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El Joven Hegel Ensayos y Esbozos
El Joven Hegel Ensayos y Esbozos
EL JOVEN HEGEL
ENSAYOS Y ESBOZOS
Primeras (i-xliv) 10/10/2014 07:46 Página v
G. W. F. HEGEL
EL JOVEN HEGEL
ENSAYOS Y ESBOZOS
ISBN: 978-84-375-0717-0
D.L.: M-28900-2014
SUMARIO
Introducción, xi
Clave, xliii
I. TUBINGA/BERNA (1792-1794), 1
II. BERNA (1795), 81
III. BERNA (1795-1796), 161
IV. ENTRE BERNA Y FRANKFURT (1795-1798), 289
V. FRANKFURT (1797-1800), 317
VI. EL FINAL DE FRANKFURT (1799-1800), 461
APÉNDICE, 491
Glosario, 505
Concordancia, 519
Índice general, 523
Primeras (i-xliv) 10/10/2014 07:46 Página ix
[1]
[Apuntes diversos]
[3 ]
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4 tubinga/berna texto 1
gratia” hasta la “unio mystica” ocupan una parte tan grande e impor-
tante; pero actualmente se ha caído en que la religión subjetiva no se
deja encerrar en una dogmática, y cobra más importancia la religión
objetiva, lo que casa más con un “Compendio”; pero es vano querer
mejorar así a los seres humanos: ahora se enseña, el “locus de scrip- 5
tura sacra” ocupa un gran lugar, mientras que los compendios ante-
riores lo presuponían, como la Escritura la fe en un solo Dios.>
[Entre los cristianos] excomunión, penitencias; entre los judíos dema-
siadas penitencias, castigos, carácter mezquino; en vez de formar el
carácter de la nación en lo grande, ansia mezquina de poder, etc. ¿Con- 10
[1.77] | [...] querer medir por el mismo rasero a quienes la naturaleza hizo
tan distintos: aquí no se trata solo de querer que todos los seres
humanos tengan los mismos deberes, de que todos estén obligados a 25
1 Aquí falta una hoja entera, es decir, la mitad del manuscrito, que puede haber
Un cristiano tiene que ser cabal. <La religión cristiana exigía como
religión del pueblo un castigo eclesial público, y este es totalmente
inadecuado a la naturaleza, no sirve de nada, causa más daño por la
gran vergüenza;> cuando alguien peca, deja de ser cristiano “quoad
5 ecclesiam invisibilem”; pero sigue profesando la religión del pueblo,
sigue siendo miembro de la Iglesia cristiana. Qué es la Iglesia cris-
tiana: una multitud de individuos (no una multitud unificada) que
han alcanzado cierta perfección en la moralidad. O la religión del
pueblo cristiana –el saberse de memoria los dogmas– es lo que un
10 cristiano malvado tiene en común con el verdadero cristiano.
[2]
[Tres apuntes] 1
| [...] Pero a fin de cuentas la masa principal, la materia de la que pro- [1.78]
20 piamente se forma todo, viene solo de los sentidos.
El resultado conocido y que solo hay que recordar porque se
pierde de vista tan a menudo, es que el ser humano consta de sensibi-
lidad y razón, que cada ser humano [...]
35 1 Falta el comienzo del manuscrito. Por otra parte Hegel ha dejado incompleto el
tirano–; <así mantenían sus tradiciones y sus dioses como los cono-
cían por la usanza de sus recurrentes fiestas populares, de sus cotidia-
nos usos religiosos, de sus canciones populares y de los grandes
monumentos públicos del arte de un Zeuxis.> Pero a un Sócrates, a
un Aristóteles no les perdonaron que les mostraran το¢ν θεο¢ν en una 5
más basta son asimilables y verosímiles, mientras esta pasaría ante las
bellezas superiores de la razón y el corazón para la gente culta sin ver-
las>. [Y es que] la imaginación del pueblo carece de guía, de bellas
exposiciones de las imágenes, bien sea mediante la pintura o el arte
escultórico, a las que pudiera seguir, de las que prendarse, y tampoco 25
se las presenta la poesía; por otra parte mal podría atribuírsele algo así
a una religión que enseña a adorar a Dios en el Espíritu y la Verdad y
que desde su remoto origen declaró la guerra a todas las imágenes del
Ser divino.
[3] 30
[Apunte]
[1.80] | 1 Nuestra tradición, canciones populares, etc.
En boca de nuestro pueblo, en sus canciones no viven un Harmo-
dio, un Aristogitón acompañados de fama eterna por haber matado al
tirano y haber dado derechos y leyes iguales a sus ciudadanos. 35
1 Tachado: Se les enseña a nuestros niños a rezar antes de las comidas, al levan-
tarse y al acostarse,
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[4]
[Esbozo]
35 1 HGW completa el verbo, que Hegel ha tachado: les falta una tradición patria
des salas bajas, que oprimen cuando se está en ellas; es más, por no
tener nada libre se llenaron con tantas columnas como fue posible; es
más acogedor sentarse juntos en una habitación pequeña, más patriar-
cal; cierto que antes [fueron] corrientes las grandes habitaciones; pero
en ellas [se encontraba] toda la servidumbre: siervos y criadas, ahí se 5
[5] 15
didades y vivir solo del amor); y como ese requisito aún no está sufi-
cientemente asegurado, el enlace es postergado una y otra vez. Lo que
1 Solo duró 15 meses; Eva Lessing murió de sobreparto, poco después que su hijo
recién nacido.
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10 tubinga/berna texto 5
cias externas; pero se cree que siempre es al revés, que solo cuando
tenemos motivo para estar satisfechos con nuestra conciencia, con
nuestra prudencia, eso va a producir la alegría de ánimo y el verda-
dero placer; lo dicho, la mayoría de las veces es al revés: la sensación
de salud, el buen tiempo, la ausencia de preocupaciones actuales, la 5
lo que demuestra del modo más evidente qué poco pueden las máxi-
mas contra la impresión de placer y desagrado.
El tono de las cartas es de compenetración, comunicación de los
asuntos y actividades de [Lessing], de su preocupación y su alegría,
correspondidos por la otra parte. La expresión es sencilla y se atiene 30
10 [6]
«Fragmento de Tubinga» 1
[primavera/verano de 1793]
A. 1)
| La religión es uno de los asuntos más importantes de nuestra [1.83]
15 vida. Ya de niños se nos ha enseñado a balbucear oraciones a la divi-
nidad, mientras nos plegaban las manitas para elevarlas al Ser
supremo, [y] para uso y consuelo futuro en nuestra vida nos han car-
gado la memoria con un repertorio de frases que aún no entendíamos.
Cuando nos hacemos mayores, las ocupaciones con la religión
20 absorben una gran parte de nuestra vida, alrededor de ellas gira en
algunos incluso el ámbito entero de sus pensamientos e inclinaciones
como gira el círculo externo de una rueda alrededor de su centro; a la
religión le dedicamos, además de otras fiestas de guardar, el primer día
de cada semana, que vemos desde la juventud bañado de una luz más
25 bella, más festiva que todos los otros días. En nuestro entorno hay
una clase especial de hombres destinada exclusivamente al servicio de
la religión; y algo religioso interviene en todos los acontecimientos y
acciones de la vida de que depende la felicidad privada, comenzando
por el nacimiento, el matrimonio, la muerte y el entierro.2
30 Ahora bien, cuando nos hacemos mayores, ¿ya pensamos en
la naturaleza y las propiedades del Ser [supremo], y sobre todo en la
relación entre el mundo y este Ser, al que se dirigen todos los senti-
la religión, que mantiene y aviva sus esperanzas, a la vez que muchos sentimientos
íntimos de gratitud y piedad suben a Dios, que solo a Dios y al alma piadosa le [son]
conocidos
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entorno que los rodea, así como lo que deja huella en nosotros en rea-
lidad se inculcan sobre la base de una necesidad natural del espíritu
humano; [esto ocurre] a menudo directamente, aunque por desgracia
esas asociaciones se deban con excesiva frecuencia a vínculos arbitra-
rios y no a verdades que se puedan hallar y desarrollar partiendo de 10
1 Aquí falta en el manuscrito una hoja doble. La siguiente página comienza por
el final de una frase, que no otorga sentido: de la vida humana poner en movimiento; 40
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1A. 1)
Pertenece al concepto de la religión que no sea mera ciencia <de
10 Dios, de sus atributos, de nuestra relación y la del mundo con él, y de la
pervivencia de nuestra alma –en cualquier caso todo esto nos resulta-
ría aceptable por mera razón, o nos sería conocido también por otro
medio–,> ni un mero conocimiento histórico o alcanzado por deduc-
ción, sino que afecte al corazón; que influya en nuestros sentimientos
15 y determine nuestra voluntad, en parte inculcándonos con más fuerza
nuestros deberes y las leyes al presentárnoslos como leyes de Dios, en
parte hinchiendo nuestro corazón de admiración y de sensaciones de
humildad y agradecimiento ante la representación de un Dios sublime
y bondadoso con nosotros. La religión, por tanto, al dar a la morali-
20 dad y a sus motivaciones un nuevo y superior impulso, provee una
nueva barrera frente al poder de los impulsos sensibles. En | gente sen- [1.86]
sible también la religión lo es; los móviles religiosos para obrar bien
tienen que ser sensibles, de modo que actúen sobre la sensibilidad;
ciertamente con ello pierden de ordinario en dignidad en cuanto son
25 móviles morales, pero así cobran un aspecto tan humano, se adaptan
tanto a nuestras sensaciones que, seducidos por nuestro corazón y
halagados por la bella fantasía, a menudo olvidamos fácilmente que una
fría razón desaprueba esas representaciones[, esas] imágenes, o incluso
prohíbe pronunciarse de cualquier modo que sea sobre ellas.
30 Cuando se habla de religión pública –entendiendo por tal los con-
ceptos de Dios e inmortalidad y lo relacionado con ellos en cuanto
constituyen la convicción de un pueblo, en cuanto influyen en sus
acciones y su mentalidad–, hay que tener asimismo en cuenta los
medios con que bien se le enseñan estas ideas al pueblo, bien se le
35 inculcan en el corazón; en cuanto a su efectividad, no solo hay que
entender la inmediata, como que yo no robe, porque Dios lo prohi-
bió; hay que tener en cuenta sobre todo los efectos más mediatos, que
a menudo deben tenerse por los más importantes, como son sobre
todo la elevación, el ennoblecimiento del espíritu de una nación: que
14 tubinga/berna texto 6
2
Explicación de la diferencia entre religión objetiva y subjetiva;
importancia de esta explicación respecto a la totalidad del tema 30
1
Este párrafo ocupa una página entera escrita a medias.
2
Aquí comienza nueva página con lo que bien puede considerarse un subtítulo
(como hizo Nohl), aunque no esté realzado gráficamente en el manuscrito. También
cambia la clase de papel. 40
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[1.90] práctica –y lo que claramente tenga que ver con ella–. | No por eso
quedan excluidas explicaciones más precisas sobre disposiciones espe-
cíficas de Dios para el mayor bien de los seres humanos.
Pero solo hablo de religión objetiva en cuanto también ella cons-
tituye una parte de la subjetiva. 35
reanuda algo tanteante. La primera línea del párrafo está tachada: Modo en que la
religión influye; si ha encontrado acceso, cómo actúa. Versión aún anterior: Modo en
35 que la religión influye; cómo tiene que estar constituido el ánimo, para que esté
abierto a ella
2 Siguen tachadas en punto y aparte dos redacciones anteriores: 1.ª) Cuando el
filósofo analiza el juego secreto del ánimo humano e indaga sus raíces, puede que sus
descubrimientos no lleguen a tanto; 2.ª), posterior: A donde sí llegan es a este fin
40 supremo del hombre, el sumo Bien
Cf. infra, carta de Hegel a Schelling de enero de 1795 y la respuesta de Schelling
el 4 de febrero.
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dice Natán, pues la religión es cosa del corazón, que a menudo obra
inconsecuentemente contra los dogmas que acepta su entendimiento o su
memoria; las personas más venerables, ciertamente, no son siempre los
que más han especulado sobre la religión, los que muy a menudo trans-
forman su religión en teología, es decir, que a menudo truecan plenitud,
cordialidad de la fe por fríos conocimientos y exhibiciones verbales. 30
tos superiores, de su entendimiento, con el que cree ver más lejos que
los hombres más grandes–, desconoce la esencia de la religión. Quien
llama Jupiter o Brahma a su Jehová –y es un verdadero adorador de
Dios– trae un agradecimiento, un sacrificio tan cándido como el del
verdadero cristiano. ¿A quién no le conmueve la bella simplicidad de 40
20 tubinga/berna texto 6
pre se le ensalza.
Pero el entendimiento nunca hace prácticos los principios
El entendimiento es un cortesano que gusta de guiarse por los
caprichos de su señor; sabe encontrar justificaciones para cada pasión,
para cada empresa; [pero] sobre todo está al servicio del egoísmo, 10
siempre tan agudo pintando con bellos colores las faltas cometidas o
por cometer; a menudo [hasta] se felicita por haber encontrado un
pretexto tan bueno para su propio provecho
Ciertamente la ilustración del entendimiento hace más avisado,
pero no mejor. Incluso si se reduce la virtud al buen sentido, si se le 15
calcula a alguien que no puede ser feliz sin virtud, la cuenta es dema-
siado rebuscada y demasiado fría como para ser efectiva en el momento
de la acción, o simplemente para que pueda influir en la vida.
Quien eche mano de la mejor moral para aprender con todo deta-
lle tanto los principios generales como los deberes y virtudes en par- 20
[1.95] | Hablar de que hay que ilustrar a un pueblo supone que en él rei- 35
1 Nohl toma esta línea como título de las ocho páginas siguientes. 40
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tos, así como sobre los usos de obligado cumplimiento, cuya finali-
dad sería excitar sentimientos piadosos, sobre su origen histórico, si
[1.97] son adecuados, etc., ciertamente se debilita | el nimbo de santidad con
el que estábamos acostumbrados a verlos desde siempre, lo mismo que
se debilita el respeto por los dogmas de la teología cuando los vemos 20
24 tubinga/berna texto 6
en él como Luis XIV en Versalles, pero sin apenas conocer todos los
aposentos de su propiedad, encerrado en un minúsculo gabinete,
mientras que un padre de familia puede dar cuenta mejor de todo lo
que hay en su pequeña casa desde generaciones, de cada tornillo, de
cada armarito, de su uso y de su historia, [como el] Natán de Lessing:
30
26 tubinga/berna texto 6
ficos; que ambos cobren una buena dirección es tanto más importante
en la religión, cuyo objeto es tan grande, tan importante; es muy fácil en
ella que ambos se abran caminos por su cuenta o se desvíen, y que el
corazón, seducido por falsas representaciones y por su propia como-
didad, se quede en apariencias o se alimente de bajos sentimientos que 20
[1.102] simulan humildad, creyendo servir así a Dios; | también puede ser
que la fantasía enlace cosas en calidad de causas y efectos, cuando su
sucesión es meramente casual, y se prometa efectos extraordinarios
en la naturaleza. El ser humano es una cosa tan compleja que se puede
hacer de él cualquier cosa, el complejo tejido de sus sentimientos 25
tiene tantos cabos que todo se puede enlazar, si no es con uno con
otro –por eso es capaz de la superstición más desbocada, de la mayor
esclavitud jerárquica y política–; enlazar esos bellos hilos de la natu-
raleza conforme a esta en un bello vínculo tiene que ser ante todo
tarea de la religión del pueblo. 30
30 1
¿De qué índole tiene que ser una religión del pueblo? (tomando
aquí religión del pueblo en sentido objetivo)
a) con respecto a las doctrinas objetivas
b) con respecto a las ceremonias
<A> I. Sus doctrinas tienen que basarse en la razón universal.
II. Fantasía, corazón y sensibilidad deben tomar parte en ella
35 III. tiene que ser de tal índole que todas las necesidades de la
vida [y] las políticas del Estado conecten con ella.
28 tubinga/berna texto 6
30 tubinga/berna texto 6
disgusto, mal humor, descontento aún mucho más penosos, más insu-
fribles.
Esta fe respeta por una parte el flujo de la necesidad natural, a la
vez que está convencida de que los humanos son gobernados por los
dioses según leyes morales; por tanto parece humanamente adecuada 15
32 tubinga/berna texto 6
caer sus cargos y hecho dejación de las leyes que restablecen el equi-
librio moral.
Tales usos esenciales de la religión deben tener que ver menos con
ella que con el espíritu de un pueblo, pues propiamente han brotado
de este; de lo contrario su ejercicio, frío e inerte, carece de vida, insu- 30
blo son:
a) y ante todo: que ofrezcan tan poca ocasión al fetichismo como
sea posible, que [no] sean de tal índole que solo queden obras mecá-
nicas y el espíritu se desvanezca. Su única intención tiene que ser
aumentar la devoción, los santos sentimientos; tal vez el único medio 40
34 tubinga/berna texto 6
samente porque a cada nuevo hilo se anuda más fuertemente con ella,
está lejos de sentirlo, al contrario: como es obra de su propia acción, no
encuentra en esta voluntaria ampliación y diversificación de sus víncu-
los más que nuevas posibilidades de disfrute, expansión de su vida.
Todos los sentimientos dotados de una cierta belleza y finura se 20
previa del último párrafo de la versión definitiva (cfr. infra, 2 páginas más abajo el
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Como entre los griegos la nodriza seguía siendo toda la vida amiga
de la familia y de su hijo de leche, este tuvo siempre en ella a su amiga a
quien se le ofrece sanamente un agradecimiento libre, un libre amor;
como compañera y amiga comparte alegrías | y juegos con él, es su alma [1.112]
5 y su guía, sin por eso interferir en sus alegrías, a la vez que mantiene
intacta su propia dignidad –y la misma conciencia del joven castiga
todo menoscabo de esta–; ella tendrá siempre ascendiente sobre él, pues
se basa en el amor, en el agradecimiento, en los más nobles sentimien-
tos de su hijo de leche; y si con su atavío halagaba<, obedeciéndolos,>
10 a los caprichos de la fantasía infantil, también le enseñó a honrar la
férrea necesidad y a seguir sin protestar ese destino irrevocable.
Solo de oídas conocemos este genio, solo algunos rasgos de él es
lo que podemos contemplar con amor y admiración en ciertas copias
que nos han quedado de su figura, con la dolorosa nostalgia que nos
15 dejan por el original. Él es –el bello joven que amamos también en su
despreocupación, con todo el cortejo de las Gracias y junto con ellas
el aliento balsámico de la naturaleza, el alma que, infundida por ellas,
bebió de cada flor–, él ha volado de la Tierra.1
20 | 2 ¡Ay! Una imagen nos llega de los días remotos del pasado, ilumi- [1.114]
nando el alma sensible a aquella belleza y grandeza humana: la imagen
párrafo que empieza «De su padre, protegido...»): Si el padre de este genio es feliz,
25 si lleva bien sus asuntos, de modo que le procure a su hijo una situación desa-
hogada, sin excesiva necesidad, aunque sí con algo de trabajo; si la madre no
se empeña en encerrar sus tiernos miembros en pañales ni lo trata capricho-
samente, tampoco la nodriza, la “gouvernante” criará y educará al hijo de la
naturaleza con el miedo al palo (del infierno y del poderoso) ni con la zana-
horia de la mística, que aletarga el estómago con su acidez y echa a perder los
30 dientes, ni con las andaderas de las palabras –tratando así de llevarlo a la ado-
lescencia–, sino que desde pequeño le hará actuar por sí mismo, compartirá
con él sus juegos como amiga y compañera, será su alma y guía hasta el punto
de que a él le cueste disfrutar no estando ella y el agradecimiento que le pro-
fesa constituya su placer más hermoso y alegre. Entre los griegos la nodriza
era amiga de la familia y del lactante para toda su vida
1 Aquí viene un espacio sin escribir hasta la página siguiente, que comienza el
35
desarrollo de otra idea, a continuación tachado:
Otro genio de las naciones es el que ha urdido Occidente. Su figura está
envejecida; bella no lo fue nunca, pero aún le quedan los débiles rastros de
unos pocos rasgos de virilidad; con su cerviz encorvada, no se atreve a alzar
la mirada alegremente al mundo, ni tampoco le anima a ello su propia estima,
40 es miope e incapaz de ver más que objetos pequeños uno a uno e, incapaz de
ánimo, sin confianza en sus fuerzas, no osa una apuesta fuerte, solo férreas
cadenas desnudas [...]
2 Los dos párrafos siguientes, que vienen a continuación en otro folio (queda un
espacio sin escribir en la página anterior y el nuevo folio se añade a los otros sin la
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gusto en estas cadenas como obra suya, como una parte de sí mismo,>
parecían ser por completo su obra. Sus sirvientes eran la alegría, el
buen humor, el encanto; su alma, llena de la conciencia de su fuerza y
de su libertad; sus compañeros de juego, sustanciosos, la amistad y el
amor, no el fauno sino Cupido, delicado, entrañable, adornado con 10
fajas y pañales y, como buena madre, atendió más a seguir los capri-
chos, las ocurrencias de su niño querido que a ponerles cortapisas. En
armonía con estos la nodriza no debía criar y educar al hijo de la natu-
raleza con el miedo al palo o a un espectro tenebroso ni con la zana-
horia agridulce de la mística, que estraga el estómago, ni con las anda- 20
[7] 30
[Aforismo] 1
(Hegels Leben p. 487) intercaló en el anterior esbozo, supra, p. 27, parágrafo b) tras el
primer punto y coma.
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[8]
[Esbozo] 1
38 tubinga/berna texto 8
resulta más fácil juzgar qué se acerca o desvía de ella; en cambio esto es
más difícil allí donde domina otra prioridad o se atropellan diversos
deberes en conflicto; también a la hora de fortalecer las inclinaciones
humanas y los deberes es infinitamente más difícil discernir la virtud y
el límite hasta el que la naturaleza tiene que someterse a la razón.1 40
1 Aquí sigue una parte sin escribir, tras la cual cambia parcialmente la letra, indi-