"La doctrina del hombre es ante todo, la doctrina de la persona.
La personalidad constituye una integridad y unidad que gozan de un valor absoluto y eterno, mientras que el individuo puede ignorar esa integridad .La persona constituye precisamente la imagen de Dios en el hombre, y por eso se eleva encima de la vida natural. Es espiritual e implica la existencia del mundo del espíritu. Su valor es el valor jerárquico supremo del mundo, un valor de orden espiritual. Lo fundamental es la idea de que el valor personal supone la existencia de valores supra personales La persona es el portador y el creador de esos valores. Por sí misma constituye un valor, que la persona sirva únicamente de vehículo a los valores que le son superiores La persona representa un valor absoluto y supremo pero sólo existe a condición de que los valores súperpersonales. Lo que equivale a reconocer que la existencia de la persona implica la existencia de Dios.
La persona constituye un principio moral; partiendo de ella es como se determina la
actitud frente a todos los valores. Y por eso la encontramos en la base de la ética. Se mantiene por encima del Estado, de la nación, del género humano, de la naturaleza, y no se la puede situar en el mismo plano. Su unidad y su valor no existen sin el principio espiritual. La persona no es en modo alguno una idea y una norma abstractas que aplastarían y sojuzgarían al ser vivo, individual y concreto. En ella la idea o valor ideal corresponde a la plenitud concreta de la vida."