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La escucha activa, clave para obtener

información
¿Pero, qué significa escuchar de forma activa? El proceso de escucha activa implica distintos
elementos, como el lenguaje corporal, con el que establecemos una comunicación no verbal,
así como dejar que nuestro interlocutor se exprese sin interrupciones fuera de contexto. La
observación será, durante su tiempo de intervención, un elemento crucial que nos ayudará
a demostrar consideración hacia el otro, estableciendo un canal de comunicación apoyado
también por la función enfática y retroalimentativa. Es decir, nos ayudará cuidar la forma en
que nos expresamos, utilizando preguntas o expresiones de interrogación y resumen de lo que
se va hablando para lograr la retroalimentación. En nuestras intervenciones preguntaremos
con interés y escucharemos activamente cuidando a su vez el lenguaje corporal, las pausas,
el tono, intensidad y el ritmo de la voz.

Las ventajas de la escucha activa


Idealmente, hemos de tender a una escucha activa que evite la falta de empatía y
sepa superar barreras de todo tipo, entre otras los prejuicios, las diferencias intelectuales y
culturales. Solo así podremos lograr un acercamiento que nos brinde ventajas como las
siguientes:

 Lograr un clima propicio para la negociación.


 Conseguimos una comunicación más eficaz y fluida.
 Entendemos con más claridad el mensaje.
 Facilita conciliar los beneficios de ambas partes.
 Predisponemos al interlocutor a ser receptivo.
 Será más fácil resolver posibles dudas.
 Facilita pedir un tiempo de reflexión antes de decidirnos.

El proceso de escucha activa requiere de una actitud positiva que, a su vez, implica preguntar
con interés para propiciar que el interlocutor aporte información. A la hora de alcanzar los
resultados esperados, sumarán puntos todos estos elementos, claves para crear un clima de
confianza y cooperación que disminuya la tensión y la competitividad. Escuchar de forma
activa permite, en suma, establecer una conexión con el interlocutor que será muy ventajosa
para conseguir una negociación exitosa. Si bien es cierto que antes de iniciar una negociación
es esencial estar bien preparados y recabar la máxima información, por el mismo motivo
debemos estimular nuestra receptividad y capacidad de observación. La recompensa final
bien merece la pena.

La escucha activa, clave en la negociación

Conseguir una buena dinámica en las negociaciones tiene mucho que ver con ser un buen
oyente. No en vano, la forma de actuar de un buen negociador se basa en convertir las
técnicas eficaces en comportamientos de conducta naturales. La escucha activa forma parte
de esos requisitos ineludibles para ser un negociador completo, capaz de aplicar el método
adecuado en cada situación para salir victorioso tendiendo los puentes necesarios con el fin
de lograr acuerdos satisfactorios para todos. Las capacidades personales y de grupo que se
necesitan para que una negociación llegue a buen puerto, en efecto, dependen en gran
medida de la receptividad y las habilidades que demostremos a la hora de obtener
información. Dentro de estas habilidades, la escucha activa es fundamental, al tiempo que
constituye una clara demostración de que, más allá de los resultados conseguidos, se busca
conseguir acuerdos maximizando el beneficio esperado para ambas partes. De este modo, se
labra el terreno para futuras negociaciones con los mismos interlocutores o con otros
afines que, a buen seguro, se traducirán más fácilmente en éxitos.
La importancia de saber tomar apuntes en clase

Las lecciones de los profesores no siempre son bien aprovechadas por los alumnos
porque estos no saben cómo tomar nota de las explicaciones que reciben. Hacer
buenas anotaciones en clase facilita considerablemente el estudio y ayuda de manera
decisiva en la comprensión de la materia.
Tomar apuntes implica que se presta atención a lo que se explica en clase, permite
seleccionar la información relevante, organizarla y escribirla adecuadamente para
repasar y estudiar.
Claves importantes para unos buenos apuntes son:

 Deben ser propios. Los tomados por otros compañeros pueden resultar
incomprensibles e incompletos.
 Utiliza palabras propias para redactar las ideas. Emplea frases cortas, pues
ayudan a concretar y a fijar conceptos.
 Utiliza abreviaturas. Muchas palabras pueden acortarse de manera fácil y
comprensible, y permiten hacer anotaciones sin agobios.
 Escribe literalmente solo las definiciones o las fórmulas.
 Pon títulos a los aspectos que se desarrollan en los temas. Esto puede
ayudarte a sintetizar las ideas, que posteriormente debes desarrollar.

Terminada la clase se deben repasar, corregir y completar los apuntes lo antes


posible para mantener frescas las ideas y los conceptos que se han explicado en
clase. Utilizar el libro de texto y aclarar las dudas es necesario para completar la tarea.
Los apuntes no son la lección en sí, sino una función más en la programación semanal
del estudio.
El método de toma de apuntes Cornell es un sistema de toma de apuntes creado
en la década de los 50 por Walter Pauk, un profesor de educación en la Universidad
de Cornell. Pauk recomendó el uso de este sistema en su libro «How to study in
college».

El método, en resumen, consiste en un formato condensado para organizar


visualmente grandes cantidades de información que tienen nexos entre sí. No
necesariamente es exclusiva para estudiantes, en realidad este mismo sistema se
puede usar para la toma de notas cuando se realiza una investigación. La clave es
que permite analizar la información hallada en propias palabras, por lo que se
memoriza mejor. A la vez, en investigaciones, permitiría distinguir ideas propias de
las ideas del autor que se está leyendo.

Para hacer notas Cornell, se divide una hoja en dos columnas y un pié de página
ancho, teniendo en cuenta que la columna del lado derecho ha de ser el doble de
ancha que la columna de la izquierda. En la izquierda se apuntan preguntas /
palabras clave, y en la derecha las ideas / descripciones de la lección, que
contestan a las preguntas o definen al término clave. Todo se hace de manera
sintetizada al máximo, usando símbolos o abreviaciones si es necesario y en palabras
propias para facilitar el memorizarlo, de forma que sólo se atienda a lo más importante
de la cuestión y se interiorice fácilmente.

En el pié se hace un resumen de las ideas principales de forma global teniendo


en cuenta todos los puntos anteriores. Este resumen, aunque no será capaz de
explicar toda la información anterior, es importante porque le da lógica a la
interconexión de los puntos.
El sistema hace las veces de mapa mental a la vez que de tarjetas de repaso,
cuando se revisa el material, se cubre la columna de las «respuestas» (derecha)
mientras intenta contestar sólo con el «disparador», es decir, la pregunta o palabra
clave (izquierda).

Un estudio publicado en 2008 por la Universidad Estatal de Wichita demostró que


las Notas Cornell pueden tener un beneficio adicional respecto a otros métodos
de estudio en los casos en que los estudiantes están obligados a sintetizar y aplicar
los conocimientos adquiridos.

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