Había una vez en un pequeño pueblo rodeado de exuberante
belleza naturaleza, dos niños llamados Meli y Aukan. Vivían en un lugar donde la educación formal era escasa y los recursos eran limitados. Sin embargo, su deseo de aprender y su conexión con el medio ambiente los llevó por un camino de aprendizaje único.
Meli y Aukan se encontraban con frecuencia en el bosque,
explorando y descubriendo los secretos que este les ofrecía. Un día, mientras caminaban entre los árboles, se encontraron con un búho muy sabio y anciano que vivía en un hueco de un viejo roble.
El búho, con su voz sabia y profunda, les habló sobre la importancia
de aprender de la naturaleza y cómo esta podía ser su mejor maestra. Les enseñó a identificar plantas comestibles, a rastrear huellas de animales y a entender los ciclos de la naturaleza.
Los niños, emocionados por la oportunidad de aprender de este
sabio búho, comenzaron a pasar tiempo con él todos los días. El búho les enseñaba sobre la caza y la recolección ética, respetando siempre el equilibrio natural.
A través de sus aventuras en esos bellos paisajes, Meli y Aukan
aprendieron a construir refugios con ramas y hojas, a encender fuego y a orientarse por las estrellas. Descubrieron los secretos de las plantas medicinales y aprendieron a utilizarlas para el bienestar.
El búho también les enseñó sobre la importancia de la paciencia, la
observación y el respeto por todas las formas de vida. Les habló sobre la interconexión de los seres vivos y cómo cada uno tenía un papel fundamental en el ecosistema. A medida que pasaba el tiempo, Meli y Aukan se convirtieron en expertos en la naturaleza y compartieron su conocimiento con otros niños del pueblo. Juntos, formaron un grupo de aprendices de la naturaleza, explorando y aprendiendo todas las maravillas que los rodeaba.
Aunque no tenían una institución educativa formal, Meli y Aukan
encontraron en la naturaleza su mejor aula. Aprendieron a través de la experiencia y la guía del sabio búho, y desarrollaron un profundo amor y respeto por el mundo natural.
Con el tiempo, el sabio búho siguió guiando a Meli y Aukan en su
viaje de aprendizaje, y juntos continuaron explorando, aprendiendo y compartiendo su amor por la naturaleza con todos los que conocían.
Así, Meli, Aukan y el sabio búho demostraron que la educación no
se limita a las instituciones formales, sino que se puede encontrar en cada rincón de la naturaleza. A través de su conexión con el mundo natural, encontraron un camino único de aprendizaje y descubrimiento, dejando una huella de respeto y amor por la naturaleza en su comunidad.
Lewis Mumford_ EL mito de la máquina _⁃_El libro de Mumford en general y la lectura propuesta en particular es una búsqueda de una definición diferente de lo humano, de su cultura y de sus características, no l