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Biografía

Chimpu Ocllo nació en el Cuzco, en el seno de la familia imperial incaica. Chimpu es


nombre propio y Ocllo un patronímico, que indica algo prestigioso y restringido. Fue hija
de Túpac Hualpa, uno de los hijos del Inca Huayna Cápac y de la Palla Tocto Coca. Por lo
tanto, Chimpu Ocllo fue nieta de Huayna Cápac, el último gran inca del Tahuantinsuyo.1
Cuando en 1527 falleció Huayna Cápac y estalló la guerra civil entre los
hermanos Huáscar y Atahualpa, Chimpu Ocllo –que era sobrina de ambos, pero se hallaba
más vinculada con el primero– sufrió en carne propia los reveses que sufrieron los
huascaristas, contándose entre los pocos miembros de la nobleza cuzqueña que lograron
escapar de la matanza desatada tras la victoria de los atahualpistas en Quipaipán. Pero
Atahualpa no pudo redondear su triunfo puesto que cuando se dirigía al Cuzco a ceñirse
la mascapaicha fue capturado por los conquistadores españoles en Cajamarca en 1532.
Chimpu Ocllo debió conocer al capitán extremeño Sebastián Garcilaso de la Vega y
Vargas en 1538 en el Cuzco, tras la reconquista de esta ciudad por los españoles luego de
la rebelión de Manco Inca y a poco de iniciarse la guerra civil entre pizarristas y
almagristas por la posesión de la misma. Se convirtió en esposa de dicho capitán, y se
bautizó a la fe cristiana, adoptando el nombre de Isabel. De esa unión nació el 12 de
abril de 1539 un niño mestizo al que se bautizó con el nombre de Gómez Suárez de
Figueroa, pero que después se haría famoso con el nombre de Inca Garcilaso de la Vega,
por ser el primer mestizo racial y cultural de América que destacó como literato. En ese
hogar Garcilaso de la Vega creció bajo influjo de los familiares de su madre, por lo que
aprendió a apreciar su herencia incaica.
Durante las guerras civiles entre los españoles, Isabel sufrió con su familia las incidencias
de dicha lucha en el solar cuzqueño del barrio de Cusipata, donde residía con Sebastián y
sus dos hijos menores, Garcilaso y Leonor. Cuando Sebastián se escapó del Cuzco, para
no seguir al rebelde Gonzalo Pizarro, su casa fue cañoneada por el capitán Hernando de
Bachicao, quien, no satisfecho, la sitió durante varios meses, para rendir de hambre a sus
moradores. Durante varios días Isabel y sus hijos se alimentaron únicamente de maíz,
llevado furtivamente por indígenas amigos.
Tras el triunfo de las fuerzas realistas comandadas por Pedro de la Gasca sobre los
rebeldes gonzalistas, Isabel vióse repudiada por Sebastián, presionado por la exigencia de
la Corona española de que los conquistadores debían contraer matrimonio y que, en caso
contrario, estarían en riesgo de perder sus encomiendas. Sebastián no quiso casarse con
Isabel y eligió como su consorte a una dama española, doña Luisa Martel de los Ríos, lo
que causaría sin duda un gran dolor al entonces niño Garcilaso de la Vega (1549). Este,
posteriormente, en una de sus obras reprocha al gran número de conquistadores que
repudiaron a sus concubinas indias y que se casaron con señoras españolas, las mismas
que con sus hijos considerados legítimos habrían de gozar de lo que no ganaron con sus
manos, reproche que implícitamente alcanzaba a su padre.2 Por su parte Isabel Chimpu
Ocllo, tal vez presionada, se desposó con el comerciante Juan del Pedroche, llevando
como dote 1.500 pesos en plata, una cantidad igual en llamas, así como vestidos.
En 1559 falleció Sebastián Garcilaso. Al año siguiente su hijo, que todavía se llamaba
Gómez Suárez de Figueroa, partió a España para hacer valer sus derechos sobre la
herencia de su padre. Antes de partir, debió despedirse emocionadamente de su madre, a la que
nunca más volvería a ver.
Isabel falleció en 1571. En su testamento, menciona a sus dos hijas, Luisa de Herrera y
Ana Ruiz, habidas en su matrimonio con Pedroche, y por lo tanto, hermanas maternas del
Garcilaso.

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