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Este proyecto surge a partir de una serie de eventos que observamos durante

nuestras prácticas, la primera inquietud que surgió fue “sí realmente en tan pocas
sesiones se logra un cambio en la ingesta de sustancias psicoactivas” fue así, que
nos planteamos como primera variante, si el problema surgía en la terapia breve
con modelo cognitivo-conductual, pero en realidad es toda una serie de
problematizaciones que hace que surja el fracaso de la profecía, como lo habla
Lourau en el análisis institucional, es todo una serie de eventos, que
probablemente se han ido analizando de manera individual pero no de manera
conjunta.

Por otra parte, antes de iniciar con este proyecto nos dimos a la tarea de investigar
en las tesis de la UNAM, si existía alguna investigación que nos hablara sobre la
terapia breve con modelo cognitivo-conductual, y en realidad si hay
investigaciones sobre esta terapia, pero no específicamente del centro, fue así,
como iniciamos este tema en particular.

En un inicio culpábamos a la terapia, ya que observábamos que no había un


cambio en los pacientes, pero ahora más que “comprobar” la “inefectividad”,
consideramos que lo que hicimos fue elucidar las contradicciones del UNEME de
CAPA a partir de su modelo de intervención terapéutico.

Con la terapia breve, se visibilizan las contradicciones de la institución, el fracaso


de la profecía, ya que no cumple con el objetivo con que cuál se funda el propio
centro, sino que, se convierte en un proceso meramente burocrático de
identificación de casos de adicciones, “tratarlos”, pero el tratamiento basado en un
número de sesiones pre-establecidas (burocráticas), con el fin de que el estado,
siga otorgando los recursos del centro, y esto más allá de que sea para mitigar la
adicción, se convierte en sostener a la institución para tener trabajo.

Actualmente los psicólogos ven al adicto como un enfermo y que el hecho de que
no haya un cambio es culpa del propio paciente, pero en realidad creemos que no
se han preguntado del ¿Por qué existe un tal consumo?, haciendo un rastreo e
nuestro diario de campo, cuando entramos con los pacientes nos percatamos, que
al iniciar la entrevista se otorgan estos formatos, tales como, aviso de privacidad,
formato de autorización para realizar el antidoping, la entrada a talleres, entre
otros, ya que, por el corto tiempo que se les da a cada paciente, esto provoca que
no haya una buena atención, por toda la series de formatos que se empeñan en
querer llenar, en lugar de prestar atención al “problema” del paciente, además que
esto también hace que no exista una adherencia terapéutica, pero creemos que
UNEME CAPA solo es un “curita” en el problema de las adicciones.

Esta Unidad surge a partir del impacto de la drogadicción, que existe actualmente
en México, pero si nos ponemos a rascar a la historia, esto también surge de las
carencias por las que pasa un buen mexicano, como la falta de empleo, la pobreza
extrema, el salario mínimo, la corrupción, la delincuencia entre múltiples factores
que podrían llevar a una persona al consumo, “y aun nos seguiremos
preguntando” ¿Si es culpa del psicólogo, de la terapia, de la burocratización o por
los pacientes mismos?.

Con esto no queremos dar a entender que, si México ya somos un país


tercermundista, sigamos consumiendo para escapar de la realidad en el que
vivimos, nos referimos, mas bien, a que teniendo todo esto en cuenta, salgamos
adelante y no vivir en un mundo que te controle un formato.

En otras palabras, nos referimos que UNEME CAPA, podría lograr un cambio, si
en lugar prestarles atención a los formatos, prestara mejor atención al paciente en
sus necesidades, pero no como una manera de solucionarlas, más bien, en
escucharlos, darles una buena orientación y prevención como lo marcan sus
siglas.

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