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La escucha activa es una técnica que ayuda a establecer un diálogo eficiente, en el que el
oyente puede interpretar y asimilar verdaderamente todo el contenido expresado por el
hablante.
La base teórica de esta técnica fue desarrollado por Carl Rogers y consiste en el enfoque
centrado en la persona.
La escucha activa intenta romper este ciclo de pocas interpretaciones mediante el desarrollo
de habilidades de comunicación que garanticen un diálogo lineal y eficiente. Y se puede
aplicarla a tu vida personal y profesional.
Luego se debe aprender a desarrollar un interés genuino en lo que dice el interlocutor. Eso es
lo que le permitirá entablar una conversación y evitar distracciones que impiden la absorción
de información y de contenido relevante durante todo el proceso.
La escucha activa, a través de una comunicación clara y efectiva — que pueda responder
preguntas y reducir conflictos a diario —, ayudará a mejorar y fortalecer las relaciones con la
audiencia de la empresa y los profesionales que trabajan en ella.
Como mencionamos, la escucha activa brinda beneficios notables no solo para la vida
cotidiana, sino también para el universo corporativo.
El primer beneficio importante es crear una relación interpersonal más completa, en la que
puedas comunicarte de manera clara y efectiva con cualquier persona, absorbiendo
información y contenido relevante que ayudarán en la relación con tu equipo, con los clientes
y prospectos.
Genera confianza
Una comunicación más efectiva también puede generar más confianza entre las partes
involucradas.
Desarrolla empatía
Para desarrollar un interés genuino en lo que el otro dice, se debe ejercitar en la empatía. En
este sentido, la escucha activa ayuda a desarrollar el pensamiento empático y la capacidad de
ponerse en el lugar de los demás, gracias a una comunicación mucho más efectiva.
Aprender a escucharse mutuamente sin dejar que los problemas personales interfieran y
ponerse en la perspectiva del interlocutor es sin duda una de las formas más efectivas de
practicar la empatía.
Con una mayor empatía y una comunicación mucho más clara, es posible reducir los conflictos
que a menudo están presentes en nuestra vida cotidiana.
Después de todo, mientras más atención prestas a un discurso, más información absorberás y
menos malentendidos sucederán a diario.
El trabajo en equipo tiende a fomentarse incluso durante el proceso de escucha activa. Esto se
debe a que ahora es posible mejorar las relaciones con los colegas, lo que le permite
realmente hacer un trabajo de calidad juntos sin estrés ni desacuerdos.
La sensación de seguridad a menudo se despierta aún más durante este proceso. Al mejorar la
absorción de la información y contenidos de interés, es posible tener mucha más seguridad en
las acciones del trabajo, optimizando los resultados y aumentando el rendimiento.
Cuando practicamos la escucha activa, es posible absorber más y más información relevante
que puede ser valiosa en la vida cotidiana.
Esto es útil para la comunicación interna, la gestión de los empleados y los procesos de
retroalimentación, así como los procesos de ventas externas donde tus clientes y prospectos
pueden agregar información valiosa sobre las mejoras, fortalezas y debilidades de tu negocio.
Para disfrutar de todos los beneficios de la escucha activa en tu negocio, debes tener en
algunos elementos.
Separamos 10 consejos sobre cómo aplicar la escucha activa en la vida diaria, asegurando que
los profesionales de tu empresa, ya sean gerentes o analistas, puedan optimizar el rendimiento
y mejorar los resultados.
1. Evita distracciones en el momento del diálogo
El primer paso para practicar la escucha activa es evitar que las distracciones te impidan
concentrarte en un diálogo.
Por lo tanto, debes dejar de lado cosas como dispositivos móviles, redes sociales, correos
electrónicos, conversaciones paralelas y llamadas telefónicas, para que realmente puedas
concentrarte en el interlocutor, haciéndole sentir seguridad y confianza en ti durante el
proceso de comunicación.
Durante la conversación, trata de no seleccionar partes específicas del discurso del otro para
asimilar.
Debes intentar prestar atención y dedicarte a todo el discurso, asegurando que la información
se absorba por completo.
Es molesto e irrespetuoso concluir los pensamientos del hablante antes de que termine su
discurso. Así que evita este tipo de práctica: da al interlocutor todo el tiempo que necesite
para presentar la información y finalizar su pensamiento.
Aunque a veces es complicado lidiar con perspectivas y opiniones que son muy diferentes a las
nuestras, debes tener la capacidad de no permitir que tus puntos de vista personales
disminuyan tu empatía durante el proceso de comunicación.
Por lo tanto, ten mucho cuidado de no juzgar al otro según tus creencias. Comprende que cada
persona ha tenido un proceso para llegar aquí, por lo que son diferentes.
La comunicación oral es la base de la escucha activa. Sin embargo, también debes analizar
el lenguaje no verbal de tu interlocutor, teniendo cuidado de evaluar cómo se comporta su
cuerpo durante el diálogo y cómo reacciona a lo que se dice.
Observa las manos, las expresiones faciales y si el cuerpo está tenso o relajado durante el
diálogo, por ejemplo. Esto en el caso de comunicaciones presenciales, naturalmente.
Un detalle clave para garantizar una comunicación efectiva es garantizar que el interlocutor se
sienta cómodo durante la conversación.
Para ayudar, debes mostrar interés en lo que se dice y hacer contacto visual para demostrar
que realmente está prestando atención a lo que se dice.
7. Haz preguntas
Otra práctica que permite que la escucha activa sea efectiva es el hábito de hacer preguntas
durante el proceso de comunicación para asegurarse de que el mensaje haya sido entregado y
asimilado correctamente por el oyente.
Si eres el oyente, es interesante hacer preguntas durante el diálogo para recopilar aún más
información, estimulando una conversación cada vez más profunda.
El lenguaje corporal también es muy interesante para generar confianza. Hemos hablado sobre
observar el lenguaje del interlocutor.
Sin embargo, como oyente, también puedes usar esta función para mostrar tu interés en el
diálogo. Postura, tono de voz, expresiones y gestos pueden ser considerados.
Recuerda que cada persona tiene una experiencia y background diferente, por lo que
debemos tratar de ver las cosas desde esta otra perspectiva.
La escucha activa, por lo tanto, puede ayudar no solo a mejorar las relaciones internas dentro
de la empresa, sino también en los procesos de ventas, especialmente aquellos en los que el
cliente tiene contacto directo con el profesional de negocios.
Ahora que has llegado hasta aquí, ¿qué tal aprender sobre más sobre las habilidades de
comunicación? ¡Echa un vistazo a nuestro artículo sobre el tema!