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La ejecución instrumental como formadora integral del individuo

Por. Irene Solano Ramírez

En el área neuronal, está comprobado que la interpretación de un instrumento abre

conductos eléctricos que fortalecen la creatividad y el desempeño en general del individuo.

Al respecto Arias (2007) indica que “cuando un sonido excita nuestro oído se ponen en

marcha una serie de procesos mecánicos, químicos y bioeléctricos a lo largo de las

estructuras tan diversas como…tronco cerebral, tálamo, y diversas regiones corticales…”

(p.41). Dado que la ejecución instrumental desarrolla en los individuos conexiones

neurológicas, habilitando canales de enlace entre los dos hemisferios cerebrales. Soria y

otros (2011) indican que:

Al tocar un instrumento, e incluso al escuchar música, nuestro cerebro lleva a


cabo interacciones auditivomotoras durante la producción musical…Estas
interacciones pueden ser de dos tipos: la proalimentación y la retroalimentación…
El procesamiento neurocognitivo de la música supone una interacción de múltiples
funciones neuropsicológicas y emocionales, que tienen que actuar de forma
paralela para que se dé como se debe dar y el resultado sea el esperado…
intervienen distintas áreas cerebrales, no ya corticales, sino también de los
ganglios basales o el cerebelo (p 47-53).

Tocar un instrumento musical puede aumentar la memoria, estimula el cerebro

cambiando su forma y su poder, puede ser utilizado en la terapia para mejorar las

habilidades cognitivas.

 La ejecución instrumental requiere organización, administración del tiempo,

estimula las habilidades de equipo, la paciencia, la perseverancia y la concentración.

 Adicionalmente la interpretación fortalece la integración social, dado que el proceso

musical pocas veces se desarrolla en un ámbito privado, lo que genera la convivencia e

interpretación grupal.
El colegio de Psiquiatras de la Universidad de Vermont liderados por el doctor James

Hudziak ha realizado estudios con niños y ha llegado a comprobar que la práctica musical

enfocada en la ejecución instrumental genera beneficios tales como:

- Afecta positivamente a las neuronas de la región motora

- Ayuda a tratar desórdenes alimenticios

-Reduce la ansiedad y el estrés

-Fortalece el sistema inmunológico

-Facilita la cooperación y lazos afectivos entre las personas. (Shapiro, 2014)

Es de destacar en este punto la importancia de la aplicación de la materia por

profesionales en el campo, ya que es determinante en el logro de los objetivos, y de esta

manera permitirá alcanzar a los niños y adolescentes alcanzar un pleno desarrollo, en el

ámbito social, físico y psicológico, que como menciona Pérez (1999) “se requiere que el

maestro o la maestra especialista conozcan bien la técnica básica para que sus propias

interpretaciones sean correctas y la enseñanza a los niños no resulte contraproducente en el

proceso de su educación musical” (p.248-249).

Lo anterior lleva al planteamiento de la didáctica específica de la música, para la

obtención de todos los beneficios anteriormente citados, es decir, el aprendizaje de un

instrumento musical implica la implementación de una serie de estrategias que están todas

implícitamente involucradas en el proceso, se puede partir de las competencias musicales,

corporales, interpersonales, intrapersonales, entre otras, según lo expresa H. Gardner según

su teoría de las inteligencias múltiples, al mismo tiempo deben considerarse los principios

didácticos tales como, la adecuación, la espontaneidad, la actividad, la autocorrección, la

motivación, entre otros.


Jorquera (2002) menciona que “existen autores que sugieren una didáctica

instrumental basada en la gradualidad, en la descomposición de los aprendizajes en

elementos simples que se van acumulando” (p.2). Menciona el mismo autor a su vez, que

una misma técnica no es aplicable a todos los individuos dadas sus diferencias personales

tanto en físico como en la asimilación del conocimiento, por lo que el método debe irse

elaborando a partir de la música misma y del individuo que la estudia, tomando en cuenta el

aparato neuromuscular, que “contempla el cuerpo humano como un sistema en el cual todas

sus partes están interrelacionadas” (p.7).

McPherson (1996) propone la existencia de siete campos para desarrollar el talento

musical, dando por ende cabida a siete ámbitos de la didáctica de la música, entre ellos:

ejecución, interpretación, improvisación, composición, arreglos, análisis, apreciación,

dirección.

Mc Pherson y Gabrielsson (2002) al mismo tiempo sugieren que se evite el

aprendizaje de la lectoescritura musical simultáneamente con el manejo rudimentario del

instrumento, porque sería excesivo para el alumno y dependiendo de la edad es preferible

dominar la producción de sonido satisfactoriamente con pequeños pasajes musicales que

puedan ser transcritos posteriormente.

Suzuki,S. cerca de 1930 propuso de igual forma un acercamiento a la lectura y

escritura musical posterior al aprendizaje instrumental inicial. En esos mismos años los

pedagogos como Orff, C. y Dalcroze, E. sugerían igualmente el abordaje de la

lectoescritura posteriormente a las experiencias musicales, centradas en la vivencia misma

del movimiento, la audición, la creación, el canto y la ejecución instrumental.

Para una correcta didáctica de la ejecución instrumental se debe dar la

fragmentación del conocimiento en pequeñas partes para que lleguen a construir el todo de
la ejecución misma y se posterga el proceso de lectoescritura musical, como base para una

óptima ejecución.

El individuo en su totalidad es la suma de sus partes vinculadas en un centro

neurológico y muscular, por lo tanto, es necesario contemplar la inclusión de cada una de

ellas en el proceso particular y personalizado, cada individuo reaccionará al conocimiento

de forma diferente según sus experiencias previas en el que construye y se apropia de la

información brindada.

Por todo lo anterior es que se espera que el personal que imparta la materia, sea

realmente un profesional en la misma, para que puedan todos los individuos involucrados

en el proceso, obtener la larga lista de beneficios citados a lo largo del presente documento.

Bibliografía

Arias, M. (2007). Música y Neurología. Artículo Especial. Santiago de Compostela,


España.
Jorquera, C. (2002) ¿Existe una didáctica del instrumento musical?. En revista electrónica
Léeme Europea de música en la educación No9 Mayo 2002. España.
McPherson, G. E. - Gabrielsson, A. (2002), From Sound to Sign. En: Parncutt, R., &
McPherson, G. E. (Eds.), (2002). The science and psychology of music performance:
Creative strategies for music teaching and learning. New York, Oxford University
Press, pp. 99-115.
McPherson, G. E. (1996), Catering for the Musically Gifted and Talented. En: Canadian
Music Educator, 37, nº 3.

Pérez, M. (1999) Reflexiones sobre la técnica básica de la flauta dulce como instrumento
en educación musical. Salamanca, España.

Shapiro,C. (22 de Noviembre de 2014). The University of Vermont. Recuperado en 2016,


de http://www.uvm.edu/medicine/?Page=news&storyID=19874&category=comresne
Soria-Urios G, Duque P, GarcíaMoreno JM. Música y cerebro: fundamentos
neurocientíficos y trastornos musicales. Rev Neurol 2011; 52: 45-55.

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