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David Poma
Universidad Europea del Atlántico
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El músculo es un órgano que tiene como función, convertir la energía química proveniente
de los alimentos, en energía mecánica (cinética) para el movimiento, a través de la
contracción muscular (Ross et. al. 2021).
El ATP, es un compuesto formado por una molécula de adenosina, y tres moléculas de
fósforo inorgánico (P) unidas entre sí. Este compuesto almacena energía, la cual se libera al
desfosforilarse (dividirse) dicho ATP (Anderson et. al. 2003).
Este ATP, es la fuente de energía común a todos los sistemas energéticos. Es decir, todos los
sistemas energéticos, tienen como fin último, producir ATP, que es el compuesto que se
utilizará para generar energía.
Terminología básica
Génesis: Sufijo que significa “creación” de la palabra que lo precede. Por ejemplo,
glucogénesis, significa creación de glucosa.
Lisis: Sufijo que significa “degradación” de la palabra que lo precede. Por ejemplo, glucólisis,
significa, degradación de glucosa.
Fosforilación: Término que se refiere a la adición de un fósforo a una molécula. Por ejemplo,
la fosforilación de un ADP, es agregar al ADP un fósforo (P), con lo cual queda formado un
ATP.
Desfosforilación: es la sustracción de un fósforo de una molécula. Por ejemplo, la
desfosforilación del ATP, es quitarle un fósforo al ATP, quedando un ADP
(adenosindifosfato).
Enzimas: Son proteínas aceleradoras o desaceleradoras de procesos metabólicos o químicos.
Las enzimas son las encargadas de producir las reacciones en las células, por tanto, su
número influye en la cantidad de energía que se puede crear (Rabadán & Rodríguez 2010).
Asa: Sufijo que significa enzima. Es decir, cuando una palabra termina en “asa”, quiere decir
que se trata de una enzima, por ejemplo, la ATPasa.
Metabolismo
Es el conjunto de procesos llevados a cabo en el organismo. Los procesos metabólicos
pueden ser de dos tipos: anabólicos (fase constructiva), en la que las moléculas más
pequeñas (como los aminoácidos) se transforman en moléculas mayores (como las
proteínas); y el catabólicos (fase destructiva) en la que las moléculas mayores (como los
triglicéridos) se transforman en otras más pequeñas (ácidos grasos) (Anderson et. al. 2003).
Fisiología del Ejercicio I.S.A.R.M. 4
Es importante saber que, la degradación de los combustibles de los dos primeros sistemas
(S.A.A. y S.A.L.), se llevan a cabo en el sarcoplasma de la fibra muscular, y las del sistema
aeróbico, se llevan a cabo en la mitocondria de dicha fibra muscular (Ribas 2010).
Si se inicia una actividad física a máxima intensidad, la energía obtenida para los primeros
segundos de trabajo, se obtendrá del ATP que se encuentra almacenado en los músculos
(hasta unos 5 segundos); luego, comenzará a utilizarse la fosfocreatina (PCr) para producir
ATP (hasta unos 15 segundos); seguidamente, predominará la degradación anaeróbica de
glucógeno muscular y glucosa sanguínea para producir ATP, el cual podrá suministrar energía
hasta unos 90 segundos a alta intensidad (el cuerpo utiliza siempre el glucógeno muscular
en primer lugar, y cuando este escasea, entonces recurre a la glucosa sanguínea).
Posteriormente, si la actividad continúa, la glucosa sanguínea, se utilizará de forma aeróbica
para producir ATP. Llegando a los 30 minutos de ejercicio aproximadamente (y a
consecuencia del agotamiento de las reservas de glucógeno muscular y hepático), los
principales combustibles utilizados para producir ATP, serán los ácidos grasos, los cuales
Fisiología del Ejercicio I.S.A.R.M. 5
tienen capacidad para producir ATP de forma ilimitada, y en casos de extrema fatiga, se
utilizarán también las proteínas como fuente de energía (Palavecino 2002), (Barbany 2006), (Sigal
et. al. 2004) y (Haff y Triplett 2015).
Continuum energético
Los sistemas energéticos, no se “encienden” o “apagan” como si fueran un interruptor de
luz al momento de producir energía, sino que, todos los sistemas se encuentran en
funcionamiento de manera simultánea, pero siempre predomina uno por sobre los demás.
Es decir que, para cualquier tipo de actividad física, los tres sistemas energéticos aportan
ATP, pero siempre uno de ellos aporta más que los demás. El paso de predominio de un
sistema a otro, se lleva a cabo de forma progresiva y constante (McArdle et. al. 2015a).
Contínuum energético:
Solapamiento de los 3 sistemas
energéticos de forma progresiva.
En una actividad física de alta
intensidad, predomina el
sistema anaeróbico aláctico
(ATP-PC) como generador de
ATP. Luego lo relevará el sistema
anaeróbico láctico, y por último,
el sistema aeróbico será el que
predomine.
Fisiología del Ejercicio I.S.A.R.M. 6
Si bien el músculo tiene reservas tanto de glucógeno como de triglicéridos, el mismo, puede
usar estos combustibles para producir energía, o puede recibir por vía sanguínea más
combustibles como estos para generar ATP (Joyner & Casey 2015).
Fisiología del Ejercicio I.S.A.R.M. 7
① ADP y PCr.
① ADP y ADP.
② LA enzima miocinasa,
desfosforila un ADP,
dejando un AMP y un P
libre.
③ El P libre se une a otro
ADP, formando ATP.
Muchos, utilizan la frecuencia cardíaca para estimar el nivel de recuperación del sujeto;
considerando, que al alcanzar entre 115 y 108 ppm, ya se encuentra apto para realizar otra
serie de ejercicio anaeróbico aláctico (Baz 2010).
Fisiología del Ejercicio I.S.A.R.M. 9
Nótese en el grafico del estudio de Roussel et. al. (2000), que la recuperación de las reservas
de PC se lleva a cabo rápidamente durante los primeros minutos de recuperación, pero a
medida que las reservas se van reponiendo, la velocidad de recuperación se ralentiza.
El proceso de reposición de la PCr, podría asemejarse al proceso de llenado de un tanque de
agua o de una mochila de inodoro, mediados ambos por una válvula flotante. Cuando el
tanque está muy vacío, el llenado es muy rápido, pero a medida que el tanque se llena de
agua, el llenado va ralentizándose cada vez más, porque la válvula flotante cierra el paso del
agua de forma progresiva con el llenado.
Fisiología del Ejercicio I.S.A.R.M. 10
Metabolismo de la glucosa
La glucosa, se utiliza para producir ATP, la misma se obtiene de los hidratos de carbono
consumidos con la dieta, los cuales se digieren en el estómago, convirtiéndose en glucosa y
luego pasan al intestino delgado, y de allí, la glucosa pasa a la sangre. Ya en la sangre, esta
glucosa, puede dirigirse al hígado, para almacenarse como glucógeno o puede dirigirse al
músculo, para almacenarse como glucógeno o utilizarse inmediatamente para producir ATP
(Barbany 2006) y (Chicharro y Mojares 2008). También, en caso de que el organismo tenga
completas las reservas de glucógeno, esta glucosa, será transportada hasta el hígado y
convertida (metabolizada) en grasa, y liberada a la sangre, para luego ser almacenada en el
tejido adiposo (Pérez & Borge), (Palavecino 2002), (Barbany 2006) y (José et. al. 2014). También, puede
obtenerse glucosa mediante el proceso de gluconeogénesis, el cual se detallará más
adelante.
Fisiología del Ejercicio I.S.A.R.M. 11
La glucosa que el músculo utiliza para producir ATP, la puede obtener de:
Hipoglucemia
El sistema nervioso, tiene la particularidad, de que solamente utiliza glucosa como fuente de
energía para producir ATP (Chicharro y Mojares 2008). A diferencia del músculo, el sistema
nervioso, no tiene la capacidad de almacenar la glucosa como glucógeno (Pérez & Borge) y
(Palavecino 2002), por lo tanto, este sistema, precisa de un aporte constante de glucosa por vía
sanguínea.
Cuando los niveles de glucosa en sangre se reducen (hipoglucemia), el sistema nervioso
comienza a fallar, y se presentan síntomas similares a los de un ataque de pánico (temblor,
cansancio, debilidad, hambre, irritación, o hasta pérdida del conocimiento) (Vived 2005),
(Cuéllar et al. 2016) y (Solano Ramírez 2017). Los valores normales de glucosa en sangre, son de 90
Fisiología del Ejercicio I.S.A.R.M. 12
a 110 mg/dl (Chicharro y Mojares 2008), y si se reduce por debajo de los 70 mg/dl, entonces se
considera que la persona, se encuentra en un estado de hipoglucemia (Mujer 2014). En estados
de hipoglucemia, el páncreas libera una hormona llamada glucagón, la cual estimula al
hígado a liberar glucosa a la sangre, estabilizando los niveles de glucosa en sangre (Chicharro
y Mojares 2008). En estados de ayuno, la glucosa de la sangre, se reserva para el sistema
nervioso, y por lo tanto, los músculos utilizan otras fuentes de energía como los ácidos grasos
(Von Oetinger & Trujillo 2015).
Período post-prandial
Luego de una comida, los hidratos de carbono, son digeridos en el estómago,
descomponiéndose en moléculas más pequeñas llamadas glucosa, las cuales pasan al
intestino delgado y luego a la sangre. Ya en la sangre, para que la glucosa pueda ingresar al
interior de las células y utilizarse como fuente para producir ATP, necesita la presencia de
insulina; por lo tanto, luego de ingerir alimentos, el páncreas libera insulina, la cual abre los
canales de glucosa de las células (GLUT-4), para que esta glucosa, ingrese a la célula, y pueda
utilizarse para la producción de energía (Vived 2005) y (Chicharro y Mojares 2008). Así también, la
contracción muscular, cumple la misma función que la insulina, es decir, abre los canales de
glucosa de las células, permitiendo el ingreso de la glucosa al interior de la misma (Ren et. al.
1994), (Kristiansen et. al. 1996), (Thorell et. al. 1999), (MacLean et. al. 2000), (MacLean et. al. 2002), (Chicharro
y Vaquero 2006), (Hernández Rodríguez y Puig 2010), (Gómez-Zorita & Urdampilleta 2012) y (Rosa 2013). Por
esta razón, la actividad física es tan importante en personas que sufren diabetes,
principalmente cuando se trata de diabetes tipo 2 (insulino resistente).
Glucólisis anaeróbica
El lactato, es el residuo de la glucólisis anaeróbica, es decir, este producto de desecho, se
genera durante la degradación de glucosa de forma anaeróbica (Palavecino 2002), (Wilmore &
Costill 2004), (Lindinger et. al. 2005), (Chicharro y Vaquero 2006), (Pérez-Guisado 2008), (Martinez-Sanz &
Urdampilleta 2012), (Alonso-Curiel et. al. 2012) y (Seheult et. al. 2017).La glucosa, al degradarse, pasa
por varios procesos, convirtiéndose en última instancia en piruvato; este piruvato, puede
luego dirigirse a la mitocondria y degradarse de forma aeróbica, o degradarse en el
citoplasma de la fibra muscular de forma anaeróbica. Cuando se degrada de forma
anaeróbica en el citoplasma, produce lactato como residuo (Wilmore & Costill 2004), (Vived 2005),
(Lindinger et. al. 2005), (Hearris et. al. 2018) y (Seheult et. al. 2017). Cuando se degrada de forma
aeróbica, el piruvato, pasa a la mitocondria de la fibra muscular, convirtiéndose en acetil
coenzima A (acetil-coA), producto que se degrada en el ciclo de Krebs para producir ATP (Siff
& Verkhoshansky 2004), (Vived 2005), (Haff y Triplett 2015) y (Hearris et. al. 2018).
Fisiología del Ejercicio I.S.A.R.M. 14
Gluconeogénesis
La gluconeogénesis, es el proceso de transformación de distintos compuestos en glucosa.
Este proceso, se lleva a cabo en el hígado y los compuestos que pueden transformarse en
glucosa son: alanina (resultante de la degradación proteica), glicerol (resultante de la
degradación de triglicéridos), piruvato y lactato (resultantes de la glucólisis) (Barbany 2006),
(Palavecino 2002), (Chicharro y Vaquero 2006), (Chicharro y Mojares 2008), (Peinado et al. 2013) y y (Salinas &
Trujillo 2019).
Ser reconvertido en piruvato en la misma fibra donde fue creado, para luego enviarse a la
mitocondria de dicha fibra, y ser oxidado, es decir, degradado de forma aeróbica (Chicharro y
Vaquero 2006), (Gladden 2014) y (Seheult et. al. 2017).
Ser expulsado de la fibra muscular donde fue producido (lanzadera de lactato) y llegar por
sangre hasta otras fibras musculares (como las del miocardio), donde ingresará, se
reconvertirá en piruvato, y luego se degradará de forma aeróbica en la mitocondria
(Chicharro y Vaquero 2006), (Gladden 2014), (McArdle y cols 2015b), (McArdle y cols 2015a) y (Seheult et. al.
2017).
Ser expulsado de la fibra muscular donde fue producido (lanzadera de lactato) y llegar por
sangre hasta el hígado o los riñones, donde pasará al proceso de gluconeogénesis (ciclo de
Cori), para reconvertirse en glucosa; la cual podrá ser almacenada como glucógeno en el
hígado o enviada nuevamente a la sangre, para transportarse hasta las fibras musculares
que lo precisen (Chicharro y Vaquero 2006), (Gladden 2014), (Saladín 2013), (McArdle y cols 2015a) y
(Seheult et. al. 2017).
La mayoría del lactato generado (80-90%) se metaboliza en el mismo músculo donde fue
producido o en músculos vecinos, y solo el resto es lanzado a la sangre para su
reconversión en glucosa (gluconeogénesis) en el hígado o riñones (Chicharro y Vaquero 2006) y
(Gladden 2014).
PH y acidez
PH significa “potencial de hidrógenos”, y es el nivel de acidez/alcalinidad de un medio. En la
sangre, un PH normal es de 7,4 y en el músculo es de 7,2. Si el PH se reduce, se dice que el
medio se acidifica (se vuelve ácido), mientras que, si el PH aumenta, se dice que el medio se
alcaliniza (se vuelve alcalino) (Allsop et. al. 1990), (Fiñana et al. 2000), (Anderson et. al. 2003) y (Wilmore
& Costill 2004). El ejercicio anaeróbico intenso, libera gran cantidad de hidrógeno (H+), lo que
aumenta la acidez de las fibras musculares, es decir, reduce su PH (Roussel et al. 2000), (Burnes
et. al. 2008), (Lindinger & Waller 2008) y (Wallimann et. al. 2011), pudiendo tolerar el organismo, un
descenso de PH sanguíneo de hasta 6,4 y un aumento hasta 7,8 (Fiñana et al. 2000) y (Wilmore &
Costill 2004). La acidificación de la fibra muscular, deteriora el rendimiento deportivo, ya que
inhibe la actividad de las enzimas glucolíticas, de la ATPasa y la CPK (Palavecino 2002), (Barbany
Fisiología del Ejercicio I.S.A.R.M. 18
2006), (San Juan 2003), (Wilmore & Costill 2004), (Wallimann et al. 2011), (Carrillo & Gilli 2011) y (Santesteban
Moriones & Ibáñez Santos 2017), la liberación de calcio en la fibra muscular, y la actividad de la
troponina en respuesta al calcio (García Caicoya 2003), (Wilmore & Costill 2004), (Saladín 2013) y (Haff
& Triplett 2015); retardando también, la recuperación de la fosfocreatina luego de un esfuerzo
intenso (van den Broek et. al. 2007) y (Tokmakidis et. al. 2011). De esta manera, la acidificación de la
fibra muscular, reduce la capacidad contráctil del musculo (Chase & Kushmerick 1988), (Westerblad
& Allen 1992), (Coast et al. 1995), (Wilmore & Costill 2004), (Alonso-Curiel et. al. 2012) y (Santesteban Moriones
& Ibáñez Santos 2017).
Modificaciones en el PH
intramuscular, con ejercicio
de alta intensidad (círculos
negros) y ejercicio de
moderada intensidad
(cuadrados blancos) durante 6
minutos. Nótese que el
ejercicio de alta intensidad,
reduce el PH (genera acidez)
de forma mucho más
significativa que el ejercicio de
intensidad moderada
Datos e imagen de: (Roussel et. al.
2000).
SISTEMA AERÓBICO
Los dos combustibles que pueden degradarse de forma aeróbica, son la glucosa y los ácidos
grasos; y todas las reacciones aeróbicas, se llevan a cabo en la mitocondria de la fibra
muscular. Estos procesos aeróbicos, se dan principalmente en las fibras musculares rojas, las
cuales presentan gran cantidad de mitocondrias (San Juan 2003).
Así como el
(Siff & Verkhoshansky 2004), (Vived 2005), (Haff y Triplett 2015) y (Hearris et. al. 2018).
músculos, puede utilizar el glucógeno muscular o la glucosa sanguínea de forma anaeróbica,
produciendo en consecuencia 3 o 2 ATP respectivamente; así también, puede utilizar el
glucógeno muscular, o la glucosa sanguínea de forma aeróbica, produciendo en
consecuencia, 38 o 37 ATP respectivamente (Chicharro 2013).
El ejercicio de alta intensidad, estimula vía nerviosa simpática, a las glándulas suprarrenales,
a que liberen adrenalina y cortisol, y a la glándula pituitaria a que libere somatotrofina;
hormonas que a su vez, estimulan la glucogenólisis del hígado, provocando, que el mismo
libere sus reservas de glucosa a la sangre, aumentando los niveles de glucosa en sangre, para
que esta glucosa llegue a los músculos, y pueda ser utilizada para producir ATP (Vived 2005),
(Bussau et al. 2006), (Robertson et al. 2009) y (Prada Pérez 2018).
Fisiología del Ejercicio I.S.A.R.M. 21
células adiposas (células grasas), como así también en las células musculares, y son reservas
de energía que pueden utilizarse para producir ATP (Jeukendrup et al. 1998a) y (Haff y Triplett 2015).
Los triglicéridos, se utilizan como fuente de energía, con ejercicios de baja intensidad; pero
si el ejercicio se realiza a alta intensidad, entonces los principales combustibles utilizados
para producir ATP serán otros, no los triglicéridos (Jeukendrup et al. 1998b) y (José et al. 2014). En
cuanto a la duración del ejercicio; una actividad física que dure más de 40 minutos, utilizará
predominantemente ácidos grasos como combustible para producir ATP (Palavecino 2002) y
(José et al. 2014).
Para ser utilizados como fuente de energía, los triglicéridos, deben descomponerse en las
unidades más pequeñas que lo conforman, es decir, deben descomponerse en glicerol y
ácidos grasos. A este proceso se lo denomina lipólisis (Wilmore & Costill 2004). Durante la
actividad física, se liberan hormonas como la somatotrofina, la adrenalina, la noradrenalina
y el cortisol, las cuales estimulan a la lipasa sensible a hormonas (LHS), una enzima que
provoca lipólisis (degradación de los triglicéridos) (Chicharro y Vaquero 2006) y (Heyward 2008).
Los triglicéridos almacenados en las células adiposas del cuerpo, son degradados (por la LHS)
en glicerol y ácidos grasos y liberados a la sangre; el glicerol viajará por sangre hasta el
hígado, donde será metabolizado y convertido en glucosa (por el proceso de
gluconeogénesis); y los ácidos grasos, viajaran por sangre, hasta llegar a la fibra muscular,
específicamente hasta la mitocondria de la fibra muscular; en la cual ingresan, para luego
transformarse en acetil-coA, compuesto que será degradado en el ciclo de Krebs (Wilmore &
Costill 2004), (Vived 2005), (Barbany 2006) y (Haff y Triplett 2015). La degradación de una molécula de
ácido graso, generará de 129 a 131 ATP (San Juan 2003), (Wilmore & Costill 2004), (Vived 2005) y
(Zeevaert & Moreno 2011).
Fisiología del Ejercicio I.S.A.R.M. 23
Este efecto, se produce a causa de los procesos de recuperación del cuerpo, como ser:
reposición de oxígeno en músculos, eliminación del lactato, resíntesis de ATP y fosfocreatina,
etc. A su vez, este “EPOC” es mucho más significativo luego de un entrenamiento intervalado
de alta intensidad, que luego de un entrenamiento continuo de baja intensidad (Jung et. al.
2019).
Por otra parte, el ejercicio contra resistencia (pesas), permite aumentar la masa muscular, lo
que aumenta la tasa metabólica basal y en reposo de forma crónica, lo que implica un mayor
gasto energético en reposo y en ejercicio (Campbell et al. 1994), (Trevisan & Burini 2007), (Kirk et. al.
2009), (Williamson & Kirwan 1997), (Dolezal et. al. 2000), (Pratley et al. 1994), (Hunter et. al. 2000), (Byrne &
Wilmore 2001), (Dolezal & Potteiger 1998), (Speakman & Selman 2003), (Melby et. al. 1993), y (de Melo Cazal
et al. 2019).
Fisiología del Ejercicio I.S.A.R.M. 24
Proteólisis
Su aporte como fuente de energía es mínima (3 a 18%) (Haff y Triplett 2015).
La proteólisis durante el ejercicio, es inversamente proporcional a las reservas de
glucógeno del organismo. Cuantas más reservas de glucógeno presenta el organismo,
menor es la proteólisis y viceversa (Martín Martín 2017) y (Gil Hernández 2019).
La proteólisis permite la liberación de alanina, la cual se metaboliza luego en el hígado
para formar glucosa (gluconeogénesis) (Vived 2005), (Barbany 2006), y (Martín Martín 2017).
Normalmente, las proteínas, no tienen una función energética, sino estructural; es decir, su
función, no es servir como combustible para producir ATP, sino que, su verdadera función,
es formar las estructuras musculares (Palavecino 2002). Aun así, en situaciones especiales,
como ser ayuno prolongado o fatiga extrema (ejercicio de más de 90 minutos), las proteínas,
pueden ser utilizadas como combustible para producir ATP, convirtiéndose primero en otros
compuestos (Palavecino 2002), (José et al. 2014) y (Haff y Triplett 2015). Solo en estos casos extremos,
las proteínas, pueden degradarse en aminoácidos como la alanina, los cuales, son liberados
en sangre, y viajan hasta el hígado, donde se metabolizan, convirtiéndose en glucosa; la cual
se liberará a la sangre nuevamente, para llegar y ser utilizados en el músculo como fuente
de energía (Dohm et. al. 1985), (Hood & Terjung 1990), (Wilmore & Costill 2004), (Vived 2005), (Barbany
2006), (Chicharro y Vaquero 2006), (Chicharro y Mojares 2008), (Haff y Triplett 2015) (McArdle et. al. 2015b),
(Umegaki 2015) y (Martín Martín 2017).
Con ejercicios de baja intensidad y larga duración puede ser recomendable no comer,
para estimular lipólisis (efecto cuestionado) (Enevoldsen et al. 2004), (Peiró & Lucas 2007) y
(Von Oetinger & Trujillo 2015).
No comer antes del ejercicio, provoca gran liberación de cortisol (gluconeogénesis,
lipólisis y proteólisis) (Aragon & Schoenfeld 2013) y (Von Oetinger & Trujillo 2015).
Podría conducir a hipoglucemia (o cetoacidosis en casos extremos) (Van De Graaff 1999),
(MacMillan 2009) y (Solano Ramírez 2017).
Si bien es cierto que, durante el ayuno se liberan hormonas lipolíticas (que degradan los
triglicéridos), como son el cortisol y las catecolaminas (Von Oetinger & Trujillo 2015); y a pesar de
que algunos autores aseguran que el ejercicio en ayunas aumenta la utilización de los ácidos
grasos como fuente de energía (Enevoldsen et al. 2004), (Achten & Jeukendrup 2004), (Peiró & Lucas
2007) y (Von Oetinger & Trujillo 2015); otros autores, no han encontrado diferencias en la
utilización de triglicéridos con ejercicio en ayunas o sin ayuno (Schoenfeld et. al. 2014), (Henderson
& Alderman 2014) y (Hackett & Hagstrom 2017). En todo caso, si el ejercicio en ayunas pudiese
aumentar la tasa de lipólisis, será recomendable entrenar en ayunas, solo cuando se trate
de ejercicio de baja intensidad y larga duración (que busca la lipólisis durante el ejercicio),
porque si se trata de ejercicio contra resistencia (pesas), no será necesario el ayuno; ya que
la lipólisis, se da posterior al ejercicio, y no durante el mismo (MacMillan 2009). También se
considera, que el consumo de carbohidratos previo al ejercicio, reduce la utilización de
ácidos grasos como fuente de energía (Achten & Jeukendrup 2004) y (Peinado et. al. 2013).
Fisiología del Ejercicio I.S.A.R.M. 26
Por último, se considera, que las pausas activas, serán efectivas, solamente cuando la pausa
inter-serie sea de larga duración, como las que se realiza entre series de trabajo anaeróbico
láctico (15 a 20 min), ocupando solo 1/3 de la pausa con trabajo activo (porque reconvierte
el lactato en glucosa); pero la pausa inter-serie, sería contraproducente durante pausas
cortas, como las realizadas entre sprints de máxima intensidad (2 a 5 minutos), porque
ralentiza la recuperación de la PCr (Tokmakidis et. al. 2011). A pesar de ello, algunos, encuentran
mejor rendimiento con pausa activa entre series de alta intensidad que utilizan pausas cortas
(30 segundos) (Signorile et. al. 1993) o también con pausas inter-series de 4 a 5 minutos (Sairyo
et. al. 1993), (Dorado et. al. 2004) y (Spierer et. al. 2004).
En general, la evidencia, apunta a la conclusión que han llegado Tokmakidis et. al. (2011) y
Nalbandian et. al. (2017). Pues al parecer, durante ejercicios intervalados con pausas medias
o largas (> 5 minutos), aplicar pausa activa, parece mejorar el rendimiento; pero si se trata
de pausas cortas (< 45 segundos) entre series de ejercicio de alta intensidad, la pausa pasiva
(sentado) parece ser más efectiva para mejorar el rendimiento en las series posteriores.
Fisiología del Ejercicio I.S.A.R.M. 28
Ayudas ergogénicas
Ingesta de carbohidratos
Los carbohidratos, luego de ser digeridos, se convierten en glucosa, uno de los combustibles
de mayor rendimiento. La ingesta de carbohidratos, se recomienda, tanto antes, como
durante y después de un ejercicio; pero variará el tipo de carbohidrato y la cantidad a ingerir,
en función del tipo de actividad y la persona.
Los carbohidratos de alto índice glucémico (alto IG), son los que aumentan rápidamente las
concentraciones de glucosa en sangre, y los carbohidratos de bajo índice glucémico, son los
que aumentan las concentraciones de glucosa en sangre lentamente (Palavecino 2002).
El cortisol, es una hormona que tiene efecto lipolítico (consume grasas) y proteolítico
(consume proteínas), reduciendo la masa muscular y por ende el rendimiento deportivo a la
larga (Fahey 1998), (Chicharro y Vaquero 2006), (José et. al. 2014) y (Benardot 2020). El cortisol, se libera
en gran cantidad, en actividades deportivas de larga duración (Fucks e Insua), (Calderón 2007) y
(José et. al. 2014), en estados de hipoglucemia (Rosa 2015) y (Benardot 2020) y más aún, en climas
Fisiología del Ejercicio I.S.A.R.M. 29
calurosos o en estado de deshidratación (Gonzáles-Alonso & Coyle 1998), (Arias et. al. 2000) y (Hosick
et. al. 2010). La liberación de esta hormona, se atenúa (se reduce), si se consumen
carbohidratos (Nieman et. al. 2001), (Li & Gleeson 2005) y (Ocaña 2014), por esta razón también, e
recomienda su consumo durante el ejercicio prolongado.
Después del ejercicio: Una vez terminada la sesión de entrenamiento, será recomendable
durante los próximos 60 minutos, ingerir carbohidratos de alto índice glucémico en su
mayoría, y un poco de carbohidratos de mediano-bajo índice glucémico. Esto se recomienda,
porque al finalizar la sesión de entrenamiento, los GLUT-4 (canales que permiten el ingreso
de la glucosa al interior de la célula) se encuentran abiertos, la sensibilidad a la insulina
aumenta y la enzima glucógenosintaza, se encuentra muy activa; esta enzima, es la
encargada de almacenar la glucosa que viene de sangre como glucógeno en el músculo e
hígado; por lo tanto, como su actividad aumenta luego de un entrenamiento, toda glucosa
que circule por sangre cerca de la musculatura o del hígado, será inmediatamente tomada y
almacenada como glucógeno muscular o hepático respectivamente, permitiendo aumentar
las reservas de glucógeno para sesiones posteriores. A esta fase sensible para la
glucogenogénesis, se la denomina “ventana de la oportunidad” o “ventana fisiológica”
(Weineck 2005), (Chicharro y Vaquero 2006), (Pérez-Guisado 2008), (Peinado et. al. 2013), (Tavío & Domínguez
Por otra parte, el consumo de carbohidratos de alto índice
2014) y (Urdampilleta et. al. 2015).
glucémico posterior al ejercicio, aumenta los niveles de insulina, lo que reduce los niveles de
cortisol, lo que reduce a su vez el catabolismo protéico (Fucks e Insua).
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