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El aceptar a Jesucristo en nuestros corazones, significa un cambio de mente, una

transformación a nivel de la mentalidad. La Biblia nos dice que tenemos toda la


posibilidad de tener la mente de Cristo si lo queremos tener, veamos más
detalladamente lo que nos cuenta la Palabra de Dios.

1° Corintios 2:16 “Porque ¿quién conoció la mente del Señor? ¿Quién le instruirá?
Más nosotros tenemos la mente de Cristo”.

La conversión significa un cambio de mente, una transformación a nivel de la


mentalidad.

Este pasaje bíblico dice que tenemos toda la posibilidad de tener la mente de Cristo si lo
queremos tener.

Pero analicemos tres aspectos de la mente de Cristo que deberíamos tener.

1) UNA MENTE VIVA.

Romanos 8:5 “Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero
los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu.

8:6 Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y
paz.

8:7 Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se
sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden”

Jesús andaba en el espíritu y no en la carne, esto era algo muy importante de destacar,
su mente estaba viva, espiritualmente hablando, porque Él se ocupaba de pensar en las
cosas del espíritu. Entonces la pregunta que debería hacerme es: ¿En que pensamos
nosotros?

El que tiene una mente viva conoce a Dios y reconoce la perfecta voluntad de Dios, no
se confunde, no se engaña a sí mismo, no genera argumentos falsos.

Una mente viva tiene la fuerza para poder cambiar. El diablo cree en Dios y tiembla,
pero jamás cambia! Y lo mismo le pasa al cristiano que no tiene una mente viva, cree
pero nunca cambia.
El que tiene la mente de Cristo tiene la mente viva, tiene plena conciencia de sí mismo.
De manera que no se fija en los pecados de los demás, sino de los propios. No busca la
pajita en el ojo de los demás, sino que busca sacar la suciedad de sus propios ojos.

Una mente viva tiene conciencia de la eternidad, tiene puesta la mirada en las cosas de
arriba y no en las de la tierra. Colosenses 3:2 “Poned la mira en las cosas de arriba, no
en las de la tierra”.

2) LA MENTE PERSEVERANTE.

Lucas 9:51 “Cuando se cumplió el tiempo en que él había de ser recibido arriba,
afirmó su rostro para ir a Jerusalén”.

Jesús fue un ejemplo de perseverancia para cumplir lo que se esperaba de Él, porque sin
perseverancia es imposible recibir algo de Dios. El diccionario Bíblico dice que la
Perseverancia significa: constancia, persistencia, atender constantemente, continuar sin
desvíos, adherirse firmemente, agarrarse bien. También fiel, servidor constante.

¿En cuáles cosas debemos perseverar los cristianos en nuestra vida cristiana? Hay varias
cosas:

En oración.

Lucas 18:1 “También les refirió Jesús una parábola sobre la necesidad de orar
siempre, y no desmayar”

En congregarse.

Hebreos 10:25 “no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre…”

Pero el apóstol Pablo tuvo una gran batalla en cuanto a la perseverancia de sus
discípulos.

Es la misma lucha de todos los líderes espirituales de todos los tiempos. Por ejemplo
veamos este pasaje de la carta a los Corintios: 2ª Corintios 11:3 “Pero temo que como
la serpiente con su astucia engañó a Eva, vuestros sentidos sean de alguna manera
extraviados de la sincera fidelidad a Cristo”.

3) LA MENTE HUMILDE.
Mateo 11:29 “Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y
humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas”;

Jesús nos da la clave para ser personas tranquilas y hallar descanso emocional. Cuál es
la razón del nerviosismo? Generalmente es el orgullo, que es lo contrario a la humildad.

Ser humilde es acordarse de que venimos del humus, o sea de la tierra y allí volveremos,
salvo el espíritu, que vuelve a Dios porque Él nos lo dio. Dice la Biblia que del polvo de
la tierra nos hizo Dios y soplo de vida dio al hombre. Por esto mismo un día daremos
cuenta de la oportunidad de vida que nos ha dado Dios.

No se puede ser humilde, sin ser modesto, que quiere decir moderado, equilibrado.

La modestia se manifiesta en el semblante, en las costumbres y reacciones de la persona


humilde. Uno que tiene un corazón humilde no tiene ojos altivos. Los humildes se
conocen por su manera de ser; son modestos en cuanto a su apariencia y sus costumbres.
Ellos no se jactan de ser más importantes que los demás. Cuando el corazón está lleno
de humildad el “gran yo” no se ve.

La modestia es fruto natural de la humildad y se manifiesta en toda área de la vida de la


persona humilde. El humilde da siempre la gloria a Dios o sino a otra persona… Es una
persona que tiene contentamiento, que sabe alegrarse en la abundancia y también en la
escasez.

Ser humilde es ser espiritual y no estar dispuesto a pelear por lo material. Ser humilde
es ser como niño, según nos dice Mateo 18:1, los discípulos querían saber quién era el
mayor en el reino de los cielos y Jesús puso a un niño en medio de ellos,
diciendo: Mateo 18.4 “Así que, cualquiera que se humille como este niño, ése es el
mayor en el reino de los cielos”.

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