Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Esta es una copia digital de un libro que, durante generaciones, se ha conservado en las estanterías de una biblioteca, hasta que Google ha decidido
escanearlo como parte de un proyecto que pretende que sea posible descubrir en línea libros de todo el mundo.
Ha sobrevivido tantos años como para que los derechos de autor hayan expirado y el libro pase a ser de dominio público. El que un libro sea de
dominio público significa que nunca ha estado protegido por derechos de autor, o bien que el período legal de estos derechos ya ha expirado. Es
posible que una misma obra sea de dominio público en unos países y, sin embargo, no lo sea en otros. Los libros de dominio público son nuestras
puertas hacia el pasado, suponen un patrimonio histórico, cultural y de conocimientos que, a menudo, resulta difícil de descubrir.
Todas las anotaciones, marcas y otras señales en los márgenes que estén presentes en el volumen original aparecerán también en este archivo como
testimonio del largo viaje que el libro ha recorrido desde el editor hasta la biblioteca y, finalmente, hasta usted.
Normas de uso
Google se enorgullece de poder colaborar con distintas bibliotecas para digitalizar los materiales de dominio público a fin de hacerlos accesibles
a todo el mundo. Los libros de dominio público son patrimonio de todos, nosotros somos sus humildes guardianes. No obstante, se trata de un
trabajo caro. Por este motivo, y para poder ofrecer este recurso, hemos tomado medidas para evitar que se produzca un abuso por parte de terceros
con fines comerciales, y hemos incluido restricciones técnicas sobre las solicitudes automatizadas.
Asimismo, le pedimos que:
+ Haga un uso exclusivamente no comercial de estos archivos Hemos diseñado la Búsqueda de libros de Google para el uso de particulares;
como tal, le pedimos que utilice estos archivos con fines personales, y no comerciales.
+ No envíe solicitudes automatizadas Por favor, no envíe solicitudes automatizadas de ningún tipo al sistema de Google. Si está llevando a
cabo una investigación sobre traducción automática, reconocimiento óptico de caracteres u otros campos para los que resulte útil disfrutar
de acceso a una gran cantidad de texto, por favor, envíenos un mensaje. Fomentamos el uso de materiales de dominio público con estos
propósitos y seguro que podremos ayudarle.
+ Conserve la atribución La filigrana de Google que verá en todos los archivos es fundamental para informar a los usuarios sobre este proyecto
y ayudarles a encontrar materiales adicionales en la Búsqueda de libros de Google. Por favor, no la elimine.
+ Manténgase siempre dentro de la legalidad Sea cual sea el uso que haga de estos materiales, recuerde que es responsable de asegurarse de
que todo lo que hace es legal. No dé por sentado que, por el hecho de que una obra se considere de dominio público para los usuarios de
los Estados Unidos, lo será también para los usuarios de otros países. La legislación sobre derechos de autor varía de un país a otro, y no
podemos facilitar información sobre si está permitido un uso específico de algún libro. Por favor, no suponga que la aparición de un libro en
nuestro programa significa que se puede utilizar de igual manera en todo el mundo. La responsabilidad ante la infracción de los derechos de
autor puede ser muy grave.
El objetivo de Google consiste en organizar información procedente de todo el mundo y hacerla accesible y útil de forma universal. El programa de
Búsqueda de libros de Google ayuda a los lectores a descubrir los libros de todo el mundo a la vez que ayuda a autores y editores a llegar a nuevas
audiencias. Podrá realizar búsquedas en el texto completo de este libro en la web, en la página http://books.google.com
อ
SA
Habana
Свипри
до
Matanzas
Buongiustar
HISTORIA
DE LA
CIVILIZACION EUROPEA ,
MR. GUIZOV.
MADRID. - 1846 .
Est. literario-tipográfico de P. Madozy L. Sagasti,
Calle de la Madera baja , núm. 8.
HISTORIA
DE LA
CIVILIZACION EUROPEA.
LECCION I.
96 HISTORIA DE LA
en Italia y en el mediodía de las Galias , aunque
se esforzó varias veces en rejuvenecer la decrépi-
ta civilizacion romana : solo mas tarde , al fin del
siglo XVII se la vé presentarse con alguna lozanía
y vigor. Hasta entonces se habian frustado todas
las esperanzas y se habian burlado todos los pro-
yectos ; todos suponian á los hombres mas avan-
zados de lo que eran en realidad , todos tendian
á establecer bajo formas distintas una sociedad
mas estensa y regular de lo que permitian la
distribucion de las fuerzas y el estado de los in-
dividuos.
Mas si no germinó la semilla que se habia sem-
brado como era de desear , tampoco fué perdida
del todo.
Al principio del siglo X no se hablaba ya del
grande imperio de Carlo Magno , ni de los gloriosos
concilios de Toledo ; mas habia tocado ya á su tér-
mino la barbarie ; asi lo manifiestan los dos gran-
des resultados que se obtuvieron entonces.
Fué el primero la suspension del movimiento
de invasion de los pueblos del norte al mediodia .
Tan pronto como se desmembró el imperio de Car-
lo Magno se fundaron varios estados en la ribera
derecha del Rhin , y ellos opusieron á las poblacio-
nes errantes que aun se dejaban caer sobre Occi-
dente , una barrera fuerte é impenetrable ; prue-
ba incontestable de esto son los normandos . Hasta
aquella época si se esceptuan las tribus que pasa-
ron á Inglaterra , habian sido muy raras é insig-
nificantes las invasiones marítimas. En el siglo IX
es cuando ese movimiento se hace general y cons-
tante ; las invasiones por tierra se habian hecho
mas dificiles y la sociedad tenia mas fijas y segu-
CIVILIZACION EUROPEA . 97
ras fronteras. Las poblaciones nómades que no
pudieron pasar adelante ni volver atrás, tuvieron
que desviarse y continuaron en el mar su vida
errante y vagamunda. Con todo , debe confesarse
que por graves que sean los perjuicios que causa-
ron al Occidente las espediciones de los normandos,
fueron mucho menos funestas de lo que lo habian
sido sus correrias por tierra. Es seguro que tur-
baron menos el reposo de la sociedad que nacia
entonces.
Un acaecimiento igual se manifiesta on el - me-
diodia de la Europa. Acantónanse los árabes en
España, contínua la lucha entre ellos y los cristia-
nos ; pero ha cesado la ondulacion general de los
pueblos. Bandas sarracenas infestan todavia las
costas del Mediterráneo; pero ha parado ya la mar-
cha del islamismo.
El segundo resultado produce la suspension de
la vida errante que acaece de dia en dia en el in-
terior de la Europa . Establécense las poblaciones,
fijanse las propiedades: ni el azar, ni la fuerza rom-
pen de continuo las relaciones de los hombres entre
sí. Cambiase el espiritu humano, refórmase el hom-
bre todo entero: sus ideas y sus sentimientos ad-
quieren, lo mismo que su vida, alguna regularidad
y fíjeza : desde entonces cobra algun apego á los
lugares que habita : conserva las relaciones que ha
contraido : ya no abandona esos dominios que cs-
pera poder legar á sus hijos : no deja esa habita-
cion que un dia llamará su castillo ; ni se aparta de
ese conjunto miserable de colonos y esclavos , que
viviendo en apiñadas casas á su alrededor , forma-
ran mas tarde su pueblo. En todas partes se crean
pequeñas sociedades , estados mas o menos cortos,
La Lectura Tom . 1 . 170
98 HISTORIA DE LA
segun son mas o menos cortas , mas o menos es-
tensas las ideas de los hombres . Empieza á juntar
poco a poco esas pequeñas sociedades una cadena
cuyo primer eslabon está en poder de las bárbaros;
el eslabon de una confederacion que no menoscaba
en nada la independencia individual. Por una par-
te se concentra y asila en sus dominios cada hom-
bre poderoso , y vive alli solo con su familia y sus
súbditos : por otra se establece una especie de ge-
rarquia de servicios y derechos entre todos estos
propietarios esparcidos sobre el haz de la tierra.
¿Y qué es esto, señores? La sociedad feudal que
se eleva del caos de la barbarie.
De los distintos elementos de nuestra civiliza-
cion era natural que prevaleciese antes el elemento
germánico: consigo llevaba la fuerza , y con ella
habia conquistado la Europa. El pues debia im¬
primir su forma primitiva y crear la reorganiza-
cion de los pueblos ; y cabalmente esto es lo que
sucedió.
El feudalismo, pues , su caracter principal, y el
papel importante que ha representado en la his-
toria de la europea civilizacion será el objeto de
la leccion siguiente Veremos en ella como perma-
necen vivos y fermentan de continuo en el mismo
seno del régimen feudal los distintos elementos de
nuestra sociedad: veremos la impaciencia de la
monarquia , la de la Iglesia , y la de los comunes
para sacudir su poder : los esfuerzos grandes que
hicieron para ello ; en una palabra, su infatigable
y constante lucha. Veremos en fin como avanza el
dia de la victoria , y como suena la hora de su
triunfo completo y glorioso.
LECCION IV.
e
ahom
Seud
152 HISTORIA DE LA
de la sociedad eclesiástica. Una memoria se habia
comunicado á los soberanos de aquellas naciones
bárbaras ; un resto de las antiguas relaciones de
los emperadores romanos con los obispos , y con
el clero. Por una serie de causas que seria muy
largo enumerar , los obispos se habian acostum-
brado á mirar á estos reyes como sucesores de los
emperadores romanos ; y bajo este respecto , so-
lian atribuirle todos los derechos , y el prestigio de
aquellos , mirándolos con una profunda venera-
ción. Por esto los magistrados eclesiásticos tenian
un triple carácter , un carácter eclesiástico , y co-
mo tal , independiente , un carácter feudal , y co-
mo tal obligados á ciertos servicios ; un carácter
de simples , súbditos , y por tanto obligados á obe-
decer a un soberano absoluto. He aqui , pues , lo
que en aquella ocasion acontecia.
Los soberanos temporales que no eran menos
ávidos de poder que los obispos, se prevalecian con
frecuencia de sus derechos, ya como señores, ya
como soberanos para atentar contra la indepen-
dencia eclesiástica, y apoderarse, ora de la cola-
cion de los beneficios, ora del nombramiento de
los magistrados . Otras veces los obispos se atrin-
cheraban en su propio terreno, reclamaban la in-
dependencia espiritual para negarse al cumplimien-
to de sus deberes, ya como vasallos , ya como súb-
ditos, en términos que en cada una de estas socie-
dades habia un instinto casi irresistible que impe-
lia á los soberanos destruir la independencia de la
Iglesia y á los gefes de la Iglesia hacer de esta mis-
ma independencia un medio universal de domi-
nacion.
Semejante tendencia fué causa de una multi-
CIVILIZACION EUROPEA. 155
tud de hechos que son conocidos de todos. Ella
produjo la querella de las investiduras y una pro-
funda y constante lucha entre el sacerdocio y el
imperio. Asi que las diversas situaciones de los
magistrados eclesiásticos, y la dificultad de conci-
liarlas entre sí, fueron la causa de la incertidumbre
en sus deseos, y de la resistencia y del choque de
sus pretensiones todas.
En fin, la Iglesia tenia con los soberanos una
tercera relacion para ella la mas funesta de todas.
Queria formar las creencias, intentaba castigar la
heregia, mas no tenia ningun medio de lograrlo, no
pudiendo disponer de fuerza alguna material . Se
acusaba, se condenaba á un herege; mas pronun-
ciado el fallo, le faltaban recursos, no tenia poder
para egecutarlo. ¿Y qué hacia entonces? Invocaba
lo que se llama el brazo secular: reclamaba la fuer-
za del poder civil como un medio de coaccion y
castigo; asi que se colocaba por eso mismo en una
posicion de inferioridad y dependencia, deplo-
rable necesidad en que le colocó el principio que
habia adoptado.
Acabaré, señores, porque me falta el tiempo
para tratar de la Iglesia con la estension que cor-
responde. Debo manifestaros todavia sus relaciones
con los pueblos; de que manera se formaron , y
que resultados produgeron para la civilizacion ge-
neral. Es preciso ademas reconocer la historia, y
ver si los hechos consignados en ella desde el si-
glo V hasta el XII, confirman las observaciones que
á cerca de ese tiempo hemos hecho sobre la natu-
raleza y los destinos de la Iglesia .
Esto será pues el objeto de nuestros trabajos
sucesivos.
LECCION VI.
11
246 HISTORIA DE LA
el trabajo, persistió en su pasada vida , conservan-
do sus antiguas costumbres. Por tanto ella fué la
única que continuó lanzándose en las cruzadas , y
la sola que se empeñó en renovarlas
Por tanto, señores , yo creo que debe la Europa
moderna á este grande acontecimiento que forma
época en los anales de la civilizacion la mayor es-
tension de ideas , y la emancipacion del espíritu,
asi como esa esfera mas vasta , abierta á la activi-
dad humana. Las cruzadas prodigaron además de
esto mas libertad individual , y mas unidad políti-
ca; fomentaron á un tiempo la independencia del
hombre y la centralizacion de la sociedad .
Se han investigado muchas veces los medios de ci-
vilizacion que directamente nos vinieron por medio
de la comunicación abierta entre Oriente y Occiden-
te : se ha dicho que los interesantes descubrimien-
tos que durante los siglos VIV y XV promovieron
en Europa los mayores y mas positivos adelantos,
tales como la brújula , la imprenta , y la pólvora,
eran conocidos ya en el Oriente , y que los cruza-
dos pudieron haberlos traido consigo. Tales aser-
ciones, no son de todo punto verdaderas , y'algu
nas de ellas pueden ser contestadas ; mas lo que no
admite discusion es que aquellos viajes influyeron
de una manera muy efectiva y admirable en los
espíritus y en la sociedad ; que sacaron la Europa
del estrecho carril en que con dificultad marcha→
ba, para hacerla entrar en otros caminos masvas -
tos , anchurosos y dilatados ; que empezaron á con-
vertir en solos dos poderes grandes todos los ele-
mentos diversos de la Europa : el gobierno , y los
pueblos ; transformacion maravillosa que constitu-
ye el carácter principal de la actual civilizacion .
CIVILIZACION EUROPEA . 247
Ilacia el mismo tiempo se desplegaba en medio
de los resplandores mas gloriosos , una de las ins-
tituciones que han contribuido mas poderosamen-
te á aquel gran resultado : tal es la autoridad real .
Su historia , despues que han sido creados los esta-
dos modernos hasta el siglo XIII, será el objeto de
la leccion de mañana.
•
LECCION IX
15
506 HISTORIA DE LA
tinada; y sin embargo , ninguno de ellos , tiene
una idea de la operacion toda entera , ni del re-
sultado definitivo y general á que concurre.
Asi se cumplen en la tierra por la mano de los
hombres, los grandiosos é incomprensibles planes
de la providencia ; por esto se hacen admirar en
las instituciones de la civilizacion dos hechos de
naturaleza muy diferente ; por esto notamos algu-
nos acontecimientos fatales que no alcanzan á evi-
tar la ciencia ni la voluntad de los hombres , y
otros dependientes enteramente de su inteligen-
cia y de su libertad que suceden asi, porque asi
los ha proyectado y querido .
Para que se comprendan mejor estos pre-
parativos de la sociedad moderna, distinguiremos
diferentes clases de hechos . Primeramente exami-
naremos los políticos , los cambios que se dirigian
á formar las naciones, ó á reorganizar los gobier-
nos ; pasaremos después á los hechos morales , á
los cambios sobrevenidos en las ideas y costum-
bres ; y esto nos hará presentir las opiniones ge-
nerales que habian de prevalecer en lo sucesivo.
Para proceder con mas sencillez y prontitud en
la descripcion de los hechos políticos , recorreró
todos los grandes paises de Europa , examinando
cuanto en ellos se ha obrado en el siglo XV , el
estado en que los encontró el principio de aquel
siglo , y en fin, la situacion en que se hallaron
cuando finalizó.
Comenzaré por la Francia. Durante la última
mitad del siglo XIV , y la primera del siguiente se
continuaron con encarnizamiento las grandes guer-
ras contra los ingleses , en que se trataba nada
menos que de la independencia del territorio y
CIVILIZACION EUROPEA. 507
del nombre francés contra la estrangera domina-
cion. Todas las clases del estado á pesar de sus
disensiones , y del mútuo recelo con que se mi-
raban , concurrieron con entusiasmo á aquella lu-
cha ; nobleza feudal , campesinos y ciudadanos ya
no conocieron otra rivalidad que la que les ins-
piraba el patriotismo. Bastaria por sí sola , si no
tuviésemos otros documentos, la historia de Juana
d'Arc para probar el carácter verdaderamente
popular de aquel acontecimiento. Juana d'Arc
salió del pueblo , y los sentimientos y las creen--
cias del pueblo fueron las que la inspiraron ; las
pasiones del pueblo eran las únicas que obraban
en su cerebro. Los cortesanos y los gefes del ejér-
cito la miraron siempre con desprecio , y la tra-
taron hasta con aborrecimiento y escarnio ; pe-
ro el pueblo y los soldados se declararon siempre
en su favor , mientras que los habitantes de la Lo-
rena la enviaban á la defensa de los orleaneses.
Ningun acaecimiento hace resaltar tanto el
carácter popular de aquella guerra , y ninguno
como él demuestra el sentimiento general que lan-
zaba á ella al pais todo entero.
Asi comenzó á formarse la nacionalidad fran-
cesa : en Francia habia prevalecido el feudalismo
hasta el reinado de los Valois ; hasta entonces na-
da habia que pudiere llamarse con rigor nacion
francesa , nada que mereciese el título de espíritu
de patriotismo francés : todo esto comenzó á des-
arrollarse con el advenimiento al trono de aquella
casa. En el concurso de las guerras , y á través de
la suerte siempre varia de su destino , se vieron
los nobles , los ciudadanos y los campesinos reuni-
dos al rededor de una misma bandera . Todos es-
308 HISTORIA DE LA
taban estrechados con un mismo lazo moral : esta-
ban todos comprendidos en un solo nombre ; á
todos inspiraba el honor comun , y á todos les ar-
rastraba el único deseo de vencer á los estrange-
ros. No se crea que reinase en ellos un verdadero
espíritu político , que les animase una gran inten-
cion de unidad en el gobierno é instituciones , ta-
les como las concebimos ahora. Aquella unidad
estaba formada tan solo por un nombre comun ; el
honor nacional ; y la estrechaba y robustecia la
reconocida necesidad de una monarquia , cual-
quiera que fuese , para que no llegasé á dominar
el estrangeró. En este sentido puede decirse muy
bien, que la guerra contra los ingleses contribuyó
á formar la nacion francesa , haciéndola entrar en
la senda de la unidad.
Al paso que se iba formando moralmente la
Francia : al tiempo que se creaba y desenvolvia
el espiritu nacional , se realizaba otro aumento y
engrandecimiento en un sentido material ; es decir,
que se regularizaba , se estendia y aseguraba cada
vez mas su territorio .
En aquel tiempo tuvieron lugar la mayor parte
de las incorporaciones que ensancharon tanto los
límites de la Francia. En el reinado de Cárlos VII,
despues de haberse verificado la espulsion de los
ingleses , quedaron definitivamente francesas casi
todas las provincias que ellos habian ocupado ; y
mientras estuvo en el trono Luis XI , se reunieron
aun otras diez á sus dominios. Por ultimo, los en-
laces sucesivos de Ana con Cárlos VII y Luis XII,
los aumentaron con la Bretaña . Asi pues , en una
misma época , y en medio de los acontecimientos,
se formaban y crecian á la vez el territorio y el
CIVILIZACION EUROPEA. 509
espiritu frances , adquiriendo al mismo tiempo
fuerza, unidad y pujanza la Francia moral y la
Francia material.
Si desde la nacion pasamos á examinar el gobier-
no, hallaremos hechos análogos : veremos los mis-
mos adelantos hacia idéntico resultado. No se ha-
bia visto jamas el gobierno frances tan desprovisto
de fuerza y unidad , como en el reinado de Carlos VI,
y gran parte del de Cárlos VII; pero de pronto cam-
LiaT todo de aspecto : ya no se ve mas que su po-
der que se robustece , afirma , engrandece y orga-
niza. Formánse entonces lás milicias permanentes :
creanse entonces tambien las compañias de orde-
nanza para caballería , y los francos archeros co-
mo infanteria.
Todos los historiadores contemporáneos enca-
recen sobre manera los maravillosos efectos de las
compañias de ordenanza , por cuyo medio pudo
restablecer el órden algun tanto Carlos VII , te-
niendo á raya los desafueros de los militares, que
aniquilaban con sus esacciones y vejámenes las
provincias desoladas ya con los estragos de la guer-
ra que acababa de terminarse.
Tambien fué regularizado y perpetuado el im-
puesto llamado tabla, una de las mas principales
rentas del rey , la cual si bien no constituyó un
grave atentado contra la libertad de los pueblos,
no por eso dejó de dar mucha fuerza al gobierno.
Finalmente , en aquella misma época se estendió y
organizó la administracion de justicia y se co-
municó mas vigor á ese instrumento legítimo de
todo poder. Multiplícanse los parlamentos por to-
das partes, cinco fueron erigidos de nuevó, en un
espacio corto de tiempo ; y el de Paris llegó enton-
310 HISTORIA DE LA
ces á tener mucha importancia y estabilidad, bien
fuese á causa de la administracion de justicia , ó
bien à la de hallarse encargado de la policia en
todo el radio de la jurisdicion.
Vemos pues, que la fuerza militar , los impues-
tos y los tribunales de justicia ; es decir , cuanto
constituye la esencia de todo gobierno , dieron á la
nacion francesa en aquella época un carácter tal
de unidad , formándola con tal regularidad y con-
sistencia , que desde entonces pudo declarar la
guerra, y desterrar del territorio á los poderes
feudales.
Luis XI con su plan de gobierno , introducia
otro cambio menos visible y que ha llamado muy
poco la atencion de los historiadores , siendo tal
vez aun mas importante que los demas. Hase ha-
· blado mucho de la lucha de este soberano contra
los grandes de su reino , del abatimiento á que les
redujo , y del favor que dispensó al estado llano
y á la clase proletaria .
Hay alguna esactitud en todo esto, si bien en-
ciertas ocasiones ha mediado notable exageracion,
siendo muy de notar que su comportamiento en
esta parte causó mas males que bienes á la so-
ciedad.
Pero su actividad no se circunscribió en esto:
algo hizo mejor y mas importante. Hasta su tiem-
po se habian valido los gobiernos casi siempre de
la fuerza material; los medios morales, la persua-
sion , el cuidado y destreza en dirigir los espiritus
y en mover las voluntades segun sus miras é inte-
reses; en una palabra, la política propiamente di-
cha; política ficticia y artificiosa tal vez, pero que
lo es tambien de contemporizacion y de pruden-
CIVILIZACION EUROPEA. 511
cia, poco ó ningun lugar habia ocupado en los es-
tados . Pero Luis XI sustituyó á los medios materia-
les los intelectuales medios; la astucia á la fuerza;
la política italiana á la política feudal.
Sirvanos de ejemplo el mismo Luis XI y Carles
el Temerario; esos dos hombres cuyas rivalidades
llenan toda la historia de aquellos tiempos.
Carlos es la imágen verdadera de los gobiernos
antiguos: válese únicamente de medios violentos ,
y para todo recurre á la guerra: su viva impacien-
cia, le hace incapaz de dirigirse al espírtu del
hombre para convertirle en instrumento de sus
empresas. Luis por el contrario, pone todo su cin-
peño, todo su gusto en evitar el uso de la fuerza ,
procura hacerse dueño de la voluntad de los hom-
bres dirigiéndose á sú corazon, y manejando con
destreza sus intereses y espíritus . El no tocó las
instituciones , ni cambió el sistema esterior; pero
· lo que tocó y cambió, fué los procedimientos ocul-
tos, la verdadera táctica del poder.
Otra revolucion mas importante todavia debia
verificarse en los tiempos modernos; reservado
estaba á una época de mayor ilustracion y cultu
ra, trabajar para introducir asi en el objeto como
en los medios políticos, la justicia en el lugar que
antes habia ocupado el egoismo, y una franca publi-
cidad, en vez de la ficcion y la mentira. Mas no
por esto deja de ser un progreso , y progreso de la
mayor importancia, renunciar al uso de la fuerza,
invocar ante todo la superioridad intelectual, diri-
gir el Estado por medio de los espíritus, y no por la
violencia de los hombres, y un continuo trastorno
de las sociedades.
Esta es la obra que comenzó Luis XI en ´me-
512 HISTORIA DE LA
dio de sus crimines y defectos, á pesar de su per-
versa naturaleza, y guiado únicamente por su vi-
va inteligencia.
La España de aquella época nos ofrece aconte-
cimientos de la misma naturaleza : formóse enton-
ces en la península la unidad nacional; entonces
puso término la conquista de Granada á la lucha
prolongada entre cristianos y árabes . Centralizá -
base al mismo tiempo el territorio; y el enlace de
los reyes católicos, don Fernando y doña Isabel , co-
locó en unas mismas sienes las dos coronas de
Castilla y Aragon. Engrandécese la monarquia y
cobra poco a poco la mayor consistencia : sirvenle
luego de sosten y apoyo instituciones, mas duras,
instituciones cuyo nombre despierta los recuerdos
mas lúgubres. En lugar de los parlamentos se
abre en España la inquisicion.
Encerraba ya en su seno aquella institucion el
gérmen fatal de los frutos , que habian de emponzoñar
mas tarde á la humanidad; mas en obsequio de la
verdad y de la justicia, debemos decir que no era
en sus principios lo que llegó á ser despues; que su
primitivo objeto era mas bien político que religio-
so, que mas era destinada á mantener el órden
'que á defender la fe.
La semejanza que existia en aquella sazon en-
tre Francia y España se descubre hasta en las per-
sonas que tenian en sus manos los destinos de
ambos paises. Con alguna menos finura en los mo-
dales, con un espíritu menos inquieto, menos activo
y maligno el carácter, el gobierno de Fernando
el Católico se parece mucho al gobierno y al carácter
de Luis XI. Poco caso hago de arbitrarias compara-
ciones y de aquellas semejanzas que solo crea la
CIVILIZACION EUROPEA. 515
imaginacion; pero en la situacion en que nos en-
contramos es muy profunda su analogia, percibién-
dose estampada asi en los generales hechos como en
sus detalles y pormenores .
La misma afinidad se halla tambien en Alema-
nia. A mediados del siglo XV en 1438, volvió á
sentarse la casa de Austria en el trono imperial,
y con su advenimiento adquirió al poder una con-
sistencia de que habia carecido siempre. La elec-
cion será siempre desde entonces una ceremonia
destinada á consagrar la sucesion , que á fines de
aquel siglo logró Maximiliano vincular en su fa-
milia, junto con el ejercicio regular de la autoridad
central.
Cárlos VII fué el primero que para mantener
el órden creó en Francia una milicia permanente ,
y Maximiliano fué asi mismo el primero que en
sus estados hereditarios consiguió el mismo objeto,
valiéndose de iguales medios. A aquel es deudora la
Francia del establecimiento de los correos, y á es-
te la Alemania debe el mismo beneficio.
Vese pues , que en todas partes contribuyen.
á la mayor solidez del poder central , los mismos
progresos de la civilizacion.
La historia de Inglaterra nos ofrece dos gran-
des luchas en aquella época : la lucha de Francia
en lo esterior, y en el interior la de las dos Rosas:
la guerra estrangera y la civil, diferentes en si ,
pero que á pesar de esto produjeron un mismo
resultado .
La estrangera fué sostenida por el pueblo in-
glés con un ardor de que la corona sacó todo el
• provecho. Aquel pueblo que con habilidad y cons-
tancia habia conservado hasta entonces sus fuer-
514 HISTORIA DE LA
zas y riquezas , las abandonó todas en defensa de
sus reyes sin límites ni prevision . Otorgósele á
Enrique V, desde el principio de su reinado, pero
durante todo el tiempo de su vida el impuesto con
siderable de los derechos de aduana. Terminada ,
ó á punto de cesar la guerra estrangera, continuó
por esto la civil, aunque unida con aquella al prin-
cipio ; y las casas de York y de Lancaster siguieron
disputándose el trono .
Al concluirse estas lides sangrientas se halló
arruinada la alta aristocracia inglesa , diezmada
y absolutamente incapaz de conservar el poder
que hasta entonces habia ejercido: ya no pudo im-
poner al trono la coalicion de los grandes barones.
Logran ocuparlo los Tudor , y en 1485 co-
mienza con Enrique VII la era de la centraliza-
cion política, alcanzando sobre tantos esfuerzos y
pretensiones el principio monárquico un triunfo
completo y definitivo.
Aunque no llegó á establecerse en Italia la monar-
quia, al menos con su nombre propio, los resulta-
dos son iguales. En el siglo XV mueren todas las
repúblicas : conservan algunas todavia el nombre
de tales , pero el poder se concentra en mano de
algunas familias ; en una palabra , el régimen mo-
nárquico nace alli tambien y carecen de vida y
aliento las instituciones democráticas.
Por la parte del norte, el ducado de Milan ab-
sorve casi todas las repúblicas lombardas : en Flo-
rencia dominan los Médicis esclusivamente ; y en
1464 queda Génova sujeta al milanés. No tardan
mucho en declararse contra el norte del mediodia ,
contra el milanés y contra el reino de Nápoles al-
gunos ambiciosos soberanos estrangeros.
CIVILIZACION EUROPEA . 515
A cualquier pais que volvamos la vista, cual-
quier fraccion de su historia que estudiemos , ora
se trate de las naciones en si mismas, ora de los go-
biernos ; ya penetremos en las instituciones ó re-
corramos los territorios , preséntansenos en todas
partes á punto de perecer las tradicionales liber-
tades de los pueblos: desmoronanse por todas par-
tes, y caen las antiguas instituciones sociales ; y al
mismo tiempo se alzan , organizan y concentran
otros nuevos poderes mas fuertes y vigorosos.
Bien triste espectáculo es por cierto la caida
de las libertades europeas ; y nada tiene de estra –
ño que los patriotas del siglo XV, al ver nacer y
estenderse lo que podia llamarse bien despotismo,
combatiesen primero con denuedo , y despues la
mentasen con desesperacion y amargura una re-
volucion tan completa .
Es muy digno de admiracion su estremado va-
lor , é imposible no compadecer los lamentos y que-
jas de los hombres de aquella ápoca ; no obstan-
té es preciso confesar al mismo tiempo, que esta
revolucion era inevitable , y que además sus re-
sultas habian de ser utilísimas. Los constitutivos
esenciales de la vida pública son la seguridad
y el progreso ; todo sistema que no promete y pro-
cura el órden, para lo presente y el movimiento
hacia el porvenir, es vicioso y será abandonado
prontamente. Asi fué como el primer sistema de
Europa , es decir, las antiguas libertades feudales
y comunales , debieron ceder su puesto á la orga-
nizacion nueva que se formaba en el seno de las
sociedades. Ellas no habian podido dar á los pue-
blos ni seguridad ni progreso , y los pueblos pidie-
ron la seguridad á otros principios , y buscaron el
516 HISTORIA DE LA
progreso por distintos medios. He aqui el sentido
verdadero de todos los hechos que acabamos de
esplicar.
La misma fecha cuenta otro suceso que obtiene
gran puesto en la historia de Europa. Hasta el si-
glo XV no habian sido muy frecuentes ni regulares
las relaciones de gobierno á gobierno , teniendo
muy escasa estabilidad . Formáronse entonces por
vez primera esas combinaciones de alianza , ya
para mantener la paz , ó ya para hacer la guerra;
y de semejantes combinaciones emanaron la diplo-
macia y mas tarde el sistema del equilibrio europeo.
Con efecto , al fin de aquel siglo se ven los pa-
pas , los duques de Milan , los venecianos , los em-
peradores de Alemania , los reyes de España y
Francia; en una palabra las potencias principales
del continente europeo dirigirse unos á otros , con-
ferenciar entre si , entenderse y obrar acordes,
á fin de contrabalancear el peso y neutralizar
los planes de sus enemigos .
Apenas envia Cárlos VIII una espedicion à la
conquista de Nápoles , cuando la España se man-
comuna contra él , con los venecianos y el papa.
Mas tarde en 4508 formóse la coalicion de Cam-
bray contra los venecianos, y sucede á esta en 1514
la santa liga dirigida contra Luis XII. A la forma-
cion de tales combinaciones concurrieron la poli-
tica italiana , los vivos deseos que aquel territorio
inspiraba á aquellos soberanos , y el temor de que
su posesion no diese á algunos de ellos una pre-
ponderancia escesiva sobre todos los demas.
Resulta de este nuevo órden de cosas, un desar-
rollo nuevo del poder real. Son por una parte de
tal naturaleza las relaciones esteriores , y exigen
CIVILIZACION EUROPEA. 317
tal sigilo , que no puede ser confiada su direccion
mas que á una sola persona , ó á lo menos á muy
pocos hombres. Por otra , la prevision escasa de los
pueblos de entonces , no podia alcanzar las conse-
cuencias de una combinacion de esta especie ; y
como no descubrian en ella un interés directo in-
terior é inmediato , la abandonan al poder central.
Asi , pues, la ciencia diplomática cae en el
mismo acto de nacer en las manos de los reyes,
llegando á formar un principio universal , una má-
xima de derecho común la idea de que un pais por
libre que fuese , por mas que tuviese derecho de
votar los impuestos é intervenir en sus negocios
interiores , no podia ni debia mezclarse en los es-
teriores. Abrid y examinad la historia de Inglater-
ra , aun de los mismos siglos XVI y XVII, y ad-
mirareis el poder de aquella idea , y los obstácu-
los que se oponen á las libertades inglesas en
los reinados de Isabel , de Jacobo I y Carlos I. To-
davia se declara la guerra y se hace la paz en
nombre del príncipe : el arreglo de las relaciones
comerciales , y la intervencion en todos los nego-
cios esteriores , son una prerogativa que se abro-
ga la corona , y que por su timidez estremada,
son incapaces los pueblos de reclamar.
Esta timidez les costó tanto mas cara, cuanto que
desde el siglo XVI , la historia de Europa es esen-
cial y casi esclusivamente diplomática . Los gobier-
nos interiores de cada pais se van organizando sin
esperimentar al menos en el continente , ningun
sacudimiento , y llaman apenas la atencion pú-
blica. Asi se vió abandonada al cuidado de los
reyes la parte mas principal é importante de los
destinos de los pueblos .
518 HISTORIA DE LA
Dificil era que acaeciese otra cosa : preciso es
que la civilizacion haya progresado mucho , y que
la inteligencia y los hábitos políticos hayan segui-
do un gran desarrollo , para que pueda el público
intervenir con algun acierto en negocios de seme-
jante naturaleza .
El acaecimiento siguiente que pasó en Ingla-
terra, á fin del siglo XVII en el reinado de Jacobo I,
os convencerá de lo lejos que estaban los pueblos
de reunir tales circunstancias.
El yerno de aquel rey , elector palatino, ele-
gido rey de Bohemia , acababa de perder la coro-
na con sus propios estados . Era su causa la de to-
do el protestantismo ; y por eso la opinion pública
se dirigió en masa á su rey , para que intervinie-
se en favor de su yerno para que se le devolvie-
ra el palatinado.
Pidió la guerra el parlamento con furor, y para
sostenerla ofreció toda clase de recursos : el mo-
narca, que no miraba la cuestion con tanto inte-
rés , procuró eludirla: tanteó ciertas negociacio-
nes; y despues de haber enviado algunas tropas á
Alemania se presentó al parlamento , pidiendo
900,000 libras esterlinas que le faltaban para se-
guir la guerra con alguna probabilidad de buen
éxito. Mas á pesar de no haber sido el cálculo exa-
gerado , quedóse el parlamento lleno de asombro
al oir tan cuantiosa suma , votandó muy á duras
penas la de 70,000 libras esterlinas para restituir
á un príncipe su corona y sus estados , distante
nada menos que 300 leguas de Inglaterra,
Tales eran la ignorancia é incapacidad del
pueblo británico en materias políticas : trataba
los hechos sin penetrarlos, y sin tener responsa-
CIVILIZACION EUROPEA. 319
bilidad alguna he aqui la causa de que princi-
palmente viniesé á parar la direccion de las rela-
ciones esteriores á manos del poder central , úni-
co capaz de llevarlas adelante de una manera
algun tanto conforme con los intereses públicos.
Asi pues , bajo cualquier aspecto que se nos
presente la historia política de la Europa , en aque-
Hla época , ya fijemos la vista en lo interior de
los estados , ó ya la estendamos á sus relaciones
esteriores , ó bien consideremos las guerras , los
impuestos y la administracion de justicia , vere-
mos en todas partes la misma tendencia hacia
la centralizacion , el mismo instinto á la unidad ;
hallaremos por do quiera la creacion de intereses
generales , y la preponderancia de los poderes
públicos. Esta es la obra oculta que estaba verifi-
cándose en el siglo XV : esos trabajos no habian
producido aun resultados esteriores , hasta enton-
ces no habia estallado ninguna revolucion en la
sociedad; empero la sociedad las encerraba todas.
en su seno; ocultas allí fermentaban , y tarde ó
temprano debieran dejarse sentir sus efectos .
Pasemos á los hechos morales , á aquellos he-
chos que tienen tanta relacion con el desarrollo
del espíritu humano y con el de las ideas genera-
les. Tambien reconocemos en ellos el mismo fenó-
meno , y descubrimos otro resultado igual.
Empezaré por los hechos relativos á la Iglesia ,"
puesto que bajo diversas formas , han tenido siem-
pre una parte muy principal en todos los grandes
acontecimientos europeos.
Hasta el siglo XV no hemos encontrado en Eu-
ropa otras ideas generales bastante poderosas para
ejercer un verdadero influjo en las masas , que las
320 HISTORIA DE LA
ideas religiosas reguladas y prescritas por el po-
der central eclesiástico . Algunos descontentos de
esta centralizacion habian aspirado á la separacion
é independencia ; mas la autoridad vigorosa de la
Iglesia habia frustrado constantemente tales ten-
tativas las doctrinas reprobadas por ella no ha-
bian logrado hasta entonces generalizarse ni esta-
blecerse ; y hasta los mismos albigenses fueron
aniquilados al cabo.
Empero, va á cambiarse la escena, van á des-
arrollarse otros hechos mas amenazadores y fata-
les á la unidad de la Iglesia. La traslacion y larga
residencia de la Santa Sede en Aviñon, motivó en
Roma algunos disturbios que pararon últimamen-
te en la doble eleccion de papa ; y desde entonces
el supremo poder se halló dividido entre dos per-
sonas. De sus discusiones y de su lucha resultó lo
que se ha llamado el gran cisma de Occidente,
cuyo principio debe fijarse en 1378. El concilio
de Pisa en 4409 pensó terminar la lucha deponien-
do á ambos papas , y creando otro nuevo ; pero
lejos de estinguirse de este modo el cisma tomó
mayor incremento, pues en lugar de dos papas fue-
ron tres los que se disputaron el pontificado.
Por el celo é invitacion del emperador Segis-
mundo se reunió en Constancia en 4444 otro con-
cilio, que sin curarse del nombramiento de un nue-
vo papa emprende la reforma de la Iglesia. Co-
mienza este sínodo por proclamar la indisolubili-
dad del concilio universal , 1 su superioridad á los
papas , esforzándose á hacer que prevaleciesen es-
tos principios en la Iglesia : dispónese á desterrar
los abusos introducidos , y sobre todo las esaccio-
nes que enriquecian la corte de Roma. Para con-
CIVILIZACION EUROPEA. 521
seguir este objeto nombra un colegio reformador,
compuesto de miembros de cada una de las di-
versas naciones católicas , y le encarga que exa-
mine todos los abusos que afligen á la Iglesia , que
busque los medios de estirparlos , y que finalmen-
te dé un informe exacto de todas sus observacio-
nes, para acordar en seguida lo mas útil y con-
veniente.
Mientras se hallaba el concilio ocupado ente-
ramente en sus trabajos , se le propuso la cuestion
de si podria llevar á cabo sus miras reformado-
ras, sin la visible participacion del gefe de la Igle-
sia ; y si la sancion formal del sumo Pontífice no
era necesaria para quitar todos los abusos.
Triunfó la osadia del partido romano de la ti-
midez de los reformadores , é inmediatamente se
procedió á la eleccion de un nuevo papa, que re-
cayó en Martin V, quien quedó encargado bajo la
mas solemne promesa de presentar un plan com-
pleto de reforma eclesiástica. Pero se disolvió el
concilio sin que el plan que tanto repugnaba á la
corte Romana fuese presentado.
En 1431 se reunió en Basilea otro sínodo que
volvió á emprender y continuó con empeño , si
bien que con un éxito mas feliz que el de Cons-
tancio, los trabajos comenzados por este. En el se-
no del concilio aparece otro cisma semejante al
que habia desgarrado al cristianismo y el papa
llama á los miembros á Ferrara , y desde alli á Flo-
rencia.
Una fraccion de aquella asamblea rehusa obe-
decer y permanece en Basilea ; y asi como antes
habia dos papas hay ahora dos concilios. Los pa-
dres que habian quedado en Basilea continuan
La Lectura Том. І. 184
322 HISTORIA DE LA
sus proyectos de reforma ; deponen al papa , dán-
dole por sucesor á Feliz V; pero trasladados poco
despues á Lausana, disuélvese aquella reunion por
sí misma sin haber realizado proyecto alguno.
El triunfo del papa no fué tan completo y tras-
cendental como pudiera creerse, y aunque el con-
cilio no pudo salir con su empresa , hay con todo
hechos que no emprendió , y que se verificaron á
pesar de esto, sobreviniéndole sus resultas.
Apenas se habian visto frustrados los planes
de los reformadores del concilio de Basilea, cuando
algunos soberanos sacaron partido de las ideas
proclamadas en él , y adoptaron las instituciones
que sé habian intentado restaurar. En Francia ,
imitando Carlos VII los decretos de aquel concilio,
espidió la pragmática sancion publicada en Bour-
ges en 4438 , por la cual se restituye la eleccion
de los obispos á su antigua pureza , se suprimen las
anatas y se reforman los abusos principales intro-
ducidos en las iglesias .
La misma pragmática es declarada ley del Es-
tado en Francia : y la dieta de Maguncia , que la
adoptó en 1449 la proclamó tambien como ley del
imperio germánico. El poder temporal parecia de-
cidido á hacer lo que el espiritual habia sentado
sin resultas .
Pero aquel no fué mas feliz que este , pues al
cabo la pragmática no produjo mas efecto que él
que habian producido las resoluciones del conci-
lio . En Alemania, el principio consignado en aque-
lla época pereció antes que en Francia ; pues la
dieta le abandonó ya en 1448 á consecuencia de
una gran negociacion ejecutada con Nicolás V ; en
Francia subsistió á pesar de mil obstáculos hasta
CIVILIZACION EUROPEA. 325
4576 : entonces quedó subrogada la pramática en
todas sus partes por el concordato celebrado con
Leon X, por Francisco I.
Pero no se crea que dejase de producir nin-
gun efecto ; tambien , como el concilio tuvo re-
sultados que la hán sobrevivido , y que tendrán no
pequeña parte en el curso posterior de los acon-
tecimientos.
Los principios de los señores de Basilea eran
poderosos y fecundos , y los hombres que los ha-
bian proclamado , consagrándose á su defensa eran
emprendedores , enérgicos ; tales entre otros no
menos distinguidos , fueron Juan de Ailly y Ger-
son. Vese despreciada la pragmática sancion ; pe-
ro las doctrinas generales que contiene , la nece-
sidad de las reformas que decreta , se arraigan
fuertemente y se parpetúan en el suelo de Francia.
Comunícanse desde el clero á los parlamentos , y
de estos á las masas , llegando asi á formar una
opinion universal muy poderosa á que dió su úl-
timo resultado la Iglesia galiçana. Esta série de
máximas y reformadores esfuerzos, que empieza
en el concilio de Constancia y va a parar en las
cuatro proposiciones de Bossuet , no son mas que
un hecho solo que sucesivamente aparece en la
historia, aunque con distintas faces.
Tenian razon pues , los padres de aquellos con-
cilios en plantear una reforma legal tan oportuna
y necesaria. Tal vez se habrian evitado con ella
las primeras predicaciones de Juan Huss en Pra-
ga , y se habria impedido el movimiento , los pro-
gresos y consecuencias de sus doctrinas : tal vez se
habria cortado de raiz en su mismo origen una re-
volucion en que tanta parte habian de tomar los
524 HISTORIA DE LA
pueblos , y que habia de perjudicar tanto á la uni-
dad eclesiástica. Desde entonces se vió amenazada
la Iglesia por dos reformas ; intentada y favorecida
la una con gran pulso por la primera aristocracia
elesiástica; y concebida la otra fuera de la Iglesia
por su naturaleza estrema y violenta.
Bien pronto se declaró la lucha entre estas dos
reformas y Juan Huss y Gerónimo de Praga fue-
ron llamados á Constancia por el concilio , y con-
denados en él al fuego, como hereges.
Al presente , señores , ya han dejado de ser in-
comprensibles para nosotros , acontecimientos de
esta naturaleza; conocida nos es esta simultaneidad
de reformas distintas , la una intentada por los go-
biernos y la otra por los pueblos ; ni en la actua-
lidad nos pasma verlas enemigas entre sí y en
guerra abierta; á pesar de que ambas emanan de
la misma causa , tienden hacia el mismo objeto y
concurren al mismo resultado.
La intentona de Juan de Huss quedó sofocada
momentáneamente , y los esfuerzos del imperio lo-
graron contener y enfrenar los varios movimien-
tos que los hussitas promovieron con furor obs→
tinado tres ó cuatro años despues de la muerte de
su maestro.
Pero como no se habia hecho ningun caso de
los reformadores proyectos de los concilios , y co-
mo por ningun concepto se habian procurado sa-
tisfacer las exigencias de la época , no es estraño
que no cesase de fermentar la reforma popular , y
que á la primera ocasion favorable estallase, como
sucedió al principio del siglo siguiente. Uno de los
dos sistemas habia de triunfar ; su coincidencia nos
revela una necesidad.
CIVILIZACION EUROPEA . 325
Una reforma aristocrática intentada sin éxito ,
una reformacion popular comenzada y estinguida ,
pero pronta á reaparecer , he aqui la situacion re-
ligiosa de la Europa del siglo XV. Pero el movi-
miento del espíritu humano no se circunscribia ál
círculo de las ideas puramente religiosas ; él se
estendia á una esfera mas dilatada .
Bien sabeis con cuanto empeño buscaban Dan-
te , el Petrarca , Boccacio y todos sus contempora-
neos los manuscritos griegos y latinos ; con cuanto
afan los publicaban , cuan á manos llenas los
espendian , y con que transportes de entusiasmo
era recibido cualquier descubrimiento de aquella
especie. Pues bien : del seno mismo de aquel mo-
vimiento, salió la escuela clásica que ha influido
mas de lo que se crée en el desarrollo de la hu-
mana inteligencia . Pero cuenta , señores , en no dar
á esta palabra el sentido que en nuestros dias se
la ha dado. Entonces no se trataba de un sistema
meramente literario , de un debate puramente es-
colástico : los hombres grandes de aquellos tiem-
pos, no solo se llenaban de admiracion y entusiasmo,
en vista de los escritos de Homero y de Virgilio,
sino que tambien contemplaban estáticos la socie-
dad antigua toda entera con sus instituciones , sụ
filosofia , sus opiniones y su literatura. Nada hay
de estraño en que los espiritus elevados, activos y
de fibra delicada , fastidiados de los groseros hábi-
tos de su tiempo y mirando con repugnancia la con-
fusion de ideas y las costumbres bárbaras que rei–
naban entonces , se entregasen hasta con fanatismo
al estudio y admiracion de una sociedad mas culta,
adelantada é infinitivamente superior á la suya ,
tanto en filosofia y política, como en las bellas letras.
526 HISTORIA DE LA
De esta suerte se iba formando aquella escuela
de la libertad de pensar , que reunia en su seno
lo mas escogido de entre les prelados , los mas
distinguidos jurisconsultos , y los literatos mas
ilustres.
En el centro de aquel movimiento acaeció la to-
ma de Constantinopla por los Turcos , y vino con
ella a tierra el imperio de Occidente, cuya caida
obligó á los griegos á buscar un asilo en Italia . Es-
tos llevaron consigo muchísimos manuscritos , mil
diferentes medios nuevos de conocer la sociedad
antigua; y ya se deja comprender cuanto se au-
mentaria la admiracion y entusiasmo de la escuela
clásica.
Presentose entonces con mas brillo que nunca,
no diré el poder político ; pero si el lujo y las ri-
quezas de los primeros eclesiásticos. Las mas ele-
vadas clases de la Iglesia se entregaban á los de-.
leites de una civilizacion elegante y licenciosa , á
una vida llena de ociosidad y molicie, sin dejar
por esto de cultivar su gusto en la literatura y en
las artes.
En la vida de los hombres mas notables de
aquella época, asi en política como en literatura,
del cardenal Bembo por ejemplo se admira esa
estraña mezcla de sibaritismo y desarrollo intelec-
tual; de enervamiento de costumbres y de osadia
de espíritu . Al estudiar la Italia de aquella época;
al ver el estado de sus relaciones sociales, al con-
templar los resplandores que iluminaban aquel
horizonte del mundo intelectual creese uno traspor-
tado á la Francia del siglo XVIII. En los dos pai-
ses se encuentra igualmente en ambos siglos la
misma inclinacion al movimiento de la inteligen-
CIVILIZACION EUROPEA . 527
cia; el mismo gusto por la novedad en las ideas; la
misma aficion á la vida placentera ; la misma mo-
licie y licencia. En unos y otros hombres vése la
misma falta de energia política, igual vaguedad en
los principios morales, acompañada de una since-
ridad que encanta; de una actividad de espíritu
que pasma. Los literatos del siglo XV con respecto
al alto clero, fueron lo que los literatos y filósofos
para los grandes y nobles del siglo XVIII . Todos
profesan las propias opiniones, conservan todos
las mismas costumbres, vivian unos y otros unidos
con fraternales lazos sin hacer caso de la tormen-
ta espantosa que se preparaba en torno suyo, ni
curarse de los terribles peligros que les amenazaban .
Los grandes prelados del siglo XV estaban
pien lejos de preveer la venida de Lutero y de
Calvino; asi como tambien los cortesanos france-
ses no presintieron tampoco la revolucion que es-
taba á punto de estallar.
El orden moral de aquella época nos presenta
pues, tres grandes sucesos: 1.º la reforma eclesiás-
tica intentada por la misma Iglesia: 2.º la reforma
religiosa comenzada por el pueblo y 3.º la re-
volucion intelectual que forma una escuela de par-
tidarios del libre pensar. Y todas estas metamór-
fosis se preparan en medio del cambio político mas
grande y transcendental que se haya visto jamás,
al mismo tiempo que los pueblos y los gobiernos
iban centralizándose.
Y no es esto todo: la actividad del hombre lle-
gó á su apogeo en aquella época; aquel tiempo fué
el de los viajes, de las empresas, de las invencio-
nes y de los descubrimientos . Verificáronse en-
tonces las grandes espediciones de los portugue-
328 HISTORIA DE LA
ses á lo largo de las costas de Africa; Vasco de
Gama descubrió entonces un nuevo paso por el
cabo de Buena-Esperanza; entonces Cristóbal Co-
lon ofreció á la pasmada Europa un nuevo mun-
do; y desde entonces se ostentó el comercio euro-
peo con una estension brillante y prodigiosa. Mil
nuevos intentos vienen á enriquecer las ciencias
y las artes, y mil otros medios conocidos ya en un
estrecho círculo, se aplican á otros mas comunes,
y llegan á ser populares: la pólvora vuelca el an-
tiguo sistema de guerra, la brujula da á la nave-
gacion un maravilloso ensanche , y una ilimitada
osadia: la pintura al oleo se desarrolla y cubre
de obras maestras la Europa entera, y el grabado
en cobre inventado en 1460 las multiplicay difun-
de por todo el mundo.
El papel de lino se hace mas usual : y por úl-
timo, desde 1436 hasta 1452 se inventa la impren-
ta, ese medio fácil y sencillo de comunicar á infi-
nitas distancias, y á inmensas masas el pensa-
miento objeto de tantas declamaciones, testo de
tantos lugares comunes; empero cuyo mérito , y
cuyos efectos no podrán encarecer bastante todas
las declamaciones de los pueblos presentes, pasa-'
dos y futuros.
Compréndese bien el inmenso grandor y la ac-
tividad prodigiosa de aquel siglo; que aun no apa-
rece con toda su estension, y cuyas consecuencias
no han comprendido los hombres todavía.
Entretanto conócese que no deben prevalecer
las reformas ejecutadas por medio de la violencia;
que los pueblos se calmaran, y que los gobiernos
se fortalecerán mas y mas de dia en dia; podria
decirse que la sociedad se prepara á progresar con
CIVILIZACION EUROPEA. 329
mas rapidez; pero con el mayor órden , y en me-
dio de la calma mas apacible.
Pero ya ruge la tormenta, van á estallar las mas
terribles revoluciones; la leccion inmediata nos ser-
virá para estudiarlas.
LECCION XII.
Balmes
Strat Leeson 1
Comp
340 HISTORIA DE LA
mento en que rejuvenecía , digámoslo asi, el espíritu
humano por la restauracion de la antigüedad , res-
tauracion cuyo orígen y resultas os, he manifestado
la última leccion .
Reunidas todas estas causas al principio del
siglo XVI, imprimieron al pensamiento humano un
fuerte é imperioso movimiento .
Totalmente contraria era la situacion del go-
bierno eclesiástico . Habia caido la Iglesia en un
-estado de inercia, y se hallaba completamente es-
tacionaria : el político influjo de la corte romana
se habia disminuido mucho: la direccion y el
mando de la sociedad europea ya no la pertenecia
puesto que habia pasado al gobierno civil .
Con todo, tenia la Iglesia iguales pretensiones
que antes, aparecia con la misma pompa y
conservaba toda su importancia esterior . Con la
Iglesia sucedió lo que aconteció muchas veces con
los gobiernos decrépitos que han perdido su in-
fluencia: dirigianse de contínuo sus quejas contra
ella, y la mayor parte fundadas . Pero no es ver-
dad que en el siglo XVI la corte de Roma fuese
tan cruel como se supone: no es verdad que los
abusos propiamente dichos fuesen entonces mas
numerosos y graves de lo que hasta aquella época
lo habian sido. Al contrario , quizás nunca el go-
bierno eclesiástico se habia mostrado mas con-
descendiente y tolerante, mientras no se llegase á
cuestionar sobre su poder, mientras se le dejasen
los derechos que tenia, mientras se le pagasen los
tributos que habia percibido hasta aquella sazon .
De este modo el poder eclesiástico hubiera dejado
tranquilo al hombre, si el hombre hubiera hecho
otro tanto con respecto á él . Pero cabalmente cuan-
CIVILIZACION EUROPEA . 541
do los gobiernos se hallan en tal estado son mas
débiles y menos respetados: entonces es cuando
en cierto modo hacen mas daño, puesto que son
combatidos con mas fuerza, y se los ataca sin pe-
ligro.
Es evidente, pues, por la sola comparacion del
estado del espíritu humano, y la situación del go-
bierno eclesiástico en esta época, que debió ser la
reforma un gran esfuerzo en nombre de la liber-
tad; un alzamiento de la inteligencia humana. A
mi modo de ver esa fué la causa mas influyente y
agitadora de todas: ella á la verdad era dominante,
mas poderosa que los sistemas y deseos de las na-
ciones y de los soberanos; mas poderosa igualmente
que la necesidad de corregir esos abusos que tantas
quejas habian promovido en este tiempo .
Supongamos que despues de los primeros años
de intentada la reforma, despues de haber mani-
festado los que la promovieron y se lanzaron á
ella todas sus pretensiones; despues de haber cla-
mado contra los abusos de la Iglesia y exigido su
abolicion, supongamos que en un momento la
Iglesia condescienda y diga: « Cúmplanse vuestros
deseos ; llénense vuestros votos: de hoy mas se cor-
regirá todo adoptando por mi parte un órden mas
legal de cosas: se quitarán las vejaciones; se modi-
ficarán los tributos, desaparecerá la arbitrariedad
y despues de corregidos los abusos conservaré mi
posicion, y ejerceré como hasta aqui y teniendo en
mis manos como hasta ahora el gobierno del es-
piritu humano, usando el mismo poder y dere
chos >>
- Ahora bien ; creis que la revolucion religiosa
se hubiera contentado con semejantes concesiones?
342 HISTORIA DE LA
¿Hubiera à vuestro parecer detenido su carrera? Yo
creo que no: yo creo que la revolucion hubiera
continuado su marcha , y que despues de haber
clamado por la reforma , hubiera exigido la liber-
tad. La crisis que esperimentó el siglo XVI , no
era de reforma simplemente , sino de revolucion:
imposible es arrancarle ese carácter es imposi-.
ble desconocer sus bienes y sus males , sus vir-
tudes y sus vicios , ya que ha tenido tanto de los.
unos como de los otros.
Lanzad sino la vista sobre los destinos de la
reforma . Ved lo que ha hecho sobre todo y antes
que todo , en los distintos paises en que se ha des-
arrollado : notad que se ha esparcido y desen-
vuelto en medio de situaciones muy diversas, que
ha seguido distintos caminos. Ahora pues , si
observamos que á pesar de la diversidad de cir-
cunstancias y situaciones , ha parado en el mismo.
término, obteniendo igual resultado, y conservan-
do el mismo carácter ; es evidente que ese carác-
ter que aparece en tan diversa situacion , será
su rasgo mas distintivo , y 4 su principio mas.
esencial.
Por tanto , en todas partes en que ha preva-
lecido la revolucion religiosa del siglo XVI, ha
habido al menos un nuevo y prodigioso aumen-
to de libertad. Tal es el efecto que produce la re-
forma en medio de las diversas combinaciones.
Por cierto no introdujo la reforma en Alemania
la libertad política de que carecia ; al contrario , le-
jos de debilitar , fortificó el poder de los prínci-
pes , y ha sido mas opuesto á las instituciones
libres de la edad media , que favorable á su desar-
rollo y progreso. Sin embargo , ha creado y con-
CIVILIZACIÓN EUROPEA. 543-
servado en Alemania la reforma de un grado de
libertad, de pensar quizá mayor y mas alto que en
ninguna otra parte. En Dinamarca , pais en que
domina el poder absoluto , en que se deja sentir.
su fuerza , asi en los cuerpos municipales , como
en las instituciones generales del Estado; en Dina-
marca por la influencia de la reforma , se eman-
cipó el pensamiento humano , y se manifestó
libremente y en todos sentidos. En Holanda, en
inedio de una república ; en Inglaterra , bajo la
monarquia constitucional , y á pesar de una tira-
nia religiosa , por mucho tiempo prolongada , se
ha verificado el mismo hecho. Por último , en Fran-
cia , en una situacion que parecia menos á propó-
sito para los efectos de una revolucion religiosa,
en un reino donde fuera vencida, ha producido
tambien la reforma un principio de independencia
y libertad intelectual hasta 1685 ; es decir , hasta
la revocacion del edicto de Nantes , ha tenido la
reforma en Francia , su existencia legal. Durante
este tiempo, sus sectarics han escrito , discutido
y provocado á sus enemigos á escribir y discutir
con ellos. Este solo hecho , esta guerra de folletos ,
este choque entre las antiguas y nuevas opinio-
nes , ha derramado en Francia una libertad ver-
dadera , una libertad mucho mas activa de lo que
comunmente se cree. Recordad , señores , las con-
ferencias de Bossuet con Claudio : recordad toda
la polémica religiosa de esa época ; y preguntad
ahora si Luis XIV hubiera tolerado sobre otra
materia tanta libertad de pensar. Asi pues , entre
los amigos y enemigos de la reforma , es donde .
ella se ha demostrado y desenvuelto en la Fran-
cia del siglo XVI. El ! pensamiento religioso fué,
544 HISTORIA DE LA
muy atrevido entonces : trató todas las cuestiones
con una independencia mayor , á la que Fenelon
trató de política en su Telemaco , y duró tal estado
hasta la revocacion del edicto de Nantes . Pues
bien , desde 1685 hasta aquella gran insurreccion
de la inteligencia humana en el siglo XVIII , no
medió aun el espacio de cuarenta años. Cesó , es
verdad , la influencia de la revolucion religiosa;
mas en favor de la libertad intelectual , despues
que apareció en el mundo y se ostentó con todo
su poder la revolucion filosófica .
Ya lo veis, señores ; donde quiera que ha pe-
netrado la reforma ha ejercido un poderoso in-
flujo en el órden intelectual. Victoriosa ó vencida,
ha dado siempre por resultado general y cons-
tante un prodigioso aumento en la libertad de
pensar.
Y no solamente la reforma ha obtenido estos.
resultados , y ha tendido á ese término , sino que
se ha parado en su curso siempre que ha llegado
á él. Tan cierto es que constituye la libertad de
pensar su carácter primitivo fundamental. Así en
Alemania, lejos de las instituciones libres , no
diré que aceptase la servidumbre; pero en nada
se quejó viendo que desaparecia la libertad.
En Inglaterra ha permitido la constitución ge-
rárquica del clero y la presencia de una Iglesia
tan llena de abusos , como jamás haya podido ser
la Iglesia Romana , y mucho mas servil que la
inisma.
¿Y por qué la reforma tan inflexible y severa
se ha mostrado , bajo ciertos respetos , en esos
paises tan fácil y condescendiente? Porque habia
conseguido el fin á que aspiraba , porque habia
CIVILIZACION EUROPEA. 245
logrado la independencia del pensamiento humano.
Lo vuelvo á decir; en donde la reforma ha obteni→
do semejante resultado , se ha acomodado á todos
los gobiernos y se ha conformado con todas las
situaciones. {
Hagamos ahora la contraprueba, veamos lo
que ha acontecido en las naciones donde no ha
penetrado la revolucion religiosa , ó ha sido sofoca-
da con tiempo ó no ha podido desenvolverse en
manera alguna. La historia nos manifiesta que el
espíritu humano no ha logrado emanciparse allí.
Pruébanlo de un modo inconcuso la España y la
Italia. Mientras que en todas partes de la Europa
donde ha podido entrar la reforma , ha tomadoel
pensamiento del hombre en estos últimos siglos un
vuelo y una libertad desconocida hasta entonces
en aquellos otros, donde aquella no ha podido de
ninguna manera penetrar, ha caido la razon del
hombre en la misma época en la inaccion y desidia,
de modo que la prueba y la contraprueba mani-
fiestan la misma verdad.
Así que se conoce que la libertad del pensa-
miento ha sido el carácter esencial de la reforma,
el. primer resultado de su influencia , y el hecho
dominante de su destino.
Digo el hecho , y lo digo á propósito : la eman-
cipacion del espíritu humano ha sido efectivamen-
te en el curso de la reforma un hecho, mas que un
principio, un resultado, mas que una intencion. Yo
oreo que la reforma, ha ejecutado en esto mas de
lo que emprendió; tal vez mas de lo que habia
deseado. Al revés de muchas otras revolucio→
nes que han quedado muy atras del término
á que se dirigian , las consecuencias de la re-
546 HISTORIA DE LA
forma, han pasado mucho mas allá de su obje-
to , apareciendo mas grandes como acontecimien-
tos que como sistema, sin que se haya conocido ni
confesado del todo el resultado que ha tenido ni
los efectos que ha llegado á producir.
Veamos ahora los cargos que se hacen á la re-
forma. A dos vienen á reunirse todos.
4. La multiplicidad de sectas , la escesiva li-
cencia del pensamiento , el haber destruido toda
autoridad espiritual , y la disolucion de la unidad.
en el cuerpo religioso.
2. La tirania , la persecucion . « Vosotros pro-
ducis y provocais la licencia , se ha dicho à los
partidarios de la reforma ; y despues que habeis
causado esa licencia , quereis contenerla y repri-
mirla. ¿Y cómola reprimireis.? Cabalmente por los
inismos medios que detestais , por medios los mas
duros y violentos. Vosotros habeis seguido tam-
bien la heregia , y la habeis perseguido en virtud
de una autoridad ilegítima».
Examinad , reunid todos los mas fuertes ata-
ques dirigidos contra la reforma , separando de
ellas , las cuestiones puramente dogmáticas ; esas
son las dos acusaciones capitales á que se redu-
cen todas las demas.
2
Confusos se hallan por cierto los partidarios
de la reforma , y no aciertan á responder. Cuando
se les imputa la multiplicidad de sectas, observa-
reis que las condenan , que las deploran y que
procuran escusarse ; se les achaca la persecucion;
vedles con cuanta dificultad se defienden. «Noso-
tros , decian los reformadores , nosotros tenemos
derecho de reprimir y castigar el error , porque
estamos en posicion de la verdad ; porque nues-
CIVILIZACION EUROPEA. 347
tras doctrinas é instituciones son las solas doctri-
nas é instituciones legítimas. Si nos quejábamos de
la Iglesia porque castigaba los reformadores , es
porque ningun derecho , ninguna razon le asistia
contra ellos ; «Y cuando dirigen sus tiros al partido
dominante de la reforma , no sus enemigos , sino
sus propios hijos , cuando las sectas que condenan
y anatematizan les dicen : « nosotros hacemos lo que
habeis hecho vosotros ; nes dividimos de la misma
suerte que os habeis dividido vosotros» ; se halla
aun mas embarazada y confusa , y solo contesta
redoblando sus fuerzas y rigor.
Claro está , pues , que la revolucion religiosa
del siglo XVI se estravió de su curso y obró con-
tra los mismos principios que proclamaba ; acaba-
ba de emancipar el pensamiento y queria sujetar-
lo á la ley, hacia prevalecer el libre exámen , é
intentaba poner al propio tiempo la razon del hom-
bre bajo su autoridad y tutela. Asi es que por es-
ta circunstancia , cayó en una doble falta. Por una
parte , ni conoció ni supo respetar la libertad de
pensar , puesto que la violaba en el mismo mo-
mento de proclamarla y de defenderla; de otra parte
no supo conocer los límites y estension de la auto-
ridad en el órden puramente intelectual , y no ha-
blo de la autoridad coactiva, imposible en semejante
materia, sí solo de la autoridad puramente moral,
de la autoridad que dirige los espíritus , y que
obra sobre el hombre por la sola influencia.
Falta por cierto alguna cosa á la mayor parte de
los paises reformados por la buena organizacion
de la sociedad intelectual , para regularizar de una
inanera armoniosa las antiguas opiniones genera-.
les. No se han sabido hermanar todos los derechos,
548 HISTORIA DE LA
no se ha logrado poner en buen concierto el do-
minio de la tradicion con las pretensiones de la
libertad. Y eso proviene sin duda de que la re-
forma no ha comprendido sus destinos ; no ha co-
nocido sus principios , ni ha logrado apreciar sus
efectos.
De ahi la inconsecuencia que ha tenido la re-
forma y el espíritu limitado que han manifestado,
circunstancias que han dado notable superioridad y
ventaja á sus adversarios. Bien sabian estos lo que
deseaban y lo que hacian, tenian formado un siste-
ma , partian de principios fijos , y marchaban has-
ta sus últimas consecuencias. Nunca ha habido un
gobierno mas consecuente y sistemático que el de
la Iglesia romana.
En efecto, la corte de Roma ha contemporizado,
ha transigido mucho mas de lo que ha hecho la re-
forma, ha tenido una idea siempre fija, una voluntad
entera y ha guardado una conducta regular y cohe-
rente. Es muy poderosa, señores , la fuerza que da
este pleno conocimiento de lo que se hace y de lo
que se quiere, esta formacion de un designio , esta
adopcion completa y cabal de un principio y de un
sistema. Prueba es de ello incontestable las diver-
sas alternativas que ha tenido en su curso la re-
volucion religiosa del siglo XVI.
着 Nadie ignora que el principal poder creado
para luchar contra ella , fueron los jesuitas. Pues
bien, abrid su historia y vereis que se han estre-
Hlado siempre sus tentativas , que han llevado
siempre la fatalidad y la desgracia á la causa que
han servido con alguna regularidad y fuerza: per
dieron en Inglaterra los reyes y en España el
pueblo. Contra el curso general de los sucesos
CIVILIZACION EUROPEA. 349
contra el desarrollo de la civilizacion moderna,
contra la libertad del espíritu humano tuvieron que
luchar los jesuitas , y luchando contra fuerzas tan
poderosas y unidas fueron irremisiblemente venci-
dos ; y no solo sucumbieron , sino que se vieron
precisados á valerse de medios los menos á pró-
posito para alcanzar el menor triunfo. En sus pla-
nes no se vé ningun brillo , ni se descubre ningun
grandor en sus obras: para llegar á su término si-
guieron caminos estrechos tortuosos y ocultos ; no
pusieron en movimiento las naciones; nada hicieron
que hiriese la imaginacion , que les conciliase el
interes público, nada practicaron de cuanto en-
tusiasma y arrebata al pueblo. Al contrario , el
partido contra el que lucharon los jesuitas, no so-
lamente venció á sus enemigos , sino que triunfó
con esplendor y gloria. Hizo cosas grandes y por
medios igualmente grandes levantó en masa los
pueblos , llenó la Europa de hombres atrevidos y
emprendedores , mudó la faz del mundo , cambió
la condicion y forma de los estados ; todo en una
palabra estaba contra los jesuitas .
Y á pesar de esto ellos han tenido otro grandor;
el grandor de una idea que va unida á su nombre,
á su influencia, á su historia . Sabian los jesuitas lo
que intentaban y lo que querian; tenian un cono-
cimiento completo del principio donde partian, de
la estension de su carrera y del punto hacia que
marchaban; comprendian ellos todo lo vasto y di-
ficil de su empresa; en una palabra, no les faltaba
el esplendor del pensamiento ni el grandor de la
voluntad , circunstancias que han hecho que no
se presenten como ridiculos á la sociedad , lo que
sucede cuando se porfia contra una mala suerte
350 HISTORIA DE LA
siempre mas obstinada ó tiene uno que valerse
para lograr su fines de medios innobles y mise-
rables.
Todo lo contrario acontece en donde no se co-
nocen los principios y resultados de la empresa que
se va á acometer. Siempre hay entonces algo de
incompleto , inconsecuente ó ilimitado que pone á
los vencedores mismos en una especie de inferio-
ridad en el modo de llevar á cabo los planes , cuya
influencia se deja muchas veces sentir en el curso
de los sucesos. Tal es á mi modo de ver la causa
que ha impedido el que se defendiese la reforma
con tan buen éxito como pudiera haberlo hecho:
este es el flanco débil que ha presentado.
Otras muchas consecuencias, varios otros efec-
tos de este hecho pudiera manifestaros; mas basta
haberos descubierto su carácter distintivo y prin-
cipal.
Empero antes de concluir quiero que percibais
la notable semejanza de destinos que nos presen-
ta la historia de la Europa moderna, entre la so-
ciedad religiosa y la sociedad civil , en las revolu-
ciones que una y otra han sufrido.
Empezó la Iglesia por ser una sociedad com-
A pletamente libre, formada en nombre de una cre-
encia comun, sin instituciones ni gobierno , regida
únicamente por poderes morales que, influian y
obraban sobre las necesidades del momento. La so-
ciedad civil se formó tambien en Europa, a lo me-
nos en su mayor parte de bandas de bárbaros,
sociedad tambien libre en la que los hombres per-
manecian por su voluntad , sin que existiesen le-
yes ni se hubiesen creado verdaderos poderes . Al
salir de semejante estado , incompatible con 'un
GIVILIZACION EUROPEA . 351
gran desarrollo social , se organiza en la Iglesia un
gobierno esencialmente aristocrático. Dirigen en-
tonces sus destinos el cuerpo del clero, los obispos
-y los concilios. Verificase en la sociedad civil un
- hecho muy análogo; al salir de la barbarie apo-
dérarse de la dominacion el feudalismo laical ; tam-
bien sobre ella se alza y crea un poder verdade-
ramente aristocrático. Huye del gobierno de los
obispos la sociedad religiosa para entrar en el ré-
gimen papal; y triunfando entonces la corte de Ro-
ma sobre los concilios, avasalla y domina la aris-
tocracia eclesiástica de Europa.
El mismo cambio, y por los mismos medios se
realiza en la sociedad civil; destruyendo la nobleza
feudal prevalecen y dominan los reyes en Europa.
En el siglo XVI estalla en la sociedad religiosa
una revolucion contra el sistema monàrquico pu-
ro que en ella regia: esta revuelta proclama y es-
tablece en Europa el principio del libre exámen .
Un acontecimiento semejante se realiza en nues-
tros dias en el órden civil. El poder absoluto ha
sido tambien atacado, y vencido.
Bien lo percibis , señores ; las dos sociedades ci-
vil y eclesiástica esperimentaron los mismos cam-
bios, sufrieron las mismas revoluciones, hicieron el
mismo camino con la única diferencia de que la
Iglesia ha marchado siempre delante en esta in-
mensa y vasta carrera.
Asi por lo que queda dicho se comprende bien
que el pensamiento dominante en las sociedades
modernas es el libre exámen, y la libertad del
espíritu humano . Asi mismo vemos que en aque-
lla época se halla á punto de prevalecer en todas
partes la centralizacion política .
352 HISTORIA DE LA · . ·
En la leccion siguiente, trataremos de la revo-
lucion de Inglaterra; es decir, de aquel acaecimien-
to que motivó que se encontrasen por la primera
vez frente á frente el exámen libre y la pura mo-
narquía ; hechos que son consecuencia indisputa-
ble de la civilizacion.
LECCION XIII.
576 HISTORIA DE LA
modo el camino de la revolucion. Como esta habia
llamado sucesivamente al mundo á todos las par-
tidos , habia ensayado todos los gobiernos , y se ha-
bia valido de todos los ministerios ; pero todo en
vano. Ninguno de ellos habia correspondido á sus
esperanzas, ninguno habia podido concluir la obra
comenzada : todos se estrellaron en sus primeros
planes y tentativas. El pueblo y la corte se encon-
traban en una situacion muy parecida á la en que
la Inglaterra se encontraba en 1653 al fin de la
tormenta revolucionaria.
Entonces se echó mano de los mismos medios,
y se adoptó el sistema que se habia seguido en
otro tiempo. Lo que Cromwell habia practicado
en favor de la revolucion , Cárlos II lo hizo en bien
y provecho de la corona: penetró desde entonces
en la carrera del poder absoluto.
Muere Cárlos y le sucede su hermano Jacobo II.
Una nueva cuestion ; á saber , la religiosa se mez-
cla con la del poder absoluto y complica el estado
de las cosas bastante intrincado y grave ya. Jaco-
bo II quiere al propio tiempo el triunfo de su po-
der y el del gobierno papal ; y entonces sucedió lo
que al principio de la revolucion ; es decir, que se
empeñaron dos luchas contra el gobierno , la una
política y la otra religiosa .
Muchas veces se ha preguntado lo que habria
sucedido á no haber existido Guillermo III sino
hubiese desembarcado con los holandeses en In-
glaterra para poner fin á la lucha entre Jacobo II
y su pueblo. En mi concepto se habria realizado el
mismo suceso. Todo el pueblo inglés escepto una
parte muy reducida y pequeña se hallaba ani-
mado en aquella época de un sentimiento hostil
CIVILIZACION EUROPEA. 377
contra, Jacobo II , y de uno ú otro modo habria
hecho la revolucion consumada en 1688 ; pero esta
crisis se verificó por causas superiores aun en la
situacion misma en que se hallaba el reino unido.
La crisis de 1688 fué no menos europea que
inglesa , y esto es lo que ha hecho que la revolu-
cion de aquel pueblo por su mismo carácter y
por los hechos que la motivaron , prescindiendo
de la influencia que ha podido ejercer con su
ejemplo , entrase en el curso legal de la civilizacion
europea.
Mientras que en Inglaterra comienza la lid que
acabo de describir entre el poder absoluto y la li-.
bertad religiosa y civil , rompe en el continente
una lucha de la misma clase promovida por las
mismas causas , si bien distinta de aquella por el
modo con que se realiza , el terreno que se elige, y
el caráter de los contendientes. La monarquia pura
de Luis XIV se ensancha , tiende á convertirse en
monarquia universal: asi lo dan á entender las obras
de aquel rey, y asi lo teme toda la Europa. Para
resistir á las tentativas y pretensiones de Luis XIV
fórmase una liga europea por los partidos políticos ,,
y su gefe es el mismo que habia llevado el pendon
de la libertad civil y religiosa : este fué Guillermo
prícipe de Orange.
La república protestante de Holanda teniéndo-
le por cabeza se propuso resitir y oponer un firme
dique al ensanche de la monarquia pura, represen-
tada por Luis XIV. En apariencia no se trataba de
libertad civil y religiosa en el interior de los esta-
dos ; y si solo de su independencia , Luis XIV y sus
contrarios no creian debatir la cuestion suscitada
y debatida ya en Inglaterra , ya que luchaban los
578 HISTORIA DE LA
partidos no tanto como los estados : ya que se por-
fiaba y combatia por medio de la diplomacia y de
las armas, y no por movimientos políticos y revo-
luciones interiores. Pero á pesar de esto , la'cues-
tion que con tanto ardor se agitaba en el conti-
nente , era la misma que habia turbado la tran-
quilidad y reposo del pueblo inglés.
Por lo dicho se vé que cuando empezó en In-
glaterra el debate entre Jacobo II descoso del
poder absoluto y el pueblo que anhelaba la liber-
tad , dividió al mismo tiempo la Europa , la fúcha
general empeñada entre Luis XIV y el príncipe de
Orange representantes cada uno de estos opuestos
sistemas. Tan grande y fuerte era la liga que se
formó contra Luis XIV, que entraron en ella ya
publicamente ya de una manera oculta , aunque
no menos real y verdadera , soberanos contrarios
á los principios que se proclamaban tan opuestos á
las pretensiones de la libertad civil como á la re-
ligiosa. Tambien el emperador de Alemania y el
papa Inocencio XI sostuvieron á Guillermo XIII
en la gran lid empeñada contra Luis XIV.
El príncipe de Orange , pasó despues á la In-
glaterra , no tanto para promover los intereses del
pais , como para levantar en masa aquella isla con-
tra el soberano francés. Apoderóse entonces de la
Gran Bretaña como de una fuerza nueva de que
tenía necesidad , y de la que se habia valido su
contrario hasta aquella época , puesto que mientras
reinaron Carlos II y Jacobo II, habia pertenecido
la Inglaterra á Luis XIV, sirviéndose de la misma
para oponerla á los esfuerzos y resistencia de la
Holanda.
Asi pues, la Inglaterra fué arrancada de las ma-
CIVILIZACION EUROPEA. 379
nos de Luis XIV representante del partido de la
monarquia universal , para ser el instrumento y el
apoyo mas firme del partido que proclamaba y de-
fendia la doble libertad religiosa y civil . Esta es la
faz grande y verdaderamente europea que presen-
ta la revolucion de 1688 : por estas causas se la
considera tal, que ocupa un puesto importante en
los sucesos realizados en Europa , prescindiendo
de lo que era ella en si misma , del ascendiente
que tuvo sobre los espíritus en el siglo siguiente,
y el influjo poderoso que ofreció con su ejemplo.
Acabais , señores , de ver confirmado todo lo
que al principio os habia indicado : acabais de co-
nocer que el carácter verdadero y la tendencia
principal de la revolucion inglesa fué la abolicion
del poder absoluto tanto en el órden civil como
en el eclesiástico. Esta verdad se halla marcada
en todo el curso que ha llevado aquel movi-
miento.
Descúbrese ya desde el primer periodo hasta
la restauracion , desde el segundo hasta la crisis
de 4688 , y está manifiesta siempre en aquel acon-
tecimiento la misma fisonomia , bien considerada
en el interior del Estado , ó bien en sus relaciones é
influjo con la Europa en general .
Ahora nos queda que examinar este mismo acae-
cimento al realizarse en el continente : entonces
veremos la lucha entre la monarquia pura y el li-
bre exámen , ó á lo menos en las causas que la
motivaron y en los momentos en que estaba próxi-
ma á estallar ; tal será el objeto de nuestra últi-
ma reunion.
·
1
·
1
LECCION XIV .
13020100015956
BIBLIOTECA
DE
MONTSERRAT
IV ' D
Armario
120
Estante