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A lo que podemos llegar a parecernos

*Jeremías 2:13, 20-27.

*Introducción: Dios es el juez supremo y tiene todas las facultades para revisar y calificar nuestras
acciones. En esta ocasión, Dios examina las acciones de las personas de su pueblo y declara
algunas opiniones en las que menciona a qué podemos llegar a parecernos cuando nos alejamos
de Él y cuando tomamos caminos equivocados. Les invito a aprender de lo que Dios nos dice:

*Jeremías 2:13. Porque dos males ha hecho mi pueblo: me dejaron a mí, fuente de agua viva, y
cavaron para sí cisternas, cisternas rotas que no retienen agua.

-Dios afirma que su pueblo ha cometido dos males.


-Lo dejaron a Él. Se alejaron de Él, se apartaron de la comunión con Él, se separaron de la relación
estrecha con Él.
-No reconocieron que sólo Dios es nuestra fuente de agua viva. La única fuente que nos sacia, la
fuente suficiente, la única fuente que nos satisface todas nuestras necesidades, él único que nos
llena de verdad.
-“Y cavaron para sí cisternas…”. Cambiaron a Dios por cosas menos importantes, pensaron que
otras cosas los saciarían más que Dios.
-Explicar ¿qué eran las cisternas?

V. 20-27. 20 Porque desde muy atrás rompiste tu yugo y tus ataduras, y dijiste: No serviré. Con
todo eso, sobre todo collado alto y debajo de todo árbol frondoso te echabas como ramera. 21 Te
planté de vid escogida, simiente verdadera toda ella; ¿cómo, pues, te me has vuelto sarmiento de
vid extraña? 22 Aunque te laves con lejía, y amontones jabón sobre ti, la mancha de tu pecado
permanecerá aún delante de mí, dijo Jehová el Señor. 23 ¿Cómo puedes decir: No soy inmunda,
nunca anduve tras los baales? Mira tu proceder en el valle, conoce lo que has hecho, dromedaria
ligera que tuerce su camino, 24 asna montés acostumbrada al desierto, que en su ardor olfatea el
viento. De su lujuria, ¿quién la detendrá? Todos los que la buscaren no se fatigarán, porque en el
tiempo de su celo la hallarán. 25 Guarda tus pies de andar descalzos, y tu garganta de la sed. Mas
dijiste: No hay remedio en ninguna manera, porque a extraños he amado, y tras ellos he de ir. 26
Como se avergüenza el ladrón cuando es descubierto, así se avergonzará la casa de Israel, ellos, sus
reyes, sus príncipes, sus sacerdotes y sus profetas, 27 que dicen a un leño: Mi padre eres tú; y a
una piedra: Tú me has engendrado. Porque me volvieron la cerviz, y no el rostro; y en el tiempo de
su calamidad dicen: Levántate, y líbranos.

*Comparaciones:

1) Con un buey rebelde. V. 20. Rebeldía.

-No habla expresamente de un buey, pero se deduce de las afirmaciones. Algunos bueyes son
díscolos, es decir con una tendencia a la desobediencia y la rebeldía. No aceptan el dominio de sus
amos, se rebelan contra cualquier clase de gobierno o control. Rompen el yugo y las ataduras y se
echan en lugares prohibidos.

2) Con un sarmiento silvestre. V. 21. Falsa apariencia.

La vid original y el sarmiento silvestre se parecen, pero no son iguales. El sarmiento aparenta ser
vid, pero no lo es. Dios los plantó como una verdadera vid, pero la vid fue perdiendo
voluntariamente sus características y terminó convirtiéndose en algo totalmente diferente.

3) Con una persona con un vestido manchado. V. 22. Impureza.

La lejía es el nombre que se le da a sustancias como el cloro y similares que se han usado desde
tiempos antiguos para blanquear prendas de vestir o telas y para desinfectar.

Dios está afirmando que los métodos humanos nunca podrán limpiar un corazón contaminado por
el pecado, sólo los métodos de Dios son efectivos.

Ciertas ciencias modernas se ocupan de tratar las consecuencias del pecado del hombre, pero no
tratan el origen o las causas de dichas consecuencias, ósea el pecado mismo.

4) Con una dromedaria ligera y una asna montés. V. 23 y 24. Rapidez y desespero para buscar lo
malo.

La dromedaria es una camella joven que no ha parido y la asna montés es una burra del monte o
no domesticada.

En la gran mayoría de especies animales, es el macho el que busca a la hembra cuando la última se
encuentra en calor, pero en los casos de la dromedaria y de la asna, son ellas las que buscan
desesperadamente al macho para aparearse. Símbolo de los hijos de Dios que se van
corrompiendo y que, en vez de huirle al pecado, lo buscan con desespero.

5) Con un ladrón que se avergüenza cuando es descubierto. V. 26. Vergüenza por las
consecuencias.

La mayoría de los ladrones sienten pena por el hecho de haber sido descubiertos y por las
consecuencias de su delito, pero no sienten pena por haber hecho lo malo, por haber ofendido a
Dios y por haberse contaminado.

Dios quiere que seamos sensibles y que cuando pequemos experimentemos dolor por haberlo
hecho. No esperemos a ser descubiertos.

Ojo: 27 que dicen a un leño: Mi padre eres tú; y a una piedra: Tú me has engendrado. Porque me
volvieron la cerviz, y no el rostro; y en el tiempo de su calamidad dicen: Levántate, y líbranos.

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