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70 SEMANAS DE DANIEL

por:
Elías Santos Piñeiro

DANIEL Y APOCALIPSIS
JOSÉ MIGUEL PUJOL

10 de abril de 2024
Facultad de Teología de las
Asambleas de Dios de España
BOSQUEJO

INTRODUCCIÓN...........................................................................................................1

LAS 70 SEMANAS DE DANIEL...................................................................................2


1. Panorámica general.............................................................................................2
1.1. Contexto histórico y literario de Daniel 9.....................................................2
1.2. Importancia teológica de las 70 semanas......................................................3
2. Significado de las seis promesas.........................................................................4
2.1. «Para terminar la prevaricación»...................................................................4
2.2. «Poner fin al pecado» y «expiar la iniquidad»..............................................4
2.3. «Para traer justicia perdurable».....................................................................4
2.4. «Sellar la visión y la profecía»......................................................................5
2.5. «Ungir al Santo de los Santos»......................................................................5
3. Cumplimiento futuro vs Cumplimiento histórico............................................6
4. Interpretación exegética de la Septuagésima semana (Daniel 9:25-27)..........7
5. Justificación de la interpretación.....................................................................11

CONCLUSIÓN..............................................................................................................13

BIBLIOGRAFÍA...........................................................................................................14
INTRODUCCIÓN

El presente trabajo consiste en una argumentación teológica sobre la profecía dada a


Daniel y expuesta en las Sagradas Escrituras en el capítulo nueve del verso 24-27 de su
libro. La profecía de las 70 semanas de Daniel, encontrada en el capítulo 9 del libro de
Daniel en el Antiguo Testamento, es uno de los pasajes más intrigantes y debatidos en
la teología bíblica. Este texto ha capturado la atención de académicos, teólogos y
creyentes a lo largo de los siglos debido a su complejidad y relevancia tanto para la
historia judía como para la fe cristiana.

Por ello el objetivo de este trabajo es realizar un estudio de las diferentes posturas
predominantes y llegar una interpretación de dicha profecía, así de como las seis
promesas expuestas en el verso 24.

Todas las referencias bíblicas expuestas a continuación serán extraídas de la versión


RV1960, a no ser que se especifique lo contrario.
2

LAS 70 SEMANAS DE DANIEL

1. Panorámica general

1.1. Contexto histórico y literario de Daniel 9

El contexto histórico en el que se encuentra el profeta Daniel en el momento de la


escritura de la profecía expuesta en el capítulo nueve es un momento de cambios
políticos para el pueblo de Dios, este había estado cautivo en manos de Babilonia
durante setenta años. No obstante, Persia de la mano de Ciro conquistan a los babilonios
y toman para sí los pueblos que estos tenían en esclavitud. Este suceso ocurre alrededor
del 539 A.C1.

Con esta conquista el rey persa consiguió el poder y control de una vasta porción del
imperio babilónico (que comprendía desde Egipto hasta el Golfo Pérsico). Persia se
había aliado con los medos, constituyendo así el Imperio Medo-Persa. Ciro designó al
medo Darío como rey de Babilonia, quien halló con gracia a Daniel y lo colocó como
uno de los principales administradores del reino. Es interesante observar como Daniel
en vida estaba presenciando el principio del cumplimiento del sueño de Nabucodonosor
del capítulo dos y la visión que recibió en el capítulo siete2.

Transcurrido un año de esto, Daniel leyó las profecías de Jeremías que trataban la
duración de la cautividad de la nación de Israel en Babilonia. Esto llamó la
atención del profeta quien observó que el tiempo del cumplimiento del regreso a
la Santa Ciudad estaba cerca. Inmediatamente, Daniel se volcó en oración a favor
de la restauración de Jerusalén constituyendo uno de los clamores más
destacables del relato veterotestamentario. Es la antesala que presenta Daniel 9
antes de la profecía de las 70 semanas, en el verso 23 vemos la respuesta del

1
David Lurie, El pacto, el holocausto y la semana setenta, (Barcelona: Clie, 1988), 23
2
Ibid., 24
3

Señor a través del ángel Gabriel. Este ángel fue el mensajero que Dios envió para
enseñar a Daniel la visión que marcaría un antes y un después en la profecía
escatológica. A continuación, se abordará la relevancia bíblico-teológica de esta
profecía.

1.2. Importancia teológica de las 70 semanas

La profecía de las 70 semanas de Daniel ha sido uno de los objetos de estudio y opinión
más importantes dentro de la literatura apocalíptica y la escritura escatológica. Debido a
que esta profecía no solo concierne al pueblo judío, sino que es relevante y trascedente
en la historia de la iglesia y la persona de Jesucristo. El estudio de los últimos tiempos y
la revelación apocalíptica siempre ha desencadenado grandes opiniones dentro del
marco teológico debido a su ambigüedad y diferencia hermenéutica, surgiendo incluso
diferentes escuelas de interpretación para llegar a declaración veraz y acertada de los
tiempos finales.

Elvis Carballosa llegará a exponer en su escrito Daniel y el reino mesiánico que la


profecía del capítulo nueve de Daniel es reconocida como la piedra angular para la
interpretación de gran parte del material escatológico de las Escrituras 3. Asimismo,
teólogos de gran calibre como José Grau, John Walvoord, Edward Young, etc. Destacan
la importancia que tiene el relato de las 70 semanas para la teología bíblica, en palabras
de Philip Mauro es «una de las maravillosas y más trascendentalmente importantes
(escrituras) de la Palabra de Dios» 4. Independientemente de los diferentes puntos de
vista exegéticos este mensaje divino revela el propósito redentor de Dios con su pueblo,
así como la validación de la fiabilidad de las Escrituras en el cumplimiento de las
semanas ya transcurridas comunes a las diferentes interpretaciones. Por otro lado, la
conexión entre el Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento mostrando la continuidad
del plan salvífico de Dios y la relevancia y autoridad de la figura de Jesucristo en el plan
escatológico.

3
Elvis Carballosa, Daniel y el reino mesiánico, (Michigan: Portavoz, 1999), 168
4
Lurie, 29
4

Por ende, es menester prestar la debida atención y estudio a este anuncio divino y
reconocer la gran distinción bíblica y la trascendencia histórica que posee.

2. Significado de las seis promesas

Daniel 9:24-27 contiene la conocida profecía de las setenta semanas, en ella podemos
encontrar seis promesas que conciernen al cumplimiento de dicha revelación.

2.1. «Para terminar la prevaricación»

En primer lugar, Dios revela a Daniel que terminaría con la rebeldía nacional de Israel.
Esto tiene un gran significado teniendo en cuenta la situación en la que se encontraba el
pueblo de Israel: cautivos en Babilonia debido al incumplimiento del año sabático para
la tierra. En este periodo de 490 años, como menciona Walvoord 5, es que la apostasía de
Israel, su pecado y su deambular por la faz de la tierra llegará a su fin.

2.2. «Poner fin al pecado» y «expiar la iniquidad»

Esta son la segunda y tercera obra de Dios durante las setenta semanas, las que revelan
como su justicia se va a manifestar poniendo fin al pecado 6. No obstante, esa justicia no
va sino acompañada de su amor y bondad cubriendo («expiar») la iniquidad, es decir,
perdonándola y, por tanto, transcurriendo en la reconciliación con su pueblo7.

2.3. «Para traer justicia perdurable»

La cuarta promesa es una acción realmente grandiosa, pues es la confirmación que Dios
hará venir su justicia eterna. No se trata aquí de una justicia terrena sino la que vendría a
través del Mesías. Es la contrapartida a la prevaricación como menciona Grau 8, la
trasgresión será sustituida por la justicia eterna y perfecta.
5
John Walvoord, Daniel: The key to prophetic Revelation, (Chicago: Moody, 1971), 221
6
José Grau, Escatología: Final de los tiempos, (Barcelona: Clie, 1977), 102
7
Carballosa, 207
8
Grau, 102
5

2.4. «Sellar la visión y la profecía»

En este lapso también se sellará la visión y la profecía. Según el Rev. Kittim 9, quien
aporta un significado general, defiende la realidad de que Dios está prometiendo que
llevará a cumplimiento todas las visiones y profecías que a Israel se le habían dado bajo
el relato veterotestamentario. Todas estas en algún momento (no especifica en cuál) se
han de cumplir literalmente.

2.5. «Ungir al Santo de los Santos»

Hasta ahora se ha intentado en esta argumentación teológica presentar un significado a


cada una de las promesas de la profecía de las setenta semanas sin entrar en escuelas
interpretativas o, de otra manera, sin argumentar el tiempo en que han de cumplirse.
Debido a que, eso se expondrá en el siguiente punto.

No obstante, es necesario en el sexto y último aspecto, («Ungir al Santo de los Santos»)


mencionar las dos propuestas interpretativas más relevantes, puesto que, no hay un
punto común que se pueda exponer.

Para un grupo de pensadores acordes a la postura histórico-mesiánica, esta acción hace


referencia a la persona de Jesucristo, quien fue ungido con el Espíritu Santo en su
bautismo10. Por otro lado, otros que concuerdan más con la escuela futurista-
dispensacionalista creen que hace referencia al Templo que el Mesías va a instaurar en
su reino milenial, donde como menciona Carballosa se adorará a Jesucristo como Rey 11.
Otra opinión que suscita en el ámbito teológico (por ejemplo B. H. Carroll) es el
cumplimiento de esta promesa en Pentecostés, donde el Espíritu Santo unge a la Iglesia,
la que es el nuevo santuario de Dios viviente como menciona el apóstol Pablo en su
segunda carta a los Corintios (6:16)12.
9
Kittim Silva, Daniel: historia y profecía, (Barcelona: Clie, 1985), 178-179
10
Grau, 103
11
Carballosa, 208
12
Lurie, 41
6

Ahora bien, esta discusión en relación con el tiempo del cumplimiento de la visión dada
a Daniel ha sido el motivo de discordia en la opinión teológica. De esta manera se ha
generado una discusión interpretativa, donde las dos grandes voces han sido la escuela
futurista y la escuela historicista, destacando la postura futurista dispensacional de un
lado y la histórico-mesiánica del otro. A continuación, se abordará este aspecto con
mayor alcance y precisión.

3. Cumplimiento futuro vs Cumplimiento histórico

Por un lado, la escuela futurista dispensacional como bien cita su nombre creen en un
cumplimiento futuro de las promesas que son expuestas en Daniel 9:24. No obstante,
como Carballosa señala13, algunos autores como Wood consideran que las cuatro
primeras si tuvieron un primer cumplimiento con la primera venida de Cristo y su obra
salvífica de expiación a través del sacrificio perfecto. Sin embargo, las seis tendrán un
cumplimiento final y total con el retorno por segunda vez del Señor Jesucristo.
Carballosa ve en las Escrituras una realidad latente que tiene que ver con el
derramamiento de bendiciones de parte de Dios sobre el pueblo de Israel en el futuro
reino mesiánico, reforzando su postura con las palabras de Romanos 11, Zacarías 12-14,
Miqueas 4 o Isaías 54.

Del otro lado, tenemos la escuela historicista mesiánica que determina que las seis
promesas se cumplieron en el primer advenimiento. José Grau lo afirma de la siguiente
forma14: «Los seis objetivos de las setenta semanas son todos mesiánicos, y se
cumplieron todos ya. Como dice Young, cuando Cristo ascendió a los cielos no faltaba
ni uno por cumplir.
Para esta escuela la justicia perdurable se manifiesta y es recibida en la justificación por
la fe imputada en el Salvador y por el Salvador. Asimismo, consideran que «sellar la
visión y la profecía» constituye a la conclusión del ministerio profético del Antiguo

13
Carballosa, 208-209
14
Grau, 103
7

Testamento15, o bien, en otras opiniones se habla que se refiere al final del Viejo Pacto 16.
En cambio, para la escuela futurista la justicia eterna hace una clara referencia a la
justicia que vendrá con el reino mesiánico establecido en la Segunda Venida, al igual,
que el selle de la visión y la profecía debido a que todavía quedan por cumplirse
profecías del Antiguo Testamento aguardando el retorno de Cristo.

Esta diferencia en el cumplimiento del tiempo revoca en una discrepancia en el inicio de


las semanas y en la interpretación de los versos 25-27. Desde la óptica histórico-
mesiánica comienza en el decreto de Artajerjes a Esdras (Esdras 7:1-26) en el 459-458
a.C., pero para la visión dispensacional fue en el decreto de Artajerjes a Nehemías
(Nehemías 2:1-8) en el 444-445 a. C17. En el siguiente punto, se expondrá una exégesis
de los siguientes versículos (25-27) acudiendo al pensamiento de las dos escuelas, a fin
de concluir esta argumentación teológica con una justificación de la interpretación que
se considera más acertada en términos hermenéuticos.

4. Interpretación exegética de la Septuagésima semana (Daniel 9:25-27)

25
Sabe, pues, y entiende, que desde la salida de la orden para restaurar
y edificar a Jerusalén hasta el Mesías Príncipe, habrá siete semanas, y
sesenta y dos semanas; se volverá a edificar la plaza y el muro en
tiempos angustiosos. 26 Y después de las sesenta y dos semanas se
quitará la vida al Mesías, mas no por sí; y el pueblo de un príncipe que
ha de venir destruirá la ciudad y el santuario; y su fin será con
inundación, y hasta el fin de la guerra durarán las devastaciones. 27 Y
por otra semana confirmará el pacto con muchos; a la mitad de la
semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda. Después con la
muchedumbre de las abominaciones vendrá el desolador, hasta que
venga la consumación, y lo que está determinado se derrame sobre el
desolador.

Anteriormente hemos visto que el verso 24 revela el tiempo que Dios instauró para
determinar el destino de la nación de Israel y su plan para la redención de toda la

15
Carballosa, 207
16
Grau, 102-103
17
Carballosa, 213-14
8

humanidad por medio de las seis promesas o bendiciones, las que afectan no solo a los
judíos sino al resto de miembros de la familia de Dios.

En el versículo 25 se observa las hebdómadas desde la salida de la orden para restaura y


edificar Jerusalén (fin del tiempo de cautividad en Babilonia) hasta la llegada del
Mesías Príncipe: siete semanas y sesenta y dos que, hacen un total de sesenta y nueve
semanas. Carballosa18 puntualiza sobre esto que la expresión «hasta el Mesías Príncipe
es de suma importancia» pues muestra la fecha de terminación de los 483 años (69
semanas: 1 semana = 7 años). Asimismo, esto le hace afirmar lo comentado
anteriormente sobre el decreto de Artajerjes a Nehemías y lleva el final de este periodo
mayoritario a la entrada triunfal en Jerusalén de Jesús el 29 de marzo del 33 a. C.
apoyándose con la investigación de Harold W. Hoehner y afirmando en consecuencia
que en este decreto se considera una referencia explícita a la reconstrucción de la
ciudad, fue en medio de tiempos angustiosos y no hubieron después de este más
decretos que se refieran a la restauración de Jerusalén.

En cambio, la escuela histórico-mesiánica difiera de la visión dispensacional futurista


que define a Carballosa. Como bien se ha mencionado, este colectivo académico opina
que las hebdómadas comienzan con el decreto de Artajerjes a Esdras debido a que como
dice el Dr. Fernando Daniel Savarí19 sintetizando las razones por las que se cree que fue
en este suceso, es el primer y único decreto que provee la restauración jurídica y la
completa restauración religiosa de Jerusalén. No obstante, el propio Savarí presenta
contrargumentos en contra de esta afirmación, como por ejemplo el del Dr. Sir Robert
Anderson quien considera este edicto una simple renovación y ampliación del decreto
de Ciro. Aunque, se posiciona a favor del séptimo año de Artajerjes, Savarí reconoce la
dificultad de elegir una fecha por la carencia de una cronología rigurosa.

Savarí presenta la contrapartida frente la argumentación de Carballosa caracterizándola


de «ingenua y poco científica». Debido al reconocimiento mencionado en el párrafo
anterior presenta como una acción ilógica pretender que los acontecimientos coincidan a

18
Carballosa, 215-216.
19
Fernando Daniel Savarí, la profecía de las setenta semanas, (Barcelona: Clie, 1992), 124-132
9

la perfección. Por lo que, Savarí pone el ojo en el acontecimiento que marcó el inicio de
su misión mesiánica, «su unción con el Espíritu Santo en ocasión de su bautismo» 20.
Esta es la posición que adopta la escuela historicista mesiánica al interpretar la
terminación de las 69 hebdómadas.

El siguiente verso, también tiene distintas perspectivas según la escuela. Se percibe una
primera parte relevante en el texto, «el Mesías será cortado» y el momento en el que
debe transcurrir esta acción «después de las sesenta y dos semanas». En la primera parte
los dos pensamientos predominantes asocian este hecho con la muerte de Jesús en la
cruz. Sin embargo, difieren en la semana donde encajar este evento.

Carballosa21 aboga a que la crucifixión del Mesías se lleva a cabo después de las 69
semanas, negando con rotundidad que sucediera «durante» de esta. Por otro lado, afirma
que tampoco ocurre en la semana 70 concluyendo en que entre las dos últimas semanas
de la profecía debe existir un lapso, comúnmente conocido como el tiempo de la iglesia.
Esto quiere decir que la escuela futurista dispensacional defiende el cumplimiento
histórico de las 69 semanas y el cumplimiento escatológico y profético de la última
hebdómada.

22
Desde otra perspectiva, Savarí junto a la escuela histórico-mesiánica ve un
despropósito y un fallo hermenéutico la división de las semanas y no ve en el texto
ningún espacio temporal donde el reloj profético se detenga. Por tanto, la explicación
que dan al texto es que las primeras siete semanas hacen referencia al transcurso de
tiempo que supondría la reconstrucción de Jerusalén y las otras setenta y dos hasta la
aparición del mesías. Inmediatamente, después de esta aparición daría comienzo la
semana setenta, por lo que la muerte del Mesías Príncipe se ejecuta a mitad de la última
semana de la profecía.
El otro gran problema hermenéutico es la figura es la de «un príncipe que ha de venir».
La escuela histórico-mesiánica definirá a este personaje desde una visión estrictamente
histórica, afirmando que no hay necesidad de que sea un personaje escatológico o
20
Savarí, 134-135
21
Carballosa, 217-219
22
Savarí, 138-144
10

futuro, aunque para Daniel si lo fuera en el momento en que es dada la profecía. Por
ende, este príncipe que ha de venir hace referencia a Tito Vespasiano Emperador del
Imperio Romano y que en el año 70 d. C. destruye Jerusalén y el Templo 23. Esta última
acción si es reconocida por ambas escuelas, pese a que determinen diferentes épocas en
su cumplimiento.

La escuela futurista dispensacional, por el contrario, creen que este personaje es


completamente escatológico y sigue siendo futuro, al igual que lo era para el profeta
Daniel. Por tanto, la interpretación que se ofrece es que este personaje es el cuerno
pequeño del que Daniel habla anteriormente, el anticristo que se ha de revelar a las
naciones del mundo. Carballosa afirma la relación que tiene el texto con la acción de
Tito en el año 70 d.C. no obstante, la enfoca en que ese evento da la clave para saber
que el príncipe que ha de venir pertenece al mismo pueblo que destruyó la ciudad santa
en el primer siglo de nuestra era24.

Por último, la profecía de las setenta semanas concluye con el verso 27, en el que la
discusión cae en la persona que «confirma el pacto» y «hará cesar el sacrificio y la
ofrenda». La posición histórico-mesiánica cree indudablemente que esta persona es el
Mesías Príncipe, quien a través de su sacrificio confirma el nuevo pacto consumando la
obra salvífica y la expiación de los pecados, haciendo cesar el sistema sacrificial del
antiguo pacto. Por otro lado, la futurista dispensacional aboga en que el texto está
continuando con el sujeto del verso 26, por lo que este personaje no puede ser otro que
el Anticristo, quien según esta perspectiva a mitad de la semana se revelará a las
naciones, profanará el Templo en Jerusalén y hará cesar el sacrificio y la ofrenda.
Hoehnner reafirma este pensamiento defendiendo que Cristo no vino a confirmar
ningún pacto ya existente (entendiendo que hizo uno nuevo en su primer advenimiento)
y luego la imposibilidad de que Cristo quebrantara un pacto que él mismo ha
realizado25.

23
Savarí, 148
24
Carballosa, 218
25
Carballosa, 221
11

26
Asimismo, Savarí comprende el versículo 26 como un paréntesis dentro del texto y
como el sujeto de ese verso no es tanto el príncipe que ha de venir sino «su pueblo». Por
ende, se entiende que la última sección de la profecía toma de sujeto al Mesías Príncipe
del verso 25. De la misma manera, alega que no hay lugar en el que se utilice el término
berit (pacto) que no haga alusión al Pacto de Dios con su pueblo y, tampoco existe un
texto que confirme que el Anticristo vaya a hacer un pacto con la nación de Israel. Por
último, menciona que el «cuerno pequeño» haga prevalecer un pacto durante siete años,
siendo que él mismo lo quebrantará a los tres años y medio.

5. Justificación de la interpretación

A través de lo escrito se ha llevado a cabo un acercamiento a las dos posturas


predominantes en la interpretación de la profecía de las 70 semanas de Daniel. Se ha
intentado hasta el momento escribir con objetividad haciendo uso de las fuentes
determinadas para la elaboración de esta breve investigación.

Debo reconocer que no me identifico al cien por cien con ninguna de las dos
interpretaciones por diferentes motivos. En primer lugar, considero que el texto
profético y escatológico conlleva un lenguaje y una dificultad intrínseca que
imposibilita llegar a conclusiones cerradas o verdades absolutas. Esta es la razón por la
que considero que ambas posiciones caen en su propia radicalidad en la interpretación.
Aunque, he de mencionar que me acerco en mayor medida con la óptica futurista
dispensacional.

Personalmente, considero que es viable un doble cumplimiento en la profecía de las


setenta semanas en casi todos los aspectos. Acercándome a lo dicho por Carballosa,
creo que las tres primeras promesas indudablemente tienen una connotación importante
en la primera Venida y deben ser consideradas como duales en cumplimiento.
Asimismo, considero que Tito debe ser apreciado como un tipo del anticristo y su obra
como un cumplimiento parcial de lo escatológico. Por otro lado, si me posiciono en la

26
Savarí, 151-152
12

idea de que el versículo veintisiete habla del mismo personaje que el versículo
veintiséis. Puesto que, no considero que haya ningún paréntesis en el texto.
CONCLUSIÓN

La realización de este trabajo ha sido de gran enriquecimiento intelectual, pues ha


aportado un mayor conocimiento bíblico-teológico de una de las mayores profecías
bíblicas expresadas en las Sagradas Escrituras.

Siempre el estudio de las secciones que conciernen la investigación de los tiempos


proféticos y finales atemorizan de primera mano, pero terminan enamorando a cada
intrépido y hambriento que se introduce en sus mares vistiéndole de una perspectiva
más amplia y un anhelo más profundo sobre la escatología bíblica.

Es impresionante observar no solo la profecía en sí, sino en el tiempo en el que llega y


las circunstancias que la rodean. El estudio de la panorámica general, observando el
contexto inmediato ha podido ser un instrumento fundamental en el desarrollo de este
trabajo. Por otro lado, descubrir la opinión elevada de grandes eruditos y expertos en la
temática ha sido clave para elaborar un trabajo con mayor trascendencia.

En este estudio he podido profundizar en mayor medida en una corriente de la que no


estaba familiarizado y ha sido un gran descubrimiento. Debido a mi crianza espiritual y
doctrinal no había apreciado la postura histórico-mesiánica, sin embargo, su
comprensión y análisis ha resultado en un crecimiento teológico y personal que me ha
conducido a una visión nueva y equilibrada de la profecía de las 70 semanas.

En conclusión, este trabajo ha sido una gran herramienta para reafirmar mi posición
personal y observar las fortalezas, debilidades y oportunidades que las dos visiones
predominantes ofrecen a los lectores e investigadores bíblicos. Personalmente considero
una virtud en un teólogo o de cualquier persona en formación la capacidad de escuchar,
analizar y cuestionar tanto su postura como las posturas que la enfrentan con un espíritu
abierto a posibles cambios de pensar.
BIBLIOGRAFÍA

Carballosa, Elvis. Daniel y el reino mesiánico. Michigan: Portavoz, 1999.

Grau, José. Escatología: Final de los tiempos. Barcelona: Clie, 1977.

Lurie, David. El pacto, el holocausto y la semana setenta. Barcelona: Clie, 1988

Savarí, Fernando Daniel. La profecía de las setenta semanas. Barcelona: Clie, 1992

Silva, Kittim. Daniel: historia y profecía. Barcelona: Clie, 1985.

Walvoord, John. Daniel: The key to prophetic Revelation. Chicago: Moody, 1971.

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