Está en la página 1de 19

MUSEO NACIONAL DE ANTROPOLOGIA

EL PRECLASICO O FORMATIVO
AVANCES Y PERSPECTIVAS

SEMINARIO DE ARQUEOLOGIA
“DR. ROMAN PIÑA CHAN”

MARTHA CARMONA MACIAS


COORDINADORA

INSTITUTO NACIONAL DE ANTROPOLOGÍA HISTORIA


EL ORIGEN DE LA CIVILIZACIÓN EN MESOAMERICANA.
LOS OLMECAS Y MOKAYA DEL SOCONUSCO DE CHIAPAS, MEXICO

JOHN E. CLARK
MICHAEL BLAKE
NWAF

INTRODUCCION

Nuestro propósito en este artículo es describir los procesos llevados a cabo en las primeras
sociedades caciquiles de Mesoamérica hace 4000 años y las probables precursoras de la
posterior civilización Olmeca. Nos enfocaremos en este estudio en la región sur de la Costa del
Pacífico de Chiapas, conocida como el Soconusco y especialmente en la zona de Mazatlán (Fig.
1). Cronológicamente nos centraremos solamente en el final del periodo Arcaico y en el
Formativo Temprano; un periodo de 1000 años, que va de 2000 a.C. a 1000 a (ver la Fig. 2 para
detalles cronológicos). Durante esta época los habitantes del Soconusco eran un grupo, que
hemos bautizado con el nombre de Mokaya, término mixe-zoque que significa gente de maíz.
Como se verá más adelante, este término es apropiado por varias razones: en primer lugar,
estamos convencidos de que esta gente eran habitantes de lo que los lingüistas han designado
como proto mixe-zoque. Los mokaya parecen haber sido los primeros agricultores sedentarios
de Mesoarnérica, así como los primeros en desarrollar sociedades caciquiles. El uso del término
mokaya nos permitirá simplificar la siguiente discusión. Utilizaremos los vocablos mokaya y
olmeca para designar a grupos socio-políticos hablantes de mixe-zoque y nos reservaremos los
nombres de las fases arqueológicas: Barra y Ocós para referirnos a períodos cronológicos.

En esta presentación tratamos tres ternas concernientes al desarrollo de la civilización


mesoamericana. Primeramente, consideramos las evidencias del desarrollo de sociedades
jerarquizadas entre los mokaya del sureste de México. Luego proponemos una explicación de
las causas del desarrollo temprano de las sociedades caciquiles en las tierras bajas tropicales y la
zona del litoral; y final mente, discutimos brevemente el desarrollo de la civilización olmeca de
San Lorenzo desde la perspectiva de nuestra área. Los datos disponibles de nuestros trabajos
recientes sugieren ciertos reajustes a la especulación común referente a los olmecas, tanto en
relación a sus orígenes, como también --y esto es lo más significativo-- en lo referente a la
subsecuente difusión de la civilización olmeca a lo largo de lo que es hoy Mesoamérica. Antes
de entrar a estos temas, ubicaremos a los mokaya dentro de su contexto espacial y temporal en
la costa de Chiapas durante el Formativo Temprano.

EL AREA DEL ESTUDIO.

La región de Mazatán está ubicada en la zona agrícola más productiva de Chiapas, la parte sur
del Soconusco --una zona de merecida fama desde los tiempos prehispánicos por su cacao--.
Esta región parece un mosaico de ecosistemas circunscritos, con una angosta planicie costera de
unos 20 a 30 kilómetros de ancho que corre entre la cadena de esteros y lagunas del litoral y la
bocacosta y altas elevaciones de la Sierra Madre. Hacia el noroeste, esta planicie está bordeada
por una amplia zona pantanosa; la zona de pantanos parece haber sido especialmente importante
como fuente de recursos durante el período Formativo Temprano (ver Fig. 3),

Barbara Voorhies (1976) investigó en la zona de los esteros varios depósitos de concheros
pertenecientes al Arcáico Tardío (fase Chantuto). Estos probablemente representan una
ocupación estacional de grupos nómadas de cazadores/pescadores/recolectores. La gente de
Chantuto estuvo vinculada por intercambio comercial y social con los Altos de Guatemala, de
donde obtenían obsidiana (Nelson y Voorhies, 1980).

Durante la fase Barra (1800-1650 a.C tenemos evidencia de aldeas sedentarias,


presumiblemente hubo agricultura y donde quizá se efectuó el primer uso de cerámica. La fase
Barra, por consiguiente, probablemente representa una nueva etapa en los modos de producción.
Pensamos que es significativo que los concheros del estero representaron solamente un uso
limitado durante esta fase Paralelo a este cambio hay evidencias de un ligero incremento de
población, al menos en la región de Mazatán. Como se discutirá más adelante, al finalizar la
fase Barra, hay indicios que evidenciar el principio de la diferenciación social, pero esto es más
convincente para la subsiguiente fase Locona que se inicia alrededor del 1650 a.C.

EVIDENCIAS DEL SURGIMIENTO DE SOCIEDADES CACIQUILES.

Tres clases de datos nos indican el desarrollo de sociedades caciquiles mokayas en la zona de
Mazatán, empezando durante la fase Locona, ó 1650. Los datos demuestran: (1) las aldeas o ca-
seríos estaban organizados en entidades políticas independientes entre sí. (2) Dentro de cada
entidad política, la economía parece haber estado centrada alrededor del poblado mayor. (3)
Finalmente, nuestras investigaciones en varios de estos poblados mayores han arrojado
evidencias de diferenciación social. Estas tres características de organización económica y
sociopolítica de la zona, son también atributos compartidos por otras sociedades a nivel de
cacicazgos simples, conocidas a través de la etnografía.

(1) LAS ENTIDADES POLITICAS.

¿Cuáles son los datos de la existencia de varias unidades políticas individuales durante el
Formativo Temprano? En la figura 3 vemos el patrón de asentamiento de la fase Locona que nos
indica diferencias claras entre los tamaños y funciones de las aldeas durante esta fase. El núcleo
de cada entidad parece haber sido una comunidad grande de 400 a 200 habitantes. Sin duda, fue
necesario algún mecanismo político—social para controlar las quejas domésticas de cualquier
grupo de este tamaño. Pensamos entonces que cada aldea grande fue dirigida por un jefe o
cacique, y además, que él administraba las aldeas pequeñas localizadas alrededor de la aldea
principal. En fin, el patrón de asentamiento indica que eran sociedades integradas económica y
políticamente, dirigidas por caciques Es notable que durante esta fase se establecieron sitios
especializados en los esteros, quizás para pescar o extraer sal del mar.

(2) LA ECONOMIA CENTRALIZADA.

La evidencia más clara de una integración económica de cada entidad política viene de la
distribución de la obsidiana. Tres tipos de obsidiana guatemalteca llegaron a la zona de Mazatán
durante e Formativo Temprano. Aparentemente, cada entidad recibía los tres tipos de obsidiana
pero en distintas frecuencias indicando diferencias en su obtención. Por otra parte, dentro de
cada entidad, esta5 tres obsidianas se encuentran en frecuencias homogéneas, lo que nos
muestra un mecanismo de redistribución dentro de cada aldea grande y, supuestamente, también
de jefes o caciques que administraban la economía.

(3) DIFERENCIACION SOCIAL.


Empezando con la fase Locona (1650 a.C.) vemos por lo menos cuatro indicadores de
diferencias sociales o de rango. Estos son (1) diferencias en la arquitectura doméstica, (2)
distinciones en los entierros, (3) diferencias en el patrón de consumo de productos exóticos
importados de regiones lejanas, y (4) la presencia de especialización artesanal patrocinada.

En el sitio de Paso de la Amada (Ceja, 1985) excavamos los restos de una vivienda elitista
(véase la Figura 4); a diferencia de otras casas domésticas, esta casa estaba elevada y era mucho
más gran de que las otras. Además, la basura asociada con esta estructura indica consumo y
producción especial de bienes de lujo, como cerámica polícroma (o trícroma). Otros bienes de
consumo diferencial fueron orejeras de barro, cuentas de jade, y adornos de mica.

La muestra de entierros del Formativo Temprano todavía es pequeña y por consiguiente, a


nuestra interpretación de diferencias sociales le falta confirmación. Un entierro de un niño de
once años fue cubierto de pigmento rojo y llevaba un espejo de mica en su frente,
probablemente parte de un casco especial. Algunas de las figurillas masculinas de esta misma
tase muestran cascos con posibles espejos. Todas las figurillas masculinas son de hombres
gordos, sentados con máscaras de animales, delantales, y a veces, espejos en el pecho (figura 5)
--características que nos hace recordar los monolitos olmecas de varios siglos después--. Como
es evidente en la figura 5, las mujeres se representan paradas y desnudas.

La distribución de cerámica Locona por el sur de Mesoamérica marca un área de interacción


bastante amplia. Sugerimos que los orígenes de la civilización olmeca se deben buscar en esta
primera comunidad de interacción, como lo discutiremos en la siguiente sección.

EL DESARROLLO DE SOCIEDADES CACIQUILES.

La dificultad principal para desentrañar el proceso evolutivo de las sociedades igualitarias a


sociedades caciquiles es separar todas las posibles causas de tal desarrollo. En el caso de los
mokaya de Mazatán, los siguientes procesos parecen haber estado involucrados: (1) un cambio
de movilidad temporal al sedentarismo, (2) la adopción de la agricultura con cultivos de los
Altos como maíz y frijol, (3) el inicio de la tecnología alfarera, (4) un crecimiento rápido de la
población, y (5) el surgimiento de especialización artesanal patrocinada. Debido a que todos
estos eventos sucedieron más o menos simultáneamente, se dificulta nuestra investigación sobre
las causas principales que dieron origen a la diferenciación social. Sin embargo, creernos que
los datos disponibles indica que todos estos eventos y procesos solamente son indicadores
secundarios de un proceso más complejo --de competencia política entre aspirantes al poder y
privilegio--. En inglés tales hombres llevan una variedad de nombres incluyendo bigmen
accumulators, y politica! entrepreneurs. Para facilitar nuestra exposición, usaremos el término
de políticos o aspirantes políticos.

Estamos convencidos que el origen de las sociedades caciquiles y del caciquismo se encuentra
en un proceso competitivo entre políticos en un ambiente social de
cazadores/pescadores/recolectores complejos, Además, el proceso ocurrió sin que nadie se diera
cuenta de lo que estaba sucediendo. En otras palabras, el proceso no fue previsto o anticipado ni
manipulado en sí, solamente sucedió de forma natural como consecuencia de la política interna
individual de hombres buscando ventajas personales en sus interacciones personales. El objetivo
de esta política era obtener prestigio personal en una sociedad igualitaria. Por consiguiente, el
enfoque básico de tal política giró alrededor de la competencia por clientes o discípulos, o la
lealtad de los demás miembros de la comunidad. La habilidad de atraer seguidores tenía que ver
con los recursos materiales, sociales, e ideales de que disponía cada aspirante. Tales recursos
podían haber consistido en comestibles, utensilios, adornos,bienes importados, contactos
sociales, o aún, conocimientos religiosos exclusivos. Los aspirantes políticos pudieron haber
formado sus grupos de seguidores por medio de dos principios económicos bien conocidos en
las economías primitivas, éstos son (1) quid pro quo e (2) intercambio de bienes no recíprocos.
Como es bien sabido, el acto de regalar algo casi automáticamente solicita un regalo a cambio,
es decir, el intercambio se funda sobre un mecanismo social implícito de reciprocidad. Por
consiguiente, en casos en que el receptor no tiene los medios para devolver algo de igual valor,
en ligar de un regalo debe, por lo menos, a su benefactor, respeto y lealtad. En fin, esto era una
manera que los aspirantes políticos empleaban para asegurarse la fidelidad de sus seguidores por
medio del endeudamiento al proporcionarles más bienes de los que podían devolver, así en vez
de recibir bienes recibieron prestigio social y político, proceso que, al final de cuentas, conducía
a la formación de sociedades caciquiles. Baste señalar aquí que lo anterior es nuestra hipótesis
del proceso y carece por el momento de comprobación. Examinaremos abajo tres procesos
relacionados con el desarrollo de sociedades caciquiles de Mazatán para ver la lógica de esta
hipótesis. Consideramos (1) el papel de la presión demográfica, (2) el origen de la tecnología
alfarera y (3) la adopción de la agricultura.

(1) PRESION DEMOGRAF1CA.

Como notamos, las primeras sociedades caciquiles en Mazatán se destacan por un crecimiento
alarmante en la población local, que nos obliga a considerar el impacto que los cambios
demográficos tuvieron en el desarrollo de cacicazgos. En el caso de Mazatán, no obstante,
parece claro que la explosión demográfica siguió al cambio social y no viceversa. Durante el
Arcaico Tardío y los principios del Formativo Temprano, la población de Mesoamérica fue muy
dispersa con muchas áreas despobladas Algunas regiones excepcionales como Mazatan y el
Valle de Oaxaca destacan precisamente por estar pobladas por una densidad significativa, a
diferencia de otras zonas que parecen haber estado deshabitadas. En tales circunstancias es
difícil seguir pensando en una presión demográfica verdadera. Creemos que este patrón
demográfico resultó de la política individual que mencionamos anteriormente. Como notamos,
la competencia por el prestigio y privilegios se reduce ultimadamente a la competencia por
seguidores leales. La relación mundial entre demografía y complejidad social, señaladas por
otros autores (Keeley, 1988) está relacionada más bien con la necesidad fundamental de los
políticos de establecer y mantener su propio grupo de fieles o seguidores.

(2) TECNOLOGIA ALFARERA.

La cuestión del origen de la cerámica ha tomado un lugar central en relación al desarrollo de


las primeras sociedades agrícolas de Mazatán. La calidad excepcional de la cerámica de la fase
Barra (véase la figura 6) y sus diferencias de la cerámica del altiplano de México, precisamente
de Tehuacán y Oaxaca, ha dado lugar a especulaciones acerca de que la cerámica Barra vino de
América Central o del norte de Sud América (Coe, 1960; Lowe, 1975). Esta hipótesis es
importante porque implica la colonización de la zona mazateca por parte de grupos sureños. Si
así fue, entonces, los orígenes de la civilización de Mesoamérica se deben buscar en estas
regiones.

Somos de la opinión de que este proceso fue local en la zona de Mazatán y que los aspectos
de la cerámica Barra se pueden explicar como parte integral del alto nivel de la política
individual de los aspirantes políticos. Como mencionamos, para competir eficazmente, los
políticos tienen que proveer regularmente de beneficios a sus seguidores. La mejor manera de
hacerlo es traer de afuera artículos novedosos, útiles y exóticos. Creemos que la tecnología
alfarera fue adoptada en tales circunstancias como parte de la competencia entre políticos en su
búsqueda de prestigio. Además, opinamos que la cerámica entró en un sistema ya autosuficiente
en cuanto a utensilios básicos. Dadas las características de la cerámica, proponemos que
también adoptaron estas técnicas de las culturas del sur para vasijas especiales que funcionaron
en un ámbito ritual. Es decir, en ese instante, la cerámica fue adoptada más como una forma de
arte o un bien de lujo. Las formas de todas las vasijas, como lo apreciamos en la figura 6, son
para almacenar o servir líquidos. No tenemos ninguna evidencia de que estas vasijas fueran
usadas para cocinar. Creemos, entonces, que la adopción de la cerámica, con su forma particular
y decoración elegante se debe a que ésta funcionó en rituales. Pensamos también que las
primeras formas y decoraciones fueron copias de vasijas de jícaras y madera que se fabricaban
antes. En fin, consideramos la adopción de la tecnología alfarera como parte fundamental de la
política del Formativo Temprano (Clark y Blake, 1989).

(3) LA AGRICULTURA.

La paradoja de la agricultura mesoamericana es que los cultivos básicos como calabaza, frijol
y maíz, se domesticaron en Los Altos pero la vida aldeana agrícola, supuestamente basada en
estos mismos cultivos, comenzó en las tierras bajas, como la zona costera de Mazatán, fuera de
los habitats naturales. Las preguntas principales son entonces: ¿Cómo y por qué fueron
introducidas estas plantas a tierras costeras tropicales al principio del Formativo Temprano?

Debido a una sugerencia de Gareth Lowe (1975) en que los mokaya cultivaban tubérculos
como mandioca, un enfoque de nuestras investigaciones recientes en la zona de Mazatán fue
documentar la importancia de otros posibles cultivos básicos como maíz. Encontramos restos de
mazorcas y semillas de maíz así como piedras de moler que se fechan dentro de la fase Locona.
No obstante estos hallazgos, parece que el maíz no predominaba en la dieta. El maíz de esta
época era pequeño y de baja productividad; las mazorcas recuperadas miden de 4-5 centímetros
de largo. Además, las manos y metates son escasos y predominan los morteros con sus manos,
lo que quizá indica que no tu vieron que moler muchas semillas. Finalmente, un análisis
químico de los huesos humanos indica que el maíz no era importante en la dieta. Otros restos
indican que los mokaya tenían una economía mixta basada todavía en la caza, pesca y
recolección de plantas silvestres que probablemente incluía tubérculos. Obviamente, los cultivos
de Los Altos fueron introducidos a una economía mixta autosuficiente, y al principio no
formaban una parte significativa de la dieta. ¿Cómo explicarnos entonces su interés por estos
cultivos foráneos?

Pensamos que la introducción de estos cultivos en la zona de Mazatán es paralela a la


introducción de la cerámica, por las mismas razones expuestas anteriormente. El traslado del
maíz y del frijol a la zona de Mazatán solamente es otro caso específico de intercambio de larga
distancia de bienes exóticos llevado a cabo por aspirantes políticos para aumentar su prestigio
personal y atraer o retener a sus clientes y seguidores. En términos más específicos en cuanto al
por qué de la introducción del maíz, tomamos nuestra pista del complejo cerámico de la fase
Barra que, como mencionamos, fue diseñado para líquidos o bebidas. Sugerimos que el maíz
fue traído a la zona como ingrediente principal de una bebida especial que tenía gran valor en
rituales y comidas rituales o políticas, una bebida como chicha, o un ingrediente con chocolate
como el pinole. El uso especial de maíz como bebida alcohólica en la competencia político-
social explicaría su introducción y cultivo a la zona costera.

(4) RESUMEN.

Antes de considerar la cuestión de los olmecas, vale resumir los datos destacados para los
mokaya. Los datos disponibles nos indican que las primeras sociedades caciquiles se formaron,
por lo menos, a principios de la fase Locona, o sea 1700-1600 a.C. Las distinciones sociales
fueron una consecuencia no anticipada resultante de la competencia entre aspirantes políticos
por atraerse seguidores o discípulos como parte de su búsqueda de prestigio personal. La
productividad natural de esta zona costera permitió la acumulación o almacenamiento de bienes
básicos que podían usarse en competencias sociales, para patrocinar artesanos especializados y
para participar en intercambios a larga distancia. El carácter de esta competencia premió a los
que podían traer bienes exóticos de áreas lejanas, y como consecuencia empezó una época
dinámica de innovaciones e introducciones que incluía, entre varias cosas, tecnología alfarera,
lapidaria, quizás textilería y productos agrícolas de Los Altos. Esta competencia entre políticos
funcionó como imán demográfico para los pequeños grupos que habitaban las áreas adyacentes,
debido a la bondad de cada político con sus regalos, fiestas, comidas y rituales. La competencia
finalmente culminé en el establecimiento de sociedades caciquiles y más adelante, la
civilización olmeca como describiremos en seguida.

LOS MOKAYA Y LOS OLMECAS.

La relación entre los mokaya y olmecas consistió en dos etapas importantes. Una trata del
origen de los olmecas y la otra, su despliegue por toda Mesoamérica. Consideraremos estos dos
temas en las siguientes secciones.

(1)DE MOKAYA A OLMECA.

Nuestra sencilla reclamación en cuanto a las raíces de los olmecas, es que se basan en la
cultura mokaya de la fase Locona. La cerámica más temprana encontrada en el sitio de San
Lorenzo Veracruz, (Coe y Deal, 1980) muestra afinidades con la cerámica Locona. Evidencias
de la lingüística histórica nos hace pensar que un grupo de mokaya, hablantes de mixe-zoque,
entraron a la zona costera del golfo desde la zona costera de Chiapas. Nuestra hipótesis al
respecto se presenta en la figura 7. Pensamos que los mokaya entraron a una región poblada
dispersamente por grupos de proto-maya. La intrusión de los mokaya dividió el grupo maya en
dos; el grupo del norte llegó a ser el huasteco. Después de esta intrusión inicial durante la fase
Locona, los distintos grupos tomaron su propio camino. Los mokaya de la zona de Mazatán
mantuvieron sus grupos de cacicazgos simples, los hablantes de mixe-zoque de la zona del golfo
se desarrollaron en la cultura olmeca, Las diferencias entre los dos se debe a circunstancias
distintivas. Los grupos del golfo continuaron su intercambio con los mokaya del Pacífico pero
también estaban en contacto comercial y cultural con grupos mayas al norte y sur y con grupos
de hablantes de otomangue al norte y oeste, particularmente en los valles de Oaxaca, Tehuacán
y Guerrero. Sus contactos con tantos grupos de diferentes culturas y etnias son la clave del
desarrollo a los olmecas.

Proponemos que la cultura olmeca fue la primera cultura mestiza de Mesoamérica, una cultura
que combinaba lo mejor de todos sus vecinos mayas, otomangues y mixe-zoques. Por aquel
entonces los olmecas, probablemente, eran hablantes de mixe. El desarrollo olmeca claramente
debe mucho a las culturas antecedentes del Formativo Temprano de Los Altos y tierras
tropicales. No podemos explorar este tema aquí. Basta reconocer las raíces múltiples y
multiétnicas de los olmecas. Los olmecas no fueron tanto la gran cultura madre, sino mas bien
la primera gran cultura mestiza de Mesoamerica. El genio de la cultura olmeca consistió en su
manera de incorporar las varias tradiciones de sus múltiples raíces. En este sentido podemos
considerarla como un desarrollo local o indígena de las tierras del golfo. Unos 1300 años antes
de Cristo habían desarrollado lo que reconocemos como la civilización olmeca --o lo que
llamaremos cacicazgos complejos o piramidales--. Fue durante esta época que el fenómeno
olmeca aparece en todas partes de Mesoaniérica. Es probable que la influencia olmeca en cada
región se deba a diferentes razones y causas. Aquí consideramos su impacto en la zona de
Mazatán.
(2) LA OLMEQUIZACION DE LOS MOKAYA.

La olmequización de los mokaya de la zona de Mazatán empezó por los años 1300-1200 a.C.
En aquel entonces los mokaya estaban todavía organizados en sociedades caciquiles simples y
los olmecas, sin duda, estaban organizados en una sociedad más compleja. Recordemos que
según nuestra hipótesis, las pequeñas entidades políticas en la zona de Mazatán se centraban
alrededor de aldeas grandes de 1000-2000 habitantes con otras aldeas más pequeñas sujetas a
ellas. Los cacicazgos de Mazatán resultaron de la competencia entre políticos y seguramente
esta competencia continuaba, pero con la diferencia de que ahora podían competir por puestos
políticos fijos y no sólo por prestigio personal. imaginémonos que tal era la situación cuando los
olmecas se interesaban en la zona.

El proceso de olmequización empezó con el intercambio. Vemos las primeras evidencias de


los olmecas del golfo en forma de vasijas importadas del exterior, posiblemente de la zona del
golfo. En la segunda etapa de emulación, los mokaya copiaron el estilo olmeca de elaborar
vasijas de servicio y figurillas. Esta cerámica es la famosa negra con bordes blancos de los
olmecas. También vemos el uso de cerámica elaborada con diseños olmecas (véase la figura 8).
En la tercera y última etapa, los mokaya adoptaron todo el complejo cerámico olmeca, es decir
que sus utensilios cambiaron completamente a un nuevo estilo extranjero. Al mismo tiempo,
vemos cambios importantes en la organización política y económica. Toda la zona de Mazatán
parece haber sido reorganizada bajo de un centro ceremonial. El patrón de asentamiento de las
fases Cuadros y Jocotal, que consideramos olmequizadas, se ve en la figura 9. Muchas de las
aldeas grandes de la fase anterior fueron reubicadas bajo este nuevo centro. Económicamente
vemos que cambió el consumo de productos básicos, como la obsidiana que bajó a 20 por ciento
de su demanda anterior. Todo esto indica cambios radicales en la zona pero sin un aumento
significativo de población. En fin, el proceso de olmequización fue más que nada un cambio de
política y quizás el estilo de prestigio y ritual. En el nuevo centro olmeca de Mazatán había
esculturas monolíticas que representaban a los jefes olmecas, que pudieran haber sido conversos
locales o más bien, olmecas de la zona del golfo enviados a la zona mazateca para supervisar y
administrar el área.

CONCLUSIONES.

El origen y desarrollo de la civilización olmeca es un tema que obviamente no podemos


resolver aqui. Sin embargo, hemos tratado por lo menos de presentar algunas posibilidades
nuevas de interpretación. Trabajos recientes efectuados en la región olmeca y sus regiones
adyacentes sugieren que esta zona fue poblada por hablantes de mixe-zoque, quienes habían
desarrollado una forma rudimentaria de civilización conocida como cacicazgos simples.
Pensamos que los mokaya fueron los primeros autores de estos acontecimientos. Las primeras
sociedades caciquiles se desarrollaron al rededor de 1700 - 1600 a.C., como consecuencia de
una política personal. Como parte de la competencia entre aspirantes políticos se estableció una
red de intercambio que se extendía desde El Salvador hasta el norte de Veracruz. Esta red de
intercambio sirvió como base para los logros del Formativo Temprano. Pensamos que los
desarrollos en la zona de Mazatán sirvieron como un plan estimulante de las posibilidades
políticas para otras sociedades menos complejas con las que los mokayas tenían relaciones de
intercambio a larga distancia. Lo mismo sucedió 400 años después con los olmecas; la historia
se repitió.

El despliegue de la civilización y cultura olmeca comprendió la misma zona que antes,


sumándosele el altiplano central. También como antes, los olmecas fueron emulados
precisamente a causa de su nuevo sistema político-religioso. Los datos de las áreas afectadas por
el proceso de olmequización muestran que la ideología política-religiosa también fue parte del
paquete olmeca. Probablemente, las élites que lograron establecer vínculos políticos con los
olmecas lo demostraron por medio de la iconografía de la zona del golfo, es decir, iconografía
olmeca.

En la zona de Mazatán, la olmequización comprendió tres pasos de intercambio, emulación, e


incorporación en el sistema olmeca. Los cambios notados en la política y economía al final de
este proceso indican una presencia dinámica y quizás agresiva de los olmecas en la zona. Para
este tiempo el sistema olmeca del golfo se presenta como una entidad política agresiva que
consideramos como el primer Estado en Mesoamérica, y además la primera entidad multi-
étnica. Solamente intensificando la investigación en otras regiones circunvecinas, revelará si
este proceso se duplicó en otras regiones de Mesoamérica.

AGRADECIMIENTOS

Queremos expresar nuestra gratitud a la Fundación Arqueológica Nuevo Mundo y a su


anterior director Gareth W. Lowe por la oportunidad que nos dio de poder participar en el
proyecto Formativo Temprano de Mazatán. También debemos mucho al Instituto Nacional de
Antropología e Historia, los Doctores Enrique Florescano y Joaquín García Bárcena y a los
miembros del Consejo de Arqueología por el privilegio que nos brindaron para llevar a cabo
estas investigaciones. Nuestras investigaciones hubieran sido imposibles sin la inestimable labor
y apoyo de Pedro Guzzy, Marta Cuevas y Arnoldo González del Centro Regional del INAH,
Tuxtla Gutiérrez y de Tamara Salcedo, Nelka Castro y Mónica Moguel de la Escuela Nacional
de Antropología e Historia. Finalmente, agradecemos la ayuda de Mario Tejada y Víctor
Esponda por las correcciones de estilo y revisiones que hicieron de la traducción al castellano de
este artículo y también a Marisa Kramsky por su trabajo de fotografía y al dibujante Ayax
Moreno.
BIBLIOGRAFÍA

Clark, John E. y Michael Blake.


1989 The Emergence of Rank Societies on the Pacific Coast of Chiapas,
Mexico. Ponencia leída en el Circum-Pacific Prehistory
Con ference, Seattle, Washington.

Ceja Tenorio, Jorge Fausto.


1985 Paso de la Amada: An Early Preclassic Site in the Soconusco,
Chiapas, Mexico. PAPERS OF THE NEW WORLD
ARCHAEOLOGICAL FOUNDATION, No. 49, Pravo, Utah.

Coe, Michael D.
1960 Archaeological Linkages with North and South America at La
Victoria, Guatemala. AMERICAN ANTHROPOLOGIST 62:
363-654.

Coe, Michael D. y Richard A. Diehl.


1980 IN THE LAND OF THE OLMEC. University of Texas Press,
Austin.

Keeley, Lawrence H.
1988 Hunter Economic Complexíty and “Population Pressure”
A Cross Analysis. JOURNAL OF ANTHROPOLOG!CAL
ARCHA EOLOGY 7(4): 373-411.

Lowe, Gareth W.
1975 The Early Preclassic Barra Phase of Altamira, Chiapas: A Review
with New Data. PAPERS OF THE NEW WORLD
ARCHAEOLOGICAL FOUNDATION. No. 38. Provo, Utah.

Nelson, Fred W. and Barbara Voorhies.


1980 Trace Element Analysís of Obsidian Artifacts from Three Shell
Midden Sites in the Littoral Zone, Chiapas, Mexico. AMERICAN
ANTIQUITY 45 (3): 540-550.
Voorhies, Barbara.
1976 The Chantuto People: Ni Archaic Period Society of the Chiapas
Liltoral, Mexico. PAPERS OF THE NEW WORW
ARCHAEOLOGICAL FOUNDATION, No. 41. Pravo, Utah.

También podría gustarte