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El clima

"¿Qué tal el clima?" Con esta pregunta suelen abrirse las conversaciones del
día. Quizás hoy llovió y ayer fue un día soleado. ¿Diríamos entonces que, en-

tre ayer y hoy, el clima varió fácil por unos 5 °C? ¿A esto se refieren los pro-
fesores cuando hablan del cambio climático?
En este libro has aprendido que en la ciencia es fundamental definir de
manera precisa el significado de algunas palabras: velocidad, fuerza, tem-

peratura y calor tienen significados precisos para los científicos. Precisar


esos significados permite construir razonamientos correctos, evita confu-
siones y errores conceptuales.
La temperatura de hoy indica el estado del tiempo; el clima se refiere al promedio

de esos estados del tiempo medidos durante muchísimos años. Por lo tanto, lo que se
explica al inicio no es cambio climático. No se pueden obtener conclusiones sobre el
clima a partir de las variaciones de un día a otro; lo que cuenta es saber cómo evolu-
cionan los promedios de temperatura, lluvia (debido a la humedad), viento, etcétera
digamos, en varias décadas.

Un cambio de 5 °C entre ayer y hoy resulta una variación interesante; puede ser la
diferencia entre el verano y el invierno en un lugar, y es notorio, pero una variación
de 5 °C en diez mil años es un gran cambio para el clima del planeta.

Ese cambio ocurrió desde la última era glacial,


hace 10000 años, al día de hoy. Y ese "pequeño
cambio" bastó para elevar el nivel del mar 120 m,
con lo que aumentó la cantidad de lluvia, y

tornó cultivables muchas tierras que antes no


lo eran.
Así pues, el cambio climático se refiere en
realidad a la observación de que los registros Figura 2.48. Variaciones de la temperatura global,

históricos muestran una variación notable en la


temperatura promedio del planeta desde la Revolución Industrial. En el último siglo el
promedio de la temperatura aumentó cerca de 1 °C (figura 2.48). Ahora comprendes que
esto no es poco, y que las consecuencias son preocupantes y podrían ser catastróficas.
La corteza terrestre, junto con la atmósfera, juega un papel muy importante en la re-

gulación del clima. Las rocas que conforman la corteza terrestre no son buenas conduc-
toras del calor; por ello, aun cuando el núcleo de la Tierra está muy caliente, no sufrimos
directamente ese calor, a excepción de que ocurra una erupción volcánica. Para el clima
de nuestro planeta es más determinante el calor que el Sol le transmite por radiación.

En la parte de la atmósfera que está en con-


tacto con la corteza terrestre, llamada troposfera
la temperatura desciende con la altitud unos
6 °C cada kilómetro. ¿Por qué?

La luz del Sol, parte de la cual es repelida


por diferentes capas de la atmósfera, calienta
la corteza terrestre, y este calor lo transmite
al aire con el que está en contacto. El aire, a su
vez, transmite el calor por convección a sus

capas superiores. En este proceso el agua se


evapora y se condensa más arriba, donde las
temperaturas son bajas, formando las nubes y
propiciando el ciclo del agua.

¿Recuerdas que mencionamos que durante "su día" la Luna registra


una temperatura de unos 100 °C? Como la Luna está prácticamente
a la misma distancia del Sol que la Tierra, podemos inferir que la

atmósfera dificulta, de algún modo, el paso del calor. Así es, una
capa de gases en la atmósfera permite el paso de una parte de los
rayos del Sol y refleja el resto al espacio. Los rayos que sí la atra-
viesan se reflejan en la corteza terrestre y llegan de nuevo a esa

capa de gases, esta vez desde abajo, y ocurre lo mismo: una parte
atraviesa la capa de gases y el resto se refleja. Sin embargo, esta
vez la reflexión manda los rayos de nuevo a la corteza terrestre.
Este fenómeno es el efecto invernadero, y esa capa de gases se
conocen como gases de efecto invernadero. ¿Y cuál es, precisa-

mente, el efecto?: que el calor se queda atrapado en la atmósfera


(figura 2.50). El efecto invernadero ha ocurrido de manera natural
desde hace millones de años con efectos benéficos, pero actual-
mente sucede también por la acción de los seres humanos sobre

el ambiente, y ahora los efectos no son benéficos. El efecto inver-


nadero está causando el cambio climático.
Tenemos, entonces, la siguiente cadena: el cambio climático es producido por el
efecto invernadero y éste se favorece por los gases de efecto invernadero producidos

como efecto de la combustión en los motores que usamos para trasladarnos o para
producir energía. ¿Qué podemos hacer para mejorar la situación?

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