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Compendio de Apuntes para “Armonía, y la mayordomía de conflictos”

Seminario Teológico Bautista, Lima, Perú, Dr. David Liles

...el Dios de la paciencia y de la consolación


os dé entre vosotros un mismo sentir según Cristo Jesús,
para que unánimes, a una voz,
glorifiquéis al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo.
Romanos 15.5-6

Dr. David Liles


Seminario Teológico Bautista

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Compendio de Apuntes para “Armonía, y la mayordomía de conflictos”
Seminario Teológico Bautista, Lima, Perú, Dr. David Liles

...el Dios de la paciencia y de la consolación


os dé entre vosotros un mismo sentir según Cristo Jesús,
para que unánimes, a una voz,
glorifiquéis al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo.

Romanos 15.5-6

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Compendio de Apuntes para “Armonía, y la mayordomía de conflictos”
Seminario Teológico Bautista, Lima, Perú, Dr. David Liles

Las siguientes lecturas pueden transformar sus perspectivas. La práctica de estas palabras
de Dios puede traer su bendición sobre cada una de nuestras relaciones. ¡Vamos a
promover la armonía interpersonal y pedir a Dios a bendecir nuestros esfuerzos!

Lo que tiene valor requiere esfuerzo para obtener y mantener. Es igual con la paz
interpersonal.

En este guía de estudio, encontrará conceptos claves y necesarios para transformar sus
relaciones interpersonales a ser pacíficas. Durante los próximos 40 días de estudio
aprenderá como promover la paz interpersonal en todas sus relaciones.

Su guía de estudio consiste de lecturas diarias, versos para memorizar para promover la
paz. Las lecturas diarias existen para introducir conceptos claves a nivel individual.
Facilitan el entendimiento de las perspectivas y voluntad de Dios. Los versos de memoria
cementarán los conceptos aprendidos en el corazón.

El estudio es diseñado a durar 40 días…suficiente tiempo para meditar en los valores


necesarios y practicar los hábitos transformadores. Ocupará el total del tiempo de nuestro
curso.

El libro de Santiago será la fuente primaria para el


estudio. De Santiago 1.19 se derivan las 3 costumbres
3. Lentos
que promueven la paz, las de ser pronto para oír, lento
para para hablar, y lento para airarse. El estudio “Armonía”
airarse es una meditación extendida de las enseñanzas de
Santiago sobre este tema tan importante.
2. Lentos
para hablar La paz interpersonal es ilusoria y nos escapa a menos
1. Prontos que la promovemos con voluntad y energía.
para oír
Que Dios le bendiga mientras mira atentamente a su
Palabra y la práctica.

Dr. David Liles

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Valor Central:
Valorando el conflicto como mayordomía

Hábito Transformador:
Escuchando el mensaje tras el mensaje

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Seamos Prontos Para Oír


Valoremos el conflicto
como una mayordomía

Día #1 La Disposición De Ser


Pronto Para Oír
Versos del día:
Cuando Santiago nos instruye a ser prontos para oír, él
Santiago 1.19-20
19
Por esto, mis amados está pensando en el conflicto interpersonal. En este
hermanos, todo hombre contexto, el ser “pronto para oír” trata de la disposición de
sea pronto para oír, aprender de los demás, aun cuando uno está en medio
tardo para hablar,
tardo para airarse; de conflicto caluroso.
20
porque la ira del hombre En medio de un conflicto, es siempre provechoso oír a
no obra la justicia de Dios.
la otra persona para poder entenderle. Ser pronto para oír
no se trata de la disposición de estar de acuerdo con la
Frase del día: persona (darle razón), sino de la disposición de
Toda la Biblia habla sobre comprenderla.
conflictos. Es el manual de
Dios para preparar a sus
hijos para el conflicto. Siendo pronto para oír, uno puede:
evitar algunos conflictos.
Cualquier conflicto es una evitar que los conflictos empeoran por malos
mayordomía...es una
oportunidad para glorificar a entendidos.
Dios, amar a los demás y cumplir los propósitos de Dios en la relación: traer
llegar a ser más como
gloria a Dios, amar a su prójimo y hacer brillar el carácter
Cristo.
de Jesús en la relación.
Si usted tiene una relación
bajo tensión, está ¿Es usted pronto para oír?
experimentando un conflicto
en forma prolongada. ¿Interrumpe cuando otros hablan?
¿Piensan los demás que es un buen oidor?
¿Cuándo está en conflicto, tiende a oír mejor
Una oración: o a tomar por sentado que ya sabe lo que el otro piensa?
Aumenta nuestra fe en ti por
medio de los conflictos que
nos permitas tener.

 He cumplido con la lectura de hoy


He repasado los versos de memoria Sal. 133.1 Sant. 1.19-20

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Seamos Prontos Para Oír


Valoremos el conflicto
como una mayordomía

Día #2 En La Mayordomía Se Rinden Cuentas

Versos del día: El mayordomo tiene que rendir cuentas. No puede


pensar sólo en sus propios intereses. Tampoco puede
Santiago 4.17 hacer lo que le viene naturalmente, porque tiene que
Al que sabe hacer lo bueno,
y no lo hace, le es pecado. portarse con la intención de agradar a su maestro.
A Dios le gusta que sus hijos vivan con el deseo de
Santiago 2.12 agradarle. Para perseguir la paz, uno tiene que vivir
...hablad, y... haced, como intencionalmente. Las prácticas de ser pronto para oír,
los que habéis de ser
juzgados por la ley de la tardo para hablar, y tardo para airarse requieren que uno
libertad. se las haga intencionalmente.
Cuando se hace lo que es natural, uno suele a ser
pronto para hablar, pronto para airarse y tardo para oír,
Frase del día: exactamente lo opuesto a lo que produce la paz
Aunque uno no puede
siempre procurar la paz, interpersonal.
uno siempre puede El mayordomo tiene que anticipar lo que le agrada a su
buscar la paz
maestro e intencionalmente portarse para agradar al
dueño.
Una oración: El hijo de Dios no tiene la opción de ser mayordomo
Danos gran fe para verte y para Dios. Ya lo es. Él le ha confiado relaciones
confiar en Ti en medio de interpersonales para que cumplas sus propósitos con
cualquier conflicto
ellas. No está en cuestión si el hijo de Dios será
mayordomo o no, sino que clase de mayordomo será.

¿Ve usted las relaciones y conflictos como una


mayordomía?
¿Tiene un conflicto que podría manejar mejor?

 He cumplido con la lectura de hoy


He repasado los versos de memoria Sal. 133.1 Sant. 1.19-20

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Seamos Prontos Para Oír


Valoremos el conflicto
como una mayordomía

Día #3 ¿Quién Cumplirá Con Sus Propósitos?

Versos del día: En cualquier conflicto hay por los menos tres partes.
Partido A (quizá usted), partido B (su oponente), y partido
Santiago 4.7a, 8a Dios. Cada partido quiere cumplir sus propósitos.
7
Someteos, pues, a
Dios;... 8Acercaos a Dios, y La naturaleza de muchos conflictos interpersonales es
él se acercará a vosotros. una lucha entre partidos A y B sin darse cuenta de los
intereses del otro partido (Dios). A veces, partidos A y B
están tan interesados en salirse con la suya que pierden
Frase del día: de vista a Dios. Dios también tiene su voluntad. Dios tiene
Cuando perseguimos la
paz, permitimos a Dios sus propósitos que quiere cumplir en cada conflicto.
obrar por medio de Dios diría, “quiero que me glorifiques por la manera
nosotros.
que resuelves (o tratas con) el conflicto…quiero que
muestres honor y amor a tu oponente como hice yo con
usted cuando era mi enemigo...quiero que crezca en
Una oración:
Ayúdanos a semejanza a Cristo en y por medio del conflicto.” Dios
reconocerte y dar quiere cumplir con sus propósitos. Dios quiere salir con la
prioridad a tus deseos en
medio de un conflicto con
suya.
alguien. De vez en cuando los partidos miran un problema entre
sí como un problema común que mediante la cooperación
pueden resolver para la satisfacción de todos. Es lo que
Dios quiere...que cooperemos (en cuanto sea posible)
para que los partidos A, B, y Dios salgan satisfechos, y
esto siempre estará en línea con sus propósitos.
¿Si tuviera que resignarse a ello, podría satisfacerle que
Dios cumpla sus propósitos aun cuando esto signifique
que no podría cumplir su objetivo original?

He cumplido con la lectura de hoy


He repasado los versos de memoria  Sal. 133.1  Sant. 1.19-20

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como una mayordomía

Día #4 ¿Pronto Para Oír Qué?

Versos del día: Cuando Simei maldijo al rey David, en vez de


castigarlo, David lo dejó ir porque podía percibir el posible
Santiago 1.22-25 redargüido de Dios tras las palabras de su enemigo (Vea 2
22
Pero sed hacedores de la
palabra, y no tan solamente Sam. 16.5-10).
oidores, engañándoos a A menudo los oponentes están tan enfocados entre sí,
vosotros mismos. 23Porque que no escuchan a Dios. La Palabra de Dios que expresa
si alguno es oidor de la
palabra pero no hacedor de su voluntad es ignorada. Sal. 119.98 Me has hecho más
ella, éste es semejante al sabio que mis enemigos con tus mandamientos, Porque
hombre que considera en
siempre están conmigo.
un espejo su rostro
natural. 24Porque él se Para escuchar la voz de Dios en medio de un conflicto,
considera a sí mismo, y se tiene que calmar su espíritu y buscar Su Palabra
va, y luego olvida cómo
era. 25Mas el que mira atentamente. Escuchad y oíd; no os envanezcáis, pues
atentamente en la perfecta Jehová ha hablado. Jer. 13.15
ley, la de la libertad, y Cuando repite un argumento en su cabeza, suele
persevera en ella, no siendo
oidor olvidadizo, sino escuchar la voz del oponente (ofreciendo un argumento
hacedor de la obra, éste inferior) y la voz de uno mismo (que siempre gana el
será bienaventurado en lo
argumento rotundamente). A veces, sigue escuchando su
que hace.
propia voz sin preguntarse si se está de acuerdo con la de
Frase del día: Dios.
Dios todavía habla a los que
le escuchan. ¿Cómo cambiaría el argumento si uno (o ambos) escuchara
la voz de Dios e hiciera caso?
Una oración:
Danos el ser fortalecidos ¿No debería la voz de Dios tomar prioridad
con poder en el hombre en medio de su próximo conflicto?
interior por Tu Espíritu para
¿Cuáles pasos tomará usted para remover las emociones
poder tratar con los
conflictos como te agrada - del conflicto, buscar la voz de Dios, y hacerle caso a Él?
Efe. 3.16

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Día #5 El Mensaje Tras El Mensaje

Versos del día: Es especialmente importante ser pronto para oír en


medio de un conflicto porque su oponente siempre revela
Santiago 2.1, 4, 8 un mensaje emocional tras su mensaje verbal.
1
Hermanos míos, que
vuestra fe en nuestro Siempre hay un mensaje tras el mensaje. Tras las
glorioso Señor Jesucristo palabras hay emociones, y tras las emociones hay
sea sin acepción de necesidades. Tras el enojo, temor, celos, o tristeza de su
personas. 4¿no hacéis
distinciones entre vosotros oponente hay una necesidad (o más de una), que el buen
mismos, y venís a ser mayordomo de un conflicto puede suplir.
jueces con malos
Cuando oye bien las palabras de su oponente, podrá
pensamientos?... 8Si en
verdad cumplís la ley real, verificar si entiende bien las emociones y necesidades de
conforme a la Escritura: él. Se muestra comprensión, respeto y amor. Una buena
Amarás a tu prójimo como a
ti mismo, bien hacéis; manera de hacer esto es, respetuosamente preguntar a
su oponente si le ha entendido bien.
Cuando no se oye bien a las emociones de su
Frase del día: oponente, practica una forma de perjuicio o acepción de
Escuche bien para personas. Al no escuchar un prójimo pobre o sin mucha
identificar las emociones de
su oponente y podrá educación, uno muestra prejuicio y falta de amor. Al no
identificar sus necesidades. escuchar bien a su oponente en un argumento, muestra
Suple sus necesidades y
también prejuicio y la misma falta de amor. No oyendo
siempre sentirá
necesitado. bien, uno comunica que el otro es indigno de ser
escuchado, comprendido, amado.

Una oración: ¿Qué tan pronto es para oír el mensaje emocional


Ayúdanos a
tras el mensaje verbal?
escuchar bien,
hasta cuando
nos redarguyen.

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Todos Tenemos Nuestra Propia Cultura


Día #6
Versos del día: Cuando dos personas de distintas culturas se casan,
tienen que ajustar sus perspectivas para llegar a
Santiago 2.8 entenderse. La diferencia entre sus perspectivas y
Si en verdad cumplís la ley expectativas crea conflictos y tienen que oírse bien.
real, conforme a la
Escritura: Amarás a tu Cualquier nuevo cónyuge tiene que oír bien para
prójimo como a ti entender a su pareja. Son extranjeros el uno al otro. El
mismo,bien hacéis; hecho de que no sean de diferentes países no quiere
Filipenses 2.3-4 decir que no tengan su propia cultura privada. Si logran
3
Nada hagáis por contienda apreciar la “nueva cultura” de su cónyuge, logran
o por vanagloria; aprovechar sus perspectivas.
antes bien con humildad,
estimando cada uno a los
demás como superiores a él Cuando usted es pronto para oír a su oponente,
mismo; 4no mirando cada demuestra:
uno por lo suyo propio, sino
cada cual también por lo de tolerancia para nuevas ideas.
los otros. disposición para aprender.
aprecio por la diversidad que Dios ha creado.
Frase del día: reconocimiento que no tiene toda la sabiduría.
No se sabe que tan cerca
está a la próxima gran idea ¿Qué capacidad tiene para aprender
si no se está escuchando
atentamente. de una persona distinta?
¿Cómo serían sus relaciones si tratara a cada persona
como si fuera de su mismo trasfondo?
Una oración:
Ábrenos el
entendimiento,
déjanos ver un nuevo
paradigma,
haznos madurar

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como una mayordomía

Día #7 Ore en Medio del Conflicto

Versos del día: Algunos conflictos tienen corta duración porque se


Santiago 1.5-6a resuelven pronto. Otros duran mucho tiempo. En ambos
5
Y si alguno de vosotros
casos, usted necesita la ayuda de Dios.
tiene falta de sabiduría,
pídala a Dios, el cual da a La oración nos permite pedir la ayuda de Dios. Dios
todos abundantemente y sin siempre ayuda a sus hijos cuando se lo piden. Cuando
reproche, y le será
dada. 6Pero pida con fe, no pide su ayuda, Él le ayudará. Usted necesita su ayuda en
dudando nada; medio de un conflicto, porque sus propias emociones
impiden que trate bien con los demás. Su temor, enojo,
celos, y tristeza le impide cumplir con los propósitos de
Frase del día: Dios.
Dios no espera que
hagamos más que nuestro En medio de un conflicto es difícil recordar que ese
mejor, para resolver los conflicto es una buena oportunidad de traer gloria a Dios,
conflictos. Pero sí, espera amar a los demás, y ser transformado en la semejanza de
que hagamos nuestro
mejor. Jesús.

Sólo puede usted controlar


su parte en un conflicto.
¿Cuál es la oración que debe estar orando?
Usted no puede perseguir la Ayúdame entender a los demás, sus palabras,
paz por la otra persona. emociones, y necesidades.
Ayúdame entender mi responsabilidad de tratar bien
con los conflictos (mi mayordomía en conflictos).
Una oración:
Ayúdanos a ver que el ser Ayúdame a ver mis faltas, a mantener mi humildad.
pronto para oír es un acto Escriba su propia oración:
intencional de
mayordomía que somos ___________________________________________
responsables a Ti
por las relaciones ___________________________________________
que Tú nos has dado,
y responsables a Ti
por la manera que __________________________________________
respondemos a los demás.

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Valor Central:
Humildad en medio del conflicto

Hábito Transformador:
Suspendiendo el juicio de los demás

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Suspendamos el juico

Día #8 La No Destruya la Obra del Señor

Versos del día: El orgullo no contribuye a la paz duradera.


El egoísmo no contribuye a la paz duradera.
Santiago 1.19a El juicio y el prejuicio no contribuyen a la paz duradera.
...todo hombre sea pronto
para oír... Estos destruyen la obra del Señor en la vida de otros.

Romanos 14.19 Cuando usted es orgulloso, egoísta o prejuicioso no


19
Así que, sigamos lo que puede cooperar con la obra de Dios en la vida de los
contribuye a la paz y a la
mutua edificación. 20No demás. Además, el orgullo, egoísmo y juicio hacen que
destruyas la obra de Dios no oiga bien a Dios, ni a su prójimo.
por causa de (sus
preferencias como las de) la
comida. Alguien que oye bien puede hacerlo por buenos motivos:
Voy a oír bien porque no lo sé todo y podría estar
Lucas 6.37 equivocado (sólo Dios sabe todo y nunca se equivoca).
No juzguéis, y no seréis
juzgados; no condenéis, y Voy a oír bien para reconocer el juicio de Dios (porque
no seréis condenados; no soy el juez de esta persona, no conozco su corazón
perdonad, y seréis
perdonados. como Dios lo conoce).
Estos motivos podrían considerarse un acto de
Juan 7.24 adoración y fe para con Dios porque exaltan sus virtudes.
No juzguéis según las
apariencias, sino juzgad con
justo juicio. El orgullo, el egoísmo, y el juicio hacen que uno juzgue
el carácter y corazón de su prójimo, lo cual nadie tiene
Frase del día: derecho de hacer. Puede ser que uno tiene que pesar el
Dios es juez, y es celoso valor o cualidad de las acciones u opiniones de otra
de su juicio.
persona (es decir juzgarle), pero uno nunca debe
pronunciar un juicio final acerca de su persona, sus
Una oración:
Danos un nuevo motivos, o su carácter (Por ejemplo: Él, simplemente es
entendimiento de nuestro así:________).
pecado y pecaminosidad y
de Tu aceptación a pesar
de ellos.

 He cumplido con la lectura de hoy


He repasado el nuevo verso de memoria Rom. 14.19

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Suspendamos el juico

Día #9 ¿Qué Puedo Aprender?

Versos del día: Si piensa que tiene algo para aprender, le es fácil ser
pronto para oír. Al que piensa que tiene algo para
Santiago 4.6-10 aprender, le es fácil ser humilde.
6
...Dios resiste a los
soberbios, y da gracia a los
humildes. 7Someteos, pues, Casi todos los hábitos y las acciones que promuevan la
a Dios; ...8Acercaos a Dios, paz interpersonal requieren el ingrediente de la humildad.
y él se acercará a vosotros.
Pecadores, limpiad las
manos; y vosotros los de Sin humildad, uno no:
doble ánimo, purificad oye bien.
vuestros corazones. ama ni honra a su prójimo.
9
Afligíos, y lamentad, y confiesa las faltas.
llorad. Vuestra risa se confronta a los demás con buen espíritu.
convierta en lloro, perdona las ofensas.
y vuestro gozo en tristeza. soporta a las personas difíciles.
10
Humillaos delante del
Señor, y él os exaltará. Sin humildad, uno no puede perseguir la paz.

Considera el ejemplo de Naamán, el leproso—2 Reyes


Frase del día: 5
El humilde sabe bajar la
cabeza para poder
Humildemente recibió el consejo de una muchacha.
aprender de otros. Vv.1-2
Orgullosamente rechazó el consejo del profeta. Vv. 11-
12
Una oración: Humildemente hizo caso al consejo de su criado y al
Danos un gran deseo para profeta. Vv. 13-14
la paz y unidad. Su humildad y el ser pronto para oír le salvó.

El humilde siempre trata con la voz de los demás con


respeto y dignidad, sin importarle la inteligencia o nivel
social del que habla.

 He cumplido con la lectura de hoy


He repasado el nuevo verso de memoria Rom. 14.19

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Suspendamos el juico

Día #10 ¿Con Qué Llenamos la Trinchera?

Versos del día: Un Señor mandó a sus siervos cavar una trinchera
entre su propiedad y la de su vecino para representar la
Santiago 5.7-9
7
Por tanto, hermanos, tened diferencia entre lo que esperaba de su vecino y lo que
paciencia hasta la venida observaba. La trinchera creció por años hasta el día en
del Señor. Mirad cómo el
que su propio hijo cayó en ella. Los siervos de la casa le
labrador espera el precioso
fruto de la tierra, preguntaron, “¿Cuándo llenaremos la trinchera?” El
aguardando con paciencia Señor, les respondió, “empiecen ya”.
hasta que reciba la lluvia
temprana y la tardía. 8Tened Cuando hay una diferencia entre lo que esperamos y lo
también vosotros paciencia, que observamos, ¿Con qué la llenaremos? ¿Con la
y afirmad vuestros confianza o la desconfianza? ¿Con nuestras oraciones a
corazones; porque la venida
del Señor se Dios y preguntas a la persona, o con confianza en nuestro
acerca. 9Hermanos, no os juicio y sospecha secreta?
quejéis unos contra otros,
Habrá algunas veces, cuando debemos confiar y otras
para que no seáis
condenados; he aquí, el desconfiar. Que Dios nos dé la sabiduría para depender
juez está delante de la de Él y distinguir entre ellas.
puerta.
Cada vez que desconfiamos de un hermano cuando
Frases del día: debemos confiar en él, llenamos “la trinchera” con
Es tan fácil juzgar a un desconfianza que daña la relación innecesariamente. Es
hermano como caminar. similar a cavar la trinchera un poco más. Nuestro juicio
Una vez que aprende a
hacerlo, ya no se tiene que mental nos hace recordar porque no le amamos. Cada
pensar para hacerlo. vez que repetimos la ofensa en la mente (en vez de
confiar que Dios juzgará entre nosotros), dañamos
Sé un aprendiz de otros,
no un juez. nuestra relación con la persona y nuestra relación con
Dios a la vez.
Una oración:
Ayúdanos a ver las
maneras en que estamos
¡Cuidado de no cavar una trinchera
tratando de controlar a los que dañe a su propio hijo!
demás o los resultados
finales de un conflicto en
vez de hacer nuestro mejor
y dejarlo en tus manos.

 He cumplido con la lectura de hoy


He repasado los versos de memoria  Sal. 133.1  Sant. 1.19-20  Rom. 14.19

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Suspendamos el juico

Día #11 Demasiada Fuerza

Versos del día: ¿Qué es la mansedumbre?


✓ Es la calidad de espíritu y actitud producido por el
Santiago 3.13-17 Espíritu Santo, con la que uno responde a la
¿Quién es sabio y entendido
13

entre vosotros? Muestre por la adversidad o crítica o herida emocional con la


buena conducta sus obras en fuerza apropiada para mostrar amor a Dios y al
sabia mansedumbre. 14Pero si
tenéis celos amargos y prójimo.
contención en vuestro corazón, ✓ La mansedumbre es control del espíritu frente a
no os jactéis, ni mintáis contra
la verdad; 15porque esta las irritaciones.
sabiduría no es la que
desciende de lo alto, sino
terrenal, animal, Porque el manso reconoce que cada circunstancia viene
diabólica. 16Porque donde hay
celos y contención, allí hay
de la mano de Dios...no busca devolver mal por mal…no
perturbación y toda obra se irrita pronto…no responda a la adversidad con
perversa. 17Pero la sabiduría
que es de lo alto es
demasiada energía.
primeramente pura, después
pacífica, amable, benigna,
llena de misericordia y de Subraye la referencia de su versículo favorito
buenos frutos, sin
incertidumbre ni hipocresía
Col 3.12—12Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos
y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de
humildad, de mansedumbre, de paciencia
Frase del día:
La lengua blanda quebranta
1 Tim 6.11—11Mas tú, oh hombre de Dios, huye de estas
los huesos. (Prov. 25.15b)
¿Qué efecto tienen cosas, y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la
sus palabras? paciencia, la mansedumbre.

Tito 3.2— 2Que a nadie difamen, que no sean


Una oración: pendencieros, sino amables, mostrando toda
Danos la gracia de medir mansedumbre para con todos los hombres.
nuestras respuestas y no
responder con demasiada Gal 5.22-23—22Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz,
energía.
paciencia, benignidad, bondad, fe, 23mansedumbre,
templanza; …

Santiago 1.20-21a—20porque la ira del hombre no obra la


justicia de Dios. 21Por lo cual, desechando toda
inmundicia y abundancia de malicia, recibid con
mansedumbre la palabra implantada.

He cumplido con la lectura de hoy


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Día #12 Pronto Para Oír Lo Difícil Oír

Versos del día: Es tan difícil el oír la crítica de nuestra persona o


esfuerzos. Especialmente cuando no nos hemos
Santiago 4.7-10 autoevaluado o humillado ante Dios.
7
Someteos, pues, a Dios;
resistid al diablo, y huirá de
vosotros. 8Acercaos a Dios, Las mejores vacunas contra la crítica de los demás
y él se acercará a vosotros. son la auto evaluación feroz y la humildad.
Pecadores, limpiad las
manos; y vosotros los de
doble ánimo, purificad Aquí, tres preguntas para auto evaluarse en medio de un
vuestros
conflicto prolongado:
corazones. 9Afligíos, y
lamentad, y llorad. Vuestra 1. ¿Qué quiero? ¿Cuál de mis deseos es el más fuerte?
risa se convierta en lloro, y ¿Cuáles de mis deseos son inapropiados o egoístas?
vuestro gozo en
tristeza. 10Humillaos delante 2. ¿Dónde evidencio orgullo, inhabilidad de escuchar la
del Señor, y él os exaltará crítica?
3. ¿Estoy más interesado en que Dios sea bendecido por
Prov. 19.20 mi manejo del conflicto o en que yo sea bendecido?
Escucha el consejo, y
recibe la corrección, para
que seas sabio en tu vejez. En medio de un conflicto prolongado, uno puede
humillarse ante Dios:
Frases del día: 1. Por limpiar las manos - dejar los hábitos o acciones
La disposición de
autoevaluarse y humillarse que dañan la relación. Sant. 4.8
ante Dios presupone la 2. Por purificar el corazón - conformar los motivos a
disposición de arrepentirse estar en línea con los de Dios. Sant. 4.8
cuando sea necesario.
3. Por entristecerse - determinadamente sentir pena por
Una oración: haber hecho mal o haber reaccionado mal. Sant. 4.9
Exáltanos en cuanto nos
humillamos delante de Ti.
El que se humille ante Dios
Ayúdanos a autoevaluarnos
con las buenas preguntas, puede esperar que Dios le exalte ante los demás.
la Biblia y las críticas de los
demás.

 He cumplido con la lectura de hoy


He repasado los versos de memoria  Sant. 1.19-20  Rom. 14.19

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Compendio de Apuntes para “Armonía, y la mayordomía de conflictos”
Seminario Teológico Bautista, Lima, Perú, Dr. David Liles

Seamos Prontos Para Oír

Suspendamos el juico

Día #13 ¿A Quién Se Debe Juzgar Primero?

Versos del día: Si usted juzga a los demás sin haberse juzgado a sí
mismo antes, invita el juicio de Dios sobre su vida. Dios
Mat. 7.1-5 quiere que sea misericordioso con los demás. Sant. 2.13
1
No juzguéis, para que no
seáis juzgados. 2Porque con dice Juicio sin misericordia se hará con aquel que no
el juicio con que juzgáis, hiciere misericordia; y la misericordia triunfa sobre el
seréis juzgados, y con la juicio.
medida con que medís, os
será medido.3¿Y por qué Sí, su prójimo tiene paja en su ojo, y necesita ayuda.
miras la paja que está en el Pero Dios no le puede usar a usted porque:
ojo de tu hermano, y no
Es culpable de algo similar.
echas de ver la viga que
está en tu propio ojo? 4¿O Es molesto con su prójimo, no lleno de misericordia.
cómo dirás a tu hermano: Es egoísta, queriendo que los demás cambien primero,
Déjame sacar la paja de tu
ojo, y he aquí la viga en el o que cambien más.
ojo tuyo? 5¡Hipócrita! saca Se apropia del juicio de Dios juzgando, criticando.
primero la viga de tu propio
ojo, y entonces verás bien
para sacar la paja del ojo de Dios no le puede usar para ayudar a su prójimo
tu hermano hasta que haya tratado con sus propias faltas.

Santiago 4.12
12
Uno solo es el dador de la Dos sugerencias para descubrir la viga en su ojo:
ley, que puede salvar y 1. Observe cuál es la emoción que se evoca en usted al
perder; pero tú, ¿quién eres observar la falta de su hermano.
para que juzgues a otro?
2. Pida a Dios que le muestre una falta similar a la que
Frase del día: observa usted en su prójimo.
La ironía de ironías es aquél
que juzga a su prójimo de
ser culpable de juzgarle a
La misericordia con los demás es un indicador
él. de haber recibido misericordia de Dios,
La cual es un indicador de arrepentimiento ante Dios.
Una oración: Usted falta misericordia=Usted falta arrepentimiento
Usa nuestros conflictos para
hacernos cada vez más
como a Jesús.

 He cumplido con la lectura de hoy


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Suspendamos el juico

Día #14 Una Oportunidad de humillarse ante Dios

Versos del día: No hay nada que anime tanto como el conflicto o
Santiago 1.4 tensiones interpersonales para humillarse ante Dios. A
Mas tenga la paciencia su
obra completa, para que
través de ellos; uno reconoce que no es Dios y no tiene
seáis perfectos y cabales, nada bajo control. A través de ellos uno reconoce si ha
sin que os falte cosa pasado suficiente tiempo a solas con Dios.
alguna.
¿Cuál prefiere usted? Ser humillado ante los demás en
Santiago 4.10 público o humillarse a uno mismo ante Dios en privado?
Humillaos delante del Dios le da la opción de humillarse delante de Él para
Señor, y él os exaltará.
poder evitar que le humille delante de otros.
Rom. 12.16 Las tensiones interpersonales ofrecen muchos motivos
(Sean) Unánimes entre
vosotros; no altivos, sino
para humillarse delante de Dios, porque:
asociándoos con los No entiende a su oponente ni su forma de pensar.
humildes. No seáis sabios No entiende el motivo de las tensiones.
en vuestra propia opinión.
Reconoce el orgullo de haberse apropiado del juicio de
Frase del día: Dios porque ha estado criticando su prójimo.
La persona más Es incapaz de resolver algunos conflictos.
impresionante puede Hace su mejor esfuerzo y la relación sólo empeora.
escuchar a alguien atacarle
y escuchar las necesidades
e intereses de la otra El que se humilla ante Dios en privado puede
persona y suplirlas sin
empeorar la situación.
responder a la adversidad interpersonal con gracia. El
orgulloso responde con vergüenza porque no ha tratado
Si usted tiene una relación con sus faltas y limitaciones ante Dios.
que está bajo tensión,
está experimentando una
forma de conflicto. Humíllese o será humillado, Humíllese y será exaltado
Humíllese delante de Dios en privado
Una oración: Y Él estará a su lado
Ayúdanos a valorar el ser
pronto para oír como un
acto de humildad
y como una confesión que
no somos jueces de nuestro
prójimo.

 He cumplido con la lectura de hoy


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Valor Central:
La fe que obra

Hábito Transformador:
Hablando la verdad acerca de las ofensas

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Seamos Lentos Para Hablar

Hablemos la verdad en fe

Día #15 Lentos Para Hablar

Versos del día: Hoy empezamos un nuevo tema que va de la mano


con ser “pronto para oír”, el de ser “lento para hablar”.
Santiago 1.19 Dios quiere que seamos prontos para oír y lentos para
...todo hombre sea pronto hablar, especialmente en una relación que está bajo
para oír, tardo para
hablar,... tensión.

Heb. 12.12-15a El que es lento para hablar:


12
Por lo cual, levantad las
Creé que es mejor no inflamar una situación
manos caídas y las rodillas
paralizadas; 13y haced innecesariamente.
sendas derechas para Busca más información para no juzgar temprano.
vuestros pies, para que lo
cojo no se salga del camino, Expresa la verdad acerca de una ofensa en manera
sino que sea cuidadosa y sin exagerar.
sanado. 14Seguid la paz con Busca el mejor momento para mencionar una ofensa.
todos, y la santidad, sin la
cual nadie verá al Encomienda la relación (o situación) a Dios esperando en
Señor. 15Mirad bien, no sea Él.
que alguno deje de alcanzar
la gracia de Dios;
Deja tiempo para que Dios obre en la vida de su
oponente.

Frase del día: El creyente que es pronto para oír y lento para hablar,
Al perseguir la paz, el
momento para reargüir a su puede esperar la bendición y compañía de Dios al
hermano nos llega a todos. momento de resolver los conflictos. Puede esperar que
aunque su oponente no le escuchara o diera razón, Dios
está obrando tras el escenario.
Una oración:
Ayúdanos a decir lo que
tenemos que decir en el Invitemos la bendición de Dios
momento apropiado y en el
sobre cada relación
espíritu de creer que nos
acompañas. siendo prontos para oír, y lentos para hablar.

 He cumplido con la lectura de hoy


He repasado el nuevo verso de memoria  1 Ped. 3.11-12

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Día #16 Preparándose En Fe


Para Mencionar Una Ofensa
Versos del día:
En muchos conflictos prolongados, Dios quiere que
Santiago 2.14, 18, 22
14
Hermanos míos, ¿de qué mencionemos una ofensa de manera apropiada. Mat.
aprovechará si alguno dice 18.15 ... si tu hermano peca contra ti, ve y repréndele
que tiene fe, y no tiene estando tú y él solos; si te oyere, has ganado a tu
obras? ¿Podrá la fe
salvarle?... 18Pero alguno hermano.
dirá: Tú tienes fe, y yo tengo Cuando Dios provee las oportunidades para mencionar
obras. Muéstrame tu fe sin
una ofensa, se requiere fe para mencionarla.
tus obras, y yo te mostraré
mi fe por mis obras... 22¿No La fe que agrada a Dios, no es una fe perezosa sino
ves que la fe actuó una que obra. No es una fe que desobedece, sino una
juntamente con sus obras, y
que la fe se perfeccionó por que obedece cualquier cosa que Dios requiere.
las obras? Para hablar la verdad acerca de una ofensa en medio
de la tensión relacional, se requiere fe que Dios...:
Proverbios 25.11
Manzana de oro con figuras
tiene todo bajo su control, aun cuando los demás le
de plata es la palabra dicha maltratan a uno.
como conviene. va a guiar a uno a saber cuándo y cómo mencionar la
ofensa.
Frase del día: creará oportunidad de mencionarla.
Respondamos a los demás
de acuerdo con nuestra fe va a premiar a aquél que trata de resolver un conflicto
en Dios. Las imperfecciones aunque no se resuelva.
en su fe resultan en
imperfecciones en sus puede cambiar a los demás si quiere.
relaciones. le cubrirá, aun cuando uno hace un error en tratar con
un conflicto.
Una oración:
Ayúdanos hablar Tus
palabras con autoridad En una relación bajo tensión, el momento llega cuando no
y de acuerdo con el poder hay la opción de evitar mencionar la ofensa. Uno tendrá
que Tu nos otorgues. que hacerlo. Debe preparase en fe para obedecer a Dios.

 He cumplido con la lectura de hoy


He repasado el nuevo verso de memoria  1 Ped. 3.11-12

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Día #17 Tratando Con Nuestras Faltas Antes De


Mencionar La Falta De Otro:
Versos del día:
Antes de hablar la verdad acerca de la ofensa de otra
Santiago 5.16
Confesaos vuestras ofensas persona, debe auto evaluarse profundamente y cambiar
unos a otros, y orad unos sus actitudes y acciones para poder hablar la verdad
por otros, para que seáis acerca de sus propias ofensas. Ello requiere fe que Dios:
sanados. La oración eficaz
del justo puede mucho. escuchará la confesión.
mostrará la misericordia.
limpiará al que confiesa sus pecados a Él.
Frase del día:
La confesión es más difícil
La mejor confesión a Dios incluye:
para el orgulloso que para
el humilde. reconocimiento de lo que ha hecho mal.
reconocimiento de los motivos del porqué lo hizo.
reconocimiento de lo que su ofensa o falta ha costado a
Una oración:
Cuando necesitamos
los demás.
confesar algo, ayúdanos a una petición para recibir perdón.
vernos como tú nos ves y la disposición de hacer reparaciones cuando sea
expresar nuestra confesión
en una manera que agrade posible y necesario.
a Ti y a los demás.
Haznos recordar que Note que el orgullo y egoísmo no permitirían que uno
estamos sólo ante Ti
para ser juzgados, confiese sus ofensas a Dios ni a los demás.
que nuestros propios
sentimientos o
pensamientos o los de otros
Muchas veces, una relación bajo tensión
no son la regla o un conflicto complicado y prolongado
de nuestras vidas. puede resolverse por medio de la admisión humilde
de las faltas de uno de los partidos.
Tal confesión libera al otro a ser vulnerable.

 He cumplido con la lectura de hoy


He repasado los versos de memoria  Sal. 133.1  Sant. 1.19-20
 Rom. 14.19  1 Ped. 3.11-12

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Día #18 Mencionando Una Falta: Paso 1 de 3

Versos del día: Hablando La Verdad


Gálatas 6.1-3 Acerca De Los Hechos De La Ofensa
1
Hermanos, si alguno fuere
sorprendido en alguna falta,
vosotros que sois Para mencionar una falta a un ofensor uno siempre debe
espirituales, restauradle con hablar la verdad:
espíritu de mansedumbre, En privado.
considerándote a ti mismo,
no sea que tú también seas Habiéndose auto evaluado. (aún más ferozmente
tentado. 2Sobrellevad los que al otro)
unos las cargas de los
otros, y cumplid así la ley de Por el motivo de amor. (y no egoísmo)
Cristo. 3Porque el que se Sin exagerar la ofensa. (ej.: Usted siempre… o
cree ser algo, no siendo nunca…)
nada, a sí mismo se
engaña.
En el momento que uno menciona la falta u ofensa al
Frase del día: ofensor, su mensaje debe incluir tres elementos:
La mitad de reargüir a su
hermano es determinar si Usted ha hecho _______,
debe hacerlo. La otra mitad Me ha afectado emocionalmente de tal manera____,
consiste de encontrar el Y ha resultado en _______.
coraje para hacerlo. La otra
mitad consiste de
determinar cuándo hacerlo, Para decir lo mismo, debe mencionar la verdad:
y la mitad final de cómo
... acerca de los hechos de la ofensa.
hacerlo. Me dirá usted: son
cuatro mitades. Sí, son ... acerca de las emociones que la ofensa evoca.
cuatro. Es que reargüir a su ... acerca de los resultados de la ofensa.
hermano parece dos veces
más difícil de lo que es. Por La mayoría suelen de dejar uno de los tres elementos
eso Dios acompaña al que fuera de su redarguyo y por eso al mencionar la falta, no
habla la verdad en amor. la comunican eficazmente.

Una oración:
Danos el coraje de Si no menciona los hechos de la ofensa en forma
confrontar a un hermano en precisa, el ofensor puede evadir su responsabilidad o
error si es que sería
argumentar que sus acciones han sido mal entendidas.
amoroso el hacerlo.

Paso 1: Habla la verdad acerca de los hechos de la


 He cumplido con la
ofensa.
lectura de hoy
He repasado los versos
de memoria
 Rom. 14.19
 1 Ped. 3.11-12 23
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Día #19 Mencionando Una Falta: Paso 2 de 3

Versos del día: Hablando La Verdad Acerca De Sus


Gálatas 6.1 Emociones
1
Hermanos, si alguno fuere
sorprendido en alguna falta,
vosotros que sois Para mencionar una falta en manera eficaz uno debe:
espirituales, restauradle con hablar la verdad acerca de los hechos de la ofensa.
espíritu de mansedumbre,
hablar la verdad acerca de las emociones que la ofensa
considerándote a ti mismo,
no sea que tú también seas evoca.
tentado. hablar la verdad acerca de los resultados de la ofensa.
Santiago 5.20
...el que haga volver al Las emociones negativas que normalmente sentimos en
pecador del error de su una relación bajo tensión o durante un conflicto son:
camino, salvará de muerte
un alma, y cubrirá multitud
Enojo - Irritación, Fastidio, Exasperación, Cólera, Furia.
de pecados. Temor - Desconfianza, Alarma, Terror.
Vergüenza - Menosprecio, Rechazo, Humillación.
Tristeza - Pena, Contrición, Desconsuelo.
Frase del día: Superioridad - Desaprobación, Condenación a otros.
Dios siempre está haciendo Culpa - Incumplido, Sucio/Manchado, Condenado.
algo más grande por medio Envidia Celos, Anhelo, Ambición, Codicia.
de nuestros conflictos. No
vemos lo que Él ve, pero Mencionar sus emociones crea un ambiente de
podemos creerle que está vulnerabilidad que deja al ofensor corregirse. Si no
cumpliendo con lo que es menciona sus emociones, suena al ofensor que es un
mejor para todos.
agresor con malas intenciones. Al mencionar sus
emociones, transmite el mensaje de un negociador
flexible, no de un fiscal inflexible.
Una oración:
Ayúdanos a ser sinceros
pero sin ofender Paso 2: Hable la verdad acerca de sus emociones.
innecesariamente.

 He cumplido con la lectura de hoy


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Día #20 Mencionando Una Falta: Paso 3 de 3


Hablando La Verdad
Acerca De Los Resultados Observables
Versos del día:
De La Ofensa
Santiago 5.19-20
19
Hermanos, si alguno de Para mencionar una falta en manera eficaz debe:
entre vosotros se ha
extraviado de la verdad, y hablar la verdad acerca de los hechos de la ofensa.
alguno le hace hablar la verdad acerca de las emociones que la ofensa
volver, 20sepa que el que
evoca.
haga volver al pecador del
error de su camino, hablar la verdad acerca de los resultados de la ofensa.
salvará de muerte un alma, Algunas ilustraciones
y cubrirá multitud de
pecados. Paso 1—”Usted ha llegado tarde dos de las últimas 3
veces.”
Paso 2—”Me ha hecho sentir que no aprecia mi trabajo
Frase del día: en el proyecto…”
Evitar el conflicto Paso 3—Porque el fin de plazo se acerca cada vez más y
innecesario siempre es
sabio. no hemos podido cumplir con lo acordado aunque yo hice
Evitar el conflicto necesario mi parte.
siempre es necio.

Paso 1—Usted todavía no me ha pagado el dinero que le


Petición presté.
de oración: Paso 2—Siento mucha presión y me ha avergonzado...
Danos las palabras exactas Paso 3—Porque no puedo pagar mis deudas.
que necesitamos para
dirigirnos a los demás clara
y eficazmente. Si no puede apuntar a los resultados de la ofensa, el
ofensor cree que es un simple llorón egoísta que quiere
salirse con la suya.
Paso 3: Hable la verdad
acerca de los resultados observables de la ofensa.

 He cumplido con la lectura de hoy


He repasado los versos de memoria  Sal. 133.1  Sant. 1.19-20
Rom. 14.19 1 Ped. 3.11-12

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Día #21 A Ver Si Entendemos

Para resumir, el proceso de mencionar una falta a


Versos del día: otra persona en medio de un conflicto o en una relación
interpersonal bajo tensión, incluye los siguientes
Mateo 18.15 elementos:
15
Por tanto, si tu hermano
peca contra ti, ve y
repréndele estando tú y él Primero, se trata la ofensa interpersonal ante Dios:
solos; si te oyere, has Conduce un auto evaluación feroz.
ganado a tu hermano
Confiesa sus faltas a Dios, y a los demás cuando es
Santiago 5.20 necesario.
...el que haga volver al Busca consuelo en Dios.
pecador del error de su
camino, salvará de muerte Pide ayuda de Dios.
un alma, y cubrirá multitud Todo aquello requiere fe que Dios le va a ayudar.
de pecados.

Luego, trata la ofensa con su prójimo:


Frase del día:
El trato de las ofensas Habla la verdad acerca de los hechos de la ofensa.
interpersonales requiere Habla la verdad acerca de las emociones que la ofensa
una fe que obra por amor.
ha evocado.
Una oración: Habla la verdad acerca de los resultados observables
Ayúdanos a ver cómo ser de la ofensa.
lentos para hablar Todo esto requiere fe
es “la fe en acción.”
en que Dios le va a acompañar y apoyar.
Creemos que nos ayudarás
a entender las palabras de Si nos acercamos a nuestro prójimo ofensor con amor
aquéllos que se oponen a
nosotros. y en este ritmo bíblico, podemos esperar que Dios cumpla
Creemos que nos sus propósitos por medio de nuestros conflictos y que
acompañarás cuando le
hayamos sido buenos mayordomos en la oportunidad de
corregimos a nuestro
prójimo en amor. traerle gloria a Dios, amar a nuestro prójimo, y portarnos
Creemos que nos darás las como a Jesús.
palabras idóneas y la
sabiduría para reconocer el
momento idóneo.

 He cumplido con la lectura de hoy


He repasado los versos de memoria  Sal. 133.1  Sant. 1.19-20
 Rom. 14.19  1 Ped. 3.11-12

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Valor Central:
Amando a Dios y el prójimo

Hábito Transformador:
Hablando la verdad en amor

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Día #22 ¡Cuidado Que Dios No Se Le Oponga!

Versos del día: Dios presta atención y recompensa a los que le


obedecen. Él quiere que busquemos la paz.
1 Pedro 3.18-12 El “mal” y el “bien” que Pedro refiere en 1Pedro 3.11-
8
Finalmente, sed todos de
un mismo sentir, 12 es lo malo y bueno que hace en sus relaciones, lo que
compasivos, amándoos contribuye a la paz y armonía, y lo que inhibe la paz y
fraternalmente, armonía.
misericordiosos,
amigables; 9no devolviendo Si quiere hacer lo bueno en sus relaciones, Pedro
mal por mal, ni maldición ofrece varias sugerencias:
por maldición, sino por el
Sean de un mismo sentir cuando sea posible.
contrario, bendiciendo,
sabiendo que fuisteis Sean compasivos. Ámense como amigos.
llamados para que Sean misericordiosos. Sean amigables.
heredaseis bendición.
10
Porque: El que quiere No devuelvan mal por mal ni maldición por maldición.
amar la vida, y ver días Bendigan a los demás.
buenos, refrene su lengua Recuerden su llamado a cumplir con los propósitos de
de mal, y sus labios no
hablen engaño;11 Apártese Dios.
del mal, y haga el bien; Recuerden que Dios está prestando atención de cómo
Busque la paz, y
tratan ustedes a los demás y les recompensará de
sígala.12 Porque los ojos del
Señor están sobre los acuerdo con sus esfuerzos para buscar la paz.
justos, y sus oídos atentos a
sus oraciones; Pero el
rostro del Señor está contra !Cuidado con la manera que trata usted a los demás!
aquellos que hacen el mal. Si no se hace el bien en sus relaciones con otros,
Dios pone su rostro en contra de él.
Frase del día: ¡Cuidado que Dios no se le oponga porque usted no
Dios le recompensará de
busca la paz interpersonal con voluntad y
acuerdo a sus esfuerzos
para buscar la paz. regularidad!

Una oración:
Ayúdanos a ver lo bueno
y lo malo que hacemos en
nuestras relaciones.

 He cumplido con la lectura de hoy


He repasado el nuevo verso de memoria  Heb. 12.14

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Día #23 Cuatro Valores, Cuatro Hábitos Valiosos

Versos del día: La mejor manera de tratar con las tensiones


relacionales o conflictos interpersonales es ser pronto
Santiago 3.2 para oír y lento para hablar. Cada una de estas
...todos ofendemos muchas
veces. Si alguno no ofende sugerencias nos hacen recordar los valores y hábitos
en palabra, éste es varón correspondientes que promueven la paz.
perfecto, capaz también de
refrenar todo el cuerpo.
Dos valores para ser pronto para oír:
Efesios 4.15 Las relaciones y sus tensiones son una mayordomía.
...siguiendo la verdad en La resolución de tensiones requiere humildad.
amor, crezcamos en todo
en aquel que es la cabeza,
esto es, Cristo. Dos hábitos para ser pronto para oír:
Al ser responsables por nuestros conflictos debemos
Frase del día: oír el mensaje emocional tras el mensaje de las
Reaccionar bien requiere palabras.
contemplación. Si reacciona
sin pensar, no puede Los humildes suspenden el juicio a los demás pero
perseguir la paz. Uno debe continúan el juicio de sí mismos.
pensar lo que Dios quiere
cumplir, lo que su oponente
necesita, cómo hablar la Dos valores para ser lento para hablar
verdad en amor, cómo La fe que obra requiere que uno obedezca a Dios y se
reaccionar apropiadamente,
cómo ha reaccionado mal dirija a las tensiones y conflictos en vez de ignorarlos.
en la última oportunidad, El amor requiere que uno tenga misericordia y bondad
cómo uno puede mejorar cuando haya tensiones.
sus reacciones...etc.

Dos hábitos para ser lento para hablar


Una oración:
Ayúdanos a expresar el Requiere fe para hablar la verdad acerca de una
amor que sentimos y la ofensa.
admiración que tenemos
Requiere amor para hablar la verdad con el fin de
para con los demás.
edificar y dar gracia a los oyentes.

 He cumplido con la lectura de hoy


He repasado el nuevo verso de memoria  Heb. 12.14

29
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Día #24 La Lengua Es Poderosa Para El Bien

Versos del día: La lengua tiene la capacidad de edificar a los demás y


mostrarles la gracia de Dios.
Efesios 4.29 Es la opinión de Dios que la edificación de su prójimo
Ninguna palabra corrompida
salga de vuestra boca, sino es necesaria. Efesios 4.29 nos enseña que el hijo de Dios
la que sea buena para la reemplace las palabras que corrompen las relaciones con
necesaria edificación, a fin las que edifican a los demás. Es necesario edificar a su
de dar gracia a los oyentes.
cónyuge. Es necesario edificar a sus hijos. Es necesario
Santiago 3.9-10 edificar a sus familiares. Es necesario edificar a sus
9
Con ella (la boca) vecinos. Es necesario edificar a sus líderes.
bendecimos al Dios y
Padre, y con ella
maldecimos a los hombres, ¿A quién está usted intencionalmente edificando?
que están hechos a la ¿Quién necesita ser edificado por usted?
semejanza de Dios.
10
De una misma boca
proceden bendición y La lengua también tiene la capacidad de dar a los
maldición. Hermanos míos, demás una bendición que no merecen, de dar gracia al
esto no debe ser así.
oyente. El motivo porque uno da un cumplido, un
reconocimiento, una expresión de aprecio no tiene que
Frase del día: ser porque la otra persona lo merece. El motivo puede ser
Si todos fuéramos pintores,
porque uno quiere expresar gracia como Dios lo hace,
podríamos pintar nuestras
tensiones como problemas uno quiere mostrar la gloria de Dios a otros.
que sólo podríamos resolver
juntos.
Como reflejo de las bendiciones
que Dios me ha extendido,
Una oración: le extiendo a usted palabras de bendición.
Que nuestras palabras sean Mi motivo no es sólo destacar su dignidad, sin
llenas de gracia y que la ley
de la bondad esté en destacar la gracia que Dios ha tenido conmigo a la
nuestra lengua. vez.

 He cumplido con la lectura de hoy


He repasado el nuevo verso de memoria  Sal. 133.1  Sant. 1.19-20
 Heb. 12.14

30
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Día #25 La Lengua Es Poderosa Para El Mal


En La Vida De Uno Mismo
Versos del día:
Aquí hay algunos daños que uno puede hacerse con su
Santiago 1.26
Si alguno se cree religioso lengua. La lengua puede:
entre vosotros, y no refrena
su lengua, sino que engaña  Envanecer (invalidar) su propia religión.
su corazón, la religión del
tal es vana. Santiago 1.26 Si alguno se cree religioso ..., y no refrena
su lengua, ...la religión del tal es vana.
Santiago 3.8a
pero ningún hombre puede
domar la lengua, que es un  Determinar una dirección negativa.
mal que no puede ser Santiago 3.4-5 3He aquí nosotros ponemos freno en la
refrenado... boca de los caballos para que nos obedezcan, y dirigimos
así todo su cuerpo. 4Mirad también las naves; aunque tan
Mateo 12.36 grandes,...son gobernadas con un muy pequeño
... toda palabra ociosa que timón...5Así también la lengua es un miembro pequeño,
hablen los hombres, de ella pero se jacta de grandes cosas.
darán cuenta en el día del
juicio.
 Destruir sus relaciones.
Santiago 3.5b-6 5 ...He aquí, ¡cuán grande bosque
enciende un pequeño fuego! 6Y la lengua es un fuego, un
Frase del día: mundo de maldad...e inflama la rueda de la creación, y
Murmurar es juzgar ella misma es inflamada por el infierno.

Una oración:  Contaminar el cuerpo entero.


Ayúdanos de guardar la Santiago 3.6… La lengua está puesta entre nuestros
lengua para no dañarnos miembros, y contamina todo el cuerpo ...
innecesariamente.
 Envenenar el corazón y los pensamientos.
 He cumplido con la Santiago 3.8 Pero ningún hombre puede domar la
lectura de hoy lengua, que es un mal que no puede ser refrenado, llena
He repasado los versos de veneno mortal.
de memoria
 Sal. 133.1  Procurar el juicio de Dios sobre usted.
 Sant. 1.19-20 Santiago 5.9 Hermanos, no os quejéis unos contra otros,
 Heb. 12.14 para que no seáis condenados; he aquí, el juez está
delante de la puerta.

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Seamos Lentos Para Hablar


Hablemos la verdad en fe

Día #26 La Lengua Es Poderosa Para El Mal


En La Vida De Los Demás
Versos del día:
Fíjese en todas las ofensas que la lengua puede cometer
Santiago 4.11a
11
Hermanos, no murmuréis y hacer daño en la vida de los demás:
los unos de los otros. 1. Promesas que luego no se cumplen.
2. Quejarse de las acciones de los demás, o las
Santiago 3.5-6 circunstancias que los demás acarrean.
5
...la lengua es un miembro 3. Chisme - Hablar negativamente de las acciones de
pequeño, pero se jacta de otros...Repetir innecesariamente las ofensas los que no
grandes cosas. He aquí, forman parte de la resolución.
¡cuán grande bosque 4. Calumnia - Hablar negativamente de las actitudes o la
enciende un pequeño persona.
fuego! 6Y la lengua es un 5. Mentira / Falsedad dicha para engañar.
fuego, un mundo de
6. Exageración expresada para impresionar.
maldad. La lengua está
puesta entre nuestros 7. Halagos postizos.
miembros, y contamina todo 8. Acusaciones falsas basadas en un juicio temprano y
el cuerpo, e inflama la rueda adivinando los motivos de los demás.
de la creación, y ella misma 9. Insultos directos e indirectos.
es inflamada por el infierno. 10. Lisuras.
11. Lenguaje obsceno.
Frase del día: 12. Chistes colorados.
El médico examina la 13. Silencio cuando lo apropiado es dar afirmación.
lengua de su paciente
buscando indicios de salud Ninguna de estas ofensas es una muestra de amor.
física. Ninguna edifica.
Dios examina la lengua de Ninguna da gracia al oyente.
sus hijos buscando indicios Ninguna testifica la gracia que ha recibido de Dios.
de salud espiritual.
Ninguna muestra buena mayordomía de las
tensiones interpersonales,
Una oración: no traen honor a Dios, ni lustran la semejanza a Jesús.
Usa mi lengua para Tus Ninguna muestra una fe que obra.
propósitos, y déjame saber
Ninguna refleja que es lento para hablar.
cuando la haya usado para
los míos.

Rindo mi lengua hoy a Ti.

 He cumplido con la lectura de hoy


He repasado los versos de memoria  Rom. 14.19  1 Ped. 3.11-12
 Heb. 12.14

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Día #27 Reestablezcamos La Unidad

Versos del día: La unidad entre hijos de Dios incluye la resolución de


tensiones y el restablecimiento del entendimiento
Santiago 5.19-20
19
...si alguno de entre mental, la armonía emocional, y la buena voluntad.
vosotros se ha extraviado A veces uno habla la verdad en amor, pero no resulta
de la verdad, y alguno le en unidad, sino que la tensión interpersonal sigue
hace volver, 20sepa que el
que haga volver al pecador presente. En estos casos, Dios quiere involucrar a otros
del error de su camino, creyentes para encontrar una solución y reestablecer la
salvará de muerte un alma,
unidad.
y cubrirá multitud de
pecados. Dios instruye a sus hijos a tomar hasta tres pasos más
para resolver la tensión relacional y reestablecer la
Mateo 18.15-17
15
Por tanto, si tu hermano unidad.
peca contra ti, ve y
repréndele estando tú y él Paso 1 consiste en acercarse a solas buscando
solos; si te oyere, has
ganado a tu hermano. 16Más reestablecer la unidad.
si no te oyere, toma aún Paso 2 consiste en acercarse con uno o dos testigos,
contigo a uno o dos, para
para establecer los detalles de la tensión relacional en
que en boca de dos o tres
testigos conste toda esperanza que los tres o cuatro puedan resolverla.
palabra. 17Si no los oyere a Paso 3 consiste en presentar el asunto ante
ellos, dilo a la iglesia; y si no
oyere a la iglesia, tenle por representantes de la iglesia con la misma esperanza.
gentil y publicano.
Si ninguno de los primeros tres pasos resulta en paz
Frase del día:
Jesús ha hecho su parte
interpersonal y unidad de espíritu, la iglesia es instruida a
para que haya paz entre tomar un paso más, el de despedir al creyente de su
sus seguidores … Su Padre membrecía y cambiar su trato de él como hermano.
también ... Ahora nos toca a
nosotros. A Dios le es tan importante resolver las tensiones
relacionales que Él ha provisto cuatro pasos sencillos y
Una oración: claros para procurar una resolución. Dios insiste que las
Que nuestro ministerio de la
Palabra tenga libre curso en diferencias se resuelvan. No está bien que la tensión
medio de los conflictos. relacional se prolongue.
Ayúdanos a estimularnos al
amor y buenas obras.

 He cumplido con la lectura de hoy


He repasado los versos de memoria  Rom. 14.19  1 Ped. 3.11-12
 Heb. 12.14

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Día #28 ¿Quién Puede Domar La Lengua?

Versos del día: Ningún hombre puede domar la lengua,


Santiago 3.2,7,8a Pero Dios sí puede
2
...todos ofendemos
muchas veces. Si alguno no
ofende en palabra, éste es La lengua humana habla lo que hay en el corazón
varón perfecto, capaz humano.
también de refrenar todo el
Un corazón crítico resulta en una lengua crítica.
cuerpo…7 toda naturaleza
de bestias, ...se doma y ha Si uno quiere controlar su lengua,
sido domada por la tendrá que controlar su corazón.
naturaleza humana; 8pero
ningún hombre puede
domar la lengua, De tal corazón Dios dice: Engañoso es el corazón más
que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá? Yo,
Santiago 1.26
Si alguno se cree religioso
que escudriño la mente, que pruebo el corazón, para dar
entre vosotros, y no refrena a cada uno según su camino, según el fruto de sus obras.
su lengua, sino que engaña
su corazón, la religión del
tal es vana. Dios conoce y prueba el corazón
Sólo Dios puede controlar lo que sale del corazón
Frase del día:
...lo que sale de la boca, del En nuestra realidad pecaminosa, sólo Dios puede
corazón sale...
Jesús domar la lengua porque sólo Él puede cambiar el
corazón. Por eso, uno tiene que humillarse ante Dios en
Una oración: oración y tratar con lo malo en su corazón en Su
Ayúdanos a apreciar el ser
presencia.
lento para hablar como una
oportunidad de edificar a los Cuando uno peca con la lengua, lo hace porque su
demás. corazón es pecaminoso. Toda acción pecaminosa viene
Danos un corazón unido del corazón.
con nuestros cónyuges,
hijos, hermanos en Cristo ¿Quiere usted domar su lengua?
compañeros de equipo.
¡¡Entonces ore!!
! Necesitará la ayuda de Dios para cambiar
su corazón!

 He cumplido con la lectura de hoy


He repasado los versos de memoria  Sal. 133.1  Sant. 1.19-20
 Rom. 14.19  1 Ped. 3.11-12  Heb. 12.14

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Valor Central:
Amando a Dios y el prójimo

Hábito Transformador:
Perdonando pronto y con frecuencia

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Seamos Lentos Para


Enojarnos
Perdonemos como Cristo nos perdonó

Día #29 Pronto Y Con Frecuencia

Versos del día: Cristo perdonó pronto y con frecuencia. Él no demora.


Está dispuesto a perdonar inmediatamente. No pone
Romanos 12.18-21
18
Si es posible, en cuanto
límites en cuantas veces que perdona. Cristo perdona a
dependa de vosotros, estad los hijos de Dios cualquier ofensa, por grave que sea,
en paz con todos los todas las veces que pida perdón. Él es generoso con el
hombres. 19No os venguéis
vosotros mismos, amados perdón ¿No sería provechoso imitarle en este aspecto?
míos, sino dejad lugar a la Para que no llevemos demasiada tensión, Dios nos da
ira de Dios; porque escrito la misma capacidad de perdonar pronto y con frecuencia.
está: Mía es la venganza,
yo pagaré, dice el Señor. Al perdonar, nos hacemos como a Cristo.
20
Así que, si tu enemigo Cuando es ofendido, la opción más sabia es la de
tuviere hambre, dale de
comer; si tuviere sed, dale
perdonar. Resentir la ofensa nunca es sabio. Amargarse
de beber; pues haciendo tampoco. Perdonar pronto siempre es sabio. Perdonar
esto, ascuas de fuego con frecuencia siempre es sabio. El perdón libera a uno
amontonarás sobre su
cabeza. 21No seas vencido de poner sus energías en lo productivo y provechoso. El
de lo malo, sino vence con perdón alinea al hijo de Dios con los propósitos de Dios.
el bien el mal. Algunos comen pronto y con frecuencia. Otros se
Colosenses 3.13-14a peinan pronto y con frecuencia☺ Hay gente que presta
13
soportándoos unos a dinero pronto y con frecuencia. ¿No sería un buen estilo
otros, y perdonándoos unos
a otros si alguno tuviere
de vida perdonar temprano y a menudo como Cristo nos
queja contra otro. De la perdonó?
manera que Cristo os
perdonó, así también
hacedlo vosotros. La generosidad de Dios en perdonar
es inigualable, e imitable.
Frase del día: Perdonemos pronto y con frecuencia.
Está en nuestras manos
vencer con el bien el mal.

Una oración:
Que nuestros deseos sean
sólo tan importantes a
nosotros como lo son a Ti.

 He cumplido con la lectura de hoy


He repasado el nuevo verso de memoria  Rom. 12.18

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Seamos Lentos Para
Enojarnos
Perdonemos como Cristo nos perdonó

Día #30 El Corazón: Fábrica de Deseos

Versos del día: El corazón es una fábrica de deseos. Luego nuestros


deseos se transforman en demandas. Eventualmente se
Santiago 4.1-3 conviertan en dioses.
1
¿De dónde vienen las
guerras y los pleitos entre Si un obstáculo se pone entre sus deseos y su
vosotros? ¿No es de persona, tendrá que remover o destruir tal obstáculo para
vuestras pasiones, las
cumplir con sus deseos. Si los deseos que tiene son muy
cuales combaten en
vuestros fuertes, pueden tener la fuerza de un dios.
miembros? 2Codiciáis, y no Los que deseamos ser lentos para airarnos debemos
tenéis; matáis y ardéis de
envidia, y no podéis identificar, monitorear, y controlar nuestros deseos. Si no
alcanzar; combatís y lo hacemos, nuestros deseos demandarán de nosotros y
lucháis, pero no tenéis lo de los demás que todo el mundo se agache para
que deseáis, porque no
pedís. 3Pedís, y no recibís, servirnos.
porque pedís mal, para
gastar en vuestros deleites.
¿Que deseamos?
Paz Tranquilidad y descanso.
Frase del día:
Si sus deseos Placer Experiencias y entretenimiento.
se transforman en Plata Seguridad financiera y capacidad de
demandas frente a sus ojos, comprar.
también se transformaron a
ser dioses Poder Influencia o libertad.
mientras no estaba Posesiones Propiedades y bienes materiales.
mirando.
Posición Honor y reconocimiento.

Una oración: Es natural que deseemos cualquiera de ellos, pero


Ayúdanos a ver si estamos
tratando de controlar a los debemos cuidarnos que nuestros deseos no sean
demás en vez de amarlos demandas o dioses.
incondicionalmente y
edificarlos en gracia.
Los pleitos son el resultado de deseos competitivos
entre dos personas. Dependiendo de qué tan fuerte
desean algo, el pleito aumenta en energía.

 He cumplido con la lectura de hoy


He repasado el nuevo verso de memoria  Rom. 12.18

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Enojarnos
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Día #31 Los Siete Pasos Hacia el Perdón:


Pasos 1-2
Versos del día:
Las siguientes 7 pasos hacia el perdón son útiles para las
Santiago 4.11-12
11 ofensas grandes o los casos del conflicto prolongado
Hermanos, no
murmuréis los unos de los
otros. El que murmura del Paso 1: Defina la ofensa.
hermano y juzga a su Defina lo que ha perdido o se le negó. Cuando alguien
hermano, murmura de la ley nos ofenda, en un sentido nos quita algo. Nos quita la
y juzga a la ley; pero si tú paz, placer, plata, poder, posesiones, o posición. Para
juzgas a la ley, no eres perdonar completamente tendrá que reconocer las
hacedor de la ley, sino pérdidas que ha sufrido. Si quiere, aliste las perdidas en
juez. 12Uno solo es el dador un papel.
de la ley, que puede salvar
y perder; pero tú, ¿quién
Paso 2: Permítase experimentar el dolor.
eres para que juzgues a
otro?
Permítase sentir dolor acarreada por la
pérdida. Sentir el dolor es esencial para
Efe 4.31-32 la recuperación. Usted ha identificado y
31
Quítense de vosotros toda Defina la
amargura, enojo, ira, gritería ofensa
anotado lo que perdió en la ofensa. Esa
y maledicencia, y toda persona le quitó algo o le negó algo y su
malicia. 32Antes sed ofensa trajo dolor. Ahora acepte su dolor,
benignos unos con otros, Permítas
porque su sentido de pérdida es real.
misericordiosos, e experi-
perdonándoos unos a otros, mentar Luego podrá decir:
como Dios también os dolor Sí, puedo vivir con
perdonó a vosotros en la pérdida; puedo
Cristo ver más allá de la
pérdida. He
Frase del día: superado el peor de
Muchas ofensas son tan los dolores.
pequeñas que deben ser
perdonadas
inmediatamente.

Una oración:
Trae sanidad
a nuestras heridas
emocionales y nuestras
relaciones dañadas aún
donde no podemos
contribuir.
 He cumplido con la lectura de hoy
He repasado los versos de memoria  Sal. 133.1  Sant. 1.19-20  Rom. 12.18

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Día #32 Los Siete Pasos Hacia el Perdón:


Pasos 3-4
Versos del día:
Paso 3: Trate de comprender los motivos del ofensor.
Santiago 1.20 Parte de la ofensa es que parece que la persona lo ha
20
...la ira del hombre no hecho a propósito. Es demasiado fácil atribuir motivos no
obra la justicia de Dios. verdaderos.
Cuando procura comprender a su ofensor y los
posibles motivos para haber cometido la ofensa, pone en
Frase del día: movimiento un proceso sanador. Puede llevar tiempo,
Si no puede perdonar a uno pero tan pronto como pueda hacerlo, su liberación
sus ofensas grandes, ¿por acelerará. Empieza a ver su ofensor como víctima más
qué no comienza con las que agresor, y a verse uno mismo como poderoso, y no
pequeñas para empezar el como víctima. Jesús comprendió a los que le crucificaron
flujo del perdón? y dijo: "Padre, perdónalos, porque no saben lo que
hacen”.
Una oración: Paso 4: Libere a quien lo ofendió.
Abre nuestros ojos a ver Uno libera a quien le ofendió de su deseo
la realidad espiritual de
de saldar cuentas. Tal liberación consiste
aquéllos con que les
tenemos conflictos. en abandonar el deseo de venganza o
castigar al ofensor. Voluntariamente
deschapa la celda en que ha tenido su
Defina la ofensor cautivo. Con un sólo acto libera a
ofensa su ofensor de su obligación de pagar una
deuda y al mismo tiempo de su
obligación de llevar el peso de sus
Permítase resentimientos y amargura. Además se
experi- desencadena de su ofensor.
mentar dolor

Trate de
comprender
a quién lo
ofendió
Libere
a quién
lo
ofendió

 He cumplido con la lectura de hoy


He repasado los versos de memoia  Sal. 133.1  Sant. 1.19-20  Rom. 12.18

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Día #33 Los Siete Pasos Hacia el Perdón:


Paso 5
Versos del día:
Paso 5: Busque perla en la ofensa.
Santiago 4.17 Usted puede vencer el enojo y progresar hacia el
17
y al que sabe hacer lo perdón al buscar las "perlas escondidas" en la ofensa
bueno, y no lo hace, le es cometida. Algo bueno puede salir de cualquier situación si
pecado.
lo busca.
Quizá…
aprendió algo importante.
Frase del día: le hizo mejor persona.
Pida a Dios y le ayudará. le hizo más sensible a los demás.
Ore sobre cada actitud que era su mejor oportunidad de darle honor a Dios.
tiene y cada acción que era una buena oportunidad de servir, amar, o honrar
piense realizar. Purifíquelos a su prójimo.
para poder presentarlos
como ofrenda de amor
hacia Dios. Busque lo bueno, y esté agradecido
por ello.
La gratitud y el enojo no pueden coexistir.
Defina la En este quinto paso, ha empezado a
Una oración: ofensa
Que Satanás no saque dar la vuelta en U. Ha empezado a
provecho de las heridas que perdonar en una manera sanadora.
hemos sufrido y las ofensas Sólo le falta algunos pasos más que le
que no hemos perdonado Permítase
ayudarán a recuperar su propia sanidad,
todavía o completamente. experimentar liberación, paz, y alegría.
Obra en gracia para dolor
hacernos buenos en
perdonar.

Trate de
comprender
a quién lo
ofendió

Busque
Libere a
quién lo
perlas en
ofendió la ofensa

 He cumplido con la lectura de hoy


He repasado los versos de memoria  Rom. 14.19  1 Ped. 3.11-12  Rom. 12.18
.

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Día #34 Los Siete Pasos Hacia el Perdón:


Pasos 6-7
Versos del día: Paso 6: Descifre sus sentimientos por escrito.
Escribe una carta expresando el perdón que ha extendido
Santiago 5.7-9 a su ofensor. No tiene que enviar la carta pero cuando
7
Por tanto, hermanos, tened
expone sus ofensas, frustraciones y temores, es casi
paciencia hasta la venida
del Señor. Mirad cómo el como si su enojo se escurriera a través de la tinta de la
labrador espera el precioso pluma. Tal vez no sienta de inmediato el efecto, pero
fruto de la tierra, puede sentirlo con el tiempo. ¿Qué debe escribir?
aguardando con paciencia
hasta que reciba la lluvia Aclare lo que perdió o se le negó.
temprana y la Describa lo que causó su dolor y lo llevó a enojarse.
tardía. 8Tened también Hable acerca de los sentimiento resultantes.
vosotros paciencia, y Exprese su deseo de poner eso a un lado y vivir más
afirmad vuestros corazones; allá de su enojo.
porque la venida del Señor
Diga que desea conocer la libertad que resulta del
se acerca. 9Hermanos, no
os quejéis unos contra perdón.
otros, para que no seáis Declare cómo le gustaría que respondiera quien lo
condenados; he aquí, el ofendió.
juez está delante de la
puerta. Paso 7: Extienda la mano a su ofensor.

Frase del día: Este paso pudiera ser el más difícil porque
La ira del hombre nunca
Defina la requiere voluntad, esfuerzo, y madurez.
ofensa
produce la justicia que Dios ¿Qué implica? Buscar algún modo de
quiere. ¿Está Dios tan contribuir a la sanidad o bienestar de la
molesto con su ofensor persona que lo ofendió. Nunca es fácil,
como usted lo está? pero es sanador.
Permítase
experimentar
el dolor
Una oración:
Ayúdanos a no repetir una
ofensa vez tras vez en la Extienda la
mente...a meditar en lo que mano a su
Trate de
es verdadero, honesto, comprender a
ofensor
justo, puro, amable, de quién lo
buen nombre, virtuoso, y ofendió Escriba
digno de alabanza. sus senti-
mientos
Libere a Busque
quién lo perlas en
ofendió la ofensa

 He cumplido con la lectura de hoy


He repasado los versos de memoria  Rom. 14.19  1 Ped. 3.11-12  Rom. 12.18

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Enojarnos
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Dos Clases De Sabiduría


Día #35
Versos del día: Hay dos clases de sabiduría:
 La sabiduría que tiene naturalmente en su corazón.
Santiago 3.13-17  La sabiduría que proviene de Dios.
13
¿Quién es sabio y
entendido entre vosotros? La sabiduría que no proviene de Dios se caracteriza
Muestre por la buena por:
conducta sus obras en 1. Viene del corazón, no de Dios.
sabia mansedumbre. 14Pero 2. Busca lo suyo, tiene celos.
si tenéis celos amargos y 3. Resulta en contenciones y perturbaciones porque
contención en vuestro insiste en sus deseos.
corazón, no os jactéis, ni 4. Termina en toda clase de obra que pervierte la buena
mintáis contra la verdad;
15
porque esta sabiduría no
voluntad de Dios.
es la que desciende de lo 5. Es terrenal, animal, diabólica.
alto, sino terrenal, animal,
diabólica. 16Porque donde  Esta sabiduría busca la paz sólo cuando le conviene.
hay celos y contención, allí  Esta sabiduría es orgullosa, y no sabe perdonar porque
hay perturbación y toda olvida las muchas ofensas diarias que comete contra
obra perversa. 17Pero la Dios.
sabiduría que es de lo alto
es primeramente pura, La sabiduría que proviene de Dios se caracteriza por:
después pacífica, amable, 1. Pureza de intenciones.
benigna, llena de
misericordia y de buenos
2. Busca la paz.
frutos, sin incertidumbre ni 3. Es amigable.
hipocresía. 4. Es benigna.
5. Es llena de misericordia.
6. Es cierta, estable.
7. Cumple con lo que piensa es correcto.
Frase del día: 8. Termina en toda clase de obra que cumple con la
Lo más sabio es portarse de buena voluntad de Dios.
acuerdo con la mejor
Tal sabiduría siempre busca la paz, porque Dios así lo
sabiduría...la de Dios.
quiere. Es humilde y sabe pasar perdón generoso de Dios
al que le ha ofendido en poco.
Una oración:
Danos la sabiduría que
viene de Tu boca

 He cumplido con la lectura de hoy


He repasado los versos de memoria  Heb. 12.14  Rom. 12.18

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Valor Central:
Sometiéndose a Dios y las autoridades
que Él pone sobre nosotros

Hábito Transformador:
Celebrando lo que Dios ha hecho en
y por medio de nuestros conflictos
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Sométase bajo la poderosa
mano de Dios

Día #36 La Semilla, La Tierra, Y La Cosecha

Versos del día: Las relaciones interpersonales pueden considerarse


un fundo. Se cosechará lo que se siembra.
Santiago 3.18
Y el fruto de justicia se
siembra en paz para (o por) El versículo de hoy nos enseña que un acto de justicia
aquellos que hacen la paz. debe ser sembrado en una relación pacífica. Los actos
de justicia son como una semilla y las relaciones como la
Frase del día: tierra en que siembra sus actos de justicia. Cuando
Cuando buscamos la paz,
siembra en una manera pacífica, está sembrando en una
preparamos la tierra para
una cosecha de justicia en manera que Dios bendice. Semillas (actos) de justicia que
el futuro. no se siembran en paz, no resultan en una cosecha de
Hacer lo correcto ante Dios justicia.
incluye hacer la paz con el Cuando hace “lo correcto” pero ignora la paz,
prójimo. no lo hace tan correcto como pensaba.
No es válido sembrar Al sembrar la justicia en una manera pacífica, puede
justicia con un espíritu esperar una cosecha de justicia en su relación consigo
contencioso.
mismo, con Dios, su familia y los demás
Una oración: Las leyes de la cosecha
Enséñanos por Tu Palabra nos animan a sembrar la justicia en paz:
lo que quieres que
hagamos. Trae a nuestra Ley #1—La cosecha es segura, aunque no sea
mente las Escrituras y inmediata.
úsalas para guiarnos. Cada acto de sembrar es un acto de fe. Con cosechas,
no hay garantías, pero con la bendición de Dios, el
 He cumplido con la sembrador paciente verá las cosechas que busca. Tenga
lectura de hoy fe. Siga sembrando. Dios ha bendecido muchas
He repasado los versos cosechas.
de memoria
 Sal. 133.1 Ley #2— La cosecha es la multiplicación de lo que se
 Sant. 1.19-20 haya sembrado.
 Rom. 14.19 Si siembra paz, cosechará aún más paz. Si siembra
 1 Pet. 3.11-12 justicia, cosechará aún más justicia. Si siembra justicia en
 Heb. 12.14 paz, cosechará aún más justicia y paz.
 Rom. 12.18
 Sant. 3.18

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Sométase bajo la poderosa
mano de Dios

Día #37 La Mano De Dios Da Paz Al Sumiso

Versos del día: La sumisión a las autoridades que Dios ha puesto en la


vida es una sumisión a Dios...es un reconocimiento y
Romanos 13.1-2 aceptación de Su voluntad. Cuando se rebela contra una
Sométase toda persona a
las autoridades superiores; autoridad humana se rebela contra la autoridad de Dios.
porque no hay autoridad Su rebelión resulta en falta de paz con su autoridad, con
sino de parte de Dios, y las
que hay, por Dios han sido Dios, y consigo mismo.
establecidas. 2De modo que
quien se opone a la Los creyentes sumisos disfrutan de mayor paz.
autoridad, a lo establecido
por Dios resiste; y los que
resisten, acarrean Las autoridades que hay, sean los padres, esposo,
condenación para sí
pastor, maestro, presidente, policía, o quien sea, se han
mismos.
puesto en su posición por la poderosa mano de Dios.
Santiago 4.7a Someterse a ellos es un acto de adoración a la poderosa
Someteos, pues, a Dios; mano de Dios y trae paz.

Frase del día:


Dos estrategias existen Romanos 13.3-5
para vencer lo malo. 3
Porque los magistrados no están para infundir temor al
Vencerlo con el bien (la
que hace el bien, sino al malo. ¿Quieres, pues, no temer
manera de Dios) o vencerlo
con el mal (la manera de la autoridad? Haz lo bueno, y tendrás alabanza de ella;
Satanás). 4
porque es servidor de Dios para tu bien. Pero si haces lo
malo, teme; porque no en vano lleva la espada, pues es
Una oración:
Cédenos soluciones servidor de Dios, vengador para castigar al que hace lo
creativas para resolver malo. 5Por lo cual es necesario estarle sujetos, no
nuestras diferencias solamente por razón del castigo, sino también por causa
y corazones listos para
recibir Tus consejos. de la conciencia.

 He cumplido con la ¿Quiere promover la paz?


lectura de hoy Entonces sométase a la poderosa mano de Dios
He repasado los versos
de memoria y a las autoridades que su mano ha puesto.
Sal. 133.1 Dios da paz a los que se sometan a Él.
Sant. 1.19-20
Rom. 14.19
 1 Pet. 3.11-12
 Heb. 12.14
 Rom. 12.18
 Sant. 3.18

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Seamos Lentos Para Enojarnos


Sométase bajo la poderosa
mano de Dios

Día #38 Una Estrategia Sugerida Por Dios

Versos del día: Las tensiones interpersonales prolongadas frustran.


Hace su mejor para promover paz, pero parece que
Santiago 5.10-11 resulta en nada. A veces se siente defraudado porque su
10
Hermanos míos, tomad
como ejemplo de aflicción y fe en Dios y sus sugerencias ha estado bajo prueba por
de paciencia a los profetas mucho tiempo y la falta de solución de las tensiones le ha
que hablaron en nombre del agotado todas sus energías.
Señor. 11He aquí, tenemos
por bienaventurados a los
que sufren. Habéis oído de Para aquello que se siente frustrado,
la paciencia de Job, y
Dios tiene una estrategia:
habéis visto el fin del Señor,
que el Señor es muy Piense en las pruebas de fe de los profetas
misericordioso y compasivo. y siga su ejemplo.

Frase del día: Los profetas del Antiguo Testamento son ejemplo de
Dios siempre está
cumpliendo con propósitos ánimo para nosotros, porque sufrieron tensiones
mucho más grandes de lo prolongadas y no perdieron su fe. Sabían que Dios estaba
que podemos apreciar.
haciendo mucho más tras el escenario de lo que ellos
Él usa nuestros conflictos
para hacer mucho más de eran capaces de ver o apreciar, entonces seguían
lo que podríamos imaginar. adelante cumpliendo los propósitos de Dios
Por ejemplo, considere los ejemplos de:
Una oración:
Por favor, aclara nuestros  Jeremías Jer. 2-6, 8, 15-17, 36-39, 43.
malos entendidos en Tu  Daniel y sus amigos Dan. 1, 3, 6.
tiempo perfecto y de  Ezequiel Ez. 2-3, 11-13.
acuerdo con Tu buena
voluntad.  Job Job 1-40.
 Moisés Exo. 2,4-17,32; Dt. 1-2;
 He cumplido con la Núm. 11-12,16.
lectura de hoy
 U otros héroes de la fe mencionados en Heb. 11.
He repasado los versos
de memoria
 Sal. 133.1
 Sant. 1.19-20
 Rom. 14.19
 1 Pet. 3.11-12
 Heb. 12.14
 Rom. 12.18
 Sant. 3.18

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Sométase bajo la poderosa
mano de Dios

Día #39 ¡Celebre Ya!

Versos del día: En medio de las tensiones interpersonales


prolongadas, parece que hay poco por celebrar. ¿A veces
Santiago 5.7-8 siente que sus esfuerzos han sido en vano porque
7
Por tanto, hermanos, tened
paciencia hasta la venida todavía no han resultado en la paz? Si ha hecho su mejor
del Señor. Mirad cómo el esfuerzo, ¡ya es tiempo para celebrar! ¿Por qué?
labrador espera el precioso  Dios está cumpliendo sus propósitos eternos aun
fruto de la tierra,
aguardando con paciencia cuando los demás no quieren hacer la paz.
hasta que reciba la lluvia  Usted sirve un Dios digno de ser servido.
temprana y la tardía. 8Tened
 Dios le va a recompensar por la fe que usó cuando
también vosotros paciencia,
y afirmad vuestros se sometió a Él.
corazones; porque la venida
del Señor se acerca.
Dos sugerencias para celebrar ante Dios:
Romanos 12.18 1. Celebre con una ceremonia privada (o registre en un
Si es posible, en cuanto cuaderno espiritual) lo que Dios ha hecho:
dependa de vosotros,  Los ajustes que Dios le ha ayudado hacer y
estad en paz
con todos los hombres.  Cómo Dios le apoyó en medio del conflicto.
 Las maneras que Dios le reveló su persona.
Frase del día:  Las maneras que Dios le formó su carácter como el
¿Cómo sabrá si ha hecho de Cristo
su mejor esfuerzo para
buscar la paz?
Auto evaluándose ante Dios 2. Celebre lo que usted ya ha hecho para buscar la paz.
¿Cómo recordará que ha  “He hecho todo lo que Dios me ha indicado
hecho su mejor esfuerzo
para buscar la paz? hasta el momento”.
¡En celebración ante Dios!  “Todavía tengo el deseo de hacer aún más
cuando Él me lo indique”.
Una oración:
Llámanos a buscar nuestra Alegra el alma de tu siervo,
consolación en Ti y no en Porque a ti, oh Señor, levanto mi alma.
los demás o nosotros
mismos.
Salmo 86.4

 He cumplido con la lectura de hoy


He repasado los versos de memoria  Sal. 133.1  Sant. 1.19-20
 Rom. 14.19  1 Ped. 3.11-12  Heb. 12.14  Rom. 12.18  Sant. 3.18

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Sométase bajo la poderosa
mano de Dios

Día #40 ¿Cuál Es Su Problema?

Versos del día: ¿Cómo reacciona frente las irritaciones? ¿Escoge


enojarse? El enojo es una elección, un ejercicio de
Santiago 1.12 voluntad. Cuando experimenta frustración, ¿Cómo elige
Bienaventurado el varón
que soporta la tentación; reaccionar?
porque cuando haya ¿Elige quejarse?
resistido la prueba, recibirá ¿Elige corregir a los demás?
la corona de vida, que Dios
ha prometido a los que le ¿Ignora el asunto?
aman... ¿Lleva su frustración a Dios?
El iracundo elige enojarse en vez de someterse a las
Santiago 1.20 circunstancias que Dios ha elegido. La elección de
...la ira del hombre no obra
la justicia de Dios. enojarse entonces puede resumirse en un rechazo de la
voluntad de Dios.
Mateo 6.10 La elección de ser pronto para oír y lento para hablar
Venga tu reino. Hágase tu
voluntad, como en el cielo,
facilitan ser lento para airarse. El pronto para oír decide
así también en la tierra. aceptar y tratar de entender las circunstancias que vienen
de la mano de Dios. El lento para hablar se somete bajo
Lucas 22.42 la poderosa mano de Dios y elige reaccionar en una
Padre, si quieres, pasa de
manera que agrada a Dios.
mí esta copa; pero no se
haga mi voluntad, sino la Si el iracundo quiere controlar su enojo,
tuya. tendrá que someterse a la voluntad de Dios.
El iracundo no quiere decir como Jesús, “No se haga
Frase del día: mi voluntad, sino la tuya.” Más bien, él quiere que su
Mientras más me someto a
Dios, Menos me molesto propia voluntad se haga. Por eso, en su ira no obra la
cuando Él cambia mis justicia de Dios. Con elegir someterse a cualquier
circunstancias.
circunstancia que Dios escoja, el iracundo encontrará que
Una oración: su ira se controla a sí misma. El enojo nunca estuvo su
Ayúdanos a ver los problema...fue su sumisión la que estuvo fuera de control.
conflictos prolongados
como ejercicios
prolongados para mejorar
nuestra sumisión a Tu
voluntad.
 He cumplido con la lectura de hoy
He repasado los versos de memoria  Sal. 133.1  Sant. 1.19-20
 Rom. 14.19  1 Ped. 3.11-12  Heb. 12.14  Rom. 12.18  Sant. 3.18

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El Agradecimiento
Y Los Conflictos

Resumen de Seamos Agradecidos


Los Valores
Tenemos mucho por lo que debemos ser agradecidos.
Es la voluntad de Dios que seamos agradecidos en todo,
Versos del día:
no sólo en lo que es cómodo o conveniente. Debemos ser
Santiago 1.2-3 agradecidos hasta por los conflictos que Dios permite.
2
Hermanos míos, tened por Para vivir agradecidos, tenemos que reconocer todo lo
sumo gozo cuando os que hemos recibido de Dios y aumentar nuestro
halléis en diversas pruebas,
3
sabiendo que la prueba de agradecimiento tanto que llegue a ser un estilo de vida y
vuestra fe produce la perspectiva con que nos acercamos a todo y a todos.
paciencia.
El agradecimiento es un valor que fomenta cada uno
de los seis valores que se han destacado en nuestro
1 Tesalonicenses 5.18
Dad gracias en todo, porque estudio. El agradecimiento fomenta:
esta es la voluntad de Dios 1. La mayordomía de nuestras vidas.
para con vosotros en Cristo
Jesús. Siendo agradecidos reconocemos todo lo que Dios nos
ha dado para que rindamos cuenta
2. Humildad para con Dios y los demás.
Frases del día: Siendo agradecidos, reconocemos cuánto necesitamos
Si el conflicto le ha robado
su alegría, su alegría no se a Dios y los demás.
basó en Cristo. 3. Fe que obra. Siendo agradecidos somos motivados
a servir a Dios con mucha fe.
El agradecimiento
y la amargura no pueden 4. Amor por Dios y el prójimo. Siendo agradecidos
coexistir. tenemos razón para amar a Dios y los demás.
Son mutuamente exclusivos
5. Sabiduría para perdonar. Siendo agradecidos
perdonamos pronto y con frecuencia.
Una oración: 6. Sumisión a Dios. Siendo agradecidos reconocemos
Ayúdanos a hacer duelo por su autoridad y la de ellos que Él pone sobre nosotros.
las pérdidas significativas
causadas por los conflictos
y vivir agradecidos por El agradecimiento es madre de muchas virtudes.
haberlos sobrevivido.

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¿Cómo Será Nuestro Futuro?


Desarrollemos Las Costumbres
Para Perseguir La Paz

Resumen de los 3 Costumbres + 6 Hábitos = Más Paz


Hábitos de Paz
Las costumbres de ser pronto para oír, lento para
Versos del día: hablar, y lento para airarse han formado nuestro bosquejo
de “cómo buscar la paz.” Estas tres tienen que llegar a
Santiago 1.12 ser nuestras reacciones naturales a cada irritación o
Bienaventurado el varón conflicto interpersonal. Podremos desarrollar una cultura
que soporta la tentación;
porque cuando haya donde la mayoría de nosotros habitualmente buscamos la
resistido la prueba, recibirá paz.
la corona de vida, que Dios
ha prometido a los que le
aman. La costumbre de ser pronto para oír incluye 2 hábitos:
1. Él de escuchar el mensaje tras el mensaje
Santiago 4.15b 2. Él de suspender el juicio a los demás mientras se
...Si el Señor quiere,
viviremos y haremos esto o continúa el juicio a sí mismo.
aquello.
La costumbre de ser lento para hablar incluye 2
Frase del día: hábitos:
El futuro de uno es formado
1. Él de hablar la verdad con fe y por ello ministrar en
por las elecciones de Dios
y las elecciones lugar de Dios.
de uno mismo. !Bueno es 2. Él de hablar la verdad con amor para edificar y dar
que Él nos ama y siempre
elige lo mejor para nosotros! gracia al oyente.

Una oración: La costumbre de ser lento para airarse incluye 2


Haz que nuestro futuro hábitos:
refleje nuestras decisiones 1. Él de perdonar pronto y con frecuencia.
de obedecerte y buscar la
paz con todos los hombres 2. Él de someterse a la mano poderosa de Dios en
(en cuanto depende agradecimiento y celebración de lo que Él ha hecho.
de nosotros).

Los hábitos se vuelven costumbres.


Cuando una convicción resulta en una decisión para empezar,
es combinada con la repetición disciplinada de prácticas, las revisiones y ajustes de
acuerdo con los resultados y el apoyo y participación de los demás.

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Artículos de lectura de los PACIFICADORES

COMPILADAS PARA ARMONIA Y LA


MAYORDOMIA DE CONFLICTOS

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Artículo de “Pacificadores” #1
Cómo construir una cultura de paz en la Iglesia
Nuestra capacitación está ideada para equipar a la iglesia local para ayudar a las personas que experimentan
conflictos. Entender tanto la razón para encarar el conflicto a través de la iglesia y el fundamento de la
pacificación es el punto de partida para equiparlo a usted como Coach en Conflictos o mediador.

Al iniciar este viaje para equiparse para ayudar a personas que están experimentando conflictos, hay dos
preguntas fundamentales a considerar.

¿Por qué la iglesia es el foro para la pacificación?


La pacificación es un ministerio esencial de la iglesia local. Los cristianos son alentados a resolver conflictos en
sus vidas dentro de la familia de su iglesia (Mateo 18:17; 1 Corintios 6:4; Efesios 3:10; Hebreos 13:17). La
iglesia cumple con este ministerio cuando tiene personas equipadas para abordar los conflictos que despedazan
muchas iglesias, familias, matrimonios y organizaciones.

Al participar la iglesia en este ministerio, construye una cultura de paz dentro de su cuerpo. La cultura del mundo
está en guerra con una cultura de paz. Dios en su Palabra nos llama a la paz. Específicamente, el testimonio de
la presencia y el amor de Dios por el mundo depende de que el pueblo de Dios viva en unidad:

“Permite que alcancen la perfección en la unidad, y así el mundo reconozca que tú me enviaste y que los has
amado a ellos tal como me has amado a mí” (Juan 17:23).

Como creyentes, vivimos en una realidad de dos culturas contrapuestas: una “cultura mundana” y una “cultura
de paz”.

El mundo alienta a las personas a relacionarse entre así de acuerdo con deseos egoístas y hábitos mundanos,
especialmente en medio del conflicto (Isaías 3:12; 1 Corintios 3:1-3; 6:1-8, Efesios 2:1-3; Santiago 3:14-16).

Una cultura de paz basada en la Palabra de Dios inspira a los creyentes a amar a Dios con todo su corazón y los
lleva a amar a sus prójimos como a ellos mismos, aun en medio del conflicto (Marcos 12:29-31; Juan 13:34-35;
Lucas 6:27-36; Colosenses 3:12-15; Santiago 3:17-18).

Una cultura de paz produce muchas bendiciones


Una cultura de paz contrarresta la influencia de una cultura mundana y produce muchas bendiciones:

Esfuércense por mantener la unidad del Espíritu mediante el vínculo de la paz… para edificar el cuerpo de
Cristo. De este modo, todos llegaremos a la unidad de la fe... Así ya no seremos... zarandeados por las olas y
llevados de aquí para allá por todo viento de enseñanza... Más bien, al vivir la verdad con amor, creceremos
hasta ser en todo como aquel que es la cabeza, es decir, Cristo (Efesios 4:3, 12-15).

El fruto de la justicia se siembra en paz para los que hacen la paz (Santiago 3:18).

Cuando la cultura de la iglesia comienza a cambiar:

• Los miembros resuelven la mayoría de los conflictos personalmente y en forma privada, liberando a los
pastores del “ciclo de quejas”
• Los matrimonios, las amistades y demás relaciones son fortalecidos y preservados, produciendo menos
divorcios y una menor rotación de miembros, personal y voluntarios
• Los conflictos se convierten en oportunidades para que las personas sean liberadas del pecado y
maduren en fe y carácter
• Los ministerios y las misiones están más unidos y son más fructíferos; y
• La paz y la reconciliación se convierten en sellos de su iglesia, glorificando a Jesucristo, mejorando su
testimonio y estimulando el crecimiento de la iglesia.

Su papel en la construcción de esta cultura de paz

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El mundo nunca se da por vencido. Se opone constantemente a una cultura de paz y busca continuamente
entrampar y descarriar a los creyentes. Por lo tanto, construir una cultura de paz es un ministerio de discipulado
continuo, y no un programa de una sola vez (Hechos 20:29-31; 1 Juan 2:15-17, 26). Este ministerio de
discipulado continuo incluye:

• Inspirar un compromiso con la pacificación mediante el pastor y el liderazgo local


• Enseñar a todos los miembros los principios de la pacificación y cómo aplicar estos principios cada día
en sus vidas a través del Estudio en el Grupo Pequeño; y
• Implantar la pacificación dentro del cuerpo de creyentes local, lo cual ocurre mediante un Equipo de
Pacificación a lo largo del tiempo. El equipo es un grupo de personas consecuentes y dispuestas que
enseñan regularmente, están disponibles para ejemplificar la pacificación, guían a otros mediante la
pacificación y se convierten en “custodios de la llama” de la pacificación dentro de la iglesia.

¿Cuál es el fundamento de la pacificación?


Dios brindó el fundamento para la pacificación en el evangelio de Jesucristo, mediante el arrepentimiento, la
confesión y el perdón.

El evangelio
Las personas en conflicto necesitan el evangelio. Los creyentes necesitan ser recordados del evangelio como un
rico aliento en la lucha continua con el pecado. Los que no son creyentes necesitan escuchar el evangelio como
una invitación a la fe en el único Salvador que recibió el castigo por nuestros pecados para que pudiésemos ser
justos a los ojos de Dios.

Por lo tanto, ya no hay ninguna condenación para los que están unidos a Cristo Jesús, pues por medio de él la
ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte (Romanos 8:1-2).

Muchas personas que reciben ayuda a través de la conciliación cristiana tal vez no conozcan personalmente a
Jesucristo como su Señor y Salvador. Muchos creyentes que experimentan conflicto andan en desobediencia a
la Palabra de Dios. En un caso u otro, tanto los creyentes como los no creyentes son pecadores, y necesitan la
verdad, la consolación y el aliento del evangelio.

¿Cómo compartimos el evangelio con personas que están luchando con el dolor del conflicto? Tenemos que
conocer los “hechos” del evangelio antes que podamos guiar a alguien al evangelio (“confrontar”) o consolar a
alguien con el evangelio.

Conocer el evangelio y conocerlo personalmente


Conocer la historia de la obra redentora de Dios en la historia de la humanidad es el “marco” dentro del cual el
mensaje de la salvación está pintado. Históricamente, los humanos fueron creados por Dios, a su propia imagen,
para los buenos propósitos de Dios. Pero el mal existía en la forma de Satanás, y la gloriosa creación divina
cayó en pecado y experimentó la pérdida de la unión plena con el Santo Creador. Como resultado del amor de
Dios, nuestro Padre en el cielo tuvo un plan para rescatar a la humanidad perdida y restaurarla a una relación
con Él.

Para compartir el evangelio con los demás, debemos conocer las verdades básicas:

• Creación – Dios creó a los humanos a su propia imagen y para su gloria. A los humanos se les dio el
mandato de “dominar la tierra” y se les ordenó obedecer las instrucciones de Dios.
• Caída – Al hacer lo que estaba prohibido, la humanidad perdió su relación impoluta con el Dios Santo,
convirtiéndose en pecadores. El castigo del pecado es la muerte eterna y la separación de Dios.
• Redención – Como resultado del gran amor de Dios, envió a su Hijo sin pecado, Jesucristo, para ser el
pago por el pecado. A través de la vida perfecta de Jesús, su muerte en una cruz y su resurrección,
quienes creen en Él asumen como propia la justicia de Cristo, quien asume el pecado y el castigo de
ellos. Mediante la fe en Cristo, las personas reciben el don de la vida eterna.
• Restauración – Cristo viene otra vez y restaurará toda la creación. Toda persona salvada por fe vivirá
con Cristo para siempre.

¿Tú crees que hay un solo Dios? ¡Magnífico! También los demonios lo creen, y tiemblan (Santiago 2:19).

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Cada persona debe recibir personalmente la gracia de Dios –el don del perdón del pecado– creyendo en la obra
de Cristo en la cruz por ella.

Porque por gracia ustedes han sido salvados mediante la fe; esto no procede de ustedes, sino que es el regalo
de Dios, no por obras, para que nadie se jacte (Efesios 2:8-9).

Vivir el evangelio en mí
Debido a nuestra condición caída, debemos recordar continuamente a los demás, y recordarnos nosotros
mismos, la verdad del evangelio de Jesucristo. Vivir el evangelio en mí significa que recordamos que, como
creyentes:

• Dios me ama (1 Juan 3:1)


• Dios me acepta, tal como soy (Romanos 15:7)
• Dios está obrando en mí para transformarme cada vez más a la imagen de Cristo (2 Corintios 3:18), no
para hacerme aceptable para Él (porque ya estoy aceptado), sino para su gloria.
• La evidencia de “vivir en la luz” es una disposición para ser abierto y sincero acerca de mi pecado (1
Juan 1:5-8)

Los creyentes que viven el evangelio en ellos mismos tipifican el fruto del Espíritu. Están llenos de paz y son
eficaces como pacificadores. Los pacificadores ayudan a los demás recordándoles la verdad del evangelio.

Vivir el evangelio en los demás


Cuando los creyentes conocen la verdad del amor, la aceptación y la presencia continua de Dios en sus vidas,
responden en dependencia de Dios, gratitud por su gracia y gozosa obediencia a sus mandatos. Los Coach en
Conflictos y mediadores llamarán a los demás a confiar en Dios, a la gratitud y a la vida fiel.

No se angustien. Confíen en Dios, y confíen también en mí (Juan 14:1).

Estén siempre alegres, oren sin cesar den gracias a Dios en toda situación, porque esta es su voluntad para
ustedes en Cristo Jesús (1 Tesalonicenses 5:16-18).

Si ustedes me aman, obedecerán mis mandamientos (Juan 14:15).

De:http://www.peacemaker.net/site/c.mkLUJ7MNKrH/b.5259399/k.A290/C243mo_construir_una_cultura_de_paz_en_la_Ig
lesia.htm

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Artículo de “Pacificadores” #2
Las Cuatro Columnas de la Pacificación
El conflicto no es necesariamente malo o destructivo. Aun cuando el conflicto sea causado por el pecado y
genere mucha tensión, Dios puede usarlo para bien (ver Romanos 8:28-29). Como escribió el apóstol Pablo en 1
Corintios 10:31-11:1, el conflicto de hecho brinda tres oportunidades importantes. Por la gracia de Dios, usted
puede usar el conflicto para:

• Glorificar a Dios (confiando en él, obedeciéndolo e imitándolo)


• Servir a otros (ayudándolos a llevar sus cargas o confrontándolos en amor)
• Crecer según la imagen de Cristo (confesando el pecado y apartándose de actitudes que promueven el
conflicto).

Estos conceptos se pasan por alto por completo en la mayoría de los conflictos porque la gente por naturaleza
se dedica a huir de la situación o a vencer a su oponente. Por lo tanto, es prudente cada tanto alejarse de un
conflicto y preguntarse si usted está haciendo todo lo que puede para aprovechar estas oportunidades
especiales.
"¿Cómo puedo agradar y
Primera columna: Glorifique a Dios honrar al Señor en esta
situación?"
Cuando el apóstol Pablo instó a los corintios a vivir “para la gloria de Dios”, no
estaba hablando de una hora el domingo a la mañana. Él quería que dieran honra a Dios y lo alabaran en la vida
cotidiana, especialmente por la forma en que resolvían los conflictos personales (ver 1 Corintios 10:31).

Como mencionamos anteriormente, usted puede glorificar a Dios en el medio del conflicto si confía en Él, lo
obedece y lo imita (ver Proverbios 3:4-6; Juan 14:15; Efesios 5:1). Una de las mejores formas de mantener estas
inquietudes al tope de su mente es hacerse periódicamente esta pregunta de enfoque: “¿Cómo puedo agradar y
honrar al Señor en esta situación?”.

Segunda columna: Saque la viga de su ojo


Uno de los principios más desafiantes de la pacificación aparece en Mateo 7:5, donde Jesús dice: “¡Hipócrita!,
saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás con claridad para sacar la astilla del ojo de tu hermano”.

En general, hay dos tipos de “vigas” que tiene que buscar cuando trata con un conflicto. Primero, necesita
preguntar si usted ha tenido una actitud crítica, negativa o exageradamente sensible que ha producido un
conflicto innecesario. Una de las mejores formas de hacer esto es dedicar un tiempo a meditar en Filipenses 4:2-
9, que describe el tipo de actitud que los cristianos deberían tener aun cuando están involucrados en un
conflicto.

El segundo tipo de viga que usted debe enfrentar son las palabras y acciones realmente pecaminosas. Dado
que uno a menudo es ciego a sus propios pecados, tal vez necesite un amigo o consejero sincero que le ayuda
a verse de una forma objetiva y enfrentar su propia contribución al conflicto.

Cuando usted identifique las formas en que ha agraviado a otra persona, es importante que reconozca sus
agravios sincera y meticulosamente. Una forma de hacer esto es usando los Siete Elementos de la Confesión.

El aspecto más importante al sacar la viga de su propio ojo es ir más allá de la confesión del comportamiento
errado y enfrentar la causa fundamental de ese comportamiento. La Biblia enseña que el conflicto surge de las
pasiones que luchan dentro de su corazón (Santiago 4:1-3; Mateo 15:18-19). Algunas de estas pasiones o
deseos son obviamente pecaminosos, como querer ocultar la verdad, obligar a otros a hacer su voluntad o
vengarse. Sin embargo, en muchas situaciones el conflicto es alimentado por buenos deseos que usted ha
elevado a la categoría de demandas pecaminosas, como el anhelo de ser entendido, amado, respetado o
reivindicado.

Cada vez que usted se vuelve excesivamente preocupado por algo, aun algo bueno, y busca encontrar felicidad,
seguridad o realización en eso en vez de Dios, es culpable de idolatría. La idolatría conduce inevitablemente al
conflicto con Dios (“No tengas otros dioses además de mí”). También causa conflicto con otras personas. Como
escribe Santiago, cuando queremos algo pero no lo conseguimos, matamos y sentimos envidia, reñimos y nos
hacemos la guerra (Santiago 4:1-4).

Hay tres pasos básicos que usted puede dar para vencer la idolatría que alimenta el conflicto. Primero, debe

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pedir a Dios que lo ayude a ver dónde ha sido culpable de adoración incorrecta, es decir, dónde usted está
centrando su amor, atención y energía en algo distinto de Dios. Segundo, debe identificar y renunciar
específicamente a cada uno de los deseos que contribuyen al conflicto. Tercero, deber seguir deliberadamente
la adoración correcta, es decir, fijar su corazón y mente en Dios y buscar gozo, realización y satisfacción sólo en
él.

A medida que Dios guía y apoya estos esfuerzos, usted puede encontrar libertad de los ídolos que alimentan el
conflicto y sentir la motivación para hacer elecciones que agradarán y honrará a Cristo. Este cambio de corazón
generalmente acelerará la resolución de un problema presente, y a la vez mejorará
su capacidad para evitar conflictos similares en el futuro.

Tercer columna: Restaure humildemente


Otro principio básico de la pacificación involucra un esfuerzo por ayudar a otros a entender cómo han contribuido
al conflicto. Cuando los cristianos piensan en hablar a otra persona acerca de un conflicto, uno de los primeros
versículos que vienen a la mente es Mateo 18:15: “Si tu hermano peca contra ti, ve a solas con él y hazle ver su
falta”. Si este versículo se lee aisladamente, parece enseñar que siempre debemos usar la confrontación directa
para obligar a los demás a reconocer que han pecado. Sin embargo, si el texto se lee en contexto, vemos que
Jesús tenía algo mucho más flexible y beneficioso en mente que simplemente pararse frente a otras personas
describiéndoles sus pecados.

Justo antes de este pasaje encontramos la maravillosa metáfora de Jesús de un pastor amoroso que va en
busca de una oveja errante para luego regocijarse cuando la encuentra (Mateo 18:12-14). Por lo tanto, Mateo
18:15 surge dentro de un tema de restauración y no de condena. Jesús repite este tema justo después de
decirnos “hazle ver su falta” agregando: “Si te hace caso, has ganado a tu hermano”. Y luego toma el tema de la
restauración por tercera vez en los versículos 21 a 35, donde usa la parábola del siervo despiadado para
recordarnos que debemos ser misericordiosos y perdonar a los demás como Dios nos perdona a nosotros
(Mateo 18:21-35).

Jesús está claramente pidiendo algo mucho más amoroso y redentor que simplemente confrontar a los demás
con una lista de sus agravios. Similarmente, Gálatas 6:1 nos da un consejo sólido acerca de cuál debería ser
nuestra actitud y propósito cuando vamos a nuestro hermano: “Hermanos, si alguien es sorprendido en pecado,
ustedes que son espirituales deben restaurarlo con una actitud humilde”. Nuestra actitud debe ser de humildad
antes que ira, y nuestro propósito debe ser de restaurar antes que condenar.

Pero aun antes de ir a hablar con alguien recuerde que corresponde pasar por alto ofensas menores (ver
Proverbios 19:11). Como regla general, una ofensa deberá ser pasada por alto si usted puede contestar “no” a
cada una de las siguientes preguntas:

• ¿Deshonra a Dios seriamente la ofensa?


• ¿Ha dañado permanentemente una relación?
• ¿Está dañando seriamente a otros? y
• ¿Está dañando seriamente al ofensor mismo?

Si usted contesta “sí” a alguna de estas preguntas, la ofensa es demasiado seria como para pasar por alto, en
cuyo caso Dios le ordena ir a habla con el ofensor en forma privada y amorosa acerca de la situación. Cuando lo
haga, recuerde lo siguiente:

• Ore pidiendo humildad y sabiduría


• Planifique sus palabras cuidadosamente (piense cómo le gustaría a usted ser confrontado)
• Anticipe reacciones probables y planifique respuestas adecuadas (puede ser muy útil ensayar)
• scoja el momento y el lugar correctos (hable en persona siempre que sea posible)
• Suponga lo mejor acerca de la otra persona a menos que tenga información que demuestre lo contrario
(Proverbios 11:27)
• Escuche cuidadosamente (Proverbios 18:13)
• Hable sólo para edificar a los demás (Efesios 4:29)
• Pida realimentación a la otra persona
• Reconozca sus límites (sólo Dios cambia a las personas; ver Romanos 12:18; 2 Timoteo 2:24-26)

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Compendio de Apuntes para “Armonía, y la mayordomía de conflictos”
Seminario Teológico Bautista, Lima, Perú, Dr. David Liles

Si una conversación inicial no resuelve el conflicto, no se dé por vencido. Repase lo que se dijo y se hizo, y
busque formas de encararlo mejor durante una conversación de seguimiento. También podría ser prudente pedir
a un amigo espiritualmente maduro consejos acerca de cómo encarar a la otra persona más eficazmente. Luego
vuelva a intentar con un apoyo de oración aún mayor.

Si los intentos repetidos y cuidadosos por tener una discusión privada demuestran ser infructuosos, y si la
cuestión es demasiado seria como para pasarla por alto, debería pedir a una o dos personas más que se reúnan
con usted y su oponente para ayudarlos a resolver sus diferencias a través de
la mediación, el arbitraje o la rendición de cuentas (ver Mateo 18:16-20; 1
Corintios 6:1-8). Aun cuando los cristianos
hemos experimentado el mayor
perdón del mundo,
Cuarta columna: Vaya y reconcíliese frecuentemente no mostramos
ese perdón a los demás.
Uno de los aspectos más característicos de la pacificación bíblica es la
búsqueda del perdón y la reconciliación genuinos. Aun cuando los cristianos
hemos experimentado el mayor perdón del mundo, frecuentemente no mostramos ese perdón a los demás. Para
justificar nuestra desobediencia a menudo usamos la declaración superficial: “La perdono; sólo que no quiero
volver a tener nada que ver con ella”. Simplemente piense cómo se sentiría usted si Dios le dijera: “Te perdono;
sólo que no quiero volver a tener nada que ver contigo”.

¡Alabado sea Dios porque nunca dice esto! En cambio, lo perdona completamente y abre el camino para la
reconciliación genuina. Lo llama a perdonar a los demás de la misma forma: “… de modo que se toleren unos a
otros y se perdonen si alguno tiene queja contra otro. Así como el Señor los perdonó, perdonen también
ustedes” (Colosenses 3:12-14; ver también 1 Corintios 13:5; Salmos 103:12; Isaías 43:25). Una forma de imitar
el perdón de Dios es hacer las Cuatro Promesas del Perdón cuando perdona a alguien.

Recuerde que el perdón es un proceso espiritual que usted no puede lograr plenamente por su cuenta. Por lo
tanto, al buscar perdonar a los demás, pida a Dios continuamente la gracia que le permita imitar el maravilloso
perdón que él le ha dado a usted.

Dios no mide el éxito en


Otras consideraciones términos de resultados sino en
términos de obediencia fiel.
Esté preparado para las personas irrazonables

Cada vez que esté respondiendo al conflicto, necesita entender que otras personas podrán endurecer sus
corazones y rehusarse a reconciliarse con usted. Hay dos formas de prepararse para esta posibilidad.

Primero, recuerde que Dios no mide el éxito en términos de resultados sino en términos de obediencia fiel. Él
sabe que usted no puede forzar a otras personas a actuar de cierta forma. Por lo tanto, no lo hará responsable
de las acciones de ellas o del resultado final del conflicto.

Todo lo que espera Dios de usted es que obedezca su voluntad revelada lo más fielmente posible (ver Romanos
12:18). Si hace esto, no importa cómo salga el conflicto usted puede salir con una conciencia clara ante Dios,
sabiendo que su evaluación es: “"¡Hiciste bien, siervo bueno y fiel!”.

Segundo, propóngase no renunciar a encontrar una solución bíblica. Si una disputa no se resuelve fácilmente,
podría verse tentado a decir: “Bueno, intenté todos los principios bíblicos que conozco y simplemente no
funcionó. Al parecer tendré que manejarlo de otra forma (léase “la forma del mundo”).

Un cristiano nunca debería cerrar la Biblia. Cuando usted intenta resolver un conflicto pero no ve los resultados
que desea, debería buscar a Dios aún más ardientemente en oración, el estudio de su Palabra y el consejo de
su iglesia. Al hacerlo, es esencial mantener su foco en Cristo y en todo lo que él ya ha hecho por usted (ver
Colosenses 3:1-4). Es útil también seguir cinco principios para vencer el mal, que se describen en Romanos
12:14-21:

• Controle su lengua ("Bendigan a quienes los maldicen"; ver también Efesios 4:29)
• Busque consejeros devotos (identifíquese con otros y no se aísle)
• Siga haciendo lo correcto (ver 1 Pedro 2:12, 15; 3:15b-16)
• Reconozca sus límites (en vez de tomar represalias, manténgase dentro de los canales bíblicos
apropiados)
• Use el arma última: amor deliberado y enfocado (ver también Juan 3:16; Lucas 6:27-31)

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Compendio de Apuntes para “Armonía, y la mayordomía de conflictos”
Seminario Teológico Bautista, Lima, Perú, Dr. David Liles

Como mínimo, estos pasos lo protegerán de ser consumido por el ácido de su propia amargura y resentimiento
si los demás continúan oponiéndose a usted. Y, en algunos casos, Dios podría llegar a usar estas acciones para
llevar a otra persona al arrepentimiento (ver 1 Samuel 24:1-22).

Aun cuando los demás persistan en hacer lo incorrecto, usted puede seguir confiando en que Dios está en
control y tratará con ellos en su tiempo (ver Salmos 10 y 37). Esta clase de paciencia frente al sufrimiento es
elogiada por Dios (ver 1 Pedro 2:19) y termina siendo para nuestro bien y para la gloria de él.

Obtenga ayuda de arriba

Ninguno de nosotros puede lograr una paz completa y duradera con los demás con nuestras propias fuerzas.
Necesitamos la ayuda de Dios. Pero, antes de poder recibir esa ayuda, tenemos que estar en paz con Dios
mismo.

La paz con Dios no llega automáticamente, porque todos hemos pecado y nos hemos alienado de él (ver Isaías
59:1-2). En vez de vivir las vidas perfectas necesarias para disfrutar de la comunión con él, cada uno de
nosotros tenemos un historial manchado de pecado (ver Mateo 5:48; Romanos 3:23). Como resultado,
merecemos estar separados eternamente de Dios (Romanos 3:23a). Esas son las malas noticias.

Las buenas noticias son que “tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en
él no se pierda, sino que tenga vida eterna” (Juan 3:16). Creer en Jesús significa más que ser bautizado, ir a la
iglesia o intentar ser una buena persona. Ninguna de estas actividades borrará los pecados que usted ya ha
cometido y continuará cometiendo a lo largo de su vida. Creer en Jesús significa, ante todo, reconocer que usted
es un pecador y admitir que no hay forma en que pueda obtener la aprobación de Dios a través de sus propias
obras (Romanos 3:20; Efesios 2:8-9).

Segundo, significa creer que Jesús pagó el castigo total por sus pecados cuando murió en la cruz (Isaías 53:1-
12; 1 Pedro 2:24-25). En otras palabras, creer en Jesús significa confiar en que él intercambió los legajos con
usted en el Calvario; es decir, tomó el legajo pecaminoso de usted para sí y lo pagó completamente, dándole a
usted el legajo perfecto de él.

Cuando usted cree en Jesús y recibe el legajo de la justicia perfecta, puede tener verdadera paz con Dios. Al
recibir su paz, Dios le dará una capacidad creciente para hacer la paz con los demás siguiendo los principios de
pacificación que nos da en la Biblia, muchos de los cuales se describen más arriba (ver Filipenses 4:7; Mateo
5:9).

Si nunca ha confesado su pecado a Dios ni ha creído en Jesucristo como su Salvador, Señor y Rey, puede
hacerlo ahora mismo diciendo sinceramente la siguiente oración:

Señor Jesús:

Sé que soy un pecador, y me doy cuenta de que mis buenas obras jamás podrían compensar mis faltas.
Necesito tu perdón. Creo que moriste por mis pecados, y quiero apartarme de ellos. Confío en ti ahora para que
seas mi Salvador, y te seguiré como mi Señor y Rey, en la comunión de tu iglesia.

Si usted ha hecho esta oración, es esencial que encuentre comunión con otros cristianos en una iglesia donde
se enseñe y aplique fielmente la Biblia. Esta comunión lo ayudará a aprender más acerca de Dios, a crecer en
su fe y a obedecer lo que él ordena, aun cuando esté involucrado en un conflicto difícil.

Obtenga ayuda de la iglesia

A medida que Dios lo ayude a practicar sus principios de pacificación, usted podrá resolver la mayoría de los
conflictos normales de su propia vida cotidiana. A veces, sin embargo, se encontrará con situaciones que no
sabrá manejar. En tales situaciones, es apropiado recurrir a una persona espiritualmente madura dentro de la
iglesia que le pueda dar consejos sobre cómo usted podría aplicar estos principios más eficazmente.

Adaptado de The Peacemaker: A Biblical Guide to Resolving Personal Conflict. © 1997, 2003 por Ken Sande.
Todos los derechos reservados.
De: http://www.peacemaker.net/site/c.mkLUJ7MNKrH/b.5266519/k.93D9/
Las_Cuatro_Columnas_de_la_Pacificaci243n.htm

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Artículo de “Pacificadores” #3
La Loma Resbaladiza
Adaptado de The Peacemaker: A Biblical Guide to Resolving Personal Conflict. © 1997, 2003 por Ken Sande.

Los conflictos pueden hacer que la vida sea muy incómoda. A menudo nos encuentran con la guardia baja y nos
llevan a decir o hacer cosas que luego lamentamos. Cuando alguien nos ofende, podemos reaccionar sin pensar. De
pronto, es como si nos estuviésemos deslizando por una loma resbaladiza, yendo de mal en peor. Como muestra la
ilustración, esta loma resbaladiza puede caer en dos direcciones.

Respuestas de escape
Las personas tienden a usar respuestas de escape cuando están más interesadas en evitar o alejarse de un conflicto
que en resolverlo.

Negación - Una forma de escapar del conflicto es hacer de cuenta que un problema no existe. Otra forma es
rehusarnos a hacer lo que debe hacerse para resolver un conflicto adecuadamente. Estas repuestas traen sólo alivio
temporal y normalmente empeoran las cosas (ver 1 Samuel 2:22–25).

Huida - Otra forma de escapar del conflicto es huir. Esto puede tomar la forma de terminar una relación, renunciar a
un trabajo, pedir un divorcio o cambiar de iglesia. La huida puede ser legítima en circunstancias extremas (ver 1
Samuel 19:9,10), pero en la mayoría de los casos sólo posterga una solución adecuada del problema.

Suicidio - Cuando las personas pierden toda esperanza de resolver un conflicto, pueden buscar escapar de la
situación (o hacer un llamado desesperado de ayuda) intentando quitarse su propia vida (ver 1 Samuel 31:4). El
suicidio nunca es la forma correcta de tratar un conflicto.

Respuestas de ataque
Las personas tienden a usar respuestas de ataque cuando están más interesadas en ganar un conflicto que en
preservar una relación.

Agresión - Algunas personas tratan de vencer a un oponente usando diversas formas de fuerza o intimidación,
como ataques verbales (incluyendo el chisme o la calumnia), violencia física o esfuerzos para dañar a una persona
financieramente o profesionalmente (ver Hechos 6:8–15). Esta conducta siempre empeora los conflictos.

Litigio - Si bien algunos conflictos pueden ser llevados legítimamente ante un juez civil (ver Hechos 24:1–26:32;
Romanos 13:1–5), las demandas generalmente dañan las relaciones, reducen nuestro testimonio cristiano y a
menudo no logran una justicia completa. Por esto se les ordena a los cristianos que hagan todos los esfuerzos para
arreglar sus diferencias dentro de la iglesia en vez de hacerlo en los tribunales civiles (1 Corintios 6:1–8; Mateo
5:25,26).

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Compendio de Apuntes para “Armonía, y la mayordomía de conflictos”
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Asesinato - En casos extremos, las personas pueden estar tan desesperadas por ganar una disputa que intentarán
matar a quienes se les oponen (ver Hechos 7:54–58). Si bien la mayoría de las personas difícilmente lleguen a matar
a alguien, nunca debemos olvidar que podemos ser culpables de asesinato a los ojos de Dios cuando albergamos ira
o desprecio en nuestro corazón hacia otros (ver 1 Juan 3:15; Mateo 5:21,22).

El evangelio, la clave para la paz


Los verdaderos pacificadores están guiados, motivados y facultados por el evangelio, las buenas nuevas de que
Dios ha perdonado todos nuestros pecados y ha hecho la paz con nosotros a través de la muerte y resurrección de
su Hijo (Colosenses 1:19,20). A través de Cristo también nos ha permitido librarnos del hábito de escapar del
conflicto o atacar a otros, y nos ha facultado para llegar a ser pacificadores que pueden promover justicia y
reconciliación auténticas (Colosenses 3:12-14).

Respuestas de paz
Pacificación personal

Hay tres formas bíblicas de resolver los conflictos personalmente y privadamente, sólo entre usted y la otra parte.

Pasar por alto una ofensa - Muchas disputas son tan insignificantes que deben ser resueltas pasando por alto
silenciosamente una ofensa. “El buen juicio hace al hombre paciente; su gloria es pasar por alto la ofensa”
(Proverbios 19:11). Pasar por alto una ofensa es una forma de perdón e involucra una decisión deliberada de no
hablar de ella, pensar en ella o dejar que se transforme en amargura o ira contenidas.

Reconciliación - Si una ofensa es demasiado seria como para pasarla por alto o ha dañado nuestra relación,
tenemos que resolver temas personales o relacionales a través de la confesión, la corrección amorosa y el perdón.
“Si…tu hermano tiene algo contra ti…ve primero y reconcíliate con tu hermano” (Mateo 5:23,24). “Hermanos, si
alguien es sorprendido en pecado, ustedes que son espirituales deben restaurarlo con una actitud humilde” (Gálatas
6:1; ver Mateo 18:15). “Así como el Señor los perdonó, perdonen también ustedes” (Colosenses 3:13).

Negociación - Aun cuando resolvamos exitosamente temas vinculados a la relación entre las partes, tal vez
necesitemos todavía solucionar temas materiales relacionados con dinero, propiedad u otros derechos. Esto debería
hacerse a través de un proceso de negociación cooperativa en el que usted y la otra persona buscan llegar a un
acuerdo que satisfaga las necesidades legítimas de cada lado. “Cada uno debe velar no sólo por sus propios
intereses sino también por los intereses de los demás” (Filipenses 2:4).

Pacificación asistida

Cuando una disputa no puede ser resuelta personalmente, Dios nos llama a buscar la ayuda de otros cristianos.

Mediación - Si dos personas no pueden alcanzar un acuerdo en privado, deberían pedir a una o más personas
objetivas de afuera que se encuentren con ellas para ayudarlas a comunicarse más eficazmente y explorar
soluciones posibles. “Si [tu hermano] no [te hace caso], lleva contigo a uno o dos más” (Mateo 18:16). Estos
mediadores podrán hacer preguntas y dar consejos, pero no tienen ninguna autoridad para forzarlo a aceptar una
solución específica.

Arbitraje - Cuando usted y su oponente no pueden arribar a un acuerdo voluntario sobre un tema material, podrán
designar a uno o más árbitros para que escuchen sus argumentos y presenten una solución vinculante para resolver
el asunto. “Si tienen pleitos sobre tales asuntos, ¿cómo es que nombran como jueces a los que no cuentan para
nada ante la iglesia?” (1 Corintios 6:4).

Rendición de cuentas - Si una persona que dice ser cristiana se rehúsa a ser reconciliada y hacer lo correcto,
Jesús ordena a los líderes de su iglesia que intervengan formalmente para que la persona rinda cuentas ante la
Biblia y para promover el arrepentimiento, la justicia y el perdón: “Si se niega a hacerles caso a ellos, díselo a la
iglesia” (Mateo 18:17).

De: http://www.peacemaker.net/site/c.mkLUJ7MNKrH/b.5281215/k.F308/La_Loma_Resbaladiza.htm

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Artículo de “Pacificadores” #4
Conocer la gloria de Dios en la reconciliación

Como muchos de ustedes se dan cuenta, la pacificación es un tema muy práctico para enseñar y para practicar.
Enfrentamos conflictos en nuestras vidas y nuestros ministerios constantemente, y la pacificación brinda una
herramienta para que resolvamos estos conflictos de una forma constructiva.

Sin embargo, si sólo vemos la pacificación como una herramienta para solucionar problemas, pasamos por alto
dos preocupaciones importantes en el llamado de Dios para que seamos pacificadores. El Rdo. Alfred Poirier,
presidente de la Junta Directiva de Peacemaker Ministries, enseñó recientemente acerca de estos temas a una
reunión de líderes de seminarios en India. Mostró, en primer lugar, que nuestro papel como pacificadores está
arraigado profundamente en lo que la Biblia dice acerca de Dios y, en segundo lugar, que Dios nos llama a
reflejar su carácter como pacificadores en todo lo que hacemos.

La pacificación no es sólo una herramienta, sino una forma de vida –un “hábito del ser”– para el pueblo de Dios.

La pacificación forma parte de la naturaleza misma de Dios y de cómo obra en este mundo. Comenzando por
Génesis 3, el conflicto y la reconciliación abarcan la trama dramática de la Biblia. Este drama culmina con la
muerte y la resurrección de Cristo, cuya obra logró la reconciliación de todas las cosas con Él (ver Colosenses
1:19, 20).

Éxodo 32 a 34 nos da una “instantánea” de cómo Dios trabaja como pacificador en la historia humana. En este
pasaje, Moisés media a favor del pueblo de Israel, cuya idolatría había ofendido profundamente a Dios. Corren
peligro de perder la seguridad de la presencia de Dios o de ser consumidos por su ira, pero Moisés termina por
recibir la tranquilidad de que Él continuará morando por gracia con su pueblo.

Moisés también le pide a Dios: “Te ruego que me muestres tu gloria” (Éxodo 33:18), para que pudiera saber
cómo Dios quiere que conduzca a los israelitas “duros de cerviz”. La respuesta del Señor a Moisés es tan
significativa para la relación de Israel con Dios que se repite a lo largo de la Biblia (ver, por ejemplo, Nehemías
9:17, Salmos 86:15, Joel 2:13). Dios dice a Moisés que Él es:

“¡Jehová! ¡Jehová! fuerte, misericordioso y piadoso; tardo para la ira, y grande en misericordia y verdad;
que guarda misericordia a millares, que perdona la iniquidad, la rebelión y el pecado…” (Éxodo 34:6,
7a).

Si bien Dios podría haber revelado cualquiera de sus atributos a Moisés –su justicia, su inmutabilidad, su poder–
Él escoge enfatizar su misericordia. Dios muestra a Moisés que su gloria es la gloria de un Dios reconciliador.

El Evangelio de Juan retoma estos temas de Éxodo sobre la gloria de Dios, su gracia y su presencia entre su
pueblo. Llegan a su clímax en Cristo, quien “habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito
del Padre), lleno de gracia y de verdad” (Juan 1:14). En la vida, muerte y resurrección de Jesús, Dios termina
por revelarse como un Dios pacificador. Además, Cristo dice a sus seguidores que seremos reconocidos como
hijos de Dios cuando imitemos el carácter de Dios en la reconciliación (Mateo 5:9; Juan 13:35; 17:23).

A lo largo de la Biblia, Dios llama a su pueblo a ser pacificadores en su ser mismo, y no a considerar a la
pacificación como una mera herramienta para ser usada ocasionalmente. Esta forma de entender la Biblia tiene
implicaciones importantes para la pacificación en todo el mundo.

Ante todo, nos damos cuenta de que el ministerio de la pacificación toca el corazón mismo de la obra de Dios en
este mundo. Peacemaker Ministries fue fundado para facilitar la reconciliación en conflictos legales de Estados
Unidos, pero ahora vemos a pacificadores en todo el mundo que aplican la Palabra de Dios a conflictos difíciles
en familias, iglesias y aun en países. A menudo es desafiante aplicar la Biblia cuando las tradiciones culturales
se resisten al proceso de pacificación de Dios pero, al saber que Él se deleita en mostrar su gloria en la
reconciliación, nos alienta a perseverar en situaciones difíciles.

También hemos visto que el conflicto y la resolución son la historia misma de la Biblia. Hay muchas culturas que
apreciarán esta forma de leer la Biblia porque se comunican principalmente a través de la narración antes que
por el discurso. Si bien un público de Estados Unidos podrá disfrutar de aprender acerca del carácter de
pacificación de Dios a través de la enseñanza de Pablo en Romanos 5:1–11 o en 2 Corintios 5:18–20, un público
de otra cultura podría aprender esta lección más eficazmente haciendo énfasis en la historia de cómo Dios
revela su carácter pacificador a Moisés en Éxodo 32 a 34. Estas son dos perspectivas de la misma Palabra de
Dios, y juntas nos brindan formas complementarias de enseñar la pacificación en todo el mundo.

Lo que significa todo esto es que la identidad esencial del cristiano –sea cual fuere la capacidad en la que está

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Compendio de Apuntes para “Armonía, y la mayordomía de conflictos”
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sirviendo– es “embajador de la reconciliación” (2 Corintios 5:18–20). Dios nos llama a ser sus embajadores de la
paz dondequiera que nos haya colocado, incluyendo nuestro trabajo, familia y comunidad. Los seminarios no
son sólo campos de entrenamiento para “pastores”, “maestros” y “evangelistas”, sino para pacificadores. Los
abogados, empresarios y otros profesionales cristianos son también pacificadores, con un papel importante en la
obra de reconciliación de Dios.

No importa dónde esté y cómo sirva a Dios, lo alentamos a comenzar a leer su Biblia buscando el carácter
pacificador de Dios y a imitar su carácter como el Pacificador divino. Recuerde que la pacificación no es
simplemente una herramienta para arreglar problemas, sino un “hábito del ser”, una forma de reflejar quiénes
somos en Cristo en todas nuestras relaciones.

De:http://www.peacemaker.net/site/c.mkLUJ7MNKrH/b.5259275/k.50D8/Conocer_la_gloria_de_Dios_en_la_reconciliaci2
43n.htm

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Artículo de “Pacificadores” #5
Crisis, Cambio y Conflicto: Capacitados Para Pastorear
Chip Zimmer
Vicepresidente de Ministerios Internacionales
Peacemaker Ministries
czimmer@peacemaker.net

Introducción:
Muchas gracias por la invitación para estar aquí y reflexionar con ustedes sobre lo que significa liderar al pueblo
de Dios durante tiempos de crisis y cambios. Es un honor para mí formar parte de su Conferencia.

El tema “Capacitados para pastorear en medio de la CRISIS mundial”, no podría ser más oportuno. Quiero
abordar este tema desde tres perspectivas:

Primero, me gustaría pensar con relación a la crisis actual y establecer que, en el fondo, es una crisis espiritual.

A continuación, consideraremos la crisis como un tiempo de cambios, con riesgos y oportunidades, y compartiré
con ustedes algunas ideas relacionadas con lo que significa ser un pastor y un líder, así como algo sobre la
dinámica del cambio que pueda ayudarnos a mantener el foco de nuestro liderazgo en Dios, y no solamente en
nuestras circunstancias.

Finalmente, la crisis y los cambios casi siempre producen conflictos, y sugeriré algunas formas en que, como
pastores y líderes, podemos servir a nuestras congregaciones y a nuestra sociedad más amplia cuando surgen
estos conflictos.

Mi conclusión ante todo esto es que, dado que ésta es en el fondo una crisis espiritual, los pastores y los líderes
de la iglesia son precisamente las personas adecuadas para cumplir con papeles de liderazgo, y que estamos
llamados y facultados por Dios para servirle en tiempos como estos, viviendo y liderando a través del evangelio.
Dios nos ha facultado para pastorear y liderar en tiempos de crisis.

Primera parte: Una crisis espiritual


Hace poco estaba leyendo un artículo en The Wall Street Journal, un periódico estadounidense. Si no está
familiarizado con este diario, es un favorito entre la comunidad empresarial de Estados Unidos, y es muy leído
por empresarios de todo el mundo.

El artículo, escrito por Daniel Henninger, hablaba de la relación entre la actual crisis financiera y la creciente
tendencia en Estados Unidos de evitar las palabras “Feliz Navidad”. Tal vez no les parezca obvio a ustedes que
exista una relación entre ambas cosas. Pero el Henninger fundamenta su caso convincentemente.

Señala que los problemas que han surgido en nuestra economía son producto mayormente de que la comunidad
empresaria, nuestros líderes políticos y en última instancia cada uno de nosotros no ha prestado atención a lo
que él llama las “tres erres”: “Responsabilidad”, “Refrenamiento” y “Remordimiento”. Como actores de nuestra
vida económica, cada uno de nosotros no hemos podido vivir responsablemente y dentro de nuestros medios
financieros, refrenarnos de asumir gastos y deudas que no podíamos manejar y, habiendo cometido estos
errores, no hemos tenido un auténtico remordimiento que produzca un cambio de conducta.

Si estas cualidades, que él identifica como principalmente “morales” por naturaleza, hubieran formado parte del
carácter estadounidense en general y de las personas que tomaron decisiones sobre préstamos e hipotecas –
sugiere el Henninger–, tal vez no estaríamos en el desastre en el que nos encontramos hoy. Esta clase de
cualidades se expresan principalmente a través del carácter individual. Todas tienen su fundamento, no en la
teoría económica, sino en la fe religiosa y, específicamente, en la fe cristiana.

Es fácil en la crisis actual señalar con el dedo a Estados Unidos o Europa, y es muy cierto que nos corresponde
gran parte de la culpa. Sin embargo, voy a suponer que de alguna forma las tendencias humanas que están
presentes en mi país y que han contribuido a la crisis actual también están presentes en Perú. De hecho, forman
parte de la condición humana caída.

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Compendio de Apuntes para “Armonía, y la mayordomía de conflictos”
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Durante varias décadas, nosotros en Estados Unidos hemos experimentado una creciente “secularización” de la
sociedad, basada mayormente en el pragmatismo, en “lo que funciona”. Somos personas que nos centramos en
los resultados, y nuestra filosofía de vida se ha convertido en: “si funciona, si produce resultados –especialmente
si produce ganancias–, debe estar bien”. Vemos esta “secularización” en todas partes. Ha llegado a definir
nuestra vida económica y política. Lamentablemente, se ha introducido también en algunas de nuestras iglesias,
especialmente cuando el “éxito” se define por la cantidad de miembros en vez de la obediencia fiel.

Vemos también la secularización en la pérdida de un sentido corporativo de que hay verdades eternas y que
éstas subyacen toda moralidad, toda noción del bien y el mal. La tolerancia o el respeto se han convertido en
una cualidad clave –algunos dirían la clave– de la vida nacional, y nos esforzamos por no ofender a quienes son
diferentes de nosotros. Y esto aparece, según nota el artículo de Henninger, en la expresión “Feliz Navidad”. En
este momento del año, quienes somos cristianos somos cada vez más conscientes del mensaje sutil y no tan
sutil de que está bien desear a los demás “Felices vacaciones” o “Felices fiestas”, pero no “Feliz Navidad,” para
evitar ofender a quienes no comparten nuestra fe.

No estoy sugiriendo que, como cristianos, seamos intolerantes, o que actuemos de formas que ofendan a
personas de otras tradiciones religiosas o que no tengan ninguna tradición religiosa. Todo lo contrario. Creo que
nuestra fe nos llama a respetar a los demás y a amar a los demás de la misma forma que Cristo nos ama a
nosotros, sirviéndolos y trabajando para su bienestar.

Pero lo que quiere indicar Henninger es que no debemos sorprendernos al final de que una nación que
promueve el secularismo y que en ese proceso elimina la religión de su vida pública elimine también valores
fundamentales que genera la religión, la clase de valores, como “responsabilidad, refrenamiento y
remordimiento”, que ponen límites al comportamiento público y privado, y que están en el fondo del código moral
que mantiene unidas a las comunidades.

De una forma importante y fundamental, entonces, puede verse que la declinación de una cosmovisión religiosa
y, específicamente, de la cosmovisión cristiana que alguna vez estuvo en el corazón de la vida pública en
Estados Unidos y en otras partes subyace la actual crisis económica. Esta es, en el fondo, una crisis moral, una
crisis de carácter. Y, como es una crisis moral, es una crisis espiritual.

Según mi experiencia, las crisis espirituales casi siempre son producto de la adoración mal dirigida. Nosotros los
humanos somos muy propensos a adorar a la creación antes que al Creador, como señala el apóstol Pablo en
Romanos 1. Simplificando el tema al máximo, por abajo de la presente crisis económica se encuentra el amor al
dinero y a la riqueza. Jesús nos alertó al respecto. También nos mostró que la solución última para toda crisis
espiritual es el arrepentimiento, volvernos a Dios y alejarnos de la adoración de falsos ídolos. “Ustedes no
pueden servir a la vez a Dios y a las riquezas”, en las palabras tan memorables del Señor.

Como pastores y líderes de la iglesia, como hombres y mujeres llamados y equipados para el ministerio, Dios
nos faculta con su Palabra y con su Espíritu, y nos coloca en puestos para servirlo y servir a su Cuerpo en medio
de las crisis espirituales, para señalar el camino hacia la auténtica renovación y esperanza que tenemos en
Jesucristo.

Segunda parte: Liderar en tiempos de crisis y de cambios:


La palabra “crisis” se define de diferentes formas: “un momento decisivo o crucial”, “un punto crítico”, “una
condición de inestabilidad o peligro... que conduce a un cambio decisivo”. Inherente a nuestra noción de crisis
está la idea de que es un tiempo de mucho riesgo. La gente en general se siente muy incómoda, y a menudo
están atrapadas por el temor a un futuro desconocido e imposible de conocer. Los medios –nuestros periódicos,
la televisión y la radio– contribuyen a esto, ya que cada día nos trae noticias acerca de lo mal que están las
cosas y la probabilidad de que empeoren. Es fácil llegar a la conclusión de que el mundo es un lugar muy
peligroso en este momento y que tememos que esté cambiando para peor.

Permítame darle un ejemplo de esto, tomado de Estados Unidos. Según una encuesta de la CNN realizada un
mes atrás, “setenta y cinco por ciento de los (estadounidenses) encuestados dijeron que están enojados por la
forma en que se andan las cosas [eso fue un mes atrás... imaginen como deben sentirse hoy]. Dos tercios de los
encuestados dijeron que tenían miedo por la forma en que iban las cosas y tres de cada cuatro dijeron que las
condiciones actuales en el país los están estresando”. Esto ocurre en un país donde, dicho sea de paso, la
enorme mayoría de las personas aún está cómodamente empleada.

No está mal concluir que el mundo es un lugar más riesgoso hoy que un año atrás, pero esto es sólo
parcialmente correcto. Nos resulta demasiado fácil distraernos por los peligros obvios. Tenemos que recordar

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que una crisis es un “punto crítico”, que en cualquier punto crítico está presente el cambio, y que inherente en
todo cambio está la oportunidad. Dios siempre está planeando cosas buenas, por más que nos cueste
discernirlas a veces. Como personas llamadas a liderar la comunidad de creyentes a través de un tiempo de
cambios, algunas de las preguntas que podríamos hacer son: “¿Cómo podríamos usar esta crisis para ayudar a
producir un cambio piadoso, en vez de un cambio mundano?” y “¿Cuáles son algunas de las oportunidades que
Dios está poniendo a disposición de su pueblo en medio de esta crisis, oportunidades para servir a otros y
glorificar al Señor?”.

Mi colega de Peacemaker Ministries, Tim Pollard, ha reflexionado bastante sobre cómo liderar en tiempos de
crisis y de cambios. Tim llegó a nuestra organización desde el mundo empresarial, donde trabajó como consultor
de grandes compañías. Permítame compartir con ustedes algunas de las perspectivas de Tim acerca de lo que
necesitamos entender acerca de la crisis y cómo afecta nuestras actitudes hacia los cambios que cualquiera
crisis trae inevitablemente a cada uno de nosotros:

Primero, Dios indica claramente en la Biblia la necesidad de un cambio personal.

La Biblia nos dice, por ejemplo, que tenemos que ser transformados mediante la renovación de nuestras
mentes. En una crisis, como en cualquier momento de decisión, nos acercamos a Dios o nos alejamos de Él. La
cuestión no es si vamos a cambiar, sino cómo cambiaremos. El proceso de la santificación es un esfuerzo de
toda la vida. La diferencia está en que durante un tiempo de crisis estamos más conscientes que nunca de los
riesgos y los peligros involucrados. La pregunta para cada uno de nosotros, entonces, es: “¿Veo las
circunstancias en las que me encuentro como una oportunidad para honrar a Dios, o permitiré que mi temor a lo
desconocido o mi ira manejen mi corazón, mis pensamientos, mis palabras y mis acciones?”.

Mucho depende de cómo contestamos esta pregunta, como líderes y pastores. Sólo en la medida que
decidamos buscar a Dios en medio de la crisis y los cambios podremos liderar a los demás genuinamente en la
misma dirección.

Segundo, las personas resisten el cambio en parte porque Dios nos creó para valorar lo conocido.

Las tradiciones brindan estructura y previsibilidad a nuestro mundo. Y Dios ha prescrito muchas tradiciones y
patrones conocidos para su pueblo. Vemos esto en el ciclo de trabajo y descanso, en el ritmo de los festivales y
las celebraciones. Y los cambios –especialmente los cambios grandes– son comprensiblemente preocupantes
para la mayoría de nosotros... la muerte de un ser querido, una mudanza a otra ciudad, la pérdida de un trabajo.

Detestamos perder aquellas cosas que nos ayudan a definir nuestra identidad. Al mismo tiempo, esta clase de
pérdidas nos recuerdan que nuestro hogar, en última instancia, no está en este mundo sino en la eternidad con
nuestro Señor. Y nuestra identidad no está tanto en dónde vivimos o qué trabajo hacemos, sino como miembros
de la familia de Dios. Vemos ejemplos en la Biblia de ocasiones en que el pueblo de Dios luchando con
cuestiones de cambios y de identidad. En Éxodo, por ejemplo, observamos que los israelitas en el desierto, para
sorpresa nuestra, en ocasiones parecían preferir la esclavitud en Egipto, con sus comidas conocidas y pequeñas
comodidades, a la vida al borde, caminando por el desierto sin ninguna certeza de lo que traería la mañana.

Independientemente de los cambios que resulten de esta crisis actual, o de cualquiera otra crisis, podemos estar
seguros de que afectarán lo conocido y la rutina... en nuestras vidas y en las vidas de las personas que
lideramos. Podemos mostrar empatía, apoyo y aliento en tiempos como estos, pero sólo en la medida que
hayamos aprendido nosotros mismos primero a confiar en que Dios está obrando en todas las cosas para
nuestro bien y para su gloria.

Tercero, las personas a veces resisten el cambio porque han creado ídolos de lo conocido y están
adorando prácticas, tradiciones o formas de vida, en vez de adorar al único Dios verdadero.

El capítulo 4 de Santiago es muy esclarecedor, y nos dice mucho acerca de quiénes somos:

¿De dónde surgen las guerras y los conflictos entre ustedes? ¿No es precisamente de las pasiones que luchan
dentro de ustedes mismos? Desean algo y no lo consiguen. Matan y sienten envidia, y no pueden obtener lo que
quieren. Riñen y se hacen la guerra. No tienen, porque no piden. Y cuando piden, no reciben porque piden con
malas intenciones, para satisfacer sus propias pasiones. Santiago 4:1-3.

Tendemos a aferrarnos a lo conocido y, a menudo, a rechazar lo nuevo o lo incierto. En muchos sentidos somos
como los israelitas, que preferían lo que era conocido y familiar, aun cuando estuvieran esclavizados, a lo que
era liberador pero desconocido. No tiene nada de malo desear lo bueno o conocido. El problema surge cuando
ese deseo se convierte en una exigencia y estamos dispuestos a sacrificar a otras personas a fin de suplir
nuestra exigencia. Cuando vivimos así, nos colocamos a nosotros y a nuestros deseos en el centro de universo,
en vez de Dios. Esto no es otra cosa que falsa adoración, y debemos ayudarnos mutuamente a ver esta clase
de actividades claramente.

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Compendio de Apuntes para “Armonía, y la mayordomía de conflictos”
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Como pastores y líderes, es crucial que examinemos nuestros corazones continuamente, los deseos que luchan
dentro de nosotros, y que pidamos que el Señor nos purifique de toda injusticia, de forma que podamos
pastorear a las personas para que vivan de la misma forma.

Una cuarta y última consideración es que Dios llama a los pastores y líderes de su iglesia a liderar con
amabilidad, sabiduría, firmeza y amor.

En tiempos de crisis y de cambios, la gente mirará a sus líderes no sólo para que la aconseje y la asesore, sino
también como modelos de cómo Dios espera que respondamos bajo la presión de la incertidumbre.

Permítanme poner esto en el contexto de lo que significa ser un pastor:

Un pastor mantiene a sus ovejas. Es compasivo y atento. Nota cómo le va a cada oveja y se ocupa de sus
necesidades individuales. Está informado y usa su información y comprensión para prever problemas e idear
soluciones, aun antes que surja el problema.

Un pastor protege a sus ovejas. Se mantiene vigilante y alerta al peligro y al riesgo. Es implacable y
debidamente abnegado. En las memorables palabras de Jesús, el buen Pastor “da su vida por sus ovejas”.

Finalmente, un pastor guía a sus ovejas. No sólo les muestra dónde ir, sino que las guía adonde van, y ellas lo
siguen porque confían en él para mantenerlas y protegerlas. Un buen pastor lidera desde adelante, no desde
atrás.

Nuestras congregaciones estarán mirando atentamente para ver si nosotros vivimos lo que decimos creer. Este
es un momento en que debemos no sólo proclamar osadamente la verdad del evangelio, sino también para que
nos vean vivir la verdad de las buenas nuevas en nuestras vidas.

Déjenme resumir lo que hemos visto hasta ahora:

Primero, la crisis actual –y yo sugeriría muchas crisis– es, en esencia, una crisis espiritual. Hemos estado
involucrados en la falsa adoración y somos llamados a arrepentirnos. Dios, en particular, faculta a los pastores y
a los líderes de la iglesia para liderar en circunstancias como éstas.

Segundo, una crisis es un tiempo de cambios profundos que plantea riesgos y oportunidades. Como líderes que
sirven al pueblo de Dios y a nuestras comunidades en medio de la crisis y los cambios, es crucial que
entendamos algo de la dinámica del cambio, de cómo el cambio afecta a la gente, y que lideremos a nuestro
rebaño como buenos pastores, como siervos, en vez de “enseñorearnos sobre los demás”.

Esto nos lleva a la parte final de nuestra exposición: cómo podemos ayudar a los miembros de nuestras
congregaciones y a nuestra comunidad como un todo a responder bíblicamente a los conflictos que surgen
inevitablemente cuando hay crisis y cambios.

Tercera Parte: Cómo liderar en tiempos de conflicto


A las personas no les va bien en tiempos de crisis y de cambios. Aun cambios que imaginamos que son
“buenos” y que nos benefician pueden a veces ser tiempos de mucha tensión y conflicto. Cuánto más cuando
nuestro sentido de “seguridad” está en juego. Como pastores y líderes, tenemos que estar en máxima alerta
ante la posibilidad de que los tiempos difíciles generen relaciones difíciles y que matrimonios, amistades,
sociedades comerciales, iglesias y aun comunidades enteras sean desgarrados como resultado del temor y la
incertidumbre que van de la mano tan frecuentemente de la crisis y los cambios.

¿Qué podemos hacer, entonces?

Como habrán deducido de lo que he dicho hasta aquí, en Peacemaker Ministries nos gusta hablar de que las
crisis, los cambios y los conflictos nos brindan oportunidades. Específicamente, oportunidades para glorificar a
Dios, para servir a los demás y para crecer a la imagen de Cristo. Tomemos cada uno de estos aspectos por
separado y los consideramos juntos.

Primero, el conflicto brinda una oportunidad para glorificar a Dios.

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Como punto de partida, tal vez sea útil recordar lo que Dios espera de nosotros. Miqueas 6, versículos 6 a 8,
puede ayudarnos a entender esto:

¿Cómo podré acercarme al SEÑOR y postrarme ante el Dios Altísimo? ¿Podré presentarme con holocaustos o
con becerros de un año? ¿Se complacerá el SEÑOR con miles de carneros, o con diez mil arroyos de aceite?
¿Ofreceré a mi primogénito por mi delito, al fruto de mis entrañas por mi pecado? ¡Ya se te ha declarado lo que
es bueno! Ya se te ha dicho lo que de ti espera el SEÑOR: Practicar la justicia, amar la misericordia, y humillarte
ante tu Dios.

Nosotros, los humanos, tendemos a pensar que dar gloria a Dios está principalmente en lo que hacemos para
Él. Pero Miqueas nos recuerda que Dios está mucho más interesado en nuestro carácter, en quiénes somos
ante Él, y cómo esto afecta nuestra relación con Él y con los demás. Justicia, misericordia y humildad son tres
de las cualidades que Dios aprecia en nosotros. ¿Son estas las cualidades que apreciamos nosotros y que
buscamos diligentemente? ¿Caracterizan nuestras relaciones? Cuando las hacemos, traemos gloria a Dios. En
la medida que nos quedamos cortos y ofrecemos sustitutos, podremos impresionar al mundo con nuestros
dones, pero en realidad sólo traemos gloria a nosotros.

Segundo, el conflicto brinda una oportunidad para servir a los demás.

Reflexionen conmigo en estos versículos de Romanos 12, 17—21:

No paguen a nadie mal por mal. Procuren hacer lo bueno delante de todos. Si es posible, y en cuanto dependa
de ustedes, vivan en paz con todos. No tomen venganza, hermanos míos, sino dejen el castigo en las manos de
Dios, porque está escrito: “Mía es la venganza; yo pagaré”, dice el Señor. Antes bien,

“Si tu enemigo tiene hambre, dale de comer; si tiene sed, dale de beber. Actuando así, harás que se avergüence
de su conducta”.

No te dejes vencer por el mal; al contrario, vence el mal con el bien.

Estas palabras del apóstol Pablo nos recuerdan las palabras de Jesús mismo: que debemos amar a nuestros
enemigos y bendecir a quienes nos persiguen. Sin embargo, vez tras vez, nosotros, que somos seguidores de
Cristo, ideamos razones, a menudo razones muy lógicas, de por qué actuamos con hostilidad hacia nuestros
enemigos, para hacerles daño y sacarles ventaja.

Quiero ser cuidadoso aquí, porque entiendo algo de la historia de Perú y las dificultades que han atravesado
ustedes. De ninguna forma estoy sugiriendo que la justicia no sea importante y que las acciones pecaminosas
deban ser disculpadas o pasadas por alto. Lejos de eso. Todas las acciones tienen consecuencias, y nuestra
obligación como cristianos es ser responsables del daño que hemos causado a los demás y ayudar a los demás
a responsabilizarse por el daño que nos han causado a nosotros.

Lo que estoy sugiriendo es que, en mi experiencia, los cristianos, demasiado frecuentemente, tomamos la
justicia en nuestras propias manos, buscando castigar a las personas que nos han dañado de alguna forma. A
veces lo hacemos actuando violentamente; otras, simplemente aparece en nuestro tono de voz, o en nuestras
palabras. Jesús mismo nos dice: “Yo les digo que todo el que se enoje con su hermano quedará sujeto al juicio
del tribunal” (Mateo 5:22).

Nos ayuda tener en mente las palabras del pastor y autor John Piper, que lo expresó de la siguiente forma en
una charla que le escuché dar hace varios años. Una de dos: o la persona que nos ha dañado es cristiana, en
cuyos casos sus pecados están cubiertos por la sangre de Cristo, o no es cristiana, en cuyo caso algún día
tendrá que responder ante el Señor de toda la creación. Esto nos libera para hacer diferentes clases de
preguntas, como: ¿cuáles son las necesidades, físicas y espirituales, de esta persona, y cómo puedo
bendecirla? Pablo llega a sugerir que, cuando amamos a nuestros enemigos, “ascuas de fuego amontonarás
sobre su cabeza”, es decir que podríamos ayudar a nuestro enemigo a arrepentirse y cambiar.

Finalmente, el conflicto brinda oportunidades para crecer a la imagen de Cristo.

Hay un dicho en Estados Unidos: “Todos quieren llegar al cielo, pero nadie quiere morir”. Un tipo de lógica
similar se aplica a los frutos del Espíritu en Gálatas 5:22-23: Todos quieren tener amor, alegría, paz, paciencia,
amabilidad, bondad, fidelidad, humildad y dominio propio. Pero poco quiere en realidad vivir el tipo de vida
disciplinada que requiere el desarrollo de esta clase de características. En general, preferimos vivir como nos
place y esperar que Dios nos agregue estas cualidades.

Creo que en cierto sentido Dios anticipa nuestra terquedad al permitir que el conflicto entre en nuestras vidas
personales. Nada revela nuestro carácter más profundo o dónde ponemos nuestra fe y confianza últimas que los
tiempos de crisis, cambios y conflictos.

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De igual modo, nada presenta mejores oportunidades para que crezcamos espiritualmente, para que
obtengamos los frutos del Espíritu en nuestras vidas, que las presiones que sufrimos ante las circunstancias
difíciles.

Como en tantos aspectos de mi vida, Dios me lo tuvo que enseñar duramente. Siempre me había considerado
una persona paciente, y los demás también me veían así. Y esto es generalmente cierto; Dios me ha bendecido
con un temperamento que es habitualmente tranquilo y difícil de alterar. Daba por sentado que siempre podría
responder a cualquier circunstancia con paciencia y amabilidad, a pesar de ocasionales ejemplos al contrario.
Estaba orgulloso de mi paciencia.

Luego mi esposa y yo tuvimos hijos.

No hay nada como un bebé gritando a las dos de la mañana, cuando uno está “de guardia”, para ayudarlo a
darse cuenta de que uno no es tan paciente y amable como pensaba. Para mi consternación, aprendí que mi
paciencia era mayormente superficial y estaba fundada sobre una vida que había experimentado pocos sucesos
serios que pusieran a prueba esa paciencia. Aprendí que la verdadera paciencia se desarrolla, no en
circunstancias que son cómodas, sino cuando la vida es incómoda y cuando mi mundo ordenado es alterado.

De forma similar, aprendemos a amar a los demás no cuando devuelven nuestro amor, sino cuando nos
consideran enemigos. Aprendemos el gozo, no cuando la vida es fácil, sino cuando es difícil y reflexionamos, a
menudo por primera vez, en lo que significa encontrar gozo en el Señor y no en nuestras circunstancias. Así que
las crisis, los cambios y los conflictos nos desafían a producir fruto que es duradero, cualidades que demuestran
la presencia de Cristo en nuestras vidas, a reconocer la pobreza de nuestros propios esfuerzos y a rendirnos al
Señor de la creación y al poder de su Espíritu para que obre en nosotros.

Como pastores y líderes, seremos desafiados personalmente por la crisis, los cambios y los conflictos que
produce. Podríamos experimentarlos en nuestras vidas personales. Ciertamente se nos pedirá que caminemos
con miembros de nuestras congregaciones y de nuestras comunidades mientras atraviesan tiempos difíciles.

Debemos pedir a Dios que nos ayude en todas las circunstancias a traerle gloria, a buscar formas de servir a los
demás y a aceptar el desafío de crecer, cada día más, a la imagen de su Hijo. Las buenas nuevas para quienes
conocemos a Cristo es que, mediante su Palabra y su Espíritu, Él nos faculta para hacer justamente esto.

Reflexiones finales:
Es raro que a los pastores y a los líderes de la iglesia tengan una vida fácil. Cada día está lleno de presiones y
exigencias. Los tiempos de crisis y de cambios magnifican estas presiones y exigencias, especialmente cuando
originan conflictos que no pedimos y que podríamos sentir que no merecemos.

Pero Dios no ha traído a este tiempo y lugar con propósitos en mente. Los tiempos de crisis, cambios y
conflictos nos desafían, pero Dios no nos ha dejado inermes. Ésta es, en su nivel más fundamental, una batalla
espiritual. Dios nos equipa con su Palabra y nos faculta con su Espíritu para liderar desde adelante, para
entender que una crisis es un tiempo de oportunidad y para caminar paciente y fielmente con Él a lo largo del
camino que nos haya fijado en su sabiduría.

Permítanme terminar con esta palabra alentadora del Señor mismo, registrada en Mateo 28:18-20:

Jesús se acercó entonces a ellos y les dijo: —Se me ha dado toda autoridad en el cielo y en la tierra. Por tanto,
vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu
Santo, enseñándoles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes. Y les aseguro que estaré con ustedes
siempre, hasta el fin del mundo.

Dios los bendiga al servir a su pueblo y a esta comunidad en los días venideros.

De:http://www.peacemaker.net/site/c.mkLUJ7MNKrH/b.5266177/k.EC3C/Crisis_Cambio_y_Conflicto__Capacitados_Para
_Pastorear.htm

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Artículo de “Pacificadores” #6
El Compromiso del Pacificador

Un compromiso con la resolución bíblica de conflictos


Como personas reconciliadas con Dios por la muerte y resurrección de Jesucristo, creemos que estamos
llamados a responder al conflicto de una forma que sea marcadamente distinta de la forma en que el mundo
encara el conflicto (Mateo 5:9; Lucas 6:27–36; Gálatas 5:19–26). También creemos que el conflicto brinda
oportunidades para glorificar a Dios, servir a otras personas y crecer según la imagen de Cristo (Romanos
8:28,29; 1 Corintios 10:31–11:1; Santiago 1:2–4). Por lo tanto, en respuesta al amor de Dios y confiando en su
gracia, nos comprometemos a responder al conflicto según los siguientes principios.

Glorificar a Dios Restaurar humildemente

En vez de centrarnos en nuestros propios deseos o En vez de hacer de cuenta que el conflicto no existe
detenernos en lo que otros podrán hacer, nos o hablar de otros a sus espaldas, pasaremos por
regocijaremos en el Señor y lo alabaremos, alto ofensas menores o hablaremos personal y
dependiendo de su perdón, sabiduría, poder y amablemente con las personas cuyas ofensas
amor, mientras buscamos obedecer fielmente sus parecen demasiado serias como para pasar por
mandamientos y mantener una actitud amorosa, alto, buscando restaurarlas en vez de condenarlas.
misericordiosa y perdonadora (Salmos 37:1–6; Cuando un conflicto con una persona cristiana no
Marcos 11:25; Juan 14:15; Romanos 12:17–21; 1 pueda ser resuelto en privado, pediremos a otras
Corintios 10:31; Filipenses 4:2–9; Colosenses 3:1– personas del cuerpo de Cristo que nos ayuden a
4; Santiago 3:17,18; 4:1–3; 1 Pedro 2:12). solucionar el tema de una forma bíblica (Proverbios
19:11; Mateo 18:15–20; 1 Corintios 6:1–8; Gálatas
Sacar la viga de nuestro propio ojo 6:1,2; Efesios 4:29; 2 Timoteo 2:24–26; Santiago
5:9).
En vez de culpar a otros por un conflicto o
resistirnos a la corrección, confiaremos en la Ir y reconciliarnos
misericordia de Dios y asumiremos la
responsabilidad por nuestra propia contribución al En vez de aceptar un arreglo prematuro o permitir
conflicto, confesando nuestros pecados a quienes que relaciones se marchiten, buscaremos
hemos agraviado, pidiendo a Dios que nos ayude a activamente la paz y la reconciliación genuinas,
cambiar toda actitud y hábito que lleve al conflicto, y perdonando a otros como Dios, por Cristo, nos
buscando reparar todo daño que hayamos causado perdonó a nosotros, y buscando soluciones justas y
(Proverbios 28:13; Mateo 7:3–5; Lucas 19:8; mutuamente beneficiosas a nuestras diferencias
Colosenses 3:5–14; 1 Juan 1:8,9). (Mateo 5:23,24; 6:12; 7:12; Efesios 4:1–3,32;
Filipenses 2:3,4).

Por la gracia de Dios, aplicaremos estos principios como una cuestión de mayordomía, conscientes de que el
conflicto es una oportunidad y no un accidente. Recordaremos que el éxito a los ojos de Dios no es una cuestión
de resultados específicos, sino de obediencia fiel y dependiente. Y oraremos pidiendo que nuestro servicio como
pacificadores traiga alabanza a nuestro Señor y lleve a otros a conocer su amor infinito (Mateo 25:14–21; Juan
13:34,35; Romanos 12:18; 1 Pedro 2:19; 4:19).

De: http://www.peacemaker.net/site/c.mkLUJ7MNKrH/b.5281293/k.34AC/El_Compromiso_del_Pacificador.htm

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Artículo de “Pacificadores” #7
Vaya al Corazón del Conflicto
¿De dónde surgen las guerras y los conflictos entre ustedes? ¿No es precisamente de las pasiones que luchan
dentro de ustedes mismos? Santiago 4:1

Todo lo que quería era un poco de paz y quietud cuando llegué a casa luego de un largo día en la oficina. Pero
no los iba a encontrar. Mis hijos, Megan y Jeff, habían estado compitiendo toda la semana por ver quién podía
dominar al otro, y su fricción constante había agotado la paciencia de su madre. En vez de resolver sus peleas
con su habitual calma, Corlette se encontró recurriendo a palabras fuertes y amenazas como: “¡Esperen a que
llegue su padre!”. Así que, en vez de atravesar la puerta y encontrarme con unos hijos sonrientes y una esposa
serena y afectuosa, lo único que encontré fue rostros hoscos, voces irritables y la sensación general de que
había ingresado a una zona de guerra. Cada noche Corlette y yo trabajábamos para romper el ciclo de conflicto,
pero empezaba de nuevo en un día o dos. Para el domingo a la mañana me estaba sintiendo frustrado y
resentido hacia mis hijos.

Corlette había ido a la iglesia temprano esa mañana para reunirse con otras mujeres, y yo fui treinta minutos
después con los chicos. Al acercarnos al coche, comenzó una nueva lucha.

“¡Me toca a mí ir adelante!”.

“¡No, tú fuiste ayer!”.

“Bueno, igual no tendrías que sentarte ahí. Eres tan pequeño que el airbag te podría matar”.

“No me importa. ¡No me voy a sentar atrás!”.

Entonces una nueva voz entró en la disputa. “¡Silencio!”, grité. Luego, señalando a un chico por vez, les dije: “Tú
siéntate atrás ahora mismo, y tú adelante. ¡No quiero oír una sola palabra de ninguno de ustedes!”.

Entrando en el coche, descargué la ira que había estado acumulando durante toda la semana. Hasta ajusté el
espejo retrovisor para poder mirar a Megan mientras la sermoneaba en el asiento trasero. Entre otras cosas, les
dije que estaba muy enojado por la forma en que se habían portado toda la semana, y ahora les haría la vida
imposible. Cuando finalmente hizo un alto para recuperar el aliento, Jeff vio su oportunidad.

“Papi”, dijo mansamente, “¿no crees que deberías orar a Jesús para preguntarle si es una ira justa?”.

Sus palabras tienen que haber sido guiadas por el Espíritu Santo, porque me partieron por el medio
inmediatamente. Vi un espacio para estacionar libre donde metí el coche. Aun antes de apagar el motor sabía lo
que debía decir. Volviéndome a mis hijos, traté el corazón de nuestro conflicto.

Mi comportamiento esa mañana, así como el de mi familia esa semana, se describe con una precisión dolorosa
en Santiago 4:1–3:

¿De dónde surgen las guerras y los conflictos entre ustedes? ¿No es precisamente de las pasiones que luchan
dentro de ustedes mismos? Desean algo y no lo consiguen. Matan y sienten envidia, y no pueden obtener lo que
quieren. Riñen y se hacen la guerra. No tienen, porque no piden. Y cuando piden, no reciben porque piden con
malas intenciones, para satisfacer sus propias pasiones.

Santiago está haciendo una aplicación específica del principio fundamental que Jesús enseñó en Mateo 15:19:
“Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, la inmoralidad sexual, los
robos, los falsos testimonios y las calumnias”. Nuestros corazones son las fuentes de todos nuestros
pensamientos, deseos, palabras y acciones. Por lo tanto, son también la fuente de nuestros conflictos (Lucas
12:13–15).

Estos pasajes describen la causa fundamental del conflicto: los deseos no satisfechos en nuestro corazón.
Cuando queremos algo y sentimos que no estaremos satisfechos a menos que lo consigamos, ese deseo
comienza a controlarnos. Si los demás no logran satisfacer nuestros deseos, a veces los condenamos en
nuestro corazón y luchamos más fuertemente para salirnos con la nuestra. Consideremos esta progresión de a
un paso por vez.

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La progresión de un ídoloi
Yo deseo

El conflicto siempre comienza por algún tipo de deseo. Algunos deseos son inherentemente malos, como la
venganza, la lujuria o la avaricia, pero muchos otros no lo son. Por ejemplo, no hay nada innatamente incorrecto
en desear cosas como paz y quietud, niños respetuosos, un cónyuge amoroso, más tiempo con los nietos, una
nueva computadora, el éxito profesional o una iglesia que crece. Estas son cosas buenas, y es excelente
quererlas y buscarlas de formas razonables.

Si alguien se interpone en el camino de un buen deseo, es apropiado hablar sobre el tema. Al hacerlo usted
podrá descubrir formas en que ambos pueden crecer y beneficiarse mutuamente. Si usted no logra avanzar
privadamente, es razonable pedir ayuda a un pastor, un consejero de confianza o un mediador.

Pero, ¿y si la otra persona persistentemente no satisface el deseo de usted? Si es un empleado, lo correcto


podría ser despedirlo y, si es un empleador, tal vez usted necesite buscar un nuevo trabajo. Pero, ¿y si la otra
persona es su cónyuge, un hijo, un amigo de mucho tiempo o un miembro de su iglesia? Estas relaciones no
deberían abandonarse ligeramente, así que cuando una de estas personas lo desilusionan, usted tendrá que
escoger entre dos cursos de acción. Por un lado, usted puede confiar en Dios y encontrar su realización en Él
(Salmos 73:25). Puede pedirle que lo ayude a seguir creciendo y madurando, independientemente de lo que la
otra persona haga (Santiago 1:2–4). Y usted puede seguir amando a la persona que está bloqueando su deseo,
orar por la obra santificadora de Dios en la vida de esa persona, y esperar que Dios permita adelantos en otro
momento (1 Juan 4:19–21; Lucas 6:27). Si usted escoge este curso, Dios promete bendecirlo y, haga lo que
haga la otra persona, usar la situación difícil de usted para conformarlo a la semejanza de Cristo (Romanos 8:28,
29).

Pero hay otro curso que solemos seguir. Seguimos luchando para lograr nuestro deseo, rumiando sobre nuestra
desilusión y permitiendo que nuestro deseo y desilusión controlen nuestra vida. En el mejor de los casos, este
curso produce autoconmiseración y amargura hacia quienes se interponen en nuestro camino. En el peor de los
casos, destruye por completo relaciones importantes y nos aleja de Dios. Veamos cómo continúa esta espiral
descendente.

Yo exijo

Los deseos no satisfechos tienen el potencial de meterse cada vez más adentro de nuestro corazón. Esto ocurre
especialmente cuando llegamos a ver un deseo como algo que necesitamos o merecemos, y por lo tanto
debemos tener para ser felices o sentirnos realizados. Hay muchas formas de justificar o legitimar un deseo.

“Trabajo duro toda la semana. ¿No merezco un poco de paz y quietud cuando llego a casa?”.

“Sólo quiero que los niños se lleven bien y trabajen duro en la escuela”.

“¡Me paso horas manejando nuestro presupuesto! Una nueva computadora podría ahorrarme horas de trabajo”.

“Dios me pide que provea para nuestra familia. Merezco tener más aprecio y apoyo por las largas horas que
aporto”.

“Sólo quiero tener el tipo de intimidad que Dios quiso para el matrimonio”.

“Es mi nieta. Si no la veo más seguido, pensará que no la amo”.

“Dios me ha hecho pastor de esta iglesia, así que la gente debe respetarme”.

“Es mi pastor, así que debería visitarme más regularmente en el hospital”.

“He trabajado más duramente que nadie en este proyecto, así que merezco una promoción”.

“Yo cumplí mi parte del contrato, así que merezco ser pagado”.

Hay un elemento de validez en cada una de estas afirmaciones. El problema es que si estos deseos
aparentemente legítimos no se satisfacen, podemos encontrarnos en un círculo vicioso. Cuanto más queremos
algo, más pensamos que lo necesitamos y lo merecemos. Y cuanto más pensamos que tenemos derecho a
algo, más nos convencemos de que no podemos ser felices o estar seguros si falta.

Cuando vemos algo como esencial para nuestra realización y bienestar, pasa de ser un deseo a una exigencia.
“Ojalá pudiera tenerlo” evoluciona hacia “¡Debo tenerlo!”. Es aquí donde aparece el problema. Aun cuando el

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deseo inicial no hubiera sido inherentemente incorrecto, se ha vuelto tan fuerte que comienza a controlar
nuestros pensamientos y comportamiento. En términos bíblicos, se ha vuelto un ídolo.

La mayoría de nosotros piensa en un ídolo como una estatua de madera, piedra o metal adorada por paganos.
Pero el concepto de idolatría es mucho más amplio y mucho más personal que esto. Un ídolo es cualquier cosa
aparte de Dios de la cual dependemos para sentirnos felices, realizados o seguros. En términos bíblicos, es algo
fuera de Dios por lo cual nos afanamos (Lucas 12:29; 1 Corintios 10:19), nos motiva (1 Corintios 4:5), nos
domina y nos gobierna (Salmos 119:133; Efesios 5:5) o en lo cual confiamos, que tememos o servimos (Isaías
42:17; Mateo 6:24; Lucas 12:4, 5). En resumen, es algo que amamos y buscamos más que Dios (ver Filipenses
3:19).

Dado su efecto controlador sobre nuestra vida, un ídolo puede ser denominado también un “dios falso” o un
“dios funcional”. Como escribió Martín Lutero, “‘dios’ es todo aquello a lo que nos acercamos buscando obtener
algo bueno o para encontrar refugio en cada necesidad. Tener un 'dios' no es otra cosa que confiar y creer en él
desde el corazón... A lo que uno le entrega el corazón y confía todo su ser, eso, digo yo, es realmente su dios”.ii

Aun los cristianos sinceros luchan con la idolatría. Podemos creer en Dios y decir que queremos servirlo sólo a
Él, pero en ocasiones permitimos que otras influencias nos gobiernen. En este sentido, no nos diferenciamos en
nada de los antiguos israelitas: “Aquellos pueblos adoraban al Señor, y al mismo tiempo servían a sus propios
ídolos. Hasta el día de hoy sus hijos y sus descendientes siguen actuando como sus antepasados” (2 Reyes
17:41).

Es importante resaltar el hecho de que los ídolos pueden surgir tanto de buenos deseos como de malos deseos.
A menudo el problema no es lo que queremos, sino lo que queremos demasiado. Por ejemplo, no es irrazonable
que un hombre quiera tener una relación sexual apasionada con su esposa o que una madre quiera quedarse en
casa con un bebé recién nacido. Tampoco está mal que un empleador quiera trabajadores diligentes o que un
pastor desee el respeto de sus diáconos. Estos son buenos deseos, pero si se vuelven demandas que deben
ser cumplidas para que no sintamos satisfechos y realizados, pueden llevar a la amargura, el resentimiento o la
autoconmiseración, que pueden destruir una familia, una compañía o una iglesia.

¿Cómo puede uno discernir cuándo un buen deseo podría estar convirtiéndose en una exigencia pecaminosa?
Usted puede comenzar haciéndose en oración “preguntas de rayos X” que revelan la verdadera condición de su
corazón:

¿Qué me preocupa? ¿Cuál es la primera cosa en mi mente por la mañana y la última por la noche?

¿Cómo completaría el espacio en blanco: “Si tan sólo ________, entonces me sentiría feliz, realizado y seguro”?

¿Qué deseo preservar o evitar a toda costa?

¿Dónde pongo mi confianza?

¿Qué temo?

Cuando cierto deseo no es satisfecho, ¿siento frustración, ansiedad, resentimiento, amargura, ira o depresión?

¿Hay algo que desee tanto que estoy dispuesto a desilusionar o lastimar a otros para tenerlo?

Al escudriñar su corazón en busca de ídolos, a menudo encontrará múltiples capas de ocultamiento,


disimulación y justificación. Uno de los recursos de encubrimiento más sutiles es sostener que queremos sólo lo
que merecemos legítimamente o lo que Dios mismo ordena. Era eso lo que yo estaba haciendo el domingo en
que estaba tan enojado con mis hijos. A lo largo de la semana había estado tratando de convencerme de que
todo lo que quería para ellos era que obedecieran los mandamientos de Dios de honrar a su madre y amarse
unos a otros. (¡Hasta les cité los versículos en cuestión repetidamente durante la semana!) Pero, al intensificarse
mi ira, se volvió aparente que había otro deseo acechando en mi corazón. Quería volver a casa a la paz y la
quietud, a hijos sonrientes y a una esposa sin distracciones, no para la gloria de Dios sino para mi propia
comodidad y conveniencia.

Por supuesto que todos luchamos en ocasiones con esta clase de motivos mixtos; en un mundo caído nunca
tendremos corazones completamente puros. Pero esto nunca será una excusa para dejar que los deseos
egoístas nos gobiernen, como me ocurrió esa mañana.

¿Cómo podría darme cuenta de cuáles motivos estaban realmente gobernando mi corazón? Todo lo que tenía
que hacer era mirar cómo me sentía y cómo reaccionaba cuando mis deseos no eran satisfechos. Si los deseos
centrados en Dios habían estado dominando mi corazón esa semana, mi actitud hacia mis hijos desobedientes
se habría caracterizado por la disciplina de Dios hacia mí: “El Señor es clemente y compasivo, lento para la ira y
grande en amor” (Salmos 103:8). Al tomar de la gracia de Dios, mis acciones habrían estado en línea con las

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pautas correctivas que se encuentran en Gálatas 6:1: “Si alguien es sorprendido en pecado, ustedes que son
espirituales deben restaurarlo con una actitud humilde”. Mi disciplina todavía podría haber sido directa y firme,
pero también habría estado envuelta en amabilidad y amor, y no habría dejado ningún residuo de falta de
perdón.

Pero esta no era la forma en que estaba sintiéndome o actuando. Mi comportamiento a lo largo de la semana
había estado manchado por una frialdad creciente y un persistente resentimiento hacia mis hijos, aun después
de que supuestamente hubiéramos pasado por el proceso de confesión, disciplina y perdón. El domingo a la
mañana la frustración finalmente se desbordó en forma de palabras severas y airadas. Estas actitudes y
acciones pecaminosas claramente mostraban que mi principal preocupación no era que mis hijos se portaran
bien para obedecer y honrar a Dios. En cambio, estaba siendo gobernado por mi deseo de paz y quietud para mi
propia comodidad y conveniencia. Había dejado que un buen deseo se volviera una demanda apasionada, y
estaba sirviendo a un ídolo en vez de Dios. Parafraseando 2 Reyes 17:41, aun cuando yo decía que estaba
adorando al Señor, en realidad estaba sirviendo a mi ídolo.

Yo juzgo

Como demuestra mi ejemplo, las exigencias idolátricas generalmente nos llevan a juzgar a otras personas.
Cuando no satisfacen nuestros deseos y no cumplen con nuestras expectativas, las criticamos y condenamos en
nuestro corazón, si no con nuestras palabras. Como escribe David Powlison:

Juzgamos a otros –criticamos, nos fijamos en pequeñeces, regañamos, atacamos, condenamos– porque
literalmente jugamos a ser Dios. Esto es atroz. [La Biblia dice:] “No hay más que un solo legislador y juez, aquel
que puede salvar y destruir. Tú, en cambio, ¿quién eres para juzgar a tu prójimo?”. ¿Quién eres tú cuando
juzgas? Nada menos que un aspirante a Dios. En esto nos volvemos como el Diablo mismo (no es extraño que
el Diablo se mencione en Santiago 3:15 y 4:7). Actuamos exactamente como el adversario, que busca usurpar el
trono de Dios y que actúa como el acusador de los hermanos. Cuando usted o yo nos peleamos, nuestras
mentes se llenan de acusaciones: me preocupan las fallas de usted y las cosas correctas mías. Jugamos a ser
el juez santurrón en los mini–reinos que creamos.iii

¡Esta perspectiva debería dejarnos temblando de miedo! Cuando juzgamos a otros y los condenamos en nuestro
corazón por no satisfacer nuestros deseos, estamos imitando al diablo (ver Santiago 3:15; 4:7). Al hacerlo,
hemos duplicado nuestro problema de idolatría: No sólo hemos dejado que un deseo idolátrico gobierne nuestro
corazón, sino que también nos hemos erigido en minidioses juzgadores. Esta es una receta para un conflicto
insoportable.

No estoy diciendo que esté inherentemente mal evaluar o aun juzgar a otros dentro de ciertos límites. Como
veremos en el capítulo 7, la Biblia nos enseña que debemos observar y evaluar el comportamiento de los demás
para que podamos responder y ministrarles de formas adecuadas, lo cual puede involucrar inclusive una
corrección amorosa (ver Mateo 7:1–5; 18:15; Gálatas 6:1).

Sin embargo, cruzamos la raya cuando comenzamos a juzgar pecaminosamente a los demás, lo que se
caracteriza por una sensación de superioridad, indignación, condena, amargura o resentimiento. El juzgamiento
pecaminoso a menudo involucra especular sobre los motivos de los demás. Por sobre todo, revela la falta de un
amor y preocupación genuinos hacia ellos. Cuando estas actitudes están presentes, nuestro juzgamiento ha
cruzado la raya y estamos jugando a ser Dios.

Cuanto más cerca estamos de los demás, más esperamos de ellos y es más probable que los juzguemos
cuando no logran cumplir con nuestras expectativas. Por ejemplo, podemos mirar a nuestro cónyuge y pensar:
Si realmente me amas, tú, entre todas las personas, ayudarás a satisfacer mi necesidad. Pensamos en nuestros
hijos y decimos: “Después de todo lo que he hecho por ti, me debes esto”.

Podemos poner expectativas similares en familiares, amigos cercanos o miembros de nuestra iglesia. Las
expectativas no son inherentemente malas. Es bueno esperar lo mejor de otros, y es razonable prever recibir
comprensión y apoyo de quienes están más cerca de nosotros.

Pero, si no nos cuidamos, estas expectativas pueden convertirse en condiciones y normas que usamos para
juzgar a otros. En vez de dar a la gente lugar para la independencia, el desacuerdo o el fracaso, les imponemos
rígidamente nuestras expectativas. En realidad, esperamos que presten lealtad a nuestros ídolos. Cuando se
rehúsan a hacerlo, los condenamos en nuestro corazón y con nuestras palabras, y nuestros conflictos con ellos
asumen una mayor intensidad.

Yo castigo

Los ídolos siempre exigen sacrificios. Cuando alguien no logra satisfacer nuestras demandas y expectativas,
nuestro ídolo exige que sufra. Sea deliberadamente o inconscientemente, encontraremos formas de lastimar o

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dañar a las personas para que cedan a nuestros deseos.

Este castigo puede asumir distintas formas. A veces reaccionamos con evidente enojo, arremetiendo con
palabras hirientes para infligir dolor en quienes no cumplen con nuestras expectativas. Cuando lo hacemos,
estamos, en esencia, colocando a los demás sobre el altar de nuestro ídolo y sacrificándolos, no con cuchillos
paganos sino con el filo agudo de nuestra lengua. Sólo cuando ceden a nuestro deseo y nos dan lo que
queremos dejaremos de infligirles dolor.

Castigamos a quienes no “se inclinan” ante nuestros ídolos de numerosas otras formas también. Nuestros hijos
pueden usar los pucheros, las pataletas o echarnos miradas feas para lastimarnos por no cumplir con sus
deseos. Los adultos y niños por igual pueden imponer culpa o vergüenza a otros mostrando una mirada de dolor
o pena en su rostro. Y algunas personas recurren a violencia física o abuso sexual para castigar y controlar a
otros.

A medida que crecemos en nuestra fe y nuestra conciencia del pecado, la mayoría de nosotros reconocemos y
rechazamos formas ostensibles y abiertamente pecaminosas de castigar a otros. Pero nuestros ídolos no
renuncian a su influencia fácilmente, y a menudo desarrollan medios más sutiles de castigar a quienes no los
sirven.

Retirarse de una relación es una forma habitual de lastimar a los demás. Esto puede incluir actuar fríamente
hacia la otra persona, retirar el afecto o contacto físico, mostrarse triste o apesadumbrado, rehusar mirar a la
otra persona a los ojos o aun abandonar la relación por completo.

En envío de indirectas sutiles y desagradables durante un largo período de tiempo es un método antiquísimo de
infligir castigo. Por ejemplo, un amigo mío me mencionó que su esposa no estaba contenta con el hecho de que
él estaba prestando tanta atención a un ministerio específico. Cerró diciendo: “Como todos sabemos, ¡cuando
Mamá no está contenta, nadie está contento!”. Se rió cuando lo dijo, pero su comentario me llevó a pensar en el
proverbio: “Gotera constante en un día lluvioso es la mujer que siempre pelea” (Proverbios 27:15). Una mujer
tiene la capacidad única de fijar el tono en un hogar. Si no tiene cuidado, puede pervertir este don y usarlo para
crear un clima irritable, desagradable e incómodo que le dice a su familia: “O se ponen en línea con lo que yo
quiero o sufrirán”. Este tipo de comportamiento es un acto de incredulidad. En vez de confiar en los medios de
gracia de Dios para santificar a su familia, ella depende de sus propias herramientas de castigo para manipularla
para que cambie. Por supuesto, un hombre puede hacer lo mismo. Si es constantemente crítico e infeliz,
también puede hacer que todos en la familia se sientan miserables hasta que cedan a los ídolos de él. El
resultado habitual de dicho comportamiento es una familia superficial y dividida.

Como enseña Santiago 4:1–3, infligir dolor a otros es una de las señales más seguras de que hay un ídolo
gobernando nuestro corazón. Cuando nos encontramos castigando a otros de esta forma, sea deliberada y
abiertamente o inconsciente y sutilmente, es una advertencia de que alguien distinto de Dios está gobernando
nuestro corazón.

La cura para un corazón idólatra


Como hemos visto, un ídolo es todo deseo que ha crecido hasta volverse una exigencia absorbente que
gobierna nuestro corazón; es algo que pensamos que tenemos que tener para sentirnos felices, realizados o
seguros. En otras palabras, es algo que amamos, tememos o en lo que confiamos.

Amor, temor, confianza: Estas son palabras de adoración. Jesús nos ordena amar a Dios, temer a Dios y confiar
en Dios solamente (Mateo 22:37; Lucas 12: 4, 5; Juan 14:1). Cada vez que anhelamos algo aparte de Dios,
tememos a algo más que a Dios o confiamos en algo más que en Dios para que nos sintamos felices, realizados
o seguros, adoramos a un dios falso. Como resultado, merecemos el juicio y la ira del Dios verdadero.

Liberación del juicio

Hay una sola forma de salir de esta esclavitud y juicio: Es mirar a Dios mismo, que se complace en liberar a las
personas de sus ídolos. “Dios habló, y dio a conocer todos estos mandamientos: ‘Yo soy el Señor tu Dios. Yo te
saqué de Egipto, del país donde eras esclavo. No tengas otros dioses además de mí’” (Éxodo 20:2, 3).

Dios ha provisto una cura para nuestra idolatría al enviar a su Hijo para que sufriera el castigo que merecemos
nosotros por nuestro pecado. A través de Jesucristo podemos pasar a ser justos a los ojos de Dios y encontrar
libertad del pecado y la idolatría. “Por lo tanto, ya no hay ninguna condenación para los que están unidos a
Cristo Jesús, pues por medio de él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte”
(Romanos 8:1, 2).

Para recibir este perdón y esta libertad, debemos reconocer nuestro pecado, arrepentirnos de él y poner nuestra
confianza en Jesucristo (ver Hechos 3:19; Salmos 32:5). Cuando lo hacemos, ya no estamos bajo el juicio de

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Dios. En cambio, Él nos incorpora a su familia, nos hace sus hijos y herederos, y nos permite vivir una vida
piadosa (Gálatas 4:4–7). Esta es la buena nueva del evangelio: perdón y vida eterna a través de nuestro Señor
Jesucristo.

Liberación de ídolos específicos

Pero hay más buenas noticias. Dios quiere liberarnos no sólo de nuestro problema general con el pecado y la
idolatría sino también de los ídolos específicos y cotidianos que nos consumen, nos controlan y causan conflicto
con quienes nos rodean.

Esta liberación no se logra de forma global, eliminando a todos nuestros ídolos en una gran experiencia
espiritual. En cambio, Dios nos llama a identificar y confesar nuestros ídolos uno por uno y luego cooperar con Él
mientras los va quitando continuamente, poco a poco, de nuestro corazón.

Dios transmite su gracia para ayudarnos en este proceso de identificación y liberación a través de tres medios:
su Biblia, su Espíritu y su iglesia. La Biblia es “viva y poderosa, y más cortante que cualquier espada de dos
filos. Penetra hasta lo más profundo del alma y del espíritu, hasta la médula de los huesos, y juzga los
pensamientos y las intenciones del corazón” (Hebreos 4:12). Al estudiar y meditar diligentemente en la Biblia y
recibir una predicación constante y sólida, Dios usará su Palabra como un reflector y un escalpelo en su
corazón. Revelará sus deseos idólatras y le mostrará cómo amar y adorar a Dios con todo su corazón, mente,
fuerzas y alma.

El Espíritu Santo nos asiste en este proceso de liberación de nuestros ídolos ayudándonos a entender la Biblia,
identificar nuestro pecado y seguir una vida piadosa (1 Corintios 2:10–15; Filipenses 2:13). Por lo tanto,
debemos orar a diario para que el Espíritu guíe, convenza y fortalezca nuestro andar con Cristo.

Finalmente, Dios ha establecido la iglesia para canalizar su gracia hacia usted. A través de la iglesia podemos
recibir los sacramentos del bautismo y la Cena del Señor, que nos unen a Cristo y nos fortalecen en nuestra fe.
A través de la iglesia también estamos rodeados por hermanos y hermanas en Cristo que pueden enseñarnos,
señalar amorosamente nuestros ídolos y brinda aliento y guía en nuestro crecimiento espiritual (Gálatas 6:1;
Romanos 15:14). Esto exige que nos comprometamos a una participación constante en una iglesia sólida y
bíblica, y que busquemos la comunión y la rendición de cuentas regular con creyentes espiritualmente maduros.

A través de estos tres vehículos de gracia, Dios lo ayudará a examinar su vida y a exponer progresivamente los
ídolos que gobiernan su corazón, y a librarlo de ellos. Este proceso milagroso involucra varios pasos clave.

Cuando se encuentre en un conflicto, recorra hacia atrás la progresión de un ídolo para identificar los deseos
que están controlando su corazón. Hágase las siguientes preguntas: ¿De qué forma estoy castigando a los
demás? ¿Cómo estoy juzgando a los demás? ¿Qué estoy exigiendo tener? ¿Cuál es el deseo raíz de esa
exigencia?

Hágase en oración las “preguntas de rayos X” que se indicaron anteriormente en este capítulo. Lo ayudarán a
discernir cualquier deseo excesivo que se haya convertido en un ídolo que gobierna su corazón.

Haga un seguimiento de sus descubrimientos en un diario para que pueda identificar patrones e ir en busca
continuamente de ídolos específicos.

Ore a diario pidiendo a Dios que quite a sus ídolos la influencia que tienen en su vida haciéndolo sentir a usted
como un desgraciado cada vez que cede a ellos.

Describa sus ídolos a su cónyuge o a un compañero de rendición de cuentas, y pídale que ore por usted y que
se acerque amorosamente a usted cuando haya señales de que el ídolo lo está controlando a usted.

Dése cuenta de que los ídolos son expertos en cambios y disfraces. Tan pronto logre victoria sobre una
exigencia o forma de castigo específicos, su ídolo podrá reaparecer de una forma relacionada, con una nueva
justificación y un medio más sutil de juzgamiento y castigo.

Si usted está tratando con un ídolo que es difícil de identificar o conquistar, vaya a su pastor o a algún otro
consejero espiritualmente maduro y pídale consejo y apoyo.

Sobre todo, pida a Dios que reemplace sus ídolos con un amor creciente por Él y un deseo absorbente de
adorarlo sólo a Él (hay más sobre esto abajo).

Si alguien le dijera que tiene un cáncer mortal que le quitaría su vida si usted no sigue un tratamiento,
probablemente no repararía en ningún esfuerzo o gasto para seguir el tratamiento más riguroso posible. Bueno,
usted tiene cáncer, un cáncer del alma. Se llama pecado e idolatría. Pero hay una cura que no tiene precio que
está disponible en forma gratuita. Se llama el evangelio de Jesucristo, y se administra a través de la Palabra, el

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Espíritu y la iglesia. Cuanto más rigurosamente usted se apropia de estos medios de gracia, mayor efecto
tendrán para liberarlo de los ídolos que acosan su alma y trastornan sus relaciones.

Reemplace la adoración del ídolo por la adoración del Dios verdadero

En su excelente libro, Future Grace, Juan Piper enseña que “el pecado es lo que uno hace cuando no está
plenamente satisfecho en Dios”.iv Lo mismo puede decirse acerca de la idolatría. En otras palabras, si no nos
sentimos realizados y seguros en Dios, inevitablemente buscaremos otras fuentes de felicidad y seguridad.

Por lo tanto, si usted quiere sacar los ídolos de su corazón y no dejar ningún espacio para que vuelvan, haga
que su máxima prioridad sea buscar con avidez una adoración apasionante del Dios vivo. Pídale que le enseñe
cómo amarlo, temerlo y confiar en Él más que nada en este mundo. Reemplazar la adoración del ídolo por la
adoración del Dios vivo involucra varios pasos.

Arrepentirse ante Dios. Cuando nos arrepentimos y confesamos nuestros pecados e ídolos, creyendo en nuestro
perdón a través de Cristo, también confesamos nuestra fe en Cristo. El arrepentimiento y la confesión de nuestra
fe en el Dios único es verdadera adoración (1 Juan 1:8–10). “El sacrificio que te agrada es un espíritu
quebrantado; tú, oh Dios, no desprecias al corazón quebrantado y arrepentido” (Salmos 51:17; ver Isaías 66:2b).

Temer a Dios. Permanezca sobrecogido ante el Dios verdadero cuando se vea tentado a temer a otros o tiene
miedo de perder algo precioso. “El temor del Señor es el principio del conocimiento” (Proverbios 1:7). “No teman
a los que matan el cuerpo pero no pueden matar el alma. Teman más bien al que puede destruir alma y cuerpo
en el infierno” (Mateo 10:28). “Si tú, Señor, tomaras en cuenta los pecados, ¿quién, Señor, sería declarado
inocente? Pero en ti se halla perdón, y por eso debes ser temido” (Salmos 130:3, 4).

Amar a Dios. Desee al que nos perdona y nos brinda todo lo que necesitamos, en vez de mirar hacia otras cosas
que no pueden salvarlo. “’Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente’, le
respondió Jesús” (Mateo 6:33). “¿A quién tengo en el cielo sino a ti? Si estoy contigo, ya nada quiero en la tierra.
Podrán desfallecer mi cuerpo y mi espíritu, pero Dios fortalece mi corazón; él es mi herencia eterna” (Salmos
73:25, 26).

Confiar en Dios. Confíe en quien sacrificó a su Hijo por usted y ha demostrado ser completamente confiable en
cada situación. “Es mejor refugiarse en el Señor que confiar en el hombre” (Salmos 118:8). “Encomienda al
Señor tu camino; confía en él, y él actuará. Hará que tu justicia resplandezca como el alba; tu justa causa, como
el sol de mediodía” (Salmos 37:5, 6). “Su divino poder, al darnos el conocimiento de aquel que nos llamó por su
propia gloria y potencia, nos ha concedido todas las cosas que necesitamos para vivir como Dios manda. Así
Dios nos ha entregado sus preciosas y magníficas promesas para que ustedes, luego de escapar de la
corrupción que hay en el mundo debido a los malos deseos, lleguen a tener parte en la naturaleza divina” (2
Pedro 1:3, 4).

Deleitarse en Dios. Aprenda a encontrar su mayor gozo en pensar en Dios, meditar en sus obras, hablar a otros
de Él, alabarlo y darle gracias. “Deléitate en el Señor, y él te concederá los deseos de tu corazón” (Salmos 37:4).
“Mi boca rebosa de alabanzas a tu nombre, y todo el día proclama tu grandeza” (Salmos 71:8). “Alégrense
siempre en el Señor. Insisto: ¡Alégrense!” (Filipenses 4:4). “Estén siempre alegres, oren sin cesar, den gracias a
Dios en toda situación, porque esta es su voluntad para ustedes en Cristo Jesús” (1 Tesalonicenses 5:16–18).v

Como indican estos pasajes, Dios ha diseñado un hermoso ciclo para quienes quieren adorarlo por sobre todas
las cosas. Al amar, alabar, dar gracias y deleitarse en Dios, Él cumplirá sus deseos con el mejor regalo: Él
mismo. Y al aprender a deleitarse más y más en Él, sentirá una menor necesidad de encontrar felicidad,
realización y seguridad en las cosas de este mundo. Por la gracia de Dios, la influencia de la idolatría y el
conflicto resultante en su vida pueden ser reducidos constantemente, y usted podrá disfrutar de la intimidad y la
seguridad que vienen de adorar al único Dios verdadero.

Eso fue lo que ocurrió la mañana que estallé frente a mis hijos. El Espíritu Santo expuso amablemente mi
idolatría a través de la perspicaz pregunta de mi hijo: “Papi, ¿no piensas que deberías orar a Jesús y preguntarle
si es un ira justa?”. Aun mientras entraba en el estacionamiento libre, Dios reveló su respuesta en mi corazón: Mi
ira era todo menos justa. Surgía de mi adoración de un ídolo de comodidad y conveniencia. Confesé esto a mis
hijos y les pedí que me perdonaran por mi ira y mis palabras duras. Me respondieron con abrazos de perdón y
confesiones de que ellos también habían estado sirviendo a ídolos esa semana. El Señor amorosamente nos
permitió tirar abajo los dioses del conflicto y recordarnos unos a otros que el verdadero Dios es tanto mejor que
los ídolos que habíamos estado sirviendo. Llegamos unos minutos tarde a la iglesia esa mañana, pero nuestra
adoración fue más sincera, gozosa y estimulante que lo que había sido en mucho tiempo.

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Compendio de Apuntes para “Armonía, y la mayordomía de conflictos”
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i Tengo una gran deuda con John Bettler, Paul Tripp, David Powlison y Ed Welch, de Christian Counselling and
Educational Foundation (www.ccef.org) por las muchas perspectivas que me han dado sobre este tema a través
de sus libros y seminarios.

ii F. Samuel Janzow, Luther’s Large Catechism: A Contemporary Translation with Study Questions (St. Louis:
Concordia, 1978), 13.

iii Journal of Biblical Counseling 16, no. 1, fall 1997, 34.

iv John Piper, Future Grace (Portland: Multnomah), 9.

v Si le gustaría aprender a deleitarse en Dios durante los altibajos de la vida cotidiana, lo aliento a leer el
estupendo libro devocional de C. J. Mahaney, La Vida Cruzcentrica: Lo Principal de Mantener el Evangelio
(Editorial Unilit, 2007).

De: http://www.peacemaker.net/site/c.mkLUJ7MNKrH/b.5258265/k.21F9/Vaya_al_Coraz243n_del_Conflicto.htm

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Artículo de “Pacificadores” #8
Las Cuatro Promesas del Perdón
Adaptado de The Peacemaker: A Biblical Guide to Resolving Personal Conflict, por Ken Sande, 2003

Las Cuatro Promesas del Perdón


A través del perdón Dios derriba las paredes que nuestros pecados han construido y abre el camino para una
relación renovada con él. Esto es exactamente lo que debemos hacer si queremos perdonar como el Señor nos
perdonó a nosotros: Debemos liberar a la persona que nos ha ofendido del castigo de estar separada de
nosotros. No debemos guardar ofensas contra otras personas, no debemos pensar en las ofensas y no
debemos castigarlas por las ofensas. Por lo tanto, el perdón puede ser descrito como una decisión de hacer
cuatro promesas:

1. "No me detendré en este incidente"

2. "No volveré a mencionar este incidente para usarlo contra ti"

3. "No hablaré a otros acerca de este incidente"

4. "No dejaré que este incidente se interponga entre nosotros o entorpezca nuestra relación personal"

Al hacer y cumplir estas promesas, usted puede derribar las paredes que se interponen entre usted y su ofensor.
Promete no detenerse en el problema o dar vueltas al problema, o de castigar a la persona manteniéndola a la
distancia. Usted despeja el camino para que su relación se desarrolle libre de recuerdos de ofensas del pasado.
Esto es exactamente lo que Dios hace por nosotros, y es lo que nos llama a hacer por los demás.

Tomado de The Peacemaker: A Biblical Guide to Resolving Personal Conflict, por Ken Sande (Updated Edition,
Baker Books, 2003)

De:http://www.peacemaker.net/site/c.mkLUJ7MNKrH/b.5272797/k.E87A/Las_Cuatro_Promesas_del_Perd243n.htm

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Artículo de “Pacificadores” #9
Los Siete Elementos de la Confesión
Adaptado de The Peacemaker: A Biblical Guide to Resolving Personal Conflict. © 1997, 2003 por Ken Sande.

A medida que Dios abre sus ojos para ver cómo usted ha pecado contra otras personas, simultáneamente le
ofrece una forma de encontrar libertad de sus ofensas del pasado. Se llama confesión. Muchas personas no han
experimentado jamás esta libertad porque nunca aprendieron a confesar sus ofensas sincera e
incondicionalmente. En cambio, usan palabras como: “Lamento si te ofendí”. “Olvidemos simplemente el
pasado”. “Supongo que podría haber hecho un trabajo mejor”. “Supongo que no es todo culpa tuya”. Estas
afirmaciones simbólicas raramente provocan un perdón y una reconciliación genuinos. Si usted realmente quiere
lograr la paz, pida a Dios que lo ayude a transmitir gracia reconociendo humildemente y completamente sus
ofensas. Una forma de hacer esto es usando los Siete Elementos de la Confesión.

1. Diríjase a todas las personas involucradas (todas las personas a las que usted afectó)

2. Evite usar “si”, “pero” y “tal vez” (no intente disculpar sus ofensas)

3. Reconozca concretamente (tanto actitudes como acciones)

4. Reconozca el daño (exprese pena por lastimar a alguien)

5. Acepte las consecuencias (por ejemplo, haciendo restitución)

6. Cambie su comportamiento (cambie sus actitudes y acciones)

7. Pida perdón

Ver Mateo 7:3-5; 1 Juan 1:8-9; Proverbios 28:13.

De:http://www.peacemaker.net/site/c.mkLUJ7MNKrH/b.5272773/k.817A/Los_Siete_Elementos_de_la_Confesi243n.

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Artículo de “Pacificadores” #10


El Principio de la PAUSA
Adaptado de The Peacemaker: A Biblical Guide to Resolving Personal Conflict. © 1997, 2003 por Ken Sande.

Aun cuando usted logre resolver ofensas personales mediante la confesión y el perdón, tal vez necesite aún
tratartemas sustanciales, que pueden involucrar dinero, propiedades o el ejercicio de ciertos derechos. Estos
temas no deberían ser barridos bajo la alfombra o elevados automáticamente a una autoridad superior. En
cambio, deberían ser negociados de una forma bíblicamente fiel.

Como regla general, usted debería intentar negociar temas sustanciales de una forma cooperativa antes que
competitiva. En otras palabras, en vez de buscar sus propios intereses agresivamente y dejar que los demás se
preocupen de sus propios asuntos, usted debería buscar deliberadamente soluciones que sean beneficiosas
para todos los involucrados.

En palabras del apóstol Pablo, “No hagan nada por egoísmo o vanidad; más bien, con humildad consideren a los
demás como superiores a ustedes mismos. Cada uno debe velar no sólo por sus propios intereses sino también
por los intereses de los demás” (Filipenses 2:3-4; ver Mateo 22:39; 1 Corintios 13:5; Mateo 7:12).

Un enfoque bíblico de la negociación puede resumirse en cinco pasos básicos, a los que nos referiremos como
el Principio de la PAUSA:

• Preparación (ore, obtenga información, busque el consejo de personas devotas, desarrolle opciones)
• Afirmación de relaciones (muestre preocupación y respeto genuinos por los demás)
• Ubicación de intereses (identifique las preocupaciones, deseos, necesidades, limitaciones o temores de
los demás)
• Soluciones creativas (tormenta de ideas en oración)
• Análisis objetivo y razonable de opciones (evalúe, no discuta)

Si nunca ha usado este enfoque para la negociación antes, necesitará tiempo y práctica (y a veces consejos de
otras personas) para dominarlo. Pero bien vale la pena, porque aprender el Principio de la PAUSA lo ayudará,
no sólo a resolver la disputa presente, sino también a negociar más eficazmente en todas las áreas de su vida.

De:
http://www.peacemaker.net/site/c.mkLUJ7MNKrH/b.5272775/k.6518/El_Principio_de_la_PAUSA.htm

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Artículo de “Pacificadores” #11


Preguntas y respuestas sobre conflictos de
familia/matrimonio
Matrimonio
Pregunta 1: Quisiera hablar más abiertamente con mi esposo acerca de cosas en las que discrepamos, pero él
hace todo lo posible para evitar esta clase de conversaciones. Y aun cuando encuentre una forma de compartir
mis inquietudes con él, raramente dice algo en respuesta. ¿Cómo podemos aprender a hablar entre nosotros?

Respuesta: Comience por pedir a Dios que lo ayude a discernir las cosas que usted hace para desalentar la
comunicación abierta. ¿Habla usted desde la irritación o la frustración? De ser así, su esposo naturalmente se
replegará detrás del silencio defensivo. ¿Está más interesada en hacer prevalecer su punto de vista que
escuchar y entender el punto de vista de él? En este caso, él no perderá su tiempo en una conversación
infructífera. ¿Se vuelve defensiva cuando él la confronta sobre algo? De ser así, él simplemente mantendrá sus
pensamientos para sí. Sirealmente quiere saber qué barreras está erigiendo, pida a su esposo que le diga lo que
piensa que usted ha hecho para que sea difícil hablar. Escuche cuidadosamente sin volverse defensiva, y luego
pida a Dios que la ayude a cambiar.

Otra razón por la que los hombres no quieren hablar es que no siempre saben cómo expresarse de una forma
constructiva, y nunca aprendieron a enfrentar el conflicto eficazmente. Los hombres odian el fracaso. Así que
antes que manejarse a tientas con palabras torpes y comenzar una pelea, juegan a lo seguro y no dicen nada.
Pregunte a su esposo si los dos pueden trabajar juntos para mejorar su capacidad de comunicación y resolver el
conflicto. Sugiera una forma de aprender que sea la más fácil para él (ver sugerencias en la Pregunta 2). Si su
esposo está de acuerdo, hablar con un pastor o un consejero bíblico podría acelerar grandemente su progreso.
Cada vez que su esposo se comunica bien, asegúrese de indicarle su aprecio. Dios puede usar su respuesta
positiva para alentarlo a él a abrirse y crecer aún más.

Pregunta 2: Mi esposa y yo no manejamos los conflictos bien. Nos volvemos defensivos, proferimos algunas
palabras filosas y luego nos quedamos callados un par de días. Estamos teniendo un trato cada vez más
superficial entre nosotros, y estamos dando un ejemplo terrible para nuestros hijos. ¿Qué debería hacer?

Respuesta: Para un cristiano nunca es demasiado tarde para empezar a hacer lo correcto. No importa cuán
malas sean sus habilidades para la resolución de conflictos hoy, Dios puede ayudarlo a crecer más de lo pueda
imaginar siquiera. El primer paso para mejorar sus habilidades de pacificación es centrarse profundamente en lo
que Dios ha hecho para hacer la paz con usted. Jesús murió en la cruz para salvarlo del castigo y de la
esclavitud continua del pecado. Si usted ha confiado en él, ¡sus pecados están completamente perdonados! Y
ahora quiere facultarlo para deshacerse de viejos hábitos y aprender a relacionarse con los demás de una forma
que ejemplifique el amor y el perdón de él hacia usted.

Usted juega un papel importante en este proceso de cambio. Necesita estudiar la Palabra de Dios y aprender lo
que él enseña acerca de la pacificación. Podría comenzar leyendo un artículo titulado “La cruz y la crítica”, que
habla acerca de cómo dar y recibir críticas a la luz de lo que Jesús hizo por nosotros en la cruz. También podría
asistir a una clase de Escuela Dominical o estudio bíblico para grupos pequeños de Peacemaker, escuchar
grabaciones de audio mientras viaja o leer Pacificadores juntos. Para extender los beneficios a sus hijos,
estudien El joven pacificador como familia, y busque formas de incluir los principios de pacificación en los
conflictos de la vida cotidiana.

Este cambio requiere tiempo y esfuerzo, pero bien vale la pena. A medida que Dios le permite vivir el evangelio
en medio del conflicto, usted encontrará una intimidad nueva y emocionante en su matrimonio, confianza para
enfrentar los desafíos de la vida y la alegría de ver a sus hijos madurar en su fe y en su capacidad para ser
pacificadores.

Divorcio
Pregunta 3: Acabo de descubrir que mi esposo ha sido infiel. Él dice que lo lamenta y quiere que sigamos
juntos, pero estoy tan dolida que no pienso que pueda perdonarlo jamás. Mi familia me está alentando para que
obtenga el divorcio, pero tengo miedo de cómo afectará esto a nuestros hijos. ¿Qué debo hacer?

Respuesta: La mayoría de los cristianos estarían de acuerdo en que usted tiene fundamentos bíblicos para el
divorcio. Pero el hecho de que usted pueda divorciarse no significa que deba hacerlo. Dios podría haber dado la
espalda a todo el mundo legítimamente mucho tiempo atrás por nuestra infidelidad. Sin embargo, escogió

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perdonarnos y realizar la dura tarea de la reconciliación, que requirió enviar a su Hijo a la cruz en nuestro lugar.
Usted tiene ahora la oportunidad de imitar la misericordia y la gracia asombrosas e inmerecidas de Dios y hacer
todos los esfuerzos razonables para reconciliarse con su esposo (ver Romanos 12:18; Efesios 4:32).

Además, tiene razón al estar preocupada por el efecto que el divorcio tendrá en sus hijos. Como se indica en un
estudio sobre “Los efectos del divorcio en Estados Unidos”, el divorcio puede tener un efecto devastador sobre
los hijos. A menudo contribuye a problemas en la escuela, abuso de drogas y alcohol, abandono o abuso en
familias mixtas, menor capacidad de aprendizaje y alejamiento de Dios. A fin de evitar este sufrimiento a los
hijos, un padre o una madre deberían hacer todos los esfuerzos razonables para salvar un matrimonio.

Por supuesto, la reconciliación requerirá trabajo. Aun cuando su esposo parece lamentarlo sinceramente y
arrepentido, sería imprudente simplemente decir que lo perdona y dejar el asunto atrás. Una traición de esta
naturaleza indica que hay serias debilidades en la relación de él con el Señor y en la relación entre ustedes dos.
Ahora es el momento de buscar un sólido aconsejamiento bíblico de forma que ambos puedan identificar y
resolver las causas fundamentales de estos problemas.

La gracia de Dios es suficientemente poderosa como para sanar esta herida profunda. De hecho, si usted lleva
esta gran ofensa al pie de la cruz y pide a Dios que la cubra con la sangre de su Hijo, él puede remover el dolor,
otorgar arrepentimiento por el pecado subyacente, permitirle perdonar verdaderamente y bendecirla a usted y a
su esposo con un amor más profundo y una confianza mayor que jamás han conocido antes.

Ttambién puede transformar esto en una oportunidad para dar testimonio a su familia. Reconozca que tiene
derecho a buscar un divorcio, pero dígales que no lo va a hacer porque Dios no la ha dejado a un lado, aun
cuando usted ha pecado contra él más frecuentemente y más terriblemente que su esposo contra usted. Use
este suceso doloroso para compartir con su familia y otras personas las noticias maravillosas del perdón
inmerecido y el poder reconciliador de Dios.

Pregunta 4: Mi esposa dice que quiere el divorcio. He hecho todo lo que puedo pensar para persuadirla para
que se quede, pero está determinada a irse. ¿Qué puedo hacer para salvar mi matrimonio?

Respuesta: Dios es el único que puede salvar su matrimonio. Por lo tanto, la cosa más importante que puede
hacer es comprometerse a hacer todo lo que él le enseña a través de su Palabra o a través de la iglesia para
reconciliarse con su esposa.

Aun cuando el pecado es la causa última del divorcio, la desesperanza generalmente es lo que hace que la
gente desista de un matrimonio y vea un abogado. Por lo tanto, es esencial hacer todo lo posible para
reconstruir la esperanza. Las flores, las promesas y los ruegos no harán nada para restablecer la esperanza; de
hecho, probablemente hagan que su esposa tenga aún más resentimiento.

En cambio, ore ardientemente cada día para que Dios toque el corazón de su esposa y restablezca esperanza
en ella. Luego pídale que lo ayude a usted a ver cómo ha contribuido al colapso de su matrimonio. Hable con un
amigo devoto, un pastor o un consejero cristiano, para hacer un inventario meticuloso de sus fallas maritales.
Vaya más allá de su comportamiento e identifique los deseos en su corazón que llevaron a sus fallas. Usando
el marco de los Siete Elementos de la Confesión, escriba una confesión completa de sus pecados. Pida ayuda a
Dios para encontrar el momento correcto para hablar con su esposa para reconocer todas las formas en las que
usted no ha sido el esposo que Dios quiere que sea. Comprométase a crecer como Dios manda,
independientemente de que ella se quede o no. No espere resultados inmediatos, pero ore pidiendo que Dios
termine usando su confesión para ayudar a que su esposa vea que las cosas realmente pueden cambiar, que es
un paso clave para restablecer la esperanza.

Al mismo tiempo, aliente amablemente a su esposa a considerar el aconsejamiento. Si se resiste, recuérdele


que sus hijos algún día podrían preguntar: “Mamá, ¿cuán fuertemente intentaste mantener a nuestra familia
junta? ¿Intentaste siquiera un aconsejamiento?”. Si aun se resiste, copie el artículo sobre “Los efectos del
divorcio en Estados Unidos” y pregúntele si al menos pensaría en la forma en que un divorcio afectaría a sus
hijos. Ore pidiendo que Dios abra el corazón de ella al aconsejamiento.

Usted también debería buscar en su iglesia apoyo en oración y consejos. Demuestre que usted está intentando
sinceramente encarar las fallas en su matrimonio. Luego pida a su iglesia que se acerque a su esposa para
alentarla a reconciliarse. Si ella se rehúsa, inste a los líderes de su iglesia a ejercer su responsabilidad bíblica de
ejercer una disciplina amorosa y redentora para persuadir a su esposa que no rompa sus votos matrimoniales
(Mateo 18:15-20).

Finalmente, recuerde que Dios no mide el éxito de usted por sus resultados, sino por su obediencia fiel y
dependiente de él. Usted no puede controlar la decisión final de su esposa, así que no puede necesariamente
salvar su matrimonio. Pero si mira a Dios en busca de esperanza y guía, se arrepiente sinceramente de sus

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pecados y hace su mejor esfuerzo por obedecer lo que él ordena, él lo considerará fiel y exitoso,
independientemente de lo que su esposa decida.

Abuso
Pregunta 5: Mi esposo es un abusador verbal y físico. Algunos amigos dicen que simplemente debería perdonar
y someterme. Otros dicen que debería salir del matrimonio. ¿Qué dice la Biblia que debo hacer?

Respuesta: La Biblia nos llama a amar a nuestros enemigos y hacer todo lo que podamos para resolver los
conflictos de una forma que lleve al perdón y la reconciliación completos. También enseña que debemos
someternos a quienes Dios ha puesto en autoridad sobre nosotros. Pero ninguno de estos mandatos cancela
otros principios bíblicos que se aplican al abuso doméstico.

Mateo 18:15-20, Lucas 17:3 y Gálatas 6:1-2 nos ordenan claramente confrontar amablemente pero firmemente a
alguien que se encuentra en un patrón de hábito pecaminoso. No hay nada en la Biblia que diga que una esposa
no deba seguir estos pasajes. Si su esposo está pecando contra usted mediante violencia verbal o física, Dios
dice que usted debe hacer todo lo que está en su poder para ayudarlo a arrepentirse. Si usted no puede
confrontarlo en forma segura por su cuenta, debería ir a su pastor y pedirle que hable con su esposo (Mateo
18:16). O podría apelar a su esposo para que la acompañe al aconsejamiento. Si él se rehúsa a responder al
aconsejamiento, entonces debería pedir a su iglesia que ejerza la disciplina en un esfuerzo por llevarlo al
arrepentimiento (Mateo 18:17-20).

Si su esposo se rehúsa a responder al consejo o la disciplina de la iglesia, y si usted o sus hijos corren peligro
de daño serio, es apropiado separarse temporalmente y buscar ayuda de la policía y los tribunales civiles
(Romanos 13:1-5). A veces un hombre violento tiene que enfrentar las consecuencias civiles antes que pueda
ver la seriedad de su comportamiento.

Aun mientras usted sigue estos caminos, también necesita seguir otros mandatos bíblicos con relación a su
propio corazón y conducta. Si bien nada justifica el abuso de parte de su esposo, Jesús igual la llama a asumir la
responsabilidad por su contribución a la situación, aun cuando parezca pequeña (Mateo 7:3-5). A medida que
Dios le permita cambiar cosas que podría estar haciendo usted para agravar el conflicto en su matrimonio,
podría ser más fácil para su esposo someterse al aconsejamiento y lograr un avance duradero en el control de
su ira.

A medida que Dios trae arrepentimiento y confesión a su esposo, usted puede otorgar perdón y experimentar
una reconciliación genuina en su matrimonio, con lo cual demostrará el poder redentor del amor y el perdón de
Dios.

Pregunta 6: Mi padre abusó de mí cuando era niña. Si bien nunca lo he hablado con él, creo que he podido
perdonarlo. Mi madre no sabe nada de esto. ¿Debería igual tratar de hablar con él acerca de esto, o debería
simplemente dejar el tema de lado?

Respuesta: El perdón tiene dos etapas. Primero, necesitamos tener una actitud de perdón, que es una
disposición y deseo de verdaderamente perdonar a alguien y no detenernos en cómo nos ha agraviado.
Debemos pedir a Dios que nos dé esta actitud aun antes de que la otra persona se arrepienta (Marcos 11:25).
La segunda etapa es conceder el perdón, que es una promesa de no hablar de los pecados de una persona o de
no tenerlos contra ella jamás. Estas promesas deberán hacerse normalmente luego de que alguien se ha
arrepentido o ha confesado su pecado (Lucas 17:3). Estas promesas abren el camino a la auténtica
reconciliación.

Al parecer, Dios le ha dado a usted una actitud de perdón, que es un don de gracia. Pero es improbable que se
reconcilie auténticamente con su padre, derribando todas las paredes que existen entre ustedes, a menos que él
confiese sus pecados y usted le otorgue el perdón explícitamente.

Además, podría ser que su padre aún esté atormentado por el recuerdo y la culpa de lo que le hizo a usted. Si él
duda que usted pueda perdonarlo, es natural que él mantenga esos recuerdos vergonzosos ocultos. Por lo tanto,
ir a él para hablarle de esto y para indicar su deseo de perdonarlo podría abrir el camino para que él encuentre
liberación de una carga tremenda.

Al mismo tiempo, tiene que estar preparada para el hecho de que él pueda negar el abuso y se enoje si usted se
acerca a él. Si lo hace, reafirme su amor por él y su deseo de perdonar, y hágale saber que usted está dispuesta
a hablar cuando él quiera. Luego ore pidiendo a Dios que use sus palabras para plantar una semilla de
esperanza y un deseo de perdón en el corazón de él, que termine llevando a su padre a confesarle su pecado.

Podría ayudar o no involucrar a su madre en esta conversación. Idealmente, sería mejor solucionar las cosas
con su padre primero, y luego ustedes dos podrían decidir en oración si su madre se beneficiaría de conocer la

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conversación que han tenido.

Si su padre es una persona manipuladora y usted corre peligro de ser lastimada nuevamente, sería prudente
consultar a su pastor o a un consejero cristiano antes de encararlo. Ellos podrían ayudarla a prepararse para sus
posibles reacciones, y en algunos casos sería prudente hacer que alguno de ellos la acompañe cuando va a
hablar con él. Si hay algún peligro de que su padre podría estar abusando de otra persona, entonces debería
trabajar aun más rápidamente y cuidadosamente para confrontarlo.

Por sobre todo, cuando hable con su padre, no convierta el pecado de él en el centro principal de su
conversación. Si bien el comportamiento de él debe ser discutido abiertamente, dedique la misma atención a
construir esperanza. No importa cuánto hayamos pecado cualquiera de nosotros, podemos encontrar liberación
a través de Jesús. Tal vez igual tengamos que sobrellevar algunas consecuencias del mundo, pero nuestros
pecados pueden ser perdonados y nuestras relaciones pueden ser restauradas por lo que el Señor hizo por
nosotros en la cruz.

Hijos
Pregunta 7: Mis hijos son muchísimo más eficientes causando conflictos que resolviéndolos. Los he corregido y
sermoneado hasta el cansancio. ¿Hay algo que pueda hacer para ayudarlos a aprender a ser pacificadores?

Respuesta: Sí, hay muchísimo que usted puede hacer. Cada uno de los conflictos de sus hijos ofrece una
oportunidad de enseñanza. Pero si usted recurre al sermoneo en el calor del conflicto la irritación y frustración
suyas hará que levanten muros y no tomen en cuenta lo que está intentando enseñar. En cambio, desarrolle una
estrategia de largo plazo en la que la mayor parte de la instrucción tiene lugar durante momentos de
tranquilidad, cuando están abiertos a escuchar, y los conflictos reales son usados como un tiempo para practicar
lo enseñado.

Se requiere tiempo y dedicación para enseñar a sus hijos a ser pacificadores, ¡pero los resultados bien valen la
pena!

Pregunta 8: La principal fuente de conflicto entre mi esposa y yo es el desacuerdo en cómo criar nuestros hijos.
Disciplina, educación, ropa, gastos; no importa cuál sea el tema, han significado discusiones entre nosotros.
¿Qué podemos hacer para poner fin a nuestros desacuerdos constantes y dar a nuestros hijos un mejor modelo
para resolver conflictos?

Respuesta: Es probable que siempre discrepen acerca de algún aspecto de la vida de sus hijos, pero por la
gracia de Dios ustedes pueden aprender a manejar esos desacuerdos de una forma constructiva. Dado que ya
han pasado muchas horas discutiendo sobre estos temas, asuman el compromiso de dedicar algunas horas a
aprender a responder a estos conflictos de una forma bíblica. (Si escatiman tiempo de aprendizaje, simplemente
seguirán dedicando este tiempo a discutir.)

Comiencen por mirar dos páginas de este sitio Web: Principios fundamentales y El corazón del conflicto. Si esto
despierta su apetito, lean Pacificadores juntos. Si quieren profundizar más, aliente a su iglesia a patrocinar
una clase de Escuela Dominical o estudio bíblico para grupos pequeños sobre pacificación, donde puedan
discutir estos principios con otras parejas que están luchando con los mismos problemas en sus familias.

Dedique una atención especial a aprender y practicar el Principio de la PAUSA en la negociación. Al mejorar su
capacidad de entender y estar atentos a las preocupaciones de su cónyuge acerca de la crianza de sus hijos,
ustedes serán más eficaces para canalizar los desacuerdos en una dirección constructiva.

Al mismo tiempo, pida a su iglesia que recomiende material bíblicamente sólido sobre la crianza de los hijos.
Ponga en práctica sus nuevas habilidades de comunicación y negociación discutiendo y buscando acuerdos
sobre varios relacionados con ser padres.

Si se estancan en un tema, no se metan en una pelea ni ignoren el problema. Busquen una o dos parejas de su
iglesia que parezcan estar criando sus hijos eficazmente y pídanles consejos. Si escuchan estos consejos, no
sólo acelerarán el acuerdo, sino que también ejemplificarán para sus hijos la sabiduría de buscar consejos de
otras personas cuando no puedan resolver un conflicto por su cuenta.

Familia mixta
Pregunta 9: Me casé con un hombre divorciado. Él es maravilloso, pero sus hijos son una fuente constante de
conflictos. No parecen respetarme, y discutimos frecuentemente cuando les digo qué hacer. Estoy agotada y me
siento culpable por el hecho de estar soñando con el día que tengan dieciocho años y dejen el hogar. ¿Qué
debo hacer?

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Compendio de Apuntes para “Armonía, y la mayordomía de conflictos”
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Respuesta: Como punto de partida, usted y su esposo deben unirse y desarrollar un enfoque unido ante este
problema. Esto probablemente requiera estudiar el proceso de aprendizaje descrito en la respuesta a
la pregunta 8. Al mismo tiempo, pida a su esposo que muestre el camino en cómo enseñar a sus hijos a
responder al conflicto bíblicamente, como se sugiere en la respuesta a la pregunta 7.

Al recorrer este material juntos, tendrán oportunidades de hablar acerca de diversos conflictos que han tenido y
cómo todos ustedes podrían haberlos encarado más constructivamente. Hable con los hijos de su esposo aparte
y escuche cuidadosamente sus inquietudes y frustraciones. Cuando ellos realmente crean que usted está
intentando entenderlos, será más probable que se abran y la escuchen. Esto requiere tiempo y esfuerzo, pero al
aprender a llevarse mejor con ellos, usted no sólo disfrutará de una vida familiar más pacífica sino que también
los equipará para enfrentar los conflictos que encontrarán más tarde en sus propias familias.

Pregunta 10: El ex esposo de mi esposa nos está arruinando la vida. Sus cheques de alimentos llegan tarde
frecuentemente, a veces no aparece para sus visitas y se rehúsa a cooperar con nosotros en importantes temas
relacionados con la educación de los hijos. ¿Hay algo que podamos hacer aparte de llamar un abogado?

Respuesta: Llamar un abogado es lo último que deben hacer. Aun cuando encuentren una forma de forzar al ex
esposo a pagar los alimentos en tiempo, podrá encontrar simplemente otra forma de arruinarles la vida.

Los problemas con un ex cónyuge a menudo no tienen nada que ver con los temas materiales mismos.
Generalmente son causados o al menos agravados por temas personales no resueltos con su cónyuge, que dan
lugar a amargura, celos, resentimiento o ira. A menos que lleguen a estos temas fundamentales, ustedes
experimentarán un patrón de conflicto continuo al crecer los hijos.

Dependiendo de la intensidad del conflicto y la personalidad del ex esposo, ustedes podrían intentar varios
enfoques diferentes. Primero, tanto usted como su esposa deberían hacer un esfuerzo conjunto para aprender a
responder a este conflicto de una forma bíblica (ver sugerencias de aprendizaje en la respuesta a la pregunta 8).
Luego su esposa debería examinar en oración el papel de ella en su divorcio. Si se da cuenta de que cometió
pecados que nunca ha admitido a su ex esposo, debería buscar una forma de encontrarse con él para hacer
una confesión sincera y completa. Si hay probabilidades de que su ex esposo no responda bien, acompáñela
para darle aliento y apoyo. Asegúrese de que esta reunión inicial se centre en la confesión de ella, y no en
señalar las cosas que él hizo o sigue haciendo mal. Trate de sacar los agravios de ella de la mesa y luego
esperen para ver si eso tiene algún efecto en el comportamiento de él.

Si una reunión personal no es eficaz o siquiera posible, pida a su ex esposo reunirse con usted y un mediador
neutral para solucionar algunos de sus conflictos. Use el Principio de la PAUSA y apele a los intereses de él lo
más posible. Si igual se rehúsa y si asiste a otra iglesia, pida a su pastor que contacte al pastor de él pidiéndole
que persuada al ex esposo a participar en una mediación. Si eso no funciona y los problemas se vuelven
severos, tal vez tenga que decirle que, a menos que participe en una mediación, usted tendrá que conseguir un
abogado para forzarlo a enfrentar estos temas. Este tipo de paso podría agravar considerablemente los
problemas y producir gastos importantes, así que no lo haga antes de contabilizar el costo.

No importa lo que haga, su respuesta más efectiva es la oración. Siga pidiendo a Dios que obre en el corazón
del ex esposo así como en el de usted y su esposa, para mostrar a cada uno de ustedes cómo están
contribuyendo al problema, para darles esperanza de cambiar por el amor y el poder de Jesús, y para resolver
los problemas del pasado para que puedan disfrutar de paz hoy.

Familia extendida
Pregunta 11: Mi madre y yo no nos hemos llevado bien durante años. Ella siempre intenta controlarme, aun
cuando ahora tengo mi propia familia. Cuando nos encontramos, ambas nos comportamos cortésmente, pero
sólo puedo aceptar cierta cantidad de consejos y críticas antes de reaccionar con enojo hacia ella. Realmente
amo a mi madre, pero odio estar con ella. ¿Hay alguna esperanza para nosotras?

Respuesta: Si usted está confiando en Cristo, ¡siempre hay esperanza! No hay corazón tan duro que él no
pueda ablandar. Ore, ore y ore, y luego siga orando para que Dios obre tanto en usted como en su madre.

Al mismo tiempo, estudie a fondo la Palabra de Dios para aprender lo más posible acerca de cómo responder a
este conflicto bíblicamente (ver sugerencias de aprendizaje en la respuesta a la pregunta 8). Pida a Dios que la
ayude a tratar con su madre de una forma que demuestre el amor y el perdón de Cristo en su vida. Saque la
viga de su propio ojo pidiendo a Dios que la ayude a identificar y confesar formas en que usted ha contribuido a
la tensión entre ustedes. Luego planifique cómo confrontar amablemente a su madre para ayudarla a ver cómo
su comportamiento controlador está lastimándola a usted y dañando su relación. Sea específica acerca de lo
que hace ella que la ofende a usted y cómo la hace sentir. Siga manteniendo esperanza de cambio recordándole
el amor y el perdón de Cristo, y su promesa de ayudarnos a crecer.

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Si las conversaciones personales no traen progresos, apele a su madre para reunirse con usted y un consejero
o mediador (tal vez el pastor de ella, o el suyo) para hablar de estas cosas. Sea lo más amable y persuasiva
posible. Si ella titubea, pida a su padre o a un hermano o hermana que hable con ella para alentarla a resolver
esto con usted.

Si se rehúsa a cambiar o a trabajar en busca de una solución, pida a Dios que le dé sabiduría y fortaleza para
responder a sus provocaciones con gracia. Pídale también que la ayude a aprender cuándo y cómo trazar
límites apropiados de lo que usted aceptará en su relación. Aun cuando no vea un progreso inmediato, no se dé
por vencida. Podría ser que Dios esté usando las provocaciones de ella para ayudarla a usted a aprender
algunas lecciones importantes sobre el perdón y la misericordia. No importa lo que haga ella, usted siempre
puede seguir creciendo en Cristo.

Pregunta 12: Las festividades son momentos frustrantes y dolorosos para mí. Cada vez que se reúne mi familia,
alguien siempre plantea algo desagradable del pasado o critica a otra persona, que generalmente lleva a
sentimientos heridos o una pelea acalorada. Francamente, detesto reunirnos como familia. ¿Hay alguna forma
en que podría ser un pacificador en una situación como ésta?

Respuesta: Esta clase de conflicto brinda una rica oportunidad para que usted glorifique a Dios, sirva a otras
personas y crezca a la imagen de Cristo. Como siempre, la oración es clave para el cambio. Al mismo tiempo,
usted debería pedir a Dios que lo ayude a mejorar su capacidad para responder a este conflicto bíblicamente
(ver sugerencias de aprendizaje en la respuesta a la pregunta 8).

Dependiendo de las personalidades y la dinámica de su familia, hay muchas formas en que usted podría intentar
ayudarlos a aprender a enfrentar estos conflictos de una forma más constructiva. Una de las mejores formas es
intentar discernir qué miembros de la familia tienen mayor probabilidad de compartir las inquietudes de usted
acerca de las reuniones familiares y estar abiertos a trabajar con usted para alentar un cambio. Vaya a ellos
primero, oren juntos, aprendan más acerca de la pacificación y planeen cómo acercarse a otros miembros de la
familia.

Dado que algunos miembros de la familia siguen trayendo ofensas del pasado, podría ayudar que todos ustedes
(sea en conjunto o de unos pocos por vez) hablen acerca del perdón. Ayúdelos a ver que Dios nos llama a
perdonar a los demás como él nos ha perdonado a nosotros (Efesios 4:32). Una de las mejores formas de imitar
el perdón de Dios es hacer cuatro promesas a quienes han pecado contra nosotros:

• No me detendré en este incidente


• No volveré a mencionar este incidente para usarlo contra ti en el futuro
• No hablaré a otros acerca de este incidente
• No dejaré que este incidente se interponga entre nosotros y entorpezca nuestra relación personal

Pregunte a su familia si ésta es la forma en que les gustaría ser perdonados. De ser así, indique que es así
como deberían perdonarse unos a otros.

De:http://www.peacemaker.net/site/c.mkLUJ7MNKrH/b.5279955/k.D961/Preguntas_y_respuestas_sobre_conflictos_de_fa
miliamatrimonio.htm

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Artículo de “Pacificadores” #12


Conflictos en la iglesia
Donde están dos o tres congregados en el nombre de Jesús... terminará habiendo conflictos.

Una iglesia es tan propensa a los conflictos como cualquier otra organización humana. No importa cuánto usted
y otras personas de su iglesia quieran servir a Dios y extender su reino, todos siguen estando afectados por la
Caída, lo cual significa que experimentarán, inevitablemente, conflictos.

Los conflictos en la iglesia pueden tomar muchas formas. Los pequeños chismes y calumnias pueden envenenar
lentamente toda una congregación. Las tensiones sin resolver entre pastores, ancianos y diáconos pueden
destruir la cooperación y privar a la iglesia de un liderazgo eficaz. Los conflictos familiares prolongados pueden
generar hijos rebeldes o amargos divorcios. Los estancamientos en comisiones de la iglesia pueden inmovilizar
ministerios necesarios. Las disputas entre miembros que hacen negocios entre sí pueden terminar en juicios
devastadores.

Cada vez que un conflicto entre dos personas de una iglesia no se resuelve
correctamente, puede crecer hasta infectar a toda una congregación. Estos
conflictos son, a menudo, más intensos y destructivos que los de Cada vez que un conflicto entre
organizaciones seculares. Cuando las personas asumen posiciones basadas dos personas de una iglesia no
en creencias religiosas, suelen sucumbir a la arrogancia moral y comienzan a se resuelve correctamente,
juzgar los motivos de los demás. Al pensar que son los únicos que defienden puede crecer hasta infectar a
la verdad bíblica, rotulan a los puntos de vista contrarios como no bíblicos, toda una congregación.
pecaminosos o aun “del enemigo”.

Por supuesto, algunas disputas en la iglesia involucran cuestiones de doctrina


no negociables o la obediencia a la Palabra de Dios. Pero, con demasiada frecuencia, los cristianos magnifican
tontamente diferencias teológicas menores o asuntos de convicción o conveniencia personal, lo que puede
polarizar innecesariamente a toda una congregación.

Este pensamiento de “blanco o negro” tiende a magnificar las diferencias, a endurecer posiciones y a dificultar
tremendamente el arreglo y la reconciliación. Por lo tanto, los conflictos de iglesia suelen terminar en resultados
de “ganadores y perdedores”, donde el lado más poderoso sale orgullosamente ganancioso y el más débil se ve
forzado a una sumisión resentida o una partida enojosa.

Este tipo de conducta en la iglesia es completamente contrario a la apasionada oración de Jesús al Padre por su
iglesia: “Para que sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los has
amado a ellos como también a mí me has amado” (Juan 17:23). En vez de hacer saber a la gente que somos
discípulos de Jesús por nuestro amor mutuo (Juan 13:35), damos al mundo cada vez más excusas para rotular a
los cristianos como hipócritas y descartar nuestro testimonio que se contradice con un Dios de gracia,
misericordia y perdón.

Uno no puede impedir los conflictos en la iglesia. De hecho, Dios tal vez traiga conflictos a la vida del cuerpo de
la iglesia a fin de alentar el cambio y estimular el crecimiento espiritual. Sin embargo, la forma en que los
cristianos responden a estos conflictos determina si han logrado impedir que se desarrollen más o han permitido
que crezcan hasta convertirse en pecado destructor. Habrá conflictos. ¿Estará su iglesia preparada para
responder?

Preparar a la iglesia para los conflictos significa tener una actitud deliberada en el proceso de preparación,
realmente cultivando una “Cultura de paz” en anticipación de los conflictos. Romanos 14:19 dice: “Así que,
sigamos lo que contribuye a la paz y a la mutua edificación”. La iglesia debe abocarse a la preparación para los
conflictos tal como haría con cualquier otro ministerio de la iglesia. Esto involucra enseñar la Palabra de Dios,
brindar capacitación en habilidades y principios de reconciliación y, sobre todo, asumir un compromiso de
“guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz” (Efesios 4:3).

No importa si usted es un pastor principal o un nuevo miembro, hay muchas formas en que puede ayudar a su
iglesia a responder a los conflictos bíblicamente y así mejorar su testimonio evangelístico y su capacidad de
ministrar. Lea la sección de Cultura de paz para tener ideas y pasos específicos para transformar a su iglesia en
una iglesia pacificadora.

http://www.peacemaker.net/site/c.mkLUJ7MNKrH/b.5259391/k.612B/Conflictos_en_la_iglesia.htm

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Artículo de “Pacificadores” #13


El Retrato de un Pacificador
Por Jim Soft, Miembro de la Junta Directiva de Peacemaker Ministries
Traducción por Lucymarie Cabrera

Uno de los elogios más extraños y profundos en toda la Biblia es atribuido a Bernabé: "Él fue un varón bueno, y
lleno del Espíritu Santo y de fe" (Hechos 11:24). Ese pasaje continúa, "Y una gran multitud fue agregada al
Señor.” Sin duda en parte atribuida a la misión de ánimo y pacificación de Bernabé. Romanos 5:1 enseña
claramente que cuando un hombre ha sido justificado por la fe, él, tendrá la paz con Dios por medio de nuestro
Señor Jesucristo. Por lo tanto, la meta primaria del pacificador cristiano es dirigir a los hombres que se
encuentra en conflicto hacia el Salvador.

Bernabé resolvió exitosamente tensiones y conflictos en cuatro niveles diferentes: (1) entre un individuo y un
grupo (Hechos 9:20-31), (2) entre dos "razas" de personas (Hechos 11:19-26), (3) entre dos iglesias, Jerusalén y
Antioquia (Hechos 15:1-35), y (4) entre dos individuos, Pablo y Juan (Hechos 13:13, 2 Tim. 4:11).

Cualquier hombre utilizado por Dios para resolver los conflictos entre grupos, las naciones, las iglesias, y los
individuos es obviamente un hombre cuyo carácter vale emular. F. F. Bruce dice de este hombre bueno y
extraordinario, lleno del Espíritu Santo y fe, "según Lucas, fue Bernabé, que por sus buenos oficios (carácter),
unieron a Pablo con los líderes de Jerusalén. Aunque Pablo no señale nada al respecto, es probable que alguien
actuó como mediador, y todo lo que sabemos de Bernabé sugiere que él fuera el hombre que actuara de esta
manera".

Es interesante notar, que en vez de proporcionar un método o técnica para la mediación, la Escritura
proporciona un perfil del carácter de la persona que fue utilizada por Dios para unir a estas personas. Aunque
las técnicas de mediación son importantes, la mejor técnica fallará si el mediador carece de las calidades
ejemplificadas en el carácter de Bernabé.

Bernabé fue un hombre de consolación (Hechos 4:36). Su nombre verdadero fue José el levita, sin embargo por
el resultado de sus actitudes y acciones, los discípulos le pusieron por sobrenombre Bernabé, que significa "Hijo
de Consolación". Dondequiera que Bernabé es mencionado en la Biblia, siempre existe la actividad de ánimo o
consolación (Hechos 11:23; 14:22; 15:31).La palabra ánimo se deriva del griego parakaleo. Esa palabra viene de
la misma raíz que Jesús utilizó para describir al Espíritu Santo cuando dijo, "Y yo rogaré al Padre, y os dará otro
Consolador…". (Juan 14:16).

Bernabé fue un hombre que se regocijó. Hechos 11:23 y 15:3 revelan que él trajo gran alegría a todos los
hermanos. Proverbios 17:22 nos recuerda que "El corazón alegre constituye buen remedio; (terapéutico y
reconstituyente) más el espíritu triste se seca los huesos". Como Bernabé, un pacificador debe tener buena
presencia y ser una persona con quien sea una alegría estar asociada.

Bernabé estuvo lleno del Espíritu Santo (Hechos 11:24). El requisito previo más importante de un pacificador
exitoso es de estar lleno del Espíritu Santo, porque el Espíritu desarrolla en nosotros un carácter pacífico
(Gálatas 4:22; cf. 6:1). Romanos 8:6 enfatiza este hecho cuando dice, "Porque el ocuparse de la carne es
muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz.” Porque Bernabé fue un hombre lleno del Espíritu Santo, su
impacto de pacificación fue una consecuencia natural del trabajo que Dios estaba haciendo en su vida.

Bernabé fue un hombre del valor (Hechos 9:26-27). Bernabé fue quien se tomó un riesgo calculado, cuando los
discípulos fueron escépticos sobre la conversión genuina del Apóstol Pablo (Hechos 9:26-27). El tuvo el valor de
reunir a los discípulos con el anterior terrorista de la fe cristiana. Valor semejante es descrito luego en Hechos
14: 19-23, que describe el retorno de Bernabé y Pablo a Listra, siendo ellos previamente apedreados por llevar
las enseñanzas. Ronald Kraybill, en su libro “Reparando la Infracción”, establece "Una lección que he aprendido
de la participación en el conflicto, es que si los que son llamados a la pacificación esperan por la seguridad o la
certeza de su papel, nunca empezarán".

Bernabé fue un hombre de perseverancia (Hechos 13:50; 14:21-24). La perseverancia no significa estupidez
terca. ¡Significa la persistencia en la tarea emprendida! Después de ser presionados para salir de Listra a causa
de la multitud que se amotinaba, Pablo y Bernabé esperaron un tiempo razonable y luego regresaron para
completar la tarea, "fortaleciendo a los discípulos y animándolos a perseverar en la fe. "Es necesario pasar por
muchas dificultades para entrar en el reino de Dios", les decían " (Hechos 14:22). El seguimiento es parte
integral del gran proceso de conciliación, traer a los hombres a Dios.

Bernabé fue un hombre de observación (Hechos 11:25-26). El desarrollo de una iglesia predominantemente
gentil como la de Antioquia, proporcionó una base potencial para la actividad misionera entre los gentiles. Pero
la presencia de gentiles en la iglesia de Antioquia arriesgó la relación con los cristianos judíos en Jerusalén.

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Para solucionar esa situación, Bernabé buscó la ayuda de Pablo, un judío cristiano de sangre azul, para enseñar
a los conversos en Antioquia y para reconciliar los malentendidos religiosos entre las dos iglesias. Claramente,
Bernabé tuvo una mente investigativa y supo que (o quien) ameritaba la ocasión para su solución. Un pacificador
necesita ser un observador astuto para poder prescribir el antídoto correcto para la enfermedad.

Bernabé aceptaba (Hechos 11:22-23). A diferencia de muchos cristianos judíos, él no rehuyó a los cristianos
gentiles, sino se que regocijaba de que Dios los incluyera en su convenio. Posteriormente el Apóstol Pablo
escribió, "Por tanto, recibíos los unos a los otros, como también Cristo nos recibió, para gloria de Dios" (Rom.
15:7). Un pacificador siempre debe estar dispuesto a aceptar a las personas como ellos son, pero a su vez
alentarlos con entusiasmo y exhortándolos a seguir adelante hacia actitudes y conductas más santas.

Bernabé fue un hombre con sentido del tiempo (Hechos 11:25-26). No sólo tuvo el discernimiento que Pablo iba
a ser utilizado por Dios en una manera poderosa, pero también discernió cuando Pablo sería utilizado de esa
forma. En Hechos 9:30-31, como resultado de su entusiasta debate, los hermanos enviaron a Pablo a Tarso
para prevenir caos y amotinamientos en Jerusalén. Después de que Pablo hubiera experimentado diez a doce
años reclutado en Tarso y una reprogramación en el desierto, Bernabé lo buscó y lo trajo a Antioquia para el
inicio del ministerio más dinámico en la historia de la Iglesia cristiana.

Bernabé reconoció también cuando Juan no estaba listo para el campo misionero (vea Hechos 13:13). A
diferencia de Pablo, sin embargo, él no consideró a Juan como una posibilidad permanente sino un error tardío.
¡Es afortunado que Bernabé reconociera el tiempo que necesitaba Juan de crecimiento y maduración, ya que
posteriormente Juan ayudaría a Pedro a escribir sus epístolas! Juan también llegó a serle útil a Pablo en sus
grandes años (2 Tim. 4:11).

Bernabé estuvo también dispuesto a confrontar a los demás (Hechos 15:2,36-37). El verdadero pacificador está
dispuesto a confrontar a sus enemigos así como a sus amigos. Bernabé confrontó a Pablo acerca de Juan en
Hechos 15:36-37 y fue temporalmente herido por la separación del hombre que fue su mejor amigo. Más tarde,
sin embargo, quizás gracias a Bernabé, Pablo y Juan fueron reconciliados (vea 2 Tim 4:11).

Bernabé y Pablo confrontaron a los no creyentes con el evangelio, los Judaizantes con la verdad (Hechos 15:2),
y cristianos hermanos con interpretaciones bíblicas apropiadas (Hechos 2:7). El valor para confrontar expone al
pacificador a las malas interpretaciones y al rechazo, pero proporciona a Dios un canal por medio del cual El
puede trabajar para producir el arrepentimiento y la conciliación.

Bernabé discernía (Hechos 11:22). Bernabé fue el escogido por la iglesia de Jerusalén para evaluar la validez
del movimiento cristiano en Antioquia. Los ancianos de Jerusalén que enviaron a Bernabé a Antioquia, estaban
seguros de sus habilidades de discernimiento y de pacificación. Un hombre de discernimiento mira tanto los
motivos como los hechos.

Bernabé fue sumiso y responsable frente otros (Hechos 4:36-37). El fue un hombre de posición (un ciudadano
romano) y medios (dueño de propiedades), mas él estuvo dispuesto a compartir su riqueza personal, negándose
y dándolo todo por una causa más alta. Obviamente, Bernabé se sentía responsable frente a Dios. ¡No sólo fue
Bernabé sumiso a Dios, él fue también sumiso a las personas de Dios! Hechos 14:26-27 revela que Pablo y
Bernabé fueron responsables frente a su iglesia en Antioquia. El proceso de mediación no debe ser uno carente
de autoridad responsable. Debemos sujetarnos unos a otros (Efesios 5:21).

Bernabé fue confiable (Hechos 11:27-30). Los cristianos gentiles en Antioquia levantaron los fondos para
proporcionar el alivio a los cristianos judíos que se encontraban hambrientos y golpeados en Jerusalén. Bernabé
pudo haber iniciado esa recolección para quitar cualquier escepticismo persistente en Jerusalén acerca de la
validez de la fe cristiana de los gentiles en Antioquia.

Bernabé fue humilde (Hechos 14:8-14). Un mediador o pacificador siempre debe reconocer su papel como
siervo de Dios. Cuándo Pablo y Bernabé fueron aclamados como dioses y venerados después de curar al
hombre cojo (Hechos 14:8-9), ellos rápidamente corrigieron ese error y dirigieron la sanidad al Sanador
Verdadero, Jesucristo (Hechos 14:14-18). A pesar del éxito de su misión de pacificación, el mediador siempre
debe reconocer que él será "instrumento para propósitos nobles, hechos santos, útil al Maestro y dispuesto para
toda buena obra” (2 Tim. 2:21).

Bernabé fue un hombre de fe (Hechos 11:24). Los que complacen a Dios y que son utilizados por El deben tener
fe (Heb. 11). Sólo por la fe en las promesas de Dios somos asegurados que El estará en el medio del proceso
de pacificación. Por la fe en El "la barrera, la pared que divide la hostilidad (Efesios2:8-16) será destruido. Como
Bernabé, el pacificador debe ser motivado por la fe hacia las promesas de Dios.

Bernabé reconoció sus capacidades y limitaciones (Hechos 13:7). El incidente de la confrontación con el
demoníaco ilusionista, Elimas, en Hechos 13:7 introdujo un cambio en el liderazgo de la iglesia. Hasta ese
tiempo, Bernabé había sido reconocido como el líder de la iglesia en Antioquia y Chipre. Comenzando con el
incidente en Hechos 13:7, Pablo llegó a ser la figura prominente. Bernabé reconoció que el principio "Es

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necesario que él crezca, pero que yo mengue (Juan 3:30)” estaba fundamentado en las capacidades humanas,
en los roles, y en las limitaciones que Dios ha dado a cada uno de nosotros para una temporada en particular.

Bernabé fue ungido por Dios (Hechos 13:2-4). Dios llamó y ungió a Bernabé y a Pablo para el trabajo misionero,
la última actividad de pacificación y conciliación. Dios permite a Sus sirvientes hacer Su trabajo. Necesitamos
orar y velar por los individuos a quien Dios ha dado el talento o habilidad de ser pacificadores. Aunque cada
cristiano sea responsable de actividades de pacificación en su propia esfera de influencia, ciertos individuos son
talentosos, con habilidades especiales para la exhortación (Romanos 12:8). Dios ha llamado a Su cuerpo al
proceso de la pacificación, y es lógico que El acomodara Su llamado, levantando a pacificadores ungidos.

Además de esas calidades específicamente demostradas por Bernabé en el libro de los Hechos, un pacificador
debe desarrollar otras características esenciales, esenciales para el servicio cristiano. Primero, un pacificador
debe desear servir (1 Tim. 3:1). El no será efectivo si él entra en este trabajo reaciamente o con poco
entusiasmo. Esto no quiere decir que él deba gozar el inmiscuirse en los problemas de los demás, ni tampoco
significa que un pacificador preferirá nunca inmiscuirse. Pero cuando la necesidad esta claramente ante él, por
su amor para Cristo, él responderá incondicionalmente (Juan 12:24-26).

Un pacificador debe ser una persona de oración. Filipenses 4:6-7 habla de "la paz de Dios que sobrepasa todo
entendimiento. ...” Esa paz es un resultado de una vida sana de oración. Además, es por la oración que
aprendemos a discernir la Voluntad de Dios y alinearnos a esa voluntad.

Un pacificador debe también amar la Palabra (Efesios 6:15). Los pies están calzadas "con el apresto del
evangelio de la paz" (Efesios 6:15). La declaración "El Espíritu de Dios utiliza la Palabra de Dios en el hombre de
Dios" revela la manera de Dios de proteger Su Palabra para que no sea mal usada. Los pacificadores efectivos
deben ser estudiantes diligentes de Su Palabra.

Un pacificador debe ser una persona que "piensa lo correcto". El "Dios de paz" está con el hombre que piensa
en "todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre…"
(Filipenses 4:8). Esto no significa que el pacificador es ingenuo o crédulo, sino que él ve la película entera.
Recuerde, la falsificación es más fácil reconocerla cuando uno está completamente familiarizado con lo
genuino.

Un pacificador debe estar dispuesto a practicar los principios y habilidades necesarias para resolver las disputas
y mantener la paz (Filipenses 4:9). Dios puede utilizar a un principiante para ayudar a otros a resolver sus
conflictos, de modo que nosotros no debemos esperar hasta que seamos expertos para ofrecernos a El como
pacificadores. Al mismo tiempo, a Dios le encanta ver su pueblo cultivando su comprensión, los dones, y
talentos a través del "uso constante" (Heb. 5:14) para que podamos llegar a ser cada vez más efectivos en
servirle a El.

Los pacificadores deben estar dispuestos a ser vulnerables (Salmo 22). El pacificador más grande de todos,
Jesucristo, se hizo vulnerable no sólo hasta la muerte, pero también al más cruel, deshumanizante, horroroso y
loco método de ejecución jamás ideado por el hombre. Salmo 22:6-18 describe vívidamente el precio que Jesús
pagó por la reconciliación del hombre con Dios. Aunque nosotros nunca seremos llamados a tal acto de
expiación, nosotros somos llamados a ser imitadores de Cristo. Para hacer esto debemos adoptar la actitud
sumisa que Jesús ejemplificó (Filipenses 2:3-7), y tal sumisión nos hará vulnerables.

En resumen, un pacificador debe ser sabio, esto es, capaz de responder a la vida a la manera de Dios. Cuando
Pablo supo de los conflictos dentro de la iglesia de Corinto, él se lamentó, "sino que el hermano con el hermano
pleitea en juicio, y esto ante los incrédulos…" (1 Corintios. 6:5). Santiago igualmente nos señala la conexión
crucial entre la sabiduría, la pacificación, y las otras calidades mencionadas anteriormente:

“Pero en cambio, la sabiduría que desciende del cielo es ante todo pura, y además pacífica, bondadosa, dócil,
llena de compasión y de buenos frutos, imparcial y sincera. En fin, el fruto de la justicia se siembra en paz para
los que hacen la paz”. (Santiago 3:17-18).

Cualquier persona honesta rápidamente se dará cuenta que él no posee todas estas calidades en una forma
completamente desarrollada. Pero eso no nos debe desalentar de servir al Señor como pacificadores, pues Dios
promete equiparnos para las tareas que él pone antes nosotros. 1 Tesalonicenses 5:23-24 dice, "Que Dios
mismo, el Dios de paz, los santifique por completo, y conserve todo su ser-espíritu, alma y cuerpo- irreprochable
para la venida de nuestro Señor Jesucristo. El que los llama es fiel, y así lo hará".

De:http://www.peacemaker.net/site/c.mkLUJ7MNKrH/b.5263105/k.BAE3/El_Retrato_de_un_Pacificador.htm

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Artículo de “Pacificadores” #14


El Evangelio para los en Conflicto
Dios proveyó la cura para un corazón idólatra en el evangelio de Jesucristo. La tristeza que viene de Dios
produce el arrepentimiento que lleva a la salvación, de la cual no hay que arrepentirse (2 Corintios 7:10). La cura
para la idolatría es el arrepentimiento, el perdón y la fe.

La pacificación está cimentado en el evangelio. Al ayudar a las personas a buscar glorificar a Dios y sacar las
vigas de sus propios ojos, debe recordar la cura que Dios brinda a través del evangelio. Como embajadores de
Cristo, comprometidos con el mensaje de la reconciliación (2 Corintios 5:18-20), los pacificadores tienen la
oportunidad de proclamar el evangelio a personas dolidas.

La cura
Nuestro Salvador recibió el castigo por nuestros pecados para que pudiésemos ser justos a los ojos de Dios y
libres de nuestra idolatría.

Por lo tanto, ya no hay ninguna condenación para los que están unidos a Cristo Jesús, pues por medio de él la
ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte (Romanos 8:1-2).

Dios nos libró de la esclavitud del pecado de nuestros falsos dioses, y ofrece el perdón para todos los que se
arrepienten y creen en Jesús.

Por tanto, para que sean borrados sus pecados, arrepiéntanse y vuélvanse a Dios, a fin de que vengan tiempos
de descanso de parte del Señor (Hechos 3:19).

Pero te confesé mi pecado, y no te oculté mi maldad. Me dije: “Voy a confesar mis transgresiones al Señor”, y tú
perdonaste mi maldad y mi pecado (Salmos 32:5).

La Palabra escrita y hablada del evangelio (la Biblia), mediante el Espíritu Santo, nos ofrece todas las
bendiciones de Cristo, nos lleva al arrepentimiento y a la fe, y nos permite llevar una vida piadosa.

Examinamos nuestras corazones estudiando la Biblia, que es útil para enseñar, para reprender, para corregir y
para instruir en la justicia (2 Timoteo 3:16) y aplicando sus verdades a nuestras vidas.

Cómo guiar a las personas a la cura


Santiago 4:1 nos llama a dejar de centrarnos en la otra persona y dedicar nuestra pasión y energía a los deseos
que batallan dentro de nuestro propio corazón. Al arrepentirnos y confesar nuestros pecados, recibimos el
perdón de Dios.
La confrontación debe ser redentora, amable, cautivante y específica

La reprimenda de Natán a David en 2 Samuel 12:1-13 es un ejemplo de una confrontación amable y cautivante.
En el caso del pecado del rey David con Betsabé, Dios envió a su profeta Natán para ministrar a David. David
había sucumbido a sus deseos y había pecado contra Dios, Urías, Betsabé y todo Israel. Sirvió sus temores
intentando cubrir sus pecados. Se convirtió en un “dios” y se juzgó justo a sí mismo, ejecutando a Urías para
proteger su reputación y su posición como rey.

Natán fue enviado para confrontar a David con su pecado y consolarlo con el amor y el perdón de Dios. Natán
atrajo a David con una historia sobre un hombre rico que mató el cordero favorito de una hombre pobre para el
huésped del rico. Su confrontación fue amable, pero directa.

“Si confesamos nuestros pecados, Dios, que es fiel y justo, nos los perdonará y nos limpiará de toda
maldad”. 1 Juan 1:9

Guiar a una persona a la cura podrá incluir confrontar a la persona cuando no ve su necesidad de perdón. Un
líder espiritual o un amigo deben ir frecuentemente a ministrar a la persona sorprendida en pecado (Gálatas 6:1)
porque el pecador se justifica a sí mismo y no puede ver su pecado, o se rehúsa a reconocer la seriedad de su
pecado. David no buscó ayuda de Dios o Natán. Natán fue enviado por Dios para ministrar a David (v. 1).

Guiar a una persona podrá incluir también declarar o identificar el pecado. David se enardeció inmediatamente
cuando escuchó la historia de Natán, declarando que el hecho era reprochable y merecedor de castigo. Natán
entonces dijo que David era el hombre culpable, identificando los pecados de abuso de autoridad, asesinato y

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adulterio, e intentar cubrir todos sus pecados (v. 12). Esto se logra frecuentemente mediante preguntas precisas,
pidiendo a la persona que compare su acción con la Biblia.

Cuando el pecador se arrepiente y confiesa el pecado, el líder espiritual consuela al pecador con el perdón de
Dios y lo prepara para las consecuencias y las responsabilidades futuras. David reconoció que había pecado
contra el Señor. Natán le recuerda inmediatamente la gracia de Dios para consolarlo, a la vez que lo prepara
para las consecuencias que sufrirá como resultado de su pecado (v. 13-14).

Reemplace la adoración del ídolo por la adoración del Dios verdadero


El pecador, habiendo sido recordado de su perdón, vuelve a adorar al Dios verdadero. David adora a Dios con
sus oraciones por la vida de su hijo. Luego de que muere su hijo, continúa adorando a Dios (v. 15-20; ver
también Salmos 32 y 51).

La adoración correcta
En los tres casos de temores, deseos y juicios, ¡somos culpables de adoración incorrecta! Tememos, amamos y
confiamos en alguien o algo más que Dios mismo, lo cual es adoración de ídolos.

"Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con todo tu ser y con toda tu mente", le respondió Jesús.
Mateo 22:37

Al recordar el perdón de Dios, adoramos a Dios solo y reemplazamos la adoración incorrecta por la adoración
correcta.

Yo soy el Señor tu Dios. Yo te saqué de Egipto, del país donde eras esclavo [tu esclavitud al pecado]. No tengas
otros dioses además de mí (Éxodo 20:2) [explicación agregada]

Cambiamos nuestro sacrificio a los ídolos por nuestra contrición ante Dios. El arrepentimiento es la adoración
correcta.

El sacrificio que te agrada es un espíritu quebrantado; tú, oh Dios, no desprecias al corazón quebrantado y
arrepentido (Salmos 51:17; ver también Isaías 66:2b).

La palabra “confesar” significa literalmente ‘decir lo mismo que’. Confesar nuestros pecados es decir lo mismo
que Dios dice de nosotros: somos pecadores indignos de su gracia (Romanos 3:10-18). Confesar nuestra fe en
Cristo es decir lo mismo que Dios nos proclama en su Palabra: Jesucristo vino para salvar a los pecadores.

Cuando confesamos nuestros pecados, creyendo en nuestro perdón a través de Cristo, también confesamos
nuestra fe en Cristo. La confesión de nuestra fe en el Dios verdadero es la verdadera adoración (1 Juan 1:8-10).

Busque la verdadera adoración del Dios vivo, especialmente cuando se encuentra en un conflicto. Tema a Dios
antes que a otras personas. Reemplace los deseos pecaminosos por el amor a Dios. Confíe en Dios en vez de
sus propios juicios egoístas. Él promete darnos el poder para temer, amar y confiar en Él.

Su divino poder, al darnos el conocimiento de aquel que nos llamó por su propia gloria y potencia, nos ha
concedido todas las cosas que necesitamos para vivir como Dios manda. Así Dios nos ha entregado sus
preciosas y magníficas promesas para que ustedes, luego de escapar de la corrupción que hay en el mundo
debido a los malos deseos, lleguen a tener parte en la naturaleza divina (2 Pedro 1:3-4).

Tema a Dios
Tenga una actitud de sobrecogimiento ante el Dios verdadero cuando se vea tentado a temer a otros o tema
perder algo precioso.

El temor del Señor es el principio del conocimiento; los necios desprecian la sabiduría y la disciplina (Proverbios
1:7).

No teman el reproche de los hombres, ni se desalienten por sus insultos (Isaías 51:7b).

No teman a los que matan el cuerpo pero no pueden matar el alma. Teman más bien al que puede destruir alma
y cuerpo en el infierno (Mateo 10:28).

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Si tú, Señor, tomaras en cuenta los pecados, ¿quién, Señor, sería declarado inocente? Pero en ti se halla
perdón, y por eso debes ser temido (Salmos 130:3-4).

Ame a Dios
Desee al que lo perdona y le brinda todo lo que necesita, en vez de desear cosas que no lo pueden salvar.

A los que buscan al Señor nada les falta (Salmos 34:10b).

Más bien, busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas (Mateo
6:33).

¿A quién tengo en el cielo sino a ti? Si estoy contigo, ya nada quiero en la tierra. Podrán desfallecer mi cuerpo y
mi espíritu, pero Dios fortalece mi corazón; él es mi herencia eterna (Salmos 73:25-26).

Deléitate en el Señor (Salmos 37:4).

Confíe en Dios
Dependa de aquel que sacrificó a su Hijo por usted y evite la tentación de confiar en sus propios juicios o
justificar sus acciones criticando a los demás.

Es mejor refugiarse en el Señor que confiar en el hombre (Salmos 118:8).

Confía en el Señor de todo corazón, y no en tu propia inteligencia (Proverbios 3:5).

No juzguen a nadie, para que nadie los juzgue a ustedes. Porque tal como juzguen se les juzgará, y con la
medida que midan a otros, se les medirá a ustedes (Mateo 7:1-2).

Por tanto, no tienes excusa tú, quienquiera que seas, cuando juzgas a los demás, pues al juzgar a otros te
condenas a ti mismo, ya que practicas las mismas cosas (Romanos 2:1).

Piense cada pensamiento, diga cada palabra, haga cada acción como un acto de adoración a Dios. La
adoración se completa cuando Dios viene a usted y usted responde a su amor. No depende de la respuesta de
otra persona.

Cambiamos nuestra vida pecaminosa cuando confiamos en Dios y recordamos nuestro perdón. Por el contrario,
no crecemos en nuestra fe y no llevamos vidas piadosas cuando nos olvidamos de que nuestros pecados han
sido perdonados (ver 2 Pedro 1:3-9).

Consecuencias
La adoración de ídolos trae consecuencias severas, pero la verdadera adoración, renunciando a los ídolos
mediante el arrepentimiento y la fe, trae reconciliación, paz y vida eterna:

Los que siguen a ídolos vanos abandonan el amor de Dios (Jonás 2:8)

A pesar de haber conocido a Dios, no lo glorificaron como a Dios ni le dieron gracias, sino que se extraviaron en
sus inútiles razonamientos, y se les oscureció su insensato corazón. Aunque afirmaban ser sabios, se volvieron
necios y cambiaron la gloria del Dios inmortal por imágenes que eran réplicas del hombre mortal, de las aves, de
los cuadrúpedos y de los reptiles. Por eso Dios los entregó a los malos deseos de sus corazones, que conducen
a la impureza sexual, de modo que degradaron sus cuerpos los unos con los otros. Cambiaron la verdad de Dios
por la mentira, adorando y sirviendo a los seres creados antes que al Creador, quien es bendito por siempre.
Amén (Romanos 1:21-25).

Considere algunos ejemplos de personas que se aferraron a sus ídolos y perdieron la gracia que podrían haber
tenido:

Temores

• El ladrón que no se arrepintió en la cruz (Lucas 23:39-41)

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• El rey Saúl en sus intentos por matar a David (1 Samuel 18-31).

Deseos

• Ananías y Safira (Hechos 5:1-11).


• El dirigente rico (Lucas 18:18-30).

Juicios

• Los fariseos no arrepentidos (Lucas 18:10-14).


• El hermano mayor del hijo pródigo (Lucas 15:25-32)

La Biblia nos consuela con ejemplos de personas que sufrieron por tener corazones idólatras pero que
se arrepintieron y fueron perdonadas:

Temores

• El ladrón arrepentido en la cruz (Lucas 23:39-43).


• La negación de Cristo por parte de Pedro (Juan 18:15-18; 25-26; Juan 21:15-29).

Deseos

• El rey David, cuando deseó una mujer hermosa (2 Samuel 11-12).


• El hijo pródigo (Lucas 15:11-32).

Juicios

• Jonás, cuando luchó con el juicio (Jonás 1:1-4-11)


• Saulo (Hechos 9:1-19).

Conclusión
El conflicto generalmente produce sufrimiento. Se nos alienta a soportar el sufrimiento pacientemente (también
conocido como “longanimidad”). No obstante, cuando un agravio no puede ser pasado por alto, somos llamados
a practicar la amonestación amorosa en vez de hacer juicios pecaminosos (Salmos 37; 1 Tesalonicenses 2:11-
12; 5:14-15; Efesios 4:15; Hebreos 12:1-11; 1 Pedro 2:18-25).

Sométase a los juicios y a la disciplina de Dios (reciba la corrección con humildad). Confronte a los demás con
amor y siga los caminos bíblicos para la resolución de conflictos (consulte Mateo 18; Gálatas 6:1-2). Si alguien
no quiere responder, reconozca sus límites y confíe en que Dios hará justicia a su tiempo.

Recuerden y regocíjense en su perdón. Compartan su perdón unos con otros. Porque él los ha amado,
aprendan a estar satisfechos en Dios. Consuélense en la fidelidad de su Dios. Alégrense siempre en el Señor
(Filipenses 4:4).

Por eso, confiésense unos a otros sus pecados, y oren unos por otros, para que sean sanados. La oración del
justo es poderosa y eficaz (Santiago 5:16).

Deléitate en el Señor, y él te concederá los deseos de tu corazón (Salmos 37:4).

De: http://www.peacemaker.net/site/c.mkLUJ7MNKrH/b.5258495/k.3FEA/El_Evangelio_para_los_en_Conflicto.htm
Artículo de “Pacificadores” #15
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Cómo hacer que los líderes rindan cuentas


en una Cultura de Paz
Por Ken Sande, Presidente de Peacemaker Ministries

Josh estaba desmoronándose lentamente bajo una constante andanada de críticas. Durante las primeras
semanas como pastor, la gente de su iglesia lo vio como una persona amigable y solidaria. Pero Josh descubrió
pronto que muchos de ellos estaban siempre insatisfechos. Se quejaban constantemente de sermones débiles,
de necesidades no cubiertas o de falta de visión y crecimiento.

Los ancianos hicieron poco para ayudar en la situación. No confrontaron la murmuración y la calumnia, y parecía
que aceptaban las acusaciones contra su pastor como verdaderas hasta tanto él demostrara su inocencia. Josh
pasaba horas cada semana contestando quejas, y luego el ciclo comenzaba de nuevo. Podría haber durado más
tiempo, pero vio cuán amargada se había vuelto su esposa hacia la iglesia y entregó su renuncia.

La iglesia de Glenn tenía el problema opuesto. Sus ancianos lo apoyaban tan consistentemente que no podían
reconocer ningún error de parte de él. Reprimían las preguntas e inquietudes acerca de su liderazgo y
minimizaban sus errores. Transmitían el claro mensaje de que todo desacuerdo con Glenn dañaba la unidad de
la iglesia.

Cuando una mujer acusó a Glenn de conducta inadecuada durante la consejería, los ancianos dieron por
sentado que ella lo había imaginado. Cuando otra mujer planteó una queja similar, los tres ancianos que estaban
más cerca de Glenn se ofrecieron a investigar. Luego de unas pocas conversaciones con Glenn y con la mujer,
aceptaron la versión de los sucesos que dio él y pidieron a la mujer que dejara la iglesia. Recién cuando Glenn
fue encontrado en la habitación de un motel con una tercera mujer los ancianos reconocieron finalmente que su
pastor tenía un problema.

Chris tiene la bendición de servir en una iglesia en la que los líderes entienden sus debilidades y están
dedicados a ayudarlo a desarrollar y usar sus dones a pleno. Evalúan y afirman su trabajo periódicamente, y no
dudan en señalar respetuosamente áreas donde se ha equivocado o necesita crecer. Han enseñado a la
congregación cómo expresar preguntas e inquietudes con respeto, lo cual ayuda a evitar la acumulación de
desacuerdos.

Cuando Chris fue acusado de no cumplir con una importante responsabilidad pastoral, los ancianos investigaron
meticulosamente el asunto. Cuando concluyeron que la queja era legítima, Chris aceptó su opinión y de buen
grado confesó su falla ante toda la iglesia. En vez de perder respeto, tanto Chris como los ancianos ganaron
credibilidad al ver la congregación su compromiso con la auténtica rendición de cuentas.

Estuve involucrado personalmente en cada una de estas situaciones, y he visto repetirse estos patrones vez tras
vez. Cada año, cientos de iglesias y ministerios entran en un estado de conmoción cuando alguien critica o
plantea preguntas serias acerca de la conducta de un pastor o ejecutivo de un ministro. Demasiadas de estas
situaciones finalizan en renuncia, deshonra o división, generalmente porque los responsables de tratar las
alegaciones cometen uno de dos errores importantes.

Subproteger a su líder
El primer error es subproteger al líder acusado de obrar mal. Esto podría involucrar permitir que los chismes y
rumores se extiendan sin control, sacar conclusiones precipitadas acerca de la culpabilidad del líder o no darle
una oportunidad significativa para defenderse. Podría involucrar también esperar o permitir que un líder dedique
un tiempo importante a responder críticas triviales o infundadas expresadas por unas pocas personas que
siempre están insatisfechas.

Estos patrones pueden conducir a una “cultura de crítica”, que desgastará a la mayoría de los líderes. Cuando
los líderes están sometidos a críticas interminables, su credibilidad se ve erosionada innecesariamente; esto
puede reducir la confianza, el compromiso y el entusiasmo de toda su iglesia o ministerio. Cuando los líderes
pasan muchas horas respondiendo a quejas insignificantes, su eficacia y productividad suelen verse afectadas.
Y si finalmente se ven forzados a dejar el cargo debido a las quejas constantes o porque no se les dio una
oportunidad justa para defenderse, sus seguidores a menudo lanzarán una campaña para castigar al equipo de
liderazgo restante.

Sobreproteger a su líder

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Compendio de Apuntes para “Armonía, y la mayordomía de conflictos”
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El segundo error que muchas iglesias y ministerios cometen es sobreproteger a sus líderes. Desarrollan una
lealtad ciega que los impulsa a formar automáticamente un “círculo de carretas” cuando su líder es acusado de
obrar mal. Suponen que la queja debe ser infundada e inmediatamente buscan formas de minimizarla o
justificarla. Tal vez confíen en información de segunda mano o simplemente aceptan la interpretación del líder de
las palabras y motivos de su acusador. Y, a veces, en un esfuerzo por proteger al líder, intentan silenciar,
desacreditar o aun castigar a la persona que trajo la acusación.

Este patrón excesivamente protector puede crear una “cultura de negación”, en la que los problemas son
ocultados automáticamente. Si hay siquiera un poco de verdad en la queja, la sobreprotección impide al líder
encarar el problema en sus primeras etapas, cuando pequeños cambios de parte de él podría fácilmente echar
al olvido el tema. Si una queja seria es verdadera, el círculo de carretas puede tener consecuencias aún peores.
Demorará los cambios necesarios, agravará o multiplicará el daño a otros y reducirá la credibilidad de las
personas que deberían haber hecho que el líder rinda cuentas en primer lugar.

Aun cuando las acusaciones contra un líder sean mayormente infundadas, la sobreprotección igual puede
causar un daño importante. Cuando las quejas serias son rechazadas automáticamente, o cuando el equipo de
investigación no los trata de forma claramente objetiva, a menudo dejarán una nube de duda tanto sobre el líder
como sobre el ministerio mismo. Estas nubes se acumulan con el tiempo y reducen constantemente la
reputación del líder tanto dentro como fuera de la iglesia o ministerio. Además, si una organización desarrolla la
reputación de hacer investigaciones superficiales, podría carecer de credibilidad cuando deben ser tratados
temas posteriores.

La rendición de cuentas dentro de una Cultura de Paz


Estos dos errores –la subprotección y la sobreprotección– pueden evitarse si las iglesias y ministerios
reemplazan una cultura de crítica o negación por una cultura de paz, donde se equipa y alienta a las personas a
resolver las quejas sobre el liderazgo y otros conflictos de una forma bíblica. El proceso general para hacer este
cambio cultural se describe en La transformación de su iglesia: Cómo cultivar una cultura de paz. Hay varios
conceptos que son especialmente importantes al preparar a las personas para tratar de forma constructiva las
quejas sobre el liderazgo.

• Enseñe a las personas a vivir el evangelio en todas sus relaciones. Todo líder cristiano tropezará y
caerá en algún momento; ¡basta pensar en Moisés, David, Pedro y Pablo! Por lo tanto, a las personas
se les debe recordar constantemente que sus líderes, como todo el mundo, necesitan los beneficios del
evangelio en forma diaria. Esto no significa que simplemente pasamos por alto lo que hacen mal o no
ejercitamos la disciplina adecuada. Lo que significa es que encaramos cada situación a la luz de la
cruz, buscando ávidamente formas de hacer que la verdad, la gracia, la misericordia y el perdón de
Dios se apliquen de una forma que revele el amor redentor de Cristo (Efesios 4:29-32; 2 Corintios 2:7; 1
Juan 1:8, 9).
• Capacite a todas las personas, y especialmente a sus líderes, en cómo responder a los
conflictos bíblicamente de forma que puedan dejar de lado las reacciones mundanas al conflicto,
como la acusación, la manipulación y el control, y trabajar en conjunto para resolver sus diferencias de
una forma que demuestre la sabiduría y el poder de Cristo en sus vidas (Mateo 5:9).
• Enseñe a las personas a recibir críticas a la luz de la cruz. Según señala Alfred Poirier en su
excelente librito,Words that Cut, un creyente maduro está consciente de su propio pecado, está
dispuesto a buscar la verdad en la crítica y puede responder a los ataques a la luz de lo que Jesús ha
hecho por nosotros en la cruz (ver Proverbios 15:32; 17:10; 1 Timoteo 1:16).
• Enseñe a las personas a evitar el chisme y la calumnia, especialmente contra los líderes. La
Biblia nos advierte que la lengua es como una chispa que enciende bosques enteros (Santiago 3:5, 6).
Estas chispas podrían ser reducidas considerablemente si se enseñara regularmente a las personas a
reemplazar el chisme y la calumnia por el diálogo respetuoso realizado en el espíritu de Cristo
(Proverbios 16:28; 26:20; Efesios 4:29).
• Elogie repetidamente el hábito de hacer “juicios caritativos”, que es una predisposición para creer
lo mejor acerca de los demás y buscar lo mejor en los demás, hasta que datos claros demuestren lo
contrario (ver 1 Corintios 13:7; Judging Others: The Danger of Playing God).
• Aliente a las personas a distinguir entre estilo y sustancia. Muchas quejas contra líderes surgen
porque miembros de la iglesia o personal del ministerio se ofenden por la personalidad o estilo de
liderazgo del líder (2 Corintios 10:1, 10). Si bien a veces es útil hablar en privado con un líder acerca de
estos temas, las cuestiones de personalidad y estilo no deben ser elevadas a la categoría de
alegaciones de que un líder ha pecado o ha cometido un mal considerable.
• Recuerde a los líderes que confíen en Dios para proteger su reputación. Cuando los líderes son
acusados de obrar mal, suelen volverse muy defensivos, especialmente si creen que las acusaciones
son mayormente falsas. Una forma de ayudarlos a recuperar una confianza calmada y objetiva es hacer

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Compendio de Apuntes para “Armonía, y la mayordomía de conflictos”
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que dediquen tiempo a meditar en las promesas que Dios les da en pasajes como Salmos 37,
Proverbios 26:2, Isaías 30:15 y Mateo 11:28.

Cómo apoyar a los líderes


Como reveló Pablo en sus cartas, los líderes cristianos suelen estar expuestos a las críticas, las quejas y los
conflictos. Hay varias formas en las que las iglesias y los ministerios pueden apoyar a sus líderes al tratar con
este peligro ocupacional.

• Establezca una rendición de cuentas significativa y constructiva. Sólo un necio o una persona que
no entiende la doctrina del pecado se rodeará de personas que siempre estarán de acuerdo con él (2
Timoteo 4:3). Si los líderes se imponen altas normas mutuamente (1 Corintios 4:2; Santiago 3:1),
desarrollan relaciones de auténtico amor y confianza y se corrigen respetuosamente unos a otros
cuando tropiezan (Salmos 141:5), muchas fallas de los líderes podrán ser prevenidas y resueltas en
sus primeras etapas.
• Brinde a los líderes evaluaciones de desempeño periódicas donde haya un compromiso de seguir
la verdad en amor (Efesios 4:15). Estas reuniones pueden brindar confirmación específica de fortalezas
y éxitos, y tratar debilidades y fracasos de una forma positiva, en vez de esperar a que los problemas
alcancen niveles explosivos.
• Proteja a los líderes de las quejas menores. En una iglesia o ministerio grande, no es realista
esperar que el pastor principal o director general responda personalmente a cada queja. Por lo tanto, es
necesario designar a un reconciliador especial que pueda responder a las quejas contra los principales
líderes. Es esencial que esta persona no demuestre favoritismo hacia los líderes (Levítico 19:15;
Santiago 2:1). Esta persona puede a menudo resolver temas menores, de modo que sólo las quejas
serias no resueltas puedan ser llevadas a la atención de los líderes.
• Discipline a las personas que persisten en hacer quejas inapropiadas. Si hay personas que tienen
el hábito de hacer quejas triviales o infundadas contra los líderes, es adecuado ponerlas bajo una
disciplina redentora, tanto por el bien de ellas como por el de su iglesia o ministerio (Gálatas 6:1;
ver Church Discipline: God's Search and Rescue Plan).

Cómo apoyar al personal y a la congregación


Muchas quejas contra líderes son magnificadas o mal manejadas porque las personas no saben cómo expresar
sus inquietudes de una forma constructiva. Las iglesias y ministerios pueden brindar el aliento, la dirección y el
apoyo necesario para las personas de varias formas:

• Alentando y equipando a las personas para que compartan las inquietudes personalmente con
sus líderes. Muchas quejas contra líderes pueden ser resueltas si se le enseña a las personas cómo ir
a los líderes en privado para tratar amablemente temas que parecen demasiado serios como para
pasar por alto (Proverbios 19:11; Mateo 18:15; Gálatas 6:1; Proverbios 22:11). Esta enseñanza puede
ser resumida en variosprincipios básicos de la pacificación, y pueden ser presentados con mayor
detalle en clases de Escuela Dominical o grupos de estudio bíblico abarcadores.
• Brindando ayuda informal en situaciones difíciles. Si una queja no es resuelta satisfactoriamente a
través de una conversación privada, o si una reunión privada no parece prudente,1 es adecuado que la
persona interesada busque a una tercera persona para ir con ella a discutir el problema con el líder
(Mateo 18:16). Este tercero podría ser otro líder, un miembro del personal de relaciones humanas o
alguien en la iglesia o ministerio que ha sido capacitado como un reconciliador.
• Desarrollando un proceso de queja por escrito. En iglesias y ministerios más grandes, sería
prudente incorporar estos pasos a una política de quejas por escrito que brinde dirección clara sobre
cómo comunicar y seguir quejas serias. Esto es especialmente importante en el contexto de relaciones
de empleo, que tienen consideraciones legales especiales.

Cómo resolver quejas formales


Cuando una queja contra un líder no puede ser resuelta a través de medidas informales y el tema es demasiado
serio como para pasar por alto, será necesario implementar un proceso formal de investigación y resolución.
Este proceso tendrá la posibilidad de finalizar constructivamente si brinda a todos los involucrados estas “3
Satisfacciones”:

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• Satisfacción de proceso, que requiere un proceso claro e imparcial donde todos los involucrados
estén de acuerdo en que han tenido una oportunidad razonable para presentar su postura en la
cuestión (1 Corintios 14:40);
• Satisfacción personal, que requiere tratar a todos respetuosamente y equitativamente, tal como a
usted le gustaría ser tratado (Mateo 7:12, Santiago 2:1-4); y
• Satisfacción de producto, que exige una solución final que sea tan justa y equitativa como sea
humanamente posible (Miqueas 6:8; Proverbios 28:5).

Aun cuando las personas no estén de acuerdo con el resultado final (el producto) de un proceso de queja,
generalmente aceptarán el resultado si el equipo de investigación les brindó tanto satisfacción de proceso como
satisfacción personal. No puedo enfatizar demasiado este punto: dé a las personas satisfacción de proceso y
satisfacción personal, y generalmente estarán contentas, aun cuando no concuerden con la esencia de su
decisión. Si, en cambio, una iglesia o ministerio no brinda estos dos niveles de satisfacción, sus líderes se verán
forzados a menudo a pasar muchas horas respondiendo a una proliferación de quejas contra ellos.

Cada situación tendrá sus propios desafíos y requisitos únicos, pero existen varios principios generales que
ayudan a asegurar la satisfacción general en un proceso de queja formal.

• "En todo traten ustedes a los demás tal y como quieren que ellos los traten a ustedes" (Mateo
7:12). Pregúntese continuamente: “Si yo hubiera presentado esta queja, o si yo fuera la persona
acusada de obrar mal, ¿cómo me gustaría que los investigadores procedieran en esta etapa
específica?”.
• Designe un equipo de investigación cuya objetividad e imparcialidad estén fuera de
duda (Levítico 19:15). Diga tanto al acusador como al acusado quiénes han sido nominados para el
equipo. Si alguno de ellos tienen dudas acerca de la objetividad de un miembro del equipo, haga todos
los esfuerzos razonables, dentro de los límites de su estructura de gobierno, para reemplazar a ese
miembro de equipo por una persona más aceptable.
• Busque el consejo o la participación de un reconciliador externo. Si hay un cuestionamiento
razonable acerca del equipo de liderazgo o de investigación, suele ser prudente involucrar a un
reconciliador externo (Proverbios 13:10). En muchas situaciones, un reconciliador podrá simplemente
ofrecer consejos útiles a uno o ambos lados, mientras que en otros casos será útil que participe
directamente en el proceso de investigación.
• Insista en recibir información de primera mano. No acepte rumores o información de segunda mano
(Deuteronomio 19:15; 1 Timoteo 5:19). No dependa de la interpretación del acusador de la conducta del
líder, ni de la interpretación del líder de las palabras o motivos del acusador. Vaya a las fuentes
originales y escuche la información pertinente con sus propios oídos.
• Evite sorpresas. Notifique a las personas con bastante anticipación acerca de las reuniones y
discusiones planeadas para que tengan tiempo para ajustar sus programas y prepararse para lo que
tienen que decir.
• Dé al líder acusado la oportunidad de escuchar el testimonio contra él y para hacer una defensa
preparada(Deuteronomio 19:16). En algunos casos, podría ser adecuado que los investigadores
recojan información preliminar y hablen con sus propios testigos, pero el líder acusado deberá tener
finalmente la oportunidad de escuchar y responder a todo testigo o evidencia contrarios que puedan ser
considerados por las personas que tomarán la decisión final en la cuestión.
• Dedique tiempo a buscar consenso en oración. Cuando un equipo de investigación o de liderazgo
alcanza una decisión por una mayoría leve, a menudo experimentará una fuerte reacción de personas
de la iglesia o ministerio que piensan que no han buscado diligentemente la voluntad de Dios en la
cuestión. Los ataques resultantes pueden abrumar al equipo de liderazgo que queda, que se verá
debilitado por su propia falta de unidad. Por lo tanto, a menos que circunstancias atenuantes requieran
la decisión inmediata por una mayoría simple, es prudente dedicar tiempo a investigar minuciosamente
una queja y llegar a una decisión en oración que todo el equipo pueda apoyar sinceramente,
especialmente si es probable que otros critiquen su decisión.
• Explique detalladamente las razones detrás de su decisión final. Evite toda apariencia de
encubrimiento, y no deje ningún lugar para la duda en cuanto a la razón de la decisión que se tomó.
Liste los hechos centrales y los principios bíblicos rectores, y explique sus conclusiones clara y
específicamente.
• Si un líder ha hecho algo incorrecto, aliéntelo a confesarlo, a asumir la responsabilidad por sus
acciones y a hacer los cambios necesarios (Proverbios 28:13; 1 Juan 1:9). En casos de pecados o
violación de confianza serios, o cuando hay una falta de arrepentimiento genuino, podrá ser necesario
que renuncie al cargo. Pero, cuando demuestra claramente un espíritu de arrepentimiento y dispuesto a
aprender, y la ofensa no lo descalifica automáticamente para el cargo, deberá ser asegurado en cuanto
a la gracia y el perdón de Dios, y se le debe dar la oportunidad de mostrar cómo Dios está ayudándolo

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a cambiar. Similarmente, si se descubre que el acusador presentó la queja sin un fundamento válido,
debe ser alentado a arrepentirse y cambiar.

Cuando estos principios se practican consistentemente, la mayoría de las quejas contra los líderes pueden ser
resueltas de forma redentora. Durante el proceso, se puede alentar a las personas a expresar sus inquietudes
productivamente. Los líderes pueden ser protegidos de acusaciones falsas y alentados a crecer donde sea
necesario. La reputación de la iglesia o ministerio puede ser preservada. Y, lo más importante, el nombre de
Dios será honrado al responder su pueblo unos a otros como lo haría Cristo, con justicia, integridad y rectitud.

Si usted necesita consejos específicos sobre cómo aplicar estos principios en una situación especialmente difícil,
por favor contacte a Peacemaker Ministries y pida una cita telefónica con uno de nuestros Asesores de
Ministerio más experimentados.

Traducción: Alejandro Field

1 Para ejemplos acerca de cuándo es adecuado involucrar a otros inmediatamente, ver The Peacemaker, pp.
146-147.

Ken Sande es abogado, autor de The Peacemaker: A Biblical Guide to Resolving Personal Conflict (Baker
Books, 3rd Ed. 2003), Peacemaking for Families (Tyndale, 2002) y presidente de Peacemaker Ministries
(www.peacemaker.net), un ministerio internacional dedicado a equipar y asistir a cristianos y sus iglesias para
responder a los conflictos bíblicamente.

Este artículo puede ser fotocopiado, retransmitido por correo electrónico o reproducido en boletines, en la
Internet o en otros medios impresos, en su totalidad, siempre que dicha copia, retransmisión u otro uso no sea
para lucro u otro propósito comercial, y siempre que toda distribución o uso de este artículo cuente con la
siguiente frase de crédito completa, al final del artículo: "Copyright 2004 Peacemaker®
Ministries. www.peacemaker.net Reimpreso con permiso". Peacemaker Ministries podrá retirar o modificar este
otorgamiento de permiso en cualquier momento.

De:http://www.peacemaker.net/site/c.mkLUJ7MNKrH/b.5259775/k.2BF3/C243mo_hacer_que_los_l237deres_rindan_cuent
as_en_una_Cultura_de_Paz.htm

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Artículo de “Pacificadores” #16


Esperanza para matrimonios con problemas
por Ken Sande, Presidente de Peacemaker Ministries

He aconsejado a muchos personas que sentían que su matrimonio había muerto y no tenía ningún sentido
seguir. En respuesta, siempre les recuerdo que servimos a Dios, que resucitó a su Hijo de la tumba y que
promete poner el mismo poder de resurrección a disposición de quienes confían en Él (Efesios 1:18-20). Si bien
muchos casos igual finalizaron en divorcio, he sido testigo personal de cómo Dios dio nueva vida a incontables
matrimonios que parecían completamente imposibles de reparar. Así que, aun cuando su matrimonio parezca
estar más allá de la reparación, ponga su esperanza en Dios, dependa de su gracia, haga todos los esfuerzos
posibles para reconciliarse, y confíe en Dios para solucionar las cosas según su plan.

Si bien hay muchas cosas que pueden causar un divorcio, la desesperanza es frecuentemente el factor
determinante para las personas. A menudo han soportado años de frustración y desilusión, esperando que las
cosas puedan mejorar de alguna forma. Luego, un día algo pasa y simplemente abandonan la esperanza. “¿Por
qué debería seguir sintiéndome un desgraciado”, dicen, “cuando no hay ninguna esperanza de que las cosas
mejoren alguna vez?”.

Cien años atrás, la gente seguía en matrimonios desahuciados por compromiso, pero hoy aun entre los
cristianos el compromiso a menudo no es suficiente para ayudarlos a atravesar tiempos difíciles. Por lo tanto,
uno de los pasos más importantes para dar vuelta un divorcio es reconstruir la esperanza lo más rápido posible.
La esperanza es como una transfusión para alguien que ha perdido mucha sangre: a menos que este elemento
esencial sea restablecido rápidamente, el paciente (o el matrimonio) morirá, y no habrá nada sobre lo cual
trabajar.

Una forma de devolver esperanza a un matrimonio es entender qué es una confesión auténtica. Por ejemplo,
suponga que una esposa ha decidido dejar a su esposo. Cuando le contó sus planes, él quedó destruido.
Intentando lograr que cambie de opinión, le dijo: “Sé que no he sido un esposo demasiado bueno. Haré un
verdadero esfuerzo por cambiar. ¡Por favor, quédate!”.

La esposa respondió: “He escuchado tus promesas antes. Lo has dicho vez tras vez, pero nunca cambias. No
voy a quedarme en un matrimonio desahuciado el resto de mi vida”.

La confesión insulsa del esposo indica que no tiene idea de cómo necesita cambiar. Las promesas vacías y las
generalizaciones amplias no cambiarán las cosas. La mejor forma de poder persuadirla para que le dé otra
oportunidad es demostrar claramente que realmente ha enfrentado sus pecados y está ansioso por hacer
cambios concretos para ser el tipo de esposo que Dios quiere que sea.

Este cambio en el esposo no será ni sencillo ni indoloro. A través de la aplicación en oración de la Palabra de
Dios y la obra del Espíritu Santo, el esposo necesita ver cómo sus propios deseos egoístas han regido su
corazón y han destruido su matrimonio (ver Mateo 15:19; Santiago 4:1-3). Necesita ser quebrantado
verdaderamente ante Dios. Necesita identificar claramente sus deseos y patrones de hábito pecaminosos –el
egoísmo, la idolatría, el orgullo– que contribuyeron a la desintegración de su relación. Y necesita hacerlo sin
intentar reducir su culpa centrándose en todas las formas en que ella contribuyó a los problemas de ellos.

Al enfrentarse con su propio pecado, necesita planificar cómo confesarlo a su esposa de una forma completa y
específica. Debe entender que el propósito de su confesión no es manipularla o forzarla a regresar. Necesita
confesar porque es culpable, y Dios lo ordena, independientemente de cómo responda su esposa. Una forma de
hacer esto es usando lo que llamo los "Siete Elementos de la Confesión."

Si el corazón de él ha sido realmente quebrantado ante Dios, y si se ha preparado adecuadamente, dará una
confesión muy diferente a su esposa que la que hizo antes. En vez del insulso “No he sido un buen esposo” dirá:
“Connie, he pecado contra Dios y contra ti. No he vivido de acuerdo con la norma que él me da. Él dice que yo
debería amarte como Cristo amó a la iglesia. Mi amor por ti está muy lejos de esto. Me he amado a mí mismo y
mis propios deseos mucho más de lo que te he amado a ti o a Dios. He convertido a mi trabajo en un ídolo y me
he entregado a él. Te he descuidado y he faltado a mi palabra vez tras vez. No he guardado las promesas que te
hice. Te he dejado con toda la carga de criar a los hijos porque soy demasiado egoísta como para apagar el
televisor y ayudar. Puedo entender por qué estás tan dolida y desilusionada, y por qué sientes que nunca podrás
ser feliz conmigo. Te he ofendido de muchas formas…”

Vez tras vez, cuando el esposo hace una confesión de este tipo, el rostro de la esposa recobra su color. En
muchos casos, la mirada fría y desesperanzada es reemplazada por una expresión más suave. Al escuchar las
palabras de su esposo, el Espíritu Santo las usa para restablecer la esperanza en su corazón. Comienza a darse
cuenta de que algo es realmente distinto y a creer que las cosas podrían cambiar de veras. Y ella misma podría

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sentirse tocada y hacer su propia confesión sentida; las semillas de la reconciliación pueden comenzar a crecer.

Al despertar la esperanza, el cónyuge desilusionado a menudo estará dispuesto a postergar el divorcio para
tratar de solucionar los problemas que han aquejado a su matrimonio. Esto rara vez es un proceso rápido. Los
deseos y patrones de comportamiento pecaminosos que llevaron a las personas al punto del divorcio
generalmente requieren semanas o meses de aconsejamiento para entender y cambiar. Pero al menos están
moviéndose en la dirección correcta y, al obrar Dios a través de la iglesia, muchas parejas pueden experimentar
un reconciliación genuina y una mejora continua en su relación.

A veces a las parejas les resulta sumamente difícil encontrar la solución a las causas fundamentales del conflicto
marital solas. En estos casos es apropiado buscar ayuda de otras personas. No es una señal de debilidad o de
fracaso; todos nosotros luchamos en relaciones y necesitamos ayuda de tanto en tanto. Hay muchas personas
diestras y calificadas en el cuerpo de Cristo, y no debemos titubear en pedir ayuda a la iglesia, no importa si es
un pastor, un líder de la iglesia, un amigo sabio y de confianza o un consejero bíblico capacitado.

Al pensar en obtener ayuda para su matrimonio, considere estas sugerencias específicas:

• Busque consejos para usted primero – Todos tenemos puntos ciegos y hábitos que son difíciles de ver
y cambiar. Tal vez un consejero neutral pueda ayudarlo a ver sus propias contribuciones al problema
más claramente y a encontrar formas de cambiar.
• Persuada amablemente a su cónyuge a acompañarlo – Su cónyuge podría mostrar resistencia, pero
trate de entender y de apelar a los intereses de él/ella.
• Escoja el consejero correcto – Busque consejos de personas que ofrecerán asesoramiento bíblico
sólido y que estén dispuestas a decirle a usted cosas difíciles pero necesarias.
• Siga estas Claves para el éxito en el aconsejamiento
o Céntrese en sus propias responsabilidades antes que en las de su cónyuge.
o Trate el corazón del problema, y no sólo los temas superficiales.
o ¡Recuerde el evangelio de la gracia!
o Pida apoyo en oración y rendición de cuentas de su iglesia.
o Persevere; comprométase a seguir trabajando el tiempo que se requiera para superar los
problemas que amenazan su matrimonio.

A menudo, involucrar a otras personas puede aliviar algunas de las cargas de sus propios hombros y puede
ayudar a lograr cambios, tanto en usted como en su cónyuge. Pero, aun cuando las cosas no salgan como
planea, recuerde que, en última instancia, es responsable por lo que hace usted, y no por lo que hacen los
demás (Romanos 12:18). Busque su esperanza continuamente en Jesús, siga sus mandamientos y deje los
resultados a él.

Este artículo está basado en una porción del capítulo titulado "Church Discipline: God's Tool to Heal and Restore
Marriages" (La disciplina eclesiástica: la herramienta de Dios para sanar y restaurar matrimonios”), escrito por
Ken Sande. Este capítulo está incluido en el libro Pastoral Leadership for Manhood and Womanhood (editado
por Wayne Grudem and Dennis Rainey, Crossway Publishing, 2003).

De:http://www.peacemaker.net/site/c.mkLUJ7MNKrH/b.5279953/k.1496/Esperanza_para_matrimonios_con_problemas.ht
m

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Artículo de “Pacificadores” #17


¿Los conflictos, oportunidades? ¡Odio los conflictos!
Este artículo apareció originalmente en el número de la primavera de 2001 de Lutheran Education, (Vol. 136, No.
3), y se reproduce con permiso.

por Ted Kober

La muerte de un ser querido, una discapacidad severa o una enfermedad seria, el nacimiento de un hijo, un
casamiento, el retiro, recibir un nuevo llamado... Los cristianos reconocen fácilmente que ciertos sucesos son
oportunidades excelentes para el ministerio. El conflicto suele ser otro incidente crítico donde las personas
necesitan “el cuidado del Evangelio” y están especialmente abiertos al ministerio.

Cada vez que enseño sobre la pacificación bíblica, verifico los rostros del público en busca de reacciones a la
enseñanza. Una vez no pude evitar notar a un hombre que parecía perturbado e inquieto durante todo el día.
Finalmente nos encontramos durante un receso de la tarde. Chuck se presentó, y las lágrimas empezaron a
brotar en sus ojos.

"Ted, ¡no sé cuánto más de esto podré soportar!”.

"¿Por qué, Chuck? ¿Dije algo que te molestó?”.

"No, no estoy molesto contigo. Lo que no quiero aceptar es que el conflicto es una oportunidad. Odio los
conflictos, y los evito de todas las formas posibles. La pacificación bíblica me confronta con la forma en que he
manejado mi ministerio como educador profesional durante 30 años. No creo que pueda hacer ese tipo de
cambio a esta altura de mi vida”.

Chuck había servido como administrador en un sistema escolar cristiano, en los grados primarios. Temía los
conflictos. Había experimentado los resultados de conflictos que habían terminado mal: padres gritando, niños
peleándose a trompadas, miembros del consejo de la escuela haciendo juicio, maestros acusando, personal
despedido y niños necesitados sacados de la escuela. Como creyente, Chuck deseaba manejar su escuela en
paz. Después de todo, ¿no es eso lo que deberíamos espera en una escuela cristiana?

Chuck aprendió a simular la paz. “Niega los conflictos subyacentes y, con el tiempo, podrían sanarse. Remienda
las cosas de la mejor forma posible, y el problema se irá. Suaviza las cosas cada vez que alguien viene a la
oficina con una queja”. El problema con su metodología era que solía volvérsele en contra.

Recordé a Chuck que Dios había enviado a Jesús al mundo para recibir el pleno castigo por nuestros pecados.
Dios perdonó a Chuck sus formas pecaminosas de enfrentar los conflictos. Lo alenté a confiar en Dios, a
obedecer su Palabra para responder a los conflictos, y dejar los resultados en mano de Dios. Me agradeció por
mi consejo, pero dudaba de que pudiera aplicarlo en su vida.

Un año más tarde, di otro seminario sobre pacificación en el pueblo de este hombre. Chuck volvió para una
segunda dosis, pero esta vez trajo a otros con él: todos los maestros de su escuela y algunos miembros del
consejo y padres de la escuela. Un par de maestros y miembros del consejo mostraron su gratitud por mi
regreso para que pudieran experimentar el evento transformador de vida del que Chuck tanto hablaba. Un
maestro lo expresó de la siguiente forma:

“Nos preguntábamos qué había pasado con nuestro administrador luego de que volvió del seminario. Es un
hombre cambiado. El Chuck que conocíamos siempre evitaba los conflictos. Ahora los encara directamente, y
usted no va a creer la diferencia que está haciendo en nuestra escuela”.

Chuck mismo compartió lo siguiente: “Todo mi ministerio ha cambiado. Todavía no me gustan los conflictos,
pero he aprendido qué grandes oportunidades de ministerio brindan los conflictos”.

La forma de Dios de resolver conflictos: Cuatro principios


El conflicto puede ser definido como “una diferencia de opinión o propósito que frustra los objetivos o deseos de
una persona”. Estas diferencias pueden ir de leves desacuerdos –como dónde ir para cenar– a controversias
más serias que terminan en divorcio, juicio o hacen que alguien deje la profesión.

Los malentendidos, las diferencias de metas u objetivos, y la competencia por recursos limitados contribuyen,
todos, a los conflictos. Sin embargo, la Biblia enseña que hay otra fuerza que inicia o exacerba nuestras
rencillas. Santiago escribe: “¿De dónde surgen las guerras y los conflictos entre ustedes? ¿No es precisamente

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de las pasiones que luchan dentro de ustedes mismos? Desean algo y no lo consiguen. Matan y sienten envidia,
y no pueden obtener lo que quieren. Riñen y se hacen la guerra. No tienen, porque no piden. Y cuando piden, no
reciben porque piden con malas intenciones, para satisfacer sus propias pasiones” (Santiago 4:1-3).

¿Qué causa los conflictos? Mis deseos. Mis motivos erróneos. Servir mis pasiones personales. El pecado casi
siempre incita nuestros conflictos. El pecado en sí mismo tal vez no detone la disputa, pero a dos pecadores en
desacuerdo les resulta demasiado natural inflamar la contienda, defendiendo sus causas justas con
pensamientos, palabras y acciones pecaminosos.

El pueblo de Dios debe reconocer el papel del pecado en los conflictos a fin de responder a ellos bíblicamente.
Negar nuestro pecado es negar nuestra necesidad de Jesús, que vertió su sangre en la cruz por nosotros. El
reconocimiento de nuestro pecado nos lleva al arrepentimiento y a la fe, donde la sanidad y la consolación se
encuentran en el perdón de Dios. San Juan nos instruye: “Si afirmamos que no tenemos pecado, nos
engañamos a nosotros mismos y no tenemos la verdad. Si confesamos nuestros pecados, Dios, que es fiel y
justo, nos los perdonará y nos limpiará de toda maldad” (1 Juan 1:8, 9).

La verdadera pacificación está basada en el ministerio de la reconciliación: cuando aún éramos pecadores, Dios
reconcilió al mundo consigo a través de su único hijo, Jesús (ver Romanos 5:8; 2 Corintios 5:11-21). Como hijos
perdonados, demostramos nuestro amor para con nuestro Padre a través de nuestro ministerio de reconciliación
unos con otros.

En su libro The Peacemaker: A Biblical Guide to Resolving Personal Conflict, Ken Sande (1997) resume lo que
Dios enseña sobre la resolución de conflictos en cuatro principios:

• Glorifica a Dios - ¿Cómo puedo agradar y honrar a Dios en esta situación, y cómo puedo testificar
acerca de lo que Él ha hecho por mí a través de Cristo?
• Saca la viga de tu propio ojo - ¿Cómo puedo haber contribuido a este conflicto y qué necesito hacer
para resolverlo?
• Hazle ver su falta - ¿Cómo puedo ayudar a otros a entender cómo han contribuido a este conflicto?
• Ve y reconcíliate - ¿Cómo puedo demostrar perdón y alentar una solución razonable a este conflicto?

Glorifica a Dios

En conclusión, ya sea que coman o beban o hagan cualquier otra cosa, háganlo todo para la gloria de Dios. No
hagan tropezar a nadie, ni a judíos, ni a gentiles ni a la iglesia de Dios. Hagan como yo, que procuro agradar a
todos en todo. No busco mis propios intereses sino los de los demás, para que sean salvos. Imítenme a mí,
como yo imito a Cristo. (1 Corintios 10:31-11:1).

Nuestra primera responsabilidad al manejar nuestros conflictos es glorificar a Dios. ¡Este es un pensamiento
radical! Mi respuesta inicial a las disputas no suele ser: “¿Cómo puedo glorificar a Dios en esta situación?”. En
cambio, suele motivarme la pregunta: “¿Cómo puedo lograr lo que quiero de esta situación?” (ver Santiago 4:1-
3).

Glorificamos a Dios cuando nos tomamos el tiempo para recordar el papel de Dios en nuestros conflictos, y
luego respondemos a esto de su forma. Mi enfoque egoísta suele suponer que la disputa es solo entre yo y mi
oponente. Sin embargo, como cristianos, confesamos que Dios se sacrificó tremendamente al involucrarse en
todos nuestros conflictos. Jesús murió por nuestro conflicto con Dios, y nuestras rencillas con otros suele
involucrar el pecado. Por lo tanto, tenemos el privilegio y la responsabilidad de colocar nuestros conflictos en el
contexto de la perspectiva de Dios sobre el tema. Los conflictos brindan tres oportunidades al hijo de Dios:
glorificar a Dios, servir a otros, y llegar a ser más como Cristo.

El año pasado me encontré con un joven cuyo ejemplo ilustra este punto. Para cumplir con los requisitos de
graduación durante su último año en una escuela secundaria pública, Chris se inscribió en un programa de
trabajo y estudio en el gimnasio, para lograr unos créditos fáciles. El sistema de colaboración le exigía registrar
su tiempo para ser aprobado por su maestro al finalizar el semestre.

Al principio, Chris completó las tareas requeridas y documentó su trabajo. Pero, con el tiempo, fue aflojando en
sus responsabilidades. “Después de todo”, racionalizó, “mientras entregue un registro completado, lograré el
crédito”. Cerca de la finalización del semestre, se dio cuenta de que había dejado de mantener su registro.
Comenzó a completar los huecos con tareas inventadas, y luego se detuvo.

“¿Qué estás haciendo, Chris? Eres un hijo de Dios. Esto es una mentira. No puedo inventar cosas que no hice.
¿Y ahora qué? Si soy sincero, reprobará esta clase y tal vez me pierda la graduación. ¿Qué dirá mi maestro? ¿Y
mis amigos? ¡O mis padres! Señor, he hecho un verdadero desastre; ayúdame a saber lo que debo hacer”.

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Compendio de Apuntes para “Armonía, y la mayordomía de conflictos”
Seminario Teológico Bautista, Lima, Perú, Dr. David Liles

Chris oró pidiendo la guía de Dios hasta el momento mismo en que se encontró con su maestro, el Sr. Thomas:

“Bueno, Chris, déjame ver su registro”.

“No puedo mostrárselo, Sr. Thomas”.

“¿Por qué no?”.

“Porque es una mentira”.

“¿¿Cómo??”

Chris miró fijamente al Sr. Thomas y le explicó que a menudo había faltado en su horario programado en el
gimnasio y había intentado falsificar los registros para recibir el crédito. Pero, como era cristiano, se dio cuenta
de su pecado y decidió ser sincero con él mismo y con su maestro. Chris confesó que no había cumplido con
sus responsabilidades y merecía una “F”. El Sr. Thomas no podía creerlo.

“¿Por qué quieres decirme esto? ¡No entiendo!”.

“Se lo dije, Sr. Thomas, porque soy cristiano y, por lo que Jesús ha hecho por mí, no puedo vivir esta mentira.
Déjeme contarle acerca de Jesús y lo que Él significa para mí”.

Chris entonces compartió el evangelio con su maestro. Una lágrima rodó por la mejilla del Sr. Thomas, y sacudió
su cabeza.

“Nunca he conocido un estudiante como tú, Chris. Tu tarea está incompleta y mereces ser reprobado. Pero
demuestras una integridad que excede a la que encontré en cualquier otro estudiante. Voy a aprobarte de todas
formas”.

Si bien el Sr. Thomas no hizo ninguna profesión de fe, Chris entendió que su responsabilidad era hacer lo
correcto ante Dios. La confesión de pecado de Chris también se convirtió en su oportunidad para compartir las
buenas noticias de Jesús. Convirtió su propia lucha con el pecado en una oportunidad para glorificar a Dios,
servir a otros y volverse más como Cristo.

Saca la viga de tu propio ojo

“¡Hipócrita!, saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás con claridad para sacar la astilla del ojo de tu
hermano” (Mateo 7:5).

Los alumnos de octavo grado de la Sta. Johnson estaban estudiando la expedición de Lewis y Clark. En
pequeños grupos, los estudiantes preparaban presentaciones para toda la escuela como proyectos finales para
la serie. La creatividad fluía mientras los alumnos construían los decorados para apoyar sus representaciones.
El conflicto surgió porque los artistas estaban construyendo sus creaciones en los pasillos de la escuela, donde
sus voces entusiasmadas y actividades ruidosas perturbaban las demás clases en toda la escuela. La Sta.
Johnson recibió quejas de los demás maestros y de su director.

Esta maestra podría haber justificado a su clase por sus buenas intenciones, su duro trabajo y su entusiasmo
desenfrenado, y podría haber justificado la ofensa basándose en las fases de crecimiento de los adolescentes.
Pero reconoció que la ofensa que su clase causó era una oportunidad para la pacificación y para enseñar.
Confrontó a sus alumnos, elogiándolos por su compromiso enérgico con su trabajo, pero identificando cómo
habían pecado contra otros maestros y alumnos.

Anteriormente durante el año, los maestros de los grados cuarto a octavo habían enseñado la pacificación
bíblica a través de The Young Peacemaker (C. Sande, 1997). La Sta. Johnson usó esta oportunidad para revisar
los cincos principios de la confesión:

Los cinco principios de la confesión

• Reconozca su pecado – RECONÓZCALO. Soy yo. Rompí el vínculo de unión.


• Discúlpese – DISCÚLPESE. No miento. Es mi culpa; lo siento.
• Acepte las consecuencias - ACEPTE, de buena gana retendré la consecuencia que no olvidaré.
• Pida perdón – PÍDALO antes de concluir. Perdón, lo que necesito de ti.

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Compendio de Apuntes para “Armonía, y la mayordomía de conflictos”
Seminario Teológico Bautista, Lima, Perú, Dr. David Liles

• Altere sus opciones en el futuro – ALTERE ahora, de esta forma: “Dios, cambia mi corazón. Por
favor, ¡ahora!”.

Sus estudiantes redactaron una confesión grupal. Con permiso de cada uno de los maestros, los alumnos de
octavo grado entraron en cada aula y leyeron la confesión que habían preparado. La Sta. Johnson también
confesó que no había logrado dirigir a sus estudiantes más cuidadosamente. Cada maestro y cada clase
respondieron otorgándoles el perdón.

El director, los maestros, los asistentes de los maestros y los estudiantes, todos fueron bendecidos por la
confesión de la clase de la Sta. Johnson y por el perdón compartido. Los alumnos y la maestra glorificaron a
Dios, sirvieron a muchos adultos y niños, y llegaron a ser más como Cristo a través de esta oportunidad.

Hazle ver su falta

“Si tu hermano peca contra ti, ve a solas con él y hazle ver su falta. Si te hace caso, has ganado a tu hermano”
(Mateo 18:15).

Confrontar amablemente suena como una contradicción. No obstante, nuestro Padre celestial nos confronta en
amor, para amor, y nos exhorta a hacer lo propio. En vez de restaurar a nuestro prójimo amablemente (Gálatas
6:1), sin embargo, a veces nos resulta más fácil negar el conflicto completamente o hablar acerca de nuestros
adversarios a alguna otra persona. Algunos cristianos argumentan que se guían por Mateo 18:15 cuando
reprenden a sus adversarios en su propia cara. Confrontar a otros en amor para su propio bien raramente se
hace correctamente, aun entre hijos de Dios.

Este era el caso en el conflicto sobre temas de la iglesia/escuela entre el pastor Stan y Susie, la presidenta del
consejo de la escuela. Cada uno pecó contra el otro en reuniones públicas y en sesiones privadas. Susie
murmuró contra el pastor, juzgando sus motivos en las elecciones de nominaciones y acusándolo (ante otros) de
manipular fondos y personas. En tanto, el pastor Stan informó a quienes lo apoyaban que Susie estaba
liderando una protesta contra él, minando su rol como pastor, y especialmente cuestionando su autoridad
espiritual.

La relación iglesia/escuela se deterioró y las posiciones se polarizaron. El personal de la iglesia estaba


enfrentado con los maestros, y ambos bandos se atrincheraron ante las batallas previstas. La adorada maestra
de tercer grado fue reprendida públicamente por el Director de Educación Cristiana (DEC) frente a estudiantes
de confirmación por el uso de un aula. Las tensiones escalaron cuando el director durante 25 años renunció por
estrés. Los maestros se agruparon y exigieron que el DEC fuera despedido o harían huelga y no enseñarían en
la escuela. El consejo de educación de la escuela pidió la renuncia del DEC, y él y su familia se fueron de la
iglesia. Miembros de la iglesia leales al pastor y al DEC solicitaron una investigación inmediata y la renuncia de
los miembros del consejo de educación. Los padres de los alumnos formaron su propio comité de acción e
hicieron circular pedidos para que el pastor fuera removido. ¿Las demás bajas? Miembros de mucho tiempo
dejaron la iglesia o se volvieron inactivos, y varios niños fueron transferidos a la escuela pública.

El pastor Stan y Susie no fueron los únicos pecadores en esta guerra. Pero, si estos dos líderes hubieran podido
confrontarse en amor al inicio de la controversia, podrían haber ayudado a evitar las tragedias. Con estudio
bíblico y oración, nuestro equipo de pacificación aleccionó al Pastor y a Susie para que se encontraran, se
confrontaran, se arrepintieran, confesaran y se perdonaran. El pastor negó tener ninguna fricción seria con Susie
y rechazó nuestro consejo. Susie resistió un consejo similar, pero finalmente accedió a abordar al pastor.

La primera reunión pareció estéril. El pastor negó toda responsabilidad en las escaramuzas, y Susie se sintió
justificada en sus ansiedades de que no le haría caso a ella. Pero, en unos pocos días, las amables palabras de
Susie comenzaron a debilitar las confiadas justificaciones del pastor. Él volvió a nuestro equipo pidiendo más
consejo y se preparó para hacer una confesión. Ante la totalidad del personal de la iglesia, el personal de la
escuela, los líderes laicos de la iglesia, el pastor Stan confesó sus palabras y acciones pecaminosas que
contribuyeron al conflicto, incluyendo el darle poca importancia a la confrontación de Susie. Entre otras cosas,
Susie perdonó públicamente a su pastor y confesó sus propios pecados de murmuración y difamación. Lágrimas
de gozo y alivio ablandaron corazones endurecidos de los dos bandos, y el milagro de la reconciliación plantó
semillas de paz que permanecen hoy, unos tres años después. La confrontación en amor brinda las
oportunidades de glorificar a Dios, servir a otros, y llegar a ser más como Cristo.

Ve y reconcíliate

“Ve primero y reconcíliate con tu hermano; luego vuelve y presenta tu ofrenda” (Mateo 5:24).

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Compendio de Apuntes para “Armonía, y la mayordomía de conflictos”
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La pacificación no es pasiva, sino activa. Jesús dice: “Ve”, y no “Espera que la otra persona venga arrastrándose
hacia ti”. La reconciliación exige que las partes en disputa se reúnan, y no que se quejen ante otros. Los
cristianos pierden la gracia que viene de la confesión y el perdón mutuos al evitar a aquellas personas con las
que deberían reconciliarse.

Pero las partes no son las únicas que sufren. Algo que a menudo pasamos por alto es cómo son afectados los
espectadores por nuestras acciones. Piense en esto: cuando los cristianos pelean entre sí, al menos diez
personas más observan. Si usted es un líder cristiano –como un maestro, un director, un pastor o un miembro
del consejo– su público silencioso es mucho mayor.

Pregunte a cualquier maestro de un niño lo que él o ella aprenden del hogar del alumno. Los niños desarrollan
agudas habilidades de observación, y en la escuela frecuentemente comparten lo que ven sobre el
comportamiento de sus padres. Los maestros suelen saber más acerca del estilo de vida de una familia que lo
que la familia misma está dispuesta a admitir.

Sin embargo, en una escuela que asistió un equipo de pacificación, los maestros actuaban como si los
estudiantes apagaran sus capacidades de observación en la escuela. Los maestros estaban en conflicto, y se
formaron tres bandos distintos. En vez de ir directamente a aquellos con quienes estaban en desacuerdo, los
maestros murmuraban unos acerca de los otros. Algunos criticaban a la administración. Otros culpaban al
consejo de la escuela. Durante los almuerzos, los recreos, y en reuniones rápidas en el pasillo, las flechas de
acusación salían disparadas silenciosamente. Estos atacantes subrepticios se persuadieron de que su conducta
secreta pasaba desapercibida.

En un retiro del personal, los pacificadores preguntaron a los maestros cómo sus alumnos interpretaban su
murmuración y sus incriminaciones. La sala quedó en silencio. Nadie se había detenido a considerar lo que
estaban aprendiendo los niños. ¿Qué han escuchado o visto los niños? ¿Acaso no había niños parados en las
esquinas de los pasillos, sentados cerca de conversaciones durante los almuerzos, y jugando cerca de los
maestros en los recreos? Luego de reflexionar, reconocieron que sus alumnos debían estar observando algunos
de sus comportamientos pecaminosos. ¿Qué estaban informando a sus padres sobre las disputas del personal
en la escuela? ¿Qué efectos estaban teniendo estos informes en los padres, muchos de los cuales eran líderes
de la iglesia? ¿Qué estaban aprendiendo estas jóvenes y ávidas mentes de los ejemplos de sus maestros?

Esta confrontación llevó a un tiempo de reconciliación personal que la mayoría de estos educadores cristianos
nunca habían experimentado. Aplicando las palabras de Jesús, las personas se acercaron unas a otras para
confesar su pecado y perdonarse mutuamente. Al seguir reflexionando, se comprometieron a hacer de la
pacificación una meta para el próximo año escolar, tanto en el plan de estudios del aula como brindando
ejemplos vivos como personal cristiano. Dios está bendiciendo su pacificación al crecer la matrícula y
fortalecerse sus amistades profesionales. La mayoría de ellos nunca apreciarán cuánto su fe viva está ayudando
a formar las vidas de los futuros líderes.

“Ir” para ser reconciliado glorifica a Dios, sirve a otros, y nos conforma a la imagen del hijo de Dios.

Oportunidad para embajadores de reconciliación


“Todo esto proviene de Dios, quien por medio de Cristo nos reconcilió consigo mismo y nos dio el ministerio de
la reconciliación: esto es, que en Cristo, Dios estaba reconciliando al mundo consigo mismo, no tomándole en
cuenta sus pecados y encargándonos a nosotros el mensaje de la reconciliación. Así que somos embajadores
de Cristo, como si Dios los exhortara a ustedes por medio de nosotros” (2 Corintios 5:18-20a).

Debido al pecado en los conflictos, tenemos un mensaje para las personas que disputan. A los embajadores de
reconciliación se les ha encomendado el privilegio y la responsabilidad de traer consuelo a los afligidos por la
culpa y el mensaje de arrepentimiento a los atrincherados en el pecado. Abundan las oportunidades con el
nombre de conflictos en nuestras vidas personales y entre quienes servimos.

Chuck aprendió a vencer su temor a los conflictos cuando comenzó a verlos como oportunidades para el
ministerio. Chris glorificó a Dios cuando confesó su pecado a su maestro y encontró la oportunidad de confesar
su fe en Cristo. Los alumnos de octavo grado demostraron su fe en Cristo cuando aprovecharon la oportunidad
para confesar sus pecados a otros alumnos y maestros. En otra oportunidad, un pastor y la presidenta del
consejo de la escuela guiaron a muchos otros a la reconciliación cuando aplicaron métodos agradables a Dios
para confrontarse mutuamente. Los maestros de una escuela reconocieron sus oportunidades personales para
enseñar a alumnos siendo ejemplos de reconciliación entre ellos. Estos embajadores cristianos reconocieron
que los conflictos con los que habían luchado eran oportunidades para el ministerio de reconciliación. Las partes
y los testigos fueron todos consolados con el mensaje de perdón y la paz que sobrepasa todo entendimiento.

Contémonos la buena noticia de Jesús unos a otos, al confesar nuestros pecados y perdonarnos mutuamente

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Compendio de Apuntes para “Armonía, y la mayordomía de conflictos”
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como Dios, a través de Cristo, nos perdona a nosotros. Que Dios nos conceda su gracia para vivir nuestras
vidas de forma tal que los cristianos y paganos por igual nos reconozcan como discípulos de Jesús.

[Jesús dijo:] “De este modo todos sabrán que son mis discípulos, si se aman los unos a los otros” (Juan 13:35).

Traducción: Alejandro Field

Referencias
Sande, C. (1997). The Young Peacemaker. 2nd ed. Wapwallopen, Pennsylvania: Shepherd Press, (Plan de
estudio para el maestro y cuadernillos para alumnos disponibles.)
Sande, K. (1997). The Peacemaker: A biblical guide to resolving personal conflict. 2nd ed. Grand Rapids, MI:
Baker Books.
Sande, K. & Kober, T. (1998). Guiding people through conflict. Billings, Montana: Peacemaker Ministries.
Sande, K. & Kober, T. (1998). Responding to conflict confessionally: A peacemaker Bible study for Lutherans.
Billings, Montana: Peacemaker Ministries.

De:http://www.peacemaker.net/site/c.mkLUJ7MNKrH/b.5258473/k.B44D/191Los_conflictos_oportunidades_161Odio_los_
conflictos.htm

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