Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Son numerosas las definiciones que se han formulado sobre la ciudad dependiendo del
elemento constitutivo sobre el que se fijara la atención. Unos autores han destacado el
elemento material (la pavimentación, el cierre amurallado, los equipamientos), mientras que
otros han atendido a las relaciones sociales o a visiones utópico-filosóficas del fenómeno
urbano.
Con carácter general, los estudiosos han venido distinguiendo las ciudades según dos
criterios: las épocas en las que se han consolidado (criterio histórico) y el tipo de cultura en
que éstas se han desarrollado (criterio antropológico). Desde estas perspectivas se suele
distinguir entre la ciudad antigua, la ciudad medieval, la ciudad barroca o, la ciudad
precolombina, la ciudad islámica, la ciudad anglosajona, la ciudad mediterránea, etc.
https://explorandoelmundo.com/2015/11/18/visitando-ciudades-
legendarias-de-turquia-troya-pergamo-y-efeso/
El Artemisio, como se denominó el templo, fue en su tiempo una institución muy poderosa. El
terreno a su alrededor estaba marcado con mojones que indicaban que era propiedad de la diosa,
por lo que era inviolable y en él se aplicaba el derecho de asilo. Asimismo, el templo poseía
extensas propiedades rurales y numerosos esclavos, y como estaba protegido por su carácter
sagrado funcionaba como un banco: custodiaba depósitos, cambiaba moneda y hacía préstamos.
Sabemos que el filósofo Heráclito, que era natural de Éfeso, depositó allí su libro buscando la
seguridad que ofrecía.
La diosa, conocida como Ártemis o Diana Efesia, aunaba en sí misma elementos griegos y
orientales. Su estatua de culto mostraba unas hileras de protuberancias en el torso que se han
tomado tradicionalmente como senos (en relación con su carácter de diosa madre), pero que
actualmente se interpretan como testículos de toro, un elemento que se ofrecía a la diosa en
sacrificio y que tiene que ver también con la fuerza generadora. Una vez al año la diosa salía en
procesión a contemplar sus dominios, según la costumbre oriental.