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EL MORIR Y LA MUERTE EN LA SOCIEDAD CONTEMPORÁNEA

El morir y la muerte
EN LA SOCIEDAD CONTEMPORÁNEA
PROBLEMAS MÉDICOS Y BIOÉTICOS*
Enrique Villamizar RodrÌguez

Resumen

La muerte es un fenómeno común a todos los seres vivos, incluidos los humanos, pero ella y el
proceso que en ello culmina son eventos muy variables en cada ser humano. Hasta hace algunas
décadas, la muerte era casi exclusivamente un algo dictado por la naturaleza o las paupérrimas
condiciones de vida de cada hombre. Con el paso del tiempo y el devenir epidemiológico y
demográfico de la transición de salud, la ocurrencia de la muerte se modificó, pero también
cambió la intervención que la ciencia médica podía realizar sobre ella. Esto dio origen al surgi-
miento de movimientos sociales en pos de una muerte alejada del sufrimiento y con un mayor
protagonismo por parte del falleciente (lo que corresponde a la eutanasia y el suicidio asistido),
pero también se permitió el desarrollo del cuidado paliativo como alternativa a lo anterior y como
posibilidad para ejercer un derecho a la muerte digna y contrarrestar al encarnizamiento terapéu-
tico.

Palabras clave: Muerte, morir, muerte asistida, eutanasia, cuidado paliativo, muerte digna,
cuidado terminal

Abstract
Death is a common phenomenon among life beings, including humans, but death and dying are
highly variable events in every human being. Until some years ago, death was something dictated
by nature or by the poor conditions each man lived. With the time and the epidemiological and
demographical facts implied in the health transitions, the way people died changed too, as well
as the way the medical science could act upon it. Then, some social forces emerged fighting for
a death far from suffering and for a major role played by the dying (which could means the
request of euthanasia or assisted suicide). As the same time, palliative care evolved as an
alternative to assisted death and as a chance for the right to death with dignity and against
medical therapeutic excesses.

Key words: Death, dying, assisted death, euthanasia, palliative care, death with dignity, end of
life care

66 * Texto de la conferencia presentada el 28 de abril de


2001 en la C·tedra Manuel AncÌzar sobre ì…tica y
bioÈticaî, Bogot·, Auditorio LeÛn de Greiff, Uni-
versidad Nacional de Colombia.

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IntroducciÛn otros momentos de la humanidad, en todos


estos casos el culto a los muertos ocupa un
La muerte es uno de los fenÛmenos m·s lugar importante en la vida cotidiana de las
importantes en la vida, no sÛlo en la de los sociedades humanas.
seres humanos sino de las especies vivas en
general. Al estudio de la forma en que los Pero øquÈ es la muerte? La muerte puede
seres humanos morimos nos dedicaremos asumirse como la conclusiÛn del proceso
en el presente trabajo, tratando de ver no vital. En la escala de las especies biolÛgicas,
sÛlo los aspectos que en lo ontolÛgico (tan- para muchas especies unicelulares ese pro-
to en sus facetas biolÛgicas como sicolÛgicas, ceso vital culmina con la divisiÛn celular que
fundamentalmente) rodean al morir y a la da origen a cÈlulas hijas: de esta forma, un
muerte, sino tambiÈn algunos de los impor- organismo de esta categorÌa no deja de exis-
tantes determinantes sociales que explican la tir del todo, pues gran parte del material,
ocurrencia de un gran n˙mero de muertes procesos e informaciÛn que permitÌan su
en edades tempranas de la vida. Abordare- vida son transmitidos a los organismos hi-
mos los aspectos vivenciales que caracterizan jos. En especies m·s avanzadas, la muerte
el acercamiento personal a la muerte, para celular es la cesaciÛn de la existencia de la
finalizar con una revisiÛn de las alternativas unidad celular por virtud de uno de dos
al final de la vida que hoy est·n en la arena. mecanismos: la apoptosis o la lesiÛn. La
Todo ello con el fin de contextualizar a la apoptosis es un mecanismo genÈticamente
muerte y el morir de los seres humanos en mediado: una vez cumplido el tiempo de vida
sus aspectos epidemiolÛgicos, sanitarios y de una cÈlula (el cual parece estar predeter-
personales, como un marco necesario antes minado de acuerdo con el tipo celular), la
de iniciar la profundizaciÛn del tema desde apoptosis es el mecanismo que permite ex-
la bioÈtica. plicar la apariciÛn de ciertos cambios en su
interior y el que la cÈlula deje de ser viable
por m·s tiempo; desencadenados estos cam-
1. El morir y la muerte: bios, el proceso culmina con la desapariciÛn
de la cÈlula. El otro mecanismo que puede
de lo biolÛgico a lo humano
explicar la desapariciÛn de una cÈlula es la
La muerte para los seres humanos ha sido lesiÛn: agentes quÌmicos, fÌsicos o biolÛgicos
motivo para indagar no solo sobre ella sino se constituyen en un evento nocivo de ori-
tambiÈn para aventurarnos a explorar lo que gen externo que ataca la cÈlula, y lo hace
pudiese existir despuÈs de terminada la vida m·s all· de las posibilidades intrÌnsecas de
tal y como la conocemos. De hecho, el culto reparaciÛn del daÒo por parte de la misma,
a los muertos entraÒa, entre sus m˙ltiples con lo cual se da origen tambiÈn a la desapa-
posibilidades, un significado de inmortalidad, riciÛn de la cÈlula. En los organismos supe-
pues se apoya la convicciÛn de que ese ser riores, la ocurrencia de muertes celulares
que ya no est· en este mundo vive o est· en sucesivas o concomitantes en un tejido u Ûr-
otra dimensiÛn. Desde Egipto con la cons- gano, lleva al fallo de los sistemas fisiolÛgicos
trucciÛn de las pir·mides donde se mantenÌa que garantizan la vida de ese organismo, pro-
y se preservaba el paso hacia la inmortalidad duciÈndose de esta forma la interrupciÛn o
de los faraones, hasta nuestros dÌas con los terminaciÛn de la vida en el ser vivo.
cultos de veneraciÛn y oraciÛn que se cele-
Sin embargo, para los seres humanos, la
bran en nuestros cementerios, pasando por
m˙ltiples culturas, otras Èpocas histÛricas y muerte es algo m·s que este evento de con-
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notaciones biolÛgicas: los seres humanos (Bersh, sf; Yepes, 1990), es posible inferir
somos concientes de nuestra finitud. De esta algunos hechos:
gran diferencia con el resto de los seres vi-
vos nos deja constancia el escritor ruso LeÛn i) Desde la perspectiva de la transiciÛn epi-
Tolstoi en su obra La muerte de Ivan Ilitch demiolÛgica, o sea del cambio de los per-
(1876, p. 28-30). Era este un prÛspero co- files de enfermedad de una sociedad, es
merciante en la Rusia de fines del siglo XIX, posible ver que la muerte era, para las
quien desarrolla una enfermedad que lo lle- colectividades en etapas pretransiciona-
var· a la muerte. les, un evento producido por la presen-
cia de enfermedades infectocontagiosas.
Ivan Ilitch veÌa que se morÌa y estaba En la medida en que estas eran controla-
exasperado. En el fondo de su alma sa- das, gracias a los adelantos en el mejora-
bÌa muy bien que se morÌa; pero no so- miento de las condiciones materiales de
lamente no llegaba a habituarse a ese vida de las personas y al desarrollo de la
pensamiento, sino que no lo compren- higiene p˙blica en particular, se permitiÛ
dÌa siquiera, era incapaz de compren- un mejoramiento en la sobrevida y fue
derlo... posible ver la apariciÛn de las enferme-
ëíCayo es hombre, los hombres son mor- dades crÛnicas. En las sociedades pre-
tales: por tanto Cayo es mortalíí Ese ra- transicionales, la esperanza de vida al
zonamiento le parecÌa razonable si se nacer es un tiempo de vida por debajo de
trataba de Cayo, pero no de su propia los 50 aÒos: es decir, que alguien que naz-
persona... ca en una sociedad de estas caracterÌsti-
cas tiene, como mejor tiempo probable
Cayo es, en efecto, mortal y es justo que de vida, una expectativa inferior a los 50
muera. Pero yo,..., Ivan Ilitch, con to- aÒos. Tal era el caso de Colombia a prin-
dos mis pensamientos, con todos mis cipios del siglo XX y a˙n es posible ver
sentimientos es muy distinto y es impo- este tipo de comunidades en algunas
sible que yo deba morir. SerÌa demasia- ·reas, como el litoral pacÌfico o los cintu-
do espantoso... rones de miseria de las grandes ciudades
por ejemplo.
De esta forma, Tolstoi deja dibujado lo que
para muchos mortales se constituye en la peor Con los cambios que se suceden en una
tragedia de su existencia: la propia muerte. sociedad de estas caracterÌsticas, es posi-
Pero tambiÈn, de esta forma nos deja en cla- ble entonces ver un desplazamiento de la
ro la existencia del miedo a la muerte como mortalidad de las primeras etapas de la
uno de los motores que pueden llegar a go- vida hacia etapas m·s avanzadas: de ser
bernar al ser humano en la vida. la muerte algo muy frecuente en los ni-
Òos, es posible encontrar, una vez dada
la transiciÛn epidemiolÛgica, un panora-
2. VisiÛn socioepidemiolÛgica ma donde la mortalidad se hace presen-
te preferencialmente en los mayores.
del fenÛmeno de la muerte
en el hombre Indicadores tipo de una etapa pretransi-
cional son, en lo epidemiolÛgico, la pre-
øCÛmo han muerto los seres humanos a tra- sencia de una proporciÛn de muertes
vÈs de la historia de la humanidad? Con base debida a enfermedades infecciosas igual
68 en la teorÌa de la transiciÛn de la salud o mayor al 50% y la existencia de una mor-

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talidad proporcional en poblaciÛn menor han permitido tambiÈn un cambio en la


de 5 aÒos de edad mayor al 50%. Ya en distribuciÛn espacial de la poblaciÛn, la
un perÌodo postransicional estos indica- cual de ser predominantemente rural se
dores se aten˙an para dar paso a la apa- convierte en urbana esencialmente. De
riciÛn de enfermedades crÛnicas y los esta forma, la muerte empieza a ser un
estigmas del trauma y la violencia; se des- fenÛmeno que se vive m·s en las edades
cribe entonces una sociedad donde el adultas y las costumbres frente a ella, an-
medio ambiente natural es menos hostil taÒo imbuidas en la vida rural, son modi-
pero el fÌsico y los estilos de vida empie- ficadas por la complejidad y diversidad
zan a ser m·s determinantes como expli- de las condiciones y los estilos de vida
cativos de la carga de enfermedad. urbanos.

Gracias a la visiÛn epidemiolÛgica es po- Desde el punto de vista demogr·fico una


sible ver cÛmo las colectividades huma- sociedad pretransicional es aquella carac-
nas parten de un punto en el cual las terizada por indicadores tales como una
condiciones de vida imponen una lucha tasa de mortalidad general por encima
por la supervivencia, la cual una vez ha de 8/1000, una tasa de mortalidad infan-
sido ganada permite luchar por mejores til mayor a 150/1000, una tasa bruta de
condiciones para la existencia de la vida natalidad mayor a 50/1000, una tasa total
humana. Y cuando las colectividades al- de fecundidad mayor a ocho hijos por
canzan una sobrevida alrededor de la mujer en edad fÈrtil, y una esperanza de
mejor esperanza de vida posible, aparece vida al nacer inferior a los 50 aÒos de
el mejoramiento de la calidad de vida edad; estas son comunidades que pre-
como el reto a superar: ya sabemos cu·n- sentan una pir·mide poblacional con base
to vamos a vivir, por tanto hag·moslo de ancha. Al darse la transiciÛn demogr·fi-
la mejor manera posible. ca, los anteriores indicadores se aten˙an
y es posible ver cÛmo se avanza hacia la
ii) Desde la perspectiva de la transiciÛn de- mejor esperanza de vida al nacer conoci-
mogr·fica, las colectividades humanas da (85 aÒos) y hacia una tasa de mortali-
recorren un camino desde Èpocas carac- dad infantil cercana al 5/1000, mostrando
terizadas por la presencia de altas tasas entonces una pir·mide poblacional con
de natalidad y mortalidad hacia mejores una base angosta y una c˙spide ancha.
escenarios con bajas tasas de natalidad y
mortalidad, que es lo que permite el cre- iii)Desde la perspectiva de la respuesta or-
cimiento poblacional neto (sin tener en ganizada de la sociedad a los problemas
cuenta las migraciones). A ello se a˙nan de salud, la transiciÛn de la atenciÛn en
los cambios vistos en la composiciÛn salud se presenta como un cambio en el
et·rea de la poblaciÛn, posible a su vez enfoque de la asistencia sanitaria: del
por los cambios epidemiolÛgicos ya des- Ènfasis en la enfermedad se plantea aho-
critos. Este cambio en la composiciÛn por ra una atenciÛn centrada en un concepto
edades de una poblaciÛn evidencia una positivo de salud, en una salud que se
disminuciÛn del peso porcentual de los promueve y se construye a lo largo de
grupos de menor edad para dar paso a toda la vida. Para la medicina, este cam-
un incremento en el peso de los grupos bio es uno que afecta de manera muy pro-
de mayor edad. A la par, los cambios funda su pr·ctica, pues desde los
comienzos de la medicina en Occidente
sucedidos en las sociedades por virtud
de la industrializaciÛn y la urbanizaciÛn se ha visto a la muerte como el enemigo
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que hay que derrotar, y para hacerlo hay De los servicios de salud, y en particular de
que centrarse en el conocimiento de la los prestados por la medicina crÌtica y de
enfermedad y la manera de vencerla. En urgencias, se espera que ante la presencia de
un sistema de salud, como el esperado riesgos o eventos amenazantes de la vida o la
en una sociedad desarrollada que mira salud se interpongan acciones que hagan de
hacia su futuro, basado en la promociÛn nuevo posible la restauraciÛn de la vida o la
de la salud, se contin˙an los esfuerzos en salud y, por ende, la continuaciÛn del proce-
contra de la enfermedad pero ahora el so vital humano. Desde este punto de vista,
punto central de atenciÛn es el incremen- la muerte de un ser humano podrÌa ser vista
to del bienestar humano, lo cual involucra como un fracaso de los servicios de salud en
componentes que van m·s all· de la asis- alcanzar su misiÛn para ese ser humano es-
tencia directa a la enfermedad. En estas pecÌfico. Incluso, en la actualidad es frecuen-
sociedades es posible ver la apariciÛn de te escuchar en servicios de urgencias tras la
servicios dedicados al cuidado de los en- muerte de una persona a quien se le han in-
fermos con padecimientos graves, avan- fringido lesiones esencialmente mortales (es
zados e incurables (lo que caracteriza a decir, lesiones que obligatoriamente condu-
los enfermos terminales), no con el ·ni- cen a la muerte a quien las ha sufrido, y que
mo de controlar la enfermedad, sino de son causadas de manera clara por un agente
mejorar la calidad de vida de estas perso- agresor), que ëíel personal de salud no hizo lo
nas hasta que la muerte, evento natural y suficiente para salvarle la vida a esta personaíí:
esperable, ocurra de la manera m·s apa- he aquÌ la gran responsabilidad que le hemos
cible y libre de sufrimiento posible. asignado a los servicios de salud, pues es nada
m·s y nada menos que, en situaciones como
la que actualmente vive Colombia, resolver la
3. La muerte y la medicina problem·tica de la violencia y la accidentalidad
del siglo XX a partir de la reparaciÛn o la evitaciÛn de sus
consecuencias.
La medicina en el siglo XX, con sus grandes
adelantos derivados del desarrollo de la tec- De lo anterior es posible ver que para la
nologÌa biomÈdica y el descubrimiento y de- medicina existen dos tipos de muerte: una
sarrollo de medicamentos ha permitido en que ocurre tempranamente y otra que ocu-
mucho este cambio en la atenciÛn en salud. rre a tiempo, al final de la vida, en las cerca-
Algunos hitos a destacar en este aspecto son nÌas de la esperanza de vida m·s probable
los avances obtenidos en la analgesia: los pa- para dicha sociedad en un momento histÛ-
decimientos dolorosos en el hombre han sido rico y en unas condiciones de vida especÌfi-
durante toda la historia de la humanidad un cas. En la primera es donde el quehacer
flagelo para su existencia. Las pr·cticas anal- mÈdico ha de centrarse en el deber de lu-
gÈsicas han visto incrementada su eficacia con char contra la muerte: es el cumplimiento
el advenimiento de nuevos f·rmacos y for- de su misiÛn antitan·sica, su misiÛn de sal-
mas farmacÈuticas, los cuales han cambiado var vidas. En la segunda, a la que con fre-
la historia de los intensos, interminables e cuencia se encuentran referencias como
insoportables dolores que a˙n atacan a pa- muerte natural, es la muerte que se sucede
cientes con enfermedades como el c·ncer, en las cercanÌas de la esperanza de vida como
dolores que hacen que estas personas em- consecuencia de una enfermedad que lleva
piecen a desear no vivir m·s si son vÌctimas de al deceso a quien la sufre. En este caso la
70 una existencia plena de dolor y sufrimiento. medicina puede llegar a convertirse en un

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esfuerzo por evitar su ocurrencia y de este te (la colisiÛn de un auto), un homicidio (le-
modo se caerÌa en lo que se conoce como siÛn bÈlica o por delincuencia com˙n, por
distanasia, o bien podrÌa reconocer su cer- ejemplo) o un suicidio. Cada una de estas
canÌa y su inevitabilidad y prepararse para formas tiene caracterÌsticas particulares que
permitir que ocurra en condiciones libres afectar·n la manera en que los seres conec-
de sufrimiento y con el acompaÒamiento tados afectivamente a quienes han fallecido
terapÈutico por parte de su mÈdico y de su vivir·n su duelo. Pero tambiÈn esta causalidad
equipo de salud correspondiente. O bien, permite definir las posibilidades de inter-
podrÌa tomarse el camino de que como no venciÛn mÈdica al final de la vida.
hay nada que hacer para modificar el curso
natural de la enfermedad, entonces es lÌcito øQuÈ han podido hacer los mÈdicos ante la
el retirarse de la atenciÛn y dejar al paciente posibilidad de la muerte de un ser humano?
sin cuidado mÈdico porque no hay nada que Hasta el siglo XIX, el tratar a un paciente
pueda hacerse. era simplemente asumir que se podÌa cui-
dar de las personas, que se realizaba un diag-
TambiÈn la muerte puede ser tipificada de nÛstico presuntivo de lo que le estaba
acuerdo con el modo de ocurrencia como ocurriendo a alguien, se le definÌa un pro-
s˙bita o anunciada. S˙bita, cuando ocurre nÛstico y se le allegaban los medios para
un infarto, o se presenta un trauma (acci- cuidar de dicha persona hasta su final. Ya
dente automovilÌstico, laboral o lesiÛn bÈli- en la primera mitad del siglo XX se observa
ca). Anunciada cuando aparece una causa un cambio gracias a los adelantos tecnocien-
(enfermedad o trauma) que sabemos que tÌficos que permitieron un mejoramiento
llevar· en un corto tiempo a la muerte de la importante en la eficacia de la medicina: ya
persona: en este caso, los seres humanos era posible reconocer la naturaleza de mu-
confrontados ante el final de su propia vida chas enfermedades con precisiÛn, explicar
pueden empezar a vivir una situaciÛn como la causalidad de una forma cientÌfica alejada
la experimentada por Ivan Ilitch. Esta situa- cada vez m·s de explicaciones m·gicas, reli-
ciÛn es el morir, el cual comprende el con- giosas o especulativas y predecir el resulta-
junto de cambios que comienzan a sucederse do m·s probable de acuerdo con la aplicaciÛn
en lo org·nico, lo emocional y lo espiritual de las nuevas intervenciones mÈdicas y sani-
de un ser humano una vez este est· ante la tarias disponibles. Es en la segunda mitad
presencia cierta de su propia muerte. En el del siglo XX cuando los grandes adelantos
lenguaje com˙n, la expresiÛn moribundo es obtenidos en el curso de esta centuria per-
utilizada para hacer referencia a la condi- miten acercarnos a algo que durante mucho
ciÛn que vive quien se encuentra en el pro- tiempo habÌa sido una utopÌa: la prolonga-
ceso de morir. Es importante anotar que ciÛn de la vida en sus confines por acciÛn de
mucho de lo emocional caracterÌstico de este las intervenciones mÈdicas. De esta forma
proceso tambiÈn se vive en quienes por con- se convertÌa al momento de ocurrencia de la
diciones no mÈdicas hacen frente a una muerte en el lÌmite de la disponibilidad, el
amenaza de muerte (como el caso de la pena acceso y la eficacia de la tÈcnica mÈdica pues-
capital o de las intimidaciones) ta al servicio de las funciones biolÛgicas del
ser humano.
Otra forma de tipificar la muerte es por su
causa. La muerte puede ser originada por Para fines del siglo XX, la mortalidad en una
una enfermedad (c·ncer o enfermedad ce- sociedad desarrollada tiene su origen en dos
rebrovascular, por ejemplo), por un acciden- grandes fuentes:
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o Las enfermedades, cada vez m·s de pre- aÒos. La muerte en sociedades como la
dominio crÛnico y degenerativo, con la nuestra al cruce del milenio, es una situa-
esperanza de haber superado la alta inci- ciÛn que desborda el marco de interven-
dencia de enfermedades infectocontagio- ciÛn mÈdica al final de la vida y que compete
sas. a toda la sociedad para su abordaje, an·li-
sis y resoluciÛn.
o los traumas productos de la accidentali-
dad de la vida urbana en sociedades
industrializadas, la violencia callejera y los
4. Los mÈdicos y el final de la vida
conflictos bÈlicos.
øCu·les serÌan entonces los problemas que
Sin embargo, los grandes cobradores de vi- se entrelazan con las posibilidades del que-
das en edades tempranas en muchas partes hacer mÈdico al final de la vida?
del mundo siguen siendo a˙n las carencias
implÌcitas en la pobreza y la violencia (desde De nuevo, fue en el siglo XX cuando la me-
las grandes guerras mundiales, pasando por dicina y sus disciplinas aliadas encontraron
conflictos como la guerra de Vietnam, los la posibilidad tÈcnica de prolongar la vida
conflictos interraciales, religiosos o polÌti- m·s all· de sus lÌmites naturales, pero en
cos en diferentes partes del mundo, hasta la este camino tambiÈn generaron consecuen-
violencia vivida desde tiempos decimonÛni- cias que hoy pueden ser analizadas como
cos en Colombia hasta nuestros dÌas). Au- males o perjuicios para las personas, razÛn
nado a ellas, las cat·strofes naturales tales por la cual se ha empezado a abogar por
como inundaciones, terremotos, erupciones una cesaciÛn de tales intervenciones mÈ-
volc·nicas tambiÈn contribuyen a asolar de dicas o, de una manera m·s enf·tica, por
muertos a muchas latitudes. terminar la vida por medio de interven-
ciones especÌficamente diseÒadas para tal
En el caso colombiano (LondoÒo, 1994), se
fin. En este contexto, se encuentran varias
estimÛ que la mortalidad nacional est· oca-
dificultades:
sionada en 22% por causas relacionadas con
las enfermedades carenciales, en 39% por
i) La incertidumbre clÌnica que impone una
las denominadas enfermedades crÛnicas y
sombra sobre la fiabilidad de los pronÛs-
degenerativas (ocupando el primer lugar las
ticos clÌnicos: tan ˙tiles y tan exactos en
de tipo cardiovascular y en segundo lugar el
estudios poblacionales pero tan difÌciles
c·ncer, reflejando la misma tendencia ob-
de manejar en los an·lisis de caso
servada en el resto del mundo) y en 39%
restante por lesiones de agente externo (en ii) Los lÌmites entre el curar y el cuidar, pues
lo cual se incluyen los homicidios, los aunque en teorÌa el curar una enferme-
atropellamientos, los choques, entre otros). dad depende de los alcances de la ciencia
En este ˙ltimo Ìtem, en el lapso comprendi- y de la tecnologÌa disponibles, en la pr·c-
do entre 1994 y 1997 Colombia ocupÛ el pri- tica es m·s difÌcil determinar el punto en
mer lugar en homicidios entre los paÌses de el cual los esfuerzos curativos ya no son
AmÈrica Latina, con una cifra muy por enci- plausibles y es menester cambiar el enfo-
ma del promedio de la regiÛn (INMLCF, que con el cual se aborda el paciente para
2000). En Colombia, 94 % de las muertes satisfacer ahora primordialmente sus
violentas ocurren en hombres, 29% de ellas necesidades de cuidado. Esto demanda,
72 entre personas entre los 18 y los 24 aÒos y por parte de los integrantes del equipo
de salud, un perfil profesional que a˙ne
32% entre personas entre los 25 y los 34

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destrezas necesarias para el cuidado 5. Alternativas al final de la vida


como son la capacidad de di·logo, de es-
cucha, de acompaÒamiento, de apoyo al Todos estos aspectos enmarcan la presen-
otro. TambiÈn hace parte de este perfil la cia de alternativas al final de la vida. Si se
tolerancia a la vulnerabilidad propia, a toma como punto de partida la ocurrencia
las crisis, el dolor, el sufrimiento y la muer- de la muerte de una manera natural en un
te, lo cual es diferente a la insensibilidad punto del tiempo, existe la posibilidad de
pues aquÌ lo que se espera es poder mover ese punto en la lÌnea de tiempo de tal
afrontar estas situaciones impuls·ndose forma que la muerte se adelante -y en ese
hacia su atenciÛn de una manera asertiva caso se estarÌa hablando de la muerte asisti-
y no hacia el abandono. da- o se atrase -en cuyo caso se hablarÌa de
las alternativas que prolongan la vida o de-
iii) A la par de la anterior dificultad, la cerca-
sarrollan un encarnizamiento terapÈutico.
nÌa de la muerte de un paciente trae tam-
En este ˙ltimo caso, se habla de distanasia,
biÈn como consecuencia el preguntarse
tÈrmino que tambiÈn comprende el morir
hasta dÛnde se han de privilegiar las in-
acompaÒado de sufrimiento innecesario ya
tervenciones destinadas a mantener un
no por la pr·ctica desproporcionada de in-
tiempo de vida (o a prolongar la vida) en
tervenciones mÈdicas sino por lo contrario,
comparaciÛn con aquellas destinadas a
por la ausencia de Èstas cuando se deja de
mejorar la calidad presente en la vida sin
asistir al paciente porque se considera que
importar tanto su duraciÛn y sin hacer algo
como no hay posibilidad de modificaciÛn de
orientado a prolongarla sin necesidad.
la enfermedad no se genera el espacio para
Este problema surgido en la pr·ctica de
alguna otra intervenciÛn mÈdica.
la asistencia a pacientes con enfermedad
avanzada o en fase terminal impone tam-
biÈn la necesidad de desarrollar criterios Se considera como muerte asistida a la rea-
y consensos para privilegiar uno u otro lizaciÛn por parte de terceros de actos con-
curso de acciÛn. ducentes de manera deliberada a la muerte
de otro que se encuentra ya en proceso de
iv) El morir y la muerte son fenÛmenos que morir. AquÌ est·n incluidos el suicidio asisti-
escapan a la comprensiÛn cl·sica que se do y la eutanasia. En el suicidio asistido, el
ha tenido en la medicina sobre la vida, la que va a morir toma la determinaciÛn de
salud y la enfermedad, y que exigen, a su poner fin a su vida por su propia mano, pero
vez, no solo un horizonte ampliado por solicita la ayuda de un tercero para aclarar
parte de los actores que intervienen en el el cÛmo ha de hacerlo de una manera eficaz.
proceso sino una integraciÛn de saberes Esta es la forma que ha hecho conocido en
y disciplinas que a su vez imponen una el mundo al patÛlogo norteamericano Jack
din·mica para la cual con mucha frecuen- Kevorkian (1993), a quien las autoridades
cia no se encuentran preparados quie- norteamericanas acusan de practicar la eu-
nes han de abordar el tema. tanasia de manera ilegal.
v) Existen dilemas Èticos que hacen m·s di-
fÌcil la toma de decisiones al final de la En la eutanasia quien va a morir ha tomado
vida y para los cuales ha de prepararse tambiÈn la determinaciÛn de acelerar el pro-
no solamente el mÈdico, sino los equi- ceso pero solicita a otro que ponga fin a su
pos de salud, las instituciones, los pa- vida. Esta postura es defendida, adem·s, por
cientes, las familias y la sociedad en los movimientos proeutanasia en los paÌses
general. de Europa Occidental y NorteamÈrica, en
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contraposiciÛn a los defensores a ultranza de manera definitiva una garantÌa solida-


de la santidad de la vida, entre los cuales se ria de un buen morir, de un morir que
encuentran la mayorÌa de los movimientos permite el control de los eventos que fa-
religiosos. Tanto la eutanasia como el suici- vorecen un mal morir, de un morir que
dio asistido, son en la actualidad alternati- garantiza un alivio definitivo del sufri-
vas tÈcnicamente factibles para sus miento
defensores y consumidores, quienes encuen-
o La eutanasia es un acto de la autodeter-
tran en textos como Final Exit (Humphry,
minaciÛn del ser humano
1990) los elementos tÈcnicos y los procedi-
mientos que las hacen posibles. o La pr·ctica de la eutanasia obedeciendo
a una polÌtica formal en una sociedad,
evita los abusos que se permiten por la
5.1 Pros y contras de la eutanasia
pr·ctica secreta de la misma, a la vez que
Estas salidas de la vida han desatado enar- define fronteras y pone seguros en con-
decidos debates en la sociedad contempo- tra de ellos
r·nea. Con relaciÛn a la eutanasia aquellos
que se pronuncian a favor de ella se basan Del lado de aquellos que se oponen a la pr·c-
en posiciones como: tica de la eutanasia, los argumentos apuntan a:

o La enfermedad y la muerte son una falla o La vida es sagrada y tiene una dignidad
e implican la derrota del ser humano, lue- que no debe ser mancillada por el hom-
go por quÈ se ha de permitir una mayor bre. La vida y su valor son conceptos que
pauperizaciÛn del mismo? Ello puede ser escapan del dominio exclusivo de la me-
evitado con la pr·ctica de la eutanasia dicina y de los mÈdicos

o Dejar morir cuando se est· en una situa- o La pr·ctica de la eutanasia y en especial


ciÛn con un sufrimiento incontrolable es su legalizaciÛn son estÌmulos al descuido
un proceso que conlleva la pÈrdida de la de los deberes mÈdicos. En el caso de
dignidad del ser humano. Cuando esta personas con enfermedad en fase avan-
situaciÛn sucede con un animal, una zada y prÛximas a la muerte con gran su-
muestra del aprecio que se siente por esta frimiento, el deber fundamental del
forma de vida es la terminaciÛn de ese mÈdico es procurar el alivio por medio
sufrimiento por medio de la realizaciÛn del cuidado paliativo. Vista asÌ, la euta-
de un procedimiento que acabe la vida, nasia ocasionarÌa un daÒo a una esencia
que acelera el morir. øEs entonces un pro- benefactora y cuidadora de la pr·ctica
ceder de esta naturaleza equiparable a mÈdica, lo cual minarÌa la confianza que
matar? Desde este enfoque la eutanasia el p˙blico tiene en la relaciÛn con los
serÌa un acto de compasiÛn y de cuidado mÈdicos
o Los ataques contra la eutanasia que pro- o En realidad, la solicitud en torno a la eu-
vienen de fuentes de orden religioso de- tanasia es de baja incidencia, luego se trata
ben ser tenidos en cuenta como una m·s de casos excepcionales que de una
opiniÛn m·s en el marco de una socie- necesidad de primer orden en la agenda
dad civil y pluralista y no como el dogma de los problemas de salud
a seguir
o El hecho de que exista la autodetermina-
Cuando una persona solicita la eutana-
74 o
sia, la pr·ctica de este procedimiento es
ciÛn de los pacientes es algo que no obli-
ga a otros a proceder en concordancia,

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ENRIQUE VILLAMIZAR RODRÍGUEZ

en especial cuando de por medio est· un observado un procedimiento de consenti-


acto relacionado con la terminaciÛn vo- miento informado y se haya documentado
luntaria de la vida o el acto de matar. una segunda opiniÛn mÈdica.

o Es absurdo abogar por la realizaciÛn de


un acto eutan·sico como expresiÛn ple- 5.2 Pros y contras del suicidio asistido
na de la autonomÌa de un ser humano si
este acto lleva, precisamente, a la no vida, El suicidio asistido, a su vez, es una opciÛn
a la nada que es la muerte que se ha defendido como lo lÌcito cuando
no es posible la eutanasia. Esta opciÛn equi-
o La eutanasia conlleva una culpabilidad in-
libra el balance de poder en la relaciÛn mÈ-
trÌnseca, asociada con una acciÛn positi-
dico paciente, el cual favorece al mÈdico en
va que lleva a morir a un ser humano.
contra del paciente en el caso de la eutana-
Esto, adem·s, puede influir de manera
sia, a la vez que evita el abandono por parte
negativa en el proceso de duelo de los
de los mÈdicos de pacientes incurables y com-
sobrevivientes
petentes. Es tambiÈn una alternativa defen-
o El optar por una opciÛn eutan·sica guia- dida con base en respaldos biogr·ficos del
dos por el sufrimiento es algo que va en paciente y de la historia de la relaciÛn de un
contra de una toma racional de decisio- mÈdico con un paciente en particular (Quill,
nes. De igual modo, esta opciÛn puede 1994). Argumentos en contra del suicidio
impedir el crecimiento espiritual y hallaz- asistido se basan en que el mÈdico en lo fun-
go del significado del sufrimiento a la luz damental se apartarÌa de sus deberes para
del sentido de la vida y de la muerte con el paciente.

o La adopciÛn de una polÌtica formal es un


antecedente que ofrece m·s peligros que 5.3 Pros y contras de la distanasia
beneficios y seguridades. Ello puede esti-
mular la apariciÛn y desarrollo de pr·cti- En el otro lado de la muerte asistida con
cas nocivas tales como la criptanasia ño relaciÛn al punto de la ortotanasia se en-
terminaciÛn de la vida en ausencia de vo- cuentra la distanasia. Esta es una muerte
luntadñ, la eutanasia estimulada ñse lleva acompaÒada de sufrimiento innecesario, el
a cabo la eutanasia por medios coerciti- cual puede ser producido por el interven-
vosñ, la eutanasia subrogada ñlos apode- cionismo mÈdico o por el abandono mÈdico
rados deciden la comisiÛn de la eutanasia al paciente. Se denomina encarnizamiento
en sus poderdantesñ, o la eutanasia terapÈutico a la pr·ctica de intervenciones
discriminativa ñla eutanasia es llevada a mÈdicas que permiten el sostenimiento de
cabo en poblaciÛn vulnerable por sus con- algunas funciones vitales, pero que conlle-
diciones minoritarias, de marginaciÛn o van grandes perjuicios a los pacientes, so-
de exclusiÛn social. bre todo en tÈrminos de calidad de vida, y su
uso se hace de manera desproporcionada
En Holanda, naciÛn donde la eutanasia es con relaciÛn a los beneficios esperados y con
legal, para proceder a realizarla debe cum- relaciÛn al daÒo adicional que imponen en
plirse con una serie de requisitos, como: se la calidad de vida.
haya constatado una solicitud voluntaria, se
haya verificado la presencia de un sufrimien- Son estos pacientes convertidos en objetos
to intolerable, se hayan agotado todas las del encarnizamiento terapÈutico quienes
posibilidades del cuidado paliativo, se haya m·s plantean la necesidad de discutir sobre
75

Revista Gerencia y PolÌticas de Salud


EL MORIR Y LA MUERTE EN LA SOCIEDAD CONTEMPORÁNEA

los aspectos inherentes a la toma de deci- el mantenimiento de la capacidad de actuar


siones al final de la vida. Hoy se acepta que del ser humano, la preservaciÛn de su mun-
una decisiÛn de prolongar la vida es algo do relacional y ocupacional y la confronta-
que depende de factores tales como los de- ciÛn conciente de este ser humano al final
seos del paciente, el propÛsito terapÈutico de su vida con la realidad de su propia muer-
de cada intervenciÛn, los efectos no desea- te y el significado de Èsta para sÌ mismo.
dos de la intervenciÛn terapÈutica, los efec-
tos benÈficos concretos de la intervenciÛn Es en estos pacientes -conocidos en la lite-
terapÈutica para cada paciente y el recono- ratura como enfermos terminales o perso-
cimiento del derecho a morir con dignidad, nas con enfermedad en fase avanzada-
como una exigencia para el ser humano al donde se ha podido estudiar y describir
final de la vida que llama a no retrasar la mejor el acercamiento que un ser humano
llegada de la muerte y a permitir que esta hace a su propia muerte. En ellos se han
ocurra lo m·s libre posible de sufrimiento. identificado diferentes tipos de necesidades,
Por eso a la hora de considerar una inter- a partir de cuya satisfacciÛn es posible hoy
venciÛn que pueda llevar a prolongar la vida dÌa atenderles y mitigarles el sufrimiento o
de un paciente es importante tener en cuenta las molestias que deterioran su diario vivir.
los deseos de Èste y un balance riesgo/bene- Estas necesidades son:
ficio de la intervenciÛn a aplicar. TambiÈn es
importante el reconocimiento de que, para o FÌsicas, y comprenden la presencia de do-
efecto de la valoraciÛn del uso de este tipo lor y sÌntomas por el avance de la enferme-
de medidas al final de la vida, puede ser lo dad o los tratamientos instaurados, la
mismo no iniciarla que retirarla, pero en la evluciÛn de la enfermedad y sus efectos
pr·ctica se ve que es m·s f·cil no iniciar que sobre el organismo, y el deterioro funcio-
tener que tomar la decisiÛn de retirar una nal que incrementa la dependencia de otros
medida de soporte. Es en esta posibilidad
o Emocionales, en lo cual se incluye la com-
de prolongar la vida donde se hace m·s
prensiÛn que tanto el enfermo como el
necesario reconocer que la vida no es eter-
entorno humano han de tener del pro-
na, que ella no es siempre buena y que la
ceso que vive la persona al final de su
muerte no es siempre mala.
vida, proceso que incluye el duelo
anticipatorio sobre la pÈrdida de la pro-
5.4 El morir en el momento que corresponde pia vida, el cumplimiento de tareas sig-
nificativas y resoluciÛn de asuntos
Entre el prolongar y el adelantar el final de pendientes antes de fallecer y, por ˙lti-
la vida se encuentra el punto de ortotanasia. mo, el retiro o desprendimiento de la car-
En este punto se admite que la muerte del ga vital presente en el ser humano
ser humano ha de ocurrir cuando la enfer- (deca-tectizaciÛn)
medad naturalmente lo mande, de una ma-
nera libre de sufrimiento (antidistanasia) y o Sociofamiliares, pues se altera el cumpli-
respetando la dignidad humana, por lo cual miento de los roles del individuo y por
se encuentra en la literatura la referencia a tanto se daÒa todo aquello que depende
este modo de morir como el caracterÌstico de su efectivo desempeÒo, incluso la su-
de una muerte digna. pervivencia de aquellos que dependen de
Èl; adem·s, el sufrimiento de otros em-
pieza a hacer parte del sufrimiento total
76 Este morir con dignidad requiere el conoci-
miento de la cercanÌa de la propia muerte, que puede acompaÒar el final de la vida

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o Espirituales, pues adquiere una inusita- crÌticos y el desarrollo de medidas que


da importancia el hallarle sentido a la vida, mejoren la parte pr·ctica del cuidado del
al sufrimiento, lo cual es desencadenado paciente, sobre todo cuando Èste se en-
por la conciencia intensificada acerca de cuentra en un ambiente diferente al de la
la finitud de la vida y de la cercanÌa de su instituciÛn hospitalaria
final.
o Lo emocional, brindando soporte a
Estas necesidades han sido mejor entendi- partir del desarrollo de relaciones te-
das gracias a m˙ltiples adelantos posibles rapÈuticas y de acompaÒamiento con
tambiÈn en el siglo XX. Destaca Elisabeth los diferentes proveedores de cuidado,
K¸bler-Ross (1967), una siquiatra suizo- mejorando la comunicaciÛn entre pacien-
norteamericana quien estudiÛ en pacientes te y cuidadores y favoreciendo una toma
terminales su acercamiento a la propia muer- de decisiones plena de comprensiÛn y li-
te y describiÛ las fases del duelo como reac- bre de culpas
ciones emocionales presentes de una o Lo sociofamiliar, donde los seres queri-
manera m·s o menos tÌpica en personas que dos y los cuidadores son tomados en
evidencian una pÈrdida: en el caso que nos cuenta y son atendidos de manera simi-
ocupa, la pÈrdida de la propia vida. Tales lar a como se asisten las necesidades
reacciones son una manifestaciÛn de la ma- emocionales del paciente, tratando de
nera como el ser humano, en su interior, se mitigar tambiÈn su carga en su atenciÛn y
aproxima hacia la aceptaciÛn de su propio de anticipar problemas que se generan
final. por la enfermedad y por la muerte de su
ser querido. El n˙cleo relacional tambiÈn
ha de ser atendido en sus necesidades de
6. El morir bien atendido: comunicaciÛn por parte del equipo de
la emergencia del cuidado paliativo cuidado, ha de ser acompaÒado antes y
despuÈs del fallecimiento de su ser que-
Pero adicionalmente, los avances alcanza- rido y ha de ser guiado tambiÈn en el pro-
dos por la medicina en materia de analgesia y ceso de toma de decisiones al final de la
control de sÌntomas (Doyle et. al., 1993), asÌ vida
como en la organizaciÛn del cuidado de los
pacientes en diferentes escenarios, desde la o Lo espiritual, pues el proceso de b˙sque-
casa y la comunidad hasta instituciones to- da y encuentro del sentido a la vida, al
tales como los hospicios o los hospitales, sufrimiento, a las pÈrdidas y a la muerte
permitieron en muchos lugares el desarro- necesita tambiÈn de apoyo, comunicaciÛn
llo de programas de atenciÛn integral a las y acompaÒamiento, a la vez que hay as-
necesidades de estos enfermos, poblaciÛn pectos de los procesos de toma de deci-
cada vez m·s creciente. siones al final de la vida que tocan esta
parte y que necesitan ser valorados des-
Este tipo de respuestas a las necesidades de de esta perspectiva.
cuidado, integran alternativas tendientes a
satisfacer al enfermo y su entorno en aspec- Por ello es que los miembros del equipo de
tos como: cuidado del paciente con enfermedad en fase
avanzada han de tener una formaciÛn que
o Lo fÌsico, proveyendo un adecuado alivio les permita no sÛlo ser competentes en su
del dolor y los sÌntomas presentes, asu-
miendo el manejo anticipado de eventos
·rea disciplinar sino integrar conocimien- 77
tos, habilidades y destrezas que les permi-

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EL MORIR Y LA MUERTE EN LA SOCIEDAD CONTEMPORÁNEA

tan ser comunicadores eficaces y sensibles, ConclusiÛn


a la vez que guÌas Èticos abiertos al di·logo y
a la comprensiÛn del otro. Poder comprender el mundo que vive un
ser humano al final de su vida es un reto que
exige mirar de frente a aquel para quien ya
7. øY quiÈn quiere morir? hay m·s certidumbre acerca de su mortali-
dad, es un reto que exige penetrar en el in-
En este terreno de los seres humanos al fi- terior de ese ser y desarrollar una empatÌa
nal de su propia vida es frecuente escuchar que nos permita asumir las necesidades pre-
expresiones que podrÌan ser interpretadas sentes en esta situaciÛn y acompaÒar, satis-
como solicitud de eutanasia, cuando en rea- facer, escuchar, guiar.
lidad tienen otro sentido:
Para el ser humano, la muerte es uno de los
o DÈjeme morir, puede significar una solici- hechos b·sicos de la vida, pero por su pro-
tud para impedir la continuaciÛn de pia naturaleza llega a ser tanto misteriosa
medidas que sostienen funciones vitales como inevitable. Ella tiene muchas caras,
o que se hacen con una Ìnfima posibili- pero de las m·s duras de aceptar es la exis-
dad de alterar el curso de la enferme- tencia de muertes absurdas, carentes de sen-
dad; tambiÈn es la solicitud de quien tido, atiborradas de sufrimiento innecesario,
siente que necesita un permiso de alguien tanto para quienes fallecen como para quie-
para partir nes les sobreviven. Y si bien es cierto que al
nacer tal vez el ˙nico evento que se puede
o Quiero morir, puede ser la expresiÛn de
dar por seguro es que vamos a morir, m·s
aceptaciÛn plena de la finitud humana, o
cierto a˙n es que el temor a morir y, por
la expresiÛn que denota cumplimiento de
tanto, nuestra propia muerte es uno de los
una cierta misiÛn en la vida y, por tanto,
faros que ilumina nuestra vida.
tambiÈn permite comprender que la per-
sona est· lista para dejar este mundo
A la par de estas consideraciones tan im-
o M·teme, expresiÛn de s˙plica que para portantes cuando el mÈdico se enfrenta
muchos es el dictado del sufrimiento in- ante pacientes con una enfermedad avan-
soportable y que implica un deseo vehe- zada, a las puertas de su muerte y sin sus
mente de no vivir m·s, de acabar de necesidades satisfechas, se encuentra con
manera r·pida con la existencia. aquellos que, presas de un sufrimiento in-
necesario, interminable e insoportable,
Por lo anterior comprender el mundo que claman por la pronta muerte y exigen de
viven los seres humanos al final de su vida es sus proveedores de cuidado una mano
una tarea que exige el abordaje de proble- bondadosa que ponga fin a tal indignidad.
mas clÌnicos, emocionales, espirituales, Èti- Tales solicitudes han puesto en cuestiÛn a
cos, legales, entre otros, pasados por la las Èticas de la vida, entre las cuales se
perspectiva de los diferentes actores que encuentra la mÈdica hipocr·tica. Una ra-
participan de la atenciÛn del final de la vida: zÛn aducida con frecuencia es su obsoles-
el ser humano enfermo a la espera de su fin, cencia, pues la Ètica de HipÛcrates es la
sus seres queridos, y sus proveedores de Ètica del mÈdico de la antig¸edad, no la
cuidado. del mÈdico moderno y mucho menos la
del mÈdico de la era del conocimiento, la
78 inform·tica, la biotecnologÌa y de la aten-

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ciÛn en salud de tipo corporativo y guiada En el tarot, uno de los arcanos mayores, el
por factores de Ìndole econÛmico. De arcano 13, es el arcano de la muerte. Para
manera paralela, hay quienes plantean que muchos significa un signo tr·gico en el des-
en estas circunstancias, el derecho a deci- tino, para otros es simplemente una seÒal
dir la propia muerte y su forma se han de que denota cambio o una llamada al cambio,
constituir en un derecho civil, como pare- a dejar de ser algo para ser otra cosa. He
ce esbozarse en algunas iniciativas del oc- aquÌ otra de las m˙ltiples posibilidades que
cidente de Europa. abre el estudio del morir y la muerte como
fenÛmenos arraigados en la vida humana.

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