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XIII.

La gran ruptura estilística:1770-79

1. Las obligaciones de Haydn en Eszterháza


La actividad del conjunto musical de Eszterháza estaba orientada al ocio. La música
era una de las fuentes de diversión esenciales para el príncipe Nicolas y sus invitados,
así que, organizaba eventos para distraerlos. Estos, requerían mucha organización,
especialmente cuando se trataba de invitados importantes, por ejemplo, con la visita
del duque Fernando y su esposa en 1775 podemos ver que los divertimentos eran muy
lujosos y requerían mucho trabajo.
Durante esta década en la que sirvió al príncipe Eszterháza, tuvo una vida muy
tranquila con pocas obligaciones: cuidaba de su personal interviniendo en las disputas,
apadrinando a sus hijos e intercediendo en sus casos ante el príncipe.
En 1776, el príncipe decide tener un teatro con una auténtica y perfilada temporada de
ópera cada año, como consecuencia, Haydn, tuvo gran cantidad de trabajo adicional,
pues las óperas debían adaptarse al escenario de Eszterháza y a sus cantantes. Por
otro lado, el interés del príncipe por tocar el baryton estaba desvaneciéndose mientras
aumentaba su interés hacia la ópera.
Sin embargo, en 1779, la sala de baile y el teatro de ópera ardieron y se perdieron
varias partituras y partichelas del compositor. Se conservan fragmentos de obras como
Lo speciale ​o Le pescatrici,​ puesto que Haydn tenía gran parte de sus manuscritos en
su lugar de residencia. A pesar de este acontecimiento se presentó una ópera de
marionetas, ya que había invitados en la residencia.
Ese mismo año, en enero, Haydn firmó un nuevo contrato con el príncipe en el que las
condiciones eran mejores. Esto es porque se acordó una subida de salario, con muchas
otras disposiciones de pago en especie, o la reducción de las 14 condiciones que tenía
a 6 en las que se decía que debía llevar una vida cristiana, comportarse decentemente
ante sus subordinados, estar siempre disponible para el príncipe, el anuncio del fin del
contrato por parte de ambas partes en un plazo de tres meses y la obtención de un
nuevo uniforme de verano y de invierno cada dos años, o dinero en su lugar. Esto nos
muestra que tras 18 años de servicio ejemplar por parte del compositor, el príncipe le
dotó de cierta independencia y autosuficiencia artística.
La reputación de dicho compositor crecía, a la vez que crecía el número de enemigos,
sobretodo la camarilla italiana, por lo tanto, estos frustraban el deseo de Haydn por
instalarse allí.

2. Obras
En todas sus obras, Haydn, muestra un gran conocimiento en la materia, junto con una
sutileza en el oficio y una invención continua excepcional. Aunque, no hay que negar
la composición de obras que eran rutinarias.
Los primeros años 60 fueron muy ricos en música instrumental. Durante este tiempo,
compuso sonatas, cuartetos de cuerda y sinfonías brillantes. Tuvo la mayor
producción de óperas cuando el príncipe comenzó a desarrollar un mayor interés en la
ópera, aunque al menos cuatro se perdieron en el incendio. Sobreviven cinco y una de
marionetas.
a. Sonatas para teclado
Compuso un total de 18 sonatas y se publicaron en series de 6, es decir, en
1774, dedicada al príncipe Eszterházy; en 1776 y en 1780, dedicada a las Sras.
Auenbrugger. Esta última contiene una sonata en Do menor que se entiende
como la mejor de su etapa ​Sturm and drang​, aunque sí es cierto que el
desarrollo y la recapitulación del último movimiento es una de las piezas más
expresivas y calculadas.
Las sonatas pertenecientes a la serie de Eszterházy son las más maduras y
consistentes. Cada una de ellas tiene una gran personalidad y están repletas de
novedades, galanterie, humor, originalidad y efectos ya experimentados con
anterioridad. El compositor situó el movimiento más ortodoxo en primer lugar,
colmado de insistentes ritmos con puntillo al gusto galat y un fraseo regular.
Conjuntamente, esta sonata, parece conservadora pero el último movimiento
es monotemático, rebosante de energía y brillante, donde la corta sección de
desarrollo se despacha como por casualidad con un movimiento rápido hacia
las tonalidades de los bemoles y, posteriormente, hacia las tonalidades de los
sostenidos para más tarde volver a la tónica tras una especie de “juego de
manos” rítmico y tonal.
La segunda sonata se dirige a aquellos que entienden de música. Comienza
con un material simple, sin apenas simetrías. El momento más significativo de
la obra es una pequeña figura en el c.15 que se desarrolla en 6 compases
dotando de gran seriedad a la pieza.
Es importante saber que tres de estas cuatro sonatas en tres movimientos
tienen movimientos lentos centrales en modo menor. Por ejemplo, el
movimiento en Mi menor de la segunda sonata es principalmente melódico y
sentimental, donde mezcla lo antiguo, texturas de sonatas a trío y suspensiones
corelianas, con lo nuevo, vehemencia en sus texturas precadenciales.
El movimiento en Re menor de la cuarta sonata se encadena con el último
movimiento de esta, sin pausa. Los movimientos finales de Haydn alcanzan
plena madurez en estas seis sonatas.
Esta seria de sonatas dedicadas al príncipe proporcionaban diversión y placer
al entendido.
Por último, las sonatas para piano con acompañamiento de cuerdas no parece
haber interesado a Haydn en esta época, y las dos obras de este género que se
han datado no difieren de obras precedentes. Y, la producción de tríos para
baryton, viola y chelo finalizó en 1775, cuando el interés del principe se
condujo a la ópera.
b. Cuartetos de Cuerda
Los Seis Cuartetos de Cuerda Op.9 se concibieron como un grupo, al igual que
los Seis Cuartetos Op.17. Sin embargo, los editores no los publicaron juntos,
por tanto, no es seguro el orden de estos cuartetos dentro de cada opus y en
cada publicación las vemos en un orden diferente.
Las 18 obras de las tres ediciones se escribieron en un espacio de 3 o 4 años,
así que, tienen bastantes similitudes.
Ambos opus incluyen una pieza en modo menor, que es la cuarta serie. Sin
embargo, el Op. 17, contiene algunas diferencias que pueden indicar cierto
progreso. Uno de los Minuetos difiere modalmente del resto de la obra.
Asimismo, las diferencias son más evidentes con el Op.20, donde dos
cuartetos están en modo menor y los primeros movimientos terminan con una
coda. Estos cuartetos se consideran excepcionales. Tres de ellos tienen finales
fugados. Además, al príncipe le gustaban las fugas, y estimaba que era una
característica esencial que puede ser apreciada por un entendido. Aunque, en
estas fugas, no podemos percibir la seriedad de Haydn.
El empleo del canon y la rigidez de los procedimientos escolásticos los
observamos en un movimiento de danza, un minueto, en el procedimiento del
al rovesio, e​ n el movimiento retrogradado, en los tríos con baryton, obras
estilo galante, y en los finales fugados. Todas las fugas tienen tempi rápidos y
cada una lleva el precepto “sempre soto voce”
Tanto en Versalles como en Eszterháza, las maneras de composición
precisaban habilidades excepcionales, al mismo tiempo que el hombre a la
moda podía ser serio, ingenioso, sentimental o frívolo, pero nunca pedante o
insulso.
Muchos editores afirman que Haydn consiguió revivir las técnicas
compositivas del barroco, pero realmente ese no fue un logro del compositor,
pues estas técnicas nunca llegaron a desaparecer, ya que fueron esenciales
sobretodo en la composición de obras dirigidas a la iglesia. El verdadero logro
de Haydn fue la reconciliación de contrapunto,la fuga y además
procedimientos escolásticos con los ideales galant de ingenio y destreza.
Este compositor dotó al op.20 de un brillo nuevo a través del manejo de los
instrumentos. Las posibilidades sonoras surgen de la división el cuarteto en
varios grupos, siendo tres instrumentos contra otros tres, utilizando duos, la
ubicación de la viola en el registro del bajo y al chelo como protagonista
melódico, y utilizando grupos instrumentales de forma antifonal. Aunque, lo
más novedoso, es la integridad y coherencia de cada sección dentro de la
textura.

c. Sinfonías
Durante esta década, Haydn, compuso un menor número de sinfonías, además
la mayoría tienen una estructura más uniforme. La sinfonía con estructura de
movimientos similar a la de la sonata da chiesa desaparece, pero se perpetúa
un rasgo esencial: el primer movimiento de tiempo lento gracias a una
introducción lenta al primer allegro. La uniformidad tonal de estas sonatas de
chiesa no se abandona en su totalidad, por ejemplo, en las sinfonías 44, 46 y
52, se conserva la misma tónica para los cuatro movimientos. Solo
encontramos durante este periodo un par de excepciones al minueto como
tercer movimiento.
La uniformidad de estas piezas hace que los procedimientos de Haydn sean
más sorprendentes. Estas sinfonías nombradas anteriormente, son sinfonías
denominadas sturm and drang, puesto que su material temático es de una
potencia inusual.
La sinfonía nº 60 en Do, compuesta en 1774, se considera la más brillante. Se
subtitula Il distratto, y esto se debe a que está basada en una música que
Haydn había escrito para una obra teatral de Regnard titulada de la misma
manera. Esta sinfonía consta de 6 movimientos, además de una introducción
lenta. Se concibe como una sinfonía ordinaria con un Adagio extra y un Presto
anexo al final. Estos dos movimientos adicionales otorgan un esquema tonal
más amplio.
Debido a esta naturaleza teatral de la obra, se emplearon gran variedad de
procedimientos rítmicos y armónicos, y el efecto expresivo va desde la
seriedad hasta la bufonería ocasional, desde la música culta a la popular,
Lo más curioso es la diferencia entre las sinfonías de los primeros años de la
década de los 60, las de los últimos 70 y principios de los 80, que parecen
estar escritas con cierto desinterés o por pura rutina. Por ejemplo, la nº 61,
cuyo primer movimiento consta de una melodía vulgar con formas sencillas.
De igual manera, la inspiración de Hydn no se corresponde con su
laboriosidad. Aunque, los elementos del Sturm und Drang se encontraban
presentes en sus obras durante mucho tiempo, las piezas cuya expresión llega
al punto más alto son aquellas dedicadas al príncipe Nicolas. Es por eso que
hay varias hipótesis del hecho nombrado anteriormente. Se dice que el propio
compositor quería cambiar de estilo, ya que había sido criticado por la
complejidad de su música, sobre todo el Emperador de Austria y el norte de
Alemania. Como el estilo sencillo y candoroso de los italianos era exitoso optó
por seguir ese camino para dirigirse a un público más internacional.
Desde 1775, en Esterhazy, sus días se llenaban con la producción de óperas,
así que tenía poco tiempo para componer. Los contratos con los editores y una
popularidad más universal conllevarían a la emancipación de esa especie de
esclavitud superior que sufría. Este estilo sencillo de sus sinfonías le
confirieron mucha popularidad.
i. La sinfonía de los adioses
Es quizá la más original, importante y exitosa de esta década, es la
nº45 en Fa# menor.
La situamos en el nuevo palacio del príncipe, su residencia favorita. Su
corte debía servirle en esta residencia durante un periodo de seis
meses, sin embargo, ese año lo alargó dos meses más. Los jóvenes que
querían ver a sus esposas dijeron a Haydn que como maestro de
capilla, este debía hacer algo. Lo que hizo fue componer una obra en la
que el cuarto movimiento los miembros de la orquesta van dejando de
tocar y abandonan la sala hasta quedar solo un violinista y Haydn.
Esta sinfonía es una prueba del modo en que Haydn se dirigía a su
patrón.
La estructura se basa en frases equilibradas con una textura equilibrada
de fuerzas en la que los oboes y las trompas tocan una melodía
melancólica mientras el bajo realiza una serie de sincopaciones y notas
repetidas que apoyan a los primeros violines.
Además, tiene una exposición donde el relativo mayor, La, se escucha
solamente por un instante en el desarrollo rítmico donde al final se
convierte en en La menor y se escucha de nuevo el material inicial.
La segunda parte de este movimiento se inicia de forma ortodoxa con
el material inicial en el relativo mayor, La, pero una seri de cadencias
interrumpidas conducen a la repetición del pasaje al unísono con la 2
aumentada, esta vez en la dominante de Si menor.
Algunos críticos e historiadores han querido encontrar en este pasaje
una especie de “segundo sujeto” desplazado de la exposición, aunque
hubiese intentado crear una estructura amplia y cómoda; debía haber
recapitulado este material en una coda.
En el último movimiento se lleva a cabo la deserción de los miembros
de la orquesta, de esta manera, en el c.150 escribe la frase sapienti
pauca, una frase interpretada de muchas formas. Puede traducirse
como “un mensaje para el sensato”, es decir, Haydn expresaba así la
esperanza de que el príncipe entendiese el mensaje.
El esquema tonal es muy rico y sus movimientos intermedios son
meramente para el entretenimiento, de la misma manera que el
movimiento final es único. Haydn era un compositor que conocía tan a
la perfección las reglas que podía doblegarlas cuando lo deseara.

d. Óperas
Sólo se conservan las óperas que sobrevivieron al incendio: ​Le pescatrici,
L’infidelitá delusa, L’incontro improvviso, Die Feuersbrunst, Il mondo della
luna, La vera constanza, L’isola disabitata, ​y una ópera de marionetas,
Philemon un Baucis​. Esta última pertenece a la categoría del singspiel, una
ópera en alemán con diálogos hablados, y con arias más cortas, estrofas a
modo de canción. Esto demuestra que su gran actividad operística.
La óperas italianas pueden ser de dos tipos: ​burletta y dramma giocoso, ambas
óperas buffas y una única azione teatrale, género relacionado con la ópera
seria.
Puede que el mayor progreso del compositor lo contemplemos entre el período
de ​Le pescatrici ​y ​L’infidelitá delusa.​ Esta última, fue la elegida para ser
representada cuando la Emperatriz María Teresa visitó Eszterháza en 1773;
esta, se adecúa mucho más a los modelos ideales de la ópera dieciochesca que
las precedentes. Asimismo, muestra una mayor preocupación por la
caracterización de los personajes a través de medios musicales y un mayor
sentido dramático. Observamos un notable enriquecimiento de los materiales
melódicos y de las texturas orquestales, que amplían y profundizan el poder de
Haydn para expresar el drama a través de la música. Presenta un gran colorido
vocal y, tras la obertura, la ópera comienza con un cuarteto de solistas con
acompañamiento orquestal. Su excelente calidad musical también funciona
dramáticamente. Esto es porque representa la calma antes de la tormenta, es la
antesala de los problemas.
Encontramos a lo largo de la obra una anticipación de una sonoridad que ha
terminado por denominarse mozartiana, es decir, la habilidad para reflejar
rápidos cambios emocionales. Resulta obvio que Haydn tuvo influencia sobre
Mozart: la influencia de uno en otro es de un orden tan sutil, que no puede
demostrarse con unas pocas semejanzas. El objetivo es demostrar que Haydn
en el 73 había adquirido cierta modernidad en la técnica operística en muy
poco tiempo.
También, observamos una gran presencia de madrigalismos.
El libreto de esta ópera es una adaptación de una obra de Marco Coltellini
realizada por alguien cercano al compositor. Coltellini era un poeta de la corte
vienesa que seguía la estela de Metastasio; era un hombre muy versado en los
ideales de la ópera reformada de Gluck y Calzabigi. De acuerdo con la
tradición de la ópera bufa, los personajes son gente corriente. Se estructura en
dos actos. En cuanto a su estructura armónica, permite que cada acto tenga la
mayor variedad tonal posible, aunque siempre manteniendo cierta relación con
Do, que es la tonalidad principal.
Por otro lado, ​Le pescatrici, es una ópera cuyo virtuosismo no resulta tan
evidente. Es un gran ejemplo de la manera en que Haydn comenzaba un final
operístico.
Haydn desarrolló más la música turca en óperas como ​Lo speciale o
L’incontro improvviso (1775), sobre todo en esta última. Este estilo que
mezclaba los fantástico con lo grotesco era muy popular en Viena a finales del
XVIII. Además, permitía utilizar instrumentos de percusión de cierto exotismo
y sílabas sin sentido para crear un efecto cómico. En esta música se
sancionaban todo tipo de torpezas no permitidas en la música escolástica,
como las quintas, cuartas y octavas paralelas.
Aunque las arias fueran más cortas y el ritornelo introductorio fuera más
breve, el espíritu de esta ópera no era tan animado como ​L’infidelita delusa y
no tuvo tanto éxito. Por otro lado, contiene un terceto para tres sopranos “Mi
Sembra un sogno”. Este terceto se sitúa en el primer acto. La podemos
relacionar con ​Der Rosenkavalier ​por su explotación sensual de las tres voces
femeninas acompañadas por dos cornos ingleses, dos trompas y la cuerda.
Il mondo della luna, ​de 1777 y La vera constanza ​1778 son claros ejemplos
de ópera buffa. Haydn responde con una música apremiante en su sous
entendre. En relación con las estructuras de las arias, son muy flexibles.
Cuando las arias son más convencionales y de gran virtuosismo, el ritornello
inicial es más extenso; otras veces no tiene inconveniente en abandonar este
ritornello inicial. Esto denota un creciente sentido de la caracterización
dramática.
La vera constanza abandona la modernidad echando la vista al pasado.
Muchas veces se acusó a dicho compositor por una carencia de espíritu crítico
a la hora de elegir el libreto. Al igual que ocurre en la ópera ​Le pescatrici​, los
personajes son un cruce de barreras sociales en la que la heroína es una
pescadora casada en secreto con un aristócrata. Además, esta obra añade poca
cosa al perfil de Haydn. El final del segundo acto es uno de los más complejos
que escribiría. La acción del escenario suele ser estática o tranquila al
comienzo de este tipo de finales, y sirve como preámbulo de la tensión y
alboroto que se avecina.
Por último, ​L’isola disabilita,​ compuesta en 1779 y su libreto pertenece a
Metastasio. Fue arreglada por primera vez en 1752 y fue denominada ​azione
teatrale​. En muchas ocasiones se ha considerado más un oratorio que una
ópera. Constituye una vuelta al género que habría sido capaz de soportar una
representación en escena, con menos acción dramática de lo que requería una
ópera en 1780. La música es una elaborada secuencia de arias y recitativos
acompañados.

e. Oratorio
Este género extendió la fama de Haydn durante el siglo XIX. Podemos
destacar ​Il ritorno di Tobia ​(1775), que se adapta fielmente a la tradición
metastasiana, reduciendo la acción en favor de la moraleja, y coloreando
cualquier acción con un recitativo acompañado. La tradición del oratorio
italiano exigía que la obra tuviese una secuencia de arias y recitativos, con un
coro de apertura y otro de cierre. Esta obra tuvo gran éxito, se volvió a
interpretar 9 años después después de sufrir algunas modificaciones en la
partitura acortando y añadiendo secciones.
Hay una escasa diferencia entre esta obra y la vieja ópera seria, por lo que el
oratorio parece pertenecer a una época anterior. Las arias, además, son muy
largas y ricas en orquestación y color con unos ritornelos introductorios muy
extensos.
Cuando Haydn la escribió no contempló el dramatismo, de este modo,
extendió la música con total libertad. El resultado es una obra que a pesar de
su belleza y la excelencia de su oficio es prácticamente una obra de museo.
Por último, las nuevas condiciones y el aumento de salario de su nuevo
contrato en 1779 eran recompensas que Haydn esperaba. Este contrato no se
hubiera llevado a cabo de no ser por el deseo del príncipe por estrechar los
lazos con el compositor, de esta manera, cuanto más necesario se volvía
Haydn para Eszterháza, más permisivo se hacía el príncipe.

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