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“Galileo Galilei y su ley de caída libre”

Con respecto al estudio del movimiento de caída libre, el filósofo griego Aristóteles (384-322 aC)
asumió que los objetos más pesados caían más rápido que los más ligeros. Esta suposición se mantuvo
durante casi 2000 años hasta que, a finales del siglo XVI, el matemático italiano Galileo Galilei (1564-
1642) demostró que en realidad todos los objetos caen al mismo tiempo sin importar el peso de estos.

Galileo estaba convencido de que, en un espacio completamente libre de aire, dos cuerpos en caída
libre cubrían distancias iguales en tiempos iguales sin importar su peso. Esto contradecía
radicalmente las nociones aristotélicas acerca de la caída libre. Por supuesto que, en esa época, era
muy difícil medir con precisión el tiempo que tarda un objeto en caer una distancia vertical. Sin
embargo, Galileo se dio cuenta de que el movimiento de un objeto en caída libre era equivalente al
movimiento de una esfera rodando por un plano inclinado. Por lo tanto, diseñó un plano inclinado
para estudiar el movimiento de esferas rodando hacia abajo, donde se podría medir el tiempo
transcurrido (ver Figura 1) utilizando un reloj de agua.
Explicamos el movimiento de caída libre:
La caída libre es un movimiento en el que se deja caer
un objeto desde cierta altura y mientras este cae, no
existe ninguna resistencia o elemento que se aparezca
en su camino para interrumpirlo. Por esa razón se
llama “libre”.
Además, se considera un movimiento rectilíneo
uniformemente acelerado, no solo porque los objetos
caen como siguiendo una línea recta vertical, sino
también, porque la aceleración del objeto es constante,
es decir, mantiene los mismos valores.

Por ejemplo:
Esta pelota de fútbol se encuentra en el último piso de un edificio de 100 metros. Como está
en reposo, su velocidad es igual a 0.
Supongamos que la pelota se cae. Al descender su velocidad cambiará, ya no será igual a 0; y
la aceleración que alcance será la misma a los 70 metros, 30 metros o 10 metros. ¡A eso nos referimos
con uniforme!

Todos los objetos caen al mismo tiempo


Según Galileo Galilei, todos los cuerpos, sin importar su peso y tamaño, caen en el vacío al mismo
tiempo. De acuerdo a esto, si dejas caer un balón de fútbol y una moneda desde un quinto piso, los
dos entrarán en contacto con el suelo a la vez.
Ahora, ¿qué pasa si realizas el mismo ejercicio con una moneda y una hoja de papel?
La moneda caerá rápidamente, mientras la hoja empezará a descender moviéndose de lado a lado
y, seguramente, llegará más tarde.
Esto sucede porque al tener una superficie más amplia está más propensa a rozar con el aire, que
en pocas palabras genera una fricción y hace que los objetos se retrasen al caer.
Afortunadamente a la hora de calcular la caída libre no se tiene en cuenta la resistencia del aire. Lo
que sí importa es:

 La altura desde la que se deja caer el cuerpo, la cual siempre se mide en metros (m).
 El tiempo que se tarda en caer el objeto, que se mide en segundos (s).
 El valor de la aceleración de la gravedad, la cual te explicamos más abajo y se mide en metros
por segundo al cuadrado (m/s2).
 La aceleración que el objeto adquiere durante la caída, que también se mide en metros por
segundo al cuadrado (m/s2).
 La posición final, medida por el metro (m).
 Y la velocidad final, que se mide en metros por segundo (m/s) y, prácticamente, es la velocidad
con la que el objeto impacta el suelo.

La gravedad y la caída libre


¿Has notado que cuando los objetos se caen suelen hacerlo de forma vertical hasta tocar el suelo?
Esto es gracias a la influencia de la gravedad, que es una fuerza que atrae los objetos hacia el centro
de la Tierra. Eso explica porque siempre tenemos los pies sobre el suelo, porque son atraídos.
Ahora, la fuerza de la gravedad depende de la masa de cada objeto. Por ejemplo, el Sol es una estrella
con tanta masa que logra atraer con fuerza a muchos planetas, los cuales giran a su alrededor, entre
ellos la Tierra.
A su vez, la Luna también intenta ejercer su propia fuerza gravitatoria, pero al ser más ligera que la
Tierra, no logra atraer nuestro planeta, por el contrario, es la Tierra quien hace que la Luna gire a su
alrededor.
Esto también explica porque sobre la superficie de la Luna los humanos pesamos menos y hasta
flotamos, la respuesta es que la fuerza gravitatoria de la Luna es tan poca comparada con la de la
Tierra, que no logra ejercer la fuerza suficiente para mantener nuestros pies pegados al suelo.

De acuerdo a estos valores, todos los objetos que caen libremente en la Tierra aumentan su velocidad
hacia abajo con una aceleración de 9.8 m/s2 cada segundo, aunque a veces se aproxima a 10 m/s2.

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