MODELO FRANCÉS
En el modelo francés, el proceso
contencioso administrativo está
centralizado en órganos especializados,
como el Consejo de Estado y las cortes
administrativas de apelación.
En el modelo francés, existe una
separación marcada entre los poderes
administrativo y judicial. Los tribunales
administrativos tienen competencia
exclusiva sobre los litigios entre los
ciudadanos y la administración pública.
La separación de poderes busca
garantizar la independencia de los
tribunales administrativos y su capacidad
para controlar la legalidad de los actos
administrativos.
El proceso contencioso administrativo
en el modelo francés se caracteriza por
su formalismo y procedimientos
específicos. Se requiere un cumplimiento
estricto de los plazos y requisitos
procedimentales, lo que puede hacer que
el proceso sea más complejo y formal que
en otros sistemas.
El enfoque principal del proceso
contencioso administrativo en el modelo
francés es el control de legalidad de los
actos administrativos. Los tribunales
administrativos evalúan si las acciones de
la administración pública cumplen con la
ley y los principios generales del derecho
administrativo.
MODELO JUDICIALISTA
En los sistemas judicialistas, el proceso
contencioso administrativo se integra
dentro del sistema judicial general.
A diferencia del modelo francés, donde la
revisión de las decisiones administrativas es
realizada por tribunales administrativos
especializados, en los sistemas judicialistas, los
tribunales judiciales tienen la autoridad para
revisar las acciones de la administración pública.
Esto significa que los tribunales judiciales
pueden resolver una amplia gama de disputas
legales, incluidos los litigios administrativos.
En comparación con el modelo francés, el
proceso contencioso administrativo en los
sistemas judicialistas puede tener un enfoque
menos formalista. Los tribunales judiciales
pueden aplicar principios generales del derecho
común y tienen flexibilidad en los
procedimientos, lo que puede hacer que el
proceso sea más accesible para los ciudadanos.
En los sistemas judicialistas, el proceso
contencioso administrativo a menudo está
orientado hacia la protección de los derechos
individuales y la justicia en general.
Los tribunales judiciales pueden tener un papel
más activo en la defensa de los derechos de los
ciudadanos frente a la administración pública.