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La revista "Mundo Peronista": el
antiimperialismo en tiempos de Truman
Por Julianotal @mundopario
La revista "Mundo Peronista": el antiimperialismo en tiempos de Truman-------
-------------------------------------------------por Julián Otal Landi (ISP "Dr.
Joaquín V. Gonzalez")julianotal@gmail.com “La América Latina ha vivido en paz
y armonía durante muchos años.Ahora parece que el ‘diablo anduviera suelto´. Es
el imperialismo que trabaja”.DESCARTES[1]
Desde sus comienzos, Mundo Peronista estableció categorías que buscaban
explicar la postura del justicialismo frente a Estados Unidos. Siguiendo a su
Doctrina, los peronistas eran declaradamente antiimperialistas, pero en un
sentido distinto a lo que después se entendería como tal promediando los
sesenta bajo la lucha tercermundista. Por más que Perón, desde su exilio, se
habría declarado como una suerte de progenitor o adelantado en ese concepto
(al relacionarlo con la mentada “Tercera Posición”), su concepción era
relativamente distinta. La “Tercera posición” del justicialismo, no renegaba del
capitalismo, pero sí de su “fase superior” que estaba encarnada por una parte
de los Estados Unidos. Era una especie de doctrina pendular, flexible, como así
lo fue también la doctrina peronista en general: “Es una colocación ideológica
que está en el centro, la izquierda o la derecha, según los hechos. No somos
causa sino consecuencia de los hechos. En equilibrio perfecto entre el gobierno
centralizado y dictatorial, que es un extremo y la absoluta libertad o la anarquía,
que es el otro extremo”[2].Para Perón, la idea de “imperialismo” no se
relacionaba exclusivamente con Estados Unidos, distinguía diversas variables
tal como lo explicitaría en un artículo publicado en Democracia, en Agosto de
1951[3], bajo el seudónimo de Descartes: habría entonces— Un “Imperialismo
remanente”, de larga concepción y data, cuyo dominio es principalmente de
orden político. Siguen la línea de los antiguos imperios.— Un “Imperialismo
político comunista”, atribuido a la política expansiva de la U.R.S.S.— Un
“Imperialismo económico”, cuya idea estaría vinculada a la expuesta por
Lenin[4]. Estados Unidos contaba de acuerdo con ello, “distintos
imperialismos”, asociados entre sí, pero que podrían actuar de forma
diferenciada, aunque en general, simultáneamente. El “Imperialismo
remanente” de ataque directo, muchas veces de ocupación territorial para
formar “países satélites”, deja el campo abierto de acción para el “Imperialismo
económico”. Entonces, podríamos deducir que el “Imperialismo remanente”
recurre a una política de Estado mucho más abierta donde interviene
indudablemente el gobierno; en tanto el “Imperialismo económico” se realiza
mediante la acción de los Trust y los organismos financieros a la orden o en
colaboración con los Estados Unidos. Como mencionamos anteriormente, los
Estados Unidos (representado por Spruille Braden) tuvo una participación
activa contra la figura de Perón y, por ende, en perjuicio de la Patria: la Nueva
Argentina. Aquellos que colaboraron con él, no pueden ser más que cipayos,
agentes del imperialismo yanqui. Desde su primer número, Mundo Peronista
recordará a sus lectores quienes fueron los antipatria que se vincularon con el
ex embajador norteamericano en Argentina: los partidos políticos que durante
la primer elección habrían integrado la Unión Democrática. Estos “Udistas”,
“polichuelos de la comparsa bradenista”, se trataban de “radicales,
conservadores, oligarcas, demoprogresistas, socialistas, comunistas; todos
estos, especies diversas del genero Braden”[5]. La “batalla ganada” por los
descamisados en la histórica jornada del 17 de octubre de 1945 al liberar a su
líder, y su posterior triunfo electoral, impidió la infiltración imperialista yanqui
dentro del país, al enarbolar Perón sus tres banderas: “Justicia Social,
Soberanía Política e Independencia Económica”. No obstante, Mundo Peronista
nunca olvidará de hacerles recordar la amenaza bradenista, representada en
ataques de la prensa norteamericana y por sus aliados locales, los ex
integrantes de la Unión Democrática. El año en que apareció la revista, fue
significativamente importante para el gobierno peronista al hegemonizar los
medios informativos, asociada con un tarea incesante desde la Subsecretaría
de Informaciones a cargo de Raúl Apold. Ante este avance contra la “libertad
de empresa”, la prensa norteamericana, sobre todo desde la United Press y la
Asociated Press atacó estas medidas “totalitarias” del gobierno argentino,
escandalizadas a sobreescala a partir de la expropiación del diario opositor La
Prensa, delegada a la CGT[6]. La revista elige caricaturizar a estos enemigos
acérrimos de la Nueva Argentina, vinculados a Braden: “Don Cangrejo” (el
contrera radical) y “Mr. Whisky and Soda”. Ambos personajes aparecen desde
los primeros números. Mr. Whisky and Soda es un corresponsal yanqui, que
bajo las ordenes de Braden, hace maliciosas noticias y reparte cheques a la
oposición para voltear al gobierno. El origen de inspiración de tal personaje se
lo puede encontrar quizás como una unión entre la periodista Virginia Warren y
John Griffiths. El arresto de estas dos personas y otros extranjeros vinculados
a la agencia noticiosa estadounidense Overseas News Agency, había tomado
notoria repercusión en 1948. Estaban acusados de boicot y en el caso de
Griffiths hasta se lo acusaría posteriormente de complotar para asesinar a
Perón y a Evita. Griffiths había sido, en tiempos de Braden como embajador,
agregado cultural y mantuvo relaciones con diferentes opositores de Perón y
con líderes sindicales. Este estrecho colaborador de Braden tuvo que huir a
Montevideo[7]. No resulta difícil relacionar a este personaje con la caricatura
que aparece en la revista, ridiculizado bajo un claro estereotipo del
corresponsal yanqui, afín al whisky y en permanente comunicación con su
“jefe” Braden.“Una ‘agencia noticiosa’nos manda este personaje(que
demuestra, por su traje,procedencia sospechosa)Reporter que, entre otras
cosas,cobra sueldo en divisas...y siempre que se alcoholizamanda noticias
jugosas.De inventiva prodigiosa,golpeándose la mollerale saca a la
borracherasu verborragia enjuiciosadespués –como vital cosa-,con diligencia
encomiable,la transmite por el cablede su ‘agencia noticiosa’”[8].Mundo
Peronista, 1 de Octubre de 1953, N° 51.
El otro personaje mencionado, observado anteriormente en un trabajo de
Alberto Ciria (1983), se trata del clásico contrera llamado Don Cangrejo, una
caricatura que reniega constantemente de cada triunfo político de Perón, de
figura sobria y anticuada, con sombrero, guantes blancos y bigotes estilo
Alfredo Palacios. Al margen de esa similitud, Don Cangrejo es un
correligionario radical que extraña a la Unión Democrática y busca la forma que
sea para complotar contra el gobierno.
Mundo Peronista, 1 de Octubre de 1953, N° 51.
En relación a este humor peronista, donde se los satiriza mordazmente,
podemos encontrar un antecedente en la revista Descamisada, que en su
momento de aparición en 1946 había resultado un éxito de ventas. En ella ya se
podían apreciar estas herramientas de critica hacia la oposición antiperonista,
aunque bajo una calidad artística superior. Ya podíamos observar en ella, por
ejemplo, a “un trío de financistas norteamericanos, de temibles y voraces
rasgos, profusamente enjoyados y bebiendo champán,[que] mueven los hilos
de importantes políticos argentinos de la época”[9].La constante confabulación
de oposición y prensa yanqui para dar por tierra al gobierno de Perón es una
recurrencia común de Mundo Peronista durante ésta época (presidencia de
Truman). Hacia 1951, el país había llegado a su punto más grave
económicamente resultado de un constante deterioro que se comenzó a
avizorar en 1949. Estados Unidos fue el principal instigador, buscando
presionar a la Argentina desde diversos frentes para que adhiera a varias
exigencias: entre ellas la negociación a largo plazo para la importación de
petroleo a la Argentina por parte de empresas norteamericanas; pedidos de
indemnización hacia empresas que habían resultado perjudicadas a partir de
expropiaciones realizadas por el gobierno argentino; incorporación de la
Argentina a los organismos económicos y financieros internacionales (GATT,
BIRD, FMI). A pesar de este agobio económico, las denuncias realizadas desde
la revista no se reflejan como una manifestación de miedo y de inseguridad.
Por el contrario, estas “conspiraciones” eran tomadas con mucha ironía que
buscaban reflejar la inutilidad y falta de ideas de una enclenque oposición
frente a la fortaleza del gobierno de Perón y su pueblo. Un ejemplo de ello es la
mención que se hace en octubre de 1951 en alusión al fallido intento de golpe
institucional a manos del General Menéndez, el 28 de setiembre. Por primera
vez, “Don Cangrejo” y “Mr. Whisky and Soda” compartirían la misma viñeta,
donde una leyenda decía: “El 27 de septiembre, a la noche, uno de nuestros
cronistas sorprendió juntos en una ‘boite’ a Mr. Whisky and Soda y Don ¿...?
[10]Allí descubrió su nombre ¡Don Cangrejo!“Don Cangrejo, mi pensarque ya
poder andar juntos...mañana a las 8 en punto¡Bla bla bla en el Palomar!Ya no
hay para qué ocultarsu nombre; en Campo de Mayoy en menos que canta un
galloque habrá comprometido...Mr. Braden va a indicarcómo se hará el
gabinete¿qué estuvo en aquel banquete?¡Ya lo puede descontar!Don Cangrejo:
mí brindarpor esta Grande Nación!¡Sin Evita y sin Perón!¡Mañana vamos a
hablar!”[11]
Frente a tales circunstanciales “aliados”, ni el imperialismo yanqui,
representado por la trouppe Truman, ni el imperialismo soviético podían
oponerse al futuro triunfo de Perón que lo consagraría presidente por segunda
vez consecutiva. Una de las secciones de crítica humorística, “Además”,
imaginaba una reunión secreta en Washington descripta por la Asociated
Press:“Celebrase una reunión secreta en la Casa Blanca. Habrían participado
Truman, Cap. Miller y Braden. Habrían resuelto tomar severas medidas contra
los ataques al hígado. Además, trascendió que en la mencionada reunión
secreta se habían convenido la forma de pago de la elección argentina, cuya
cuenta, remitida por un señor Griffithsde Montevideo, ascendería a la suma de
100 dólares por voto radical obtenido”[12]. En tanto, en Moscú, “Stalin
profundamente preocupado por el resultado de las elecciones argentinas,
resolvió que se realice una nueva purga en el partido comunista de la Republica
Sudamericana”[13]. Encontramos, en este ejemplo, los recursos más
frecuentes en esta primera etapa de Mundo Peronista: el avance de la Doctrina
Peronista mientras que los imperialismos se sienten amenazados; la figuras de
Harry Truman y Miller haciendo tropelías en el orden mundial, a la par que
Braden en Sudamérica; la oposición “comprada” por el bradenismo para acabar
con Perón. Para la revista continúa la influencia yanqui dentro de la oposición, a
la par que se reflotan personajes del pasado, como el caso de Griffiths. No
existen reconciliaciones ni acuerdos entre polos opuestos, Mundo Peronista, lo
explicita de la forma más clara, a partir de sencillos silogismos:“1°) El
imperialismo yankee es enemigo de todos los pueblos. 2°) El General Perón
hace lo que el Pueblo quiere.3°) Luego, el imperialismo yankee tiene que ser
enemigo de Perón.“ 1°) Braden trabajaba con la UP [United Press] y la AP
[Asociated Press] según lo prueba Mr. Nelly, ex embajador inglés en la
República Argentina en 1945.2°) El Departamento de Estado sigue “trabajando”
con la UP y la AP... más la I. N. S.3°) Luego la UP y AP deben seguir también a
servicio de Braden... Pero si Braden continúa sirviendo o dirigiendo a la Unión
Democrática es lógico que la UP y la AP no sean ajenas a la Unión
Democrática”[14].Los corresponsales de la prensa norteamericana y la
oposición representaban entonces a los agentes del imperialismo yanqui en el
orden interno; en cuanto al imperialismo soviético, se trataba de los
comunistas, que buscaban infiltrarse dentro de los sindicatos, tratando de
desmoronar la “comunidad organizada”. No obstante, salvo en momentos
esporádicos de fuerte persecución anticomunista, la revista no le dedica
particular importancia a estos agentes del “imperialismo político comunista”,
no contaban siquiera con caricaturas fijas. Ahora, ¿quiénes representaban al
imperialismo yanqui? En el orden político, en consonancia con Braden aparecía
el Departamento de Estado, y sobretodo la figura del presidente
norteamericano Harry Truman, atacado y criticado constantemente por su
política agresiva. En el orden económico, el imperialismo lo representaba la
Wall Street. Ésta era la antitesis del justicialismo, pues la doctrina creada por
Perón buscaba “humanizar” el capital, ponerlo al servicio del bienestar social y
no viceversa.“El peronismo no puede (...) conjugarse con Wall Street. Wall
Street es el capitalismo explotador de la humanidad. Sus riquezas fueron
construidas sobre la explotación de los negros en Estados Unidos y de los
pueblos ‘colonizados’ por el dolor”.Wall Street, imagen del “Imperialismo
económico”, generó el malestar en el mundo. Sin el capitalismo salvaje que
emanaba de él, difícilmente habría surgido el comunismo:“En Wall Street nació
el comunismo, no en Moscú, debido que sin los abusos del capitalismo no
hubiera tenido razón de ser ‘El Capital’ de Marx”.Así las cosas, la única solución
viable para la humanidad es la doctrina creada por el General Perón: el
justicialismo:“El problema está planteado (...): Wall Street o Perón... pronto se
planteará en términos definitivos, ¡Wall Street o la humanidad! ¡Wall Street o el
justicialismo!”[15]Así como, en su momento, en el orden nacional se apeló al
dilema “Braden o Perón”, es decir la intervención yanqui o la soberanía política,
Mundo Peronista pronostica que el futuro dilema universal será “Wall Street o
Perón”, el “Imperialismo económico o la independencia económica”. La
revista, siguiendo la Doctrina peronista, presentaba a la misma como una
solución viable para todos los males suscitados a partir de los imperialismos.
La doctrina justicialista estaba a la altura de las otras, representaba un
auténtico peligro para las dos potencias. En una de sus secciones se
recopilaban artículos de distintos países donde se elogiaban las obras de
Perón y Evita. Su título era optimista: “El mundo se convierte”. Resaltando tales
opiniones se buscaba incrementar el orgullo de pertenencia de los partidarios.
La doctrina peronista era la única que podía armonizar, pacificar el mundo ante
el peligro nuclear que se avecinaba, era volver a una doctrina humanista y
cristiana:“Hay algunos ‘peronistas’... que todavía no saben que la doctrina de
Perón es una cosa distinta del capitalismo y del comunismo. Entonces, cuando
el General toma una ‘medida de previsión’ en el orden económico, por ejemplo,
en seguida dicen, como ‘La Nación’, cuando hablaba del Plan Económico:—
“Perón vuelve al capitalismo“Y por otro lado están los que, cuando el General
adopta una decisión que representa un avance social, declaran, con alborozo, o
con preocupación otros:— “Perón va hacia el comunismo“(...) ¡La Doctrina
Peronista es demasiado clara!... la doctrina peronista está archidefinida en el
orden especulativo tanto como en el orden político.“En el orden especulativo
cualquier tema doctrinario puede ser claramente diferenciado de las posiciones
capitalistas y comunistas. Y en el orden político, ¡qué vamos a decir!“Aquí...
capitalistas y comunistas, aún cuando a veces nos sonrían, no nos
engañemos... siguen pensado en la Unión Democrática.“Y afuera... los
imperialismos capitalista y comunista serían capaces incluso de ponerse de
acuerdo a fin de ‘degollarnos’...“Y eso... no será porque el Justicialismo sea una
cosa híbrida... sino porque es precisamente ‘demasiado claro como definición
de una doctrina y como solución para un mundo arruinado por el capitalismo y
por el comunismo!”[16].Para la revista, la doctrina es clara, fácil de comprender.
No responde a sectarismos ideológicos, ni de izquierda ni de derecha, es
ambas y ninguna a la vez. “Fascismo: Usted tiene dos vacas; el Gobierno se las
deja; usted las ordeña y él le saca la leche.“Nazismo: Usted tiene dos vacas; el
Gobierno lo mata a usted y le saca las dos vacas.“New Deal: Usted tiene dos
vacas: el Gobierno mata una, ordeña la otra y tira la leche a la
cloaca.“Democracia capitalista: Usted tiene dos vacas. Vende una vaca,
compra un toro, y con el tiempo se hace estanciero, dueño y señor de
haciendas y vidas humanas.“Democracia: Usted tiene dos vacas (...) los demás,
que revienten...“Socialismo: Usted tiene dos vacas; le entrega una al
vecino.“Comunismo: Usted tiene dos vacas. El Gobierno se las quita, las
ordeña y le da a usted un poco de leche.“Justicialismo:Usted tiene tres vacas.
Usted mata una vaca y le vende la mitad a sus paisanos; el Gobierno le
defiende el negocio de una cuarta parte, que usted vende en el exterior, y usted
le entrega al Gobierno el otro ¼ para ser distribuido entre los que no tenían ni
una gallina. De paso, se salva de que estos necesitados hagan una ‘carnicería’
cuereándolo a usted y a sus tres vacas. Las otras vacas las guarda para que le
sigan dando leche y terneros. ¡Ah!... Y si usted se aviva trabajando, ¡industrializa
los restos de la vaca muerta y la leche de las vivas!...”[17]La búsqueda de una
definición que diferencie al justicialismo de otras doctrinas políticas, resulta
siempre necesario, con ejemplos sencillos que puedan resultar palpables para
los argentinos. El justicialismo busca armonizar, evitar el descontento social de
los marginados conteniéndolos a partir de una activa justicia social. Más allá
de estas distinciones, el movimiento pendular, pragmático, que la caracterizaba
podría desorientar a cualquier partidario que se sintiera perturbado ante las
medidas de austeridad, ahorro e incentivo a la producción en beneficio de la
patronal pregonadas bajo el Segundo Plan Quinquenal. Sin embargo, el
peronismo no se entiende si no se lo siente, si uno no forma parte. Como
mencionaba Raymond Williams al definir las “estructuras del sentir”: “Es un tipo
de sentimiento y pensamiento efectivamente social y material, aunque cada
uno de ellos en una fase embrionaria antes de convertirse en un intercambio
plenamente articulado y definido”[18]. La revista, entonces, intentaba persuadir
a estos peronistas ‘discolos’, algo desconfiados por ciertas medidas del
Gobierno, a partir de su sección llamada “Respuestas Peronistas”. La
presentación del Segundo Plan Quinquenal (1952) requería una difusión y
concientización rigurosa para que quedasen claros los objetivos a seguir. Cada
uno tenía cierta responsabilidad dentro de la “comunidad organizada” para
lograr tales medidas. Mundo Peronista tenía como función organizar la difusión
de la misma dentro de las Unidades Básicas, Sindicatos y en la administración
pública. El adoctrinamiento era uno de los objetivos de “mediano plazo”[19] que
llevaba a cabo la Escuela Superior Peronista, a partir de su órgano de difusión.
El método era el de brindar información, apuntando a lo cognoscitivo que
sostenga el fundamento y oriente a la acción de cada partidario de la “Nueva
Argentina”. Cada número contaba con un resumen y gráficos orientativos para
facilitar la comprensión, además de brindar una Guía Doctrinaria para
desarrollar en cada uno de los espacios, por ejemplo: “La reunión doctrinaria a
realizarse durante la segunda quincena de diciembre comprenderá:I. — EL
TEMA DE DOCTRINA: ‘Ningún peronista debe sentirse más de lo que es ni
menos de lo que debe ser. Cuando un peronista comienza a sentirse más de lo
que es, empieza a convertirse en oligarca’.II. — LA PALABRA DE PERÓN:
Conceptos sobre planificación peronista.III. — LA PALABRA DE EVITA: Lectura
y comentario de los capítulos XI y XII de ‘La Razón de mi Vida’”[20].Esta
organización doctrinaria era una verdadera “liturgia peronista”, cuya
programación contaba con una apertura donde se cantaban las Marchas
peronistas (La Marcha y Evita Capitana) durante cinco minutos, para luego
pasar al tema doctrinario en cuestión (10 minutos), paso seguido la lectura de
los evangelios de Perón y Evita (20 y 10 minutos respectivamente). Con esta
distribución del tiempo, la revista confiaba en que se “permitirán 15 minutos
para leer otro artículo, recitaciones, cantos, etc.”[21]Aunque, como sostiene
Michi (1996), difícilmente se habrían respetado tal organización litúrgica, lo que
se evidenciaba era la prioridad en incidir, aclarar y comprometer a la sociedad
para el acatamiento al Segundo Plan Quinquenal. Ahora, ¿en qué se
diferenciaban este Plan de Perón con respecto a los planes capitalistas y
comunistas? ¿cómo se diferenciaba de las políticas imperialistas?“En vez de
planificar la salud y el abastecimiento del Pueblo, como es nuestro caso, se
planifica allí el hambre, la enfermedad y la muerte. En los países imperialistas,
dado que este plan de liberación del imperialismo, será objeto de los mayores
reservas. Hasta ahora ningún país ‘atrasado’, pudo salir de su atraso sin un
empréstito, sin la intervención de alguno de sus múltiples monopolios y sin la
firma de algún pacto bilateral. (...) La principal clientela del imperialismo se
encuentra en las regiones del mapa donde se carece de una industria propia,
donde la cultura es muy baja y donde las condiciones de vida de las masas
trabajadores está por debajo de su estado cultural. El mejor cliente, por tanto,
no es el que está mejor, sino el que está peor. Ahora bien: el progreso de algún
miembro de la clientela representa para el imperialismo una merma sensible
en su trágico negocio. Si progresaran todos como nosotros, su ruina sería
completa. (...) El plan nuestro, en resumen, comprende el fracaso del plan de
los imperialistas. De ahí, que quizá reine entre ellos un gran pesimismo sobre el
futuro de la Argentina”[22]. El plan peronista, por lo tanto, era liberador,
predicado de la independencia de los imperialismos yanqui y soviético. El
segundo plan quinquenal no lo puede comprender ni el comunista, ni el
capitalista: el comunista no lo entiende porque Perón no será dueño de todas
las industrias porque defiende la libertad de empresa, “siempre que la empresa
cumpla una función social”; y en vez de “exterminar a los campesinos” o
“sitiarlos por hambre”, en la Argentina los campesinos “son dueños de la tierra
que trabajan y lo que no lo son lo van siendo poco a poco”. A su vez, el
capitalista “Mr. Harry” tampoco entiende la esencia del plan:“Más de Capiriote
[cronista de Mundo Peronista, que está en “Babia”]: — Mr. Harry, ¿qué opina de
la planificación peronista?Harry: — Nosotros siempre planificamos. Toda
empresa es un plan...M: — Sí, pero ¿qué opina de esta planificación?H: — ¿A
quién beneficia esa planificación?M: — Al Pueblo.H: —El Pueblo, el Pueblo... el
Pueblo... ¿qué es eso? ¿Una S. A.?M: — No.H: — ¿Un trust?M: — No.H: — ¿Un
cartel?M: — No.H: — Entonces, no entiendo. Eso de hacer un plan para
beneficiar a alguien que no es el dueño, es todo lo contrario a lo que yo
entiendo por plan. Como inversión no se lo aconsejo a ningún amigo. Me río de
ese señor Perón...”[23] Como hacía mención una de las “veinte verdades
justicialistas”, “como doctrina económica, el Justicialismo realiza la economía
social; poniendo el capital al servicio de la economía y ésta al servicio del
bienestar social”. Semejante verdad peronista, ponía en el extremo al
imperialismo yanqui: Estados Unidos somete, arrebata recursos, se agiganta a
costa del hambre de los pueblos del mundo. La imposición del dólar, a costa de
cualquier precio, es una alerta que evoca la revista frente a la postura
norteamericana de good neighbour policy: “(...) El ejemplo más típico de
semejante angurria lo tenemos en Norte América, donde culmina precisamente
el capitalismo. Si al principio de la comilona se conformaba con ingerir tan solo
a la clase trabajadora, ahora no le basta el sudor de su pueblo ni el sudor de
todos los pueblos del continente. Se quiere tragar todo el globo terráqueo.
Engullirse íntegramente el mapa. “La única ‘moneda sana’ que existe en el
mundo es justamente la moneda de Norte América. Auspiciar la salubridad de
la moneda, entonces, es trabajar por la tuberculosis del resto de la humanidad.
Con su ‘moneda sana’ el coloso del Norte arruina toda moneda y coloca al
planeta entre la espada y la pared del dólar. Esto es: o firma o revienta. (...) la
economía sana es sana únicamente para la oligarquía y el imperialismo que se
vale de ella con fines de explotación y de succión de la mano de obra y de las
materias primas. (...) La ‘moneda sana’, como se ve, es un verdadero cuento del
tío. Un cuento del Tío Sam”[24].Se maneja un mensaje claro, sin recursos
rimbombantes, de qué forma Estados Unidos subyugaba a los países en
detrimento de sus intereses económicos y políticos, la denuncia hace
referencia a la discriminación a la Argentina a partir del Plan Marshall y los
“aprietes” para entrar en organismos financieros como el naciente Fondo
Monetario Internacional, de la cual Argentina se negó a formar parte hasta el
derrocamiento de Perón y el ascenso de la “Revolución Libertadora”. Sin
embargo, no se detiene en la situación de Estados Unidos para con la
Argentina, sino que mencionaba la situación boliviana antes de la Revolución
de 1952, cuando todavía Mundo Peronista reflejaba algunas particularidades
políticas en Latinoamérica y no existían evidentes contradicciones como se
presentarían bajo la presidencia de Eisenhower:“(...)En Bolivia, cuando
mandaba Patiño en las minas de estaño, se pagaba en plata acuñada, pero los
obreros ganaban un peso y veinte centavos al día por una jornada tan larga que
a veces duraba toda una semana, y vivían, termino medio, entre 28 y 30 años.
Además, para conservar la solidez del numerario, vuelta a vuelta había que
emplear los fusiles y las ametralladoras”[25].
Con la presentación del Segundo Plan Quinquenal, Mundo Peronistatuvo una
ardua tarea por emprender: el cumplimiento de sus metas exigía un gran
esfuerzo de financiación por parte del Estado. No obstante, debido a las
condiciones internacionales desfavorables y una visible caída de la bonanza
económica, el Gobierno no contaba con fondos suficientes para la escala de
inversiones que se pretendían llevar a cabo. De allí que, junto al recurso de los
títulos de la deuda pública, se contempló la idea de estimular la inversión de
capitales extranjeros. Esta medida logró apaciguar, en el terreno político, gran
parte de las fricciones en las relaciones internacionales. Perón necesitaba de
sobremanera la llegada de divisas, acordar un entendimiento con Estados
Unidos. La revista así, buscó aumentar las distinciones entre quienes son los
enemigos del peronismo dentro de los Estados Unidos (Truman, Braden, la
prensa norteamericana). Se acordó en apuntar todos los fusiles hacia el
presidente próximo a cumplir su mandato: se lo ridiculizaba en su aspecto
(sobretodo hacia su predilección de sus corbatas payasescas), se burlan de su
hija que “canta como un perro”; pero también en lo relativo a su política
internacional, criticado sobretodo por la Guerra de Corea, que, por otro lado, les
resultaba como mejor ejemplo para mostrar los beneficios de la doctrina
justicialista ante el imperialismo yanqui.
A medida que se acercaba la partida del presidente demócrata, se acentuaba
su crítica, adjudicándole todos los males a su gobierno; mientras que se veía
con particular esperanza y expectativas la llegada del republicano Eisenhower.
“— (...) se empieza a añorar los tiempos de ‘Mr. Truman, el descuidado’.— ¿’El
descuidado’?— Sí... ¿no leyó usted las primeras declaraciones de Mr. Foster?
— No... — Sí... eso que dijo de que Mr. President había ‘descuidado’ un poco a
América Latina...— ¡Cómo sería si nos hubiese ‘cuidado’!“ (...) Porque así,
‘como al descuidado’, nos ‘regaló’ millones de dólares en ayuda técnica... esa
que ahora, los que la recibieron no saben cómo ‘pagar’ tanta amabilidad.“Y así,
‘como al descuido’... ‘compró’, para ayudarnos: la fruta de Panamá, el pescado
de Perú, el petróleo de Venezuela, el café de Brasil, el estaño de Bolivia, el cobre
de Chile, la piedra y la arena, los turistas... los exiliados y los diarios de... ¡todo
fue ‘así como al descuido’!”[26] Durante la administración Truman, la política
con respecto al gobierno peronista se había caracterizado por su falta de
relieve dentro del gobierno y por una relativa independencia de acción por parte
de las diferentes dependencias oficiales. Las oportunidades de entendimientos
resultaban infructuosos: cuando los Estados Unidos se sobresaltaron por la
victoria comunista en China, intervinieron, de la mano de sus aliados, en Corea
en 1950 para impedir que el régimen comunista del norte de ese país dividido
se extendiera hacia el sur. La Argentina había apoyado en un principio tal
iniciativa, sin embargo, rápido de reflejos, Perón modificó su posición con
respecto al conflicto con Corea y nunca aportó el apoyo prometido. Mientras,
en consecuencia, Perón acusaba a la prensa norteamericana de difundir
mentiras y suspendía las noticias de agencias de los Estados Unidos y prohibía
varias publicaciones, los Estados Unidos se decepcionaba e incrementaba
presiones desde otros ángulos políticos, afín de buscar la cooperación
argentina exigida por el país del Norte[27]. Así, desde ambas partes, existían
actitudes y posturas que buscaban acuerdos que no prosperaban por distintos
factores. Por el lado del peronismo, cualquier posición que lo vincule
fuertemente a la administración Truman ponía en peligro su base de apoyo:
uno de los motivos que había favorecido al gobierno peronista para acceder al
poder fue justamente su postura independiente y nacionalista frente a la
belicosa oratoria y aliento del embajador Braden en consonancia con la Unión
Democrática ante el peligro nazifascista de Perón. Cuando se agravó la
economía nacional, y ante la presentación del Segundo Plan Quinquenal, Perón
tuvo que moderar su política para muchos antinorteamericana, debido a la
necesidad de entendimiento que facilitase la entrada de inversores
norteamericanos, que eran los principales dueños de divisas. Como tenía que
ser, también Mundo Peronista tuvo que moderar su crítica, agudizando y
englobando acusaciones exclusivas a ciertos sectores del gobierno
estadounidense: el enemigo interno que siempre “metió la cola” era Braden,
mientras que el enemigo externo era el presidente Truman. Harry Truman
defendía y representaba el imperialismo yanqui. Por lo tanto, Mundo peronista
no se pronunciaba como antinorteamericano, sino como antiimperialista. La
revista dependía de la actualización doctrinaria, y esa actualización se
estudiaban a partir de los discursos de Perón y de sus artículos escritos bajo el
seudónimo de Descartes. De estos últimos, tomaban los conceptos, y los
profundizaban y simplificaban, para que fueran comprendidos sin
malentendidos. “No existe tal antiyanquismo, sino sentido de legítima defensa.
No se extiende nada por América latina, como no sea un sentido de dignidad
patriótica, que no es posible atropellar”[28]Para justificar una postura neutral y
amigable ante cualquier cambio en la administración estadounidense, desde la
doctrina el justicialismo propondría otro significado de nacionalismo, que se
distanciaba del tradicional. A partir del desarrollo que había expuesto
Descartes en base al tema en un artículo publicado en Democracia, publicado
en agosto de 1952, titulado “Internacionalismo y nacionalismo”, Mundo
Peronista exponía dichas distinciones del nacionalismo justicialista, en
comparación al nacionalismo “aislacionista yankee de hace 30 años”, que “fue
una evidente deformación del nacionalismo”, y también del nacionalismo
racista y xenófobo de los nazis: “Así como el hombre tiene el sentido y el
sentimiento de su individualidad pero al mismo tiempo posee el sentido y el
sentimiento de sus responsabilidades familiares y sociales; también es innato,
en su corazón, el sentido y sentimiento de lo nacional sin que deje de sentirse
integrante responsable de la comunidad internacional”[29]. El nacionalismo
justicialista propugna la armonía, “la hora de los pueblos” para Latinoamérica,
pero también busca una armonía entre las demás naciones. Está en contra de
los imperialismos, sea yanqui o soviético, pero no de sus gobiernos. Por
ejemplo, ¿porqué estar ser enemigo de Rusia, si “nuestra independencia
económica ni nuestra economía han sido amenazadas”[30]? Si sus respectivos
gobiernos cambian su política externa, no hay motivos para enfrentarse: “Así
como el individuo perfecciona la comunidad concurre a la realización del
individuo, las naciones deben perfeccionar a la comunidad mundial y ésta a su
vez debe extender el horizonte limitado de las naciones”[31]. Si solamente
existen sectores en Estados Unidos que representan el imperialismo y entre
ellos forma parte la propia administración, ¿qué pasaría si su sucesor no
responde a tales sectores? ¿qué pasaría si, como especulaba la revista,
“Eisenhower le sonríe a Perón”? “Si Eisenhower se convierte al peronismo:
¿qué harán los vecinos solos en el mundo? ¿se arrepentirán? ¿se rasgarán las
vestiduras? (...) Si Ike se convierte, a ellos les quedará un solo camino:
convertirse”[32]. De esta manera, con semejante expectativa que linda a lo
ingenuamente ridículo, Mundo Peronista se adecuaba a una nueva etapa de la
Argentina ante los Estados Unidos, mucho más medida y menos crítica. Las
necesidades políticas y económicas del gobierno justicialista requería
establecer nuevos términos con la nueva administración estadounidense.
vREFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Ciria, Alberto.Política y cultura popular: la Argentina peronista, 1946 –1955,
Buenos Aires: Ediciones de la Flor, 1983.Descartes. Política y estrategia, Buenos
Aires: s/e, 1953.Gené, Marcela. “ ‘José Julián, el heroico descamisado’. Una
historieta peronista”, en http://nuevomundo.revues.org/index30547.html, 13 de
Marzo de 2009.Lenin, Vladimir I. Imperialismo, fase superior del capitalismo,
Buenos Aires: Quadrata, 2006.Michi, Norma Amalia “De la palabra del
conductor a la doctrina peronista. El adoctrinamiento en las Unidades Básicas
(1951 –1954)” en Cucuzza, Héctor Rubén, Dir., Estudios de Historia de la
educación durante el primer peronismo (1943 –1955), Buenos Aires: Los libros
del riel, 1996.Peterson, Harold. La Argentina y los Estados Unidos, II. 1914 –
1960, Buenos Aires: Hyspamérica, 1985.Rapoport, Mario y Claudio Spiguel.
Relaciones tumultuosas. Estados Unidos y el primer peronismo, Buenos Aires:
Emecé, 2009.Tulchin, Joseph A. La Argentina y los Estados Unidos. Historia de
una desconfianza, Buenos Aires: Planeta, 1990.Van Der Karr, Jane. Perón y los
Estados Unidos, Buenos Aires: Vinciguerra, 1990.Williams, Raymond. Marxismo
y literatura, Barcelona: Península, 2000.
[1] Democracia, 21 de Febrero de 1952. También Descartes (1953), 296. [2] La
Nación Argentina: justa, libre, soberana, Buenos Aires: Peuser, 1950, p. 474. [3]
Descartes (1953), 160. [4] Lenin, Vladimir I. (2006). [5]Mundo Peronista, 15 de
julio de 1951, N° 1. [6] El 26 de Enero de 1951, había comenzado el boicot del
sindicato de vendedores de diarios al periódico La Prensa. Uno de los motivos
que expone Rapoport y Spiguel es que La Prensa mantenía fluidas relaciones
con agencias de noticias internacionales muy críticas hacia Perón, se
destacaba la United Press, además contaba con importantes apoyos de
medios de prensa norteamericanos. Rapoport, Mario y Claudio Spiguel (2009),
348. [7] Rapoport, Mario y Claudio Spiguel (2009) , 284. [8]Mundo Peronista, 1
de agosto de 1951, N°2, p.18. [9] Gené, Marcela (2009), 3. [10] Antes de este
número, todavía este personaje contrera no llevaba nombre, y la revista invitaba
a sus lectores a elegir un nombre adecuado. [11]Mundo Peronista, 1 de Octubre
de 1951, N°7, p. 30. [12]Mundo Peronista, 1 de Noviembre de 1951, N° 9, p. 33.
(El destacado es del original). [13] Ibid. [14]Mundo Peronista, 15 de Mayo 1953,
N° 42, p. 34. [15]Mundo Peronista, 15 de Agosto de 1951, N° 3, p. 17. (El
destacado es del original) [16]Mundo Peronista, 15 de Octubre de 1952, N° 31,
p. 5. [17]Mundo Peronista, 1 de Agosto de 1951, N° 2, p. 33. [18] Williams,
Raymond (2000), 153. [19] Michi, Norma Amalia (1996), 299 –302. [20] Mundo
Peronista, 1 de Diciembre de 1952, N° 34, p.36. [21] Mundo Peronista, 15 de
Mayo de 1953, N° 43. [22] Mundo Peronista, 1 de Enero de 1953, N° 36, p. 31. (El
destacado es del original) [23] Ibid. p. 49 [24] “Todo bicho que camina va a
parar al asador del Tío Sam”, Mundo Peronista, 1 de Noviembre de 1952, N° 32,
p.47. [25] Ibid. [26] Mundo Peronista, 1 de Febrero de 1953, N° 38, p. 50. [27]
Tulchin, Joseph A. (1990), 220. [28] Descartes (1953), 444. [29] Mundo
Peronista, 15 de Febrero de 1953, N°39, p.45. [30] Descartes (1953), 435. [31]
Mundo Peronista, 15 de Febrero de 1953, N°39, p.45. [32] Mundo Peronista, 1 de
Enero de 1953, N° 36, p. 11. [33] Mundo Peronista, 15 de Noviembre de 1952, N°
33, p. 50. [34] Ibid. p. 48. [35]Rapoport, Mario y Claudio Spiguel (2009). [36]
Peterson, Harold (1985), 223. [37] Mundo Peronista, 1 de Junio de 1953, N° 43,
p. 50. [38] Ibid. [39] Despacho N° 52, 17 de Julio de 1953, citado en Van der
Karr, Jane (1990), 248. El destacado es del original.

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