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C-2846-2022

Foja: 1

FOJA: 53 .- .-

NOMENCLATURA : 1. [40]Sentencia
JUZGADO : 1 º Juzgado Civil de Concepci ón
CAUSA ROL : C-2846-2022
CARATULADO : BUSTOS/SERVICIO DE SALUD CONCEPCION

Concepci ón , siete de Marzo de dos mil veinticuatro

VISTO:
En folio 1, comparece David Vargas Aravena, abogado, domiciliado en Aníbal Pinto
N°215, oficina 607, comuna de Concepción, en representaci ón de ELBA ANGELINA
PANTOJA TORRES, labores de casa; B ÁRBARA ODILA RUBILAR ARRIAGADA ,
labores de casa, quien concurre por sí y en representación de sus hijos menores de edad
BENJAM ÍN ALEXANDER MU ÑOZ RUBILAR y RENATA PASCAL MU ÑOZ
RUBILAR, ambos estudiantes; y JOS É LEONARDO BUSTOS FUENTES , mecánico, todos
domiciliados en calle Hualqui N°642, Villa Rosendo, comuna de Hualpén, qui én interpone
DEMANDA EN JUICIO ORDINARIO DE INDEMNIZACI ÓN DE PERJUICIOS en
contra de SERVICIO DE SALUD CONCEPCI ÓN órgano público, representado para estos
efectos por don Boris Oportus Ortiz, Director del Hospital Regional de Concepción Dr.
Guillermo Grant Benavente, centro asistencial auto gestionado, o por la persona que le subrogue
o sustituya en el cargo, todos domiciliados en San Martín N°1436, comuna de Concepci ón, por
su responsabilidad por falta de servicio, por los antecedentes de hecho y de derecho que pasa a
exponer.
Funda su demanda en que todos sus mandantes componen la familia directa de don
Néstor Eduardo Muñoz Pantoja (Q.E.P.D.) fallecido el d ía 15 de julio de 2018 a las 16:00 horas,
por causa de un aneurisma disecante de la aorta torácica y abdominal, cuando tan solo ten ía 36
años de edad. En efecto, doña BÁRBARA ODILA RUBILAR ARRIAGADA y los menores
BENJAMÍN ALEXANDER MUÑOZ RUBILAR y RENATA PASCAL MU ÑOZ RUBILAR
son la pareja e hijos de don Néstor Muñoz respectivamente, do ña ELBA ANGELINA
PANTOJA TORRES es madre del difunto, y don JOS É LEONARDO BUSTOS FUENTES
era el padrastro de don Néstor Muñoz Pantoja desde que este ten ía cerca de 9 a ños
aproximadamente.
Refiere que con respecto a las circunstancias del fallecimiento de don N éstor Eduardo
Muñoz Pantoja, cabe señalar que con fecha 03 de junio de 2018, este acudi ó al servicio de
urgencias del Hospital Regional de Concepción Guillermo Grant Benavente, por un dolor
abdominal intenso, junto a dolor de pecho y espalda, encontr ándose hinchado. En el recinto
asistencial procedieron a suministrarle suero y, posteriormente le dieron el alta, a pesar de que se
encontraba con la presión muy alta.
Indica que el día 15 de julio de 2018, don Néstor Muñoz Pantoja experiment ó dolores
más intensos, manteniéndose hinchado y con náuseas, por lo que asiste al SAR Tucapel en horas
de la madrugada. Desde allí, don Néstor es derivado al Hospital Regional de Concepci ón

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Guillermo Grant Benavente, con un diagnóstico de pancreatitis aguda. En dicho recinto
hospitalario, se le suministra suero y medicamentos para aliviar el dolor, oportunidad en la cual
también se le realizan exámenes de sangre, señalándole que tenía los “leucocitos ” muy elevados.
Explica que posterior a ello, se le informó que solo sería tratado por el dolor abdominal,
para posteriormente ser dado de alta aproximadamente a las 13:00 horas. En raz ón de lo
anterior, don Néstor Muñoz Pantoja retornó a su domicilio, sufriendo un intenso dolor
abdominal que se vuelve insoportable. Un par de horas más tarde, don Néstor, quien se
encontraba acostado en su cama, se pone de pie rumbo al ba ño, con ganas de vomitar, momento
en el cual se desploma en el suelo, falleciendo a las 16:00 horas.
Añade que el certificado de defunción otorgado señala como causa de muerte de don
Néstor Muñoz Pantoja “Aneurisma disecante de la aorta torácica y abdominal”, cuesti ón que no
dice relación alguna con la supuesta “pancreatitis” con la cual ingres ó al Hospital Regional de
Concepción.
Afirma que conforme se dirá, su parte entiende que el trágico fallecimiento de don
Néstor Muñoz Pantoja, querido familiar de sus mandantes, se debi ó a una grave negligencia por
parte del equipo médico de la demandada, quien sencillamente no dio la atenci ón adecuada al
momento de ser requerido, lo que desencadenó que don Néstor terminara falleciendo en su
domicilio, apenas un par de horas después de haber sido de alta por la demandada. En raz ón de
ello, es que sus mandantes se sometieron al procedimiento de mediaci ón ante el Consejo de
Defensa del Estado, al cual se le asignó el Rol CONCE 2020-17105, y que culmin ó con fecha 07
de julio de 2021.
En cuanto a la responsabilidad, desarrolla el concepto de la responsabilidad del Estado
por falta de servicio, citando doctrina que estima pertinente, señalando que en el caso de autos,
es claro que el Servicio de Salud de Concepci ón, por medio del Hospital Regional de
Concepción Dr. Guillermo Grant Benavente, no prestó servicio alguno, o bien, prest ó un
funcionamiento tardío y/o defectuoso en relación al tratamiento administrado a don N éstor
Muñoz Pantoja.
Manifiesta que en primer lugar, su parte entiende que la demandada no prest ó servicio
alguno a don Néstor Muñoz Pantoja, por cuanto, pese a haber sido derivado del SAR Tucapel al
Hospital Regional de Concepción, con un diagnóstico de pancreatitis aguda, esta última no
prestó atención alguna tendiente a verificar dicho diagnóstico, a evaluar y examinar
adecuadamente al paciente, ordenando los exámenes correspondientes que le permitieran
concluir el diagnóstico el correcto, tratar el diagnóstico correcto, aunque hacemos presente que
no trataron ni el diagnóstico señalado por el SAR ni por ning ún otro, y solamente se limitaron a
suministrar suero y medicamentos para el dolor, ordenando el alta del enfermo el mismo d ía,
pese a que éste seguía con los mismos síntomas que habían motivado su consulta.
Agrega que como se advierte en el certificado de defunción, aparece como claro y
manifiesto que la demandada sencillamente ERRÓ EN EL DIAGN ÓSTICO del paciente,
cuestión que se desprende al conocer que la causa de muerte fue una “Aneurisma disecante de la
aorta torácica y abdominal”, esto es, un abultamiento de la arteria aorta que termina en un
desgarro de la misma, lo que causa una hemorragia mortal o muerte s úbita, como finalmente
ocurrió con el paciente. En este sentido, fue tal la falta de servicio en que incurri ó la demandada,
que don Néstor Muñoz Pantoja fue dado de alta, sin un diagn óstico cierto, ni mucho menos

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correcto, mientras aún sufría intensos dolores, para terminar los últimos momentos de su vida en
su domicilio, falleciendo sin haber recibido atenci ón de urgencia por parte de la demandada, y
sin que se hayan realizado los exámenes necesarios para diagnosticar y tratar debidamente al
paciente, en circunstancias que había concurrido al citado centro asistencial para ser
debidamente diagnóstico, evaluado y tratado ante los fuertes e intensos dolores que padec ía.
Relata que si la contraria sostiene que si prestó algún servicio (afirmaci ón que no
comparte), puede afirmar que, en caso de que se considere esta afirmaci ón como cierta, sin duda
este servicio fue claramente defectuoso y/o tardío, cuesti ón que emana claramente de los hechos
denunciados. Como ya se mencionó, don Néstor Muñoz Pantoja fue primero al SAR Tucapel,
en atención una serie de dolencias en el abdomen, hinchaz ón y nauseas, lugar en el cual fue
derivado de urgencias al Hospital Regional de Concepci ón Guillermo Grant Benavente,
institución en la cual fue recibido y en donde, además de los ex ámenes de sangre, solamente se le
suministraron analgésicos que buscaban aliviar el dolor, sin que se haya realizado ninguna otra
observación destinada a verificar o determinar el diagnóstico correcto, ni mucho menos fue
sometido al tratamiento médico adecuado en consideraci ón a la verdadera patolog ía que le
aquejaba. Es así como don Néstor Muñoz Pantoja, en una decisi ón incomprensible fue dado de
alta por dependientes del Hospital Regional de Concepci ón, con indicaciones de una serie de
analgésicos o relajantes, señalando que debía regresar en caso de coloraci ón amarillenta o si
habían “vómitos a repetición o si síntomas empeoran”. Lo anterior signific ó que don N éstor
Muñoz fue derivado a su domicilio, apresuradamente, sin un correcto diagn óstico ni un
tratamiento correcto, y sin solución alguna a sus dolencias, pese a que estas se manten ían, siendo
claramente una decisión negligente, y que significó que don N éstor falleciera un par de horas
más tarde en su domicilio.
Precisa que en este sentido, hay que enfatizar que, pese a que don N éstor Mu ñoz
presentaba sintomatología que daba luces relativas al aneurisma que estaba sufriendo desde el
momento en que fue recibido por la demandada, sin embargo, esta sencillamente no realiz ó los
exámenes necesarios para dar un diagnóstico certero, lo que se tradujo en la falta de tratamiento,
en la falta de un tratamiento adecuado y oportuno, servicio que habría evitado su muerte.
Destaca que en efecto, la literatura médica es clara y concluyente que con pacientes que
presentan sintomatología similar a la que presentaba don N éstor Mu ñoz Pantoja, lo
recomendable para realizar un adecuado y correcto diagnóstico es la monitorizaci ón permanente
de los signos vitales del paciente, acompañado con la realizaci ón de una tomografía
computarizada (llámese TAC o Scanner), monitorización permanente de los signos vitales y
exámenes que jamás se realizaron, y que habrían permitido a arribar al correcto diagn óstico, y
con ello, al correcto tratamiento, evitando con ello la muerte de don Néstor Mu ñoz Pantoja, de
tan solo 36 años de edad.
Expone que en este sentido, claramente hubo un actuar defectuoso y/o tard ío en la
demandada quien, no advirtió el verdadero estado de salud en que se encontraba el paciente y
ordenó su alta, cuando era evidente la grave condición de salud en la que se encontraba. As í,
salta a la vista que, si no hubiera sido dado de alta con tal premura, y si se hubiera prestado un
servicio dentro de lo esperable en una institución hospitalaria como la demandada, don N éstor
Muñoz Pantoja habría sobrevivido, en vez de terminar falleciendo en su domicilio, apenas tres
horas después de que la demandada ordenó el alta de su paciente.

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Indica que así, la responsabilidad del Servicio de Salud Concepci ón por los hechos
ocurridos al interior del Hospital Regional de Concepci ón Guillermo Grant Benavente, hacen
patente la responsabilidad por la falta de servicio en que incurri ó a la hora de tratar al paciente
don Néstor Muñoz Pantoja, quien prácticamente no recibi ó atenci ón a las dolencias y
complicaciones de salud que tenía, y fue dado de alta prematuramente, falleciendo un par de
horas después de que dejó el recinto hospitalario, en su domicilio, provocando un da ño
irreparable en su familia, lo que motiva la interposición de la presente demanda.
En cuanto a los fundamentos de derecho, reproduce el artículo 6 y 38 inciso 2 º de la
Constitución Política de la República; los artículos 4 y 44 de la Ley Org ánica Constitucional de
Bases Generales de la Administración del Estado Nº 18.575, y el art ículo 38 de la Ley 19.966
que establece un régimen de garantías de salud, citando doctrina que explica la responsabilidad
del Estado en materia sanitaria y cuales con sus caracter ísticas.
En cuanto a los daños y perjuicios, expone que el sensible fallecimiento de don N éstor
Muñoz Pantoja, ocurrida el 15 de julio de 2018, quien muri ó en su domicilio a las horas de
haber sido de alta por dependientes del Hospital Regional de Concepci ón, a la edad de 36 a ños,
sin un diagnóstico correcto, sin un tratamiento correcto, como se ha se ñalado latamente en su
presentación, ha provocado en su núcleo familiar, y particularmente en los demandantes un gran
dolor y sufrimiento. En este sentido, sus representados son todos v íctimas por repercusi ón o
rebote, institución que nuestro ordenamiento jurídico reconoce y que los legitima para reclamar
la reparación del daño causado.
Sostiene que en efecto sus representados son todos víctimas por repercusi ón o rebote,
institución que según nuestro ordenamiento jurídico es un da ño directo y aut ónomo, que se
produce con ocasión de un mismo hecho, pues como bien se ha se ñalado al respecto “puede
entenderse el daño por repercusión o rebote como el que nace a consecuencia del perjuicio
provocado a una víctima inicial de un hecho ilícito, y que afecta a personas diversas del sujeto
inmediatamente perjudicado. Aunque teóricamente podría pensarse en otras situaciones, el da ño
por repercusión o rebote se plantea, principalmente, en casos de lesiones corporales o muerte de
la víctima inicial, dado que junto al obvio perjuicio que sufre directamente el lesionado o
fallecido, acontece que su cónyuge, hijos o los otros sujetos que de él dependen o que con él se
relacionan, se ven perjudicados patrimonial o extrapatrimonialmente”. (Fabian Elorriaga De
Bonis; Del Daño por Repercusión o Rebote en Revista Chilena de Derecho, Volumen 26, N °2,
pp. 369-398, año 1999). 3.-
Expone que sobre el particular, es evidente que en calidad de familiares directos, sus
representados son víctimas inmediatas del hecho ilícito, toda vez que si bien es cierto que el
impacto esencial del suceso lesivo recayó directamente sobre la v íctima, quien falleci ó el d ía 15
de julio de 2018, con las irreparables consecuencias latamente descritas, no es menos cierto que
son sus representados quienes han sufrido un perjuicio directo a consecuencia del hecho il ícito, al
verse alcanzados en sus sentimientos, en su subsistencia, derivados del dolor y sufrimiento que
tienen que soportar con el fallecimiento de su amado padre, pareja e hijo.
Precisa que así, los hechos descritos precedentemente han causado un da ño
extrapatrimonial o moral el cual la Corte Suprema lo “ha concebido como el dolor, pesar o
molestia que sufre una persona en su sensibilidad f ísica, en sus sentimientos o afectos o en su
calidad de vida y cuya indemnización se identifica en general con la expresi ón latina pretium

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doloris o "precio del dolor" y haciendo una clasificaci ón elemental de los tipos de intereses
susceptibles de perjuicio moral comprende tanto los atributos de la personalidad, tales como el
honor o la honra, la intimidad o la propia imagen, cuya lesi ón involucra generalmente aspectos
patrimoniales y extrapatrimoniales, tales como el dolor corporal, los perjuicios est éticos o de
agrado; o cualquier deterioro del normal desarrollo de la vida familiar, afectiva o sexual; los
daños en la autoestima a consecuencia de lesiones o pérdida de miembros; y los llamados
perjuicios de afección, ocasionados por el sufrimiento o muerte de un ser querido e intereses
relacionados con la calidad de vida en general, constituidos por las molestias ocasionadas en
razón de la vecindad, tales como ruidos molestos, humos y malos olores; intereses relacionados
con la integridad física y psíquica afectan, asimismo, la calidad de vida de la v íctima" (Corte
Suprema, Rol 5857-06, 30 de junio de 2008, considerando vigésimo sexto).
Afirma que en el asunto de marras, y como ya se adelantó, el da ño extrapatrimonial o
moral que sus representados sufren con ocasi ón de los hechos que se imputan al demandado son
consecuencia con el hecho de tener que soportar, sufrir, la repentina e inesperada muerte de su
querido hijo, padre y pareja, quien era una persona joven, sin enfermedades, y con apenas 36
años de edad. En este sentido, el dolor, la angustia y la rabia se hacen a ún mas patentes e
insoportables por las circunstancias que rodearon el fallecimiento de su amado familiar, toda vez
que ellos están plenamente conscientes de que habiendo ido a urgencias a fin de que don N éstor
fuera debidamente tratado de sus afecciones, se encontr ó con una atenci ón deficiente, que ni
siquiera fue capaz de dar un diagnóstico correcto ni mucho menos un tratamiento que le hubiera
permitido sobrevivir, siendo dado de alta para morir con un dolor y sufrimientos insoportables,
recordando que don Néstor se encontraba acostado, sufriendo un intenso dolor, cuando a causa
de las náuseas se levanta de la cama para posteriormente desplomarse y fallecer en el suelo de su
casa.
Puntualiza que don Néstor Muñoz Pantoja siempre fue un buen padre y pareja, y un
hijo presente con sus padres, y su ausencia provocó un vaci ó y un dolor imborrable en quienes
compartían con él diariamente, además de haber sido el sostén del hogar, de sus hijos y de su
pareja.
Refiere que en consecuencia, cualquiera sea la postura que se siga en materia de da ños,
lo cierto y efectivo es que la responsabilidad de la demandada es la causa de la muerte de don
Néstor Muñoz Pantoja, ocasionando en su familia, y especialmente en los demandantes un da ño
extrapatrimonial o moral, que es un daño propio, y el cual escapa a la prueba directa de las
partes y su apreciación queda entregada al tribunal, pero, para los efectos procesales pertinentes,
sus representados reclaman una cantidad total de $650.000.000.-, suma que se desglosa en
$150.000.000.- para su pareja, doña BÁRBARA ODILA RUBILAR ARRIAGADA,
$150.000.000.- para cada uno de los hijos de don Néstor Muñoz Pantoja, demandantes en este
proceso, quienes actúan representados por su madre, para la madre del fallecido, do ña ELBA
ANGELINA PANTOJA TORRES, la suma de $100.000.000.- y para el padrastro de don
Néstor Muñoz, y que crio desde los nueve a ños junto a su madre, don JOS É LEONARDO
BUSTOS FUENTES, la suma de $100.000.000.-
Agrega que finalmente, al momento de resolver esta demanda, se deben tener
consideración reglas fundamentales que hoy en día tienen plena aplicaci ón a esta materia, como
son a saber: a) Que la reparación debe ser integral o completa, en virtud del “principio de la

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reparación integral del daño”, que se encuentra recogido positivamente entre nosotros en el
artículo 2314 del Código Civil y muy especialmente en el inciso 1o del art ículo 2329, cuando
habla de “todo daño” y, en este sentido la jurisprudencia sustentada por nuestra Excma. Corte
Suprema ha resuelto en reiteradas oportunidades que la reparaci ón debe ser completa, igual al
daño que se produjo, de tal forma que permita a la víctima reponer las cosas al estado en que se
hallaban antes de la comisión del delito que le afect ó; debiendo quedar su patrimonio como si el
daño no se hubiere producido. b) Que, al momento de resolver esta petici ón, se debe tener
presente que la jurisprudencia está tomando muy en cuenta para la determinaci ón del quantum
indemnizatorio por daño extrapatrimonial, las facultades económicas del demandado. Sobre esta
cuestión, señalamos que el demandado tiene capacidad suficiente para responder a las
indemnizaciones demandadas. c) Que conforme enseña Barros Bourie, las indemnizaciones por
daño moral se deben fijar sobre la base de la “justicia formal (que supone cierta homogeneidad
en las indemnizaciones reconocidas a las víctimas)”.
Concluye señalando que en mérito de lo expuesto y las normas legales que cita, solicita
tener por interpuesta demanda de indemnización de perjuicios extrapatrimoniales en contra del
SERVICIO DE SALUD CONCEPCI ÓN , representado para estos efectos por don Boris
Oportus Ortiz, Director del Hospital Regional de Concepción “Dr. Guillermo Grant
Benavente” o por la persona que le subrogue o sustituya en el cargo, centro asistencial auto
gestionado, ya individualizados, para que la acoja y en definitiva declare:
1.- Que se acoge demanda de indemnización de perjuicios interpuesta por su
responsabilidad por falta de servicio en contra del SERVICIO DE SALUD CONCEPCI ÓN ,
condenándola a pagar a título de daño moral o extrapatrimonial, las siguientes sumas:
a) Para doña ELBA ANGELINA PANTOJA TORRES y don JOS É LEONARDO
BUSTOS FUENTES, respectivos madre y padrastro del fallecido don N éstor Mu ñoz Pantoja, la
suma de $100.000.000.-, para cada uno de ellos, o bien, en subsidio, la suma menor que el
Tribunal, estime pertinente otorgarles conforme el mérito del proceso;
b) Para doña BÁRBARA ODILA RUBILAR ARRIAGADA, pareja y madre de los hijos
del fallecido Néstor Muñoz Pantoja, la suma de $150.000.000.-, o bien, en subsidio, la suma
menor que el Tribunal, estime pertinente otorgarles conforme el mérito del proceso;
c) Para BENJAMÍN ALEXANDER MUÑOZ RUBILAR y RENATA PASCAL
MUÑOZ RUBILAR, ambos hijos del fallecido Néstor Muñoz Pantoja, la suma de
$150.000.000.-, para cada uno de ellos, o bien, en subsidio, la suma menor que el Tribunal,
estime pertinente otorgarles conforme el mérito del proceso.
2.- Que todas las sumas de dinero reclamadas en el número anterior, se paguen a título
de indemnización de perjuicios extrapatrimoniales, por su responsabilidad por falta de servicio.
3.- Que todas las sumas de dinero antes indicadas se deberán reajustar de acuerdo a la
variación que experimente el Índice de Precios al Consumidor, entre la fecha de acaecidos los
hechos que motivan esta presentación, o desde la fecha de la sentencia, o desde la fecha que el
Tribunal determine, y el pago efectivo de lo ordenado, y gravarse con intereses corrientes para
operaciones reajustables desde la fecha de ejecutoriada la sentencia que acoja la demanda, o en
subsidio deberán reajustarse en la forma y condiciones que señale el tribunal, m ás intereses que
estime procedente en derecho.
4.- Que la demandada sea condenada expresamente en costas.

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En folio 6, rola notificación de la demanda del demandado Servicio de Salud
Concepción, de conformidad al artículo 44 del Código de Procedimiento Civil.
En folio 11, el abogado Bernardo Intveen Fern ández en representación del
demandado SERVICIO DE SALUD CONCEPCI ÓN , contestó la demanda, pidiendo
rechazarla en todas sus partes, con costas, por los antecedentes que expone.
En su apartado A, relativa a antecedentes de hecho, expone lo siguiente.
Funda su contestación señalando que, salvo los hechos que se exponen a continuaci ón, se
niegan todos y cada uno de los supuestos hechos relatados mediante el libelo de antecedente;
Néstor Eduardo Muñoz Pantoja, paciente de 36 años de edad a la fecha de su fallecimiento, sin
antecedentes mórbidos; inicialmente evaluado el día 3 de junio de 2018 por SAPU, desde donde
es derivado a Hospital Clínico Regional Dr. Guillermo Grant Benavente (en adelante HGGB)
con diagnóstico de cólico biliar, siendo evaluado en dicho centro asistencial y dado de alta con el
diagnóstico señalado.
Explica que ingresa nuevamente al Servicio del Urgencia del HGGB el d ía 15 de julio de
2018, derivado desde SAR Tucapel, por sospecha de pancreatitis aguda, presentando cuadro
clínico caracterizado por dolor abdominal de predominio epigástrico, irradiado a dorso y
acompañado de vómitos, posterior a transgresión alimentaria.
Añade que ingresa con tensión sanguínea normal, sin fiebre, sin taquicardia, sin
taquipnea, normoperfundido, con abdomen algo distendido, depresible, sensible en epigastrio, sin
signos de irritación peritoneal, bloomberg negativo, puño percusión negativo, murphy negativo,
mayo robson negativo, con ruidos hidroaéreos normales y sin otros hallazgos significativos.
Explica que se efectúa estudio en búsqueda y descarte de patolog ías que se pueden
manifestar con este cuadro clínico, esto es: - Pancreatitis aguda: por medio de la realizaci ón de
enzimas pancreáticas amilasa y lipasa, las cuales se verifican dentro de rangos aceptados. Para
realizar diagnóstico de pancreatitis aguda deben elevarse al menos tres veces su valor normal. 1
página 48 de 185 - Perfil hepático: parámetros inflamatorios, troponina, ck total y ck mb, con lo
cual se descarta hepatitis, patología inflamatoria infecciosa e infarto agudo al miocardio.
Apunta que de este modo, el HGGB realizo un estudio por dolor de hemiabdomen
superior, ampliando búsqueda de pancreatitis aguda a patología biliar, patolog ía infecciosa
inflamatoria y patología coronaria; siendo descartados a través de exámenes de laboratorio.
Agrega que ahora bien, en mérito del diagnóstico de ingreso se ñalado por medio de SAR
Tucapel, en HGGB se dio atención conforme a dicha condici ón, pues dentro de estudio se
determinó enzimas pancreáticas amilasa y lipasa fuera de rango para diagnosticar una
pancreatitis aguda.
Destaca que, en todas las evacuaciones recibidas por parte del personal m édico, el cuadro
clínico estuvo enfocado en las patologías que provocan dolor en hemiabdomen superior, siendo
descartadas por medio de exámenes de laboratorio, sin existir historia de dolor tor ácico
consignada.
Menciona que del mismo modo, hay que resaltar que dicha evaluaci ón se realizo en
consideración a la edad y condición de base del paciente, la cual no se condice con la causa de
muerte del mismo; toda vez que aquella puede tener multiplicidad de síntomas los cuales, en el
caso en particular, se presentaron de una forma que no permiti ó considerar la opci ón de un
desenlace como la lamentable causa de fallecimiento del paciente.

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Explica que así también es necesario comprender que, considerando que el ingreso del
paciente al HGGB fue una derivación con sospecha de pancreatitis aguda, como primer
propósito dicho ingreso tenía el determinar la pertinencia de dicho diagnostico; el cual por medio
de diversos exámenes practicados finalmente fue desechado.
Manifiesta que en línea con aquello, resulta concerniente poner en relieve el hecho de
que una disección aórtica (aneurisma disecante de la aorta torácica y abdominal) es una
patología que generalmente se ve asociada a una poblaci ón mayor a los 50 a ños de edad, siendo
solo una causa excepcionalísima de muerte súbita en jóvenes, puesto que este último grupo etario
presenta características clinicopatológicas diferentes que los mayores, con factores de riesgo
inusuales y presentación atípica.
Indica que a la vez, es menester mencionar que en evaluaci ón efectuada el d ía 3 de junio
de 2018 paciente ingresa con sospecha de cólico biliar y luego, el 15 de julio del mismo a ño,
aquel ingresa con sospecha de pancreatitis aguda, existiendo un mes y medio entre la primera y
segunda consulta, lo que hace poco probable suponer la existencia de una patolog ía aguda grave,
más aún si en la segunda oportunidad el paciente presentaba signos vitales normales y sin signos
de abdomen agudo, lo cual justifica que dicha atenci ón se haya realizado en base al motivo de la
misma.
Añade que en resumen, fueron practicados los exámenes atingentes al caso (enti éndase
enzimas pancreáticas amilasa y lipasa), los cuales dieron resultados normales (esto es bajo tres
veces su valor normal, que es lo que se requiere para confirmar diagnostico).
Adiciona que en cuanto a la eventualidad de práctica de estudio con im ágenes,
particularmente TAC de abdomen y pelvis con contraste, la practica indica que el mismo debe
ser realizado 48 horas después de confirmar un diagnóstico por medio de examen cl ínico m ás
laboratorio, y antes solo en caso que paciente presente signos de shock (hipotensi ón o mala
perfusión clínica) o abdomen con signos de irritación peritoneal, lo cual no fue del caso.
Explica que en conclusión contrario a la versión que pretende imponer el demandante, el
presente centro de salud si brindo un efectivo servicio al caso e hizo todo lo que estuvo a su
disposición a objeto de responder adecuadamente y dentro de lo posible a una situaci ón de
incertidumbre absoluta, cuyo ingreso fue errado en su informaci ón y con un lamentable e
inesperado desenlace que, conforme ya se explicó respecto de las caracter ísticas del paciente y de
la dolencia en sí, en ningún caso fue obra del servicio prestado en su momento.
En cuanto a los fundamentos de derecho, señala que no hay falta de servicio citando el
artículo 38 de la Ley 19.996; que es el demandante a qui én le corresponde acreditar la eventual
falta de servicio o daño se produjo por la acción u omisión de la parte demandada; que prueba
de la inexistencia de los supuestos que motivan la presente acci ón es que conforme a los
antecedentes de la misma se deja en claro la pr áctica de m últiples ex ámenes tendientes a verificar
el diagnostico derivación, los cuales a su vez descartaron el mismo y urgencia de alg ún otro; que
la presente acción se enmarca dentro de la prestación de una obligaci ón de medios, dejando en
claro desde ya que la misma no permite asegurar resultado alguno, a pesar del debido
cumplimiento de todos los procedimientos que al caso se requiera.
Expone que la falta de servicio fue concebida por el legislador como una concepci ón
subjetiva de responsabilidad o una responsabilidad objetiva atenuada, y que quien pretenda ser
indemnizado por una supuesta falta de servicio, deberá probarla, acreditando que existi ó un mal

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funcionamiento del servicio de que se trate, o que faltó un servicio y que de esa falta de servicio
se originó un daño.
Manifiesta que en doctrina la obligación médica en general son obligaciones de medios y
no de resultados; que la obligación médica sea una obligaci ón en general de medios y no de
resultados, trae como necesaria consecuencia que el profesional m édico no est á directamente
obligado a sanar al paciente, sino a desplegar todos los medios en direcci ón a ese fin y en esa
actuación se encuentra obligado a actuar diligentemente, y será de cargo del demandante
acreditar aquella falta de diligencia.
Indica que la necesidad no solo de invocar, sino que tambi én de acreditar la falta de
servicio que se alega como consecuencia del daño sufrido, est á estrictamente ligada con el
carácter subjetivo de este tipo de responsabilidad administrativa. En efecto, se requiere que no se
preste el servicio debido, que se preste tardíamente o en forma defectuosa y, adem ás, que se
acredite por el demandante, que ese servicio no se prest ó, que se prest ó tard íamente, o en forma
defectuosa. Además, la falta de servicio es un concepto relativo, ya que habr á que estarse en cada
caso a la situación particular del respectivo servicio público para analizarla.
La tesis antes señalada ha sido reafirmada por la jurisprudencia de nuestros tribunales
de justicia y que el hecho de que evidentemente nos encontremos ante una obligaci ón de medios,
hace necesario dar cuenta que conforme a los hechos antecedentes del caso se actu ó conforme el
mismo lo requería y de acuerdo a las condiciones del momento, teniendo claro en este último
tema que el contexto de las características del paciente en cuesti ón. De lo anterior se puede
concluir que el demandante, que pretende en su demanda ser indemnizado por una supuesta
falta de servicio, deberá probarla, acreditando fehacientemente la existencia de la misma.
Añade que la Corte Suprema ha establecido que para que exista responsabilidad del
Estado debe acreditarse además del daño y la falta de servicio, la relaci ón causal entre ambas; lo
anteriormente expuesto se ve relacionado con la presente causa toda vez que, al no demostrarse
la existencia de una falta de servicio, difícilmente se puede dar un nexo causal entre algo
inexistente y el resultado reclamado y que de este modo se debe entender que la correcta
aplicación de procedimientos tendientes a averiguar un diagnóstico preciso, el cual de acuerdo a
lo ya amplia y reiteradamente expuesto, resulto esquivo en cuanto a las sospechas de ingreso y
las inherentes condiciones del paciente, no puede derivar en una relaci ón de causalidad con el
desenlace ocurrido.
En cuanto a los daños demandados, en el evento poco probable que el Tribunal estime
que su representada ha incurrido en una falta de servicio, nos pronunciaremos respecto a los
daños demandados. En cuanto al daño moral que demandan los actores, como todo da ño, este
debe acreditarse, dictando doctrina al efecto; estima que eliminar la exigencia probatoria
equivale a desplazar la atención de la reparaci ón del perjuicio a la conducta da ñosa; lo que viene
evidentemente a exaltar la función punitiva de la indemnizaci ón, la que, como el Tribunal bien
lo sabe, se pretende excluida de nuestro sistema de responsabilidad.
Expone que en cuanto a la indemnización, hace presente dos puntos.
En primer lugar, la reparación, en el caso de ser procedente, debe ser ante todo justa.
Justicia conforme a la primera acepción que se contiene en el Diccionario de la Real Academia
de la Lengua, consiste en una virtud que inclina a dar a cada uno lo que le pertenece. Es decir,
en el evento de que se pueda estimar que la contraria tiene derecho a indemnizaci ón, ella en

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todo caso debe ser justa; o, en otras palabras, debe d ársele lo que le pertenece. Ella no puede ser
arbitraria, es decir, no puede quedar al capricho como parece estimarlo la demandante, puesto
que señala los montos sólo por indicarlos, pero sin dar mayor justificaci ón respecto de los mismos
ni del porque estima cada uno de ellos respecto de cada demandante.
En segundo lugar, debe tenerse a la vista el Artículo 41 de la Ley 19.966, que establece
que “La indemnización por el daño moral será fijada por el juez considerando la gravedad del
daño y la modificación de las condiciones de existencia del afectado con el da ño producido,
atendiendo su edad y condiciones físicas”. Esto implica que, en el evento poco probable en que
el Tribunal crea procedente una indemnización, al determinar el monto de la misma, deber á
tener en consideración principalmente la gravedad del daño sufrido por el demandante, con el
objeto de otorgar una indemnización justa. Es el principio de justicia el que va envuelto en este
precepto legal.
Lo anterior trae consigo necesariamente el problema de la prueba en relaci ón a este
daño, ya que éste debe ser cierto, no pudiendo darse por establecido por la sola indicaci ón del
mismo en el escrito de la demanda. Y solo una vez que se ha acreditado, procede la aplicaci ón
del art. 41 ya indicado. La ausencia de exigencia probatoria implica un golpe a la justicia y a la
seguridad jurídica.
En subsidio de lo anterior, resulta que si el Tribunal estima que se priv ó de una
oportunidad, el monto indemnizatorio debe ser reducido de manera significativa, pues s ólo se
estaría concluyendo eso: que se privó de una oportunidad citando jurisprudencia, y que lo
señalado se condice con la motivación de la presente acci ón, toda vez que el planteamiento de la
misma se enfoca bajo los supuestos señalados por la contraparte en cuanto a dar a entender la
existencia de una perdida de chance que habría generado el desenlace ya tratado.
Concluye señalando que en mérito de lo expuesto y las normas legales que cita, solicita
tener por contestada la demanda y, en definitiva, rechazarla en todas sus partes, con expresa
condena en costas; o, en subsidio, reducir sustancialmente el monto de la indemnizaci ón a la
suma que el Tribunal estime ajustada a derecho.
En folio 13, se replicó.
En folio 15, se duplicó.
En folio 23, se certificó haber llamado a las partes a conciliaci ón, no pudiendo celebrarse
audiencia por haber concurrido sólo el abogado de la parte demandante.
En folio 24, se recibió la causa a prueba, rindiéndose la que consta en autos.
En folio 53, se citó a las partes para oír sentencia.
En folio 56, se decretó medida para mejor resolver, la cual se tuvo por no cumplida en
resolución de folio 58 entrando los autos para fallo.
CON LO RELACIONADO Y CONSIDERANDO.
1 °.- Que, de acuerdo a lo consignado en lo expositivo precedente, los actores (B árbara
Odila Rubilar Arriagada, Renata Pascal Muñoz Rubilar, Benjamín Alexander Mu ñoz Rubilar,
Elba Angelina Pantoja Torres y José Leonardo Bustos Fuentes) accionan en contra del Servicio
de Salud demandado para que éste les indemnice el da ño moral que se les ha causado con
motivo de la falta de servicio en que se habría incurrido producto de una deficiente atenci ón
respecto de don Néstor Eduardo Muñoz Pantoja ocurrida el día 15 de julio de 2018, qui én
ingresó con una sospecha de pancreatitis aguda a la Urgencia y luego de practicarle ex ámenes

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físicos y de laboratorio y suministrarle medicamentos, le dieron el alta m édica lo que produjo
que éste falleciera a las 16:00 horas de ese mismo día con una causa de muerte de aneurisma
disecante de la aorta torácica y abdominal.
2 °.- Que, el Servicio de Salud demandado reconoce que el día 15 de julio de 2018 el
paciente Néstor Eduardo Muñoz Pantoja ingresó a la Urgencia del Hospital Regional de
Concepción derivado del SAR Tucapel por sospecha de pancreatitis aguda y que luego de
practicarle exámenes atingentes a la referida patología dicho diagn óstico fue desechado por lo
que se le dio el alta médico ese mismo día, alegando que no era posible precaver que dicho
paciente tuviera una disección aórtica porque se trata de una patolog ía excepcional ísima con
factores de riesgos inusuales y presentación atípica.
3 °.- Que, conforme a lo expresado, son hechos pacíficos de la causa y establecidos en
autos, que don Néstor Eduardo Muñoz Pantoja, ingresó a la Urgencia del Hospital Regional de
esta ciudad el 15 de julio de 2018, derivada del SAR Tucapel, por sospecha de pancreatitis
aguda y que luego de practicarle exámenes atingentes dicho diagnóstico fue desechado, por lo
que luego de practicarle exámenes físicos y de laboratorio y suministrarle medicamentos para el
dolor, le dieron el alta médica ese mismo día 15 de julio de 2018.
Igualmente, no existe controversia entre las partes respecto de la calidad de órgano de la
Administración del Estado que tiene el Servicio de Salud Concepci ón y del cual dependen, a su
vez, el Hospital Clínico Regional Guillermo Grant Benavente de Concepci ón y, por ende, la
sujeción de éste a las normas que se contienen en la Ley 18.575 Org ánica Constitucional de
Bases Generales de la Administración del Estado.
Del hecho de la defunción, da cuenta también el certificado de defunci ón acompa ñado a
folio 1, con citación y sin que fuera objetado, que señala que el 15 de julio de 2018 a las 16:00
horas falleció don Néstor Eduardo Muñoz Pantoja, siendo la causa de muerte establecida un
aneurisma disecante de la aorta torácica y abdominal.
4 °.- Que, así las cosas, conforme a la responsabilidad que se pretende hacer efectiva en
estos autos, debemos señalar que se invoca la falta de servicio que se imputa a un órgano de la
Administración del Estado, en este caso, un Servicio de Salud, la que con evidencia tiene su
basamento en el artículo 38 de nuestra Constituci ón Política de la Rep ública, cuando en su
inciso 2° dispone que cualquier persona que sea lesionada en sus derechos por la Administraci ón
del Estado, de sus órganos o de las municipalidades, podr á reclamar ante los tribunales que
determine la ley, sin perjuicio de la responsabilidad que pudiere afectar al funcionario que
hubiere causado daño.
A su turno, el sistema de responsabilidad legal de la Administración se encuentra
estructurado en los artículos 4 y 44 de la Ley 18.575, Orgánica Constitucional de Bases de la
Administración del Estado, que establecen respectivamente y en lo que importa, que el Estado
será responsable por los daños que causen los órganos de la Administraci ón en el ejercicio de sus
funciones, siendo los órganos de la administración responsables del da ño que causen por la falta
de servicio.
Por su parte, la responsabilidad de los órganos públicos en materia sanitaria, se regula a
través de la Ley 19.966 que establece un Régimen de Garantías en Salud, la que en su artículo
38 dispone que los órganos de la Administración del Estado, en materia sanitaria, ser án
responsables de los daños que causen a particulares, por falta de servicio. El particular deber á

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acreditar que el daño se produjo por la acción u omisi ón del órgano, mediando dicha falta de
servicio; se agrega que los órganos de la Administración del Estado pueden repetir en contra del
funcionario en cuanto éste hubiere actuado con imprudencia temeraria o dolo en el ejercicio de
sus funciones. Luego, su artículo 41, en el inciso 1 °, establece que la indemnizaci ón por da ño
moral será fijada por el juez considerando la gravedad del da ño y la modificaci ón de las
condiciones de existencia del afectado con el daño producido, atendiendo su edad y condiciones
físicas; añadiendo, en su inciso 2°, que no serán indemnizables los da ños que se deriven de
hechos o circunstancias que no se hubieren podido prever o evitar seg ún el estado de los
conocimientos de la ciencia o de la técnica existentes en el momento de producirse aqu éllos.
5 °.- Que dentro de la normativa aplicable en materia sanitaria, no debemos olvidar la
Ley 20.584 que regula los derechos y deberes que tienen las personas en relaci ón a las acciones
vinculadas a su atención de salud; así, el artículo 2, dispone que toda persona tiene derecho,
cualquiera sea el prestador que ejecute las acciones de promoci ón, protecci ón y recuperaci ón de
su salud y de su rehabilitación, a que ellas sean dadas oportunamente y sin discriminaci ón
arbitraria, en las formas y condiciones que determinan la Constituci ón y las leyes.
6 °.- Que, de consiguiente, en base a tal normativa es que deberán mirarse los hechos de
la causa; considerando que el legislador no ha definido lo que debe entenderse por falta de
servicio; en tanto, la doctrina y la jurisprudencia han dicho que existe falta de servicio cada vez
que un servicio no funciona cuando la normativa legal le impone el deber de hacerlo, o lo hace
en forma deficiente, y de ello se sigue un da o a los particulares usuarios ñ del servicio p úblico.
La falta de servicio supone un juicio de valor acerca del nivel y calidad del servicio que
era exigible al momento en que se produce la falta que se pretende atribuir, apreciado sobre un
modelo estándar, en abstracto, pero en concreto, tomando en consideraci ón las particularidades
de cada organismo administrativo; lo que se traduce en que para verificar la existencia de la falta
de servicio se requiere que nos encontremos frente a un principio de normalidad de la actuaci ón
del órgano que se cuestiona; en efecto, si estamos frente a una situaci ón de anormalidad el juicio
de reproche no tiene parámetro para hacerse efectivo, pues no existe con qu é o sobre qu é
confrontar el juicio de valor. La falta de servicio debe apreciarse conforme a la capacidad
instalada y de acuerdo con los medios humanos y materiales existentes en el momento de que se
trate.
Asimismo, la falta de servicio supone un comportamiento que se aprecia sobre un modelo
estándar. De modo que quien pretenda ser indemnizado deberá acreditar en juicio la falta de
actividad o comportamiento defectuoso del órgano administrativo y que el hecho da ñoso es
consecuencia directa del mal funcionamiento del órgano. Sobre el particular, la doctrina nacional
ha sostenido: “la falta de servicio exige calificar de defectuoso el funcionamiento del servicio
público. Y esa calificación supone comparar el servicio efectivamente prestado con el que se
debió ejecutar por el municipio u otro órgano de la Administraci ón del Estado ”. “La
responsabilidad por falta de servicio supone un juicio de valor acerca del nivel y calidad del
servicio que era exigible del municipio o del órgano de la administraci ón” (Barros Bourie,
Enrique; Tratado de Responsabilidad Extracontractual, segunda edici ón actualizada, p. 508).
De esta manera, podemos señalar que el legislador al establecer la responsabilidad por
falta de servicio – la falta que existe cuando la organizaci ón pública ha funcionado mal, o sea,
cuando el daño es causado por una acción positiva; o cuando no ha funcionado, vale decir,

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cuando el daño se ha cometido por omisión; o cuando existe un deber de actuar y se ha actuado
tardíamente, esto es, cuando el daño es cometido por una falta de diligencia funcional, aun
cuando el actuar de la administración, no obstante lícito, crea un riesgo a los particulares que no
están obligados a soportar– hace desaparecer el elemento tradicional de dolo o culpa del
funcionario para los efectos de la determinaci ón de la responsabilidad de la administraci ón, y por
ello se dice que la responsabilidad se objetiviza y se transforma en responsabilidad directa de la
administración cuando ésta no actúa en la forma que prescribe la ley; lo anterior no significa que
la responsabilidad sea objetiva, ya que en todo caso debe probarse la circunstancia que se alega
derivada del funcionamiento anormal del servicio.
En consecuencia, la responsabilidad por falta de servicio requiere: a) falta o disfunción
del servicio que el demandado debe prestar; b) existencia de da ño o perjuicios ocasionados a la
víctima; c) relación de causalidad entre la actividad o inactividad del servicio demandado y los
daños; elementos que deben ser probados por quien los alega, conforme a lo dispuesto en el
artículo 1.698 del Código Civil.
7 °.- Que, con el mérito de los documentos públicos agregados por la parte demandante
en folio 1, acompañados con citación y sin objeción de contrario, consistente en certificado de
nacimiento de don Néstor Muñoz Pantoja, se encuentra acreditado que la demandante Elba
Pantoja Torres es su madre; que con los certificados de nacimiento de Renata Mu ñoz Rubilar y
Benjamín Muñoz Rubilar se encuentra acreditado que ambos son hijos del fallecido; con el
certificado de matrimonio de doña Elba Pantoja Torres se encuentra acreditado que el
demandante José Leonardo Bustos Fuentes es su cónyuge y en consecuencia padrastro del
fallecido Néstor Muñoz Pantoja.
Asimismo, de los certificados de nacimientos de los dos hijos del fallecido unido a las
declaraciones contestes de los testigos rendida en folio 49 por la demandante, quienes dieron
suficiente razón de sus dichos, se puede establecer que la demandante B árbara Rubilar Arriagada
era la concubina del fallecido y madre de sus dos hijos.-
De este modo se encuentra debidamente comprobada en los autos la legitimaci ón activa
de los comparecientes para accionar de indemnización de perjuicios en contra del servicio
demandado.
8 °.- Que, así las cosas, el hecho fundante de la falta de servicio que alegan los actores
consiste en que el personal médico del Hospital Guillermo Grant Benavente de Concepci ón que
atendió a don Néstor Eduardo Muñoz Pantoja, no actuó con la debida diligencia y cuidado dado
que una vez descartado la hipótesis diagnóstica de pancreatitis aguda no realizaron ex ámenes que
pudieran detectar que el paciente tenía una disecci ón aórtica, dándosele el alta m édica y
fallecimiento a las pocas horas de ese mismo día.
9 °.- Que, con el objeto de justificar la falta de servicio que alega, la parte demandante
acompañó en forma legal y sin que fuera objetada, en folio 46, la siguiente documental:
- Comprobante de atenci ón de urgencia DAU N ° 70575/2018 , con fecha
de ingreso 3 de junio de 2018, a las 11:50 horas, respecto de atenci ón
practicada a don Néstor Eduardo Muñoz Pantoja en el Hospital Regional de
Concepción: En dicha atención se destaca que el paciente fue tra ído por
ambulancia por SAM por cólico biliar, que tenía una presión elevada (181/99
mmHG); describe en la anamnesis paciente consulta por dolor abdominal

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cólico eva 10 en hemiabdomen superior (desde ambas fosas lumbares irradia
hacia anterior) iniciado hace 12 horas, asociado a n áuseas y v ómitos, sin
diarrea; al examen físico presenta Glasgow 15, hemodinamia estable, sin
dificultad respiratoria, abdomen blando, pero distendido (++), doloroso a la
palpación en fid, sin blomberg; se administra metamizol, ketoprofeno, sodio
cloruro, omeprazol y se realizan distintos exámenes de sangre; se dan como
indicaciones al alta Hidratación Abundante, Ketoprofeno 1 comp c/12 horas
VO por 5 días, control en su consultorio, control urgencias SOS, con
hipótesis diagnóstica cólico renal y con término de la atención el 3 de junio de
2018 a las 17:27:48 horas.-
- Comprobante de atenci ón de urgencia DAU N ° 91111/2018 , con fecha
de ingreso 15 de julio de 2018, a las 06:08 horas, respecto de atenci ón
practicada a don Néstor Eduardo Muñoz Pantoja en el Hospital Regional de
Concepción; En dicha atención se destaca que el paciente fue traído en
ambulancia derivado desde SAR Tucapel, por posible pancreatitis aguda, sin
alcohol y con antecedentes de presión alta; describe en anamnesis sin
antecedentes mórbidos, sin alergias medicamentosas, dolor abdominal de
predominio epigástrico con irradiación dorsal más vómitos, posterior a
transgresión alimentaria; al examen físico presenta mucosas secas,
normoperfundido, ancitérico, RR2T N/A/S, MP (+), hasta bases, sin ruidos
agregados, abdomen algo distendido, depresible, sensible en epigastrio, signos
de irritación peritoneal (-), bloomberg (-), puño percusión (-), Murphy (-),
mayo robson (-), RHA (+) normal, restos sin hallazgos significativos; se
administra fentanilo, sodio cloruro, ketoprofeno, metoclopramida, suero,
metamizol y se realizan distintos exámenes de sangre; en la evoluci ón se
consigna que tiene como antecedentes mórbidos presión alta, crisis
pánico/paranoide, que el paciente refiere que dolor abdominal no ha cedido,
que destaca en los exámenes Leucocitos 17150 y el resto sin alteraciones, que
los exámenes de laboratorio presenta parámetros inflamatorios bajos, lipasa
baja; se dan como indicaciones al alta ciclobenzaprina 10 mg, 1 por noche
por 7 días, ketoprofeno 50 mg, 1 c/8 por 3 a 5 d ías, paracetamol 500 mg, 2
c/8 por 3 a 5 días, viadil compuesto 40 gotas en caso de cólicos (m áximo 3
veces en el día) e urgencia en caso de coloración amarillenta, v ómitos a
repetición o si síntomas empeoras; con hipótesis diagnóstica dolor abdominal
y con término de la atención el 15 de julio de 2018 a las 13:27:42 horas.-
- Ex ámenes de sangre practicados con fecha 15 de julio de 2018 el
Laboratorio Cl ínico del Hospital Regional de Concepci ón respecto al
paciente Nestor Eduardo Mu ñoz Pantoja , donde se indica en el
Hemograma, en lo que interesa, que el recuento de Leucocitos tiene resultado

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17.15, siendo la unidad de medida X10e3/uL y con valor de referencia 4.0 –
10.0.
- Certificado de defunci ón de don N éstor Eduardo Mu ñoz Pantoja , en
que se indica que nació el 26 de diciembre de 1981 y que falleci ó el 15 de
julio de 2018 a las 16:00 horas (con una edad de 36 a ños), y que la causa de
muerte fue aneurisma disecante de la aorta torácica y abdominal.
10 °.- Que, además, la demandante rindió la testimonial de folio 49 consistente en las
declaraciones de los testigos Olivia Celina del Carmen Cofre Guajardo, M ónica Cecilia
Pradena Iturra y Diego German Mora Espinoza, quienes legalmente examinados e
interrogados en forma legal, sin tacha, expusieron lo siguiente.
El primer testigo declara al punto uno de prueba “Ocurrió una negligencia, ya que el
hijo de mi vecina Néstor Muñoz Pantoja. El tenía un dolor en el pecho, y fue al hospital
Regional el día 3 de Junio del 2018. Lo atendieron, le dieron calmantes y lo mandaron para la
casa. Pasadito el tiempo se sintió mal, y el día 15 de Julio en la madrugada, él volvi ó a ir al SAR
de Tucapel, porque seguía con dolor en el pecho, en la espalda y su hinchaz ón. Del SAR lo
mandaron al hospital regional, con un diagnóstico de pancreatitis aguda. All á en el hospital, lo
vieron, le colocaron suero, le hicieron un examen de sangre, sus leucocitos estaban alterados, y
después lo mandaron de alta para la casa. El se volvi ó a sentir mal ese mismo d ía, en su casa, y
volvió a ir de nuevo al Hospital Regional, y no le encontraron nada, y luego se volvi ó a su casa,
siguió con dolor en el pecho, se recostó y él fue al ba ño porque tenía nauseas, y se desplom ó en
el baño y falleció. Esto lo sé y me consta porque soy vecina de Angelina Pantoja, madre de
Néstor, y ella me contó lo que pasó con su hijo”.
Repreguntada para que diga si conoció a don Néstor Muñoz Pantoja y en que
circunstancia., responde “Yo lo conocí, porque yo iba a ver siempre a su mamá”.
Repreguntada para que diga cuándo fue la última vez que vio a don N éstor Mu ñoz
Pantoja, responde “Lo vi el viernes 13 de Julio del 2018”.
Repreguntada para que diga como lo vio, responde “Él fue a ver a su madre, y me fue a
comprar a mi negocio una máquina de afeitar, porque se iba a aba ñar en la casa de su mam á.
Yo lo vi de ánimo bien, muy chistoso conmigo, me quería mucho”.
Repreguntada para que diga si sabe o recuerda la edad que ten ía don N éstor Mu ñoz
Pantoja, al momento de su fallecimiento, responde “36 años”.
Repreguntada para que diga si sabe o conoce si la causa de fallecimiento de don N éstor
Muñoz fue por pancreatitis aguda, responde “No lo sé”.
Repreguntada para que diga si el Hospital Regional de Concepci ón prest ó la atenci ón
debida a don Néstor Muños Pantoja cuando fue derivado del SAR de Tucapel, el d ía 15 de Julio
del 2018, responde “No fue bien hecha la atenci ón, fue una negligencia porque debieran haberle
hecho exámenes y comprobar que era lo que realmente tenía”.
Repreguntada para que precise si don Néstor Muñoz Pantoja falleci ó el mismo d ía que
fue dado de alta, responde “Si”.
Repreguntada para que diga si sabe o recuerda aproximadamente cuanto tiempo pasó
entre que Néstor Muñoz Pantoja fue dado de alta hasta el momento de su fallecimiento,
responde “No lo recuerdo”.

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Contrainterrogada para que precise si conoce la causa de muerte de don Néstor Mu ñoz
Pantoja, responde “Yo sólo se que fue a ver médico y le dieron el alta, y que en su casa falleci ó”.
Contrainterrogada para que señale en base a que antecedentes clínicos se ñala que existi ó
una negligencia de parte del Hospital Regional de Concepci ón, respecto de la atenci ón se ñalada
de don Néstor Muñoz Pantoja., responde “Porque cuando lo llevaron del SAR tucapel al hospital
Regional, ellos le dieron un diagnóstico, Cuando llega al Hospital Regional, no le hicieron los
exámenes correspondientes que tenían que hacerle, y le dieron el alta ”.
Contrainterrogada para que señale de que manera le consta lo se ñalado en su
declaración, responde “Porque como yo converso con su madre, ella me convers ó lo que le hab ía
sucedido su hijo, dentro de toda la pena, por el fallecimiento de éste. ”.
Interrogado respecto del punto dos de prueba declara “La pérdida de su hijo, le caus ó a
doña Angelina Pantoja, una depresión. La pérdida de su padre a los dos peque ños hijos, y el
dolor que todavía tienen ellos. No puedo especificar el monto, yo solo quiero que se haga justicia
por su madre y sus hijos”.
Repreguntada para que diga si al tiempo del fallecimiento de don N éstor Mu ñoz Pantoja,
éste se encontraba en una relación de pareja, responde “Sí, de ahí son los dos ni ñitos que dejo ”.
Repreguntada para que diga si sabe o recuerda aproximadamente la edad de los ni ños,
responde “La chiquitita tenía como 8 meses de vida, ella se llama Renata, y el ni ño de nombre
Benjamín tenía 2 años de edad aproximadamente”.
Repreguntada para que diga si sabe o recuerda como supo del fallecimiento de don
Néstor Muñoz Pantoja, responde “Por su madre. Yo ese día fui un baby shower, y cuando volv í
a mi casa, ya que vivo al frente de la casa de Angelina, y ah í ella estaba destrozada y me cuenta
que su hijo había fallecido. Para mi fue un golpe muy duro porque yo lo hab ía visto bien ”.
Repreguntada para que diga si acompañó a la familia de N éstor Mu ñoz Pantoja, con
posterioridad a su fallecimiento, responde “Hasta el día de hoy sigo apoyando a la familia,
porque la pérdida de un hijo es muy dolorosa”.
Repreguntada para que diga si sabe o recuerda la actividad que desarrollaba don N éstor
Muños Pantoja al momento de su fallecimiento, responde “El tenía un negocio ”.
Repreguntada para que diga si sabe o conoce si don N éstor Mu ñoz Pantoja era el
sustento económico de su familia, responde “Sí”.
Repreguntada para que diga si pudo observar algún cambio de personalidad de la
madre, pareja y padrastro de don Néstor Muñoz Pantoja, despu és del fallecimiento de éste,
responde “Sí, la depresión de la madre y toda su familia”.
Interrogado respecto del punto tres de prueba declara “Sí, porque fue la negligencia del
Hospital Regional, y los médicos que no hicieron una atenci ón como tenía que ser, como ya lo
señalé en mi declaración.”.
El segundo testigo al punto uno de prueba declara “El día 13 de Junio del 2018 don
Néstor Pantoja concurre al hospital Regional de Concepci ón, con dolor de espalda y abdomen.
A él lo revisaron, le dieron suero y posteriormente lo enviaron a su casa. Despu és de un tiempo
él se sintió mal y ahí el día 15 de Julio a las 5:30 de la madrugada, llamaron a la ambulancia, ya
que Bárbara que era su pareja que estaba sola con sus hijos no pod ía acompa ñarlo al SAR de
Tucapel. El ahí llegó con dolor de espalda, abdomen y se sent ía hinchado: le diagnosticaron
pancreatitis y lo derivaron al hospital Regional de Concepci ón, para que ellos pudieran ver lo

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que tenía realmente porque en el hospital tienen mas recursos. En el Hospital le hicieron
exámenes, no se de que tipo, y de ahí lo mantuvieron hasta la una de la tarde, con ese dolor de
espalda, hinchazón, y lo dieron de alta. El llego a su casa en bus, super mal, con la misma
intensidad de dolor y la señora de él, vio que llegó igual de como se hab ía ido en la ma ñana, y
ella pasado las 14:30 vi que era mas intenso el dolor, y volvi ó a llamar a la ambulancia del
Hospital, y ahí llamó y le explicó a la persona del hospital lo que le pasaba a su pareja, N éstor, a
lo que la persona que atendió el teléfono del Hospital, le pregunt ó su nombre, el rut de N éstor, y
si ella podía llevarlo por sus medios a urgencia. Ella le respondi ó que no, y que por eso estaba
llamando a la ambulancia, y mientras ellos esperaban a la ambulancia, N éstor estaba acostado, y
le dice a Bárbara que tenía Náuseas y ganas de vomitar. Néstor se levanta de la cama, da dos
pasos y se desploma, falleciendo en el lugar, a las 16:00, no alcanzando a llegar la ambulancia,
estando con su pareja y sus niñitos pequeños. Todo lo anterior lo s é y me consta porque
Bárbara, pareja de Néstor me lo contó, ya que soy vecina hace a ños de ella, amiga ”.
Repreguntado para que diga si el personal del Hospital Regional de Concepci ón
(Servicio de salud Concepción) prestó a don Néstor Muñoz Pantoja las atenciones que él
requería, responde “No, porque él supuestamente del SAR de Tucapel le se ñalaron que ten ía
pancreatitis, y en el hospital Regional luego de un traslado desde el Sar deber ían haberle hecho
exámenes para ver si tenía eso, porque con los síntomas que él presentaba, si de verdad o no
tenía pancreatitis. Se supone que el hospital tiene mas recuerdos para ver lo que realmente ten ía,
y así poder haberlo salvado”.
Repreguntado para que diga si sabe o conoce si la causa de muerte de don N éstor
Muñoz Pantoja, se debió a la pancreatitis aguda, responde “No, él no falleci ó de eso”.
Repreguntado Para que diga en que momento tomó conocimiento de que don N éstor
Muñoz Pantoja, lo habían ido a buscar en ambulancia a su domicilio el d ía 15 de Julio del 2018
en la madrugada, responde “Bárbara me llamó a mi ese día por teléfono antes que le dieran de
alta en el hospital, y me contó que de madrugada tuvo que llamar a la ambulancia, que llev ó a
Néstor al SAR de Tucapel”.
Repreguntado para que diga si sabe o conoce si el hospital Regional de Concepci ón
realizó alguna acción para finalmente confirmar o descartar el diagn óstico inicial realizado por el
SAR de Tucapel, responde “No lo sé”.
Contrainterrogado para que diga si conoce la causa de muerte de don N éstor Mu ñoz
Pantoja, responde “Sí, aneurisma cervical de la aorta toráxica y abdominal”.
Contrainterrogado para que diga en base a que antecedentes clínicos cree que se pod ía
haber diagnosticado un aneurisma disecante de la aorta toráxica y abdominal, responde “No soy
médico, así que no lo sé”.
Contrainterrogado para que diga en base a que antecedentes clínicos o m édicos funda su
declaración, responde “Por el certificado de defunción”.
Interrogado al punto dos de prueba declara “El dolor de su familia, en este caso su
madre la señora Angie Pantoja, su señora Barbara Rubilar, sus hijos, Renata y Benjam ín, y sus
amigos y cercanos. Yo viví todo el proceso con Bárbara, su sufrimiento, el de sus hijos. Yo le
ayudaba a cuidar a sus hijos para que pudiera trabajar, ayud é a contenerla, ya que la ve ía mal,
no es para menos, perdió a su marido, al padre de sus hijos. Hubo da ño moral que le hicieron a
su familia”.

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Foja: 1
Repreguntado para que diga hace cuanto tiempo conoce a la familia de don N éstor
Muñoz Pantoja, responde “Yo en este caso soy solo amiga de B árbara, no ten ía lazos con la
familia de Néstor. A Bárbara la conozco desde niña, ya que éramos vecinas ”.
Repreguntado para que diga si sabe o recuerda la edad de don N éstor Mu ñoz Pantoja,
al día de su fallecimiento, responde “36 años de edad”.
Repreguntado para que diga si sabe o recuerda la edad de los hijos de don N éstor
Muñoz Pantoja, al tiempo de su fallecimiento, responde “La Renata ten ía como 8 meses y
Benjamin 2 a 3 años de edad”.
Repreguntado para que diga si sabe o recuerda la actividad que realizaba don N éstor
Muñoz Pantoja, al tiempo de su fallecimiento, responde “Por lo que yo me acuerdo ten ía un
negocio”.
Repreguntado para que diga si don Néstor Muñoz Pantoja, era el sustento econ ómico de
su familia, responde “Sí, era el único sustento”.
Repreguntado para que diga si sabe o recuerda que actividad ten ía que realizar do ña
Bárbara para trabajar cuando usted relata que se quedaba cuidando de sus hijos, responde “Era
para atender el negocio de don Néstor, una botillería”.
Repreguntado para que diga en que hechos que pudo observar, puede constatar el da ño
sufrido por la familia de don Néstor Muñoz Pantoja, responde “El sufrimiento de la mam á de
Néstor, porque yo la veía cuando visitaba los niños cuando yo los cuidaba. Ella se ve ía super
mal, estaba con depresión”.
Repreguntado para que diga si el daño sufrido por la familia de don N éstor Mu ñoz
Pantoja, a causa de su fallecimiento, persiste hasta el d ía de hoy, responde “S í, totalmente
porque eso nunca sana, uno puede sobrellevar el dolor pero no se va nunca la pena. Los ni ños
igual sufren al no tener su padre al lado, N éstor era super joven. Ten ía toda una vida por
delante, de ver crecer a sus hijos”.
Interrogado al punto tres de prueba declara “Sí, efectivamente, porque estar ía con vida si
hubiesen hecho lo correcto en el Hospital, y me remito a lo ya declarado ”.
El tercer testigo al punto uno de prueba declara “El 3 de Junio del a ño 2018 N éstor
Muñoz Pantoja se dirigió al hospital Regional, porque tenía dolor de pecho, de espalda, y estaba
con hinchazón. El luego se dirige a su casa y sigue con los dolores. Pasa el tiempo y luego el d ía
15 de julio del 2018, él se dirige al centro médico SAR, en el cual concurri ó por dolor de pecho,
de espalda e hinchazón, a lo cual le diagnosticaron pancreatitis, y lo derivaron al hospital
Regional, donde le realizaron muestras de sangre, si no me equivoco. A él despu és, durante los
exámenes que le realizaron, lo dieron de alta como a las 12:30 a 13:00 lo dieron de alta, a lo
cual la pareja de ella doña Bárbara nos comunica por teléfono esto, pero nos dice que N éstor
seguía con dolores en el pecho, espalda e hinchaz ón. Luego en su casa, sigue con dolor, nauseas,
y nosotros no sabíamos que hacer, ya que Bárbara estaba con los dos ni ños peque ños y con
Néstor con mucho dolores. Como alrededor de las 16:00 a 17:00 horas Barbara se vuelve a
comunicar con nosotros indicándonos que Néstor había fallecido en su casa, él se levant ó para ir
al baño porque estaba con ganas de vomitar, y al levantarse cae al suelo y fallece. Todo lo
anterior lo sé y me consta porque yo era amigo de N éstor, nos conocimos por amigos en com ún,
e hicimos amistad también con Bárbara”.

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Foja: 1
Repreguntado para que diga si sabe o recuerda si la causa de fallecimiento de don
Néstor Muñoz Pantoja fue finalmente la pancreatitis aguda, que había sido diagnosticada en el
SAR de Tucapel, inicialmente., responde “No, él no falleci ó de esto. Eso sale en el certificado de
defunción”.
Repreguntado para que precise, de lo que sabe, si el personal del hospital regional de
Concepción (servicio de salud Concepción) realizó a don Néstor Muñoz Pantoja, las atenciones
que él requería, el día 15 de Julio del 2018, responde “A él le realizaron en el SAR lo que
correspondía, pero le señalaron un diagnóstico erróneo, luego lo mandaron al Hospital Regional,
porque ahí cuentan con mejores medios tecnológicos, ahí le suministraron suero y le dieron alta
después como a las 12:30 0 13:00 horas. A él deberían haberle hecho ex ámenes, deber ía haberse
salvado”.
Contrainterrogado para que diga si conoce la causa de muerte de don N éstor Mu ñoz
Pantoja, responde “En el certificado de defunción aparece, como ya lo he se ñalado ”.
Contrainterrogado para que diga en base a que antecedentes clínicos a su parecer se
habría podido determinar dicha causa de muerte, responde “No soy médico para poder dar esa
respuesta”.
Contrainterrogado para que diga en base a que antecedentes clínicos o m édicos funda su
declaración, responde “No tengo más conocimiento de lo que ya he declarado ”.
Interrogado al punto dos de prueba declara “Hay daño Moral, se perdi ó un hijo, un
padre, un amigo, y sobre el monto no es cuantificable, yo estoy aqu í para que se haga justicia.
La familia sufrió daño moral, la madre quedó sin un hijo, los niños quedaron sin un padre, y la
señora quedó sin su esposo”.
Repreguntado para que diga, desde hace cuánto conoce a la familia de don N éstor
Muñoz Pantoja, responde “Desde antes del año 2018, desde hace 10 años a la fecha ”.
Repreguntado para que diga si sabe o recuerda cuantos hijos tenía don N éstor Mu ñoz
Pantoja con Bárbara Rubilar, responde “Tienen 2, la Renata y el Benjam ín”.
Repreguntado para que diga si sabe o conoce la edad que ten ían los hijos de don N éstor
Muñoz Pantoja, al tiempo de su fallecimiento, responde “Renata ten ía alrededor de 7 a 8 meses,
y Benjamín tenía un año y algo. Se llevaban por poquito”.
Repreguntado para que diga si después del fallecimiento de don N éstor Mu ñoz Pantoja,
usted acompañó a la familia, responde “Nosotros le ayudamos en todos los tr ámites posteriores al
fallecimiento de Néstor, ya que ella quedó sola, y luego la ha seguido viendo hasta el d ía de hoy,
pendiente siempre de los niños y de ella. No nos juntamos mucho, pero si conversamos mucho
con ella por teléfono”.
Repreguntado para que diga si recuerda la edad de don Néstor Mu ñoz Pantoja, al
momento de su fallecimiento, responde “treinta y tantos años”.
Repreguntado para que diga si sabe o recuerda la actividad que realizaba don N éstor
Muñoz Pantoja, y si él era el sustento económico de su familia, responde “El era el sustento de
su hogar, pero no recuerdo su actividad”.
Repreguntado para que diga si sabe o conoce si existen cambios en la vida de do ña
Bárbara Rubilar y de doña Angelina Pantoja, después del fallecimiento de don N éstor Mu ñoz
Pantoja, responde “Todo sigue igual, el dolor de perder un hijo, a un padre y a una pareja
siempre va a estar”.

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Foja: 1
Interrogado al punto tres de prueba declara “Sí, y me remito a lo ya declarado ”.
11 °.- Que, por su parte, el Servicio demandado para justificar la lex artis m édica s ólo
acompañó en folio 47 la siguiente prueba documental:
a) Copia de artículo “Protocolo diagnóstico y terapéutico de los aneurismas de la
aorta torácica.”, publicado por autores Francisco S. Lozano Sánchez. Jos é A.
Torres Hernández, José A. Carnicero Martínez y Roberto Salvador Calvo; en
Revista Angiología, volumen 75 n°5, pags. 227 a 233, del año 2022; y
b) Copia de artículo “Aneurisma de la aorta torácica. Historia natural,
diagnóstico y tratamiento.”, publicado por autores Javier Vega, Daniela
González, Willy Yankovic, Javier Oroz, Rodrigo Guamán y Nicolás Castro;
en Revista Chilena de Cardiología, volumen 33 n°2, págs. 127 a 135, del a ño
2014.
12 °.- Que, como medida para mejor resolver, el Tribunal ordenó oficiar al Hospital
Guillermo Grant Benavente de Concepción a fin que remitiera la ficha cl ínica del paciente
Néstor Eduardo Muñoz Pantoja, medida que se tuvo por fallida en folio 58.
13 °.- Que, acorde a lo señalado, antecedentes reunidos y probanzas aportadas, valorados
de forma legal, a las que se les dará valor de plena prueba por no encontrarse contradichos en
contrario, es posible establecer, entonces los siguientes hechos:
a) Que, el día 3 de junio de 2018 a las 11:50 horas, don N éstor Mu ñoz Pantoja
ingresó a la urgencia del Hospital Guillermo Gran Benavente de Concepci ón,
por sospecha de cólico biliar, derivado por ambulancia de Samu;
b) Que, ingreso con fuertes dolores abdominales, con n áuseas y v ómitos, y
teniendo la presión alta (181/99 mmHg); y luego de hacerle ex ámenes de
sangre y suministrarle analgésicos y antiinflamatorios le dieron el alta;
c) Que, el día 15 de julio de 2018 a las 06:08 horas, don Néstor Mu ñoz Pantoja
ingresó nuevamente a la urgencia del Hospital Guillermo Grant Benavente,
por sospecha de pancreatitis aguda, derivado desde el SAR Tucapel.
d) Que, al momento de ingresar a urgencia don Nestor tenía 36 años de edad;
e) Que, el paciente presentaba dolor abdominal de predominio epig ástrico con
irradiación dorsal más vómitos; tenía antecedentes de presi ón alta y al
practicarse en la atención de urgencia los exámenes f ísico y de laboratorio
pertinentes se descartó que tuviera una pancreatitis aguda;
f) Que, en el hemograma que se le practico aparece que el recuento de
leucocitos de don Néstor Muñoz era de 17.15 x10e3/uL, es decir, una
cantidad que era muy superior al valor de referencia que va de 4.0 a 10.0;
g) Que, frente a los fuertes dolores abdominales que sufr ía don N éstor Mu ñoz,
se le administró medicamentos consistente en metamizol (analgésico),
ketoprofeno (antiinflamatorio), metoclopramida (antiemético, utilizado para
impedir o controlar los vómitos) y fentanilo (opiode utilizado como
analgésico);

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Foja: 1
h) Que, don Néstor Muñoz fue dado de alta a las 13:26 horas, desde la urgencia
del Hospital Guillermo Grant Benavente de Concepción, con una hip ótesis
diagnóstica genérica de dolor abdominal sin que se hubieran realizados
mayores estudios de sus dolencias y con indicaciones al alta de utilizar
antiinflamatorios y analgésicos, y de concurrir a urgencia en caso de presentar
coloración amarillenta, vómitos a repetición o si sus síntomas empeoran;
i) Que, el 15 de julio de 2018 a las 16:00 horas don Néstor Mu ñoz Pantoja
falleció, esto es, sólo dos horas y media después de haber sido dado de alta;
j) Que, la causa de fallecimiento fue aneurisma disecante de la aorta tor ácica y
abdominal según consta en el certificado de defunción de don Néstor Muñoz.
14 °.- Que, del cúmulo de antecedentes reseñados permiten tener por establecido que el
Hospital Guillermo Grant Benavente de Concepción por intermedio de sus facultativos
dependientes no observó las reglas del oficio, no reaccionó ni tom ó los resguardos necesarios que
obligaban a prestar los cuidados y la asistencia m édica esperada, eficiente y eficaz, ante los
fuertes dolores abdominales que presentaba don Néstor Muñoz Pantoja.
Esto, toda vez que no fue considerado el hecho que se trataba de un paciente de 36 a ños
con antecedentes de presión alta; que ya había concurrido anteriormente a la urgencia por
fuertes dolores abdominales; que al ingresar a urgencia el 15 de julio fue descartada la sospecha
de pancreatitis aguda; que en el hemograma su recuento de leucocitos era muy superior al valor
de referencia por lo que debía a lo menos sospecharse de un proceso inflamatorio que ten ía un
origen distinto de una pancreatitis aguda y que frente a los fuertes dolores abdominales del
paciente se decidió suministrarle fentanilo, el cual es un opioide sint ético utilizado como
analgésico que es mucho más fuerte que la heroína y la morfina.
Por lo demás, el solo hecho de descartar la sospecha de pancreatitis aguda – raz ón por la
cual fue derivada a la urgencia desde el SAR Tucapel - no es raz ón suficiente para desechar la
realización de mayores estudios respecto del estado de salud del paciente, ya que una correcta
praxis exige realizar un análisis integral de todas las circunstancias de las personas que se
someten al auxilio de los profesionales de la salud.
Así, el personal médico del Hospital Guillermo Grant Benavente de Concepci ón, al
enfrentarse a la situación, fue incapaz de detectar el riesgo que exist ía, no obstante la
acumulación de antecedentes habidos en el comprobante de atenci ón de urgencia y ex ámenes de
laboratorio del día 15 de julio de 2018, los que en su conjunto debieron llevar a los profesionales
intervinientes al menos a cuestionarse si era conveniente dar de alta al paciente sin hacer
mayores estudios como podría ser practicar un scanner abdominal (lo cual no sucedi ó) y adoptar
una conducta esperable y propia de la que se espera de un servicio p úblico de alta complejidad y
que cuenta con el personal para enfrentar este tipo de situaciones, en vez de afrontar la situaci ón
como si fuese de habitual normalidad, cuando en realidad no lo era, obviando que la condici ón
que presentaba el paciente Néstor Muñoz era de riesgo y por ende, demandaba de un enfoque
diferente al habitual.
Todo lo anterior demuestra el mal funcionamiento del servicio, al no reaccionarse
apropiadamente ante las complicaciones que el paciente Néstor Muñoz presentó al momento de
ingresar a urgencia, quedando en evidencia el funcionamiento defectuoso o tard ío, sin que pueda

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Foja: 1
calificarse la conducta desplegada por los profesionales de la salud que atendieron al hijo, padre
y pareja de los actores como ajustada a la lex artis m édica, m áxime que ninguna prueba en
contrario rindió la demandada para acreditar la debida diligencia en el cumplimiento de sus
obligaciones de carácter sanitario.
15 °.- Que, en cuanto a los daños alegados, los actores Bárbara Odila Rubilar Arriagada,
Renata Pascal Muñoz Rubilar, Benjamín Alexander Muñoz Rubilar, Elba Angelina Pantoja
Torres y José Leonardo Bustos Fuentes solicitan que se les resarza el da ño moral que se les ha
causado con motivo de la falta de servicio en que incurri ó el Servicio demandado que conllev ó el
fallecimiento de don Néstor Muñoz Pantoja.
El daño moral, lo sostienen, en síntesis, en el dolor f ísico, aflicci ón, depresi ón espiritual y
psicológica que han debido sufrir a raíz de la negligencia en que incurri ó el Hospital y que
ocasiono el fallecimiento de don Néstor Muñoz Pantoja, el que avalúan en la suma de
$150.000.000.- para la concubina del fallecido; $150.000.000.- para cada uno de los hijos;
$100.000.000.- para la madre y $100.000.000.- para el padrastro.-
16 °.- Que al respecto y en cuanto a su concepto, si bien en nuestra legislaci ón no se
encuentra un concepto unívoco de daño moral, su acepci ón más restringida elaborada por la
doctrina se relaciona con el pesar, dolor o aflicci ón que experimenta la v íctima y que se conoce
también como pretium doloris. Sobre esto, la profesora Carmen Domínguez Hidalgo ha
manifestado "Estamos con aquellos que conciben el da ño moral del modo m ás amplio posible,
incluyendo allí todo daño a la persona en sí misma -física o ps íquica-, como todo atentado
contra sus intereses extrapatrimoniales. Comprende pues el da ño moral todo menoscabo del
cuerpo humano, considerado como un valor en sí y con independencia de sus alcances
patrimoniales". Y agrega: "En suma, el daño moral estará constituido por el menoscabo de un
bien no patrimonial que irroga una lesión a un interés moral por una que se encontraba
obligada a respetarlo". ("El Daño Moral", tomo I, Editorial Jurídica de Chile, 2002, p. 83 y 84).
17 °.- Que, así las cosas, en el caso sub-lite, valorada legalmente la prueba testimonial
consignada en el motivo 10° precedente, puede concluirse la existencia de un menoscabo de
carácter extrapatrimonial sufrido por los demandantes Bárbara Odila Rubilar Arriagada y Elba
Angelina Pantoja Torres quienes sufrieron un trastorno emocional que se produjo por el
repentino fallecimiento de su concubino e hijo, respectivamente.
Lo mismos sucede con los hijos del fallecido, Benjamín Muñoz Rubilar y Renata Mu ñoz
Rubilar, de actuales 7 y 6 años respectivamente, y que al momento del fallecimiento de su padre
Nestor Muñoz tenían 1 año 11 meses y 9 meses respectivamente; ya que resulta evidente que la
repentina muerte de su padre les causó un gravísimo desconsuelo, pesar y dolor, al verse
privados de su progenitor, lo que es bastante para acreditar el da ño moral sufrido, en atenci ón a
la cercanía inmediata que unía a los hijos con su padre, por cuanto los ni ños tienen derecho a
conocer a sus padres y a ser cuidados por ellos (artículo 7.2 Convenci ón sobre los Derechos del
Niño), por lo que independiente de la edad de éstos, el instinto lleva a querer a quien se sabe es
el padre, resultando evidente que su muerte les causó una gravísima tristeza y sufrimiento.
Por lo demás, lo normal y corriente de las cosas es que toda persona que sufra la muerte
de su concubino, padre o hijo, sobre todo en la forma en que los demandantes lo padecieron,
experimente un sufrimiento psíquico, angustia o aflicción, independientemente del grado de
sensibilidad psicológica que pueda tener cada individuo.

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Foja: 1
No obstante lo reflexionado hasta este punto, tratándose del demandante Jos é Bustos
Fuentes, quién es el cónyuge de la madre del fallecido y padrastro de este último, la prueba
testimonial rendida no hace mención expresa a que éste haya sufrido un da ño moral por el
fallecimiento de don Néstor Muñoz Pantoja ni que tuviera una relaci ón cercana a éste, por lo
que se estima que no es prueba idónea que permita acreditar fundadamente que exista da ño
moral respecto de dicho actor, por lo cual tal da ño no se encuentra suficientemente probado
debiendo rechazarse la demanda en este punto.
Por consiguiente, en el caso sublite, se dará por acreditado que los demandantes B árbara
Odila Rubilar Arriagada, Renata Muñoz Rubilar, Benjamín Muñoz Rubilar y Elba Pantoja
Torres sufrieron daño moral por la mala actuación cometida por el personal del Hospital
Guillermo Grant Benavente al no prever el resultado de su proceder y que tuvieron como
consecuencia el fallecimiento de don Néstor Muñoz Pantoja.
18 °.- Que, con relación al tercer requisito de la acci ón referido a la vinculaci ón causal
entre la falta de servicio y el daño producido, la Excma. Corte Suprema ha resuelto que para
que ésta se genere en conflictos inherentes a la falta de servicio, es necesario que entre aquella y
el daño exista una relación de causalidad, la que exige un vínculo necesario y directo. En este
mismo orden de ideas, se sostiene que un hecho es condici ón necesaria de un cierto resultado
cuando de no haber existido ésta, el resultado tampoco se habr ía producido. En otras palabras,
debe demostrarse que el hecho por el cual responde es una condici ón necesaria del da ño
(Sentencia de 3 de enero de 2017, causa Rol 47.886-2016).
En el caso concreto, resulta innegable la falta de actividad de los facultativos y su
inadecuado proceder, reflejado en la deficiencia inexplicable de optar por dar de alta m édica a
un paciente que sufría fuertes dolores abdominales y que necesita mayores estudios para destacar
otras patologías distintas de la pancreatitis aguda, lo cual no se habr ía producido si las
condiciones de riesgo del paciente se hubieren ponderado y se dispusiera exámenes con la
injerencia de médicos especialistas para la adaptaci ón oportuna de medidas atingentes para
atender este tipo de situaciones excepcionales.
19 °.- Que, en tales circunstancias, en la especie se encuentra acreditado tanto la
existencia del primer requisito o presupuesto de procedencia de la acci ón resarcitoria, esto es, la
falta de servicio en que incurrió el Hospital Clínico Regional Guillermo Grant Benavente de
Concepción, y que compromete la responsabilidad del Servicio de Salud Concepci ón, como
también la de los otros elementos o requisitos referidos en los considerandos precedentes,
consistentes en el vínculo o relación de causalidad entre el hecho o la abstenci ón y el resultado
dañoso, cual es, el fallecimiento del concubino, padre e hijo de los demandantes, lo que les ha
causado evidentemente los perjuicios latamente referidos y que deben ser reparados por la
demandada.
20 °.- Que, en consecuencia, y resultando procedente condenar al Servicio demandado a
indemnizar a los demandantes los daños padecidos por ellos como consecuencia de la falta de
servicio de que se trata, sólo resta consignar, en lo referido al quantum de dicho resarcimiento,
que ha de acudirse para estos efectos a lo previsto en el art ículo 46 de la Ley N º 19.966, regla
que indica: “La indemnización por el daño moral será fijada por el juez considerando la
gravedad del daño y la modificación de las condiciones de existencia del afectado con el da ño
producido, atendiendo su edad y condiciones físicas. No ser án indemnizables los da ños que se

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Foja: 1
deriven de hechos o circunstancias que no se hubieran podido prever o evitar seg ún el estado de
los conocimientos de la ciencia o de la técnica existentes en el momento de producirse aqu éllos ”.
Por otro lado, se ha afirmado que “l os daños morales son perjuicios inconmensurables en
dinero porque no existe mercado para la vida, la salud o el honor. Sin embargo, esta
inconmensurabilidad no impide en el derecho moderno su compensaci ón. Razones de justicia
correctiva y de prevención hacen preferible reconocer una indemnizaci ón basada
prudencialmente en criterios no del todo precisos, a dejar da ños relevantes sin indemnizaci ón ”
(Enrique Barros Bourie; “Tratado de Responsabilidad Extracontractual”, segunda edici ón
actualizada, Tomo I, Editorial Jurídica de Chile, Santiago, 2020, p. 300).
21 °.- Que, de esta forma, considerados los elementos o circunstancias ponderados en los
motivos precedentes, constituidos fundamentalmente por el dolor y sufrimiento de quienes deben
padecerlo, es que este Tribunal estima como justo y equitativo que la demandada habr á de
pagar a los actores para compensar el daño moral causado la suma de $25.000.000.- a la
concubina; la suma de $25.000.000.- a cada uno de los hijos y la suma de $20.000.000.- a la
madre del fallecido, que deberán ser pagadas en la forma que se dir á.
22 °.- Que, respecto a los reajustes e intereses pretendidos, fijándose por esta sentencia el
monto del daño moral y el lucro cesante y siendo el reajuste una base de actualizaci ón
monetaria, se accederá a éstos de acuerdo a la variaci ón que experimente el IPC entre la fecha
de esta sentencia y pago efectivo, y acorde a lo dispuesto en el art ículo 1559 del C ódigo Civil, a
la suma fijada se le aplicarán intereses corrientes sólo desde que esta sentencia quede
ejecutoriada y hasta su pago efectivo.
23 °.- Que, la restante prueba rendida en autos, en lo no considerado, en nada altera lo
que se viene razonando y solo se menciona para los efectos procesales pertinentes.
Por estas consideraciones, y de conformidad, además, con lo dispuesto en los artículos
1437, 1547, 1559, 1698, 1699, 1700, 1702, 1704, 1706, 2314, 2492, 2503 y 2514 del Código
Civil; 144, 160, 169, 170, 341, 342, 346, 383 y 426 del Código de Procedimiento Civil;
Constitución Política de la República; Ley 18.575; y Ley 19.966; se declara:
I.- Que, SE ACOGE, la demanda indemnizatoria por falta de servicio entablada en
contra del Servicio de Salud Concepción, sólo en cuanto se condena a la demandada a pagar a
los actores B árbara Odila Rubilar Arriagada, Renata Pascal Mu ñoz Rubilar, Benjam ín
Alexander Mu ñoz Rubilar , la suma de $25.000.000.- cada uno; y a la actora Elba Angelina
Pantoja Torres, la suma de $20.000.000.-, por concepto de daño moral, lo que hace un total
de $95.000.000.- cantidad que habrá de ser pagada debidamente reajustada conforme a la
variación que experimente el Índice de Precios al Consumidor entre la fecha de esta sentencia y
la época del pago efectivo, y devengará, asimismo, intereses corrientes para operaciones
reajustables desde la fecha en que la presente sentencia quede ejecutoriada, hasta la fecha de su
entero y efectivo pago.-
II.- Que SE RECHAZA la misma demanda, en todo lo demás pedido.
III.- Que no se condena en costas a la parte demandada por litigar con privilegio de
pobreza de conformidad a la ley.
Regístrese, notifíquese y archívese en su oportunidad.
Rol 2.846-2022.

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Foja: 1
Dictada por don DENIS OYARCE ORREGO, Juez Suplente del Primer Juzgado
Civil de Concepción.

Se deja constancia que se dio cumplimiento a lo dispuesto en el inciso final del art. 162
del C.P.C. en Concepci ón , cinco de Marzo de dos mil veinticuatro

Denis Rodrigo Oyarce Orrego


Juez
PJUD
Siete de marzo de dos mil veinticuatro
12:44 UTC-3

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