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Características de la madurez

Varias son las características que se establecen que tienen que tener aquellas personas que ya cuenten con
madurez. En este sentido, se determina que serán cualidades muy valoradas la templanza, la fortaleza, la
paciencia, la constancia, la sinceridad, la prudencia, la caridad o la generosidad.

Los miedos, ciertos vínculos sentimentales que producen dependencia y la falta de aceptación de las características
propias son signos de inmadurez. La persona madura, en cambio, es aquella que piensa, decide y actúa por sí misma,
de manera coherente y convincente y evitando las contradicciones.

1- No pierden el control de las emociones


Esto no significa que puedan controlar las emociones, sino que las personas maduras han aprendido a vivir con
ellas, a manejarlas, ya sean negativas o positivas, a modularlas. Sea como fuere, nunca las evitan. De hecho, les
plantan cara, las aceptan, las interiorizan como parte de ellos y siguen adelante. La clave es que lo hacen siempre sin
actuar de forma visceral, ni dejándose guiar y actuar únicamente por ellas.

2- Responsabilidad
Esta es bastante obvia. Entre las diferentes características de personas maduras, ser responsable de los propios
actos parece indispensable.
Así, si hemos alcanzado un buen nivel de equilibrio, asumiremos las consecuencias de lo que hacemos sin culpar
a nadie de nuestros errores.

3- Fuera resentimientos
Este es otro aspecto básico que podríamos enlazar con la primera de las características de personas maduras que
hemos conocido. Si nos dejamos llevar por las emociones durante mucho tiempo, la ira podría nublar nuestro
juicio por completo.
En ese caso, los resentimientos podrían hacer acto de presencia para quedarse. Sin embargo, las personas maduras
son capaces de perdonar, olvidar y seguir adelante con su vida.

4- Autoconocimiento
Sin duda, esta puede ser una de las características más básicas y necesarias. Una persona que se conoce a sí
misma es plenamente consciente de quién es. Reconoce sus fallos y sus debilidades, pero también sus fortalezas y
todo su potencial.
Reconocer a una persona que se conoce bien es relativamente sencillo. Suelen actuar de forma segura, sin tratar de
imponer su punto de vista, sin airarse demasiado, mostrando en todo momento una actitud calmada, coherente y
respetuosa.

5- No es complaciente
Las personas maduras no se preocupan especialmente de quedar bien con todo el mundo. De hecho, no suelen
mostrar una actitud complaciente hacia nadie. Se conocen y actúan según su satisfacción personal, siendo esta su
verdadera motivación. En lugar de contentar a los demás, seguirán su propio camino, buscando mejorar y
crecer en la dirección seleccionada.

6- Aceptan la realidad
Esta característica no implica que no se pueda cambiar la realidad de ninguna manera. Sin embargo, una persona
madura acepta lo que ocurre a su alrededor y desde ese punto de partida, puede intentar modificar algunos aspectos
de la misma, si es posible, para que le aporten más. Es decir, una persona madura es realista, pero no conformista.

7- Pueden estar en soledad


Cualquier persona madura sabe estar sola cuando corresponde. No tienen miedo a la soledad, aunque esto no
significa que sean solitarias.
Por lo general, aunque valoran la buena compañía, no necesitan estar con otras personas para sentirse bien. Si
son introvertidos, han aprendido a socializar y si por el contrario, son extrovertidos, han descubierto cómo estimularse.
“Vivo en esa soledad que es dolorosa en la juventud, pero deliciosa en los años de madurez”.

-Albert Einstein-

8. Son independientes
La madurez implica no tener relaciones de dependencia hacia otros. Por tanto, las personas maduras se
caracterizan por tomar sus propias decisiones y elegir el rumbo de su vida conforme a lo que desea y necesita.
En este sentido, tienen un alto nivel de autodeterminación: deciden desde su propia voluntad, con cierto grado de
libertad y asumiendo la responsabilidad de sus acciones.
9. Aprenden de los errores
Las personas maduras suelen ver los errores como oportunidades de aprendizaje. Por tanto, ante cualquier fallo,
toman nota de la situación y sacan provecho de esta experiencia. Así, actuarán con más sabiduría en el futuro.

10. Son muy empáticas


Por último, las personas maduras suelen tener una mayor capacidad para ponerse en el lugar del otro y
comprenderlo desde allí. Pues, sus propios conflictos y su camino al autoconocimiento les han hecho entender que
todos atravesamos por nuestros procesos y son sensibles a esta realidad.

Por tanto, resulta habitual que las personas con algún problema recurran a alguien maduro para que los escuche y
ayude con su situación.

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