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UNIVERSIDAD DE SAN CARLOS DE

GUATEMALA
Centro Universitario del Norte -CUNOR
Licenciatura en Ciencias Jurídicas y
Sociales, Abogacía y Notariado

Licenciado: Milton Estuardo Ventura Yat

Curso: Derecho Internacional Público I

“LA GUERRA FRIA Y EL MURO DE BERLIN”

Gladys Aracely Pop Tot 201546415


Katherine Pamela Campos Del Valle 201742847
Eduardo Luis Cano Aleman 201547559
Sergio Noé García Méndez 201341726
Bryan Noé Alexander Hernández Jom 202044306
Jaime Danilo Bailón Coy 201943503
Yesica Marissa Artola Wilhelm 202043668
Mercedes Margarita Mendoza Yalibat 201943288
Alyer Stevens Barrientos Chiquin 201541814
Helmuth Benjamin Spiegeler Hurtarte 201940410

Cobán, Alta Verapaz, marzo del año 2024.


“LA GUERRA FRIA”

En 1945 se producen los acuerdos de Yalta (Unión Soviética) y Potsdam


(Alemania) en los que Estados Unidos y la Unión Soviética sellan el reparto
mundial. La situación creada entre ambas potencias no se basaba en la amistad
sino en la desconfianza, particularmente, desarrollada tras la muerte del
presidente estadounidense Franklin D. Roosevelt, por su sucesor, Harry S.
Truman, quien está convencido que Iósif Stalin es un enemigo.

El principal elemento que operó y determinó la política internacional desde


entonces fue una latencia intencional conocida como “guerra fría”, que vista desde
la periferia del eje atlántico de poder no era otra cosa que una convivencia –con
sus dificultades- del reparto mundial. Antecedentes inmediatos de esta situación
se manifiestan con la Conferencia Monetaria y Financiera de las Naciones Unidas,
celebrada en Bretton Woods, Estados Unidos, en julio de 1944, donde se
determinan los parámetros dentro de los cuales se desarrollará la economía y las
finanzas internacionales una vez terminada la contienda.

Otro antecedente es la Conferencia de Dumbarton Oaks, reunida en Washington


entre agosto y octubre de 1944 y en la que se encuentran presentes delegados de
Estado Unidos, Unión Soviética, Gran Bretaña y China, que elaboran el proyecto
de dar al mundo un orden internacional, colectivo, representativo, y en ciertos
aspectos jerárquico, que cubría casi todas las posibilidades de acción
internacional y dejaba muy escaso margen a la acción de otras organizaciones
regionales preexistentes. Allí se decidió la creación de las Naciones Unidas con un
Consejo de Seguridad con la característica que incumbiría la responsabilidad de
evitar nuevas guerras, dejando planteado, pero no resuelto, el derecho a veto de
las grandes potencias que serían miembros permanentes del mismo.

Los Estados Unidos, como nueva potencia mundial, planifican el futuro político y
económico de la postguerra sosteniendo una relación directa entre la paz y el libre
comercio y esa es la impronta que llevarán los Estados Unidos a la conferencia de
Bretton Woods. En ella se decidió la creación del Banco Mundial (BM) y del Fondo
Monetario Internacional (FMI), el uso del dólar como moneda internacional y se
trató de poner fin al proteccionismo característico del período 1914-1945.

El crecimiento político está determinado por la necesidad de lograr el consenso


genuino como legitimidad que conforma la base de los sistemas políticos de los
Estados Unidos y la Unión Soviética, por lo tanto, ese crecimiento que constituiría
la expansión en los viejos términos coloniales no puede ser considerado indefinido
y sólo se puede conseguir raramente, y con dificultades, en los pueblos
conquistados. Por eso se impone una nueva forma de dominio: se construyen
áreas de influencia, donde el dominador no tienen que hacerse cargo de la
organización político-administrativa, jurídica y en algunos casos tampoco militar,
aunque en ese neocolonialismo se busque aplicar la «imposición» de su influencia
mediante las formas más extremas de coacción.

América Latina ocupó un lugar secundario en la estrategia de la política exterior


estadounidense de comienzos de la “guerra fría”, no solo debido a
consideraciones geopolíticas. Harry Truman, Dean Acheson y George Kennan
poseían un desdén poco velado hacia los pueblos de la región, muy extendido
entre las élites que tenían a su cargo la elaboración de la política exterior, lo cual
actuó como factor condicionante en la toma de decisiones respecto de las
relaciones con nuestros países.

Guatemala: “diez años de primavera en el país de la eterna dictadura”

Guatemala poseía en 1945 una población de 3.487.444 habitantes, de los cuales


el 55% eran miembros de pueblos originarios, de los cuales más de un millón y
medio solo hablaban la lengua de sus pueblos. En algunos departamentos, como
Totonicapán, el 96% de la población hablaba estas lenguas y sólo una minoría el
castellano. Esto, lejos de expresar una pluralidad cultural mostraba la estructura
de dominación que se expresaba en una lengua que no era la propia y que una
gran parte de la población desconocía.

La propiedad de la tierra sufría las mismas desigualdades: el 76% de las fincas del
país tenían menos de cinco hectáreas y sólo representaban el 10% del territorio;
en cambio, el 2.2% de los propietarios eran dueños del 70.6% de la tierra. Existían
161.500 fincas de menos de dos hectáreas. De allí que la gran mayoría de los
dueños de la tierra no obtenían de ella ni lo mínimo necesario para la subsistencia.

El escenario que enfrentaba el movimiento popular en Guatemala estaba


compuesto por un capitalismo rural, una clase media débil, un campesinado
oprimido, un régimen político con rasgos autoritarios y una recurrente dependencia
de Estados Unidos.

El 20 de octubre de 1944, se produjo un movimiento en Guatemala conocido como


«la revolución de 1944», liderado por jóvenes oficiales militares, a quienes se
sumaron estudiantes universitarios y civiles armados que derrocó al régimen
dictatorial del general Jorge Ubico Castañeda, el cual hacía 14 años que estaba
en el poder.

Posteriormente se convoca a elecciones y Juan José Arévalo se postula a


presidente, recién llegado desde Argentina, donde había estudiado y ejercía la
docencia en la Universidad Nacional de Tucumán. Germán Arciniegas relata que
el grupo del gobierno le declara peronista, lo cual era una caracterización negativa
que lo buscaba vincular con el nazismo; en las elecciones recibe el 85% de los
votos.

Comienza con Arévalo un proceso revolucionario en el cual se organiza la


educación de los pueblos originarios, desmilitariza la enseñanza, da autonomía a
la universidad, aumenta el sueldo a los maestros, construye 135 escuelas, hace
editar millares de libros de cultura popular. Construye la ciudad olímpica y el
palacio de deportes, realiza una vasta campaña sanitaria y levanta 17 hospitales.

En 1947 se promulga un Código del Trabajo que propiciaba la organización de los


trabajadores, no solo de aquellos vinculados a la industria, sino que también le
otorgaba ese derecho a aquellos que lo hacían en establecimientos rurales con
más de 500 empleados. La ley afectaba muchas de las fincas más grandes, así
como granjas estatales, pero la UFCO mostraba que la ley estaba dirigida a ella
de una manera discriminatoria.

Arévalo definirá su concepción política como «socialismo espiritual», el cual se


encauzaba en esa corriente nacionalista y antiimperialista que comenzaba a
asomar en el continente. Buscando la ampliación de la ciudadanía, se le otorga el
derecho al voto a las mujeres, como la protección social a la población mediante el
Instituto Guatemalteco de Seguridad Social. También se crearon el Banco de
Guatemala, el Instituto de Fomento de la Producción, se sancionaron las leyes de
Arrendamiento Forzoso de Tierras Ociosas y la de Fomento Industrial.

Jacobo Árbenz Guzmán ganó las elecciones que se llevaron a cabo del 10 al 12
de noviembre del año 1950 por el 63,98% de los votos, otorgándole una
indiscutida legalidad y legitimidad. Siendo militar fue parte de una generación
identificada con el denominado «militarismo popular», ideológicamente
nacionalistas que se diferenciaban notoriamente del nacional-militarismo europeo.

Su campaña política había estado enfocada en tres puntos: la terminación de una


carretera del Atlántico al Pacifico, el proyecto de una hidroeléctrica en el Río
Michatoya y la Reforma Agraria. Cada uno de estos puntos era un ataque hacia
las empresas estadounidenses. La carretera le quitaba el monopolio a la UFCO, la
hidroeléctrica le quitaba el monopolio a la Empresa Eléctrica, y la Reforma Agraria
expropiaba las tierras ociosas de la UFCO. El Canciller Oseguera sostendrá que
“el Programa de Gobierno del presidente Jacobo Árbenz busca convertir a nuestro
país de una nación dependiente y de economía semicolonial, en un país
económicamente independiente”.

la contrarrevolución ya estaba en marcha encabezada por el coronel Castillo


Armas - formado en Fort Leavenworth (Kansas-EEUU)- quien invadió Guatemala a
través de la frontera con Honduras, y acampó en Esquipulas, mientras algunos
aviones utilizados en la Segunda Guerra, piloteados por estadounidenses,
después de atacar Puerto Barrios y San José, hacían vuelos sobre la ciudad de
Guatemala, disparando ráfagas de ametralladoras, lanzando panfletos y
alcanzaron a largar dos bombas. El objetivo era provocar el levantamiento del
Ejército, ya en connivencia con el embajador de Estados Unidos, John Peurifoy,
articulador político de la operación.

“EL MURO DE BERLIN”

Entre 1949 y 1961, alrededor de 2,7 millones de personas habían abandonado la


RDA y Berlín Oriental: alrededor de la mitad de esa corriente migratoria estaba
compuesta por gente joven de menos de 25 años y esto suponía un gran
problema para la dirección de la SED. Alrededor de medio millón de personas
pasaba cada día la frontera en ambas direcciones y de esta manera, podían
comparar las condiciones de vida de ambos lados. Solamente en el año 1960,
alrededor de 200.000 personas se mudaron de forma definitiva al Oeste.

El Muro de Berlín es el nombre que se le dio a una serie de edificaciones que


separaron durante 28 años a los berlineses orientales de los occidentales y a
Berlín occidental del resto de Brandenburgo. Este muro es el símbolo más
importante de la Guerra Fría que a su vez partió el mundo en dos bloques
ideológicos.

Durante décadas el mundo liberal encabezado por los EEUU y el mundo


comunista bajo el liderazgo de la Unión Soviética combatieron por la hegemonía
mundial. Lo hicieron desde el final de la Segunda Guerra Mundial hasta la caída
del Muro de Berlín en el año 1989.

En de noviembre de 1989, de manera pacífica y sin derramar sangre o disparar un


arma de fuego, la población alemana derribó el Muro de Berlín. Esta estructura
dividió la capital alemana por casi tres décadas. Su demolición posibilitó la
reunificación de Alemania y simbolizó, con ello, el fin de la Guerra Fría y la
construcción de un nuevo orden mundial, cuyas consecuencias aún acontecen.

Tras la II Guerra Mundial, Alemania y su capital, Berlín, quedaron divididas en


cuatro zonas controladas cada una por una de las potencias ganadoras de la
contienda: la URSS, Reino Unido, Francia y Estados Unidos.

La ciudad de Berlín quedó enclavada dentro del territorio soviético, por lo que
también fue dividida en las zonas este y oeste, quedando como una célula
capitalista en el recién formado estado socialista, lo cual generó las primeras
inconformidades del gobierno de la RDA y sentó las bases de la Guerra Fría. Con
ello, se aceleró la división de dos bloques en el mundo: el occidental-capitalista y
el oriental-comunista.
La vida resultó muy diferente en ambos lados. La diferencia en el desarrollo, del
lado capitalista con la ayuda económica de los EEUU era superior al de la RDA2.
Mientras en el resto de la RDA estaba prohibido el libre tránsito hacia la RFA, en
Berlín, debido a los acuerdos de Potsdam, el paso era prácticamente libre: era una
frontera abierta dentro de la llamada Cortina de Hierro. El paso llevaba una gran
cantidad de trabajadores obreros y profesionistas de la RDA al lado occidental, de
tal manera que las dos Alemanias decidieron la construcción de un muro material:
la RFA para detener la caída de capital humano; y la RDA para evitar que los
alemanes orientales fueran en búsqueda del “progreso”.

El 13 de agosto de 1961, ambas Alemanias ordenaron a la policía y al ejército


levantar una cerca de alambre de púas. En los siguientes días inició la
construcción de barricadas de concreto a lo largo de los 45 kilómetros que dividían
en dos partes a Berlín y los 115 kilómetros que rodeaban la parte oeste que la
separaba de la RFA. Se prohibió a los berlineses occidentales ingresar al Berlín
oriental, salvo con permiso especial. Entre 1961 y 1988 más de cien mil
ciudadanos de la RDA intentaron saltar el muro para escapar al sector occidental.
Según la página web oficial de la ciudad de Berlín, alrededor de unas ciento
cuarenta personas fallecieron al intentar huir a causa de los disparos de la policía.

El 9 de octubre de 1989, una multitud de alrededor de setenta mil personas se


manifiesto pacíficamente en el centro de Leipzig exigiendo libertad de paso. Estas
personas se atrevieron a pasar por primera vez por la temida sede de la Stasi, la
policía secreta de la República Democrática Alemana. "Wir sind das Volk!",
cantaban: "¡Somos el pueblo!". Una semana después, más de cien mil personas
abarrotaron de nuevo el centro de Leipzig.

Las protestas pronto se extendieron por toda Alemania oriental. El 4 de noviembre,


otros cientos de miles de personas se manifestaron en Alexanderplatz, Berlín
oriental, pidiendo una reforma democrática: esta fue una de las movilizaciones
más importantes en la RDA por su capacidad de congregación. Finalmente, cinco
días después, el 9 de noviembre, un militar de alta graduación anunció que se
darían pases para cruzar hacia la república Federal de Alemania. “La gente puede
ir, no hay problema”, declaró. Un periodista le preguntó: “¿A partir de cuándo,
señor?”, cuya respuesta fue: “A partir de ahora”. En poco menos de dos horas,
una multitud se volcó hacia el muro. Los guardias se vieron superados por el
entusiasmo, por lo que simplemente no hicieron nada.

Un año más tarde, el 12 de septiembre de 1990 se firmó en Moscú el Tratado Dos


más Cuatro, llamado así por los grupos de países firmantes. El 1º de octubre de
1990, las cuatro potencias vencedoras de la Segunda Guerra Mundial renunciaron
en una declaración conjunta en Nueva York a sus derechos en relación con
Alemania, devolviéndole así a Alemania su plena soberanía. El Tratado Dos más
Cuatro entró en vigor el 15 de marzo de 1991. Fue el equivalente de derecho
internacional al Tratado de Unificación entre la República Federal y la RDA.

Entre las causas de la caída del muro de Berlín, se pueden mencionar las
siguientes:

 La crisis económica de la URSS, agravada por la carrera armamentista con


Occidente en el contexto de la Guerra Fría y por la intervención soviética en
Afganistán.
 La crisis de confianza en los dirigentes comunistas a causa de la
ineficiencia y la corrupción de los gobernantes.
 Las manifestaciones de descontento social que obligaron a los gobiernos a
flexibilizar el control sobre la población.
 La apertura de la frontera húngara que provocó un movimiento masivo de
población hacia Occidente.
 El anuncio de la apertura de las fronteras entre la RDA y la RFA.

Las consecuencias directas de la caída del muro de Berlín fueron las siguientes:

 El colapso de la República Democrática Alemana y la reunificación alemana


durante 1990.
 Las rebeliones en distintos países de Europa oriental, alentados por el éxito
de los alemanes.
 La retirada de las tropas soviéticas del territorio alemán.

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