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“La luz del idealismo brillaba en los ojos del Dr. Alberto Villoldo al describir cómo un
terremoto en 1949 debajo de un monasterio cerca de Cuzco, Perú, había partido la
tierra en dos, sacando a la luz un antiguo templo inca de oro. Ésta era la señal de que las
profecías de Mosoq, el “tiempo que ha de venir”, tenían que ser compartidas con el
mundo moderno.”
El Dr. Villoldo, méé dico, psicoé logo y antropoé logo, ha vivido y apréndido éntré los chamanés
Q’éros, y ha desempeñado un papel fundamental a la hora de acercar sus rituales y
profecías a la conciencia del mundo moderno.
Los Q'ero son los úé ltimos déscéndiéntés dé los incas - una tribu de 600 personas que se
refugió más allá de los 4 mil metros de altura en los Andes peruanos para escapar del
azote del colonizador español.
Si bién fueron "descubiertos" en 1949 por el antropólogo Oscar Nuñaz del Prado al súr
dél Pérúé , la priméra éxpédicioé n occidéntal a las aldéas dé los Q'éro sé réalizoé én 1955. En
1959, en ocasión de la fiesta anual del Regreso de las Pléyades que se lleva a cabo
en los Andes, los miles de asistentes, entre ellos muchos chamanes, observaron con
asombro como los Q'ero, vestidos con el emblema Inca del Sol, se dirigieron a la cumbre
de la montaña para anunciar que el tiempo de las profecías estaba cerca.
Recientemente, los ancianos Q’ero viajaron a Norteamérica como cumplimiento de sus
profecías. En noviembre de 1996 ún péqúénñ o grúpo dé Q’éros, inclúyéndo al líédér dé la tribú
y al jéfé chamaé n, visitaron varias ciúdadés dé Estados Unidos, éntré éllas Núéva York, dondé
célébraron úna cérémonia privada én la Catédral dé St. Júan él Divino.
El ritúal chamaé nico no sé habíéa célébrado désdé hacíéa 500 anñ os. Pero en el mismo hogar de
aquellos que simbolizaban a los antiguos conquistadores de sus antepasados incas, allí
mismo compartieron sus rituales y conocimiento, no sólo con los occidentales interesados
en aprender sus costumbres, sino también con el deán de la gran catedral , uniendo así
simbólica y espiritualmente a los dos continentes de América del Norte y del Sur.
Ségúé n úna antigúa profécíéa, éé sté és él moménto dél gran éncúéntro llamado Mastay, y la
reintegración de los pueblos de los cuatro puntos cardinales. Los Q'ero están ofreciendo
sus enseñanzas a Occidente, como preparación para el día en que el Águila del Norte y
el Cóndor del Sur (las Américas) vuelen juntos otra vez.
Ellos creen que Munay, Amor y Compasión, será la fuerza guiadora de esta gran unión
de los pueblos.
"Los nuevos Guardianes de la Tierra vendrán de occidente, y aquellos que han causado un
mayor impacto en la Madre Tierra tienen ahora la responsabilidad moral de rehacer su
relación con Ella, después de rehacerse a sí mismos", dijo Don Antonio Moralés, ún maéstro
chamaé n Q'éro.
La profecía sostiene que Norteamérica proporcionará la fortaleza física, o cuerpo;
Europa proporcionará el aspecto mental, o cabeza; y el corazón lo proporcionará
Sudamérica.
Cuando los españoles conquistaron a los incas hace 500 años, el último Pachacuti, o
gran cambio, tuvo lugar. Los Q’ero han esperado desde entonces a que ocurriera el
siguiente Pachacuti, cuando las cosas que quedaron al revés volvieran a su sitio y
emergiera el orden del caos. Durante los últimos cinco siglos conservaron su
conocimiento sagrado, y al final, en estos últimos años, se cumplieron las señales de
que el gran momento del cambio estaba cerca: las lagunas de las altas montañas se han
secado, el cóndor casi está extinguido y se ha descubierto el Templo Dorado, siguiendo
al terremoto de 1949 que representó la ira del sol.
Este Pachacuti, o gran cambio, ya ha empezado, y promete el emerger de un nuevo ser
humano después de este período de confusión. El caos y túrbacioé n caractéríésticos dé ésté
péríéodo dúraraé n cuatro años más, ségúé n los Q’éro. El paradigma de la civilización europea
continuará desplomándose y los procederes de los pueblos de la Tierra volverán. Maé s
importanté aúé n, los jefes chamanes hablan de un desgarro en el mismísimo tejido del
tiempo. Esto nos ofrece una oportunidad para describirnos y descubrirnos, no como lo
que hemos sido en el pasado, tanto personal como colectivamente, sino en lo que nos
estamos convirtiendo, aquello que somos y seremos.
Pero las profecías son optimistas. Éstas se refieren al final de los tiempos tal como
nosotros lo entendemos – la muerte de una forma de pensar y de ser, el fin de una forma
de relacionarse con la naturaleza y la tierra. En los próximos años, los incas esperan que
emerjamos en una Era Dorada, un milenio dorado de paz. Las profecías también aluden
a unos cambios tumultuosos en la Madre Tierra, y en nuestra psique, volviendo a
definir nuestras relaciones con la espiritualidad.
Pachacuti también se refiere a un gran jefe inca que vivió a finales del siglo XV. Se dice
que él construyó Machu Picchu, y que fue el arquitecto de un Imperio de igual tamaño
que los Estados Unidos. Para los incas, Pachacúti és ún prototipo éspiritúal – un Maestro, un
ser luminoso fuera del tiempo. EÉ l éra ún Mésíéas péro no én él séntido cristiano dé sér él
úé nico hijo dé Dios fúéra dél alcancé dé la húmanidad. Maé s bién se consideraba como un
símbolo y promesa de lo que podemos llegar a convertirnos. El pérsonifica la éséncia dé
las profécíéas ya qúé Pacha significa ‘tiérra’, o ‘tiémpo’, y cúti significa “ponér las cosas én sú
sitio”. Sú nombré tambiéé n significa “transformador de la tierra”.
Hay aquellos que creen que las profecías se refieren al regreso del jefe Pachacuti para
derrotar a los que usurparon la tierra de los incas. Péro ségúé n él Dr. Villoldo, él régréso dé
Pachacúti ya éstaé téniéndo lúgar a nivél coléctivo, a lo cúal agréga:
“No es el regreso de un solo individuo que personifica aquello en lo que nosotros nos
estamos convirtiendo, sino que es un proceso de “emerger” que incumbe a todos los
pueblos.”
Los chamanés andinos no tiénén ún Búddha o ún Cristo a qúién ségúir. Maé s bién dicén: "Sigue
tus propias huellas. Aprende de los ríos, árboles y rocas. Honra al Cristo, el Buddha, a tus
hermanos y hermanas. Honra a la Madre Tierra y al Gran Espíritu. Hónrate a ti mismo y a
toda la creación."
LA PROFECÍA INCA DEL VUELO CONJUNTO DEL ÁGUILA DEL NORTE Y DEL
CÓNDOR DEL SUR
“Para los ancianos y los chamanes de las culturas originarias, que viven a lo largo y ancho de
Sudamérica, estamos entrando en el ciclo del quinto Pachakuti (un Pachakuti es un ciclo de
500 años). De acuerdo con sus antiguos registros, en este tercer milenio ocurrirá la gran
reunión entre la gente del Águila y la gente del Cóndor. Será una alianza de colaboración
que salvará a la humanidad. Se dice que en el principio, el Dios del Tiempo creó el Sol y la
Luna, y con ellos nacieron el Águila y el Cóndor, con tal fuerza que el Águila y el Cóndor hicieron
que América del Norte y América del Sur se unieran formando América Central. De estas tierras
salieron las primeras naciones, pasando muchos momentos difíciles, entre ellos el peor: la
división de las naciones en cuatro direcciones.”
Las profécíéas andinas -principalménté las Incas- éstaé n céntradas én él concépto dé
transformacioé n, conocido como Pachacútec o Pachacuti. Pacha qúiéré décir él Cosmos o la
Tiérra, miéntras qúé Cuti significa “darle vuelta”, corrégir. Pachacuti o (Pachacutec) fúé él
nombré dado al noveno soberano Inca, qúién constrúyoé él Machú Pichú y él Império dé los
Ninñ os dél Sol. Asíé como lo implica él nombré, él fue el transformador de la sociedad Inca
que inició la quinta era mundial inca, o el quinto sol, que irónicamente también trajo el
final del mundo Inca.
El tiémpo dél Pachacuti o Pachacútec trajo la vénida dé los conqúistadorés éspanñ olés y
finalménté la déstrúccioé n dél império. En ún fúror dé violéncia, la ordén cúltúral maé s alta qúé
los Andés ha conocido fúé raé pidaménté dérrocada.
Las profécíéas incas andinas prédijéron él régréso dél Pachacuti (Pachacutec), péro no son
profecías de fatalidad – prometen el comienzo de un humano nuevo, “un milenio de oro
en la Tierra”. Ellas hablan dél poténcial qúé viéné al “salir fuera del tiempo lineal”, lo cúal
no és simpléménté ún concépto métafoé rico sino qúé és ún logro concréto qúé púédé déspértar
a toda la génté dél múndo.
“La purificación vendrá. La Gran Madre nos acunará nuevamente en sus brazos y secará
nuestras lágrimas y el Gran Padre caminará entre nosotros. Será ésta la generación –
todos vosotros- la que lo hará posible; y, el círculo roto de nuestros pueblos se formará de
nuevo.”
“En el quinto Pachakuti (en este tercer milenio), la gente del Águila habrá desarrollado
un alto sentido de la estética y de sus habilidades cognitivas.
Su capacidad para diseñar y construir será sorprendente.
Alcanzará el cenit en los conocimientos científicos y tecnológicos.
El enorme despliegue de sus tecnologías creará milagros tecnológicos tan asombrosos
que expandirán sus mentes.
Estos logros generarán una inmensa riqueza material para los líderes de su grupo. Sin
embargo, su "talón de Aquiles" se encontrará en el vacío espiritual que cercará sus vidas.”
“La gente del Cóndor, la gente del Corazón, del espíritu, de los sentidos, de una profunda
conexión con el mundo natural, desarrollará sus habilidades intuitivas. La gente del
Cóndor alcanzará un cenit poderoso en la sabiduría de sus antepasados.
Conocerá con claridad los ciclos de la Tierra y será capaz de relacionarse con los espíritus
del reino animal y vegetal. Sin embargo, no sabrá cómo desenvolverse satisfactoriamente
en el mundo material del águila con quien se sentirá en franca desventaja. Ése será su
mayor riesgo. La incapacidad de interactuar con el mundo material pondrá en peligro su
existencia.”
Está claro que la cultura occidental es la gente del Águila, y las culturas indígenas del
mundo son la gente del Cóndor.
La profecía recuerda que ambos grupos proceden de un origen común y deben integrar
sus conocimientos para enriquecerse mutuamente. Si el águila y el cóndor vuelan juntos
otra vez, ala con ala con el Gran Espíritu, el mundo encontrará de nuevo su equilibrio .
“Ni las águilas ni los cóndores podrán sobrevivir solos. Es necesaria la alquimia de una
colaboración mutua”.
“De esta reunión emergerá una nueva conciencia en el Ser Humano que honrará a la
gente del águila por sus admirables logros en el campo racional. Y honrará a la gente del
Cóndor por su profunda sabiduría del Corazón.
Juntos podrán resolver las crisis del mundo y traerán a la vida un futuro sostenible para
todos.”
Un poco de historia:
Sé dicé qúé én él principio, él Dios dél Tiémpo créoé él Sol y la Lúna, y con éllos naciéron él
AÉ gúila y él Coé ndor, con tal fúérza qúé él AÉ gúila y él Coé ndor hiciéron qúé Améé rica dél Norté y
Améé rica dél Súr sé úniéran formando Améé rica Céntral.
Dé éstas tiérras saliéron las priméras nacionés, pasando por múchos moméntos difíécilés, éntré
éllos él péor: la división de las naciones en cuatro direcciones.
Después de la división aparecieron las Profecías que buscan enseñar a las naciones los
caminos para su liberación y unificación. Una de estas profecías habla del día en que la
unión de las lágrimas que broten (desde los corazones) del Águila y del Cóndor, sanarán
las heridas y fortificarán los espíritus, los cuerpos y las mentes de los Primeros
Pueblos.
Las profécíéas hablan dél tiémpo dél Gran Mastay, o la reintregación de la gente de las
cuatro direcciones. Los Q’éro (Qúéro) y otros chamanés andinos han ofrécido sús
énsénñ anzas a Occidénté para ayúdarlé al múndo a prépararsé para él Gran Mastay. Asíé como
éllos lo éxprésan, el tiempo ya viene para que el Gran Águila del Norte y el Gran Cóndor
del Sur (réfiriéé ndosé a las Améé ricas como ún todo) vuelen juntos otra vez.
Los gúérréros (dé la Lúz) répéléraé n las éspadas dé los énémigos y daraé n téé rmino a la oprésioé n,
la éxplotacioé n y la injústicia (vicios dé tércéra diménsioé n) én nombré dé la Libértad.
Entonces el Cóndor y el Águila volarán juntos otra vez en el Centro del Mundo.
... “Y llegará un día en el que el águila del Norte y el cóndor del Sur volarán juntos otra vez".
Éste fue el mensaje que nos legaron nuestros abuelos del Norte y del Sur. El mensaje de nuestros
abuelos es un mandato en estos tiempos."...
“Después de muchas vidas yo retornaré y seré millones... yo no moriré, sólo me separarán de
este cuerpo". Así profetizó hace cinco siglos nuestro abuelo Ataw-Allipak, el último Inca. En la
memoria de nosotros, los Cóndores Andinos está presente el Incari o celebración del anunciado
retorno del Inca, el venerable Ser de Luz. Las profecías de nuestros abuelos se cumplen en este
tiempo, y somos los llamados para hacer, que este Gran Tiempo anunciado sea de sanación, paz
y reconciliación.
"La purificación vendrá. La Gran Madre nos acunará en sus brazos y secará nuestras lágrimas y
el Gran Padre caminará entre nosotros y el círculo roto de nuestros pueblos se formará de
nuevo."