pero los listados de sus divisiones y
tamaño variaban ampliamente. A principios del siglo XX, el escritor y reformador chino
Liang Qichao teorizó que el texto fue escrito en realidad en el siglo IV a. C. por el
supuesto descendiente de Sunzi Sun Bin (孙膑/sūn bìn), ya que varias fuentes históricas
mencionan un tratado militar que él mismo escribió, titulado El arte de la guerra de Sun
Bin.53

Los antiguos egipcios escribieron textos en papiros así como en paredes, tumbas,
pirámides y obeliscos. Tal vez el ejemplo más conocido de la literatura de este periodo
es la Historia de Sinuhé.2 Otras obras conocidas incluyen el Papiro Westcar (una
colección de cuentos) y el Papiro Ebers (un tratado de farmacopea), así como el Libro
de los Muertos (instrucciones rituales para llegar a la otra vida), cuya versión más
completa nos ha llegado en el llamado Papiro de Ani.

Se puede dividir la literatura del antiguo Egipto en religiosa y profana. La mayor parte
es religiosa: sortilegios, oraciones funerarias, descripciones de la vida de ultratumba,
narraciones mitológicas sobre la Enéada... Fuera del ya mencionado Libro de los
muertos, de los Textos de las pirámides y de los Textos de los sarcófagos, destaca un
conjunto de inscripciones halladas en los hipogeos del Valle de los Reyes que describe
el mundo subterráneo o inframundo: el Libro del Amduat, el Libro de las puertas, el
Libro de la Vaca Sagrada, el Libro de las cavernas, el Libro de la Tierra, el Libro del
día y de la noche y la Letanía de Ra.

La literatura profana consiste sobre todo en libros sapienciales (literatura pensada para
la educación más que para el entretenimiento); incluso se creó un subgénero didáctico
específico de este tipo, el sebayt, que recuerda, salvadas las distancias, la instrucción de
príncipes cristiana o el adab musulmán. Pero también se escribieron narraciones,
biografías y poemas amorosos, elegíacos y filosóficos cuyo fin era el entretenimiento, el
desahogo artístico o sentimental o la meditación sobre el fin de la vida. Asimismo, la
autobiografía es una de las formas más antiguas de la literatura egipcia y nos han
llegado las del chaty (visir) Uni y la de Hirjuf. Resulta curiosa la escasa presencia de
epopeya; solo se ha conservado un largo poema que celebra la dudosa victoria de
Ramsés II en Qadesh, el Poema de Pentaur.3 El cuento fue un género muy estimado, de
difusión casi siempre oral. El antólogo y mitógrafo Roger Lancelyn Green (1918-1987)
reunió algunos que se han conservado enteros en inscripciones (El príncipe y la Esfinge,
La legendaria reina Hapshepsut, La princesa y el demonio, Jnum, dios del Nilo, Ra y
sus hijos, Horus el Vengador) papiros (El Loto de oro, Djedi, el Hechicero, Los dos
hermanos, El campesino elocuente, la Historia del náufrago, Se-Osiris y la carta
sellada, El libro de Thot, la Historia de Sinuhé, La toma de Yapu) o resúmenes
transmitidos por escritores griegos como Estesícoro (La princesa griega) o el
historiador Heródoto (El ladrón de tesoros, La muchacha de las zapatillas rojas). Este
último es la versión más antigua del cuento tradicional de La cenicienta.4

Producción literaria del Antiguo Egipto

El escriba sentado egipcio de la dinastía V. siglo XXIV a. C. Museo del Louvre.


Papiro Ebers.

Detalle de una hoja del Papiro de Ani, en escritura jeroglífica cursiva.

Casi toda la producción literaria del Egipto clásico se ha conocido por las inscripciones
de los monumentos que han sido descifradas por los arqueólogos y lingüistas, también
porque los autores griegos preservaron en sus historias importantes aportaciones, y
finalmente una pequeña porción se conservó en rollos e papiro y en vendas. La extraña
y misteriosa producción literaria del Egipto antiguo no ha llegado en su totalidad hasta
nosotros y muchas veces está estragada por lagunas; sin embargo, se han recopilado
varias obras de diferente época, a veces con reescrituras, adaptaciones, refundiciones y
variantes significativas, de contenido muy diverso, habida cuenta del largo tiempo
transcurrido en esta tradición y de las diferencias teológicas y religiosas de las distintas
épocas.

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