Está en la página 1de 6

Realismo político y crítica ética:

una tensión esencial.


Comentarios al libro
El Poder y el Valor de Luis Villoro 1
AMBROSIO VELASCO GÓMEZ
Instituto de Investigaciones Filosóficas, UNAM

Introducción Parte 1: Las tensiones en tomo


al poder y al valor
El libro recientemente publicado de Luis
En los capítulos iniciales, Villero elucida
Villero, El poder y el valor, es una obra el concepto de valor y las características
que continúa y profundiza temas centra- del conocimiento de los valores. A dife-
les de su libro anterior, Creer, saber, cono- rencia del saber objetivo, basado en razo-
cer ", Mientras que en esta obra Luis nes suficientes que garantizan su validez,
Villero centraba su interés en el análisis en el caso del conocimiento de valores no
del saber objetivo propio de las ciencias, puede determinarse un conjunto de con-
en El poder y el valor discute y elucida diciones necesarias y suficientes que garan-
problemas del conocimiento vinculado a ticen su aceptación racional entre los
los valores y a la acción, tanto en el plano miembros de una determinada comunidad.
ético como en el político. La diferencia Más que un conocimiento objetivo se trata
entre este tipo de conocimiento y el saber de «un conocimiento personal». Pretender
objetivo constituye la primera de una que el conocimiento de los valores pueda
tener una objetividad científica implica un
serie de dicotomías o, mejor dicho, opo-
dogmatismo peligroso. Pero Villero
siciones conceptuales que establece advierte que el hecho de que las creencias
VíIloro a lo largo del libro, tales como sobre valores no tengan que ser objetivas,
cognoscitivo-afectivo, individuo-comuni- en el sentido en que lo son las creencias
dad, razón-tradición, disruptivo-reiteratl- científicas, no las condena a un relativismo
vo, moralidad-ética, poder-contrapoder, escéptico y a la irracionalidad de los capri-
democracia procedimental-democracia chos subjetivos. El dilema de tener que
radical, etc. En cada capítulo Luis Vílloro escoger entre dogmatismo o relativismo
analiza con finura y rigor las tensiones escéptico surge solamente si se plantea que
entre estos opuestos y las integra en torno la única racionalidad es la científica. «De-
a la tensión esencial entre el mundo del trás del cientificismo acecha el nihilismo»,
poder y el mundo del valor. En la primera sentencia Villoro. Para superar este dile-
ma, Luis Vílloro propone otro tipo de
parte de esta presentación haré una
racionalidad que no es demostrativa, ni
síntesis muy esquemática del análisis arriba a juicios apodícticos y universales.
que hace VilIoro de algunas de estas ten- Se trata, dice Villero, utilizando una expre-
siones y de la posición que él adopta. En sión de Carlos Pereda, de una «raciona-
la segunda parte expondré mis desacuer- lidad incierta».
dos principales con algunas de sus posi- Este tipo de racionalidad busca un equi-
ciones. librio (variable) entre un componente fác-

ISEGORíN19 (1998) pp. 151·156 151


NOTAS Y DISCUSIONES

tico y descriptivo de los valores y un aspec- en el ámbito de la conciencia privada, en


to afectivo y emocional. Desde esta pers- -la que los valores atienden no tanto a fines
pectiva, Villoro considera al valor como individuales sino a fines comunes, así como
«las características por las que un objeto a su relación y jerarquía respecto a los fines
o situación (aspecto fáctico) es término de individuales y a la vida privada. En cuanto
una actitud favorable» que involucra un la ética política trata fundamentalmente de
factor afectivo, de estima y aceptación. un complejo de relaciones de ciertos valo-
Tales características pueden ser efectiva- res, necesariamente genera una continua
mente experimentadas en objetos o situa- tensión entre los factores opuestos cons-
ciones del mundo real, o bien proyectadas titutivos del conocimiento de los valores:
por las intenciones de las acciones en un lo fáctico y lo afectivo, lo individual y lo
mundo imaginario que, al mismo tiempo comunitario, 10 personal y 10 público, 10
que es deseable, desvela las carencias del aceptado por razonamiento y lo heredado
mundo real que es necesario subsanar. de las tradiciones culturales. (Nótese en
Cuando estas carencias son determinantes esta última tensión la oposición entre
para la vida humana se convierten en nece- razón y tradición, que cuestionaré más
sidades básicas, y precisamente un valor adelante.)
objetivo es aquello que satisface alguna Luis VilIoro analiza distintos pensado-
necesidad básica común, a diferencia de res clásicos que abiertamente exponen y
una apreciación subjetiva de valores en en -algunos casos tratan de resolver estas
objetos o situaciones experimentadas o tensiones. Maquiavelo, Rousseau y Marx
proyectadas, que tan sólo satisfacen sen- son claros ejemplos de autores que
saciones subjetivas de carencia. desarrollan en sus obras dos tipos de len-
Luis Villoro reconoce que lo que cuenta guajes o discursos: uno descriptivo, expli-
como una necesidad básica varía de cultura cativo, técnico, científico, y otro afectivo,
a cultura, pero afirma que entre todas las normativo, cargado de juicios de valor.
variaciones culturales subyacen tres tipos En cuanto a la tensión entre una ética
de necesidades generales: bienes indispen- personal, fundada en la aceptación racio-
sables para la sobrevívencia, autonomía y nal de valores y normas valoratívas por par-
libertad personal de elección para dar sen- te de la persona individual, y una mora-
tido a la vida y pertenencia a una comu- lidad con fundamento de valores y sistemas
nidad con una cultura y una determinada normativos dominantes en una determina-
estructura jerárquica de valores. Así con- da sociedad, Villoro sitúa en un extremo
cebidas, las necesidades básicas y los valo- a la ideología, como pensamiento moral
res objetivos que les corresponden intro- reiterativo de los valores y normas social-
ducen una tensión esencial en la vida de mente aceptados, y en el otro extremo la
los hombres entre fines y valores indivi- utopía, como pensamiento disruptívo de
duales que afirman la identidad personal lo dado en la sociedad y en las tradiciones
y fines y valores comunitarios que afirman heredadas. La utopía carece de eficacia
la identidad colectiva. Esta tensión puede para realizar aquellos valores que proyecta
ser arbitrada o bien por un razonamiento en su crítica a las instituciones, normas y
por parte del individuo (valoraciones ori- prácticas establecidas, mientras que la
ginales) o bien por reconocimiento de la ideología, si bien es muy eficiente para
autoridad de algunas valoraciones deriva- orientar y regular las acciones de los hom-
das. Estas distinciones le permiten a Luis bres en un sociedad determinada, carece
VíIloro caracterizar a la ética política como de potencial crítico para evaluar y even-
aquella en la que se debaten valores obje- tualmente transformar el estado de cosas
tivos en la arena pública y no meramente existente. Ante este dilema ViIloro defien-

152 ISEGORíAl19 (199B)


NOTAS Y DISCUSIONES

de con mucho tino una ética política situa- enfatizan un sentido descriptivo, que
da entre los extremos que, al mismo tiempo caracterizan el funcionamiento de un sis-
que preserve su potencial crítico, muestre tema institucional, y aquellos que subrayan
su eficacia en la transformación de la rea- un sentido eminentemente valorativo que
lidad. A mi manera de ver, el equilibrio postula la libertad positiva del pueblo para
reflexivo entre ideología y utopía, entre el gobernarse a sí mismo. Esta tensión inter-
pensamiento reiterativo de la moralidad na del concepto de democracia la utiliza
social que justifica un marco institucional Villoro para cuestionar éticamente las
vigente y la crítica ética a esa moralidad democracias liberales existentes en nues-
y marco institucional no sólo es el rasgo tros días y, al mismo tiempo, para postular
fundamental de la ética política que Víllo- un régimen democrático sustantivo o radi-
ro defiende, sino también uno de los con- cal que reivindique los ideales fundamen-
ceptos fundamentales de toda auténtica tales de la democracia como gobierno del
teoría política 3. El mismo ViIloro señala pueblo para el pueblo, y al mismo tiempo
estas tensiones en obras clásicas de teoría preserve las libertades individuales prin-
política como en la república de Platón, cipales. Este análisis de las diferentes con-
especialmente en el diálogo entre Sócrates cepciones de democracia resulta muy per-
y Trasímaco que se desarrolla en el primer tinente para una comprensión crítica del
libro de la República, en el pensamiento proceso de transición democrática que
político de Maquiavelo y en diferentes teo- estamos viviendo en México. Más especí-
rías de la democracia. Creo que más que ficamente, en el último capítulo del libro
tratarse de dos formas de pensamiento, de Luis Villoro argumenta que, a menos que
dos tipos de lenguajes o de dos tipos de la comunidad sea reivindicada como un
teorías que eventualmente se traslapan sin agente político fundamental, y que se reco-
intención o propósito por parte del teórico nozca que el pueblo no es homogéneo e
político, en cada una de estas obras se trata indiferenciado, sino constituido por una
de un solo discurso con matices plurales pluralidad de comunidades, la democracia
en el que el autor busca propositívamente no podrá efectivamente alcanzar su ideal
un equilibrio con pretensiones persuasivas ético y, en el mejor de los casos, se limitará
entre lo descriptivo y reiterativo y la eva- a reproducir el sistema de dominación
luación crítica y prepositiva. Volveré a este vigente. De esta manera se hace patente
punto más adelante. que el libro de Villero no sólo es una obra
En los capítulos finales del libro, Luis filosófica rigurosa y original sobre ética y
Villero discute desde su perspectiva de la política, sino también un ejercicio ejemplar
ética política diferentes tradiciones de la de crítica ética de la política, crítica que
filosofía política. Su discusión se centra en desde mi punto de vista constituye lo esen-
dos tipos de concepción de la asociación cial de las grandes obras de la teoría
política: aquellas, como la hobbesiana, que política.
privilegian el orden social y las concep-
ciones de la tradición liberal que consi-
deran como valor prioritario la libertad. Parte 1I: Algunos desacuerdos
Mientras que a las primeras le pueden
corresponder diferentes formas de gobier- Mis desacuerdos con Luis ViIloro son prin-
no, las segundas únicamente pueden adop- cipalmente de matiz e interpretación. Qui-
tar un régimen de gobierno democrático. siera referirme principalmente a tres pun-
Al analizar las teorías de la democracia, .tos relacionados con diferentes oposicio-
Villoro identifica de nuevo dos tratamien- nes: saber objetivo-conocimiento de valo-
tos distintos del concepto: aquellos que res; valoración racional-valoración tradi-
NOTAS Y DISCUSIONES

cional; ética del contrapoder-ideología del valores. En este sentido, la concepción de


poder. Villoro del conocimiento de valores podría
Primeramente, creo que no puede sos- generalizarse para constituir un nuevo
tenerse una diferencia radical entre el monismo epistemológico opuesto al cien-
saber objetivo de las ciencias y el «cono- tificismo que atinadamente él critica: no
cimiento personal» de los valores y las es el conocimiento científico como lo
acciones. La filosofía de la ciencia post-po- entienden los positivistas el modelo de
sitivista (que no posmoderna) muestra que todo conocimiento y racionalidad, inclu-
la racionalidad propia de las ciencias no yendo al conocimiento ético, sino, por el
presupone un conjunto de condiciones contrario, es el conocimiento ético como
cognoscitivas que garanticen el conoci- lo entiende ViIloro el que nos da la pauta
miento objetivo en una determinada comu- para comprender el conocimiento cientí-
nidad epistémica. En especial, la idea de fico como lo entienden los post-positi-
un método algorítmico confiable para vistas.
aceptar o rechazar racionalmente hipótesis El segundo punto de desacuerdo tiene
y teorías ha sido totalmente descartado. que ver con la asociación que hace Luis
En su lugar, la idea formulada por Pierre Villero entre racionalidad, persona indi-
Duhem, desde principios de siglo, de que vidual y ética, por un lado, en oposición
el progreso racional de la ciencia depende a aceptación acrítica, tradición y moralídad
no de los métodos impersonales, sino del social, por otro. El tema es central en la
buen sentido y juicio prudente de los cien- filosofía contemporánea. Luis Villero sos-
tíficos, ha ganado aceptación en la filosofía tiene que la reflexión ética del individuo
de la ciencia post-popperiana (a pesar de sobre la moralidad social le permite tener
los explícitos esfuerzos de Popper y Laka- un juicio racional sobre qué aceptar y qué
tos por domesticar metodológicamente «el rechazar de 10dado en la tradición cultural
ambiguo buen sentido de Duhem»). En y social a la que pertenece. Este inventario
especial cabe destacar la influyente obra personal y crítico de lo que ha dejado la
de Polanyi que tiene por título precisamen- tradición es el punto de partida para tener
te Conocimiento Personal. Polanyi argu- una posición autónoma en la vida pública,
menta que este tipo de conocimiento es posición que eventualmente podría llegar
fundamental para la empresa científica. a coincidir con otras y formar así una nueva
Thomas Kuhn, y posteriormente filósofos concepción moral colectiva, una nueva éti-
como Laudan, Hcssc y Hacking, entre ca disruptiva y crítica de la dominante. En
otros, también integran el conocimiento todo caso, la posibilidad de una moralidad
personal y el conocimiento heredado de colectiva éticamente fundada será siempre
las tradiciones científicas como esencial opuesta al poder y al orden social, En este
para el progreso racional de las ciencias. sentido la democracia radical, que está éti-
Todos ellos estarían de acuerdo en que camente fundada, es un pensamiento dis-
también la racionalidad científica es una ruptivo y utópico en relación con la demo-
«racionalidad incierta», o flexible, o como cracia liberal en existencia. Sobre esto
prefiero llamarla, prudencial. En este sen- quiero señalar un problema: ¿Dcsde dón-
tido, quiero sugerir que el modelo del de hace el individuo la crítica a la mora-
conocimiento de valores que propone lidad social? Parecería -que VilIoro reco-
Villoro también resulta apropiado para el noce como único fundamento de la crítica
saber objetivo de la ciencia. A la luz de racional un substrato ético individual que
los desarrollos recientes de la filosofía de trasciende a toda moralidad social, a toda
la ciencia creo que no hay mayor diferencia tradición. Al igual que en la filosofía de
entre saber científico y conocimiento de la ciencia (Kuhn, Laudan y Hacking) y en

154 ISEGOAiN19 (1998)


NOTAS Y DISCUSIONES

la hermenéutica contemporánea (Gada- dejo para otra ocasión mis discrepancias


mer) se reconoce que no hay racionalidad con la interpretación de Luis Villoro sobre
fuera de alguna tradición específica, me Maquiavelo.) En esta tradición el concepto
parece que también habría que reconocer de poder se opone al de fuerza y violencia
en el campo de la ética y de la política y presupone la existencia de un consenso
que el lugar de la reflexión racional está comunitario ética y racionalmente fun-
siempre en el ámbito de las tradiciones dado 5.
y no en el plano individual. Esto no quiere Me parece que reconocer la posibilidad
decir que no puedan criticarse los valores de una moralidad social que efectivamente
y sistemas normativos de las tradiciones. pueda ser el fundamento ético de un poder
Como lo ha señalado Peter Winch y más político comunitario es muy importante
recientemente A1asdair Maclntyre, el diá- para la defensa de la democracia sustan-
logo entre una pluralidad de tradiciones tiva, radical o, como prefiero llamarla,
es un potente mecanismo de crítica racio- republicana. Asimismo, el reconocimiento
nal de las pretensiones epistémícas, éticas de la racionalidad de tradiciones comuni-
y políticas de nuestra propia tradición. La tarias es también esencial para defender,
autonomía se extiende así de los individuos como lo hace Luis Vílloro, la superioridad
a las comunidades y a las tradiciones. ética de este tipo de democracia sobre la
Otro problema importante es la idea democracia liberal, que lejos de garantizar
que me parece apreciar en Villoro de que
el poder del pueblo sobre el pueblo, de
el único tipo de moralidad social éticamen-
hecho, en nuestros días, tiende a ignorarlo
te fundada es la que resiste y se opone
sin confesarlo.
al poder, la del contrapoder. Si éste fuera
el caso entonces parecería que jamás Concuerdo plenamente con esta crítica
podría existir un gobierno auténticamente de Villoro a la democracia liberal, com-
legítimo 4, ni siquiera lo sería un régimen parto su esperanza y entusiasmo por la
democrático sustantivo o radical cuando democracia radical, la rehabilitación polí-
llega a realizarse e institucionalizarse. tica de las comunidades y el pluralismo
Creo que esta cuestión se deriva de un cultural. Pero me parece que el limitar la
problema principalmente terminológico: racionalidad y eticidad del conocimiento
ViIloro únicamente entiende al poder valorativo a la reflexión crítica que el indi-
como ejercicio de la fuerza o violencia de viduo puede desarrollar sobre lo dado en
un grupo sobre la sociedad. Así entendido la moralidad social y lo transmitido por
coincido con su punto de vista, pero creo las tradiciones no está epistemológicame n-
que convendría examinar otra alternativa: te fundado ni es del todo consecuente con
poder como consenso de la comunidad los valores fundamentales de la ética polí-
para autodeterminarse. Este concepto de tica que Luis Villoro sostiene y defiende
poder está presente en la tradición repu- en este espléndido libro, que sin lugar a
blicana de teoría política desde Maquia- dudas es una expresión ejemplar de la
velo hasta Hannah Arendt. (Por cierto, mejor tradición de teoría política.

ISEGORíA/19 (1998) 155


NOTAS Y DISCUSIONES

NOTAS

I Luis Villero, El Poder y el Valor, Fundamentos


and Justice, University of California Press, Los Ángeles,
de una Ética Poluica, Fondo de Cultura Económica, 1972, pp. 185-192.
El Colegio Nacional, México, 1997.
, Para una concepción de la legitimidad del poder
, Luis Villero, Creer. saber, conocer. Siglo XXI,
México,1982. político basada en el reconocimiento racional por
J Sobre la tensión esencial en el significado de los
parte de los gobernados véase, por ejemplo, León
conceptos políticos entre un sentido valorativo que Olívé, Razón y Sociedad, Fontamara, México, 1996,
expresa propósitos éticamente fundados y un sentido cap.S.
descriptivo que apunta hacia prácticas convencionales 5 El mismo Luis Villero, al final del libro, alude

e institucionalización, véase Hanna Pitkin, Wittgenstein a este otro sentido de poder. (Cfr. pp. 366-377.)

156 ISEGORíN19 (1998)

También podría gustarte