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REPÚBLICA DE COLOMBIA

RAMA JUDICIAL DEL PODER PÚBLICO

TRIBUNAL SUPERIOR DISTRITO JUDICIAL DE IBAGUÉ


SALA DE DECISIÓN PENAL

Segunda Instancia
Radicado: 73001.60.00.450.2017.01545.01
NI: 50271
Contra: ÁNGELA YOHANA GUERRA URUEÑA y
EDILBERTO ROJAS TORRES.
Delito: Homicidio Agravado y Tortura Agravada.
Víctima: S.A.S.P. (Menor)
Representante Legal: Ruth Salazar Palacio.
Ley 906 de 2004

MAGISTRADA PONENTE: JULIETA ISABEL MEJÍA ARCILA

Aprobado mediante acta número


Ibagué, quince (15) de febrero de dos mil veintidós (2022).

OBJETIVO

Resolver los recursos de apelación interpuestos y sustentados


por escrito por parte de los defensores de confianza de los
procesados en contra de la sentencia de primera instancia
proferida por el Juzgado Primero Penal del Circuito
Especializado con Funciones de Conocimiento de Ibagué -
Tolima, de fecha tres (03) de septiembre de dos mil dieciocho
(2018), mediante la cual se condenó a ÁNGELA YOHANA
GUERRA URUEÑA por los punibles de homicidio agravado en

1
Segunda Instancia.
P/: Ángela Yohana Guerra Urueña y Edilberto Rojas Torres.
D/: Homicidio Agravado y Tortura Agravada.
R/: 73001.60.00.450.2017.01545.01
N.I: 50271
Víctima: S.A.S.P.
Representante Legal: Ruth Salazar Palacio
Ley 906 de 2004.

calidad de autor bajo posición de garante en concurso con


tortura agravada y a EDILBERTO ROJAS TORRES por el delito
de tortura agravada en calidad de autor bajo la posición de
garante, siendo víctima la menor de iniciales S.A.S.P.

SUPUESTOS FÁCTICOS

Los hechos jurídicamente relevantes que se infieren de la


actuación son los siguientes:

“La Comisaria de Familia de Armero – Guayabal, el 4 de marzo de


2016, le otorgó a los señores ÁNGELA YOHANA GUERRA URUEÑA y
EDILBERTO ROJAS TORRES la custodia personal y solidaria de la
menor S.A.S.P. dada su condición de padrinos y el abandono por
parte de su progenitora Ruth Salazar Palacio.

Menor que entre el 22 de mayo de 2016 al 21 de abril de 2017 en


la finca El Limonar, ubicada en la vereda la Joya del municipio de
Armero – Guayabal, fue víctima de maltrato físico y psíquico que
afectaron sus condiciones de salud, al punto que estuvo
hospitalizada en dos ocasiones en diferentes fechas, tanto en el
centro asistencial de Armero como en el Hospital Regional del
Líbano – Tolima, dadas las lesiones que tenía en varias partes de su
cuerpo, problemas de anemia y de desnutrición crónica que
finalmente la llevaron a su deceso el día 22 de abril de 2017,
después de ingresar nuevamente al centro médico el día anterior
y remitida al Hospital Federico Lleras Acosta de Ibagué, tras los
graves episodios de maltrato y abuso sexual de que venía siendo
víctima por parte de sus custodios y/o que estos permitieron, dada
la posición de garante que tenían”.

ACTUACIÓN PROCESAL

Formulación de Imputación.

2
Segunda Instancia.
P/: Ángela Yohana Guerra Urueña y Edilberto Rojas Torres.
D/: Homicidio Agravado y Tortura Agravada.
R/: 73001.60.00.450.2017.01545.01
N.I: 50271
Víctima: S.A.S.P.
Representante Legal: Ruth Salazar Palacio
Ley 906 de 2004.

Entre el 4 y 5 de mayo de 2017, se realizó la audiencia


concentrada de legalización de captura, formulación de
imputación e imposición de medida de aseguramiento1 ante
el Juzgado 5° Penal Municipal con función de control de
garantías de Ibagué, donde los procesados NO ACEPTARON
los cargos endilgados como AUTORES de las conductas
punibles de homicidio agravado en concurso heterogéneo
con tortura agravada, siendo afectados con medida de
aseguramiento restrictiva de su libertad.

Medida de aseguramiento que fue objeto de prórroga


mediante providencia2 del 19 de abril de 2018 proferida por
el Juez 8° Penal Municipal con funciones de control de
garantías Ibagué, la cual fue apelada por el defensor de los
procesados, siendo decidida por el Juez 1° Penal del Circuito
de Ibagué, quien a través de auto3 del 1 de junio siguiente,
se abstuvo de desatar la alzada por sustracción de materia,
en razón a que el Juez de conocimiento el 28 de mayo de
2018 había anunciado el sentido del fallo de carácter
condenatorio.

Formulación de Acusación:

1 Ver folios 51 y 52. Cuaderno No. 1 de Primera Instancia. Audio. Carpeta 0.2. Audiencia
preliminar de imputación. Expediente Digital.
2 Ver folios 22 y 23. 0.1. Cuaderno de Garantías. Ver Audio. Audiencias Preliminares. Archivo 02.

Expediente Digital.
3 Ver folios 6 al 13. Cuaderno de Garantías. Audio. 0.2. Audiencias Preliminares. Archivo 03.

Expediente Digital.

3
Segunda Instancia.
P/: Ángela Yohana Guerra Urueña y Edilberto Rojas Torres.
D/: Homicidio Agravado y Tortura Agravada.
R/: 73001.60.00.450.2017.01545.01
N.I: 50271
Víctima: S.A.S.P.
Representante Legal: Ruth Salazar Palacio
Ley 906 de 2004.

La Fiscalía 2° Especializada de Ibagué, el 24 de mayo de


2017, presentó escrito de acusación4 en contra de los
procesados, el cual le correspondió por reparto5 al Juzgado
1° Penal del Circuito Especializado de Ibagué, despacho que
el 30 de mayo de 2017 avocó conocimiento6, y celebró el 15
de junio siguiente la audiencia de formulación de
acusación7, donde el órgano persecutor acusó formalmente
a Ángela Johana Guerra Urueña de los delitos de homicidio
agravado, conforme los artículos 103 y 104 numerales 1°,5°,7°,
y 9° del CP; de tortura agravada, artículos 178 y 179
numerales 1° y 3° como autora y, de acceso carnal violento
agravado, artículo 211 numerales 4°, 5° y 7° del CP por
comisión por omisión en virtud de la posición de garante; y a
Edilberto Rojas Torres del ilícito de tortura agravada, artículos
178 y 179 numerales 1° y 3° como autor en posición de
garante de comisión por omisión, descubriendo
seguidamente los elementos materiales probatorios,
evidencia física e información legalmente obtenida.

Así mismo, las partes e intervinientes no discutieron la


competencia del juzgador, no lo recusaron ni elevaron
solicitudes de nulidad.

4 Ver folios 1 al 43. 0.2. Cuaderno No. 1 de Primera Instancia. Expediente Digital.
5 Ver folios 102. 0.3. Cuaderno No. 2 de Primera Instancia. Expediente Digital.
6 Ver folios 101. 0.3. Cuaderno No. 2 de Primera Instancia. Expediente Digital.
7 Ver folios 90 a 91. 0.3. Cuaderno No. 2 de Primera Instancia. Audio. 0.3. Audiencia de

Acusación. Expediente Digital.

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Segunda Instancia.
P/: Ángela Yohana Guerra Urueña y Edilberto Rojas Torres.
D/: Homicidio Agravado y Tortura Agravada.
R/: 73001.60.00.450.2017.01545.01
N.I: 50271
Víctima: S.A.S.P.
Representante Legal: Ruth Salazar Palacio
Ley 906 de 2004.

Audiencia Preparatoria.

Pese a los aplazamientos que obedecieron principalmente a


la ausencia de la defensa, lo que dio lugar a la compulsa de
copias8, finalmente, la audiencia preparatoria9 se desarrolló
el día 29 de diciembre de 2017, donde se complementó el
descubrimiento probatorio, las partes realizaron las solicitudes
probatorias, las que fueron decretados en su totalidad por el
Juez Penal sin que fuera objeto de recurso alguno.

Audiencia de Juicio Oral.

La audiencia de juicio oral se desarrolló en diez (10) sesiones,


así:

La primera10, el 8 de febrero de 2018, donde los procesados


se declararon inocentes, la Fiscalía presentó la teoría del
caso, más no la defensa, no se realizaron estipulaciones
probatorias y se suspendió la diligencia por la ausencia de los
testigos de cargo.

La segunda11 el 19 de febrero de 2018, donde se dio inició a


la práctica probatoria de la Fiscalía, y se desarrolló en dos

8 Ver folio 76. 0.3. Cuaderno No. 2 de Primera Instancia. Expediente Digital.
9 Ver folios 69 al 72. 0.3. Cuaderno No. 2 de Primera Instancia. Audio. 0.4. Expediente Digital.
10 Ver folios 60 a 61. 0.3. Cuaderno No. 2 de Primera Instancia. Audio. 0.5. Audiencias de Juicio

Oral. 0.1. Audiencia de juicio oral. 08 de febrero de 2018. Expediente Digital.


11 Ver folios 58 a 59. 0.3. Cuaderno No. 2 de Primera Instancia. Audio. 0.5. Audiencias de Juicio

Oral. 0.2. Audiencia de juicio oral. 19 de febrero de 2018. Expediente Digital.

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Segunda Instancia.
P/: Ángela Yohana Guerra Urueña y Edilberto Rojas Torres.
D/: Homicidio Agravado y Tortura Agravada.
R/: 73001.60.00.450.2017.01545.01
N.I: 50271
Víctima: S.A.S.P.
Representante Legal: Ruth Salazar Palacio
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jornadas, en la mañana y en la tarde, siendo suspendida por


la ausencia de los demás testigos.

La tercera12 el 21 de febrero de 2018, donde se continuó con


la recepción de más testigos, desarrollada igualmente en dos
jornadas, siendo suspendida por la Fiscalía por la inasistencia
de los otros testigos.

La cuarta13 el 01 de marzo de 2018, donde se continuó con


la recepción de más testigos, desarrollada igualmente en dos
jornadas, siendo suspendida por la Fiscalía por la inasistencia
de los otros testigos.

La quinta14 el 02 de marzo de 2018, donde se reciben más


declaraciones y se incorpora como EVIDENCIA NO. 1 el
informe de investigador de campo del 22 de abril de 2017
que contiene un registro fotográfico de la residencia donde
pernoctaban los acusados con la víctima, siendo igualmente
suspendida la diligencia por inasistencia de los demás
testigos.

12 Ver folios 54 a 55. 0.3. Cuaderno No. 2 de Primera Instancia. Audio. 0.5. Audiencias de Juicio
Oral. 0.3. Audiencia de juicio oral. 21 de febrero de 2018. Expediente Digital.
13 Ver folios 50 a 51. 0.3. Cuaderno No. 2 de Primera Instancia. Audio. 0.5. Audiencias de Juicio

Oral. 0.4. Audiencia de juicio oral. 01 y 02 de marzo de 2018. Expediente Digital.


14 Ver folios 47 a 49. 0.3. Cuaderno No. 2 de Primera Instancia. Audio. 0.5. Audiencias de Juicio

Oral. 0.4. Audiencia de juicio oral. 01 y 02 de marzo de 2018. Expediente Digital.

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Segunda Instancia.
P/: Ángela Yohana Guerra Urueña y Edilberto Rojas Torres.
D/: Homicidio Agravado y Tortura Agravada.
R/: 73001.60.00.450.2017.01545.01
N.I: 50271
Víctima: S.A.S.P.
Representante Legal: Ruth Salazar Palacio
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La sexta15 el 3 de abril de 2018, donde se reciben más


testimonios y se incorpora como EVIDENCIA NO. 2 la historia
clínica de la menor a través de la médica pediatra y como
EVIDENCIA NO. 3, el informe de investigador de campo del
22 de abril de 2017 que contiene 28 fotografías, como
EVIDENCIA No. 4, el registro civil de nacimiento de la víctima,
siendo igualmente suspendida la diligencia por la hora y la
inasistencia de los demás testigos.

La séptima16 el 19 de abril de 2018, se evacuó en la jornada


de la tarde, debido a que en horas de la mañana no se hizo
presente ningún testigo, en esta jornada se incorporó como
EVIDENCIA NO. 5, un informe que contiene 94 fotografías,
siendo suspendida la audiencia por las mismas razones de
inasistencia de testigos.

La octava17 el 23 de abril de 2018, donde se recibió la


declaración de dos médicos, uno general y otro pediatra,
siendo suspendida la diligencia por solicitud de la Fiscalía.

15 Ver folios 43 a 44. 0.3. Cuaderno No. 2 de Primera Instancia. Audio. 0.5. Audiencias de Juicio
Oral. 0.5. Audiencia de juicio oral. 03 de abril de 2018. Expediente Digital.
16 Ver folios 40 a 41. 0.3. Cuaderno No. 2 de Primera Instancia. Audio. 0.5. Audiencias de Juicio

Oral. 0.6. Audiencia de juicio oral. 19 de abril de 2018. Expediente Digital.


17 Ver folio 38. 0.3. Cuaderno No. 2 de Primera Instancia. Audio. 0.5. Audiencias de Juicio Oral.

0.7. Audiencia de juicio oral. 23 de abril de 2018. Expediente Digital.

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P/: Ángela Yohana Guerra Urueña y Edilberto Rojas Torres.
D/: Homicidio Agravado y Tortura Agravada.
R/: 73001.60.00.450.2017.01545.01
N.I: 50271
Víctima: S.A.S.P.
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Ley 906 de 2004.

La novena18 el 07 de mayo de 2018, en la que la acusada


presentó una solicitud para aceptar los cargos, no obstante,
al ser interrogada para dicho fin no tenía clara las
condiciones sobre su aceptación de responsabilidad
declinando su pretensión, acto seguido se escucharon a los
dos médicos forenses con quienes se introdujeron dos CD
compactos que fueron identificados como EVIDENCIAS NO.
6 y 7, siendo suspendida por solicitud del delegado fiscal.

La décima19 el 8 de mayo de 2018, en la que se escucharon


algunos investigadores con quienes se introdujeron tres
informes de investigador de campo, reseñados como
EVIDENCIAS No. 8, 9 y 10, siendo nuevamente suspendida la
diligencia por expresa petición del ente persecutor.

La undécima20 el 9 de mayo de 2018, en la que la Fiscalía


renuncia a varios de sus testigos por considerarlos repetitivos
y que no aportan nada a la teoría del caso y solicita se
ordene la conducción de dos testigos que han sido renuentes
a comparecer, siendo suspendida ante la falta de testigos.

18 Ver folio 35 y 36. 0.3. Cuaderno No. 2 de Primera Instancia. Audio. 0.5. Audiencias de Juicio
Oral. 0.8. Audiencia de juicio oral. 7 de mayo de 2018. Expediente Digital.
19 Ver folio 32 y 33. 0.3. Cuaderno No. 2 de Primera Instancia. Audio. 0.5. Audiencias de Juicio

Oral. 0.9. Audiencia de juicio oral. 8 de mayo de 2018. Expediente Digital.


20 Ver folio 29 y 30. 0.3. Cuaderno No. 2 de Primera Instancia. Audio. 0.5. Audiencias de Juicio

Oral. 10. Audiencia de juicio oral. 9 de mayo de 2018. Expediente Digital.

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P/: Ángela Yohana Guerra Urueña y Edilberto Rojas Torres.
D/: Homicidio Agravado y Tortura Agravada.
R/: 73001.60.00.450.2017.01545.01
N.I: 50271
Víctima: S.A.S.P.
Representante Legal: Ruth Salazar Palacio
Ley 906 de 2004.

La duodécima21 el 10 de mayo de 2018, en la que la Fiscalía


renuncia nuevamente a varios de sus testigos, retira la
solicitud de conducción que en audiencia pasada había
realizado por no encontrarse debidamente notificados,
siendo nuevamente suspendida por la inasistencia de más
testigos.

La décima tercera22 el 16 de mayo de 2018, en la que se


continúa con la recepción de los testimonios de cargo y se
suspende ante la ausencia de declarantes.

La décima cuarta23 el 21 de mayo de 2018, en la que persiste


la recepción de los testimonios de cargo, oportunidad con la
que se introducen informes y dictámenes periciales,
marcados como EVIDENCIAS No. 11, 12 y 13, se desiste por
parte de la Fiscalía de los otros testigos y declara terminada
la etapa probatoria, concediéndole la palabra a la defensa,
quien solicita la suspensión de la audiencia para en la
próxima traer a sus testigos.

La décima quinta24 el 28 de mayo de 2018, en la que se dio


inició a la evacuación de la prueba testimonial ofrecida por

21 Ver folio 26 y 27. 0.3. Cuaderno No. 2 de Primera Instancia. Audio. 0.5. Audiencias de Juicio
Oral. 11. Audiencia de juicio oral. 10 de mayo de 2018. Expediente Digital.
22 Ver folio 24. 0.3. Cuaderno No. 2 de Primera Instancia. Audio. 0.5. Audiencias de Juicio Oral.

12. Audiencia de juicio oral. 16 de mayo de 2018. Expediente Digital.


23 Ver folio 21 y 22. 0.3. Cuaderno No. 2 de Primera Instancia. Audio. 0.5. Audiencias de Juicio

Oral. 13. Audiencia de juicio oral. 21 de mayo de 2018. Expediente Digital.


24 Ver folio 18 y 19. 0.3. Cuaderno No. 2 de Primera Instancia. Audio. 0.5. Audiencias de Juicio

Oral. 14. Audiencia de juicio oral. 28 de mayo de 2018. Expediente Digital.

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Segunda Instancia.
P/: Ángela Yohana Guerra Urueña y Edilberto Rojas Torres.
D/: Homicidio Agravado y Tortura Agravada.
R/: 73001.60.00.450.2017.01545.01
N.I: 50271
Víctima: S.A.S.P.
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la defensa, entre estas, la declaración de los tres menores de


edad hijos de la acusada, acto seguido el defensor renunció
a sus demás testigos, decretándose el fin del debate
probatorio, suspendiéndola para la jornada de la tarde.

Diligencia en las horas de la tarde25 donde se escuchó a las


partes e intervinientes en alegatos de cierre, se dio por parte
del director de la audiencia, el sentido del fallo de carácter
condenatorio y las partes e intervinientes en los términos del
artículo 447 del CPP se refirieron sobre las condiciones
sociales, familiares y personales de los sentenciados, la
posible pena a imponer y la concesión de subrogados,
siendo suspendida para la lectura del fallo.

Décima sexta26, el 3 de septiembre de 2018, en la que el


Fallador dio lectura a la decisión condenatoria, la cual fue
recurrida por los defensores de confianza de los dos
sentenciados.

SENTENCIA DE PRIMERA INSTANCIA

El a quo mediante providencia27 del tres (3) de septiembre


de dos mil dieciocho (2018), luego de hacer un recuento del
acontecer fáctico, jurídico, procesal y valorativo del recaudo

25 Ver folio 15 y 16. 0.3. Cuaderno No. 2 de Primera Instancia. Audio. 0.5. Audiencias de Juicio
Oral. 15. Audiencia de alegatos y sentido del fallo. Expediente Digital.
26 Ver folio 52 y 53. 0.4. Cuaderno No. 3 de Primera Instancia. Audio. 0.5. Audiencias de juicio

oral. 16. Audiencia Lectura del fallo. Expediente Digital.


27 Ver folio 54 a 138. 0.4. Cuaderno No. 3 de Primera Instancia. Expediente Digital.

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probatorio incorporado al juicio oral, llegó a la conclusión,


que de las pruebas aportadas al proceso se pudo establecer
la existencia y materialidad de las conductas punibles de
homicidio agravado en concurso heterogéneo con tortura
agravada y cuya responsable fue ÁNGELA YOHANA GUERRA
URUEÑA y, EDILBERTO ROJAS TORRES únicamente respecto
del punible de tortura agravada como autor en posición de
garante de comisión por omisión que afectaron la
autonomía y la vida e integridad personal de la menor
S.A.S.P.

A tal conclusión llegó el fallador, tras resolver tres problemas


jurídicos, a saber: El primero de ellos, relacionado con la
demostración de los tres delitos enrostrados a los enjuiciados,
el segundo, respecto de la responsabilidad y bajo qué grado
de participación y el tercero, si se configuró una ausencia de
responsabilidad en cabeza de Ángela Yohana Guerra
Urueña en el punible de homicidio agravado, para lo cual, el
Juzgador consideró que la prueba testimonial, en especial, la
declaración de la señora Ruth Salazar Palacio progenitora de
la víctima, sumado a las de los familiares de los acusados,
permitieron determinar que los procesados decidieron
voluntaria y legalmente en su condición de padrinos asumir
la custodia personal de S.A.S.P. desde el año 2016, y por
tanto, la infante hacía parte de su núcleo familiar, el cual lo
conformaban 3 menores más.

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D/: Homicidio Agravado y Tortura Agravada.
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Respecto del delito de tortura, precisó que se empezó a


estructurar a partir del 26 de mayo de 2016 cuando S.A.S.P.
fue ingresada al Hospital Nelson Restrepo Martínez de Armero
– Guayabal, donde el médico tratante detalló que la menor
presentaba una alergia o celulitis en su rostro, más una
quemadura secundaria por la aplicación de vinagre y una
anemia severa, lo que obligó su remisión a un Hospital de
mayor complejidad, como fue el del Líbano donde el
personal médico especializado que acudió a juicio,
corroboró que la infante presentaba abrasiones superficiales,
quemaduras grado II, signos clínicos de desnutrición, ligera
anemia, déficit de hierro y desnutrición proteico calórica,
equimosis en la región mentoniana, y ausencia de cabello
por fracción – halado, lo cual era sospechosamente
compatible con maltrato infantil.

Sospechoso maltrato que se suma al hecho del retiro de la


niña del Centro de Desarrollo Infantil Jardín “Mis Sueños” para
el año 2017, lo que demostró no solo el desinterés y
abandono de la víctima por parte de los acusados, sino que
se agravara su situación al no estar sometida a la supervisión
por parte del personal del ICBF.

Maltrato que se avizoró finalmente el día 21 de abril de 2017,


cuando la víctima ingresó nuevamente a los centros
asistenciales, presentando lesiones antiguas y recientes,
desaseo y desnutrición proteico calórica, frutos de

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abandono y propios de maltrato agudo y crónico, como lo


concluyeron los galenos que en juicio declararon, lo que
permitió desvirtuar la postura defensiva y exculpatoria de la
acusada, en el sentido que la niña se había caído de la
cama, se rascaba la nariz, se causaba las heridas jugando o
que ya poseía las lesiones con anterioridad a la fecha en la
que la recibió en custodia.

Hechos sobre los que el fallador adjudicó responsabilidad a


los acusados, esto es, a la enjuiciada Guerra Urueña como
autora, haciendo énfasis que si bien no se allegó prueba
directa sobre el maltrato físico y el sometimiento de la menor
a tratos inhumanos y degradantes por parte de aquella, sí la
edificó con indicios, como el de oportunidad y posibilidad,
en la medida que era la única persona mayor que
permanecía con la niña y la encargada de su protección, no
acreditándose que haya sido la infante la causante de sus
propias heridas, máxime que contaba con tan solo 3 años de
edad y que en el hipotético caso de que fuera real, tampoco
se avizoró ninguna atención médica propiciada por su
cuidadora.

En cuanto a Edilberto Rojas Torres, advirtió su responsabilidad


en el delito de tortura agravada, bajo la posición de garante
señalada en el artículo 25 numeral segundo del CP, en la
medida que jurídicamente estaba llamado a prever o
impedir el resultado lesivo y no lo hizo, omitió sus deberes de

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aseguramiento y salvamento, al no atender a la menor quien


tenía heridas a simple vista, en especial, la del tabique nasal
que lo obligaban a que pusiera en conocimiento tales
maltratos e incluso prestarle asistencia alimentaria, médica y
legal para impedir su deceso y sin embargo, no lo hizo,
cometiendo por omisión tal hecho punible.

En cuanto al delito de homicidio agravado, precisó que la


postura exculpatoria de la defensa de que la menor se había
caído de la cama o del armario, no encontró respaldo
probatorio con la prueba científica que arrojaron las
valoraciones médicas, y el registro fotográfico del habitáculo
donde se hallaban que hacían imposible que la infante se
hubiere trepado, lo anterior, sumado a las circunstancias que
rodearon el poco afecto que la acusada Guerra Urueña
tenía hacía la víctima hasta el punto de dejar el Hospital
Regional con el único propósito de regresar a la residencia
para ocultar cualquier evidencia, utilizando los elementos de
aseo respectivos, no obstante, que la inspección realizada al
lugar de los hechos, evidenció restos de sangre en diferentes
lugares que permitió desvirtuar la versión de que fue llevada
al Hospital de Armero - Guayabal de forma inmediata.

Concluyó que los actos discriminatorios y tortuosos infligidos


a la menor por parte de la procesada fueron suficientes para
causarle su deceso, lo que constituyó el síndrome del
zarandeo por la edad de la lesionada y la superioridad de su

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D/: Homicidio Agravado y Tortura Agravada.
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agresora, lo que llevó a la conclusión de los galenos que la


revisaron que efectivamente la niña venía siendo objeto de
múltiples lesiones que finalmente la llevaron a su muerte.

Respecto del delito de acceso carnal violento agravado,


indicó, que pericialmente se acreditó la existencia del tipo
penal, porque la menor S.A.S.P. fue accedida, presentó
lesiones antiguas y recientes en la región genital, con un
himen desflorado, no obstante, que el estudio de la
bacterióloga forense no logró determinar el perfil genético
ante la ausencia de más espermatozoides, no pudiéndose
establecer a quien le pertenecían, ni mucho menos
endilgarle responsabilidad penal a la acusada Ángela
Yohana Guerra Urueña, bajo posición de garante por omisión
impropia, debido a que ese delito no comporta la actuación
culposa y existió duda probatoria para su judicialización.

En consecuencia, el fallador condenó a 475 meses de prisión


y multa de 1450 SMLMV a Ángela Yohana Guerra Urueña por
el punible de homicidio agravado en concurso heterogéneo
con el de tortura agravada y la absolvió por el ilícito de
acceso carnal violento agravado y a Edilberto Rojas Torres
bajo la posición de garante a 156 meses de prisión y multa
de 1450 SMLMV por el punible de tortura agravada, además
a las penas accesorias de inhabilitación para el ejercicio de
derechos y funciones públicas por 20 años y 156 meses,

15
Segunda Instancia.
P/: Ángela Yohana Guerra Urueña y Edilberto Rojas Torres.
D/: Homicidio Agravado y Tortura Agravada.
R/: 73001.60.00.450.2017.01545.01
N.I: 50271
Víctima: S.A.S.P.
Representante Legal: Ruth Salazar Palacio
Ley 906 de 2004.

respectivamente, siéndoles negado los subrogados penales


por expresa prohibición legal.

Decisión que fue apelada por los defensores de confianza de


los sentenciados.

DE LOS RECURSOS

Recurrentes.

Defensor de Ángela Yohana Guerra Urueña.

Inconforme con la decisión, el profesional del derecho


interpuso y sustentó de forma escrita, el recurso de
apelación28, en busca de obtener en primer lugar, la
declaratoria de nulidad, y segundo, la revocatoria del fallo,
bajo los siguientes argumentos:

 Se debe declarar la nulidad, por transgresión de los


artículos 29 de la CN y 457 del CPP, en tanto que no se
aceptó el aplazamiento de la diligencia judicial elevado por
esa parte, para que el defensor pudiera estudiar cada una
de las audiencias, dando el juzgador prioridad al principio de
celeridad y prontitud en la administración de justicia frente a
los derechos de defensa.

28 Ver folio 41 a 46. 0.4. Cuaderno No. 3 de Primera Instancia. Expediente Digital.

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Segunda Instancia.
P/: Ángela Yohana Guerra Urueña y Edilberto Rojas Torres.
D/: Homicidio Agravado y Tortura Agravada.
R/: 73001.60.00.450.2017.01545.01
N.I: 50271
Víctima: S.A.S.P.
Representante Legal: Ruth Salazar Palacio
Ley 906 de 2004.

 No existió una valoración integral sobre los medios de


convicción, además que resultó increíble que, en el lugar de
los hechos, donde ocurrió el accidente de la menor, no se
haya acordonado, pudiéndose presentar el ingreso de
extraños, lo cual no fue objeto de valoración por el Juez de
primera instancia.

 No existe prueba directa que endilgue responsabilidad


a la sentenciada Guerra Urueña, en la medida que la prueba
aportada a través de medicina legal no logró determinar la
forma en que se dio el deceso de la menor, la cual pudo ser
causada por la falta de atención médica oportuna, pues la
misma ingresó en urgencias a las 11:17 a.m. y fue trasladada
a Ibagué 12 horas después.

 En cuanto al delito de tortura, no se determinó el


elemento subjetivo del tipo penal, esto es, cual fue la
intención o la supuesta satisfacción que tenía la procesada
al ocasionar los ataques a la menor, en la medida que las
lesiones que tuvo la misma, tenían una explicación, como lo
fue la picadura de una avispa.

 Respecto del agravante del homicidio endilgado no se


probó, pues no existió un proceso de adopción de la niña, ya
que no aparece ningún acto administrativo que así lo
corrobore.

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Segunda Instancia.
P/: Ángela Yohana Guerra Urueña y Edilberto Rojas Torres.
D/: Homicidio Agravado y Tortura Agravada.
R/: 73001.60.00.450.2017.01545.01
N.I: 50271
Víctima: S.A.S.P.
Representante Legal: Ruth Salazar Palacio
Ley 906 de 2004.

 La condena se estructura con lo alegado por la


representante del Ministerio Público, quien durante la
actuación se mostró más como un aliado de la Fiscalía que
como un tercero garante del procedimiento y los derechos
fundamentales, tanto así que el fallador hace propias las
elucubraciones ofrecidas en torno a la construcción de
indicios, sin que salieran de la Fiscalía.

 El testimonio de Liliana Guayara Cárdenas no es creíble,


por cuanto indicó que la menor le había hablado, cuando
otros testigos como las del CDI (Centro de Desarrollo Infantil)
señalaron que apenas ella balbuceaba.

 En el momento de dosificar la pena, el fallador debió


imponer la pena mínima, como quiera que se desconoció las
circunstancias de menor punibilidad, vulnerando de esta
manera el principio de legalidad.

Defensor de Edilberto Rojas Torres.

Inconforme con la decisión, el defensor del sentenciado


interpuso y sustentó de forma escrita, el recurso de
apelación29, en busca de la revocatoria del fallo y en su
lugar, el proferimiento de una sentencia absolutoria, bajo los
siguientes argumentos, a saber:

29 Ver folio 17 a 40. 0.4. Cuaderno No. 3 de Primera Instancia. Expediente Digital.

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Segunda Instancia.
P/: Ángela Yohana Guerra Urueña y Edilberto Rojas Torres.
D/: Homicidio Agravado y Tortura Agravada.
R/: 73001.60.00.450.2017.01545.01
N.I: 50271
Víctima: S.A.S.P.
Representante Legal: Ruth Salazar Palacio
Ley 906 de 2004.

 El fallador pasó por alto los criterios de valoración


contenidos en el artículo 380 del CPP, dado que existieron
contradicciones en las declaraciones de varios testigos,
como es el caso de: i) los policías que acudieron como
primeros respondientes, quienes no efectuaron un
aislamiento y protección de la escena del crimen, para evitar
que personas ajenas contaminaran la prueba, la que es
proporcionada a los expertos forenses, ii) El personal médico
del hospital del Líbano, que da certeza de las lesiones
causadas en el rostro de la menor producto de una picadura
de abeja y iii) los particulares y familiares, que dieron fe del
buen trato que Edilberto Rojas Torres le proporcionaba a sus
hijos y a la menor S.A.S.P.

 No existió prueba directa ni indirecta sobre la omisión


endilgada al sentenciado, más cuando doctrinariamente no
se da esta opción en el delito de tortura como se pregonó
para el delito de acceso carnal violento.

 No se demostró la comisión de la conducta ni que haya


sido a título de dolo, debiéndose excluir de responsabilidad
al no existir tipicidad subjetiva.

Sujetos procesales no recurrentes

Ministerio Público.

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Segunda Instancia.
P/: Ángela Yohana Guerra Urueña y Edilberto Rojas Torres.
D/: Homicidio Agravado y Tortura Agravada.
R/: 73001.60.00.450.2017.01545.01
N.I: 50271
Víctima: S.A.S.P.
Representante Legal: Ruth Salazar Palacio
Ley 906 de 2004.

La procuradora 101 Judicial II Penal, como sujeto no


recurrente, a través de escrito30, solicitó se deniegue la
concesión de los recursos por indebida sustentación, basada
en los siguientes argumentos:

Respecto de la apelación del defensor de la sentenciada


Ángela Yohana Guerra Urueña:

 No se puede decretar la nulidad invocada por el


defensor, cuando fue él quien por su culpa no acudió a la
prórroga que contempla el artículo 158 del CPP para
sustentar la alzada.

 El defensor no sustentó en debida forma la apelación,


se trata de frases genéricas que no confrontan el fallo, no
señala el yerro o el medio probatorio que dejó de valorarse
o que se haya hecho de manera errada por parte del
Juzgador.

Respecto de la apelación del defensor del sentenciado


Edilberto Rojas Torres:

 El defensor no sustentó en debida forma la alzada,


reclama la atipicidad de la conducta trayendo a colación
jurisprudencia y doctrina extensa sin que se confronte con el

30 Ver folio 6 a 15. 0.4. Cuaderno No. 3 de Primera Instancia. Expediente Digital.

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Segunda Instancia.
P/: Ángela Yohana Guerra Urueña y Edilberto Rojas Torres.
D/: Homicidio Agravado y Tortura Agravada.
R/: 73001.60.00.450.2017.01545.01
N.I: 50271
Víctima: S.A.S.P.
Representante Legal: Ruth Salazar Palacio
Ley 906 de 2004.

fallo de primera instancia, no pudiéndose determinar


claramente el disenso del recurso, como bien lo ha
establecido la Corte Suprema de Justicia, de allí que debe
negarse el mismo por indebida sustentación.

CONSIDERACIONES DE LA SALA

COMPETENCIA.

De conformidad con lo preceptuado en el artículo 34-1 de la


Ley 906 de 2004, esta Corporación Judicial es competente
por los factores funcional, objetivo y territorial, para conocer
del recurso interpuesto contra la sentencia proferida el 3 de
septiembre de dos mil dieciocho (2018), por el Juzgado
Primero Penal del Circuito Especializado con funciones de
conocimiento de Ibagué - Tolima.

Atendiendo el principio de legalidad, y del análisis minucioso


a lo acontecido durante todo el proceso, desde la audiencia
preliminar hasta el juicio oral, se pudo constatar que se han
respetado las garantías constitucionales y los derechos
fundamentales de quienes participaron, no obstante, la
defensa de la enjuiciada Guerra Urueña, depreca la nulidad
por transgresión de los artículos 29 de la CN y 457 del CPP, por
cuanto considera que el Juzgador debió aplazar la
audiencia de lectura de la decisión para que pudiera
escuchar todos los registros para sustentar la apelación.

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Segunda Instancia.
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D/: Homicidio Agravado y Tortura Agravada.
R/: 73001.60.00.450.2017.01545.01
N.I: 50271
Víctima: S.A.S.P.
Representante Legal: Ruth Salazar Palacio
Ley 906 de 2004.

Debe precisar la Sala que la solicitud elevada por el censor


no es admisible porque no se satisfacen los requisitos o
parámetros que la Corte Suprema de Justicia ha dispuesto
para que proceda la nulidad de un acto, como lo viene
sosteniendo la jurisprudencia31, cuando exige el
cumplimiento de los siguientes principios:

Estos principios han sido definidos por la jurisprudencia de esta Sala,


de la siguiente manera: Taxatividad: significa que solo es posible
solicitar la nulidad por los motivos expresamente previstos en la ley.
Acreditación: que quien la alega debe especificar la causal que
invoca y señalar los fundamentos de hecho y de derecho en los que
se apoya. Protección: la nulidad no puede ser invocada por quien ha
coadyuvado con su conducta a la ejecución del acto irregular.
Convalidación: la nulidad puede enmendarse por el consentimiento
expreso o tácito del sujeto perjudicado. Instrumentalidad: la nulidad
no procede cuando el acto irregular ha cumplido la finalidad para la
cual estaba destinado. Trascendencia: quien la alegue debe
demostrar que afectó una garantía fundamental o desconoció las
bases fundamentales de la instrucción o el juzgamiento. Residualidad:
solo procede cuando no existe otro medio procesal para subsanar el
acto irregular32. (Negrillas fuera de texto)

De conformidad con estos principios y de cara al asunto sub


examine, el defensor no señaló expresamente cual fue
concretamente la afectación que tuvo con la negativa del
aplazamiento de la audiencia por parte del Juez, más aún
cuando presentó dentro de los cinco días el recurso de
apelación, convalidándolo y cumpliéndose con la finalidad

31CSJ. AP2399-2017 (48965) del 18 de abril de 2017) MP. Dr. José Francisco Acuña Vizcaya.
32CSJ SP, 25 mayo 2000, rad. 12781; AP, 9 jun. 2008, rad. 29092 y; SP, 3 feb. 2016, rad. 43356;
entre otras.

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R/: 73001.60.00.450.2017.01545.01
N.I: 50271
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Ley 906 de 2004.

del acto, además como bien lo advirtió la Procuradora


Judicial que actuó como sujeto procesal no recurrente, el
defensor contaba conforme al artículo 158 del CPP33 con la
facultad de solicitar una prórroga para sustentar la alzada, lo
cual no hizo, no pudiendo de esta manera aducir una
irregularidad, cuando no la hay, de suerte que no procede
tal figura jurídica.

Sobre la indebida sustentación.

Obra en la actuación, la postura que elevó la Agente del


Ministerio Público como sujeto procesal no recurrente, en el
sentido que los recursos de apelación presentados por los
defensores de los sentenciados no fueron debidamente
sustentados, por lo que debió negarse por parte del Juez
Especializado de primera instancia.

Postura que el fallador no acogió, pues en auto34 del 19 de


septiembre de 2018, concedió la alzada, considerando
encontrarse reunidas las exigencias de procedencia,
oportunidad e interés, y para esta Colegiatura resulta
adicionalmente inadmisible, porque si bien, no se percibe
una adecuada organización de las disertaciones

33 ARTÍCULO 158. PRÓRROGA DE TÉRMINOS. Los términos previstos por la ley, o en su defecto
fijados por el juez, no son prorrogables. Sin embargo, de manera excepcional y con la debida
justificación, cuando el fiscal, el acusado o su defensor lo soliciten para lograr una mejor
preparación del caso, el juez podrá acceder a la petición siempre que no exceda el doble del
término prorrogado.
34 Ver folio 4. 0.4. Cuaderno No. 3 de Primera Instancia. Expediente Digital.

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Segunda Instancia.
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D/: Homicidio Agravado y Tortura Agravada.
R/: 73001.60.00.450.2017.01545.01
N.I: 50271
Víctima: S.A.S.P.
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argumentativas presentadas por los defensores, dejan


entrever su inconformismo contra la decisión condenatoria,
señalando falencias en la valoración probatoria y en la
estructuración de los dos tipos penales de homicidio y tortura,
lo que permite a la Sala abordar la temática propuesta.

Justamente, sobre la debida sustentación de los recursos, la


Alta Corporación de Justicia35, en sede de apelación,
precisó:

(…) la necesidad de sustentar debidamente la impugnación


presentada. Esto comporta, de una parte, que toda impugnación
debe ser sustentada, pero además, que no basta la mera
sustentación, sino que esta debe ser adecuada al objeto de
controversia.

De manera pues que no basta con sustentar sino que esa


argumentación debe ser debida, adecuada, apropiada al caso.

Una sustentación debe entenderse adecuada, cuando está


orientada a controvertir los argumentos de la decisión
cuestionada, pretendiendo de manera razonable demostrar el
desacierto de la misma y las bondades de la tesis que se propone.
La sustentación tiene como objetivo atacar o controvertir la tesis
expuesta en la decisión, ello se logra presentando razones,
destacando falencias, tratando de mostrar el desacierto de la
decisión.

De manera reiterativa la Corte se ha referido al tema:

“De ahí que la fundamentación de la apelación constituya un


acto trascendente en la composición del rito procesal, en la
medida que no basta con que el recurrente exprese

CSJ. Segunda Instancia No. 38137 del 18 de septiembre de 2012. MP. Dr. Fernando Alberto
35

Castro Caballero.

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R/: 73001.60.00.450.2017.01545.01
N.I: 50271
Víctima: S.A.S.P.
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inconformidad genérica con la providencia impugnada, sino que


le es indispensable concretar el tema o materia de disentimiento,
presentando los argumentos fácticos y jurídicos que conducen a
cuestionar la determinación impugnada, carga que de no ser
acatada, obliga a declarar desierto el recurso, sin que se abra a
trámite la segunda instancia, toda vez que de frente a una
fundamentación deficiente el funcionario no puede conocer
acerca de qué aspectos del pronunciamiento se predica el
agravio. Pero una vez satisfecho el presupuesto de la
fundamentación explicita o suficiente, en cuanto identifica la
pretensión del recurrente, adquiere la característica de convertirse
en límite de la competencia del superior, en consideración a que
sólo se le permite revisar los aspectos impugnados 36(Negrillas y
subrayado fuera de texto)

Y en providencia37 más reciente, la Sala de Casación Penal


de la Corte Suprema de Justicia, señaló:

El artículo 179 de la Ley 906 de 2004, impone al apelante la


obligación de sustentar el recurso oralmente en la audiencia de
lectura de fallo, o por escrito en los cinco días siguientes. De no
cumplirla, se declarará desierto.

La citada disposición legal no impone solemnidades ni


formalidades determinadas para el cumplimiento de tal
obligación, trátese de sustentación oral o escrita. La discrepancia
con la decisión judicial demanda la exposición de las razones
fácticas, jurídicas o probatorias por las cuales el recurrente no está
de acuerdo con ella.

Basta que el impugnante, aduzca los fundamentos de hecho o de


derecho por los cuales no comparte la providencia recurrida, así
lo haga breve y de manera sencilla pero clara, de modo que el
superior sin dificultad identifique el tema o temas de

36Rad- 23667 sentencia 11 de abril de 2007.


37CSJ. Sala de Casación Penal SP973-2019. Radicación No. 50396 del 20 de marzo de 2019. MP.
Dr. Luís Guillermo Salazar Otero.

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Segunda Instancia.
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R/: 73001.60.00.450.2017.01545.01
N.I: 50271
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Ley 906 de 2004.

inconformidad y pueda resolver la controversia sometida a su


consideración.

Tratándose de sustentación escrita, el documento que la contiene


no reclama formas precisas sino la exposición clara y precisa de
los motivos de inconformidad que permita decidir la apelación.

La Sala en este sentido tiene dicho que no pretende:

“uniformar el discurso, reclamando del recurrente una específica


técnica o el seguimiento estricto de líneas argumentales.

Pero, cuando menos, para que se entienda una verdadera


controversia, al apelante le corre la obligación de señalar en
concreto las razones del disenso con lo decidido, para cuyo
efecto, huelga anotar, el objeto sobre el cual debe recaer su
discurso no puede ser otro diferente a la providencia misma.

No sobra recordar, en este sentido, que independientemente de


la mayor o menor formación jurídica del apelante, lo exigido es
establecer con claridad, a través de la correspondiente
exposición de premisas fácticas y jurídicas, una mejor solución a la
planteada por el funcionario, o determinar el yerro en el que
incurrió este”38. (Incluye negrillas y subrayado)

Las premisas jurisprudenciales que anteceden permiten a la


Sala concluir que los defensores, si bien, no emplearon la
mejor técnica jurídica para exponer sus argumentos, sí se
logran extraer fragmentos que permiten conocer las
falencias o desaciertos que bajo sus ópticas incurrió el
fallador de primera instancia.

Resuelto lo anterior, se deben desatar los recursos


interpuestos, teniendo como base lo esgrimido por los

38
CSJ AP. 15 Feb. 2017. Rad. 49479.

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defensores de los sentenciados, en virtud del principio de


limitación39 que regula la competencia de esta instancia.

PROBLEMAS JURÍDICOS.

Con base en la sustentación de los recursos, se tiene previsto


que los problemas jurídicos se contraen en establecer: i) si
existieron yerros por parte del Juzgador al momento de
valorar las pruebas, como lo pregonaron los dos defensores
que no permiten edificar una sentencia de condena, y por
tal razón debe revocarse y dictarse una absolutoria a su
favor, ii) si existió o no prueba directa o indirecta para
endilgar responsabilidad a la procesada Ángela Yohana
Guerra Urueña en el delito de homicidio, cuando no se logró
demostrar por parte de los médicos forenses la forma del
deceso de la menor, ni acreditarse la circunstancia de
agravación del tipo penal ante la ausencia del acto
administrativo de adopción, iii) si existió o no prueba directa
o indirecta para endilgar responsabilidad a los procesados
por el punible de tortura agravada cuando no se acreditó el
elemento subjetivo del tipo penal y si este puede ser
atribuido, bajo la posición de garante a Edilberto Rojas Torres,
y iv) si hay lugar a modificar las penas impuestas por
desconocimiento del principio de legalidad.

39Corte Constitucional. Sentencia T-643 de 2016: “El principio de limitación no sólo incluye la
prohibición de perjudicar al apelante único, sino que también circunscribe el ámbito de
competencia del juez de segunda instancia de forma que sólo puede pronunciarse sobre
aquello que fue objeto de impugnación por las partes”.

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Segunda Instancia.
P/: Ángela Yohana Guerra Urueña y Edilberto Rojas Torres.
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N.I: 50271
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PRESUPUESTOS NORMATIVOS Y JURISPRUDENCIALES.

Los delitos que se les imputa a los justiciables ÁNGELA


YOHANA GUERRA URUEÑA y EDILBERTO ROJAS TORRES se
encuentran descritos en los artículos 103, 10440, y del Código
Sustantivo Penal, en los siguientes términos:

ARTICULO 103. HOMICIDIO. El que matare a otro, incurrirá en prisión


de doscientos ocho (208) a cuatrocientos cincuenta (450) meses.

ARTICULO 104. CIRCUNSTANCIAS DE AGRAVACIÓN. La pena será


de cuatrocientos (400) a seiscientos (600) meses de prisión, si la
conducta descrita en el artículo anterior se cometiere:

1. En los cónyuges o compañeros permanentes; en el padre y la


madre de familia, aunque no convivan en un mismo hogar, en los
ascendientes o descendientes de los anteriores y los hijos
adoptivos; y en todas las demás personas que de manera
permanente se hallaren integradas a la unidad doméstica.

7. Colocando a la víctima en situación de indefensión o


inferioridad o aprovechándose de esta situación.

Frente al punible de HOMICIDIO, el Alto Tribunal de Justicia,


sobre los elementos de este tipo penal, en providencia41,
destacó:

«El delito de homicidio es de sujeto activo indeterminado, de lesión


y de resultado, en consecuencia, puede ser cometido por
cualquier persona y se perfecciona por la causación de la muerte
de la víctima.

40Modificado por el art. 25 de la Ley 1257/08.


41CSJ. Sala de Casación Penal AP5278-2015. Radicación No.35780 del 14 de septiembre de
2015. MP. Dr. Eugenio Fernández Carlier.

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En cuanto el homicidio agravado, bajo la causal del artículo


104 numeral 7 del CP, la misma Corporación de justicia, en
providencia42, puntualizó:

La doctrina de la Corte se ha pronunciado sobre el homicidio


agravado en las condiciones aludidas, en los siguientes términos
(CSJ SP, 23 de septiembre de 2009, rad. 30.224):

“De manera genérica la doctrina identifica la circunstancia


específica de agravación prevista en el artículo 104-7° de la Ley 599
de 2000, como homicidio alevoso, pues la hipótesis normativa allí
prevista cobija todas aquellas formas de matar creando la
indefensión de la víctima o aprovechándose de esa condición,
siendo la razón del mayor reproche “además de la perversidad
demostrada por el victimario, el ejecutar un acto que imposibilita al
agredido para rechazar el injusto acometimiento contra su vida,
situación que coloca al homicida en [posición] de ventaja o de
seguridad; quien traiciona, asecha, envenena o mata en cuadrilla,
elimina así o disminuye notoriamente la seguridad individual y social,
pues en el caso concreto el ciudadano no tuvo la menor
oportunidad de salvarse del ataque, por lo que el homicida produjo
un mayor daño social y por lo mismo su conducta es más injusta” 43,
criterio también prohijado y reiterado en la jurisprudencia de esta
Sala44 en los siguientes términos:

“Todas las formas dolosas y cobardes de cometer homicidio y


lesiones personales con un mínimo de peligro para el agresor, y un
máximo de indefensión para la víctima, quedan comprendidas en
la circunstancia calificante de la alevosía. Este vocablo tiene hoy
en la doctrina un sentido amplísimo, equivalente a sorprender al
ofendido descuidado e indefenso, para darle el golpe con
conocimiento o apreciación, por parte del agente, de esas
condiciones de impotencia en que se halla el sujeto pasivo del
delito. La alevosía tiene, pues, un contenido objetivo y subjetivo, sin

42 CSJ. Sala de Casación Penal SP16207-2014. Radicación No.44817 del 26 de noviembre de


2014. MP. Dr. José Luís Barceló Camacho.
43
Cfr. Gómez López, Jesús Orlando, El homicidio, Tomo I, Ediciones Doctrina y Ley, pág. 883.
44 Cfr. Entre otras, sentencias de 25 de marzo de 1993, 28 de mayo y 8 de octubre de 2008,

radicaciones Nº 8844 y 22959 y 26395, respectivamente.

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que sea de su esencia la premeditación. La dicha agravante se


traduce generalmente en la ocultación moral y en la ocultación
física. La primera, cuando el delincuente le simula a la víctima
sentimientos amistosos que no existen o cuando le disimula un
estado del alma rencoroso. La ocultación física, cuando se
esconde a la vista del atacado, o se vale de las desfavorables
circunstancias de desprevención en que se encuentra”45. (Negrillas
fuera de texto)

Por su parte el delito de tortura agravada se encuentra


regulado en el artículo 178 y en los numerales 1° y 10° del
artículo 179 del C.P. en los siguientes términos:

ARTICULO 178. TORTURA. El que inflija a una persona dolores o


sufrimientos físicos o psíquicos, con el fin de obtener de ella o de
un tercero información o confesión, de castigarla por un acto por
ella cometido o que se sospeche que ha cometido o de
intimidarla o coaccionarla por cualquier razón que comporte
algún tipo de discriminación incurrirá en prisión de ciento
veintiocho (128) a doscientos setenta (270) meses, multa de mil
sesenta y seis punto sesenta y seis (1066.66) a tres mil (3000) salarios
mínimos legales vigentes, e inhabilitación para el ejercicio de
derechos y funciones públicas por el mismo término de la pena
privativa de la libertad.

En la misma pena incurrirá el que cometa la conducta con fines


distintos a los descritos en el inciso anterior.

No se entenderá por tortura el dolor o los sufrimientos que se


deriven únicamente de sanciones lícitas o que sean consecuencia
normal o inherente a ellas.

ARTICULO 179. CIRCUNSTANCIAS DE AGRAVACIÓN PUNITIVA. Las


penas previstas en el artículo anterior se aumentarán hasta en una
tercera parte en los siguientes eventos:

45 Cfr. Sentencia de 7 de febrero de 1955, en Gaceta Judicial, tomo LXXIX, pág. 581.

30
Segunda Instancia.
P/: Ángela Yohana Guerra Urueña y Edilberto Rojas Torres.
D/: Homicidio Agravado y Tortura Agravada.
R/: 73001.60.00.450.2017.01545.01
N.I: 50271
Víctima: S.A.S.P.
Representante Legal: Ruth Salazar Palacio
Ley 906 de 2004.

1 Cuando el agente sea integrante del grupo familiar de la


víctima.

3. Cuando se cometa en persona discapacitada, o en menor de


dieciocho (18) años, o mayor de sesenta (60) o mujer
embarazada.

Respecto a la tipicidad del delito de tortura, el Alto Tribunal


de Justicia, en providencia46, destacó:

(…)el Código Penal de 2000 –artículo 178- le introdujo al reato


examinado algunas variaciones importantes, de cara al principio
de tipicidad, de tal suerte que, además que precisó el verbo
rector: infligir, describió, con relativa amplitud, qué tipo de actos
se pueden considerar tortura –dolores o sufrimientos graves, físicos
o síquicos- y le atribuyó una naturaleza claramente autónoma y,
en ese orden, le añadió como elemento teleológico, esta vez de
manera expresa, la necesidad de que tenga por fin alternativo, i)
obtener de la persona agredida o de un tercero información o
confesión ii) castigarla por un acto por ella cometido o que se
sospeche que ha cometido, iii) coaccionarla por cualquier razón
que comporte algún tipo de discriminación iv) o con cualquier otro
propósito, por ejemplo, económico o sádico.

Este ingrediente subjetivo del tipo, lo diferencia de otros


comportamientos de parecida naturaleza.

Debe eso sí, puntualizarse que la connotación de tortura grave,


fue revaluada por la Corte Constitucional en sentencia C-148 de
2005 al suprimir este calificativo, al estimar, de acuerdo con uno
de los intervinientes: Fiscal General de la Nación- que el artículo 12
Superior no establece ningún tipo de condicionamiento y que tal
restricción iba en contravía del principio pro homine, del derecho
a la dignidad humana, de la Convención Interamericana para
prevenir y sancionar la tortura y del canon 93 de la Carta Política.

46CSJ. Sala de Casación Penal SP9145-2015. Radicación No. 45795 del 15 de julio de 2015. MP.
Dr. Eyder Patiño Cabrera.

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Segunda Instancia.
P/: Ángela Yohana Guerra Urueña y Edilberto Rojas Torres.
D/: Homicidio Agravado y Tortura Agravada.
R/: 73001.60.00.450.2017.01545.01
N.I: 50271
Víctima: S.A.S.P.
Representante Legal: Ruth Salazar Palacio
Ley 906 de 2004.

CASO CONCRETO.

Resulta oportuno señalar que dentro de la presente


actuación no se discute por las partes e intervinientes la edad
de 3 años de la menor S.A.S.P., como se advierte del registro
civil de nacimiento47, como la muerte de esta, acontecida el
22 de abril de 2017, conforme lo expuso en la audiencia de
juicio oral48 el médico forense, doctor Guillermo Jaramillo
Lugo, quien practicó la necropsia y se documentó en la
inspección técnica al cadáver49 introducida a la actuación.

Tampoco se discute que la menor S.A.S.P. vivía en la finca El


Limonar vereda la Joya del municipio de Armero – Guayabal
con los procesados y tres menores de edad más, pues de los
escritos de apelación no se reprocha tal hecho y basta con
examinar la prueba testimonial de cargo y de descargo que
así lo corroboran, en especial, la de los mismos integrantes
del núcleo familiar, como es el caso de los menores J.E.R.G50,
J.F.S.G51, L.M.S.G52 y Jennifer Camila Cáceres Guerra53,

47 Ver Imágenes. Carpeta 0.5 Elementos Materiales Probatorios. Folio 28. Expediente Digital.
48 Ver Audios. Carpeta 0.8. Audiencia de juicio oral del 7 de mayo de 2018. Récord: 0:04:41’ al
2:09:24’ Minutos. Expediente Digital.
49 Ver Imágenes. Carpeta 0.5 Elementos Materiales Probatorios. Folios 21 al 27. Expediente

Digital.
50 Ver Audios. Carpeta 14. Audiencia de juicio oral del 28 de mayo de 2018. Récord: 0:23:19’ al

0:55:01’ Minutos. Expediente Digital.


51 Ver Audios. Carpeta 14. Audiencia de juicio oral del 28 de mayo de 2018. Récord: 0:59:40’ al

1:14:49’ Minutos. Expediente Digital.


52 Ver Audios. Carpeta 14. Audiencia de juicio oral del 28 de mayo de 2018. Récord: 1:20:24’ al

1:37:48’ Minutos. Expediente Digital.


53 Ver Audios. Carpeta 14. Audiencia de juicio oral del 28 de mayo de 2018. Récord: 1:50:16’ al

2:05:38’ Minutos. Expediente Digital.

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P/: Ángela Yohana Guerra Urueña y Edilberto Rojas Torres.
D/: Homicidio Agravado y Tortura Agravada.
R/: 73001.60.00.450.2017.01545.01
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Víctima: S.A.S.P.
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Ley 906 de 2004.

quienes confirman la convivencia de la niña en el mismo


hogar que tenían con los acusados.

De igual manera, no se discute la relación de la señora Ruth


Salazar Palacios con S.A.S.P. esto es, de madre e hija y de los
acusados Ángela Yohana Guerra Urueña y Edilberto Rojas
Torres como padrinos de la víctima, pues a lo largo del juicio
oral, la mayoría de los 50 testigos de la Fiscalía y de los 6 de
la defensa, así lo determinan, pues no admite duda alguna
que entre ellos se consolidó por medio de la Comisaria de
Familia de Armero – Guayabal un acuerdo de custodia
personal.

Definido lo anterior, la Sala procederá a continuación a


desarrollar los problemas jurídicos propuestos que encierran
cada uno de los disensos elevados por los defensores de
confianza de los sentenciados, de la siguiente manera:

i) Existió algún yerro por parte del fallador de primera


instancia al momento de valorar el material
probatorio.

Frente a este primer problema jurídico debe precisar la


Colegiatura que los dos defensores elevan varias censuras
relacionadas con la valoración probatoria que realizó el
juzgador, no obstante, coinciden en una, que apunta a que
los uniformados de la Policía Judicial que acudieron a la

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Segunda Instancia.
P/: Ángela Yohana Guerra Urueña y Edilberto Rojas Torres.
D/: Homicidio Agravado y Tortura Agravada.
R/: 73001.60.00.450.2017.01545.01
N.I: 50271
Víctima: S.A.S.P.
Representante Legal: Ruth Salazar Palacio
Ley 906 de 2004.

residencia de los acusados a obtener evidencias, lo hicieron


sin previamente acordonar o aislar la escena de los hechos,
lo cual no fue considerado por el a quo, postura que resulta
superflua, en la medida que ninguno precisó de qué manera
se vio afectada, y por qué resultó manipulada o cuál
evidencia resultó invalidada.

Situación expuesta por los censores, que guarda relación con


el sistema de cadena de custodia, principalmente, en la
primera fase, que apunta al aseguramiento del lugar de los
hechos, el cual debió ser adelantado por el miembro de la
policía de vigilancia que llegó por primera vez al lugar, esto
es, el subintendente Pablo Andrés Parra Forero54,
comandante de la Policía Nacional que debió aislar y
acordonar el área, haciendo uso de cuerdas, cintas u otro
elemento que le permitiera brindar seguridad a la hora de
recolectar las evidencias y en general elementos materiales
probatorios para cuando llegaran los funcionarios de Policía
Judicial a hacer la inspección al sitio de los hechos.

Y es que aunque el uniformado en el contrainterrogatorio55


justificó esa omisión, por no contar en ese momento con
suficiente personal, dado que los demás se encontraban
atendiendo actividades de vigilancia contrarrestando el

54 Ver Audios. Carpeta 0.4. Audiencia de juicio oral del 1 de marzo de 2018. Récord: 0:06:41’ al
0:45:00’. Minutos. Expediente Digital.
55 Ver Audios. Carpeta 0.4. Audiencia de juicio oral del 1 de marzo de 2018. Récord: 0:39:08’ al

0:45:00’. Minutos. Expediente Digital.

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abigeato y acompañando a la Comisaría de Familia en un


proceso de desaojo de familias en la hacienda Potosí de la
misma municipalidad, debió proceder a atender dicho acto
urgentes que le había sido reportado, pues es evidente que
en la finca el Limonar el gendarme estuvo en dos ocasiones,
una cuando se entrevistó con Edilberto Rojas y lo encontró
en compañía de los menores, más no había hecho acto de
presencia la señora Guerra Urueña y después cuando llegó
en compañía de la Comisaria de Familia y del equipo
interdisciplinario, ya en presencia de la acusada.

Actuación que no se haya debidamente justificada, sino que


más bien obedece a la falta de conocimiento del
uniformado, pues recuérdese que en la vista pública56
precisó que después de salir del lugar de los hechos se dirigió
a la Estación y se asesoró de la patrullera Neyra, quien le
indicó que debían iniciar con la Comisaría el procedimiento
de restablecimiento de derechos de los menores y acudir
nuevamente al sitio para retirarlos de la vivienda y
protegerlos, porque se sospechaba de que la menor había
sido maltratada y abusada, sin que, se itera, el uniformado
procediera a acordonar y aislar la escena del delito.

Procedimiento sugerido que no atendió en debida forma el


subintendente, sin embargo, es un asunto que hace parte del

56Ver Audios. Carpeta 0.4. Audiencia de juicio oral del 1 de marzo de 2018. Récord: 0:06:41’ al
0:45:00’. Minutos. Expediente Digital.

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sistema de cadena de custodia y todos los errores que allí se


presenten giran en torno a la valoración y no a la ilegalidad
del acto. Como lo ha precisado el Alto Tribunal desde tiempo
atrás cuando en providencia57, señaló:

Dígase que la cadena de custodia es, entonces, un medio a través


del cual se demuestra la autenticidad del elemento material
probatorio, no siendo el único, pues la propia ley establece la
posibilidad de hacerlo en forma distinta cuando no se ha
cumplido, o cuando lo ha sido irregularmente. En tal caso, la
anomalía en la cadena de custodia tendría incidencia en la
idoneidad demostrativa del medio de convicción, mas no la
aplicación de la regla de exclusión.

Puede decirse, entonces, que la ventaja que se deriva del


cumplimiento del protocolo de cadena de custodia es que releva
a la parte que presenta el elemento probatorio o la evidencia
física del deber de demostrar su autenticidad, pues cuando ello
ocurre la ley presume que son auténticos. Y la desventaja de no
hacerlo es que traslada la carga de la acreditación de la
indemnidad del elemento probatorio o de la evidencia física a
quien la presente, lo que, insiste la Sala, no acarrea como sanción
la exclusión del medio de convicción.58

Por eso, en uno y otro evento, varían los efectos de no observar los
procedimientos legalmente establecidos, pues si se incumplen los
primeros, esto es, el debido proceso probatorio, la solución ha de
ser la exclusión del elemento, pero si se pretermiten los
mecanismos y procedimientos de cadena de custodia lo que se
afecta es su aptitud demostrativa59. De ahí que, como lo tiene
dicho la jurisprudencia de tiempo atrás, “en principio, no resulta
apropiado discutir, ni siquiera en sede casacional, que un medio
de prueba es ilegal y reclamar la regla de exclusión, sobre la base

57 Ver Casación 35127 del 17 de abril de 2013. Magistrado José Luís Barceló Camacho.
58 Ibid. Rad. 34867
59 Ibid. Rad. 38800

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de cuestionar su cadena de custodia, acreditación o


autenticidad”.60

Así las cosas, el ataque que en sede de casación se emprende


contra las irregularidades en la cadena de custodia, le impone al
demandante la carga de probar, no sólo que aquella no se
cumplió, o que se cumplió defectuosamente, sino que la
autenticidad del elemento material probatorio o de la evidencia
física no logró establecerse por otros medios, y que existen
fundados motivos para creer que el elemento no es genuino, o
que pudo haber sido alterado, modificado o falseado en el
proceso de protección o conservación. (Resaltado de esta Sala).

Con base en los derroteros anteriores, es claro que se


presentaron errores en el aseguramiento del lugar de los
hechos donde se hallaban las evidencias, empero, los
defensores no establecen de qué manera ese
procedimiento irregular afecta la autenticidad de las
evidencias halladas en el sitio de forma posterior por el
personal de Policía Judicial que arrimó al día siguiente,
llámense prendas de vestir, sangre y demás elementos
recolectados, ya que finalmente procedieron a embalarlos,
roturarlos y asegurarlos bajo el protocolo de cadena de
custodia, el cual se continuó en debida forma con los
profesionales del Instituto Nacional de Medicina Legal que
analizaron los fluidos recolectados, sin que se advirtiera en los
contrainterrogatorios alguna falencia sobre el particular, de
allí que tal censura resulta inadmisible, en la medida que no
se aprecian errores en la valoración que efectuó el fallador

60Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal, Sentencia del 21 de febrero de 2007,
Radicado No. 25920, reiterada, entre otras decisiones, en sentencia del 8 de octubre de 2008,
Radicado N° 28195.

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de primera instancia, los que tampoco fueron precisados por


los apelantes.

Lo mismo sucede con los argumentos del defensor de


Edilberto Rojas Torres, quien no precisa cuáles fueron los
errores de apreciación del Juzgador a la hora de valorar los
testimonios del personal médico del Hospital Regional del
Líbano ni de qué manera dejó de apreciar los testigos de
descargo que apuntaban a señalar que existía por parte del
procesado un buen trato no solo hacía la menor S.A.S.P. sino
a los demás menores que integraban su núcleo familiar.

En efecto, le asiste razón a la agente especial del Ministerio


Público, cuando como sujeto procesal no recurrente, indicó
que el defensor realizó dichas críticas de manera
generalizada, sin ofrecer detalles concretos de los errores del
Juzgador en la apreciación de los testimonios, y es que para
esta instancia, no solo es cierto, sino que no se vislumbran
errores, ya que los profesionales de salud que asistieron en el
Hospital Regional del Líbano registraron en la historia clínica
lo que evidenciaron, es el caso de la pediatra Diana Patricia
Rubio Lozano, quien en la audiencia pública61, señaló que
atendió a la menor que fue remitida del centro médico de
Armero, quien llegó por una picadura de insecto, con signos
de una infección local, con una quemadura en el rostro

61Ver Audios. Carpeta 0.5. Audiencia de juicio oral del 3 de abril de 2018. Récord: 0:06:54’ al
0:42:47’. Minutos. Expediente Digital.

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producto de un vinagre que le habían aplicado, no siendo lo


recomendado por tratarse de un ácido, con un edema, con
desnutrición y con ausencia de cabello por halado,

Hallazgos que igualmente fueron referidos por la médica


Andrea Lucía Vanegas Suazo62, quien en esa oportunidad
hacía su práctica rural en dicho Hospital y logró señalar que
atendió a una menor de dos años edad, remitida de Armero
Guayabal con una reacción alérgica a picadura de insecto,
con una quemadura grado 2 por aplicación de medios
físicos, con anemia crónica y un bajo peso, lo que le permitió
sospechar un posible maltrato infantil y negligencia de los
cuidadores.

Nótese que eso que establecieron los galenos del Líbano


parte de la información suministrada en esa ocasión por la
cuidadora Ángela Yohana Guerra Urueña, relacionada con
una picadura de una avispa, lo cual fue apreciado en
debida forma por el fallador de primera instancia, al igual
que los demás hallazgos que encontraron en el cuerpo de la
infante, lo que le permitió concluir que desde ese mes de
mayo de 2016, empezaron los actos crueles y degradantes
que afectaron su integridad y más adelante, concretamente
entre el 21 y 22 de abril de 2017 la vida, por tanto, no se

62Ver Audios. Carpeta 0.4. Audiencia de juicio oral del 1 de marzo de 2018. Récord: 0:27:36’ al
1:06:27’. Minutos. Expediente Digital.

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avizoran errores en la apreciación de sus dichos, así como


tampoco fueron señalados por la defensa de Edilberto Rojas.

Finalmente, frente a la misma temática señala la defensa de


Rojas Torres, que el Juez al momento de valorar no tuvo en
cuenta la declaración de familiares y particulares que daban
fe del buen trato que el procesado tenía no solo con el hijo
común de los acusados sino con los hijastros y la ahijada hoy
víctima, no obstante, tal postura resulta inconducente, por
dos razones básicamente, (i) porque la judicialización de
Edilberto Rojas Torres obedece a una omisión, no a una
acción, por lo tanto, se reprocha el dejar de actuar teniendo
el deber legal de hacerlo, y (ii) la prueba testimonial en
efecto apunta a acreditar el buen trato que le da a los
menores, pero en nada desvirtúa el no haber actuado en pro
de garantizar los derechos de atención en salud que requería
la víctima, dado los evidentes rasgos de maltrato que S.A.S.P.
evidenciaba y que ante eso guardó absoluta indiferencia,
de suerte que la censura no resulta avante.

ii) Existe prueba directa o indirecta para condenar a


Ángela Yohana Guerra Urueña por el delito de
homicidio, cuando no se logró demostrar por parte
de los médicos forenses la forma del deceso de la
menor, ni acreditarse la circunstancia de agravación
del tipo penal ante la ausencia del acto
administrativo de adopción.

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El planteamiento de la defensa de la sentenciada Guerra


Urueña, no es acertado, como quiera que el a quo, desde un
principio dejó sentado su criterio de que no existía prueba
directa que señalara a la madrina de la menor como
responsable de su deceso, pues el fallador arribó a la
condena con prueba indirecta, más concretamente basado
en los indicios de oportunidad y posibilidad para delinquir,
señalando que la enjuiciada era la única persona mayor que
al igual que Edilberto estaban a cargo de su protección, pero
que permanecía más tiempo con ella y quien pudo causarle
las heridas y sufrimientos que a lo largo de su custodia
padeció, ante la ausencia de extraños dentro del hogar y la
exclusión de los tres menores que dada su edad y
corpulencia no tenían la capacidad de ejecutarlos.

Ciertamente, la Corte Suprema de Justicia, ha aceptado la


idea que se puede proferir sentencia de condena basado
únicamente en la construcción de indicios, los cuales deben
cimentarse en hechos debidamente probados y que
valorados en conjunto permitan desvirtuar la presunción de
inocencia y superar la garantía del principio in dubio pro-reo,
como en jurisprudencia reciente63, señaló:

Para iniciar, cabe recordar que esta Corporación ha precisado


que las inferencias lógico jurídicas, a través de operaciones

CSJ. Sala de Casación Penal. SP4638-2020. (49066) del 25 de noviembre de 2020. MP. Dr. Hugo
63

Quintero Bernate.

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indiciarias, tienen cabida en el sistema procesal penal en virtud del


principio de libertad probatoria; no obstante, los indicios deben
estar cimentados en hechos plenamente probados y las
deducciones marcadas por la seriedad y razonabilidad a partir de
reglas de la sana crítica, pues si solo se trata de probabilidades o
meros criterios de quien realiza el análisis, no pueden ser acogidos
para fundar una condena, dado que subsistirán en el campo de
la incertidumbre o la especulación.

Demostrado el hecho indicador, es menester enunciar la regla de la


lógica, la experiencia o la ciencia que otorga fuerza probatoria al
indicio, dado que eventualmente puede ser falsa, o tomada con un
alcance diferente al que realmente tiene y, por tanto, es
indispensable expresarla para garantizar su contradicción.

A continuación, se debe ilustrar el hecho indicado, cuya firmeza


dependerá del alcance de la máxima utilizada. Y, finalmente, se
valorará dicho dato, en concreto y en conjunto con los demás
medios probatorios arrimados, de cara a concluir el aspecto que se
declara probado.

Desde luego, la prueba indiciaria tiene la capacidad de cimentar


una sentencia, pero para ello es necesario que, en forma unívoca y
contundente, denote plausiblemente la responsabilidad o
inocencia del implicado en los sucesos delictivos juzgados. En todo
caso, la valoración integral del indicio debe considerar todas las
hipótesis que puedan confirmar o descartar la inferencia realizada,
a efectos de establecer su validez y peso probatorio. Y todo ello
debe analizarse en el contexto del proceso penal en el que la
garantía del in dubio pro reo y el principio de presunción de
inocencia se erigen como límites del establecimiento de la verdad
que, en todo caso, no puede ser reconstruida a cualquier precio.
(Negrillas y subrayado fuera de texto)

Justamente, esa construcción indiciaria de responsabilidad


fue la que llevó al fallador de primera instancia a considerar
la responsabilidad penal tanto en el delito de tortura como
en el del homicidio agravado, pues la abundante prueba

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testimonial traída por el ente acusador, esto es 51 testigos


valorada de forma integral con la prueba documental
relacionada con las evidencias físicas halladas y estudiadas
por peritos forenses llevaron más allá de toda duda a
considerar que ÁNGELA YOHANA GUERRA URUEÑA, desde
que voluntariamente accedió a ser la madrina en febrero de
2016, ejerció un rol similar a la de una madre sustituta, quien
debía garantizar el cuidado y protección que una niña de 2
años requería, más aún cuando conocía las condiciones
precarias que ya posiblemente venía padeciendo, pues la
madre biológica, la señora Ruth Salazar Palacios64 y el
hermano David Salazar Palacios65, así lo indicaron en la vista
pública, señalando que no contaban con los recursos
económicos para hacerlo, por lo que prácticamente
estaban aguantando físicamente hambre.

Situación económica que indudablemente fue la razón para


que se le entregara la custodia a los padrinos, quienes se
comprometieron a garantizar además de los cuidados, sus
alimentos, los cuales no fueron debidamente atendidos, pues
las lesiones que empezaron a ventilarse desde el 26 de mayo
de 2016 cuando por primera vez la menor ingresó al centro
médico de Armero Guayabal, fue lo que en literatura se
podría denominar como “Crónica de una muerte

64 Ver Audios. Carpeta 12. Audiencia de juicio oral del 16 de mayo de 2018. Récord: 1:46:21’ al
2:57:07’. Minutos. Expediente Digital.
65 Ver Audios. Carpeta 12. Audiencia de juicio oral del 16 de mayo de 2018. Récord: 3:01:22’ al

3:22:46’. Minutos. Expediente Digital.

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anunciada”, en la medida que como lo refirió la practicante


de medicina y la pediatra del Hospital Regional del Líbano,
la menor presentaba anemia, bajo peso derivado de
desnutrición, lo que les permitió llegar a la conclusión que
lejos de una simple atención por picadura de insecto, la niña
venía siendo sujeto de maltrato infantil por negligencia.

Maltrato infantil que en su oportunidad fue comunicado por


el personal médico a la Defensora de Familia del Líbano,
doctora Astrid Yineth Cardozo66 , quien indicó que su grupo
de trabajo conformado por la trabajadora social y la
psicóloga se desplazaron a la institución médica para
obtener información de lo acontecido a la menor, se lo
reportaron a dicha funcionaria para efectos de iniciar el
proceso de restablecimiento de derechos, no obstante, que
a los pocos días la menor fue dada de alta y la actuación la
remitió a la comisaria de familia de Armero, quien por el lugar
de domicilio de S.A.S.P. asumiría el seguimiento respectivo.

Seguimiento que no resultó totalmente efectivo, pues


conclusivamente la menor falleció producto de las lesiones y
descuido de sus cuidadores, lo que se sumó a la falta de
diligencia institucional para restablecer sus derechos, de allí
que en la actuación se diera a conocer la investigación
disciplinaria y penal que cursa en contra de la comisaria de

66 Ver Audios. Carpeta 0.3. Audiencia de juicio oral del 21 de febrero de 2018. Récord: 0:35:37’
al 1:39:13’. Minutos. Expediente Digital.

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P/: Ángela Yohana Guerra Urueña y Edilberto Rojas Torres.
D/: Homicidio Agravado y Tortura Agravada.
R/: 73001.60.00.450.2017.01545.01
N.I: 50271
Víctima: S.A.S.P.
Representante Legal: Ruth Salazar Palacio
Ley 906 de 2004.

familia de Armero Guayabal, doctora Katherine de los


Ángeles García Rodríguez67, quien ante el estrado judicial se
amparó en su derecho constitucional a no declarar por ser
sujeto de incriminación.

Omisiones estas que igualmente recaen en el grupo


interdisciplinario de la Comisaría de Familia de Armero
Guayabal, compuesto por la trabajadora social, la psicóloga
y la comisaria, quienes a pesar de estar al tanto del suceso
presentado el 26 de mayo de 2016 en el centro médico de
esa municipalidad y hasta el 1 de junio del mismo año en el
Hospital Regional del Líbano no ejecutaron labores de
seguimiento, sino también por el personal de la fundación
IMIX, que para la época era el operador del ICBF, quienes
con su grupo de apoyo compuesto por la docente Mónica
Cadena Gaitán68, la psicóloga Leydy Buenaventura y la
auxiliar de enfermería Jenny Paola Torres Salazar69, al parecer
no ejecutaron el seguimiento correspondiente, pese a
conocer que la menor estuvo hospitalizada y ausente en el
Jardín mis Sueños, más la omisión de los cuidadores de no
acceder a la continuidad en el programa, que al menos
hubiera facilitado ejercer un control sobre el peso y talla de
S.A.S.P., de allí que son muchos los hechos indicadores que

67 Ver Audios. Carpeta 0.4.. Audiencia de juicio oral del 1 de marzo de 2018. Récord: minuto
2:00’ y ss. Minutos. Expediente Digital.
68 Ver Audios. Carpeta 0.3. Audiencia de juicio oral del 21 de febrero de 2018. Récord: 1:45:48’

al 2:29:38’. Minutos. Expediente Digital.


69 Ver Audios. Carpeta 0.3. Audiencia de juicio oral del 21 de febrero de 2018. Jornada de la

tarde. Récord: 1:42:47’ al 2:15:54’. Minutos. Expediente Digital.

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Segunda Instancia.
P/: Ángela Yohana Guerra Urueña y Edilberto Rojas Torres.
D/: Homicidio Agravado y Tortura Agravada.
R/: 73001.60.00.450.2017.01545.01
N.I: 50271
Víctima: S.A.S.P.
Representante Legal: Ruth Salazar Palacio
Ley 906 de 2004.

fueron probados en la actuación que permitieron inferir que


la acusada fue la responsable del homicidio de la menor.

Ahora bien, señala la defensa de la acusada en su libelo


impugnatorio que no se acreditó la causa de la muerte por
parte del personal médico, apreciación que es totalmente
alejada de la realidad, como quiera que en el plenario en lo
que más se profundizó y acreditó fue precisamente los
hallazgos encontrados en la humanidad de la menor, los
cuales parten desde su atención un día antes del
fallecimiento, esto es, desde el 21 de abril de 2017, cuando
la infante es traída por la acusada en compañía de su
hermana al centro médico como se ilustró en el material
fotográfico70 extraído de los videos del Centro Médico de
primer nivel de Armero Guayabal - Nelson Restrepo Martínez,
que en la audiencia71 expuso el investigador Luís Ernesto Lugo
López. Menor que fue atendida inicialmente por el doctor
Juan David Pabón Rojas72, médico general que además de
dejar constancia de la amenaza que recibió de parte de un
familiar de la procesada, indicó que le causó mucha
impresión las condiciones en que llegó la niña, a quien
encontró con alteración de la consciencia, con insuficiencia
a la hora de respirar, con traumatismo en la cabeza, con
cicatrices en brazo, tórax, piernas, lesiones en región nasal,

70 Ver Carpeta 0.5. Elementos materiales probatorios. Folios 29 al 65. Expediente Digital.
71 Ver Audios. Carpeta 0.6. Audiencia de juicio oral del 19 de abril de 2018. Jornada de la tarde.
Récord: 2:17:03’ al 2:49:41’. Minutos. Expediente Digital.
72 Ver Audios. Carpeta 0.5. Audiencia de juicio oral del 3 de abril de 2018. Jornada de la

mañana Récord: 3:01:29’ al 4:32:10’. Minutos. Expediente Digital.

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Víctima: S.A.S.P.
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con estigmas en región vaginal, sumado a la falta de higiene


y a la información escasa que arrojó la cuidadora, lo cual fue
confrontado seguidamente por la médica de urgencias del
Hospital Federico Lleras Acosta, sede Limonar, doctora Andry
Julieth Osorio Ariza73, quien en la audiencia, precisó que
recibió a la menor en malas condiciones de salud, por
cuanto además de falta de aseo e higiene, presentaba
traumas múltiples en el cráneo, hematoma occipital,
laceraciones en la boca, ausencia del tabique nasal,
cicatrizaciones hipopigmentadas antiguas en la piel, lesiones
a nivel genital y obviamente insuficiencia respiratoria, que
fue lo que más atendió dada la intubación en que fue
remitida.

Profesional de la salud, que al ver el estado crítico de S.A.S.P.


sumado a la poca información que obtuvo de la cuidadora,
decidió remitir urgentemente a la Unidad de Cuidados
Intensivos del mismo centro asistencial, esta vez, sede barrio
Francia para que fuera atendida por el especialista en
pediatría, el doctor Jaime Augusto León Gutiérrez74, quien
también se sorprendió al ver a esta infante, sucia,
descuidada, golpeada, con evidencias visuales de maltrato
infantil, tan maltratada que halló en su cuerpo, Cefalocaudal,

cráneo, hematoma palpable occipital, equimosis, ausencia del tabique

73 Ver Audios. Carpeta 0.7. Audiencia de juicio oral del 23 de abril de 2018. Récord: 2:01:45’ al
2:48:39’. Minutos. Expediente Digital.
74 Ver Audios. Carpeta 0.7 Audiencia de juicio oral del 23 de abril de 2018. Récord: 0:04:32’ al

1:50:29’. Minutos. Expediente Digital.

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nasal, herida en el labio inferior profunda no sangrante, múltiples lesiones en


la piel no recientes y recientes, avulsión de la uña del tercer dedo de la mano
derecha con herida, en la izquierda, una avulsión de la punta del tercer dedo
de la mano izquierda, lesiones en el introito vaginal, esfínteres complacientes
y desgarro, y callos óseos en el húmero derecho, a nivel del húmero izquierdo

y a nivel del fémur izquierdo. Callos óseos que indicó el profesional


se formaban después de que el hueso recibe una fractura y
se suelda de forma natural sin haber sido la paciente asistida,
lo que permitió deducir que la menor venía recibiendo varias
lesiones o traumas con elementos contundentes sin que
hubiere recibido atención médica especializada en
ortopedia.

Hallazgos que encontró el pediatra informándolos a las


autoridades de infancia y adolescencia sobre la presencia
de un maltrato sistemático por parte de la cuidadora, quien
después de dejar a la niña en el Federico Lleras Acosta,
abandonó el sitio sin que el especialista pudiera contactarla,
pese a que ordenó ubicarla, persona que la actuación
reveló se desplazó al lugar de los hechos. Información que
llegó igualmente a los profesionales del Instituto Nacional de
Medicina Legal, quienes finalmente practicaron un examen
clínico a S,A,S.P. y la necropsia de forma posterior.

Justamente, el examen clínico fue practicado por el perito


Juan Sebastián Giraldo González75, quien en la vista pública

75Ver Audios. Carpeta 0.8 Audiencia de juicio oral del 7 de mayo de 2018. Récord: 1:42:18’ al
3:07:34’. Minutos. Expediente Digital.

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fue claro en confirmar los hallazgos del pediatra y registrar


fotográficamente cada uno de ellos, los cuales exhibió a
través de video beam ante la presencia exclusiva de partes
e intervinientes, dando a conocer que S.A.S.P. en la UCI se
encontraba sedada, semidesnuda, delgada, con signos de
malnutrición proteico calórica, con dentadura incompleta,
con varias cicatrices en el cuero cabelludo, escoriaciones en
región frontal, con costras en región mentoniana,
escoriaciones en el labio inferior izquierdo, en ambos
pabellones auriculares, en el tórax, en miembros superiores e
inferiores y con desgarros recientes y antiguos a nivel vaginal
y anal.

Lesiones y cicatrices que el profesional concluyó fueron


causadas con elementos contundentes que evidenciaban
un maltrato por abandono, conclusión que fue profundizada
con la necropsia practicada a la menor por el médico
forense Guillermo Jaramillo Lugo76, quien al igual que el
colega anterior, proyectó el material fotográfico realizado al
cuerpo sin vida de S.A.S.P. donde pudo confirmar estos
hallazgos y adicionalmente establecer que el fallecimiento
de la menor fue violento por trauma encefálico siendo
compatible con el “síndrome de zarandeo”, que se presenta
cuando un adulto ejerce fuerza que doblega al menor y lo
mueve de adelante hacia atrás o de forma horizontal

76Ver Audios. Carpeta 0.8 Audiencia de juicio oral del 7 de mayo de 2018. Jornada de la tarde.
Récord: 0:04:43’ al 2:09:24’. Minutos. Expediente Digital.

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provocando que la cabeza se mueva como un péndulo y


generando la lesión en la cavidad del cráneo77.

Síndrome del zarandeo o del niño sacudido que es lo que el


perito determinó se ocasionó a la menor, quien ya desde el
año 2016 venia recibiendo golpes, maltratos, como lo
evidenciaron sus múltiples cicatrices en el abdomen, en la
espalda, en el tórax, en el cuero cabelludo, en sus rodillas, en
su antebrazo, en sus piernas, en sus uñas, muchos derivados
también por su desnutrición que poco a poco fueron
sumándose hasta llegar a su deceso, muerte que como se
itera pudo ser evitada, si los cuidadores le hubieran prestado
la suficiente y necesaria atención, pues solo basta con
observar las condiciones de salud de los demás menores
para llegar a concluir la discriminación que sufrió por el
hecho de ser extraña al núcleo familiar y muy seguramente
por no controlar esfínteres, como a lo largo de la actuación
se evidenció y se corroboró con la declaración del pequeño
de la familia, hijo en común de los acusados, J.E.R.G. 78, quien
refirió que la niña dejaba el popo en la estufa, lo cual no es
extraño, pues se vislumbró un aspecto de desaseo en la
menor que solo es responsabilidad de sus custodios.

77
Carpeta 12 audiencia 16 de mayo de 2018 Rec: 05:07 – (1:34:20 zarandeo como detonante)
78Ver Audios. Carpeta 14. Audiencia de juicio oral del 14 de mayo de 2018. Récord: 0:23:19’ al
0:55:01’. Minutos. Expediente Digital.

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En suma, no es acertada la postura de la defensa, pues la


causa de la muerte sí fue dilucidada en profundidad y se
asoció con el maltrato infantil sistemático acontecido en
S.A.S.P. ocasionado por su cuidadora Ángela Yohana Guerra
Urueña, que la abandonó literalmente, dejó que llegara a
esa instancia, sin que, según revelan las diligencias, las
autoridades administrativas ejercieran el control debido y
ante la vista de Edilberto Rojas Torres que a pesar de que salía
a laborar, no ejerció su rol de padre sustituto con
vehemencia dejando que esta situación se agravara y
conllevara a la muerte, la cual se itera fue violenta.

Consecuencialmente, no es acertada la postura del censor


en torno a que no se acreditó la agravante del homicidio,
en tanto no se acreditó el proceso de adopción de la menor;
no obstante, olvida el recurrente que fueron varias las
causales endilgadas a la acusada, empero respecto de la
que expone su inconformidad se tiene que la infante fue
entregada a los acusados en custodia por medio de trámite
administrativo adelantado ante la Comisaría de Familia de
Armero Guayabal, acto que permitió que S.A.S.P. de forma
permanente ingresara a su núcleo familiar e integrara la
unidad doméstica, siendo coherente con la causal del
numeral primero del citado artículo, por consiguiente, se
encontró configurada la circunstancia de agravación sobre
la cual reclama el defensor.

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iii) Existe o no prueba directa o indirecta para endilgar


responsabilidad a los procesados por el punible de
tortura agravada cuando no se acreditó el elemento
subjetivo del tipo penal y si este puede ser atribuido,
bajo la posición de garante a Edilberto Rojas Torres,

Para dilucidar este problema jurídico, se debe traer a


colación lo expuesto en el capítulo anterior, pues si bien no
existió prueba directa, sí de manera indirecta con la
construcción de los dos indicios que advirtió el juzgador,
como lo fueron la oportunidad para delinquir y la presencia,
los cuales se edificaron partiendo de un análisis integral a
todo el material probatorio que permitió perfilar a los dos
procesados como los únicos responsables, pues fueron sus
cuidadores asignados, solo ellos como adultos garantes
vivían en la finca el Limonar junto a otros menores de edad
que no presentaron ningún maltrato ni abandono, pues eran
parientes de sangre, en su totalidad respecto de Ángela
Yohana Guerra Urueña, y se documentaron medicamente
varias lesiones y cicatrices antiguas y recientes que no
pudieron ser justificadas por la defensa, al no guardar
coherencia con la caída de una cama, de un armario, ni
muchos menos que la menor se hubiera causado dichas
heridas.

Precisamente, esa consideración de responsabilidad en los


enjuiciados no se trató de un hecho aislado o sin prueba

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Víctima: S.A.S.P.
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alguna, pues obedeció principalmente a un proceso de


investigación serio, lógico, coherente, y profesional que
partió de un análisis macro, sobre el material probatorio,
representado en la información recolectada por los
funcionarios de Policía Judicial que acudieron a la residencia
donde pernoctaba la víctima, entrevistando a vecinos,
familiares, trabajadores de los campamentos aledaños,
embalando, rotulando y asegurando bajo el tamiz del
sistema de cadena de custodia las evidencias halladas, para
posteriormente ser analizadas en laboratorios especializados
por personal calificado del Instituto Nacional de Medicina
Legal. Análisis macro que fue aportado básicamente por dos
funcionarios expertos en comportamiento y perfilación
criminal, como es el caso del psicólogo Edwin Orlando Olaya
Molina79, y el teniente Javier Alonso Ramírez Reyes80, quienes
desde su conocimiento y experiencia hicieron un análisis de
la información que hasta ahora el grupo de investigadores
había adelantado con el único propósito de acompañar y
hacer unas sugerencias investigativas como apoyo del fiscal
especializado que dirigía la investigación, los que
determinaron, conforme las lesiones reportadas en la menor
que esta era objeto de maltrato infantil, más concretamente
en un caso de síndrome del niño zarandeado.

79 Ver Audios. Carpeta 12 Audiencia de juicio oral del 16 de mayo de 2018. Récord: 0:05:07’ al
1:40:10’. Minutos. Expediente Digital.
80 Ver Audios. Carpeta 12 Audiencia de juicio oral del 16 de mayo de 2018. Récord: 3:27:15’ al

4:36:41’. Minutos. Expediente Digital.

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Conclusión a la que llegaron porque encontraron


inconsistencias en lo relatado por los familiares y allegados a
la menor, especialmente en lo depuesto por la madrina, a la
hora de justificar los golpes y afectaciones que padecía la
niña, la poca atención médica que le proporcionaban que
aumentaba el riesgo de muerte, el no pertenecer la víctima
al núcleo consanguíneo, la falta de una red de apoyo, la no
escolaridad de la misma, la ira como reacción a la falta de
control de esfínteres o del comportamiento inapropiado, el
intento de ocultar las evidencias, como es el caso de tener
debajo del colchón una prenda de vestir, más la limpieza
que realizó en la habitación de la impúber, cuando la noche
anterior el comandante de Policía de Armero había
observado un desorden, sumado al tipo de lesiones que
presentó la infante que le ocasionaron no un trauma
craneoencefálico sino encefálico, pues no se evidenció un
golpe en la cabeza que se viera simple vista sino que lo fue
de manera interna, fruto de un zarandeo, en un proceso de
aceleración y desaceleración que podría causar en la niña
ceguera, parálisis o la muerte que fue lo que finalmente
aconteció.

Perfilamiento que solo apuntaba a que los agresores de tales


sufrimientos y lesiones padecidos por S.A.S.P. solo podrían ser
ocasionados por sus cuidadores, como autora Ángela
Yohana Guerra Urueña, pues además de tener su custodia,
era quien permanecía en el hogar, era la que llevaba al

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Segunda Instancia.
P/: Ángela Yohana Guerra Urueña y Edilberto Rojas Torres.
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Jardín a la misma, fue a quien la menor señaló como


agresora en alguna oportunidad a la señora Liliana Guayara
Cárdenas81, quien para la primera instancia como para esta
Colegiatura su relato fue espontaneo, coherente y
totalmente creíble hasta el punto de haberlo puesto a
manera de queja ante la Comisaría de Familia, quienes
previsiblemente no atendieron en debida forma el caso, y
fue quien acompañó a la menor en las dos oportunidades a
los centros asistenciales y tenía conocimiento de lo que le
sucedió a la ahijada, en su integridad personal y sexual.

Y a Edilberto Rojas Torres, bajo la posición de garante, por


cuanto si bien no permanecía en su residencia por la labor
agrícola que desempeñaba en la limonera, sí tenía la
custodia, el compromiso legal de prestarle la protección y
cuidado y dejó de hacerlo, cuando eran evidentes los
padecimientos de la menor, de tal manera que la conducta
punible de tortura agravada existió y los acusados fueron sus
responsables y se halla plenamente acreditado el elemento
subjetivo que extrañan los defensores, pues los dolores físicos
y graves que evidenciaba el cuerpo de la niña obedecieron
a muchas razones que con el material probatorio analizado
de forma conjunta se avizoraron y que guardan relación a
castigos por su falta de control de esfínteres y a actos de
discriminación por no ser consanguínea del núcleo familiar,

81 Ver Audios. Carpeta 0.2. Audiencia de juicio oral del 9 de febrero de 2018. Récord: 1:19:59’
al 2:02:46’. Minutos. Expediente Digital.

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quien a pesar de la inicial buena intención de ser acogida


finalmente se convirtió en una carga para la familia Rojas
Guerra, quienes además debían sostener a tres menores más.

Nótese que, con relación a ese elemento de tipo subjetivo,


la Alta Corporación de Justicia en providencia82, ut supra,
precisó:

(…)el Código Penal de 2000 –artículo 178- le introdujo al reato


examinado algunas variaciones importantes, de cara al principio
de tipicidad, de tal suerte que, además que precisó el verbo
rector: infligir, describió, con relativa amplitud, qué tipo de actos
se pueden considerar tortura –dolores o sufrimientos graves, físicos
o síquicos- y le atribuyó una naturaleza claramente autónoma y,
en ese orden, le añadió como elemento teleológico, esta vez de
manera expresa, la necesidad de que tenga por fin alternativo, i)
obtener de la persona agredida o de un tercero información o
confesión ii) castigarla por un acto por ella cometido o que se
sospeche que ha cometido, iii) coaccionarla por cualquier razón
que comporte algún tipo de discriminación iv) o con cualquier otro
propósito, por ejemplo, económico o sádico.

Este ingrediente subjetivo del tipo, lo diferencia de otros


comportamientos de parecida naturaleza.

Debe eso sí, puntualizarse que la connotación de tortura grave,


fue revaluada por la Corte Constitucional en sentencia C-148 de
2005 al suprimir este calificativo, al estimar, de acuerdo con uno
de los intervinientes: Fiscal General de la Nación- que el artículo 12
Superior no establece ningún tipo de condicionamiento y que tal
restricción iba en contravía del principio pro homine, del derecho
a la dignidad humana, de la Convención Interamericana para
prevenir y sancionar la tortura y del canon 93 de la Carta Política
(Negrillas y subrayado fuera de texto)

82CSJ. Sala de Casación Penal SP9145-2015. Radicación No. 45795 del 15 de julio de 2015. MP.
Dr. Eyder Patiño Cabrera.

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Bajo esos derroteros, no le asiste razón a los apelantes, como


quiera que efectivamente se configuró el tipo penal en todos
sus elementos, pues la menor S.A.S.P. desde muy temprano
que ingresó al hogar empezó siendo discriminada y
castigada, en la medida que fue acogida desde febrero de
2016 y llevada al centro hospitalario por primera vez desde el
26 de mayo siguiente, sin haber transcurrido dos meses y
presentando desnutrición, golpes, laceraciones, las que
fueron acumulándose, sin que la madre biológica, y las
autoridades administrativas intervinieran de manera
adecuada y que finalmente la llevaron a su muerte.

Ulteriormente, señala el defensor de Edilberto Rojas Torres sin


hacer esfuerzos argumentativos, que la conducta penal de
tortura no puede ser endilgada bajo la calidad acusada y
finalmente sentenciada, por la posición de garante por
cuanto no aplica para ese tipo de conductas, no obstante,
olvida el censor que ese tipo de comportamientos que
atentan contra la vida y la integridad personal pueden ser
objeto de reproche frente a personas como el caso del
acusado, pues tenían la obligación legal de prestar la
atención y prevenir la vulneración del bien jurídico, más
cuando era previsible.

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Puntualmente, la jurisprudencia de la Corte ha sido expresa


en tal argumento, cuando en providencia83, indicó:

La posición de garante.

Esta forma de actuar corresponde a la de quien ostenta posición


de garantía y, teniendo el deber jurídico de impedir la producción
de un resultado antijurídico, se abstiene de llevarlo a cabo, con lo
cual su comportamiento omisivo o pasivo determina la
configuración del efecto que estaba compelido a prevenir y se le
asimila, por consecuencia, al autor.

Esa construcción teórica tiene sustento legal en el ordenamiento


colombiano en el artículo 25 de la Ley 599 de 2000, cuyo tenor es
el siguiente:

Quien tuviere el deber jurídico de impedir un resultado


perteneciente a una descripción típica y no lo llevare a cabo,
estando en posibilidad de hacerlo, quedará sujeto a la pena
contemplada en la respectiva norma penal. A tal efecto, se
requiere que el agente tenga a su cargo la protección en
concreto del bien jurídico protegido, o que se le haya
encomendado como garante la vigilancia de una determinada
fuente de riesgo, conforme a la Constitución o a la ley.
Son constitutivas de posiciones de garantía las siguientes
situaciones:
1. Cuando se asuma voluntariamente la protección real de una
persona o de una fuente de riesgo, dentro del propio ámbito de
dominio.
2. Cuando exista una estrecha comunidad de vida entre personas.
3. Cuando se emprenda la realización de una actividad riesgosa
por varias personas.
4. Cuando se haya creado precedentemente una situación
antijurídica de riesgo próximo para el bien jurídico
correspondiente.
PARAGRAFO. Los numerales 1, 2, 3 y 4 sólo se tendrán en cuenta
en relación con las conductas punibles delictuales que atenten

CSJ. Sala de Casación Penal SP5333-2018. Radicación No. 50236 del 5 de diciembre de 2018.
83

MP. Dr. Eugenio Fernández Carlier.

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Víctima: S.A.S.P.
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contra la vida e integridad personal, la libertad individual, y la


libertad y formación sexuales.

En la labor hermenéutica que le asiste, la Sala se ha ocupado de


precisar:

Tiene posición de garante quien por competencia derivada de


organización, de institución o injerencia, tiene el deber jurídico de
proteger un bien tutelado por la ley, de modo que debe conjurar
los resultados lesivos dentro de su órbita de responsabilidad. En
virtud de la competencia por organización, las personas están
facultadas para poner en riesgo bienes jurídicos, por ejemplo, con
la construcción de viviendas, la aviación, el tráfico automotor,
etc., pero a cambio deben asumir unos deberes de seguridad en
orden a evitar que la creación o aumento de riesgos más allá de
lo jurídicamente permitido derive en daño a bienes jurídicos, que,
de ocurrir, les serán imputados.

La segunda encuentra sustento en normas jurídicas que


establecen obligaciones especiales de orden institucional, por
ejemplo, el artículo 2 de la Constitución Política dispone que “Las
autoridades de la República están instituidas para proteger a
todas las personas residentes en Colombia, en su vida, honra,
bienes, creencias, y demás derechos y libertades, y para asegurar
el cumplimiento de los deberes sociales del Estado y de los
particulares”. Los deberes institucionales se estructuran aunque el
garante no haya creado el peligro para los bienes jurídicos y se
fundamentan en la solidaridad que surge por pertenecer a ciertas
instituciones básicas para la sociedad.

La competencia por injerencia supone que quien ha causado un


peligro anterior a bienes jurídicos (generalmente antijurídico), está
llamado a conjurar las consecuencias que de tal situación se
produzcan, mediante deberes de salvamento84.

De ahí que la posición de garantía, es decir, la situación en la que


se hace exigible a un individuo obrar activamente para evitar la
producción de un determinado resultado antijurídico, puede
provenir de i) la realización de una actividad riesgosa lícita; ii) un

84 CSJ SP, 25 abr. 2018, rad. 49680.

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Segunda Instancia.
P/: Ángela Yohana Guerra Urueña y Edilberto Rojas Torres.
D/: Homicidio Agravado y Tortura Agravada.
R/: 73001.60.00.450.2017.01545.01
N.I: 50271
Víctima: S.A.S.P.
Representante Legal: Ruth Salazar Palacio
Ley 906 de 2004.

mandato constitucional o legal, o; iii) haberse creado, a cargo del


agente, una situación de riesgo para el bien jurídico. En relación
con este último supuesto, debe precisarse que el riesgo generado
por el comportamiento precedente debe ser próximo85 o
cercano86, es decir, causar un peligro inminente para el bien
tutelado, como sucede cuando, por ejemplo, quien conduce un
vehículo arrolla a un peatón cuyas lesiones amenazan su vida.

Según lo tiene decantado esta Corporación, la posición de


garantía derivada de un mandato legal o constitucional – es decir,
por competencia institucional - puede derivar en la
responsabilidad criminal del garante respecto de afectaciones
producidas como consecuencia de sus omisiones a cualquier bien
jurídico tutelado por el ordenamiento penal, mientras que en las
dos restantes hipótesis – la competencia por organización o
injerencia – la atribución de responsabilidad sólo se deriva de
daños causados a los intereses expresamente señalados en el
parágrafo del artículo 25 transcrito:

…la letra de la ley, la estructuración de la normatividad pertinente,


la historia reciente del articulado, y el derecho comparado,
permiten afirmar lo dicho al comienzo de este sector de esta
sentencia: el artículo 25 del Código Penal está conformado por
dos grandes partes: la primera, que comprime la posición de
garante al deber impuesto por la Constitución y la ley o, más
exactamente, por el derecho, en relación con todo bien jurídico;
y la segunda, que extiende la posición de garante a los fenómenos
conocidos como el ámbito de dominio, la comunidad estrecha, la
actividad plural arriesgada y la injerencia, casos estos solamente
admisibles frente a los bienes jurídicos vida e integridad personal,
libertad individual y libertad y formación sexuales87.

Desde luego, la posición de garantía aisladamente considerada


resulta insuficiente para responsabilizar a quien la detenta por los
resultados antijurídicos que, como consecuencia de su conducta
omisiva, se produzcan, pues se requiere adicionalmente la
constatación de que la persona tenga la capacidad material de

85 Ibídem.
86 Hans-Heinrich Jescheck, Tratado de Derecho Penal: Parte General, p. 676.
87 CSJ AP, 15 sep. 2010, rad. 34628.

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Segunda Instancia.
P/: Ángela Yohana Guerra Urueña y Edilberto Rojas Torres.
D/: Homicidio Agravado y Tortura Agravada.
R/: 73001.60.00.450.2017.01545.01
N.I: 50271
Víctima: S.A.S.P.
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evitar su producción, o lo que es igual, la facultad individual


concreta y real de interrumpir el curso causal que culmina en la
lesión del interés protegido:

…la posición de garante no opera desde un plano general o


abstracto, pues, independientemente de que se tenga
previamente o asuma el rol, es lo cierto que la atribución de
responsabilidad penal demanda no solo de conocimiento
respecto de la existencia del riesgo específico, sino de posibilidad
material de evitación, en tanto, el nexo causal se construye
precisamente a partir de la demostración de estos dos elementos
y la verificación de su incidencia capital en el resultado88.

Ahora bien, el comportamiento omisivo del garante puede ser


consciente y voluntario – doloso – o simplemente culposo.

En el primer evento, el garante tiene conocimiento del deber


jurídico de evitación que le asiste, sus alcances y contornos, está
enterado de que existe una situación de riesgo inminente para un
bien jurídico que le compete proteger derivada de una conducta
típica cuyos elementos estructurales conoce y, aún así, resuelve
autónomamente no obrar para prevenir su afectación porque
quiere su realización. En esas condiciones, el agente comete el
delito por omisión y éste le es atribuible como autor a título dolo.
(Negrillas y subrayado fuera de texto)

De conformidad con los presupuestos legales y


jurisprudenciales que anteceden, no hay duda que Edilberto
Rojas Torres, tenía la posición de garante de S.A.S.P. al igual
que su compañera sentimental, en virtud de la condición de
cuidadores que le fue asignada por una autoridad
administrativa, esto es, comisaría de familia, garante así
mismo de los derechos fundamentales de la menor, quien a
su vez, decidió bautizarla y acogerla en su hogar, asumiendo

88 CSJ SP, 12 oct. 2016, rad. 46604.

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Segunda Instancia.
P/: Ángela Yohana Guerra Urueña y Edilberto Rojas Torres.
D/: Homicidio Agravado y Tortura Agravada.
R/: 73001.60.00.450.2017.01545.01
N.I: 50271
Víctima: S.A.S.P.
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entonces un rol legal y moral sobre la infante, debiendo


proporcionarle alimentos, cuidar de su salud y prevenir que
le fueren vulnerados sus derechos, sin embargo, en el caso
sub examine, omitió hacerlo, siendo consciente de que
S.A.S.P. no estaba bien, pues sus lesiones eran evidentes a la
luz de cualquier persona por menos escolaridad que tuviera,
bastaba con examinar su lesión en el tabique, en los pies, en
las uñas, en el cuero cabelludo, en sus brazos para darse
cuenta de que la menor requería de atención, de que era
necesario actuar, cuestionando y concientizando a su
concubina y procurando una oportuna atención médica, lo
que hubiera permitido que la víctima hoy estuviera con vida
y sometida a un proceso de restablecimiento de derechos
para que una familia verdaderamente amorosa, pudiera
hacerse cargo de una indefensa que llegó al mundo a sufrir
por cuenta de una madre, hermanos, padre y familia
sustituta irresponsables coadyuvados por unos funcionarios
incompetentes que presumiblemente no actuaron conforme
a sus competencias, de allí que no le asiste razón al defensor,
porque se encuentra acreditada más allá de toda duda la
responsabilidad del procesado bajo la calidad endilgada.

iv) si hay lugar a modificar las penas impuestas por


desconocimiento del principio de legalidad.

Señala el defensor de la sentenciada Guerra Urueña que


debe ser objeto de modificación las penas impuestas a su

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Segunda Instancia.
P/: Ángela Yohana Guerra Urueña y Edilberto Rojas Torres.
D/: Homicidio Agravado y Tortura Agravada.
R/: 73001.60.00.450.2017.01545.01
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prohijada por vulneración del principio de legalidad,


empero, tal postura no se encuentra demostrada, en la
medida que la tasación se hizo conforme las previsiones
legales contenidas en el artículo 60 y ss del estatuto penal,
partió del primer cuarto mínimo, en razón a que no pesaban
circunstancias de mayor punibilidad pero sí de menor al
carecer de antecedentes penales, por tanto, no halla esta
Colegiatura una argumentación precisa por parte del
profesional del derecho que obligue a esta instancia a
redosificar las penas, siendo necesario, confirmar en su
totalidad el fallo condenatorio proferido por el Juez Primero
Penal del Circuito Especializado de Ibagué

En mérito de lo expuesto, el Tribunal Superior del Distrito


Judicial de Ibagué, Tolima, Sala de Decisión Penal,
administrando justicia en nombre de la República y por
autoridad de la ley,

RESUELVE

CONFIRMAR la providencia apelada.

Esta decisión queda notificada en estrados y contra ella


procede el recurso extraordinario de casación.

NOTIFÍQUESE Y CÚMPLASE.

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Segunda Instancia.
P/: Ángela Yohana Guerra Urueña y Edilberto Rojas Torres.
D/: Homicidio Agravado y Tortura Agravada.
R/: 73001.60.00.450.2017.01545.01
N.I: 50271
Víctima: S.A.S.P.
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Los Magistrados.

JULIETA ISABEL MEJÍA ARCILA

HÉCTOR HUGO TORRES VARGAS


Firma escaneada de acuerdo al Decreto 491 de 2020

Con aclaración de voto

Luz Mireya Jaramillo Díaz


Secretaria

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