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Índice:
19.Conclusión:
La caída de Roma y sus múltiples causas han sido objeto de debate por
siglos. Aunque en la actualidad hay un consenso casi generalizado en las
causas, no hay dos listas que enfaticen el mismo punto o que incluso
incluyan las mismas causas. Halsall ofrece una visión interesante de la
caída de Roma occidental al abordar el declive del siglo V d.C.El más
irónico de todo es que durante el siglo anterior es casi imposible identificar
una única figura que haya intentado realmente causar la desaparición [de
Roma]. Todos los actos decisivos en la caída del Imperio fueron ejecutados
por personas que intentaban crear una mejor posición para ellos dentro del
tipo de estructuras imperiales que habían existido en el siglo IV. En un
famoso dicho, André Paganito escribió que "la civilización romana no murió
de muerte natural, fue asesinada". Ninguna alternativa parece correcta. El
Imperio Romano no fue asesinado ni murió de muerte natural; se suicidó
accidentalmente. (283)El punto de Halsall es que, por intentar mantener un
sistema de gobierno y una estructura social que ya no funcionaba, Roma se
condenó a sí misma al fracaso. Roma "accidentalmente cometió suicidio" al
aferrarse a un modelo de su pasado que no podía funcionar más. El
maltrato a los godos por parte de los gobernadores provinciales romanos,
que resultó en la rebelión gótica, las guerras y la Batalla de Adrianópolis es
un ejemplo de esto. Los llamados "bárbaros" no tolerarían más un
tratamiento inferior de parte de los romanos como había ocurrido en el
pasado y como los romanos pensaban que debían seguir haciéndolo. Los
intentos por revivir, preservar y forzar el modelo del Imperio Romano en una
era que ya no podía soportarlo, deberían considerarse como una causa
significativa subyacente de la caída de Roma en occidente. Esta misma
pasión por revivir los "días de gloria" del imperio también contribuyó a la
disolución del Sacro Imperio Romano. Los tiempos habían cambiado, las
personas habían cambiado con ellos y una forma anticuada de gobierno
simplemente no tenía esperanza de sobrevivir en nuevo clima político y
social. Las formas de gobierno, como las personas, no sobreviven colgadas
del pasado, sino que lo hacen adaptándose a los desafíos del presente y
moviéndose hacia el futuro. Roma fue incapaz de este tipo de perspectiva y
así, como cualquier otra entidad que se aferra fuertemente al pasado, no
pudo sobrevivir al tipo de desafíos que presentan oportunidades de cambio
y crecimiento.
BIBLIOGRAFIA
Llorca, García-Villoslada,
Montalbán (Jesuitas).
Historia de la Iglesia Católica II -Edad Media
(800-1303). BAC-104. Madrid. 4ª Ed. 1976.
Lozano Fuentes
José Manuel. Historia de la Cultura.
CECSA. México, 1979