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C.I.

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Centro Integral de Estudios

Nombre y Apellido: Ivana María Merka

Módulo: “ADOLESCENCIA”.

Trabajo Práctico II

 Realice un cuadro comparativo, teniendo en cuenta “la adolescencia que vivió, con la
que se vive hoy.
 Busque una noticia periodística, donde se pueda observar el vínculo entre “la familia-
adolecente y escuela.”

ACTIVIDAD Nº1

Cada día observamos como nuevas tendencias se crean, nuevas modas, nuevas
formas de pensar y de vivir y poco a poco se van alejando cada vez más de las tradiciones que
por mucho tiempo rigieron a nuestra sociedad. La sociedad ha evolucionado a un punto en
donde la conciencia sobre el cuidado del ambiente, la igualdad entre sexos y géneros (no
discriminación), la curiosidad por el arte, los medios de comunicación digitales y la tecnología
son los principales motores de la “nueva sociedad”.

ADOLESCENCIA ANTES ADOLESCENCIA ACTUAL


 En nuestra manera de jugar entre  ahora se juega en la casa, ya sea en
amigos, antes, se salía al patio, a un juego de realidad virtual o de
jugar el escondite, entre otros. manera online.
 Cuando se trataba de comunicarse  ahora existe el correo electrónico,
con alguien, se llamaba de un las redes sociales, el WhatsApp,
teléfono. entre otras.
 Antes solo disponías de Encarta para  Hoy no solo tienes Wikipedia sino
hacer tus tareas escolares. miles de páginas con información
especializada.
 La juventud sentía la necesidad de  No tiene interés por la política,
manifestarse en la política, en los propio de la globalización y
movimientos musicales, en el modo posmodernidad.
de vida, en el arte, y contra las Sigue habiendo conciencia de las injusticias,
formalidades de los adultos... fueron pero al no interesarse por la política no
diferentes caminos de rebeldía y tienen los conocimientos que le permitirían
deseos de cambios. comprender más la realidad presente.
 Antes, uno se rebela contra los  En la sociedad actual, los jóvenes no
padres y las obligaciones de la esperan el momento de vestirse
sociedad, en tanto que a su vez, como sus padres, son los padres son
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soñaba con llegar a ser rápidamente los que tratan de vestirse como
un adulto para ser como ellos. ellos.
Para la cultura actual uno es lo que tiene. Se
busca la realización personal inmediata, se
disuelve la fe y la confianza en el futuro. Es la
cultura del no esfuerzo. Se produce la
derrota del pensamiento. La gente quiere
vivir aquí y ahora, por eso hay derecho a la
expresión sin límites a divertirse a cualquier
costo, a practicar la sexualidad sin tabúes.

ACTIVIDAD Nº2

Decretos presidenciales, medidas cautelares, presentaciones en la Corte


Suprema, opinólogos, chicanas: en el debate hipermediatizado sobre la
presencialidad en las escuelas hay de todo, menos las voces de sus
protagonistas. Investigadores de la UNSAM y directivos escolares de San
Martín analizan qué sucede en los barrios del conurbano bonaerense.

Por Solana Camaño y Gaspar Grieco. Ilu: Sebastián Pérez


Las comunidades educativas son protagonistas de reconfiguraciones constantes por la
pandemia. Criterios pedagógicos se tensionan con medidas tomadas por motivos
sanitarios: el deseo de que niños y adolescentes estudien en sus pupitres de clase en
lugar de usar Zoom o WhatsApp convive con la necesidad de disminuir la circulación
en el transporte y las escuelas. En los barrios populares de San Martín, las
dificultades en el acceso a la conectividad y el recrudecimiento en las condiciones
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socioeconómicas de vida coexisten con la organización entre familias, estudiantes,


docentes y directivos para afrontar la crisis. La gran pregunta: ¿Cómo hace una familia
con cuatro hijos en edad escolar que cuenta con solo un celular para conectarse y
“educarse” en virtualidad?
Esta situación de inestabilidad no tiene precedentes en la historia del sistema escolar.
Silvia Grinberg, especialista en educación y directora del Laboratorio de Investigación
en Ciencias Humanas de la Escuela de Humanidades (EH), explica que, usualmente,
en medio de la incertidumbre, “la escuela era un sinónimo de lo seguro”, un lugar que
organizaba las rutinas de niños, adolescentes y sus familias.
¿Qué sucede cuando ese organizador deja de estructurar la vida cotidiana? Para los
trabajadores de la educación, un desequilibrio constante en sus esquemas de trabajo.
“Prefiero que me digan o abrimos todo 2021 o cerramos todo, porque así es mucho
más fácil organizarnos. Navegar en esta incertidumbre es una locura”, dice Marcelo
Gasparini, vicedirector de la Escuela Media 10 “Martín Fierro” de la localidad de Loma
Hermosa, partido de San Martín.

Docentes de San Martín

Quienes ocupan puestos directivos en las escuelas suelen tener poco lugar en los
discursos mediáticos y en la gestión provincial en torno al debate acerca de
presencialidad o virtualidad. Y, sin embargo, son quienes operan de nexo entre las
directrices gubernamentales, los docentes y las familias. “Más allá de las voluntades y
las ganas de los docentes que buscan miles de estrategias, nos vemos
tremendamente frustrados. Este segundo año la falta de comunicación es mucho peor
que la del año pasado”, cuenta Gasparini.
Para las familias la odisea también es diaria: la vuelta a la virtualidad en la provincia de
Buenos Aires implica la reorganización en las tareas laborales y de cuidado de los
adultos, pilas de tareas amontonadas, niños y adolescentes que pasan muchas horas
solos. “Las familias le piden a la escuela la seguridad que no tienen respecto de sus
hijos, las respuestas a todos los problemas. Y la escuela se quedó en medio de un
ring, teniéndose que hacer cargo de múltiples demandas, como ‘Mi hijo pega, ¿qué
hago?’”, reflexiona Grinberg.

Territorio heterogéneo, múltiples estrategias


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El partido de General San Martín cuenta con 224 establecimientos educativos para los
niveles de formación inicial, primario, secundario y terciario. Según el informe “Análisis
Integral Territorial” elaborado en octubre de 2019 por el Centro de Estudios
Económicos Urbanos de la Escuela de Economía y Negocios de la UNSAM, el 66% de
las instituciones pertenecen al sector público y el 34% restante al sector privado. En
relación a la distribución territorial de la oferta, cerca del 70% de los establecimientos
se concentran en tres localidades: Villa Ballester, San Martín y José León Suárez; las
cuales representan el 17% de la superficie territorial del partido.

Irene León es directora de la Escuela Primaria 28 “Juana Manso” del barrio Lanzone,
José León Suárez. En relación a la vuelta a la virtualidad en la provincia, opina que “la
vida está por sobre todas las cosas, que se va a aprender de todas formas y que no
hay una generación perdida”.
Sin embargo, la directora cuenta que trabaja con una comunidad que tiene casi todos
sus derechos vulnerados: “Los vecinos sufrieron históricamente la muerte de padres,
hermanos o abuelos y no por el coronavirus, sino por gatillo fácil, la droga, por no tener
acceso a un sistema de salud robusto. Hubo generaciones enteras acostumbradas a
vivir en la incertidumbre porque no tienen laburo. No es una novedad para ellos vivir
amenazados por las carencias. Están acostumbrados a vivir cercados por la muerte”.
En 10 años de trabajo, Irene nunca había estado tan cerca de las familias como el año
pasado. “En el reparto de la mercadería pudimos conocernos más. Lo negativo es que
no hubo un avance pedagógico en los procesos de aprendizaje. Hay una cuestión
central que tiene la escuela que es la enseñanza y no se pudo avanzar en eso en este
marco de pandemia. Pudimos sostener los vínculos y la comunicación”, dice.
Andrea Biscione, vicedirectora de la Escuela Secundaria Técnica de la UNSAM,
reconoce lo mismo: “La entrega de alimentos es el momento en que uno se encuentra
con el otro y tiene la posibilidad de este sentir y ver qué está pasando”. Si bien adhiere
a la falta de presencialidad desde un punto de vista sanitario, sostiene que, en
términos pedagógicos, la virtualidad tiene un techo. Incluso, si una familia no se
presenta para buscar el cuadernillo didáctico, se lo alcanzan. “No está permitido que
vaya a las casas a llevar material, pero es lo único que podemos hacer por los pibes y
por eso es el enojo que tenemos con el Estado. Entendemos que tiene que legislar
para la general, pero que en lo particular nos tienen que dar algunas libertades. Cada
región y municipio tendría que poder acordar una forma de seguir vinculándose con
sus estudiantes”, opina.
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Para Stella Maris Mas Rocha, especialista en educación y secretaria académica de la


Escuela de Arte y Patrimonio, “los grandes ausentes en las tomas de decisiones han
sido los directivos y los docentes”. La investigadora considera que nadie conoce mejor
las necesidades puntuales de cada escuela que sus directivos, docentes y
estudiantes. “Ellos están en condiciones de definir priorizaciones donde quizás no todo
puede ser virtual y se puedan hacer encuentros semanales con todos los cuidados que
requiera. Otros actores tuvieron el protagonismo que deberían haber tenido ellos: las
decisiones ministeriales, la cuestión mediática y los sindicatos, que tuvieron reclamos
coherentes como vacunas y paritarias para la general, pero no pensaron en
estrategias locales”, critica.
León, de la Primaria 28, destaca la gestión local: “Sentí mucho más cerca al municipio,
al menos en los intentos de acompañar la continuidad pedagógica en las escuelas”.
Gasparini, vicedirector de la escuela 10, coincide en la crítica al Estado Nacional. “Los
que estamos en el territorio sabemos cuáles son las necesidades, y no son las
soluciones que nos están dando. También entendemos que hay que quedarse en casa
y cuidarse, porque siempre lo primero es la vida y la salud”, dice y confiesa: “A veces
tengo un sentimiento encontrado porque necesito que los pibes y pibas estén dentro
de la escuela porque no tenemos manera ni herramientas para que haya diálogo de
otra forma”.
En esa línea, Mas Rocha lamenta la discontinuidad de los programas nacionales
Conectar Igualdad y Argentina Conectada. “Todos los problemas estructurales se
agravan con la brecha digital, porque hace unos años se suspendió el programa de
entrega de notebooks, que funcionó como un paliativo importante para acceder a una
computadora. Hubiera sido diferente la situación si no se cortaban esas dos políticas
públicas. Además, no todas las escuelas tienen una infraestructura para garantizar una
buena conectividad”, manifiesta.

Entrega de alimentos

Las familias hacen las escuelas


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Para Silvia Grinberg, la participación de las familias en las decisiones escolares no es


una novedad, solo que no tenían protagonismo en la agenda pública como en la
actualidad a raíz de iniciativas como el colectivo nacional “Padres organizados” o
“Familias por un Retorno Seguro a las Escuelas”. La directora del Laboratorio de
Investigación en Ciencias Humanas (LICH) subraya que la mayoría de las escuelas del
Área Reconquista gestadas en los ‘90 fueron resultado de los reclamos de los barrios
ante la falta de matrícula. El problema persiste hasta el día de hoy en todo el
municipio: el 59% de la población total de entre 6 y 14 años (56.173 chicxs) no puede
ser cubierta por la oferta actual de matrículas para educación primaria. En cuanto a la
educación secundaria, el déficit de matrículas afecta al 22 % de los adolescentes de
15 a 19 años.
“Las escuelas que están construidas dentro de los barrios son resultados de esas
luchas. Los vecinos se manifestaban junto a los docentes, levantaban las piedras y
paredes. En general, la prensa tiende a hablar de cómo los sectores medios pelean
con la educación pública, y no de estas otras historias de los barrios que son muy
importantes en la constitución del sistema educativo del siglo XX”, analiza Grinberg.
Las desigualdades sociales son preexistentes a la pandemia. La investigadora en
educación da el ejemplo de las cooperadoras escolares como espacios donde se
evidencian: “Hay cooperadoras de escuelas públicas de barrios profesionales de la
Ciudad de Buenos Aires que gestionaron donaciones de compus para las escuelas, y
otras que consiguieron la comida para repartir en el barrio. No es que las últimas no
funcionan, es que empiezan la carrera 20 pasos atrás”.

Recorrida por los barrios

Grinberg considera que los sectores medios y profesionales que piden la


presencialidad en los “chats de mamis y papis” no constituyen un actor político con
proyección a largo plazo. En ese mismo sentido, Gasparini opina que “en CABA lo que
se ve es una manifestación claramente política y mediática, donde no son padres que
se organizan en beneficios de la escuela, porque es imposible que hayan logrado tal
articulación en tan corto tiempo”.
En esa línea, Biscione señala que “muchas familias quieren la presencialidad, pero no
desde el mandato de la tragedia que se ve en los medios, sino de lo que se pierde por
la riqueza de hacer escuela”, y enfatiza: “La escuela como potencia, como centro,
como el lugar donde tienen que estar los pibes”.
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Las dos directoras subrayan el amor que la comunidad le tiene a la escuela. “Hay tanto
cariño entre los vecinos y vecinas del Área Reconquista por las personas que la
habitamos que siempre se ofrecen a darnos una mano, a ayudar, a arreglar o limpiar.
Y también son solidarias con las familias que no tienen o tienen menos, hasta se
dividen la comida entre ellos de forma equitativa”, cuenta Biscione.
Gasparini, por su parte, observa un vínculo similar: “En Loma Hermosa vemos ese
respeto antiguo que había en la escuela como institución. Nos hemos quedado sin
comida y les hemos explicado que no nos alcanzó lo que nos mandaron y han
entendido la situación y creído en nosotros”.
Si hay una certeza acerca del lugar de la escuela a un año de pandemia, es su valor e
importancia. “La sufrimos tanto que quedó en evidencia su centralidad en la vida
social”, afirma Grinberg. Andrea e Irene adhieren a que nunca volverá a ser la misma,
y que eso es una oportunidad para construir, por fin, “un sistema educativo nuevo”.

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