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COLEGIO OCTAVIANA DEL C VIVES C

CIENCIAS SOCIALES

LA ERA DE LAS REVOLUCIONES

LUIS DANIEL TORRECILLA CASAS

DOCENTE:

CESAR

GRADO : 8°

Cartagena – Bolívar
2017
LA ERA DE LAS REVOLUCIONES

Entre 1780 y 1848, Europa vive un doble proceso revolucionario. En lo político, la


Revolución Francesa; en lo económico, la Revolución Industrial. HOBSBAWM,
Eric; da inicio a la era de las revoluciones. La combinación y simultaneidad de
ambos procesos, producen profundos cambios sociales que transforman no sólo la
sociedad europea, sino que adquieren dimensión mundial. De esta doble
revolución surge, por un lado, la república como forma política en reemplazo de
las monarquías absolutas, con todo lo que ello implica respecto a los derechos y
responsabilidades que asumen los habitantes de una nación, al pasar de la
condición de súbditos a la de ciudadanos. Por otro lado, aparece la fábrica
mecanizada como unidad de producción, reemplazando al taller artesanal, lo que
produce una pérdida de valor de los oficios, laboriosamente aprendidos, y el
surgimiento de una nueva clase social, la clase obrera o proletariado —que deberá
luchar largamente para que se le reconozcan los derechos que las nuevas ideas
difundidas por la Revolución Francesa le otorgan a todo hombre—. Dos cambios
que marcan la historia de modo tan perdurable, que algunos historiadores no
dudan en comparar estos años con la lejana Revolución Neolítica en la que el
hombre se transformó de nómade en sedentario, de recolector en productor de
sus alimentos.

LA REVOLUCIÓN FRANCESA
Desde los inicios del siglo XVIII, comienzan a circular por Europa un conjunto de
nuevas ideas, conocidas globalmente como la "Ilustración", producto de
pensadores racionalistas ingleses (Burke) y, principalmente, franceses (Rousseau,
Voltaire, Montesquieu, Diderot). Sobre la base de la razón, condición común a
todos los hombres, estas ideas pregonaban la igualdad de todos ante la ley y el
respeto del derecho de cada uno a decidir por sí mismo sobre su profesión y su
vida; la igualdad entre hombres y mujeres; la tolerancia y el respeto en cuestiones
de fe religiosa (las guerras de religión habían devastado Europa durante los dos
siglos anteriores); que todo hombre nace libre y no puede ser sometido a
esclavitud; en fin, que existe una dignidad humana que los hombres y los estados
deben respetar. También era la razón la herramienta para investigar y explicar la
naturaleza, y no debía creerse en supersticiones ni en brujerías (las últimas
mujeres quemadas por brujas lo fueron en Alemania en 1749 y en Suiza en 1783).
Ideas que hoy parecen tan obvias, a comienzos del siglo XVIII eran todo una
novedad que costo mucho tiempo y muchas luchas sangrientas imponer.

Tales luchas habrían sido mayores y de mayor duración, si no hubiera habido en


Europa algunos reyes que supieron apreciar la razonabilidad y justicia de las ideas
de la Ilustración y tomaron la iniciativa en sus reinos. Prusia bajo el rey Federico el
Grande, Austria durante el reinado de la emperatriz María Teresa y, luego, de su
hijo José II, fueron los primeros en introducir las reformas necesarias para hacer
realidad, al menos en parte, aquellas nobles ideas. Por la misma época, en 1776,
y bajo la inspiración de las mismas ideas, las colonias inglesas en América se
liberaban del dominio inglés, conducidas por Benjamín Franklin y George
Washington.
En todos los países, en mayor o menor medida, se aplicaban estas nuevas ideas.
Excepto en Francia. Luis XV y Luis XVI hicieron como si nada pasara, como si
todas esas transformaciones no tuvieran que ver con ellos. Fueron gobernantes
ineptos que sólo se ocupaban de gastar enormes sumas de dinero en mantener la
pompa y el lujo de la corte. Sus ministros de Hacienda fueron estafadores que
mediante la extorsión y el engaño obtenían enormes sumas de dinero. Los
campesinos se mataban trabajando para sostener el derroche de la nobleza
terrateniente; los burgueses pagaban enormes impuestos, mientras el clero y los
nobles estaban exentos de todo tributo. Cuando esto no fue suficiente, el rey se
propuso cobrar impuestos al clero y la nobleza. Desgraciada idea que terminó
costándole el reino y su cabeza.

Corría el año 1789. Los acontecimientos se suceden; revueltas populares, la toma


de la Bastilla, se alternan distintos grupos en el poder, distintas formas de
gobierno, entre ejecuciones en la guillotina, períodos de "terror revolucionario" y
guerras entre la Francia revolucionaria y las demás monarquías europeas. Hasta
la restauración imperial de Napoleón en 1804, que marca el punto más alto de la
Revolución y también, el congelamiento de muchas de sus reivindicaciones. Pero
a la Revolución Francesa se la identifica fundamentalmente con la "Declaración de
los Derechos del Hombre", declaración ecuménica de liberación cuya influencia se
hizo sentir en todos los rincones del planeta y que puede considerarse como el
acta de defunción de los últimos resabios de la concepción medieval del hombre y
de la sociedad. Los principios generales de la Declaración se concretaron en la
detallada legislación del llamado "Código Napoleón", cuya influencia está presente
en la legislación de la mayor parte de las naciones. Esta fue la forma particular en
que se expandió por el mundo el legado de la Revolución Francesa.

LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL
El mundo anterior a la doble revolución tenía menos de un tercio de la población
actual y su mayoría habitaba las áreas rurales. La transformación de un mundo
predominantemente rural en otro mayoritariamente urbano es obra de la
Revolución Industrial. El desarrollo de la máquina de vapor y su aplicación al
transporte y a la maquinaria que sustituiría el trabajo humano, va a producir una
creciente desocupación del artesano que trabajaba en su domicilio o en pequeños
talleres, en el campo o en las aldeas rurales, y que, hasta el advenimiento de la
mecanización, constituían la base de toda la producción industrial de bienes de
consumo.

La creación de la fábrica mecanizada produjo una gran conmoción en las formas


de vida (y de ganarse la vida!) de la época. La industria textil fue la primera en
sacudir un orden que permanecía casi sin modificaciones desde la Edad Media.
Los gremios medievales habían sobrevidido hasta la época de la Revolución
Francesa y aún más. La base productiva estaba dada por talleres con unos
cuantos telares manuales, cuyo dueño, el "maestro", empleaba oficiales e instruía
y capacitaba a los aprendices que, con el tiempo, adquirirían el oficio necesario
para llegar a oficial. Si bien en esta época, era mucho más dificil que antes llegar a
la categoría de maestro, siempre estaba la esperanza de alcanzar ese grado. En
las primeras décadas del siglo XIX, de pronto, todo cambia. Algunos acaudalados
empresarios con el capital necesario, totalmente fuera del alcance del propietario
de un taller artesanal, montan fábricas con telares mecánicos, capaces de producir
cada uno, más que lo producido por decenas de expertos tejedores, y a un costo
muchísimo más bajo. Con el agravante que para manejar uno de estos telares no
se requería un oficial experto con años de experiencia y duro aprendizaje del
oficio. Cualquier hombre, mujer o niño, en pocas horas podía aprender su manejo.

El complemento necesario de la mecanización fabril y agraria, fue el avance en el


transporte de personas y mercaderías, por tierra y por mar. Y este avance fue
nuevamente producido por la aplicación de la máquina de vapor como fuente de
energía motriz, para barcos, en reemplazo de la navegación a vela, y para el
nuevo medio de transporte que la máquina de vapor posibilitó: el ferrocarril.
Durante la primera década del siglo comenzaron a navegar los primeros buques a
vapor. En la segunda década el inglés George Stephenson construyó la primera
locomotora utilizable. En 1821 se inaugura la primera línea ferroviaria del mundo,
que unía dos ciudades inglesas; diez años después había ferrocarriles en Francia,
Alemania, Austria y Rusia. Hacia mediados de siglo, prácticamente toda Europa
estaba unida por largos tendidos ferroviarios y se viajaba a velocidades diez veces
mayores que con el más veloz vehículo tirado por caballos.

Las consecuencias de estos cambios en todos los órdenes: político, social,


económico, cultural, educativo, fueron enormes. Pero los beneficios no se
distribuyeron en modo equitativo. El incremento de poder y riquezas de algunos
sectores sociales en detrimento de otros (y de algunos países sobre otros), ha
creado sociedades con mayor diversidad de estratos sociales. A su vez, al irse
democratizando las sociedades, los diversos sectores se manifiestan en diferentes
partidos políticos o corrientes de opinión. Una sociedad tanto más diversa y
compleja ya no podía ser reflejada por un arte originado en el siglo XV, que hunde
sus raíces en la antigüedad greco-romana, y que en los siglos anteriores ya había
experimentado todas las variables posibles, dentro de sus premisas
fundamentales. La vuelta a la naturaleza de los paisajistas ingleses y franceses
del siglo XIX; el Realismo; el Impresionismo y, por último, los Postimpresionistas,
constituyen los pasos de la transformación que sigue la pintura del siglo XIX, para
reflejar la sociedad de su tiempo.

LA SOCIEDAD CAPITALISTA
La Sociedad Capitalista constituye la versión más acabada, de una sociedad
basada en la explotación y utilización del trabajo para la explotación del hombre
por el hombre.

La época del capitalismo se distingue, por haber simplificado las contradicciones


de clase. Toda la sociedad va dividiéndose cada vez más, en dos grandes campos
enemigos, en dos grandes clases, que se enfrentan directamente: La burguesía
(los patrones) y el Proletariado (los trabajadores).
En el capitalismo surge la gran industria, en donde el pequeño taller es sustituido
por la máquina y la caldera de vapor; y en donde ya no hay necesidad de andar en
carruaje tirados por caballos o en barcos de velas a no ser por deporte o diversión,
pues la humanidad ya conoce el avión, el ferrocarril y los barcos trasatlánticos.

La lucha del proletariado contra la burguesía comienza con su surgimiento. Al


principio, la lucha es entablada por obreros aislados; después por los obreros de
una misma fabrica; más tarde por los obreros de un mismo oficio; y luego toda la
clase obrera lucha contra toda la clase capitalista, sus Gobiernos y su Estado. Al
principio la clase trabajadora no se contenta con dirigir sus ataques contra las
relaciones burguesas de producción basada en la explotación económica y la
opresión social y política de los trabajadores, y los dirigen contra los instrumentos
mismos de producción; destruyen las mercancías extranjeras que les hacen
competencias.

Estas formas de luchas de los trabajadores evidencian que todavía no había


consciencia de que son una clase, de que su suerte no está en el pasado, sino en
el futuro de su combate; pero de esa lucha diseminada, aislada e individual,
comienza a surgir una necesidad nueva. A eso contribuye el modernismo de la
industria, el golpeo sistemático y la propia concentración de los trabajadores en
masas, es decir, el carácter social de la producción. La explotación capitalista en
la gran industria determina el surgimiento de la necesidad de organizarse
sindicalmente.

Surgimiento del Sindicato en la Sociedad Capitalista.


El Sindicato surge entonces en la sociedad capitalista, cuando ésta entra en la
etapa del maquinismo; es decir; “la industria moderna ha transformado el pequeño
taller del maestro artesano patriarcal en la gran fabrica del capitalista industrial”;
en donde “masas de obreros”, hacinados en la fábrica, están organizados en
forma militar”. Como soldados rasos de la industria (los obreros) están colocados
bajo la vigilancia de una jerarquía completa de oficiales y suboficiales. Los obreros
no son solamente esclavos de la clase burguesa, del Estado burgués, sino
diariamente, a todas horas, esclavos de la máquina, del capataz y sobre todo, del
patrón de la fabrica.

Características de la Sociedad Capitalista:


1. La producción de mercancías para el mercado;
2. El trabajo asalariado.

En la sociedad capitalista el objetivo de la producción es el mercado y el trabajo


tiene carácter asalariado. Esto significada que el obrero le vende su fuerza de
trabajo al capitalista a cambio de un salario y que en el proceso de trabajo el
obrero produce mercancías que el capitalista vende en el mercado para recuperar
acrecentado el dinero que ha invertido en la compra de maquinarias, energía,
materias primas y fuerza de trabajo.
CIENCIA Y CULTURA EN LOS TIEMPOS DE LA REVOLUCIÓN FRANCESA
En los siglos XVIII y XIX, el mundo se transformó debido a una doble revolución: la
Revolución Francesa primera en 1789 y la Revolución Industrial Británica en 1848,
cuyos centros fueron Francia y Gran Bretaña. Ellas influyeron definitivamente en lo
que es el mundo de hoy y hacia donde va. Hace 224 años por tanto, época en la
que se vivió la mayor transformación en la historia humana.

Causas
El absolutismo de los reyes los señores feudales y todo el abandono de los
derechos del pueblo.

Fue el triunfo no de la libertad y de la igualdad en general, sino de la clase media o


sociedad burguesa. La transformación que se inicia en la Gran Bretaña y Francia
se propaga e influye en el mundo entero, especialmente en sus prolongaciones
ultramarinas.

Una transformación tan fecunda que supera la crisis de los antiguos regímenes del
mundo, de allí nace la conquista militar y la explotación colonial del siglo XVI, que
incidieron en el desarrollo económico y político e influenciaron necesariamente en
los conocimientos científicos e ideológicos. El mundo habitado, ya se conocía por
personas como el sabio y viajero Alexander von Humboldt. Gran parte de la
superficie de los océanos ya había sido explorada gracias a navegantes como
James Cook.

Si la economía del mundo del siglo XIX se forjó por la influencia de la revolución
industrial inglesa, la política, ideología y ciencia, se formaron y cultivaron
principalmente bajo la inspiración de la Revolución Francesa. Francia proporciona
los códigos legales, el modelo de organización científica y técnica, el sistema
métrico decimal. La ideología del mundo moderno penetró por primera vez en las
antiguas civilizaciones, a través de la inspiración de la Revolución Francesa.

La Revolución Francesa fue el único movimiento social de masas y el más radical.


Sus repercusiones ocasionaron levantamientos que llevaron a la liberación de los
países iberoamericanos, desde 1808. Durante la toma de la Bastilla, Danton
comanda las huestes de la clase media “Sans culotts”. Eso ocurre el 14 de julio de
1789. Posteriormente, este día es declarado como la “Fiesta Nacional de Francia”.
Danton fue particularmente sanguinario. Implantó el régimen del terror y como “el
que a hierro mata a hierro muere”, fué guillotinado. Como se dijo, la toma de la
Bastilla por los insurrectos ocurrió el 14 de julio de 1789. Fué construída en la
época de la “eminencia gris”, el Cardenal Richelieu, era la prisión, muchas veces
para la gente noble, así que el Duque de Orleans estuvo preso allí. La Bastilla
queda al este de París, en la calle de Saint Antoine. La época del terror fue
especialmente sanguinaria. Se calcula que por la guillotina, creada por el
anatomista médico doctor Guillotine, rodaron entre 30 mil y 40 mil cabezas.
Georges-Jacques Danton expresó que “después del pan, la educación es la
primera
Georges Louis Lecler, el sabio más representativo del siglo XVIII, Conde de Buffon
(1707-1788), borgoñón de nacimiento. Murió el año anterior al inició de la
revolución.
ERA NAPOLEÓNICA (1799-1815)
Iniciada con el golpe de Estado del 18 brumario, la Era napoleónica representa la
consolidación de las instituciones de la burguesía en Francia y su difusión en toda
Europa. La Era napoleónica entiende el período de la llegada de Napoleón
Bonaparte al poder del Consulado en 1799 y terminó con su derrota en la batalla
de Waterloo y su exilio en la isla de Santa Elena en 1815.

En este período de la historia del mundo se pueden destacar dos características


principales: la consolidación de las instituciones de los Estados nacionales
burgueses y la expansión del Imperio Napoleónico a otros lugares de Europa,
configurándose como una amenaza para el antiguo régimen absolutista en el
continente. El ascenso de Napoleón al poder se produjo en medio de la crisis que
existió en el Directorio (1795-1799), siendo verificadas conspiraciones tanto a la
izquierda, con la Conspiración de los Iguales, como a la derecha, con las acciones
de los realistas. El prestigio ganado con campañas militares externas por el
ejército francés en general, y el de Bonaparte en particular, colocó al emperador
en ser garantía del orden interno de la nación francesa.

El golpe de Estado contra el Directorio en el 18 brumario (09 de noviembre de


1799) representó la reacción de los girondinos, teniendo a Bonaparte al frente de
la conspiración. Con el golpe de Estado, comenzaba el período del Consulado
(1799-1804). En él, Napoleón Bonaparte se convirtió en uno de los tres cónsules,
junto a Emmanuel-Joseph Sieyès y Roger Ducos. Pero por el hecho de ser el
primer cónsul, fue Napoleón quien centralizara el poder ejecutivo, especialmente
con el fortalecimiento del poder de esta posición dada por la Constitución del año
X (1802). Internamente, el objetivo era reorganizar la economía, la sociedad
francesa y las nuevas instituciones de la burguesía, creando estabilidad en el país.
En el plano económico, una de las principales medidas fue la creación del Banco
de Francia que, controlado por el Estado, creó el franco como unidad monetaria
estándar posibilitando la financiación a la industria francesa y a la agricultura. La
creación de este banco central permitió todavía el control inflacionario.

En cuanto a la organización social, la principal institución burguesa creada por


Bonaparte fue el Código Civil Napoleónico de 1804, que sirvió como un parámetro
para varios códigos civiles nacionales. Inspirado en el derecho romano, aseguró
varios principios a la burguesía liberal, como la libertad individual, libertad de
trabajo, libertad de conciencia, Estado laico, igualdad ante la ley y derecho a la
propiedad privada. Pero el código no garantizaría derechos al trabajo asalariado,
prohibiendo manifestaciones y organizaciones de trabajadores, además de
restablecer la esclavitud en las colonias. Bonaparte realiza reformas en la
educación, con la creación de las escuelas, que aseguraron la formación de parte
de los funcionarios y los oficiales del ejército, así como cursos en las escuelas de
derecho, política y técnica naval.
RESTAURACIÓN BORBÓNICA EN FRANCIA
Tras la expulsión de Napoleón Bonaparte en 1814, los aliados restauraron a
la Casa de Borbón en el trono francés. El periodo que sobrevino se llamó
la Restauración, caracterizada por una aguda reacción conservadora y el
restablecimiento de la Iglesia católica como poder político en Francia. Pero los
gobiernos de Luis XVIII (entre 1814 y 1824) y Carlos X (entre 1824 y 1830)
debieron aceptar algunas realidades surgidas con la Revolución francesa, como la
monarquía constitucional, el parlamentarismo, la redistribución de la tierra
realizada durante las convulsiones de fin del siglo XVIII y la desaparición de los
antiguos gremios artesanales.

Este período está caracterizado por una profunda transformación de la vida


política y social en Francia, que transcurre más en el seno social que en la
superficie del Estado. Los sectores monárquicos buscan liquidar todo vestigio de
la Revolución francesa, mientras que la burguesía trata de superar un período de
25 años de catástrofes y reelaborar un programa político y económico viable que,
a la vez, recupere algunos elementos de la revolución que le son útiles.

Corrientes políticas
La Cámara de Diputados de este período oscila entre fases dominadas por
los ultramonárquicos y otras por los liberales. Los monárquicos llegaban con la
intención de barrer con las herencias de la Revolución de 1789, pero la burguesía
en su conjunto no estaba dispuesta a perder un parlamento donde podía luchar
por sus intereses, y fue así que Luis XVIII sólo pudo asumir gracias a suscribir
una constitución otorgada(Charte octroyée). Se mantuvieron las elecciones de
diputados (que no existían antes de 1789) pero con voto censitario, muy
restringido. El rey fue acompañado por el duque de Richelieu como primer ministro
hasta 1818, luego por Élie Decazes.
En términos generales, los opositores a la monarquía no estuvieron presentes en
la arena política, pero hubo una proliferación de diarios y revistas donde el
liberalismo procesó su ideología y se empezó a plantar un programa para el futuro.
Entre otros, se pueden citar los diarios y periódicos Le Censeur, Le Censeur
Européen, el Journal des Débats, el Moniteur y el Constitutionnel.

Caída de la Restauración
Aún existe un considerable debate entre los historiadores sobre las causas reales
que llevaron a la caída de Carlos X. Se considera, sin embargo, que en el periodo
entre 1827 y 1830 una serie de crisis económicas, combinadas con el auge de la
oposición liberal en la Cámara de los Diputados, finalmente hizo caer a los
conservadores pro-borbónicos.
Entre 1827 y 1830, Francia sufría una crisis económica, industrial y agraria,
posiblemente peor que la que dio lugar a la Revolución francesa de 1789. Una
serie de cosechas progresivamente peores que las anteriores subieron los precios
de los alimentos básicos y del grano. En respuesta, los campesinos de toda
Francia presionaron para que se rebajaran los impuestos sobre el grano con el fin
de bajar los precios y salir de su mala situación económica. Sin embargo, Carlos
X, presionado por los ricos terratenientes, cuya economía no se encontraba tan
resentida, mantuvo las tarifas. Hizo esto basándose en lo sucedido en 1816 y
1817, periodo en el cual Luis XVIII rebajó los impuestos durante una serie
de hambrunas causando una bajada de los precios, e incurriendo en las iras de los
terratenientes, la fuente tradicional de la legitimidad de los Borbones. Así, los
campesinos de Francia se enfrentaron a un periodo muy duro de penuria
económica y altos precios.

LAS REVOLUCIONES LIBERALES DEL SIGLO XIX


El intento de la Restauración por suprimir los logros alcanzados en la Revolución
Francesa y volver a un sistema de monarquías absolutas fracasó. Ejemplo de ello
son las revoluciones liberales de 1820, 1830 y 1848.

Deben contextualizarse en la Europa de comienzos del siglo XIX caracterizadas


por:
• Inestabilidad política por las tensiones entre las fuerzas del antiguo régimen
que intentan permanecer en el poder sin perder sus privilegios (Europa de
la Restauración) y las nuevas fuerzas políticas lideradas por la burguesía
(procesos revolucionarios).
• Cambios en el orden económico producidos por el proceso de
industrialización que van cambiando las estructuras económicas de los
países, y van a tener importantes consecuencias en el orden social con la
aparición del movimiento obrero.
• De forma sintética se podría definir como la filosofía política orientada hacia
la salvaguardia de la libertad del individuo. Las sociedades políticas del
liberalismo europeo se caracterizan por:
 Régimen político de Monarquía limitada
 Constitución escrita
 Elecciones y partidos políticos
 Sufragio censitario
 Descentralización
 Igualdad jurídica
 Desigualdad social
 Los anhelos de independencia de las nacionalidades existentes en Europa
cobran cada vez más fuerza. Los principales elementos que integran el
concepto de nación en el pensamiento de los revolucionarios de comienzos
del siglo XIX radica en tres aspectos fundamentalmente:
 La autodeterminación política
 La peculiaridad cultural y lingüística
 La pureza étnica
 La Revolución de 1820
 Dentro del panorama político de ese momento nos encontramos con
distintos movimientos que podríamos agrupar en dos apartados
fundamentalmente en función de sus causas:
 España
 Pronunciamiento militar de Riego intentando restablecer la Constitución
de 1812 y derribar el absolutismo impuesto por el rey Fernando VII.
 Otros movimientos :
 Rusia y los Estados Pontificios.
 Independencia de las colonias/territorios americanos de España.
 Independencia de Grecia
 Hacia 1820 Grecia se encontraba bajo el Imperio Turco. Es una
ocupación más por intereses económicos, políticos y geográficos que de
otro tipo. La ocupación turca, la carga económica, la presión política
provocó el descontento de la población griega por lo que a comienzos
del siglo XIX nos encontramos con importantes fuerzas de oposición.
En el caso de Grecia confluyen además intereses de las grandes potencias
europeas de entonces:
 Rusia: por sus aspiraciones de llegar al mediterráneo por los Balcanes
 Austria: Por un deseo de expandir sus dominios en la zona
 Francia e Inglaterra: Se muestran recelosas ante la posible expansión
territorial de Rusia por la zona y se manifiestan en contra
 Una serie de acontecimientos favorecen la sublevación de los
nacionalistas griegos, lo que provoca que tras una serie de conflictos en
los que se ven inmersos algunos países europeos, Grecia alcance la
independencia en 1830.

La Revolución de 1830
Dentro del panorama político de ese momento nos encontramos con distintos
movimientos que podríamos agrupar en dos apartados fundamentalmente en
función de sus causas:

Revolución en Francia
Carlos X sucede en el trono a Luis XVIII, y su llegada al poder supone un
retroceso respecto al régimen de la Carta otorgada al suprimir algunos de los
logros alcanzados en épocas anteriores.
Tras los acontecimientos revolucionarios que salpican a Francia los días 27, 28 y
29 de julio de 1830, los sectores más moderados y monárquicos que apoyan la
revolución presentan como nuevo candidato al trono a Luis Felipe de Orleans,
conocido como el rey de las barricadas aludiendo a su origen revolucionario.
Su llegada al poder supone para Francia un cambio dinástico, la casa de Orleans
por la de los Borbones, y político: se recupera la Carta Otorgada de 1814 si bien
se la da unos retoques más liberales como son la supresión de ciertas
limitaciones/libertades como era la supresión de la censura para la prensa; se
acepta la soberanía nacional y se amplía la base electoral, y se separa la Iglesia y
el Estado.
La Revolución Polaca
En esas fechas se encuentra bajo dominio de Prusia, Austria y principalmente de
Rusia. Simultáneamente, en la zona bajo dominio ruso se desarrolla un
movimiento independentista liderado por la burguesía y parte de la nobleza.
La sublevación belga va a ser aprovechada por los polacos para iniciar diversos
levantamientos, con la creación incluso de un gobierno provisional en Varsovia.
Sin embargo, los rusos rechazan cualquier cambio e imponen su poder por la
fuerza de las armas. Sofocada la revolución polaca, el zar impondrá una dura
represión y suprimiendo las concesiones de autonomía hasta entonces vigentes.
Todo ello provoca el exilio de casi cinco mil polacos.

Los intentos revolucionarios de Alemania e Italia


Sin entrar en un análisis pormenorizado, cabe destacar que los intentos
revolucionarios acontecidos en Italia y Alemania en la década de los años 30
tienen su origen en las reivindicaciones liberales, pero también en las
nacionalistas en un intento de conseguir la unidad nacional de ambos países. Se
debe de tener en cuenta para los posteriores procesos de unificación de finales
del siglo XIX .

La Revolución de 1848
A la altura de 1848 el mapa revolucionario europeo sólo conserva un testigo,
Bélgica. El resto de los países en donde se produjeron procesos revolucionarios
no han fructificado, tal es el caso de Italia, Alemania o Polonia. Mención especial
cabe realizar de Francia en donde el giro conservador realizado por Luis Felipe de
Orleans a partir del año 1832 supone una traición a la revolución que le ha llevado
al poder.
Hacia 1848 Europa vivirá una nueva ola revolucionaria con similitudes con la de
1830 pero también con características propias muy peculiares.

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