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SEÑOR

JUEZ ADMINISTRATIVO DEL CIRCUITO DE VALLEDUPAR (REPARTO).


E. S. D.

ASUNTO: MEDIO DE CONTROL DE ACCION DE REPARACION


DIRECTA
DEMANDANTES : MARIA JOSE MATRTINEZ ARGOTES Y OTROS
DEMANDADO : NACION, MINISTERIO DE DEFENSA, EJERCITO
S NACIONAL

JORGE BENJUMEA RAMOS, mayor de edad, identificado con la cédula de Ciudadanía


1.003.314.905, de Valledupar, portador de la Tarjeta Profesional de Abogado No. 267.170
expedida por el Consejo Superior de la Judicatura, actuando en calidad de apoderado judicial de los
señores MARIA JOSE MARTINEZ ARGOTES, quien a su vez actúa en su calidad de
representante de sus hijos menores LUISA MIRANDA MARTINEZ, identificado con la T.I No.
1.067.822.937, CATALINA MIRANDA MARTINEZ, identificada con la T.I No. 1.063.657.987,
JUAN CAMILO MIRANDA MARTINEZ, identificado con la TI No. 1.065.629.232, JUAN
DIEGO MIRANDA MARTINEZ, identificado con la T.I No. 1.064.345.678 y CESAR ENRIQUE
MIRANDA MARTINEZ, identificado con la T.I No. 1.065.435.562; JUAN AURELIO MIRANDA
CHAVEZ, mayor de edad con domicilio en Valledupar, identificado con la cedula de ciudadanía
No. 7.367.945, MARIA AURORA COTES SIERRA, mayor de edad con domicilio en esta ciudad,
identificada con la cedula de ciudadanía No. 26.167.089 y JUAN ENRIQUE MIRANDA
BANDERA, mayor de edad con domicilio en la ciudad de Valledupar, identificado con la cedula de
ciudadanía No. 1,065,839,451, según poder adjunto, por medio del presente escrito acudo ante su
despacho formalmente para instaurar MEDIO DE CONTROL DE REPARACION DIRECTA,
regulado por el artículo 140 del C.P.A.C.A, en contra de LA NACION - MINISTERIO DE
DEFENSA – EJERCITO NACIONAL DE COLOMBIA, Representados legalmente por el ministro
de defensa, Dr. IVAN VELASQUEZ o por quienes hagan sus veces, con el fin de que mediante
sentencia judicial que haga tránsito a cosa juzgada se reconozca su responsabilidad administrativa y
patrimonial y se pronuncien las siguientes:

DECLARACIONES Y CONDENAS

1. Se declare la responsabilidad administrativa y patrimonial sobre LA NACION –


MINISTERIO DE DEFENSA NACIONAL – EJERCITO NACIONAL DE
COLOMBIA, con respecto a la muerte del señor JUAN PABLO MIRANDA COTES
2. Como consecuencia de lo anterior se repare el daño antijurídico ocasionado en virtud de
la negligencia de los miembros del Ejército Nacional, tal reparación estimada se
relaciona de la siguiente manera:

PERJUICIOS EXTRAPATRIMONIALES

DAÑOS MORALES

 Indemnización por concepto de daños y perjuicios morales, ocasionados a mis


poderdantes, correspondientes a la aflicción que genera la perdida de la vida de
un esposo, padre e hijo amoroso, quien tenía la responsabilidad afectiva y
económica de su núcleo familiar, conformado por su esposa, sus padres y sus
hijos, quienes ante tal pérdida irreparable deben continuar sus vidas con esta
ausencia, dicha reparación se relaciona de la siguiente manera:

- Para su conyugue, señora MARIA JOSE MARTINEZ ARGOTES,


indemnización correspondiente a 100 SMLMV.
- Para sus hijos menores, LUISA MIRANDA MARTINEZ, CATALINA
MIRANDA MARTINEZ, JUAN CAMILO MIRANDA MARTINEZ, JUAN
DIEGO MIRANDA MARTINEZ, CESAR ENRIQUE MIRANDA MARTINEZ,
indemnización correspondiente a 100 SMLMV para cada uno de ellos.
- Para su hijo mayor, señor JUAN ENRIQUE MIRANDA BANDERA
indemnización correspondiente a 100 SMLMV.
- Para su padre, señor JUAN AURELIO MIRANDA CHAVEZ, indemnización
correspondiente a 100 SMLMV.
- Para su madre, señora MARIA AURORA COTES SIERRA, indemnización
correspondiente a 100 SMLMV.

Las sumas anteriormente mencionadas deberán ajustarse a las cantidades


expuestas o en su defecto a lo máximo establecido por la jurisprudencia al
momento de la conciliación o fallo.

La jurisprudencia del Consejo De Estado refirió lo siguiente respecto a la


Indemnización del Daño Moral:

“2(…) Como no existe un patrón objetivo para tasar el perjuicio moral, dada su
naturaleza, la indemnización sólo cumple un papel paliativo o de mitigación del
bien afectado, pues ni lo resarce ni lo repone. La Sala en sentencia de 6 de
septiembre de 2001 hizo un recuento sobre la evolución de la jurisprudencia de
esta Corporación en materia de liquidación del perjuicio moral y fijó la nueva
orientación. Precisó que desde cuando el Consejo de Estado asumió
competencia para conocer de las demandas de responsabilidad
extracontractual instauradas contra el Estado acudió al artículo 95 del Código
Penal de 1936 para efectos de cuantificar el perjuicio moral; que a partir de la
sentencia del 9 de febrero de 1978 decidió actualizar la suma de dos mil pesos
fijada en dicha norma, teniendo en cuenta la pérdida del valor adquisitivo de la
moneda, concluyendo que el tope máximo establecido en esa disposición
equivalía en el año de 1937, a lo que para la fecha de la sentencia, costaban
1.000 gramos de oro. Indicó que desde el año de 1978 se ha continuado
aplicando la fórmula de remisión al oro, la cual fue recogida por el nuevo
código penal - decreto 100 de 1998 -, donde se indicó que “() Si el daño moral
ocasionado por el hecho punible no fuere susceptible de valoración pecuniaria,
podrá fijar el juez prudencialmente la indemnización que corresponda al
ofendido o perjudicado hasta el equivalente, en moneda nacional, de unos mil
gramos oro. Esta tasación se hará teniendo en cuenta las modalidades de la
infracción, las condiciones de la persona ofendida y la naturaleza y
consecuencia del agravio sufrido” (Artículo 106). Y fijó la nueva orientación
jurisprudencial, según la cual la liquidación de la indemnización por concepto
del perjuicio moral, se debe efectuar ya no con base en el patrón oro, sino con
fundamento en el salario mínimo legal; para ese efecto hizo referencia a: La
modificación del valor del oro en proporción completamente distinta, “por lo
general muy inferior, a la pérdida del poder adquisitivo del peso colombiano”;
La inexistencia de un nexo entre las variaciones del valor de estos dos rubros;
La denominación de las obligaciones en oro “es un método absolutamente
inadecuado para conservar la capacidad adquisitiva del acreedor o de la
víctima”; La reparación integral y equitativa del daño, que exige el artículo 16
de la ley 446 de 1998;El abandono necesario del criterio adoptado por el
Consejo de Estado desde el año de 1978, mediante el cual se daba aplicación
extensiva a las normas que al respecto traía el Código Penal. Las razones
nuevas de orden jurídico, “apoyadas igualmente en fundamentos 1 Liria
Fernández; B. Rodríguez Vega, Intervenciones sobre problemas relacionadas
con el duelo para profesionales de atención primaria: El proceso de duelo.
Universidad Autónoma de Madrid. 2 sentencia del 01 de marzo de 2006,
Expediente 15537, Sección Tercera, Consejo de Estado, Magistrada Ponente
Dra. María Elena Giraldo Gómez, Republica de Colombia, Bogotá D.C JOSE
SILONEY NAVIA GUTIERREZ Abogado – Litigante en Derecho Administrativo
Calle 3 C No. 69-29 (2) 313-6885142 Cali Vallejsnavia@yahoo.com de orden
práctico, justifican, en la actualidad, esta decisión”. Y concluyó: que
“establecido, por lo demás, el carácter inadecuado del recurso al precio del
oro, la Sala fijará el quantum de las respectivas condenas, en moneda legal
colombiana, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 178 del Código
Contencioso Administrativo. Considerando que el salario mensual en Colombia
se fija atendiendo fundamentalmente la variación del índice de precios al
consumidor, se considera que el valor del perjuicio moral, en los casos en que
éste cobre su mayor intensidad, puede fijarse en la suma equivalente a cien
(100) salarios mínimos legales mensuales, que en la fecha de la sentencia
corresponda ( )”. Y en sentencia dictada el día 13 de febrero de 2003, destacó
el carácter discrecional de la facultad de cuantificación del perjuicio moral:
“( ) la valoración de dicho perjuicio debe ser hecha por el juzgador, en cada
caso, según su prudente juicio ( )”, y que por ello la sugerencia hecha por la
Sala en el fallo proferido el día 6 de septiembre del 2001 sobre la imposición de
condenas por perjuicio moral en un máximo de 100 salarios mínimos legales no
significa que no pueda ser mayor cuando se pide una mayor indemnización y se
alega y demuestra además una mayor intensidad en el padecimiento del daño
moral, como lo ha dicho la Sala en otras oportunidades (…)”.

Teniendo en cuenta lo expuesto por el Honorable Consejo de Estado, podemos


concluir de que en el orden ponderativo de derechos de los que goza cada
ciudadano, la vida sin lugar a discusión alguna, es el bien jurídico más preciado,
y la intensidad del daño moral más alto se le atribuye a la perdida de este
derecho, ergo implica un inmenso dolor que perdura en el tiempo para aquellas
personas con quien la victima sostuvo lazos fraternales y familiares, es por ello
que se ruega a su señoría, imponer la más alta cifra indemnizable para cada uno
de los parientes que directamente conformaban el seno del hogar del señor
JUAN PABLO MIRANDA COTES (QEPD).

PERJUICIOS PATRIMONIALES

Daño Emergente Consolidado

 Pago de motocicleta marca YAMAHA línea FZ de placas BTU 56D, propiedad


de la víctima quien se le determino pérdida total al momento del siniestro,
avaluada en una suma de DIEZ MILLONES DE PESOS M/CTE ($10.000.000).

1.1. La condena respectiva será actualizada de conformidad con lo


previsto en el artículo 187 del CPCA, ajustándolo, tomando como base el
índice de precios al consumidor, desde la fecha de la ocurrencia de los
hechos hasta la ejecutoria del correspondiente fallo definitivo.
1.2. Para la liquidación de los perjuicios pido comedidamente se hagan
las actualizaciones pertinentes y se tengan en cuenta las fórmulas de
matemática financiera que para el efecto ha reconocido el Consejo de
Estado.
1.3. Ordenar que la parte demandada de cumplimiento estricto a la
sentencia, tal como lo ordena el articulo 176, en concordancia con con el
articulo 177, y demás normas afines del CPACA.
1.4. Condenar a la parte demandada al pago de las costas procesales y las
agencias en derecho.

HECHOS

1. Que el día 05 de enero del año 2022, siendo las 10:00 pm, el señor JUAN PABLO
MIRANDA COTES (QEPD), quien conducía una motocicleta marca YAMAHA
línea FZ de placas BTU 56D, se encontraba transitando en la vía que comunica al
Municipio de Chimichagua con el Municipio de Chiriguana – Cesar, quien colisiona
con un vehículo tipo camioneta, de placas CBW 453, perteneciente al Ejército
Nacional, la cual se encontraba a la mitad de la vía, mal estacionada y sin ningún
tipo de luz encendida ni señalización que indicara su presencia en la oscura vía.
2. Como consecuencia de lo anterior, el señor JUAN PABLO MIRANDA COTES
queda tendido en la carretera, quien luego es auxiliado por personas que transitaban
en la vía y se percataron del accidente, quienes inmediatamente llaman a una
ambulancia que atiende el llamado y procede a trasportar inmediatamente al señor
JUAN PABLO a las instalaciones del Hospital Inmaculada Concepción del
Municipio de Chimichagua a donde llega sin signos vitales.
3. Que una vez practicada la autopsia de la víctima se determinó por parte del Instituto
Nacional de Medicina Legal que el deceso de la víctima obedeció a los múltiples
traumatismos sufridos en el accidente.
4. Queda plenamente confirmado que el señor JUAN PABLO MIRANDA COTES por
medio del estudio de la necropsia, no se encontraba bajo los efectos de sustancia
psicoactivas o alucinógenas, ni en estado de embriaguez.
5. La víctima, el señor JUAN PABLO MIRANDA COTES contaba con 45 años de
edad y prestaba sus servicios como administrador de la finca SINAMAICA
propiedad del señor ORLANDO CESPEDES, ubicada en zona rural del Municipio
de Chimichagua, quien devengaba la suma de TRES MILLONES DE PESOS
($3.000.000) como contra prestación por sus servicios.
6. Que, como consecuencia de los hechos relatados, la motocicleta en la que se
movilizaba la víctima sufrió pérdida total por el choque sufrido, cuyo diagnostico se
encuentra debidamente constatado en el certificado expedido por concesionario
YAMAHA.
7. El señor JUAN PABLO MIRANDA COTES sostenía una sociedad conyugal
debidamente formalizada con la señora MARIA JOSE MARTINEZ ARGOTE, con
quien procreó 5 hijos, llamados LUISA, CATALINA, JUAN CAMILO, JUAN
DIEGO y CESAR ENRIQUE MIRANDA MARTINEZ, todos menores de edad.
8. Así mismo, el señor JUAN PABLO MIRANDA COTES con anterioridad a su
matrimonio, sostuvo una relación con la señora JUANA BANDERA con quien
procreó al señor JUAN ENRIQUE MIRANDA BANDERA mayor de edad.
9. Que el señor JUAN PABLO MIRANDA COTES vivía con sus padres, los señores
JUAN AURELIO MIRANDA y MARIA AURORA COTES, quienes dependían
totalmente de la víctima.
10. La pérdida de la vida del señor JUAN PABLO MIRANDA COTES, ha ocasionado
una conmoción al interior de su núcleo familiar, ya que era un esposo, padre e hijo
ejemplar responsable directamente de proveer las necesidades básicas de
subsistencia para su hogar, pues de él dependían directamente sus hijos, conyugue y
padres, una perdida ostensible, pues se han lesionado sus intereses familiares con la
falla de la administración que compromete su responsabilidad como consecuencia
del insuceso.
11. A efectos de cumplir con el requisito de procedibilidad de conciliación extrajudicial,
se acudió ante la Procuraduría General de la Nación la cual en fecha 15 de julio de
2023 expide acta de no acuerdo No. 016, agotando así dicho presupuesto.

FUNDAMENTOS JURIDICOS Y JURISPRUDENCIALES

DE RANGO CONSTITUCIONAL

Artículo 90. El Estado responderá patrimonialmente por los daños antijurídicos que le
sean imputables, causados por la acción o la omisión de las autoridades públicas. En el
evento de ser condenado el Estado a la reparación patrimonial de uno de tales daños, que
haya sido consecuencia de la conducta dolosa o gravemente culposa de un agente suyo,
aquél deberá repetir contra éste.

La jurisprudencia del honorable Consejo de Estado es abundante cuando, al desarrollar


los principios atinentes a la responsabilidad pública, ha sentado: “.... De ahí que bien
puede predicarse que la responsabilidad del Estado se desprende de la obligación que
nace para éste de reparar los perjuicios causados, bien sea a la sociedad o a uno de sus
miembros, como consecuencia del no cumplimiento, o del defectuoso cumplimiento o
tardío cumplimiento de los deberes fundamentales consagrados en la Constitución...
Pero, se repite, la responsabilidad estatal surgirá siempre que las autoridades pudiendo y
debiendo hacerlo para el caso específico dejen que se desconozcan los derechos a la
vida, honra y bienes de las personas residentes en el país por parte de otras personas o
cuando el mismo Estado vulnera tales derechos...”.

CONSEJO DE ESTADO, SALA DE LO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO,


SECCION TERCERA, RADICADO: 25000-23-26-000-1996-03282-01(20042).

La Sala, de tiempo atrás ha dicho que la falla del servicio ha sido en nuestro derecho, y
continua siendo, el título jurídico de imputación por excelencia para desencadenar la
obligación indemnizatoria del Estado; en efecto, si al Juez Administrativo le compete una
labor de control de la acción administrativa del Estado y si la falla del servicio tiene el
contenido final del incumplimiento de una obligación a su cargo, no hay duda de que es
ella el mecanismo más idóneo para asentar la responsabilidad patrimonial de naturaleza
extracontractual3. También ha sostenido que el mandato que impone la Carta Política en
el artículo 2º inciso 2º, consistente en que las autoridades de la República tienen el deber
de proteger a todas las personas residentes en Colombia, en su vida, honra, bienes,
creencias y demás derechos y libertades “debe entenderse dentro de lo que normalmente
se le puede exigir a la administración en el cumplimiento de sus obligaciones o dentro de
lo que razonablemente se espera que hubiese sido su actuación o intervención acorde con
las circunstancias tales como disposición del personal, medios a su alcance, capacidad de
maniobra etc., para atender eficazmente la prestación del servicio que en un momento
dado se requiera”4, así, las obligaciones que están a cargo del Estado -y por lo tanto la
falla del servicio que constituye su trasgresión-, han de mirarse en concreto frente al caso
particular que se juzga, teniendo en consideración las circunstancias que rodearon la
producción del daño que se reclama, su mayor o menor previsibilidad y los medios de que
disponían las autoridades para contrarrestarlo5.

Se le exige al Estado la utilización adecuada de todos los medios de que está provisto, en
orden a cumplir el cometido constitucional en el caso concreto; si el daño se produce por
su incuria en el empleo de tales medios, surgirá su obligación resarcitoria; por el
contrario, si el daño ocurre pese a su diligencia no podrá quedar comprometida su
responsabilidad. Ahora bien, la falla del servicio o la falta en la prestación del mismo se
configura por retardo, por irregularidad, por ineficiencia, por omisión o por ausencia del
mismo. El retardo se da cuando la Administración actúa tardíamente ante la ciudadanía en
prestar el servicio; la irregularidad, por su parte, se configura cuando se presta el servicio
en forma diferente a como debe hacerse en condiciones normales, contrariando las
normas, reglamentos u órdenes que lo regulan y la ineficiencia se da cuando la
Administración presta el servicio, pero no con diligencia y eficacia, como es su deber
legal. Y obviamente se da la omisión o ausencia del mismo cuando la Administración,
teniendo el deber legal de prestar el servicio, no actúa, no lo presta y queda desamparada
la ciudadanía6.

LEY 769 DE 2002

ARTÍCULO 76. LUGARES PROHIBIDOS PARA ESTACIONAR. Está prohibido


estacionar vehículos en los siguientes lugares: Sobre andenes, zonas verdes o sobre
espacio público destinado para peatones, recreación o conservación. En vías arterias,
autopistas, zonas de seguridad, o dentro de un cruce. En vías principales y colectoras en
las cuales expresamente se indique la prohibición o la restricción en relación con horarios
o tipos de vehículos. En puentes, viaductos, túneles, pasos bajos, estructuras elevadas o en
cualquiera de los accesos a éstos. En zonas expresamente destinadas para estacionamiento
o parada de cierto tipo de vehículos, incluyendo las paradas de vehículos de servicio
público, o para limitados físicos.

En carriles dedicados a transporte masivo sin autorización. A una distancia mayor de


treinta (30) centímetros de la acera. En doble fila de vehículos estacionados, o frente a
hidrantes y entradas de garajes. En curvas. Donde interfiera con la salida de vehículos
estacionados. Donde las autoridades de tránsito lo prohíban. En zona de seguridad y de
protección de la vía férrea, en la vía principal, vías secundarias, apartaderos, estaciones y
anexidades férreas.

ARTÍCULO 77. NORMAS PARA ESTACIONAR. En autopistas y zonas rurales, los


vehículos podrán estacionarse únicamente por fuera de la vía colocando en el día señales
reflectivas de peligro, y en la noche, luces de estacionamiento y señales luminosas de
peligro. Quien haga caso omiso a este artículo será sancionado por la autoridad
competente con multa equivalente a treinta (30) salarios mínimos legales diarios vigentes.

ARTÍCULO 78. ZONAS Y HORARIOS DE ESTACIONAMIENTO ESPECIALES. Los


conductores que estacionen sus vehículos en los lugares de comercio u obras de
construcción de los perímetros urbanos con el objeto de cargar o descargar, deberán
hacerlo en zonas y horarios determinados para tal fin. Las entidades públicas o privadas y
los propietarios de los locales comerciales no podrán hacer uso del espacio público frente
a sus establecimientos para el estacionamiento exclusivo de sus vehículos o el de sus
clientes. Las autoridades de tránsito definirán las horas y zonas para el cargue o
descargue de mercancías.

ARTÍCULO 79. ESTACIONAMIENTO EN VÍA PÚBLICA. No se deben reparar


vehículos en vías públicas, parques, aceras, sino en caso de reparaciones de emergencia, o
bajo absoluta imposibilidad física de mover el vehículo.

En caso de reparaciones en vía pública, deberán colocarse señales visibles y el vehículo se


estacionará a la derecha de la vía en la siguiente forma: En los perímetros rurales, fuera
de la zona transitable de los vehículos, colocando señales de peligro a distancia entre
cincuenta (50) y cien (100) metros adelante y atrás del vehículo.

Cuando corresponda a zonas de estacionamiento prohibido, sólo podrá permanecer el


tiempo necesario para su remolque, que no podrá ser superior a treinta (30) minutos.

PARÁGRAFO. Está prohibido reparar vehículos automotores en la zona de seguridad y


protección de la vía férrea, en los patios de maniobras de las estaciones, los apartaderos
y demás anexidades ferroviarias.

De las normas anteriormente citadas y Los artículos 2 y 90 de la Constitución Nacional. El


ente público, en el caso sub examine, incurrió en responsabilidad de tipo indirecto que se
evidencia en la falla del servicio, en doble aspecto: primero, por cuanto a que miembro del
Ejercito Nacional, quienes transitaban en uno de los vehículos, con descuido total y
desconocimiento de las normas de tránsito, obstruyen la vía con el vehículo que conducían,
sin precaución de las consecuencias de estacionar allí un vehículo sin luces y ningún tipo de
señalamiento; y segundo, porque aparte de ser un hecho notorio el mal estado de
estacionamiento del vehículo, no se percatan de establecer señalización visible y reflectora,
así como el encendido de luces de parqueo.

Los aspectos tratados nos llevan a aseverar que en este caso se presentó lo que la doctrina
ha dado en llamar “falta de previsibilidad de lo previsible”, al olvidar las consecuencias que
puede acarrear una omisión de este tipo, generándose en consecuencia una falla del ente
estatal, como está secuencialmente señalado en los supuestos fácticos de la demanda. Es
incuestionable, entonces, que el daño sufrido por el señor fue causado por una falla de la
administración y de las demás entidades convocadas.

Sea suficiente el concepto que antecede para sostener con fundamento, que el hecho dañoso
es imputable únicamente al Estado, en cabeza de uno de sus órganos, sin que exista causa
exonerativa de responsabilidad porque el daño no se produjo por culpa de la víctima, ni por
la ocurrencia de una fuerza mayor o caso fortuito, que sirvieran de fundamento para hablar
con certeza del acaecimiento de un hecho imprevisible. La forma cómo ocurrió el accidente
y las circunstancias de ésta, ubican la responsabilidad, al configurarse los siguientes
elementos axiomáticos:

a) El hecho generador de la falla del servicio de la administración, plenamente establecido


con los argumentos que anteceden.
b) El daño cierto, la muerte de la víctima, que implicó un suceso irreversible ya que se
perdió una vida.
c) La relación de causalidad entre la falla del ente público y el daño cierto.

Inequívocamente, la actitud de la administración fue la causa eficiente del daño sufrido; en


el fondo, lo que se evidencia es la relación de causa entre la falla y el daño causado, como
se probará fehacientemente.

CONCEPTO DE VIOLACION

Como ya se mencionó en el acápite de hechos, conforme a los parámetros establecidos en el


artículo 90 de la Constitución Política, se establece como elemento esencial para que se dé
la responsabilidad a cargo de la administración, la existencia de un daño antijurídico y que
este sea imputable al Estado, causado por la ACCIÓN o la OMISIÓN de las autoridades
públicas, circunstancia esta, que se da en el caso sub-examine.

Como consecuencia de ello, la responsabilidad en general descansa en dos elementos: el


daño antijurídico y la imputación.

Frente al primero, incorporando a nuestra legislación la Jurisprudencia y la Doctrina, se


dijo que daño antijurídico era aquel que la víctima no estaba obligada a soportar,
presentándose un desplazamiento de la culpa que era el elemento tradicional de la
responsabilidad para radicarlo en el daño mismo, es decir, que éste resultaba jurídico si
constituía una carga pública o antijurídico si era consecuencia del desconocimiento por
parte del mismo Estado del derecho legalmente protegido, de donde surgía la conclusión
que no tenía el deber legal de soportarlo.

Finalmente, en cuanto a la imputación no era más que el señalamiento de la autoridad que


por acción u omisión había causado el daño.

A pesar de la claridad de la existencia de estos dos únicos elementos estructuradores de la


responsabilidad patrimonial del Estado, la Jurisprudencia del Consejo de Estado ha
persistido en la tendencia de aplicar al caso en concreto una de las dos teorías que
tradicionalmente se venían aplicando hasta antes de la Constitución de 1991: la teoría de la
responsabilidad subjetiva que ha descansado en la culpa (elemento no aplicado en España
por radicarlo en el daño mismo) y la teoría de la responsabilidad objetiva, que descansa en
el riesgo creado. Todo ello para efectos probatorios, de las cuales se han construido
distintos títulos de imputación que el Juez, en ejercicio del principio Iura Novit Curia,
aplicara en cada caso en concreto.
DECLARACION JURAMENTADA

Bajo la gravedad del juramento declaro que ni el poderdante ni el suscrito han interpuesto
acción similar a la que estamos presentando, contra los demandados por los mismos
motivos y circunstancias que se describen en el presente escrito.

VALORACION ESTIMADA DE LA CUANTIA

Estimo la cuantía del presente proceso en 910 SMLMV equivalentes a MIL CINCUENTA
Y CINCO MILLONES SEICIENTOS MIL PESOS ($1.055.600.000).

PRUEBAS

DOCUMENTALES:

- Copia de registro civil de defunción del señor JUAN PABLO MIRANDA


COTES.
- Copia de registro civil de matrimonio contraído entre la señora MARIA
JOSE MARTINEZ y LA VICTIMA,
- Copia de registros civiles de nacimiento de los menores LUISA,
CATERINE, JUAN CAMILO, JUAN DIEGO, CESAR ENRIQUE MIRANDA
MARTINEZ.
- Copia de registro civil de nacimiento del señor JUAN ENRIQUE MIRANDA
BANDERA
- Copia de cedula de ciudadanía de los padres de la víctima, señores JUAN
AURELIO MIRANDA Y MARÍA AURORA COTES.
- Copia de croquis de tránsito.
- Copia de acta de inspección técnica a cadáver.
- Diagnóstico de daño y reparación de motocicleta afectada expedido por
almacén autorizado YAMAHA.
- Copia de certificado laboral expedido por empleador de la víctima.
- 5 fotografías tomadas en el lugar y hora de ocurrencia de los hechos.
- Copia de acta de no acuerdo de conciliación fallida en Procuraduría
General de la Nación.

TESTIMONIALES:

Sírvase su señoría decretar y practicar los testimonios de los señores:


- VALERIA VANESSS JELKH DIAZ mayor, identificada con cedula de ciudadanía No.
1.065.897.908, con domicilio en el municipio de chiriguana, en calidad de testigo
presencial.

INTERROGATORIO DE PARTE:
Así mismo, le solicito señor (a) juez, citar a la señora MARIA JOSE MARTINEZ
ARGOTES para realizar el respectivo interrogatorio por parte de este apoderado.

 OBJETO DE LA PRUEBA

Las pruebas aportadas, y la testimonial, tiene como finalidad probar los hechos con los
cuales se ha de sustentar jurídicamente las pretensiones invocadas en la parte pertinente
de esta demanda, como de los perjuicios ocasionados a todos y cada uno de los
demandantes, por eso muy respetuosamente solicito efectuar el decreto de todas ellas,
practicarlas y dales el valor probatorio pertinente en su oportunidad.
ANEXOS

1. El poder especial otorgado.


2. Copia del comprobante de envío electrónico de la demanda y sus anexos a las entidades
demandadas.
3. Documentos relacionados en el acápite de pruebas.
4. Copia de demanda y sus anexos para archivo y traslado.

NOTIFICACIONES

✓ El suscrito y los poderdantes recibirán notificaciones en la dirección carrera 14 calle


15Bis oficina 104
✓ Correo: jorgebenjumeabogados@gmail.com.
✓ Celular: 3163061067
✓ A La demandada, div01@buzonejercito.mil.co usuarios@minidefensa.gov.co
notificaciones.bogota@minidefensa.gov.co

Atentamente,

JORGE BENJUMEA RAMOS


CC. 1.003.314.905
T.P No 267.170 DEL C.S.J

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